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En primer lugar existía la antigua vía romana llamada Gemina que
saliendo desde Aquilea, llegaba hasta Lubliana donde se abría la
posibilidad de seguir al norte hasta Viena; desde Trieste se llegaba hasta
Istria, Fiume y la Dalmacia.
Luego, siempre saliendo desde Trieste, se podía conectar en
Aquilea con la vía Julia Augusta que partía de allí hacia el norte y
atravesando el Friuli llegaba hasta Linz y Klagenfurt en Austria.
La vía Postumia, construida en el 148 a.c. conectaba Aquilea con
el norte y a través de la vía Emilia con el centro de Italia. Esta vía sirvió
de directiva para la penetración de los Hunos, de los Ostrogodos, de los
Longobardos y de los húngaros y por ello finalmente fue denominada
Strada Hungarorum; y es esta vía que llega hasta Buda y Pest en el siglo
XIV la que era más utilizada por los comerciantes triestinos y venecianos.
Ahora bien, todas estas vías, construidas en la época romana,
estaban en condiciones de ser utilizadas por los mercaderes, a pesar de
no encontrase en las condiciones originales por la falta de mantenimiento.
La verdadera dificultad para los comerciantes que usaban los caminos
terrestres estaba dada por la gran cantidad de robos que en muchos
casos eran tolerados y a veces aceptados.
Los mercaderes se unían en caravanas para su seguridad pero
muchas veces al pasar por el territorio de algún señor, este imponía unas
tarifas arancelarias leoninas o simplemente secuestraba la caravana, a
veces usando violencia. 119
En cuanto a las exportaciones de los húngaros, estas consistían
principalmente en plata y oro. Estos metales eran sumamente necesarios
para mantener la acuñación de las monedas, sean de las acuñadas por
los Patriarcas de Aquilea, las de Venecia o las emitidas por los Obispos
de Trieste. 120
119
-Como anécdota nos cuenta G. Caprin que los mercaderes venecianos viajaban llevando en sus caravanas
magos, saltimbanqui, músicos y animales curiosos para divertir a los feudatarios y asegurarse así su
protección. CAPRIN, Giuseppe. Il Trecento a Trieste. Pág.152.
120
-Después de la paz de Costanza en 1183, los Patriarcas de Aquilea comenzaron a emitir moneda y
prácticamente al mismo tiempo lo hicieron los obispos de Trieste. Estas tenían la efigie del Obispo que pedía la
acuñación en el anverso y una imagen de la ciudad en el reverso siendo la única excepción la moneda del
1236 donde aparece en el anverso San Justus y en el reverso la ciudad con la inscripción Civitas Tergestum.
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