Tres noches para cinco perros - Gustavo Ott

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(DOUG BUSCA SU TELÉFONO, QUE HA CAÍDO EN EL SUELO)
DOUG:
BARNEY:
DOUG:
La misma. Barney: arregla el problema, arregla la culpa.
Pero mí no me parece…¿Mañana
Debemos seguir perforando (LE MUESTRA UNA FOTO EN SU
TELÉFONO) El satélite ya nos había dicho que daríamos con barro.
NBARNEY: ¿Y por qué no me informaron
DOUG:
BARNEY:
DOUG:
BARNEY:
DOUG:
BARNEY:
Porque a nadie se le ocurrió que usted pararía el taladro sin esperar
órdenes.
Yo no lo paré, se detuvo solo. Y con la muerte de Wyatt pensamos
que…
(LE DA GOLPES FUERTES EN EL CASCO) No piense, Cox. No
piense. (LE MUESTRA EL TELÉFONO NUEVAMENTE) El satélite
dice que entre veinte y veinte y cinco mil pies, hay un pozo petrolero
de dimensiones escandalosas.
¿Sí
Todo allá abajo. Así que mañana, sin esas excusas de vieja paralítica
tejana, usted me hace el favor y me pone a funcionar ese taladro.
Para que cuando vengan los inspectores del gobierno, ellos vean que
la plataforma está en total funcionamiento. Y que todo está en
perfectas condiciones; el Interruptor de Emergencia, la perforación, la
extracción, que no hay residuos, que no lanzamos nada en el mar y
que aquí todo es tan maravillosamente ecológico que hasta el mismo
mariconcete de Al Gore la santificaría a besos aceitosos para
contribuir por su parte a las reservas de lo único que le da sentido a
nuestras dos maravillosas naciones: ¡PETRÓLEO!
Petróleo…
DOUG: (ALTO COLÉRICO, POSEÍDO) ¡Taladrar! ¡Descubrir pozos! ¡Y
sellarlos! ¡Guardarlos en el fondo de mar como si fueran pirámides
enterradas! ¡Como los barcos hundidos de la conquista! ¡Allá abajo
están nuestros tesoros, Barney; Dinosaurios, joyas, esclavos, Ballena
Blanca! Todos vueltos Petróleo. (BAJO. AMENAZANTE) Entonces.
¿Qué coño vas a hacer, Barney Cox
BARNEY:
¿Qué