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RUTAS MAGICAS

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«AVILA RURAL»<br />

<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />

POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />

Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />

Mingorría • Zorita • Cardeñosa • Santo Domingo de<br />

las Posadas • Peñalba • San Esteban de los Patos<br />

Monsalupe • Pozanco • Las Berlanas • Velayos •<br />

Tolbaños • Gotarrendura • La Vega • Blascosancho<br />

Escalonilla • Saornil • La Venta • Gallegos • Brieva<br />

«Piedra Caballera»<br />

Segunda Edición 2006


<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />

POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />

Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />

«AVILA RURAL»<br />

Mingorría<br />

Zorita de los Molinos<br />

Cardeñosa<br />

Santo Domingo de las Posadas<br />

Peñalba de Avila<br />

San Esteban de los Patos<br />

Monsalupe<br />

Pozanco<br />

Las Berlanas<br />

Velayos<br />

Tolbaños<br />

Gotarrendura<br />

Vega de Santa María<br />

Blascosancho<br />

Escalonilla<br />

Saornil de Voltoya<br />

Venta de San Vicente<br />

Gallegos de San Vicente<br />

Brieva<br />

«Piedra Caballera»<br />

Revista Cultural<br />

Segunda Edición<br />

2006


Publicaciones<br />

«Piedra Caballera»<br />

· REVISTAS: «Piedra Caballera», Revista<br />

cultural, 1982-1989, 16 números.<br />

· MONOGRAFICOS: – El arte de trabajar la<br />

piedra, 1985. – Cuadernos de arquitectura,<br />

1987. – Carnavales, 1987. – Cuaderno de<br />

fotografías, 1987. – Cuaderno de deportes<br />

populares, 1988. – Suertes del toreo, poemas<br />

de Teófilo Domínguez, 1989.<br />

· CARPETAS FOTOGRAFICAS: – La historia<br />

quieta, 1989. – La memoria del tiempo, 1990.<br />

– Postales, 1990.<br />

· LIBROS: – Hojas sueltas, poemas de José<br />

Pindado, 1984. – Gotas de lluvia, poemas de<br />

Segundo Bragado, 1986. – Para no olvidarte,<br />

Amelia, poemas de Fermín Navarro, 1990. –<br />

Crónicas de un pueblo abulense, de Jesús<br />

Mª Sanchidrián Gallego y otros, 1991. – La<br />

historia quieta, la historia del tiempo<br />

(Fotografías), de Jesús Mª Sanchidrián,<br />

1996. – Comediantes. Crónica teatral de un<br />

pueblo, de Jesús Mª Sanchidrián, 2002. -<br />

Estampas de la Tierra de Ávila (Fotografías),<br />

de Jesús Mª Sanchidrián, 2004. – La Muralla<br />

de Ávila, (Fotografías), de Jesús Mª<br />

Sanchidrián, 2006. - Album del Grande<br />

(Fotografías), de Jesús Mª Sanchidrián, 2006.<br />

· FOLLETOS: – Mingorría y Zorita de los<br />

Molinos, 1997. – Los molinos del Adaja,<br />

1999. – Homenaje musical al dulzainero<br />

Aureliano Muñoz «Polilo», 2000.<br />

Estampas de la Tierra de Ávila. de Jesús Mª<br />

Sanchidrián Gallego. 2004.<br />

JESUS M.ª JOSE SANCHIDRIAN GALLEGO<br />

(Mingorría - Avila, 1959) es un estudioso del<br />

patrimonio cultural y etnográfico de los pueblos<br />

abulenses y de sus gentes, sobre el<br />

que ha escrito y publicado artículos, libros y<br />

fotografías, de las que también ha realizado<br />

diversas exposiciones. A través de la revista<br />

«Piedra Caballera», de la que es su fundador<br />

y director, ha promovido la divulgación de la<br />

cultura popular y las inquietudes artísticas y<br />

literarias surgidas en el medio rural. Profesionalmente<br />

ejerce como letrado urbanista<br />

municipal.<br />

«AVILA RURAL»<br />

<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />

POR LOS PUEBLOS<br />

DEL ADAJA<br />

•<br />

Madrid<br />

Río Adaja<br />

Segunda Edición<br />

2006<br />

• Mingorría<br />

•<br />

Avila<br />

Castilla y León<br />

El viaje mágico que se propone<br />

por los pueblos del Adaja situados<br />

en las inmediaciones de la<br />

ciudad de Avila, combina aspectos<br />

etnográficos, históricos,<br />

artísticos, culturales, festivos,<br />

musicales y paisajísticos,<br />

entre otros, que se configuran<br />

en un conjunto de rutas que<br />

pretenden ilustrar a los viajeros<br />

con una nueva visión de lo<br />

popular, mezclando aspectos<br />

físicos y visuales con otros<br />

imaginativos. Con ello se procura<br />

un redescubrimiento de<br />

nuestros pueblos y sus gentes,<br />

en un intento de revitalizar su<br />

identidad histórica y cultural, y<br />

de recuperar el hábitat rural<br />

que le es propio.<br />

«Piedra Caballera»<br />

Asociación Cultural<br />

«AVILA RURAL» <strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />

«AVILA RURAL»<br />

<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />

POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />

Jesús M.ª J. Sanchidrián Gallego<br />

Mingorría • Zorita • Cardeñosa • Santo Domingo de<br />

las Posadas • Peñalba • San Esteban de los Patos<br />

Monsalupe • Pozanco • Las Berlanas • Velayos •<br />

Tolbaños • Gotarrendura • La Vega • Blascosancho<br />

Escalonilla • Saornil • La Venta • Gallegos • Brieva<br />

«Piedra Caballera»<br />

Segunda Edición 2006<br />

Las <strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> por los pueblos del<br />

Adaja surgen en la búsqueda de una identidad<br />

común a todos ellos siguiendo una<br />

parte del curso del río y su cuenca, donde<br />

se mezclan antiguas formas de vida con elementos<br />

propios de la cultura popular y el<br />

medio ambiente rural.<br />

Aunque situados en la inmediaciones de la<br />

ciudad de Avila, los pueblos de la zona suelen<br />

pasar desapercibidos para los viajeros<br />

que se acercan a estas tierras, por lo que las<br />

rutas ideadas permiten adentrarse en la singularidad<br />

de las tradiciones y costumbres<br />

de sus habitantes, y en el paisaje que caracteriza<br />

su medio natural, de cuya simbiosis<br />

nace una visión mágica que trasciende a la<br />

simple realidad de las cosas.<br />

Los pueblos que se aparecen en este peculiar<br />

viaje surgieron en el siglo XI con repobladores<br />

de origen gallego y asturleonés,<br />

burgalés, vasconavarro y aragonés, quienes<br />

se asentaron en las tierras que habían quedado<br />

deshabitadas con la llegada de los<br />

árabes. Anteriormente se conocieron otras<br />

culturas primitivas y civilizaciones de la<br />

antigüedad, destacando los asentamientos<br />

del pueblo celta de los vettones. Después, a<br />

lo largo de la historia, los habitantes destacaron<br />

como labradores y ganaderos, tejedores,<br />

arrieros, molineros, viñadores, ajeros,<br />

panaderos y canteros.<br />

El río Adaja, al abandonar la capital abulense,<br />

atraviesa los pueblos configurando un<br />

bello paisaje de encinas y berrocales de piedra<br />

salpicado de molinos, igual que también<br />

se observa en la ribera abulense del<br />

Voltoya. En la llanura los campos se cultivan<br />

como en La Moraña cerealista, mientras en<br />

la sierra las rocas graníticas se abren en<br />

canteras al cielo.<br />

Entre los monumentos más reseñables figuran<br />

las iglesias y ermitas levantadas por el<br />

fervor popular, y la singularidad de los palomares,<br />

los potros, las cruces, y el viejo<br />

caserío de pueblos y dehesas. Las tradiciones<br />

festivas y culturales, y las huellas de<br />

reyes, santos, escritores, artistas y otras<br />

personalidades también forman parte de las<br />

señas de identidad de los pueblos del<br />

Adaja.


Avila. Plano provincial. Detalle de la cuenca del río Adaja<br />

Sobre plano Diputación Provincial de Avila


INDICE<br />

A Clara,<br />

a Elvira y<br />

a Clarita.<br />

EDITA:<br />

«Piedra Caballera»,<br />

Revista Cultural.<br />

Plaza de la Encrucijada, 9.<br />

05280 - Mingorría (Avila).<br />

Tels. 920 21 16 53<br />

920 20 03 62.<br />

PRIMERA EDICIÓN:<br />

Septiembre de 2001<br />

COLABORARON:<br />

· Asocio de Avila - PRODER.<br />

· Caja de Ahorros de Avila.<br />

· Ayuntamiento<br />

de Mingorría (Ávila)<br />

SEGUNDA EDICIÓN:<br />

Abril de 2006<br />

© Jesús M.ª José<br />

Sanchidrián Gallego.<br />

© Ediciones<br />

Piedra Caballera.<br />

DISEÑO Y FOTOGRAFIAS:<br />

Jesús M.ª Sanchidrián y<br />

«Piedra Caballera».<br />

DEPOSITO LEGAL:<br />

S. 95-2006<br />

I.S.B.N.:<br />

84-609-9020-6<br />

Impreso en España.<br />

Printed in Spain.<br />

<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong> . . . . . . . . . . . . . . . 4<br />

1. RUTA DEL RIO ADAJA . . . . . . . . 7<br />

2. RUTA DE LOS MOLINOS . . . . . . 13<br />

3. RUTA GEOGRAFICA . . . . . . . . . . 25<br />

4. RUTA ARQUEOLOGICA . . . . . . . 33<br />

5. RUTA MONUMENTAL . . . . . . . . . 39<br />

6. RUTA DE LOS REYES . . . . . . . . . 45<br />

7. RUTA DE LOS SANTOS . . . . . . . 49<br />

8. RUTA DE LOS ANTIGUOS<br />

POLITICOS Y MINISTROS . . . . . 55<br />

9. RUTA DE LOS OBISPOS . . . . . . . 61<br />

10. RUTA DE LOS LABRADORES . . . 66<br />

11. RUTA DE LOS CARRETEROS . . . 79<br />

12. RUTA DE LOS PASTORES . . . . . 85<br />

13. RUTA DE LA MATANZA . . . . . . . . 93<br />

14. RUTA DE LOS PANADEROS . . . . 99<br />

15. RUTA DE LOS POTROS . . . . . . . 103<br />

16. RUTA DEL VINO . . . . . . . . . . . . . 106<br />

17. RUTA DE LOS ARRIEROS<br />

Y TRAJINANTES . . . . . . . . . . . . . 111<br />

18. <strong>RUTAS</strong> FESTIVAS . . . . . . . . . . . . 119<br />

19. RUTA DE LA LANA . . . . . . . . . . . 128<br />

20. RUTA DE LOS CHOCOLATEROS 133<br />

21. RUTA DE LOS PALOMARES . . . . 136<br />

22. RUTA DE LOS CRUCEROS . . . . . 139<br />

23. RUTA DE LOS CARBONEROS . . 143<br />

24. RUTA DE LOS CANTEROS . . . . . 147<br />

25. RUTA DE LOS PINTORES . . . . . . 153<br />

26. RUTA DE LOS ESCRITORES . . . . 159<br />

27. RUTA DE CINE . . . . . . . . . . . . . . 170<br />

28. RUTA DE LOS VIAJEROS . . . . . . 177<br />

29. RUTA MUSICAL . . . . . . . . . . . . . 187<br />

30. RUTA DE LOS COMEDIANTES . . 193<br />

31. RUTA DE LAS DEHESAS<br />

Y CASERIOS . . . . . . . . . . . . . . . . 197<br />

32. RUTA DE LOS DESPOBLADOS . . 205<br />

33. RUTA DE LAS IGLESIAS<br />

Y ERMITAS . . . . . . . . . . . . . . . . . 209<br />

BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . 218


<strong>RUTAS</strong> <strong>MAGICAS</strong><br />

POR LOS PUEBLOS DEL ADAJA<br />

Presentación<br />

E<br />

l viaje mágico que proponemos en esta Guía combina<br />

aspectos etnográficos, históricos, artísticos,<br />

culturales, festivos, musicales y paisajísticos, entre<br />

otros, que se configuran en un conjunto de rutas que pretenden<br />

ilustrar a los viajeros con una nueva visión de lo<br />

popular, mezclando elementos físicos y visuales con otros<br />

imaginativos. Con ello se procura un redescubrimiento de<br />

nuestros pueblos y sus gentes, en un intento de revitalizar<br />

su identidad histórica y cultural, y de recuperar el hábitat<br />

rural en torno al río Adaja que le es propio.<br />

El ámbito geográfico que se<br />

incluye en esta Guía Mágica<br />

sigue el curso del río Adaja desde<br />

la presa de las Cogotas hasta<br />

que se adentra en la comarca<br />

morañega. En este tramo el<br />

río atraviesa los municipios de<br />

Cardeñosa, Mingorría, Zorita<br />

de los Molinos, Pozanco, Peñalba,<br />

Vega de Santa María y<br />

Blascosancho. Junto a estos<br />

pueblos la zona de influencia se<br />

extiende por el Este hasta el río<br />

Voltoya y las estribaciones de<br />

la sierra de Ojos Albos, donde<br />

se hallan los pueblos de Brieva,<br />

Gallegos, La Venta, Tolbaños,<br />

Saornil, Escalonilla,<br />

San Esteban de los Patos,<br />

Santo Domingo de las Posadas<br />

y Velayos; y por el Oeste<br />

hasta los municipios de Gotarrendura,<br />

Las Berlanas y Monsalupe.<br />

Los encinares del Adaja y<br />

los hombres que todavía siguen<br />

Molino «Nuevo» en el Adaja.


