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Hay que señalar que la sal no era sólo un banal condimento sino
constituía una necesidad primaria para la vida diaria; por supuesto servía
para mejorar el sabor de los alimentos pero tambíen suministraba
minerales importantes al organismo humano y sobre todo se utilizaba
como conservante de carne, pescado y verduras además de ser utilizada
con el ganado. En caso de fallar el suministro de la sal, se podían
entonces presentar carestías ya que se deterioraban las reservas de
alimentos y desmejoraba la salud de las personas y de la ganadería.
De hecho una buena parte del comercio marítimo en el área
Adriático-Mediterránea en la edad media estaba subordinada a la
necesidad de comprar, transportar y vender la sal y por ello la importancia
de las flotas de barcos adaptados para llevar grandes cargas de sal y la
utilización de escoltas armadas.
En cuanto a este comercio por tierra, hay que decir que se
basaba en las ”vías de la sal” que ya desde la época romana habían sido
establecidas y que no sólo permanecieron iguales sino que se
incrementaron en toda Europa siendo a menudo utilizadas por los
peregrinos para alcanzar los distintos santuarios religiosos. Además, hay
que decir que a lo largo de estas “vías” se fundaron varias ciudades y un
buen ejemplo lo fue la ciudad de Salzburg en Austria, literalmente la
“ciudad de la sal” y donde los mercaderes triestinos llegaban a vender su
producto.
Trieste a parte del comercio de la sal, dentro de su territorio tenia
pocos productos comerciables, entre ellos se encontraba en primer lugar
el vino del Carso, (muy apreciado desde la época romana y mencionado
por Plinio el viejo), el aceite, la cera para las velas y el pescado.
Por otra parte y tal como nos cuenta Giuseppe Caprin 118 , los
mercaderes triestinos negociaban por toda Italia y en especial compraban
en Udine el grano y los cereales, en Carniola y Corintia, hierro y madera
para las construcciones, resina y pieles; en Puglia compraban aceite,
frutas cítricas, azufre y azafrán; en Venecia, telas, especias, drogas, y
distintos tipos de objetos manufacturados, especialmente de vidrio.
118
.CAPRIN, Giuseppe. Il Trecento a Trieste. Pág. 153/154
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