28.01.2015 Views

el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM

el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM

el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CUADERNOS DE <strong>BDSM</strong> ESPECIAL Nº 01<br />

rito de pase, en la que mi dueña me ha entregado a uno de sus colegas <strong>como</strong> una prueba<br />

de mi sumisión. Ella sabe cuánto detesto jugar con hombres y quiere ponerme a prueba<br />

a ver si voy a obedecer todas sus órdenes. ¿Y que podría ser más humillante que<br />

someterme a la voluntad de un hombre sádico Acordamos excluir todo tipo de contacto<br />

<strong>sexual</strong> pero incluimos interrogación y humillación verbal. Cada vez que le hablara debía<br />

dirigirme a él <strong>como</strong> Master. Este hombrecillo resultó tener tremenda vozarrón. Me<br />

llamó la atención que fuera d<strong>el</strong> rol tartamudea un poco, pero no mientras me dominaba.<br />

Yo ni me di cuenta pero era tanta la gritería en esa habitación que pronto se comenzó a<br />

llenar de espectadores curiosos, fuimos bastante populares y Glen pudo chicanear de sus<br />

habilidades con los otros top. Yo le dije que mi preferencia era ser flag<strong>el</strong>ada en la<br />

espalda así que utilizó tres tipos de látigos, cada uno subiendo de intensidad.<br />

Parece que tengo la habilidad de ocupar fácilmente lo que llaman bottom space<br />

(subespacio) que se parece a una traba. Es un estado que se logra con la liberación de<br />

endorfinas en <strong>el</strong> cerebro. Hace que cambie la percepción en general y que <strong>el</strong> dolor se<br />

llegue a sentir <strong>como</strong> placentero. Me dicen que la escena duró casi dos horas (uno pierde<br />

la noción d<strong>el</strong> tiempo), en la cual todo <strong>el</strong> tiempo me flag<strong>el</strong>aba la espalda y los senos.<br />

Pase por todo tipo de emociones, al principio me pareció cómico y debía contener las<br />

ganas de reírme, a veces me ponía nerviosa o me avergonzaban las preguntas que me<br />

hacía. Hubo momentos en que me ponía desafiante, le mostraba los dientes y me negaba<br />

a dirigirme a él <strong>como</strong> Master. Pero lo más intenso fue al final cuando utilizó un látigo<br />

de colas d<strong>el</strong>gadas de caucho, que pega mucho más duro que <strong>el</strong> cuero y puede llegar a<br />

cortar la pi<strong>el</strong>. Cuando comenzó a usarlo me puse a llorar y esto le preocupó un poco, al<br />

ver que no utilizaba mi palabra clave, se aseguró de volverme a preguntar antes de<br />

seguir, porque a veces uno está tan trabado que se le olvida la palabra acordada y hay<br />

personas que pierden la capacidad de hablar. Cuando le dije que quería continuar, siguió<br />

a toda máquina con ese látigo y yo lloraba <strong>como</strong> una niña chiquita. Es <strong>como</strong> si <strong>el</strong> látigo<br />

hubiera sacado a la superficie todo <strong>el</strong> dolor que he guardado últimamente y sentí un<br />

gran descanso al dejarlo salir. Hace mucho rato que no lloraba de esa manera y no me<br />

dio pena hacerlo ahí d<strong>el</strong>ante de tantas personas. Es muy difícil sentir pena en ese lugar<br />

después de las cosas que se ven ahí. Acuérdense que acababa de ver a un señor mayor<br />

haciendo de perrito y había una chica en la c<strong>el</strong>da d<strong>el</strong> lado a la que le estaban metiendo<br />

un cuchillo en la vagina.<br />

Luego Glen me desató y me llevó casi cargada al sofá y dejó que terminara de llorar en<br />

su hombro mientras me acariciaba la cabeza y me aseguraba que todo iba a estar bien.<br />

Me mandó a traer agua y me contó historias sobre su ex novia. Y poco a poco volví a<br />

ser de este mundo, me paré y seguí recorriendo <strong>el</strong> sitio y hablando con la gente, ahora<br />

sintiéndome mas liviana y r<strong>el</strong>ajada ¡y con un ardor en la espalda!<br />

EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA.<br />

LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 85

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!