4<br />

desempeñando las mismas actividades<br />

de antaño, constituyen<br />

un bello atractivo para el viajero.<br />

Aquí cabe observar el proceso<br />

de elaboración del cisco y<br />

el carbón de encina, el pastoreo<br />

con cabras y ovejas, la montanera<br />

o cebado de cerdos con<br />

bellotas, y el aprovechamiento<br />

de caza, leña y pastos. Siguiendo<br />

el curso del río puede verse<br />

junto a la presa de las Cogotas<br />

a los canteros de Cardeñosa y<br />

Mingorría, que continúan labrando<br />

piedra en canteras<br />

abiertas al cielo.<br />

Coincidiendo con la llegada<br />

del invierno todavía se mantiene<br />

la costumbre de hacer la<br />

matanza del cerdo, una de las<br />

más generalizadas y peculiares<br />

en la vida rural, tanto que en<br />

Vega de Santa María cada año<br />

se convierte en una fiesta.<br />

El viaje prosigue junto a uno<br />

de los oficios más antiguos, el<br />

de pastor, para admirar también<br />

los trabajos de uno de los<br />

últimos artesanos del «arte pastoril»<br />

y observar cómo se esquilan<br />

las ovejas.<br />

Las faenas agrícolas realizadas<br />

sin medios mecánicos ofrecen<br />

una belleza plástica increíble,<br />

por lo que el recorrido por<br />

las mismas se hace necesario.<br />

Especial atención merece la utilización<br />

todavía de animales de<br />

trabajo y carros, lo que obliga<br />

al viajero a conocer mejor a los<br />

labradores y carreteros.<br />

El recorrido mágico incluye<br />

los trabajos artesanales para la<br />

elaboración del vino, testimonio<br />

vivo de esta tradición son<br />

los abundantes lagares y bodegas<br />

existentes.<br />

En el viaje propuesto descubriremos<br />

fábricas de chocolate,<br />

de aguardiente y de tejas y<br />

ladrillos, así como ejemplos singulares<br />

de la arquitectura en los<br />

palomares, fraguas, potros y<br />

fuentes, en contraste con los<br />

Molino Las Juntas. Mingorría.<br />

restos de despoblados medievales,<br />

estaciones de ferrocarril<br />

y bellos cruceros de piedra.<br />

La multitud de molinos del<br />

Adaja convierten esta ruta en<br />

única, y a ella añadimos los<br />

molinos del Voltoya.<br />

La música popular de dulzaina<br />

y tamboril, los espectáculos<br />

taurinos y las fiestas patronales<br />

merecen recorridos especiales.<br />

De los viajes reales la Guía<br />

recoge anécdotas históricas de<br />

su paso por los pueblos de la<br />

zona, como también de los santos,<br />

los antiguos obispos abulense,<br />

y los ministros y políticos<br />

de antaño. Los censos de<br />

Ensenada y los estudios de<br />

Madoz dejaron, y ahora se reproducen,<br />

un testimonio escrito<br />

destacable de cómo eran nuestros<br />

pueblos.<br />

Los viajeros ingleses del siglo<br />

XIX, la llegada del ferrocarril<br />

y la proliferación de guías<br />

turísticas descubrieron para los<br />

nuevos visitantes la existencia<br />

de aldeas y lugares antes desconocidos,<br />

lo mismo que ahora<br />

se pretende con esta Guía. El<br />

profesor Gómez-Moreno viajó<br />

por toda la provincia y estudió


<strong>RUTAS</strong> MÁGICAS 5<br />

los monumentos más significativos<br />

de los pueblos del Adaja,<br />

por lo que bien merece repetir<br />

el recorrido un siglo después.<br />

A través de la ruta arqueológica<br />

que recoge la Guía nos<br />

acercamos a los antiguos pobladores<br />

de estas tierras. Otra<br />

ruta pasa por las iglesias y ermitas,<br />

el exponente más significativo<br />

del sentimiento religioso<br />

de la población, y la muestra artística<br />

más importante de su patrimonio.<br />

El paisaje y las gentes del<br />

campo sirvieron a escritores y<br />

artistas como motivos de inspiración,<br />

los cuales se trasladan<br />

ahora a los viajeros que se adentran<br />

a esta tierra. La grandeza<br />

del cine también se siente a través<br />

de escenarios y actores ligados<br />

a la pequeñez de las villas<br />

y aldeas de esta parte de Avila,<br />

tal y como se recoge en la ruta<br />

ideada sobre el séptimo arte.<br />

El teatro y la música popular<br />

igualmente ocupan<br />

un lugar importante entre<br />

los aspectos que se<br />

quieren divulgar de la<br />

tradición cultural de la<br />

zona, lo mismo que las<br />

inquietudes que se<br />

plasman en libros y<br />

revistas surgidos en<br />

numerosos pueblos.<br />

El recorrido propuesto<br />

a través de las<br />

rutas seleccionadas se<br />

concluye con una especial<br />

referencia a la<br />

bibliografía manejada<br />

para la obtención de<br />

valiosos datos que interesarán<br />

al viajero.<br />

Finalmente, hay que<br />

resaltar que la fotografía<br />

ocupa un lugar sobresaliente<br />

y destacable<br />

en la presentación<br />

de las distintas<br />

rutas confeccionadas.<br />

Sobre la riqueza gráfica<br />

e ilustrativa de las imágenes<br />

recogidas, hay que añadir que<br />

las fotos fueron tomadas en los<br />

últimos tres años y responden a<br />

una percepción real y actual de<br />

lo que representan, lo cual contribuye<br />

a enriquecer la visión<br />

mágica de los pueblos del Adaja<br />

y de sus gentes.<br />

Otros aspectos históricos,<br />

culturales, paisajísticos, arquitectónicos,<br />

etnográficos o ecológicos,<br />

también habrían servido<br />

para elaborar otras rutas de<br />

igual importancia que las reseñadas.<br />

Incluso, podríamos haber<br />

extendido el ámbito geográfico<br />

que abarca la ribera<br />

del Adaja, o haber profundizado<br />

más en alguna ruta, pero<br />

ello excede de las limitaciones<br />

que impone la naturaleza de esta<br />

Guía, no sin lamentar profundamente<br />

esas posibles ausencias.<br />

Verraco de Mingorría.


CASAS RURALES<br />

EN LOS PUEBLOS DE LA ZONA<br />

BRIEVA-VICOLOZANO<br />

LA COLMENA I<br />

La Fuente, s/n. Brieva-Vicolozano<br />

Titular: Mª del Carmen Martín Resina<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

LA COLMENA II<br />

La Fuente, s/n. Planta Alta<br />

Brieva-Vicolozano<br />

Titular: Mª del Carmen Martín Resina<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

CARDEÑOSA<br />

AMANECER<br />

c/ Barrionuevo, 14. Cardeñosa<br />

Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />

Titular: Mª de la Soledad Orgaz López<br />

Teléfono: 917 398 581<br />

LA CASA DEL TIO TANGO I<br />

Plaza Mariano Silvela, 5. bajo izq.<br />

Cardeñosa<br />

Titular: Carlos Ángel Hdez. del Dedo<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

LA CASA DEL TIO TANGO II<br />

Pza. Mariano Silvela, 5. 1º. Cardeñosa<br />

Titular: Carlos Ángel Hdez. del Dedo<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

LAS COGOTAS<br />

Travesía Villalba, 8.Cardeñosa<br />

Titular: Ayto. de Cardeñosa<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

LOS CELTAS<br />

Lagar del criado, s/n. Cardeñosa<br />

Titular: Agustín Garcinuño García<br />

Tels: 920 260 046 / 920 206 204<br />

LOS VETTONES<br />

Lagar del criado, s/n. Cardeñosa<br />

Titular: Agustín Garcinuño García<br />

Tels: 920 260 046 / 920 206 204<br />

MINGORRÍA<br />

CASA DE JUAN<br />

c/ Félix Nieto, 14. Portal 6. Mingorría<br />

Titular: Juan Fco. Martínez Mendoza<br />

Teléfono: 902 424 141 / 920 206 204<br />

920 206 235.<br />

CASA DEL CAÑO<br />

Dionisio Cenalmor, 5. Mingorría<br />

Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />

Titular: Mª Teresa Pindado Pajares<br />

Teléfono: 920 200 018<br />

EL BOYO<br />

c/ De la Iglesia, 11. Mingorría<br />

Titular: Pilar González Nieto<br />

Teléfono: 920 206 204<br />

LAS ÉPOCAS<br />

c/ De la Fuente, 11. Mingorría<br />

Titular: José Luis Saucedo Muñoz<br />

Teléfono: 939 977 339<br />

TOLBAÑOS<br />

MOLINO DE LOS GAMUSINOS<br />

Ribera del Río Voltoya. Molino de Los<br />

Morañejos.Tolbaños<br />

Titular: Fco. Javier Hernández García<br />

Tels.: 920 208 433 / 920 227 714.<br />

SAN ESTEBAN DE LOS PATOS<br />

LA CASITA DE LOS PATOS<br />

Camino de Ávila, 6. San Esteban de<br />

los Patos.<br />

Titular: Antonio Gómez Reina<br />

Teléfono: 920 208 239.<br />

LA SOLANILLA<br />

Camino de Ávila, 4. San Esteban de<br />

los Patos.<br />

Titular: Antonio Gómez Reina<br />

Tels.: 920 208 239 / 651 420 376.<br />

PEÑALBA DE ÁVILA<br />

EL CAPRICHO<br />

c/ Pico Serrota, 22. (Urb. Pinar Navares)<br />

Peñalba de Ávila.<br />

Tipo: Casa Rural de Alquiler<br />

Titular: Javier Martín Gómez<br />

Teléfono: 629 863 111.<br />

EL CELEMÍN<br />

Urb. Pinar Navares. c/ Pico Zapatero,<br />

138. Peñalba de Ávila.<br />

Titular: Nadribasa, S.L.<br />

Tels.: 920 352 046 / 626 991 779.<br />

OTROS - GOTARRENDURA<br />

CLUB DEPORTIVO DE EQUITACIÓN<br />

“EL VALLE”<br />

c/ La ermita, 22. Gotarrendura<br />

Titular: Juan Ramos Sáez Iglesias<br />

Teléfono: 649 440 276.<br />

MUSEO ETNOGRÁFICO Y<br />

DE ARTE “LÓPEZ BERRÓN”<br />

Pza Santa Teresa. Gotarrendura<br />

Titular: Eugenio López Berrón<br />

Teléfono: 920 269 038.


