el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM

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28.01.2015 Views

CUADERNOS DE BDSM ESPECIAL Nº 01 El masoquista es quien se excita con el dolor. Hay quienes piensan que los masoquistas son esencialmente diferentes a los demás en su reacción frente al dolor. Otros sostienen que la mayoría de las personas tienen la capacidad fisiológica para disfrutar o aprender a disfrutar con el dolor. Jay Wiseman hace el siguiente comentario sobre la dificultad de la mayoría de las personas para entender el masoquismo: Para ser sincero, yo tampoco entiendo bien a los masoquistas. He disfrutado al hacer de sumiso, pero casi nunca disfruto recibir dolor. Si mi dominante desea flagelarme o darme otro tipo de dolor, me esfuerzo por aceptarlo de buen agrado porque quiero complacerle, pero más allá de las formas más leves, el dolor no me excita. [2] Según él, los masoquistas parecieran tener un sistema nervioso diferente al resto de las personas. Los niveles de dolor que traumatizarían a otros, a ellos los lleva a un estado extático. Sin embargo hay que tener muy presente que los masoquistas son muy particulares sobre el tipo de dolor que disfrutan. Debe ser solo bajo circunstancias controladas y consensuales. Ellos experimentan el dolor de un accidente de transito o cosas parecidas como algo desagradable. Aunque en el lenguaje común se utiliza el término masoquista de manera despectiva, dentro de la comunidad leather, el masoquismo es más bien visto como un talento especial. Pat Califia comenta: Aunque el masoquismo usualmente se define como la capacidad para erotizar el dolor, yo creo que muchos masoquistas también poseen una capacidad especial para formar conexiones emocionales y psicológicas con sus tops. Cuando existe este tipo de conexión, es posible que el top experimente vicariamente el viaje de endorfinas del masoquista. [3] Hoy en día, el hecho de identificarse como sumiso o masoquista es a veces problemático por las connotaciones negativas que estas palabras tienen. Son sinónimos de debilidad, falta de carácter y pasividad. Para las mujeres es especialmente difícil aceptar la palabra sumisa y probablemente es parte de la razón por la cual el SM ofende tanto a las feministas. Las mujeres han sido catalogadas como naturalmente sumisas a lo largo de la historia y a través de las distintas tradiciones. En una época en que se resalta el valor de la independencia y la liberación de la mujer, parece ser inaceptable [2] Wiseman. Op. cit. [3] Pat Califia, 2001. p.18. EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA. LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 30

CUADERNOS DE BDSM ESPECIAL Nº 01 reconocerse como sumisa. Sin embargo es importante tener claro que ser sumiso o dominante durante una escena no significa que también lo sea en la vida real y que es completamente independiente del género. Para resumir, podemos afirmar que el sumiso desea sobre todo complacer a su amo, mientras que el masoquista busca una intensa estimulación física. Hay muchas variaciones posibles de estas tendencias en cada persona, además depende altamente de factores externos referidos a la ocasión y al tipo de relación que se establece entre los participantes. Veamos qué dicen algunas mujeres en los relatos sobre su experiencia en Coming to power, sobre lo que significa para ellas ocupar este lado de la dicotomía de poder: Las distinciones se desvanecen en mi mente, en mi cuerpo. Chupo sus dedos, su lengua en mi boca. Estoy de rodillas. Me ata las manos por detrás. Me olvido de dónde estoy, de quién soy. Mis pezones se endurecen aun sin que los toque. Espera anticipada de lo que hará a continuación, consciente solo de mi cuerpo, de su presencia. Segura de que me llevara al próximo nivel erótico, no se donde será eso. Se que puedo parar esto en cualquier momento con una sola palabra que hemos acordado. En este momento, todo lo que siento es la energía erótica que fluye entre nosotras, la tensión al no saber cómo, dónde o, incluso, sí me tocara. Estoy temblorosa, mi sexo encendido. Huelo el olor a cuero, respiro profundo y siento su bota contra mi clítoris. “No,” le ruego. “Todavía no me quiero venir” Ella retira la bota y veo mis jugos en la punta. Miro hacia arriba y veo su cara estricta, veo el placer en sus ojos. Silenciosamente comienzo a lamer, a saborearme a mi misma mezclada con el cuero. Estoy borracha con las sensaciones que estoy teniendo. No existe hoy, ayer o mañana. Solo ahora, mi cuerpo a punto de estallar de placer. No lo entiendo. [4] Como bottom tuve la oportunidad de decir exactamente lo que quería y no sucedería nada que yo no quisiera. Por fin tenía una manera de permitir que mi lado masoquista, que de todas maneras estaba ahí, independiente que yo quisiera o no, se expresara. En vez de siempre tratar de negar, dejar a un lado y temer esa parte mía, podía enfrentarme a mi propio lado oscuro, mirar mis miedos y reclamarme. Y esto no era intelectual, no eran palabras y teoría ,eran momentos apasionados con mi amor. [5] Hacer de bottom para mí es muy fácil. Al principio era el único rol que me permitía explorar. Desde jóvenes nos entrenan para ser pasivas y receptivas así que se he hizo más fácil reclamar mi fuerza en ese lado del flujo de poder. A veces como bottom, cuando la experiencia es muy buena, siento que me abro tanto psíquicamente que podría absorber el universo entero y puedo sentir que el [4] Grupo Samois. Op. cit. p. 15. [5] Ibid, p. 35. EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA. LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 31

