el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM
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CUADERNOS DE <strong>BDSM</strong> ESPECIAL Nº 01<br />
Anexo 5 El lado secreto de la <strong>sexual</strong>idad de las lesbianas.<br />
Califia, Pat. “Public Sex: the culture of radical sex”. La traducción es mía.<br />
El closet <strong>sexual</strong> es más grande de lo que se cree. De hecho, no deberíamos estar aquí<br />
pero lo estamos. Es obvio que las fuerzas conservadoras <strong>como</strong> la r<strong>el</strong>igión organizada, la<br />
policía y otros agentes de la mayoría tiránica no quieren que <strong>el</strong> <strong>sadomasoquismo</strong><br />
florezca en ningún lado. Las mujeres <strong>sexual</strong>mente activas siempre han sido una<br />
amenaza que <strong>el</strong> sistema no esta dispuesto a tolerar. Pero los liberacionistas<br />
conservadores gays y las feministas ortodoxas también se avergüenzan de las<br />
subculturas <strong>sexual</strong>es (aun si es ahí donde encuentran su placer). “Somos iguales a los<br />
hetero<strong>sexual</strong>es (o a los hombres)” parece ser su súplica de integración, su manera de<br />
pedir un pedazo d<strong>el</strong> past<strong>el</strong> de monóxido de carbono americano. Los drag queens,<br />
leathermen, rubber freaks, boy-lovers, girl-lovers, bolleras sadomasoquistas, prostitutas,<br />
tran<strong>sexual</strong>es- hacen ver esa súplica <strong>como</strong> una débil mentira. No somos <strong>como</strong> los demás.<br />
Nuestra diferencia no solo es creada por la biología o la opresión. Es una preferencia,<br />
una preferencia <strong>sexual</strong>.<br />
El S/M de lesbianas no está muy bien organizado aún. Pero en San Francisco las<br />
mujeres pueden encontrar parejas y amistades que les ayuden y permitan explorar las<br />
d<strong>el</strong>icias de la dominación y sumisión. No tenemos bares, ni siquiera tenemos periódicos<br />
ni revistas con avisos de sexo. A veces pienso que así es <strong>como</strong> debió haber sido la<br />
subcultura gay en sus inicios. Debido a que nuestra comunidad depende de<br />
recomendaciones y redes sociales, tenemos que esforzarnos mucho para mantenerla. Es<br />
cuestión de supervivencia. Si los eternos conformistas con sus coños de cartón y<br />
salchichas de angora se salieran con la suya, no existiríamos en absoluto. En cuanto nos<br />
volvemos más visibles, nos encontramos con más hostilidad, más violencia. Este<br />
artículo es mi manera de rechazar <strong>el</strong> efecto narcótico d<strong>el</strong> odio propio. Debemos romper<br />
con <strong>el</strong> silencio que la persecución le impone a sus víctimas.<br />
Yo soy una sádica. El término educado es top, pero no me gusta usarlo. Diluiría mi<br />
imagen y mi mensaje. Si alguien quiere saber sobre <strong>sexual</strong>idad, se las puede ver<br />
conmigo en mis propios términos. No me interesa facilitárs<strong>el</strong>o. El S/M asusta. Esa es<br />
por lo menos la mitad de su sentido. S<strong>el</strong>eccionamos las actividades más miedosas,<br />
asquerosas o inaceptables y las volvemos placenteras. Hacemos uso de todos los<br />
símbolos prohibidos y todas las emociones desconocidas. El S/M es una blasfemia<br />
erótica d<strong>el</strong>iberada y premeditada. Es una forma de extremismo y disconformidad <strong>sexual</strong>.<br />
Me identifico más <strong>como</strong> sadomasoquista que <strong>como</strong> lesbiana. Me muevo dentro de la<br />
comunidad gay porque es ahí donde comienza la exploración <strong>sexual</strong>. La mayoría de mis<br />
parejas son mujeres, pero <strong>el</strong> género no es mi límite. Me limita mi propia imaginación,<br />
cru<strong>el</strong>dad, compasión, la avaricia y <strong>el</strong> vigor d<strong>el</strong> cuerpo de mi pareja. Si tuviera que <strong>el</strong>egir<br />
entre estar atrapada en una isla desierta con una lesbiana vainilla y un hombre<br />
masoquista, escogería <strong>el</strong> chico. Esta es la clase de sexo que me gusta —sexo que pone a<br />
EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA.<br />
LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 89