■ A DESTACAR. El paisaje<br />

sobrecogedor que presenta<br />

el río Adaja cuando<br />

abandona la ciudad de Avila<br />

y traspasa la presa de Las<br />

Cogotas. En el recorrido pueden<br />

admirarse los extraordinarios<br />

berrocales graníticos<br />

rodeados de encinas y los<br />

pinares que se multiplican al<br />

avistar la tierra más llana, así<br />

como los numerosos molinos<br />

que se asoman desde<br />

las márgenes del río.<br />

■ La ruta. Desde la Presa<br />

de las Cogotas hasta el comienzo<br />

de la llanura morañega,<br />

pasando por los términos<br />

municipales de Avila,<br />

Cardeñosa, Mingorría, Zorita<br />

de los Molinos, Pozanco, Peñalba<br />

de Avila, Vega de Santa<br />

María, Hernansancho y<br />

Blascosancho. Debe hacerse<br />

por tramos.<br />

■ Cómo llegar. Primer tramo:<br />

Por la carretera N-403<br />

que une Avila con Mingorría,<br />

tomando un desvío que sale<br />

en el p.k. 146,5 hacia la presa.<br />

Segundo tramo: Desde<br />

Mingorría, por el camino de<br />

los molinos. Tercer tramo: Desde<br />

Mingorría, por la carretera<br />

de Zorita de los Molinos<br />

hasta el puente sobre el río,<br />

pudiendo continuar aguas<br />

arriba o abajo hasta Pozanco.<br />

Cuarto tramo: Por la carretera<br />

de Vega de Santa María-Gotarrendura<br />

hasta Navares,<br />

con desvíos a izquierda<br />

y derecha. El recorrido<br />

puede hacerse en coche o<br />

bicicleta hasta llegar al río,<br />

después hay que seguir su<br />

curso andando.<br />

■ Qué ver. Bellezas naturales,<br />

montes de encinas, pinares<br />

y arboledas de ribera<br />

e infraestructuras de multitud<br />

de molinos harineros.<br />

■ Aliciente. Descubrir un<br />

paisaje prácticamente desconocido.<br />

Mingorría, río Adaja.<br />

RUTA DEL<br />

RIO ADAJA<br />

«En Avila, mis ojos<br />

dentro de Avila.<br />

En Avila del Río»<br />

(Cancionero de Palacio, s. XV).<br />

Al norte de la capital abulense,<br />

donde el río Adaja encamina<br />

sus aguas después de<br />

abandonar el recinto amurallado<br />

y donde el paisaje de los encinares<br />

y las rocas graníticas se<br />

vuelve verdegrís, se nos antoja<br />

un viaje mágico por las entrañas<br />

de una tierra que quiere ser<br />

redescubierta. Sin alejarnos más<br />

de cuatro leguas de la ciudad<br />

de Avila dibujaremos un espacio<br />

geográfico que tendrá su referente<br />

en la ribera del Adaja,<br />

en una extensión que llega por<br />

el norte hasta donde el terreno<br />

se hace llano en la Moraña cerealista.<br />

En este viaje tomaremos<br />

como atalaya el Castro de las<br />

Cogotas, situado junto al río<br />

Adaja, a sus pies se halla la<br />

presa que ha tomado prestado<br />

el mismo nombre, desde él


8 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />

puede alcanzarse con la vista<br />

una parte importante del terreno<br />

a explorar.<br />

El paisaje que caracteriza la<br />

zona natural se identifica en<br />

una mitad por una masa arborea<br />

importante de encinas que<br />

bordea el río Adaja, en contraste<br />

con la otra mitad, donde predominan<br />

los cultivos ceralistas.<br />

El paisaje agreste del encinar<br />

se ve apaciguado en la llanura<br />

donde crece la cebada y el trigo,<br />

también por enclaves de pinares<br />

y por multitud de arroyos<br />

donde se yerguen altos chopos<br />

en galería. Los caseríos que se<br />

agolpan en los distintos pueblos<br />

salpicados por iglesias<br />

y ermitas ofrecen una sugestiva<br />

imagen de historias y tradiciones.<br />

El río Adaja, después de dejar<br />

Avila, inicia un singular y sinuoso<br />

trazado que propició a<br />

partir del siglo XIII la aparición<br />

de multitud de molinos harineros,<br />

característicos de una incipiente<br />

actividad industrial de<br />

transformación de los productos<br />

cerealistas. A las orillas se<br />

encarama un mar de encinas<br />

con atalayas de berrocales graníticos.<br />

El río de Avila pasa por<br />

la ciudad ennoblecido y señorial,<br />

y aguas abajo se convierte<br />

en un caballero con armadura<br />

dispuesto a guerrear con un terreno<br />

inhóspito y accidentado.<br />

El río llega hasta la presa después<br />

de unos 35 kilómetros, distancia<br />

que le separa del lugar<br />

de su nacimiento en el puerto<br />

de Villatoro. Antes también ha<br />

pasado por el valle Amblés y la<br />

capital abulense.<br />

En Avila, las aguas del Adaja<br />

sirvieron para mover las ruedas<br />

de la Real Fábrica del Algodón,<br />

construida en 1788 sobre<br />

el lugar que ocupaba un molino<br />

harinero que llamaban del<br />

«Puente de Adaja». Otros molinos<br />

harineros existentes entonces<br />

en esta misma zona del<br />

río eran los llamados de la Losa,<br />

el Batán, Carril, Cubo, Verdeja<br />

y Pedrosillo, además del<br />

molino Contón, propiedad del<br />

capellán de Mingorría en 1751.<br />

En la actualidad, a excepción<br />

del molino de la Losa, que ha<br />

sido rehabilitado como restaurante,<br />

apenas quedan restos de<br />

aquellos otros, pues fueron sepultados<br />

por las aguas del embalse<br />

de Fuentes Claras y la<br />

propia presa.<br />

La visión de la llegada del río<br />

desde la ciudad trae las viejas<br />

glorias de su paso por el puente<br />

romano, junto a la iglesia de<br />

San Segundo y lamiendo el entorno<br />

de sus murallas<br />

El Adaja es el río de la capital<br />

abulense y es el río de los primeros<br />

pobladores de estas tierras.<br />

También es el río de los<br />

pueblos que atraviesa, surgidos<br />

todos ellos en tiempos de la repoblación<br />

cristiana del siglo XI.<br />

El río que vemos siguiendo el<br />

curso después de su amansamiento<br />

en los embalses que suceden<br />

a los puentes de la ciudad<br />

es un trozo con rocas y en-<br />

«Avila sobre el río».


Canteros.<br />

cinas en sus márgenes, es el<br />

agua con furia desatada en continuo<br />

movimiento al compás de<br />

molinos y batanes.<br />

Desde nuestro puesto de centinelas<br />

sobre la carretera que<br />

cruza la presa, o desde el mirador<br />

construido a un lado, de espaldas<br />

a la masa de agua embalsada,<br />

podemos contemplar<br />

la selva de encinas y rocas graníticas<br />

por donde se abre paso<br />

al río. Al Oeste se halla el cerro<br />

del castro de las Cogotas y se<br />

escucha el repicar de los punteros<br />

sobre la piedra, tarea en la<br />

que se afanan los canteros del<br />

pueblo de Cardeñosa. Al Este,<br />

en terreno de la dehesa de Yonte,<br />

se encuentran las canteras<br />

abiertas al cielo por los canteros<br />

de Mingorría sobre paredes<br />

rocosas rodeadas de encinas.<br />

Estas cuadrillas de artesanos<br />

crearon una peculiar sinfonía de<br />

sonidos y ruidos al golpear la<br />

piedra, aunque en la actualidad<br />

los canteros de Mingorría se<br />

trasladaron a otros tajos.<br />

En el horizonte que se divisa<br />

desde el castro de las Cogotas<br />

queda escondida Avila, mientras,<br />

en el nuevo río que nace<br />

desde la presa, aparece nuestra<br />

Avila rural y primitiva.<br />

El río ha recobrado la fiereza<br />

y bravura propia de los caballeros<br />

de Avila y continúa su curso,<br />

lo que hace serpenteando<br />

Presa de las Cogotas.<br />

un terreno agreste y rocoso,<br />

descendiendo bruscamente, discurriendo<br />

por hondonadas entre<br />

encinares y abriéndose mansamente<br />

entre pinares a la llanura<br />

morañega.<br />

Aguas abajo de la presa de<br />

las Cogotas, siguiendo la línea<br />

divisoria de los términos de Avila,<br />

Cardeñosa y Mingorría, el río<br />

de Avila se ve salpicado por berrocales<br />

de piedra granítica que<br />

el agua va sorteando en forma<br />

de auténticos rápidos, y su curso<br />

discurre por profundos barrancos,<br />

a cuyas orillas aparecen<br />

importantes escarpes rocosos.<br />

El río se embravece en un<br />

trazado accidentado por la mano<br />

del hombre que construyó<br />

pesqueras, canales, caceras y<br />

balsas para servir a los molinos<br />

hidráulicos que se asoman tímidamente<br />

desde la ribera.<br />

El viajero intrépido puede<br />

acompañar al río de Avila en la<br />

permanente batalla que se libra<br />

abriendo el cauce inhóspito y<br />

agreste a lo largo de cuatro leguas.<br />

En el primer tramo cruzaremos<br />

la presa hasta colocarnos<br />

a sus pies, situándonos en la<br />

margen izquierda del río. Para<br />

ello descenderemos andando<br />

por la carretera existente y, desviándonos<br />

antes de llegar al aliviadero<br />

del pantano, tomaremos<br />

la orilla de la izquierda.