CUADERNOS DE <strong>BDSM</strong> ESPECIAL Nº 01<br />

reconocerse <strong>como</strong> sumisa. Sin embargo es importante tener claro que ser sumiso o<br />

dominante durante una escena no significa que también lo sea en la vida real y que es<br />

completamente independiente d<strong>el</strong> género.<br />

Para resumir, podemos afirmar que <strong>el</strong> sumiso desea sobre todo complacer a su amo,<br />

mientras que <strong>el</strong> masoquista busca una intensa estimulación física. Hay muchas<br />

variaciones posibles de estas tendencias en cada persona, además depende altamente de<br />

factores externos referidos a la ocasión y al tipo de r<strong>el</strong>ación que se establece entre los<br />

participantes.<br />

Veamos qué dicen algunas mujeres en los r<strong>el</strong>atos sobre su experiencia en Coming to<br />

power, sobre lo que significa para <strong>el</strong>las ocupar este lado de la dicotomía de poder:<br />

Las distinciones se desvanecen en mi mente, en mi cuerpo. Chupo sus dedos, su<br />

lengua en mi boca. Estoy de rodillas. Me ata las manos por detrás. Me olvido de<br />

dónde estoy, de quién soy. Mis pezones se endurecen aun sin que los toque.<br />

Espera anticipada de lo que hará a continuación, consciente solo de mi cuerpo,<br />

de su presencia. Segura de que me llevara al próximo niv<strong>el</strong> erótico, no se donde<br />

será eso. Se que puedo parar esto en cualquier momento con una sola palabra<br />

que hemos acordado. En este momento, todo lo que siento es la energía erótica<br />

que fluye entre nosotras, la tensión al no saber cómo, dónde o, incluso, sí me<br />

tocara. Estoy temblorosa, mi sexo encendido. Hu<strong>el</strong>o <strong>el</strong> olor a cuero, respiro<br />

profundo y siento su bota contra mi clítoris. “No,” le ruego. “Todavía no me<br />

quiero venir” Ella retira la bota y veo mis jugos en la punta. Miro hacia arriba y<br />

veo su cara estricta, veo <strong>el</strong> placer en sus ojos. Silenciosamente comienzo a lamer,<br />

a saborearme a mi misma mezclada con <strong>el</strong> cuero. Estoy borracha con las<br />

sensaciones que estoy teniendo. No existe hoy, ayer o mañana. Solo ahora, mi<br />

cuerpo a punto de estallar de placer. No lo entiendo. [4]<br />

Como bottom tuve la oportunidad de decir exactamente lo que quería y no<br />

sucedería nada que yo no quisiera. Por fin tenía una manera de permitir que mi<br />

lado masoquista, que de todas maneras estaba ahí, independiente que yo quisiera<br />

o no, se expresara. En vez de siempre tratar de negar, dejar a un lado y temer esa<br />

parte mía, podía enfrentarme a mi propio lado oscuro, mirar mis miedos y<br />

reclamarme. Y esto no era int<strong>el</strong>ectual, no eran palabras y teoría ,eran momentos<br />

apasionados con mi amor. [5]<br />

Hacer de bottom para mí es muy fácil. Al principio era <strong>el</strong> único rol que me<br />

permitía explorar. Desde jóvenes nos entrenan para ser pasivas y receptivas así<br />

que se he hizo más fácil reclamar mi fuerza en ese lado d<strong>el</strong> flujo de poder. A veces<br />

<strong>como</strong> bottom, cuando la experiencia es muy buena, siento que me abro tanto<br />

psíquicamente que podría absorber <strong>el</strong> universo entero y puedo sentir que <strong>el</strong><br />

[4] Grupo Samois. Op. cit. p. 15.<br />

[5] Ibid, p. 35.<br />

EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA.<br />

LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 31

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