el sadomasoquismo como práctica sexual ... - Cuadernos BDSM
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CUADERNOS DE <strong>BDSM</strong> ESPECIAL Nº 01<br />
Anexo 9 Género y transgenerismo (Micha<strong>el</strong> M. Hernandez. The Second<br />
Coming. La traducción es mía).<br />
El juego con <strong>el</strong> género se ha puesto muy de moda en los 90’s. En vez de pasar <strong>como</strong> la<br />
mayoría de las modas que vu<strong>el</strong>an por nuestra comunidad, para ser reemplazadas por la<br />
siguiente moda pasajera, esta no parece estar pasando. Por lo menos no por ahora.<br />
Aun antes de que <strong>el</strong> juego con <strong>el</strong> género se pusiera de moda, muchas dykes [1] tenían<br />
fantasías de tener v<strong>el</strong>lo facial. No todas <strong>el</strong>las eran butch [2] . Con seguridad, no todas <strong>el</strong>las<br />
deseaban cambiar de género. De un día para otro, ponerse v<strong>el</strong>lo facial para ir a play<br />
parties se volvió lo máximo.<br />
La prevalencia de estos sucesos llevó a una mayor aceptación para la diversidad de<br />
expresiones de género, y así comenzó la cosa. La comunidad de mujeres S/M se<br />
convirtió en un lugar seguro para explorar nuestras fantasías y percepciones sobre la<br />
masculinidad y los personajes masculinos. Ahora las butch y las femme [3] por igual<br />
podían actuar sus fantasías de ser hombres gay y tener sexo degenerado y ardiente con<br />
un desconocido en un cuarto oscuro.<br />
De cierto modo, <strong>el</strong> juego de género y otras formas de expresión nos permiten romper<br />
con ciertas expectativas, al igual que ser lesbianas nos permite romper con las<br />
expectativas de la sociedad sobre <strong>como</strong> se deben comportar las mujeres. Hoy en día,<br />
casi todo <strong>el</strong> mundo está metido en r<strong>el</strong>aciones daddy-boy [4] , daddy-girl [5] u otro juego<br />
r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> género.<br />
Para algunos, es solo eso, un juego: una exploración divertida y a veces erótica d<strong>el</strong><br />
intercambio de poder. Para otros, es la exploración de emociones muy arraigadas y<br />
previamente reprimidas sobre la expresión e identidad de género que nos han llevado al<br />
descubrimiento de que <strong>el</strong> género es más que una ardiente fantasía <strong>sexual</strong>. Es <strong>el</strong> núcleo<br />
de nuestras vidas y de nuestro ser. Algunos hemos rasgado <strong>el</strong> v<strong>el</strong>o de nuestra negación,<br />
y hemos comenzado a tomar hormonas. Pertenecemos a todos los aspectos de la<br />
experiencia humana y venimos de todos los rincones de la vida. De todas las razas,<br />
orientaciones <strong>sexual</strong>es y espiritualidades. Algunos prefieren ser llamados FTM [6] ,<br />
mientras otros prefieren <strong>el</strong> termino transgénero. Nos identificamos <strong>como</strong> queer,<br />
lesbianas, gay, pan<strong>sexual</strong>es, bi<strong>sexual</strong>es, hetero<strong>sexual</strong>es, o cualquier otra frase que nos<br />
defina mejor. En algunos casos somos a<strong>sexual</strong>es porque nos toca o por <strong>el</strong>ección.<br />
Algunos requieren estricta adherencia a los pronombres de género “apropiados”. A otros<br />
1 Lesbianas.<br />
2 Lesbianas masculinas.<br />
3 Lesbianas femeninas.<br />
4 Papi-niño.<br />
5 Papi-niña.<br />
6 Female to male (de mujer a hombre).<br />
EL SADOMASOQUISMO COMO PRÁCTICA SEXUAL CONSENSUADA.<br />
LA EXPERIENCIA DE LAS LESBIANAS - Por Liliana Gómez Villa. Pag. 103