10 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />

Desde aquí veremos, imponente,<br />

el muro de la presa, al Este<br />

de la dehesa de Yonte, cuyo<br />

punto más alto alcanza los 1.121<br />

metros de altitud, y al Oeste el<br />

risco de las Cogotas, con similar<br />

altura. Proseguiremos nuestro<br />

camino por la ribera sorteando<br />

rocas y encinas, y pronto veremos<br />

los restos de un antiguo<br />

molino del que ya sólo quedan<br />

las grandes piedras que se emplearon<br />

en su construcción.<br />

Siguiendo la senda dejada<br />

por lo que debió ser el socaz,<br />

las ruinas de otro viejo molino<br />

aparecen junto a una desgastada<br />

rueda de piedra que quedó<br />

abandonada. A nuestra derecha<br />

el río discurre con estruendo,<br />

dejando escapar todavía un<br />

poco de agua por la cacera que<br />

construyó el hombre. Pequeñas<br />

sendas sirven de guía al viajero<br />

explorador para llegar desde<br />

aquí al cercano molino Revuelta.<br />

Sobre el dintel de la puerta<br />

puede leerse: «Revuelta. Año de<br />

1922. Propiedad de Juan Zazo.<br />

Reformó Cándido Herráez».<br />

Junto a los Callejones de Chascarra.<br />

La buena construcción de<br />

piedra hace que el molino se<br />

mantenga en perfecto estado.<br />

Aquí el río inicia un escabroso<br />

giro de más de noventa grados,<br />

y en la curva quedan restos de<br />

lo que fue el molino de Revoltillo.<br />

La perspectiva ciertamente<br />

es asombrosa y se engrandece<br />

cuando el río endereza su curso<br />

para servir al molino de Galleguete<br />

que pronto ha hecho<br />

presa de tanto caudal. Enfrente,<br />

entre lanchas de piedra que se<br />

nos antojan formaciones realizadas<br />

por el hombre para aprovechar<br />

la energía del río en lo<br />

que pudieron ser otros molinos<br />

o batanes.<br />

Aquí, el río empieza a encajonarse<br />

para poder pasar por los<br />

llamados Callejones de Chascarra,<br />

unos enormes paredones<br />

graníticos que cortan el terreno<br />

rocoso poblado de encinas.<br />

En estos paredones hay<br />

formada una cueva al mismo nivel<br />

del río que por su difícil acceso<br />

sirvió de escondite al famoso<br />

bandolero de Cardeñosa<br />

llamado «Marianillo» o «Marianete».<br />

Este singular revolucionario<br />

aplicaba la peculiar teoría<br />

de robar a los ricos para dárselo<br />

a los pobres, hasta que decidió<br />

robar también a los recaudadores<br />

de impuestos y ello<br />

provocó una decidida persecución<br />

por la Guardia Civil. Finalmente<br />

murió de un tiro que<br />

le dió un pastor que conocía<br />

bien el terreno ante la impericia<br />

de los guardias. Todavía hay<br />

gente en los pueblos de la zona<br />

que recuerdan a Marianillo<br />

como un buen hombre a su<br />

manera.<br />

Desde los Callejones de<br />

Chascarra los pobladores medievales<br />

construyeron la pesquera<br />

o azud del molino «Trevejo».<br />

En ambas márgenes predominan<br />

los montes de encinas<br />

de la dehesa de Cabreras<br />

en el lado izquierdo, y de las


RUTA DEL RÍO ADAJA<br />

El Adaja junto al M.º del Francés.<br />

dehesas de La Malita y El Ciego<br />

en el lado derecho.<br />

Pasados los Callejones de<br />

Chascarra, desde el encuentro<br />

con el arroyo del Monte, donde<br />

quedan restos del molino «El<br />

Cubo de Mariscano» y siguiendo<br />

el mismo curso del río los<br />

molinos cuyos vestigios se conservan<br />

en la zona son: «Trevejo»,<br />

«Las Monjas», «Pajuela», «El<br />

Nuevo» o de «Joselito», «El Cubo»,<br />

«El Grillo» o de «Ruleta» o<br />

de «Cañete»; enfrente, al otro<br />

lado del río, en la dehesa de<br />

Cabreras están las ruinas del<br />

«Barbas de Oro» y «Castillo»;<br />

volviendo a la margen de Mingorría<br />

está el de «Las Juntas» y<br />

las ruinas del «Negrillo». Cerca<br />

de estos últimos están los charcos<br />

del Redondillo y el Arenal,<br />

donde había una zona de baño<br />

y las mujeres lavaban la ropa.<br />

Incluso aquí también hay que<br />

lamentar la desgracia de algún<br />

niño que murió ahogado. En<br />

esta parte se puede cruzar el río<br />

si trae poco agua, como antiguamente<br />

hacían los cabreros<br />

hasta la dehesa de «Cabreras»,<br />

donde pastoreaban.<br />

En torno a la mayoría de los<br />

molinos se levantan arboledas<br />

de alisos, negrillos, chopos y<br />

fresnos, cuyo porte y colorido<br />

resaltan entre el verde uniforme<br />

de las encinas. En la zona pueden<br />

verse, prestando atención,<br />

alguna que otra garza, el ánade<br />

real e incluso cormoranes, y también<br />

águilas culebreras y otras<br />

rapaces.<br />

La arquitectura popular alcanza<br />

sus máximos exponentes<br />

en los mismos molinos, los cuales<br />

han sido construidos en lugares<br />

casi inaccesibles y en los<br />

que la piedra granítica, extraída<br />

del propio terreno por los canteros<br />

de la localidad, constituye<br />

el material básico y fundamental<br />

de la edificación.<br />

El río prosigue su curso retorciéndose<br />

en giros de noventa<br />

grados hasta llegar al molino<br />

de «Ituero» o del «Tío Deogracias»,<br />

o de «Teresitas», o de «Miaja»,<br />

donde le sale al encuentro el<br />

arroyo de «La Reguera» con «El<br />

Colerón». Las rocas y peñascos<br />

del paraje de «Los Colmenares»<br />

se apoderan del paisaje<br />

y encajonan el río, destacando<br />

aquí el escarpe rocoso de «Peña<br />

Águila», desde el cual antaño<br />

se lanzaban los perros que<br />

se sacrificaban. En este mismo<br />

lugar, el río también se ha tragado<br />

vidas humanas y alguna<br />

cabra que pastaba entre las rocas.<br />

Esta zona se verá transformada<br />

en el futuro con la construcción<br />

de un azud desde donde<br />

se canalizará el agua de la<br />

presa de «Las Cogotas».<br />

Al otro lado del río, donde el<br />

encinar de la dehesa de «Cabreras»<br />

cubre la ladera montañosa<br />

que se adentra en Zorita,<br />

se hallan las ruinas de dos batanes<br />

y de un tercero que conserva<br />

las paredes nombrado<br />

«El Caleño» o «El Francés». Siguen<br />

el molino «Nuevo» o de<br />

«Los Policas» y el de «Hernán<br />

Pérez», cuyo agua era aprovechada<br />

por el «Molinillo». Todos<br />

ellos están unidos por una galería<br />

de alisos, chopos y fresnos<br />

que dejan paso al ensanche del<br />

río en el charco de «Jumentrún».<br />

Llegados al puente que comunica<br />

Mingorría con Zorita, y


12 RUTA DEL RÍO ADAJA<br />

a partir de aquí, las aguas se<br />

vuelven mansas y tranquilas,<br />

después que en otros tiempos<br />

su fuerza provocara la caída<br />

y ruina de otros puentes anteriores,<br />

como ocurrió en 1912<br />

cuando, además, el agua arrastró<br />

la pesquera del molino de<br />

«El Francés». Esta parte del río<br />

es el lugar preferido por los<br />

pescadores que esperan pacientemente<br />

a que piquen barbos,<br />

anguilas, carpas, cachos o<br />

bermejuelas, tan abundantes en<br />

Ribera de Zorita y Pozanco.<br />

otro tiempo como también lo<br />

fueron los cangrejos.<br />

Continuando aguas abajo el<br />

curso del río, y pasado el puente<br />

nuevo, al que suceden restos<br />

de otros, existe una zona de<br />

baño frente a una pared arcillosa<br />

conocida como «Suellanarices»,<br />

lugar apropiado donde<br />

se había proyectado una playa<br />

fluvial. Al otro lado nos encontramos<br />

con una planta de<br />

extracción de áridos, lugar donde<br />

se han encontrado restos de<br />

un yacimiento de la edad del<br />

bronce medio. La extracción de<br />

arena ha propiciado la creación<br />

de una laguna, con la aparición<br />

de una rica vegetación palustre,<br />

convirtiéndose en un humedal<br />

frecuentado por diversas aves<br />

acuáticas.<br />

Desde el puente caído que<br />

se halla junto al arenero el paisaje<br />

se llena de pinos piñoneros<br />

y negrales, destacando también<br />

la abundancia de fresnos y<br />

chopos en torno a las ruinas del<br />

molino del «Cubo», donde se<br />

encuentra el soto del «Chorrito».<br />

En esta zona húmeda crecía<br />

la bardaguera, una mimbre<br />

que era utilizada para la fabricación<br />

de cestos por los numerosos<br />

cesteros de Zorita y Mingorría.<br />

El paisaje de pinos se mezcla<br />

después con la galería de<br />

chopos que crecen en la desembocadura<br />

del arroyo Regajal,<br />

frente al paraje de «Las Bragas»<br />

donde estaba el molino<br />

«Piar». El pinar se prolonga siguiendo<br />

al río a su paso por la<br />

dehesa de Olalla, en cuya margen<br />

izquierda se levanta el molino<br />

del «Vego». Enfrente se hallan<br />

los molinos de Pozanco que<br />

explotaban «Los Polilos», afamados<br />

molineros y dulzaineros.<br />

El primero de estos molinos es<br />

el «Cubo» o «Cubillo» o «de Castellanos»,<br />

que fue propiedad del<br />

vecino de Mingorría Eugenio<br />

Nieto, y cuya balsa y manantial<br />

fueron adquiridos por el Ayuntamiento<br />

para abastecer a la<br />

población de agua potable, en<br />

el mismo lugar existe un merendero.<br />

Los molinos que siguen<br />

se llaman «Viejo» y «Canongía».<br />

Después de los últimos molinos<br />

citados, el río llega al límite<br />

del término de Zorita y Mingorría<br />

por su margen izquierda entre<br />

pinos, chopos y fresnos, y el<br />

paisaje llano se abre a los campos<br />

cerealistas de la Moraña,<br />

después de pasar por los pinares<br />

de la dehesa de Navares,<br />

donde quedan restos del antiguo<br />

molino del «Prior».


■ A DESTACAR. Breve recorrido<br />

por el importante número<br />

de molinos de la ribera<br />

del Adaja y del Voltoya, situados<br />

en Cardeñosa, Mingorría<br />

y Zorita de los Molinos,<br />

Pozanco, Navares, Velayos,<br />

Las Gordillas, Aldealgordo<br />

y Tolbaños. Sobre el<br />

recorrido se recogen apuntes<br />

históricos y descripción<br />

del funcionamiento de los<br />

molinos y el noble oficio de<br />

molinero.<br />

■ La ruta. Se traza desde<br />

Mingorría en tramos cortos<br />

que se dirigen a los molinos<br />

del Adaja y del Voltoya, pasando<br />

por los pueblos de<br />

Zorita, Velayos y Tolbaños.<br />

■ Cómo llegar. A los molinos<br />

situados entre los encinares<br />

de Cardeñosa, Mingorría<br />

y Zorita sólo se puede<br />

acceder andando, al resto<br />

en coche o bicicleta por distintos<br />

caminos de herradura.<br />

■ Qué ver. Molinos harineros,<br />

infraestructuras y tipos<br />

de arquitectura popular, paisajes<br />

pintorescos.<br />

■ Aliciente. Conocer el<br />

funcionamiento de los antiguos<br />

molinos, observando<br />

cómo trabajan hoy los molineros<br />

de Zorita.<br />

RUTA DE<br />

LOS MOLINOS<br />

El paisaje que configura el río<br />

Adaja a su paso por Cardeñosa,<br />

Mingorría y su anejo Zorita<br />

de los Molinos se ve engrandecido<br />

por la presencia de multitud<br />

de molinos harineros, característicos<br />

de una incipiente<br />

actividad industrial de transformación<br />

de los productos cerealistas<br />

que se ha venido desarrollando<br />

en la zona desde el<br />

siglo XIII, de donde se obtenía<br />

la harina que hizo famosos a<br />

los panaderos de Mingorría.<br />

RECORRIDO HISTORICO<br />

Los molinos hidráulicos eran<br />

las instalaciones de uso colectivo<br />

donde se advierte un nivel<br />

más elevado de tecnología agraria.<br />

Su construcción estuvo bastante<br />

extendida en la geografía<br />

diocesana durante los siglos<br />

XIII y XIV, de cuya época datan<br />

los molinos de Mingorría y Zorita,<br />

según consta en el Archivo<br />

de la Catedral estudiado por<br />

Angel Barrios.<br />

Ya en el siglo XVIII, el Catastro<br />

del Marqués de la Ensenada<br />

de 1751 censa en Cardeñosa<br />

los molinos de «Pedro Cojo»<br />

y «Pedro Cojillo», situados<br />

en la margen izquierda del río<br />

Adaja actualmente invadida por<br />

la presa de las Cogotas. Aguas<br />

abajo de la presa estaban censados<br />

en la misma margen los<br />

molinos del monasterio de la<br />

Encarnación «Revuelta» y «Revoltillo»,<br />

hasta llegar a los «Callejones<br />

de Chascarra» frente a<br />

la dehesa de «Yonte».<br />

En la margen derecha, ya en<br />

el término de Mingorría, el Catastro<br />

de Ensenada daba cuenta<br />

de los molinos de «Trevejo»,<br />

«Arroyo Pepino», «El Molinillo»,<br />

«Pajuela», «Las Juntas», «El Obscuro»,<br />

«El Pontón», «El Negrillo»<br />

e «Ituero», propiedad del


14 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

monasterio de la Encarnación,<br />

de la parroquia de San Vicente<br />

o de las Obras Pías de la iglesia<br />

de Mingorría, y excepcionalmente<br />

de particulares.<br />

Molino El Castillo.<br />

Frente a los molinos de Mingorría,<br />

en la margen izquierda<br />

de Cardeñosa, el Catastro censa<br />

los molinos «Barbas de Oro»<br />

y «El Castillo», y los batanes «De<br />

Córdoba», «De Alejandro» y «El<br />

Caleño». En la misma margen,<br />

pero en el término de Zorita se<br />

censan los molinos «Nuevo»,<br />

«Hernán Pérez», «Molinillo», «El<br />

Puente», «El Cubo» y «El Vego».<br />

Al otro lado del río, en la margen<br />

derecha, aparecen censados<br />

en el municipio de Pozanco<br />

los molinos «La Balsa del<br />

Cubo» y el «Viejo». En Navares,<br />

término de Peñalba, se data el<br />

molino «Del Prior» perteneciente<br />

al monasterio de la Antigua.<br />

Otros molinos que se asoman<br />

sobre el río Voltoya son los<br />

que hay en Tolbaños, Tabladillo,<br />

Aldealgordo, Las Gordillas<br />

y Velayos.<br />

Sobre la importancia de la<br />

industria molinera, diremos<br />

que a mediados del siglo XVIII<br />

todos los molinos juntos de Zorita<br />

y Mingorría producían una<br />

renta anual de más de tres mil<br />

trescientas fanegas de cereales<br />

(trigo, cebada, centeno y algarrobas),<br />

mientras que una fanega<br />

de trigo valía unos quince<br />

reales y el alquiler de un molino<br />

de dos ruedas era de unas cincuenta<br />

fanegas de trigo al año.<br />

La construcción de los molinos<br />

tenía un alto precio, por lo<br />

que era normal que el mismo<br />

fuese financiado por varios propietarios<br />

con gran poder adquisitivo,<br />

aunque su titularidad<br />

acabó siendo, mayoritariamente,<br />

de fundaciones benéficas y<br />

órdenes religiosas a través de<br />

distintas donaciones, si bien en<br />

su mayoría eran explotados en<br />

renta por los molineros de<br />

Cardeñosa, Mingorría y Zorita.<br />

En el siglo XIX el Diccionario<br />

de Pascual Madoz (1845-<br />

1850) señala que Mingorría cuenta<br />

con una veintena de molinos<br />

harineros, los cuales serán<br />

des-amortizados para pasar a<br />

ma-nos de particulares. Años<br />

más tarde, en el Nomenclator<br />

de la Provincia de Avila de 1863<br />

se censan en Mingorría y Zorita<br />

quince molinos, en Cardeñosa<br />

hay seis y en Pozanco tres, a<br />

los que seguían el de Navares<br />

(Peñalba) y el de «Los Lobos» o<br />

«Los Pobos» en Hernansancho,<br />

además de los molinos del Voltoya.<br />

Finalmente, en el año<br />

actual de 2001 tan sólo se mantiene<br />

en funcionamiento el molino<br />

«Hernán Pérez» en Zorita.<br />

LOS MOLINOS<br />

Los molinos construidos en<br />

la zona constituyen un destacable<br />

ejemplo de arquitectura<br />

popular, donde la piedra se convierte<br />

en el material básico. Todos<br />

ellos fueron emplazados aisladamente<br />

fuera de los cascos<br />

urbanos, a una distancia de los<br />

mismos que va desde los qui-


RUTA DE LOS MOLINOS 15<br />

nientos metros a casi los tres<br />

kilómetros. Los edificios solían<br />

ser de una planta con un sobrado,<br />

ampliándose una segunda<br />

planta de adobe en alguno de<br />

ellos. La mayoría de ellos también<br />

eran utilizados como vivienda<br />

temporalmente, por lo<br />

que disponían de cocina. Y como<br />

era preciso atender a las<br />

caballerías que transportaban<br />

la harina y el grano también se<br />

disponían construcciones anejas<br />

destinadas a cuadras y pajares.<br />

Algunos molinos, como el<br />

«Hernán Pérez», cuentan además<br />

con gallinero, palomar y<br />

pocilga.<br />

Casi todos los molinos utilizaban<br />

directamente el agua del<br />

río como fuente de energía, con<br />

excepción del molino del «Cubillo»<br />

que utiliza el agua de un<br />

manantial y del molino de «Canongía»<br />

que también lo obtiene<br />

de un pequeño arroyo y un<br />

manantial.<br />

Para el aprovechamiento<br />

energético del río se construyeron<br />

pequeñas presas o azudes<br />

que cortan el cauce, creándose<br />

una importante masa de agua<br />

denominada pesquera. Desde<br />

aquí el agua se conduce hasta<br />

el propio molino a través de un<br />

canal o cacera, o «chorro» formado<br />

de gruesas paredes de<br />

piedra o excavado sobre el propio<br />

terreno, en algunos casos<br />

el agua se recoge después en<br />

una balsa, como en el molino<br />

«Trevejo» o los molinos «Cubillo»<br />

y «Canongía». Cuando el<br />

agua llega al molino pasa a través<br />

de una o varias aber-turas<br />

practicadas en la pared, bien a<br />

un depósito o cubo, de ahí la<br />

denominación de algunos molinos<br />

como «El Cubo» o<br />

«Cubillo», o bien descendiendo<br />

por un bocín o saetín hasta<br />

golpear el rodezno o rueda hidráulica<br />

horizontal, situada debajo<br />

del piso del edificio, la cual<br />

hace girar, moviendo directamente<br />

por un eje vertical, las<br />

ruedas de moler situadas en el<br />

piso superior. El agua sale después<br />

por el cárcabo y por un<br />

canal de evacuación o «socaz»<br />

se dirige de nuevo al río. Cuando<br />

se dice que un molino tiene<br />

una o varias piedras o muelas,<br />

se quiere decir que se podía<br />

moler simultánea o alternativamente<br />

con una o más piedras.<br />

Los molinos de la zona responden<br />

al esquema básico de<br />

funcionamiento descrito, aunque<br />

hay que lamentar el alto


16 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

número de ellos que se encuentran<br />

totalmente arruinados.<br />

A pesar de todo todavía<br />

hoy puede verse moler grano<br />

como hace cientos de años<br />

en el molino de «Hernán Pérez»,<br />

en Zorita.<br />

Normalmente el pleno rendimiento<br />

del molino solía durar<br />

ocho meses al año, desde los<br />

Santos (1 de noviembre) hasta<br />

San Juan (24 de junio), dependiendo<br />

después del agua que<br />

dejaba el estiaje. Su funcionamiento<br />

solía ser de doce a catorce<br />

horas al día, si bien en la<br />

descripción de Ensenada se dice<br />

que algunos molinos molían<br />

día y noche.<br />

LOS MOLINEROS<br />

El oficio de molinero ha sido<br />

siempre un oficio noble y de<br />

tradición familiar que pasaba de<br />

padres a hijos. Y este es el caso<br />

de la mayoría de los molineros<br />

de Cardeñosa, Mingorría y<br />

Zorita y Pozanco.<br />

El oficio de molinero solía<br />

compatibilizarse con otros oficios<br />

o trabajos, como los de panadero,<br />

labrador o arriero; algunos<br />

tenían colmenas y otros<br />

trataban con lana o hacían albardas.<br />

Y es que como los molinos<br />

sólo funcionaban ocho meses<br />

al año, ello permitía realizar<br />

otras actividades. Además, las<br />

numerosas recuas de burros,<br />

mulas y caballos de que disponían<br />

los molineros para transportar<br />

el grano y la harina podían<br />

utilizarse en verano para la<br />

arriería o trajinar. Asimismo, para<br />

mejorar su economía familiar<br />

el molinero solía cultivar una<br />

pequeña huerta y criar algún<br />

cerdo.<br />

Hasta principios de siglo la<br />

explotación de los molinos fue<br />

una actividad rentable para<br />

algunos molineros, y así en el<br />

censo electoral de Diputados<br />

de 1862 figuran como electores<br />

varios molineros, por pagar 400<br />

reales de contribuciones directas.<br />

Esta capacidad contributiva<br />

y posición social hizo posible<br />

que algunos molineros también<br />

fueran alcaldes o concejales.<br />

Ello abundaba la<br />

idea de que los molinos<br />

creaban riqueza en el pueblo,<br />

y así el Ayuntamiento<br />

de Mingorría en una sesión<br />

de 1851 acordó ceder los<br />

terrenos necesarios para la<br />

ampliación de los propietarios<br />

que lo solicitaron.<br />

El oficio de molinero,<br />

quien en muchos casos<br />

vivía en el molino, suponía<br />

realizar el duro trabajo,<br />

subiendo y bajando pesados<br />

sacos de trigo y harina<br />

continuamente. El molinero<br />

también debía cuidar los elementos<br />

mecánicos del molino,<br />

tenía que controlar la regular<br />

entrada del agua, picar las<br />

muelas de piedra rehaciendo<br />

las estrías para lo que tenía que<br />

desmontar las pesadas piedras,<br />

debía revisar y reparar frecuentemente<br />

los mecanismos del<br />

molino que eran de madera,<br />

además de reforzar la pesquera<br />

ante los destrozos de la crecida<br />

y limpiar el caz y los desagües.<br />

Es posible que la figura del<br />

molinero parezca ahora algo romántica,<br />

pero hay que reconocer<br />

con Nicolás García Tapia que<br />

sus condiciones de trabajo le


RUTA DE LOS MOLINOS 17<br />

hacían ser víctima de enfermedades<br />

provocadas por la insalubridad<br />

del agua estancada por<br />

el azud y el polvo de la harina.<br />

Además, el lugar de trabajo era<br />

pequeño, incómodo, sombrío y<br />

ruidoso, con una jornada ilimitada.<br />

No obstante, también hay<br />

que decir que existían innumerables<br />

compensaciones y que<br />

el resto de los trabajadores del<br />

medio rural tampoco vivían en<br />

mejores condiciones.<br />

En la actualidad, los hermanos<br />

Sansegundo, algunos de<br />

ellos ya jubilados, mantienen en<br />

perfecto estado de funcionamiento<br />

el molino llamado de<br />

Hernán Pérez, situado en la<br />

margen izquierda del río Adaja<br />

junto al puente de Zorita.<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

«REVUELTA» Y «GALLEGUETE»<br />

Los molinos de Revuelta y<br />

Galleguete son los únicos que<br />

se conservan en la margen izquierda<br />

del Adaja en el tramo<br />

que va desde la presa de las<br />

Cogotas hasta los «Callejones<br />

de Chascarra», dentro del término<br />

de Cardeñosa, si bien se<br />

aprecian restos interesantes de<br />

otros tres molinos más.<br />

Situándonos a los pies de la<br />

presa de Las Cogotas, y siguiendo<br />

entre encinas el curso<br />

del río, enseguida encontramos<br />

los restos de un antiguo molino<br />

del que se conservan grandes<br />

piedras. No muy lejos pronto observamos<br />

una vieja rueda de<br />

moler junto a otro montón de<br />

piedras de lo que fue otro molino.<br />

Desde aquí una vereda conduce<br />

al molino de «Revuelta»,<br />

un edificio de una planta y buena<br />

mampostería que se conserva<br />

en buen estado, aunque<br />

las cuadras anejas estén hundidas.<br />

Desde el molino de «Revuelta»<br />

continuamos por un camino<br />

ascendente del que nos desviamos<br />

al poco tiempo en el primer<br />

camino que sale por la derecha,<br />

el cual nos lleva al molino<br />

de «Galleguete» o de Peñalén.<br />

Si hubiéramos continuado<br />

por el camino ascendente que<br />

va a Cardeñosa, después de<br />

media hora y coronar el monte,<br />

un camino a la derecha nos<br />

habría llevado hasta las ruinas<br />

de los molinos Barbas de Oro<br />

y El Castillo, situados frente al<br />

molino de Mingorría denominado<br />

El Grillo o de «Cañete». El<br />

molino de «Galleguete» aparece<br />

después de un brusco giro<br />

del río, donde quedan las paredes<br />

del molino de Revoltillo.<br />

La abundancia de agua que sobrepasa<br />

el dique de la balsa del<br />

molino presenta una bella estampa<br />

y una llamativa perspectiva<br />

con los Callejones de Chascarra<br />

al fondo. El molino es un<br />

edificio de una planta de mampostería<br />

que fue sobreelevado<br />

con una planta más de adobe,<br />

que todavía se mantiene en pié,<br />

a pesar de su abandono y progresiva<br />

ruina.<br />

De regreso por el mismo camino,<br />

no hay que olvidar echar<br />

la vista atrás para admirar de<br />

nuevo el impresionante paisaje.<br />

Molino Galleguete.


18 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

DE «TREVEJO» Y<br />

«LAS MONJAS»<br />

Partiendo desde Mingorría<br />

por la antigua carretera de Ávila,<br />

y antes de llegar al alto de<br />

San Blas, tomamos el primer camino<br />

que sale a la derecha en<br />

dirección a la ermita de la Virgen,<br />

pero continuaremos después<br />

por el camino de la izquierda,<br />

llamado de Rogallinas.<br />

Al llegar al arroyuelo del<br />

mismo nombre, habremos dejado<br />

a la izquierda un aserradero<br />

de piedra donde se ha mecanizado<br />

el oficio de cantero,<br />

un oficio característico de este<br />

pueblo.<br />

Siguiendo nuestro camino,<br />

dejando a la derecha una caseta<br />

de hortelano, llegamos al<br />

monte de encinas que en otro<br />

tiempo fue comunal y hoy es<br />

de las dehesas de La Malita y<br />

El Ciego. Continuando rectos,<br />

dejaremos a ambos lados sendos<br />

caminos que conducen a<br />

los caseríos de estas dehesas.<br />

Cuando el camino empieza<br />

a ser más estrecho y sinuoso,<br />

aparece un abrevadero de pilas<br />

de piedra servía a las cansadas<br />

caballerías de mulas y burros<br />

que transportaban el grano y la<br />

harina. El ruido del agua ya nos<br />

avisa de la cercanía del molino<br />

«Trevejo» que se divisa desde<br />

un altozano, donde una vereda<br />

casi inapreciable nos desvía a<br />

Molino de Trevejo.<br />

Paraje del molino de las Monjas.<br />

las ruinas del molino de «Las<br />

Monjas».<br />

Ya en el molino Trevejo vemos<br />

que se encuentra cerrado<br />

y que todavía conserva toda<br />

su techumbre a cuatro aguas,<br />

mientras que las cuadras anejas<br />

están arruinadas. Las obras<br />

de ingeniería realizadas para moler<br />

el grano son asombrosas:<br />

ahí están la pesquera, el caz, la<br />

balsa, los cárcabos y el propio<br />

molino de buena piedra de<br />

mampostería.<br />

Siguiendo el curso del río,<br />

subiendo y bajando por la ladera<br />

del monte, o regresando<br />

hasta la vereda que dejamos<br />

antes, llegamos al molino de<br />

Las Monjas, debido a que fueron<br />

sus propietarias las monjas<br />

de la Encarnación de Ávila,<br />

del cual sólo se conservan restos<br />

de las paredes y de alguna<br />

rueda, suficiente para darnos<br />

una idea del esfuerzo que<br />

debió suponer su construcción<br />

y su puesta en marcha.<br />

Ya de regreso, nos asomamos<br />

echando la vista atrás para<br />

contemplar la grandiosidad<br />

del paisaje.


RUTA DE LOS MOLINOS 19<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

«PAJUELA», «NUEVO»,<br />

«EL CUBO» Y «EL GRILLO»<br />

Saliendo de Mingorría nos dirigimos<br />

a la ermita de la Virgen.<br />

Junto a la ermita se halla una<br />

escultura zoomorfa de la época<br />

celta, conocida como «el marrano<br />

de la Virgen».<br />

Prosiguiendo el camino dejamos<br />

de lado el paraje de Los<br />

Villares, posible asentamiento<br />

medieval, y a la izquierda<br />

una caseta de la huerta de frutales<br />

que allí había. Pronto cruzamos<br />

el arroyuelo de Rogallinas,<br />

que riega una hermosa<br />

arboleda de chopos en galería.<br />

Después nos adentramos<br />

en el monte del Ciego, donde<br />

sobresale un palomar de planta<br />

cuadrada, sin tejado, construido<br />

a media altura de mampostería<br />

y el resto de adobe. Es<br />

una edificación singular junto al<br />

caserío de la dehesa.<br />

Dejado atrás el palomar, el<br />

camino se bifurca en dos: el de<br />

la izquierda conduce a las ruinas<br />

del molino de Pajuela y al<br />

molino «Nuevo» o de Joselito.<br />

El camino de la derecha nos<br />

Molino Nuevo.<br />

lleva a las ruinas del molino del<br />

Cubo y al molino del «Grillo» o<br />

de Cañete. Ambos caminos son<br />

pedregosos, angostos y con<br />

mucha pendiente, por los que<br />

sólo se puede ir andando.<br />

Sobre el molino Nuevo se levanta<br />

una pared rocosa imponente,<br />

entre cuyas grietas se<br />

asoma alguna encina. Este molino<br />

sólo conserva las paredes,<br />

además de las obras de ingeniería<br />

de conducción de agua.<br />

El molino del Grillo acogía a la<br />

familia del molinero, el «Tío Cañete»,<br />

y ahora se le está hundiendo<br />

la techumbre, como a<br />

las construcciones anejas destinadas<br />

a cuadra y pajar.<br />

Al otro lado del río, donde se<br />

revuelve en bruscos giros, se divisan<br />

los restos de los molinos<br />

de Barbas de Oro y el Castillo,<br />

todo en un inmenso mar<br />

de encinas.<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

DE «LAS JUNTAS»,<br />

«NEGRILLO» E «ITUERO»<br />

Desde Mingorría nos dirigimos<br />

a la Fuente, que también<br />

es abrevadero, junto al arroyo<br />

de La Reguera. Allí se encuentra<br />

el potro de herrar ganado y<br />

a la izquierda se divisa la ermita<br />

de la Virgen, mientras que a la<br />

derecha, sobre las cuestas «extremeñas»<br />

se levanta un palomar<br />

de tipo circular todavía en<br />

uso. Ahora tomamos el camino<br />

de poniente, dejando el<br />

arroyo de la Reguera a la derecha,<br />

junto al cual se encuentra<br />

la arboleda de chopos de galería<br />

de La Alameda.<br />

Siguiendo nuestro camino,<br />

dejamos a la derecha otro palomar,<br />

éste de planta cuadrada<br />

del que sólo quedan las paredes<br />

de mampostería, es el palomar<br />

del Escribano, ya que su<br />

propietario, Antonio Pajares, fue<br />

notario y alcalde de Mingorría<br />

en la última mitad del siglo XIX.


20 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

Molino de Las Juntas.<br />

Pronto llegamos al comienzo<br />

del monte, cruzamos el arroyuelo<br />

de las «Gallinas» o «Rogallinas»,<br />

que a la derecha no<br />

tardará en unirse al arroyo de<br />

«La Reguera» y «El Colerón» para<br />

desembocar en el Adaja<br />

junto al molino de Ituero. Continuando<br />

de frente, dejando a la<br />

izquierda el encinar, pasaremos<br />

dos promontorios, desde el segundo,<br />

a la derecha, una estrecha<br />

vereda conduce al molino<br />

de Ituero. Continuando de nuevo<br />

de frente nos asomamos a<br />

un barranco poblado de vegetación,<br />

por donde pasa el río.<br />

Para llegar tomaremos el camino<br />

que sigue a la izquierda, donde<br />

enseguida encontraremos<br />

un excepcional mirador con el<br />

río a los pies del monte, y después<br />

de un trayecto en «zigzag»,<br />

angosto y pedregoso llegaremos<br />

al molino de Las Juntas.<br />

Es un edificio de una planta<br />

con la cubierta semihundida<br />

a dos aguas. El río se ensancha<br />

interrumpido por el azud que<br />

forma la pesquera entre abundantes<br />

fresnos, de donde sale<br />

el canal o «caz» que conduce el<br />

agua para moler.<br />

Siguiendo el río aguas abajo,<br />

enseguida nos encontramos<br />

con el «caz» de las ruinas del<br />

molino Negrillo, de donde un<br />

camino nos llevará de regreso<br />

por la ladera del monte. También<br />

puede seguirse por la orilla<br />

del río, subiendo y bajando<br />

por la accidentada margen hasta<br />

llegar al molino de Ituero, si<br />

es que no dejamos esta visita<br />

para otra ocasión en la que nos<br />

desviaremos antes de bajar al<br />

molino de «Las Juntas».<br />

Junto al molino de «Ituero»<br />

el río vuelve a retorcerse en pronunciados<br />

quiebros. El molino,<br />

que sólo conserva las paredes,<br />

era de una planta con cubierta<br />

a dos aguas, y su entrada se<br />

hizo cortando la roca. El río continúa<br />

bajando como una serpiente<br />

para esquivar los paredones<br />

de Los Colmenares y<br />

«Peña Águila», impresionantes<br />

formaciones rocosas.<br />

Molino de Ituero.<br />

La vuelta a Mingorría puede<br />

hacerse por la vereda que sube<br />

hasta el encuentro con el camino<br />

del molino de «Las Juntas»<br />

o en dirección contraria, casi escalando,<br />

hasta llegar a la casa<br />

de «Los Colmenares», utilizada<br />

como encerradero de ganado,<br />

de donde sale un camino hacia<br />

el pueblo.<br />

RUTA DE LOS MOLINOS DE<br />

«HERNAN PEREZ» Y «NUEVO»,<br />

Y BATAN «EL CALEÑO»<br />

Tomando desde Mingorría<br />

la carretera provincial que se<br />

dirige a Zorita de los Molinos y<br />

Las Berlanas, y dejando atrás<br />

el cementerio de la localidad y<br />

a un lado, a mitad de camino,<br />

el caserío de La Veguilla, des-


RUTA DE LOS MOLINOS 21<br />

buen ejemplo de arquitectura<br />

popular. Las vistas son de gran<br />

belleza.<br />

Más adelante, aguas arriba,<br />

se halla el edificio majestuoso<br />

de lo que fue el batán El Caleño<br />

o molino El Francés, utilizado<br />

en el tratamiento de paños<br />

y pieles, antes de reconvertirse<br />

en molino harinero. Sólo<br />

se conservan las paredes de<br />

mampostería de una construcción<br />

de dos plantas, además<br />

de la infraestructura que posibilitaba<br />

su funcionamiento.<br />

Molino de Hernán Pérez.<br />

pués de cinco kilómetros llegamos<br />

al puente que cruza el río.<br />

Cruzado éste, a la izquierda sale<br />

un camino que nos conducirá<br />

a varios molinos.<br />

El primer molino que nos<br />

encontramos es el llamado de<br />

Hernán Pérez, en el cual muelen<br />

y viven los hermanos San<br />

Segundo: Valeriano, Tomás, David<br />

y Manuel, quienes lo conservan<br />

en perfecto estado y gustosamente<br />

lo enseñan a los visitantes.<br />

Es una buena muestra<br />

del ingenio de los constructores<br />

de molinos y de los artífices<br />

de su funcionamiento. Una gran<br />

pesquera o presa embalsa el<br />

agua, que se canaliza hasta el<br />

molino entre abundante arbolado<br />

de fresnos. El agua, después<br />

de mover las ruedas hidráulicas,<br />

servía a otro molino<br />

conocido como El Molinillo,<br />

volviendo después al río.<br />

El camino continúa hasta el<br />

molino Nuevo o de Los Policas,<br />

el cual debe su nombre<br />

por haber sustituido a otro que<br />

se llevó el agua, cuyos restos<br />

todavía se aprecian. Este molino<br />

se conserva en perfecto estado<br />

por su propietario y es un<br />

Cercanos a éste había otros<br />

dos batanes más, de los que<br />

sólo quedan algunas piedras<br />

de sus paredes tapadas por<br />

la vegetación.<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

«PIAR» Y «EL VEGO»<br />

Situándonos de nuevo en la<br />

carretera de Zorita y Las Berlanas,<br />

una vez cruzado el puente<br />

sobre el río Adaja, el cual fue<br />

reconstruido hacia 1923 sustituyendo<br />

a otro que se llevó una<br />

riada en 1912, que debió ser<br />

obra de Antonino Prieto, llegamos<br />

a Zorita de los Molinos,


22 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

localidad anexionada a Mingorría<br />

en 1833.<br />

Nada más dejar el pueblo, a<br />

la derecha sale el camino que<br />

conduce al caserío El Chorrito.<br />

Si continuamos atravesando<br />

el caserío, junto a la ermita<br />

construida en 1892 por Antonino<br />

Prieto, llegamos al río, que<br />

antiguamente se podía cruzar<br />

por un puente de madera, dando<br />

acceso al molino El Cubo,<br />

del que ya sólo quedan las paredes<br />

arruinadas.<br />

Volviendo a la carretera, en<br />

el desvío del camino de Peñalba<br />

nos encontramos con una<br />

pequeña ermita construida en<br />

honor del Cristo de la Agonía o<br />

de la Santa Veracruz, a cuya entrada<br />

hay una cruz de piedra.<br />

Más adelante, otro camino<br />

que sale a la derecha nos lleva<br />

a la finca de La Aldehuela y a<br />

la ermita construida por Celedonio<br />

Sastre en 1930. Al Este<br />

del caserío pasa el río en cuyas<br />

márgenes quedan restos del<br />

antiguo molino Piar.<br />

Continuando el camino inicial<br />

que llega a la dehesa de<br />

Navares, cruzamos el arroyo<br />

de la Chavata por un puente<br />

estrecho y en mal estado, y nos<br />

adentramos en los pinares de<br />

la dehesa de Olalla, donde<br />

siguiendo el camino de la derecha<br />

nos llama la atención la<br />

buena construcción de un<br />

palomar de ladrillo. Desde aquí<br />

ya se divisa el caserío de la<br />

dehesa a la izquierda, y al otro<br />

lado, en dirección al río, pronto<br />

aparece el molino del Vego.<br />

Este molino es de dos plantas,<br />

conservándose el edificio en<br />

buen estado, el cual sigue recibiendo<br />

el agua por la cacera<br />

que sale del río junto a la<br />

desembocadura del arroyo de<br />

la «Chavata».<br />

Para regresar, podemos volver<br />

en dirección contraria, bordeando<br />

los pinares por el camino<br />

de Gotarrendura, y desviándonos<br />

a la izquierda encontraremos<br />

de nuevo la carretera,<br />

donde más adelante se hallan<br />

las ruinas del Torreón de Garoza,<br />

en el término de Peñalba<br />

de Avila.<br />

RUTA DE LOS MOLINOS<br />

DEL «CUBO», «CUBILLO»,<br />

«VIEJO» Y «CANONGÍA»<br />

Situándonos una vez más<br />

en la carretera de Zorita, antes<br />

de llegar al puente construido<br />

sobre el río Adaja, a la derecha<br />

Molino «El Vego», en la dehesa de «Olalla».


RUTA DE LOS MOLINOS 23<br />

sale el camino de Pozanco desde<br />

el que se accede a una planta<br />

de extracción de áridos existente<br />

junto al río. En este mismo<br />

lugar se han encontrado<br />

vestigios de un yacimiento de<br />

la edad del bronce medio, y<br />

desde aquí se aprecian los restos<br />

de un antiguo puente de<br />

piedra que se llevó el agua.<br />

Los grandes movimientos<br />

de tierras realizados en la zona<br />

han propiciado la creación de<br />

una laguna y un humedal donde<br />

acuden patos y otras aves.<br />

Cruzando el humedal nos adentramos<br />

en el pinar y el soto del<br />

Chorrito.<br />

El camino sigue paralelo a<br />

la larga cacera del molino El<br />

Cubo, del que sólo se conservan<br />

restos de sus paredes. La<br />

abundancia de fresnos y pinos<br />

crea un bello paisaje junto<br />

al río.<br />

Más adelante, entre chopos,<br />

se produce la desembocadura<br />

del arroyo Regajal, el cual<br />

era salvado en el camino de<br />

Pozanco por un pontón que se<br />

llevó el agua y que hoy todavía<br />

no ha sido reconstruido. Por<br />

ello es preciso regresar a la carretera<br />

en dirección Mingorría,<br />

hasta el camino siguiente que<br />

nos sale a la izquierda y que pasa<br />

por el caserío de La Veguilla,<br />

propiedad en otros tiempos<br />

del Duque de Montellano.<br />

Desde aquí llegaremos de<br />

nuevo al camino de Pozanco,<br />

el cual dejaremos después para<br />

atravesar los pinares por un<br />

camino que conduce al molino<br />

del Cubillo o de Castellanos,<br />

de cuyo manantial<br />

se abastece el pueblo<br />

de Mingorría. El «cubo» y<br />

el «cárcabo» abovedados<br />

en ladrillo llaman la atención<br />

por su buena construcción.<br />

En su balsa se<br />

hallan instaladas unas<br />

mesas con asientos para<br />

merendero.<br />

Molino Canongía.<br />

Para ir a los molinos Viejo y<br />

de Canongía basta seguir el<br />

curso del río o adentrarse en el<br />

pinar de donde sale el camino<br />

de acceso. Estos dos molinos,<br />

que también fueron vivienda, se<br />

hallan en buen estado de conservación,<br />

y en ellos pueden<br />

apreciarse perfectamente las<br />

características de su funcionamiento,<br />

además de admirar su<br />

entorno natural.<br />

RUTA DE LOS<br />

MOLINOS DEL VOLTOYA<br />

Los molinos harineros del<br />

Voltoya, a su paso por la provincia<br />

abulense, pueden descubrirse<br />

en el tramo comprendido<br />

entre Tolbaños y Velayos,<br />

donde están los de Tolbaños,<br />

Tabladillo, Aldealgordo, Las<br />

Molino de Tolbaños.


24 RUTA DE LOS MOLINOS<br />

Gordillas y Velayos, desde aquí<br />

el río llega al pueblo siguiente<br />

de Sanchidrián donde sirve al<br />

molino de Almarza, para después<br />

adentrarse en la provincia<br />

de Segovia. El paisaje de la<br />

ribera del Voltoya es muy similar<br />

al que bordea el Adaja y el<br />

río discurre rodeado de encinares<br />

y berrocales graníticos que<br />

poco a poco van dejando paso<br />

a las tierras llanas.<br />

El molino de Tolbaños ha<br />

sido recientemente rehabilitado<br />

con extraordinario gusto y está<br />

abierto al turismo como casa<br />

rural. A este molino se llega desde<br />

el pueblo tomando el camino<br />

de concentración parcelaria<br />

que sale en dirección Este<br />

hasta hacer incursión en el encinar<br />

y llegar al río. Este molino<br />

sustituyó a otro situado entre<br />

grandes rocas de granito aguas<br />

arriba, en el arroyo Cortos o de<br />

Berrocalejo, poco antes de que<br />

se una al Voltoya en el lugar<br />

conocido como Juntarríos.<br />

Cerca del molino de Tolbaños,<br />

siguiendo el camino de la<br />

margen derecha, en la dehesa<br />

de Tabladillo perteneciente al<br />

término de Ojos Albos, se halla<br />

el molino Salto de la Cabra, y<br />

aguas abajo todavía se aprecian<br />

los restos de otro que se<br />

llevó el río. Las grandes formaciones<br />

graníticas de la zona<br />

magnifican el paisaje de encinas<br />

y guardan un extraordinario<br />

Molino de Tabladillo.<br />

parecido con el molino «Nuevo»<br />

o de «Joselito», en el Adaja.<br />

Para visitar los molinos situados<br />

aguas abajo puede seguirse<br />

el curso del río, pero es<br />

más cómodo retomar el camino<br />

de Tolbaños y, por la carretera<br />

de Mingorría, dirigirse a Velayos.<br />

Desde el pueblo hay que<br />

tomar la carretera de Maello, y<br />

después de cinco kilómetros<br />

entre encinares llegamos al caserío<br />

de Las Gordillas. Desde<br />

aquí, por la margen derecha del<br />

río, aguas arriba llegamos al<br />

molino de Aldealgordo, el cual<br />

se conserva todavía en buen<br />

estado, tal cual lo dejaron los<br />

últimos molineros de Maello.<br />

Al norte de Las Gordillas sale<br />

el camino del molino de esta<br />

dehesa, el cual sigue paralelo<br />

al río hasta unirse con la urbanización<br />

del Coto de Puenteviejo,<br />

cuyo estado permite su recorrido<br />

en coche. Después de unos<br />

tres kilómetros y pasar por un<br />

antiguo tejar llegamos al molino,<br />

una construcción destacable<br />

de dos plantas, con vivienda incluida,<br />

que actualmente está en<br />

ruinas con gran parte de su<br />

maquinaria en el interior. Las tierras<br />

que rodean el molino de<br />

Las Gordillas fueron objeto de<br />

más de una página literaria<br />

escrita por Miguel Delibes,<br />

pues hasta aquí se acercó en<br />

muchas ocasiones a cazar.<br />

Para llegar al molino de Velayos<br />

tomamos el camino que<br />

sale del pueblo por el Este, el<br />

cual llega por el montecillo<br />

de la dehesa Aldehuela<br />

de la Freila hasta<br />

el río, en cuya orilla las<br />

mujeres lavaban la ropa.<br />

El molino, construido todo<br />

de adobe, se encuentra<br />

en ruinas, permaneciendo<br />

en pie las paredes.<br />

En las márgenes del<br />

Voltoya abundan los fresnos<br />

entre el manto verde<br />

que cubre las orillas.


Vista de Mingorría.<br />

RUTA GEOGRAFICA<br />

■ A DESTACAR. Breve descripción<br />

geográfica de los pueblos<br />

de la ribera del Adaja en<br />

los años 1750-1850, cuya población<br />

se dedicaba principalmente<br />

a la agricultura, lo que<br />

tampoco cambió mucho en<br />

los cien años siguientes.<br />

■ La ruta. Ruta histórica y<br />

geográfica por los pueblos de<br />

la ribera del Adaja, originarios<br />

de la Edad Media, en el escenario<br />

de su definitiva configuración<br />

en los siglos XVIII y<br />

XIX, época determinante en<br />

la elaboración del Catastro<br />

del Marqués de la Ensenada<br />

(1751), y el diccionario del economista,<br />

geógrafo, historiador<br />

y político Pascual Madoz (1845-<br />

1850).<br />

■ Obsérvese. Las transformaciones<br />

más importantes que<br />

se produjeron en este tiempo<br />

afectaron a la industria textil.<br />

Mingorría, Santo Domingo de<br />

las Posadas y Velayos figuraban<br />

durante el siglo XVIII entre<br />

los principales centros textiles<br />

abulenses, mientras que Cardeñosa<br />

tenía en el Adaja tres<br />

batanes y en Aldealgordo (Tolbaños)<br />

tenían lugar grandes<br />

esquileos. Por lo demás, la economía<br />

rural de los pueblos de<br />

la zona sigue siendo eminentemente<br />

agrícola, manteniéndose<br />

actividades textiles en Velayos,<br />

arrieros en Santo Domingo<br />

de las Posadas, molineros<br />

en Cardeñosa, Zorita y<br />

Mingorría, y panaderos en este<br />

último. En la actualidad, la<br />

población ha disminuido a la<br />

mitad con caracter general,<br />

manteniéndose sólo las actividades<br />

agrícolas y ganaderas,<br />

aunque se realizan de una forma<br />

muy distinta. Por lo demás,<br />

el caserío y el entramado<br />

de calles mantiene su fisonomía<br />

original ligeramente<br />

transformada.<br />

■ Cómo llegar. Para el itinerario<br />

propuesto tomamos el<br />

camino de herradura que sale<br />

de Avila hacia Arévalo por Cardeñosa,<br />

actual carretera AV-<br />

804, que pasa por Peñalba,<br />

Monsalupe, Las Berlanas y Gotarrendura.<br />

Después el camino<br />

carretero que también sale<br />

de Avila hacia Arévalo por Mingorría,<br />

actual carretera N-403,<br />

pasando por Santo Domingo<br />

de las Posadas, Pozanco, Velayos<br />

y Vega de Santa María,<br />

desde donde cruzando el Adaja<br />

por la dehesa de Navares<br />

se llega a Gotarrendura, continuando<br />

nuestra ruta inicial<br />

llegaremos a Blascosancho.<br />

Desde Mingorría hacia el Oeste<br />

un camino, actual carretera,<br />

conduce a Zorita de los Molinos,<br />

cruzando el río Adaja por<br />

el único puente que había<br />

desde Avila hasta Arévalo, y<br />

estableciendo comunicación<br />

también con Cardeñosa, Peñalba<br />

y Las Berlanas. Al Este<br />

de Mingorría otro camino, actual<br />

carretera, asciende hasta<br />

San Esteban de los Patos, Escalonilla,<br />

Tolbaños, Saornil y<br />

los pueblos que se agrupan<br />

en la Venta de San Vicente.<br />

■ Qué ver. Edificios, iglesias,<br />

ermitas, calles, fuentes, ganados<br />

y cultivos que todavía se<br />

mantienen en los pueblos de<br />

la zona.<br />

■ Aliciente. Acercamiento a<br />

las antiguas formas de la vida<br />

rural y su entorno, que testimonian<br />

la identidad histórica<br />

de los pueblos.


26 RUTA GEOGRÁFICA<br />

CARDEÑOSA<br />

Situado en un ramal de la<br />

sierra de Avila y entre cuestas o<br />

cerros. El caserío está formado<br />

por los edificios de la villa, los<br />

molinos, las casas-colmenares,<br />

las casetas-encerraderos de ganado<br />

y casas de las dehesas<br />

de Ajates y Pedrocojo. En total<br />

tiene 204 casas, de las cuales<br />

sólo dos, la del cura y la llamada<br />

de los frailes, son de habitación<br />

alta; las demás de cuatro<br />

varas de altura y en lo general<br />

de mala distribución interior,<br />

teniendo pozos una tercera parte<br />

de ellas, se hallan en dos calles<br />

y dos barrios. Hay casa de<br />

ayuntamiento, cárcel, una pequeña<br />

plaza en medio de la calle<br />

principal, escuela de instrucción<br />

primaria común a ambos<br />

sexos a cargo de un maestro, y<br />

una iglesia parroquial de la<br />

Santa Cruz servida por un párroco.<br />

En las afueras del pueblo<br />

se encuentran: el cementerio,<br />

dos ermitas, una del Santo Cristo<br />

entre peñascos que se dice<br />

haber sido en otro tiempo convento<br />

de los templarios, y la<br />

otra casi en frente de la anterior<br />

dedicada a la Madre de Dios; y<br />

cinco fuentes públicas con cañerías<br />

que son a menera de pozos<br />

con un arca de piedra encima<br />

de la una. El río Adaja está<br />

como a 1/4 leguas, su cauce es<br />

profundo y los pescados de<br />

que abunda son bermejuelas,<br />

cachos, barbos y alguna anguila;<br />

sus aguas dan impulso a<br />

seis molinos harineros y un batán;<br />

antes había dos batanes<br />

más. El terreno es sumamente<br />

quebrado, flojo, pedregoso en<br />

su mayor parte, de secano y algo<br />

de regadío, ocupa 4.565<br />

obradas, de las que 400 son<br />

monte de encinar. Produce trigo,<br />

cebada, centeno, algarrobas,<br />

garbanzos, algunas muelas,<br />

vino, poca fruta, hortaliza,<br />

leña y pastos; mantiene ganado<br />

lanar fino, vacuno, cabrío, mular,<br />

caballar y cerda; cría caza<br />

de perdices, conejos y liebres,<br />

y no faltan lobos, raposas y algunos<br />

reptiles. Tiene dos posadas,<br />

quince lagares y dos tiendas<br />

de géneros del país y dehesa<br />

boyal. Su población es de<br />

816 almas.<br />

PEÑALBA DE AVILA<br />

Situado al pie de la Sierra de<br />

Avila y al principio del valle titulado<br />

La Moraña. Tiene 48 casas<br />

de inferior construcción, casa<br />

de ayuntamiento, cárcel, escuela<br />

de primeras letras común a<br />

ambos sexos, caserío en la dehesa<br />

de Navares y una iglesia<br />

parroquial de San Vicente Mártir;<br />

en las afueras se encuentra<br />

una ermita bajo la advocación<br />

del Santísimo Cristo de Santa<br />

Teresa. Existe una Obra Pía para<br />

pobres. El término comprende<br />

450 fanegas de tierra. El río<br />

Adaja pasa por su confín este.<br />

Produce trigo, cebada, centeno,<br />

algarrobas, vino y pastos;<br />

mantiene ganado lanar fino y<br />

vacuno, y cría caza menor. La<br />

población es de 226 almas.


RUTA GEOGRÁFICA 27<br />

Vista de Monsalupe.<br />

MONSALUPE<br />

Situado en una especie de<br />

cerro y rodeado de otros varios<br />

bastante elevados. Tiene 36 casas<br />

inferiores, una plaza, casa<br />

ayuntamiento, escuela de instrucción<br />

primaria común a ambos<br />

sexos, a la que concurren<br />

de 16 a 18 alumnos que se hallan<br />

a cargo del sacristán que<br />

pagan los padres de los discípulos;<br />

y una iglesia parroquial<br />

de San Pedro Apóstol. En las<br />

afueras de la población se encuentra<br />

la ermita de Nuestra<br />

Señora del Buen Suceso; el<br />

cementerio; una pequeña alameda<br />

de álamos negros y chopos;<br />

y una fuente. Comprende<br />

un despoblado titulado la Rad;<br />

bastante matorral de encina,<br />

huertos que se riegan con agua<br />

de los arroyos Berlana y Torcal,<br />

prados y 2.174 obradas de tierra<br />

de cultivo. El terreno es de<br />

monte y llano flojo y en lo general<br />

de secano. Produce trigo,<br />

cebada, centeno, algarrobas,<br />

garbanzos, poca hortaliza,<br />

frutas, pastos y leña. Mantiene<br />

ganado lanar fino, cabrío, vacuno<br />

y de cerda; y cría caza de<br />

liebres, conejos, perdices, otras<br />

aves, lobos y zorras. La población<br />

es de 133 almas.<br />

LAS BERLANAS<br />

Situado en una planicie con<br />

algunas pequeñas cuestas. Tiene<br />

129 casas, algunas con escudos,<br />

distribuidas en tres barrios<br />

separados entre sí, llamados Aldehuela,<br />

Burgo y Rivilla. Tiene<br />

casa ayuntamiento, cuyo edificio<br />

sirve de cárcel, pósito, escuela<br />

de primeras letras a la<br />

que asisten 36 niños, iglesia parroquial<br />

dedicada a la Asunción<br />

de Nuestra Señora con el título<br />

de Gandulle, y es matriz de la<br />

de Gotarrendura: esta iglesia se<br />

halla bastante lejos de los barrios,<br />

por cuya razón se celebran<br />

algunos oficios parroquiales<br />

en las dos ermitas dedicadas<br />

a la Concepción y Nuestra<br />

Señora de las Angustias, que<br />

existen en la Aldehuela y el Burgo.<br />

Comprende 3,48 fanegas<br />

de tierra. Hay un tejar en la era<br />

vieja, le baña un arroyuelo de<br />

Tejar de Las Berlanas.<br />

su mismo nombre y sus aguas<br />

hacen al pueblo un beneficio inmenso<br />

por sus riegos, en los<br />

deliciosos huertos y plantíos de<br />

frutales que abundan. El terreno<br />

es llano y de buena miga, produce<br />

trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />

vino, patatas, mucha<br />

pera de donguindo, ciruelas,<br />

guindas y legrumbres; se mantiene<br />

algún ganado lanar merino<br />

y el vacuno necesario para<br />

las labores. Tiene 268 almas.<br />

GOTARRENDURA<br />

Situado en un pequeño cerro.<br />

Tiene 46 casas, incluida la<br />

de ayuntamiento, taberna, fra-


28 RUTA GEOGRÁFICA<br />

Gotarrendura.<br />

Palomar de Sta. Teresa.<br />

gua, una fuente de buenas<br />

aguas y una iglesia parroquial<br />

de San Miguel Arcángel, aneja<br />

de la de Berlanas. En las afueras<br />

de la población se encuentra<br />

una ermita y el camposanto.<br />

Comprende 1.828 fanegas de<br />

tierra, le atraviesa el río Berlana<br />

y el río Adaja le confina por el<br />

este. El terreno es de mediana<br />

calidad y produce trigo, cebada,<br />

centeno, algarrobas, garbanzos,<br />

algo de vino y frutas;<br />

mantiene ganado lanar, vacuno,<br />

mular y asnal, y cría alguna<br />

caza. La población es de<br />

170 almas.<br />

MINGORRIA<br />

Situado en la falda de un pequeño<br />

cerro. Tiene 275 casas<br />

de mediana e inferior construcción,<br />

distribuidas en varias calles<br />

y una plaza, también hay<br />

una casa fragua en la Lancha,<br />

una caseta del ferrocarril en Maripedro<br />

y otra en los pradejones,<br />

y casas de labor en la Veguilla.<br />

Hay casa del curato de<br />

dos plantas, y casa de ayuntamiento,<br />

cárcel, escuela de instrucción<br />

primaria común a ambos<br />

sexos a la que concurren<br />

unos cien alumnos que se hallan<br />

a cargo de un maestro, una<br />

fuente de buenas aguas y una<br />

iglesia parroquial de San Pedro<br />

Apóstol con cura y capellán<br />

que tiene un anejo en Los Patos.<br />

Existe una Obra Pía de patronato<br />

de legos. En las afueras<br />

de la población se encuentran<br />

dos ermitas: Nuestro Señor Jesucristo<br />

y Nuestra Señora del<br />

Rosario; una mina de cobre<br />

descubierta en el año 1844 y<br />

el cementerio. El término comprende<br />

un monte de encina y<br />

algunos prados, le atraviesa el<br />

río titulado Adaja. Produce trigo,<br />

cebada, centeno, algarrobas,<br />

garbanzos y hortalizas;<br />

abundan los panaderos y arrieros;<br />

mantiene ganado lanar, vacuno<br />

y de cerda, cría caza de<br />

liebres, conejos, perdices, otras<br />

aves y zorras, y pesca de barbos<br />

y anguilas. Tiene veinte molinos<br />

harineros y uno de chocolate.<br />

La población es de 971<br />

almas.<br />

ZORITA DE LOS MOLINOS<br />

Situado en las inmediaciones<br />

del río Adaja (donde funcionan


RUTA GEOGRÁFICA<br />

media docena de molinos que<br />

quedaron reseñados en Mingorría,<br />

del que es anejo), cerca de<br />

las sierras de Avila. Tiene 19 casas<br />

de inferior construcción, y<br />

casa de campo en la dehesa de<br />

Olaya, y una iglesia parroquial<br />

de San Miguel, y en las afueras<br />

la ermita de la Santa Vera Cruz.<br />

Hay dos lagares, dos bodegas,<br />

una fragua, una taber-na, paneras<br />

y corrales. Compren- de<br />

1.600 fanegas de tierra. Produce<br />

trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />

vino y pastos; mantiene<br />

ganado lanar; cría caza menor.<br />

La población es de 34 almas.<br />

SANTO DOMINGO<br />

DE LAS POSADAS<br />

Situado en la falda oeste de<br />

un pequeño cerro. Tiene 60 casas<br />

de inferior construcción, la<br />

de ayuntamiento que a la par<br />

sirve de cárcel; escuela de primeras<br />

letras, común a ambos<br />

sexos, a la que concurren 18<br />

alumnos; una iglesia parroquial<br />

en honor de San Martín Obispo;<br />

el cementerio en parage que no<br />

ofende a la salud pública; y tres<br />

fuentes en las afueras. Comprende<br />

un despoblado titulado<br />

los Yezgos. Produce trigo, cebada,<br />

centeno, algarrobas y<br />

garbanzos; mantiene ganado<br />

lanar, vacuno y asnal, y cría alguna<br />

caza menor. Además de<br />

la industria agrícola también destaca<br />

la arriería. La población es<br />

de 239 almas.<br />

POZANCO<br />

Situado en un pequeño cerro.<br />

Tiene 37 casas de inferior<br />

construcción, inclusa la del ayuntamiento;<br />

escuela de primeras<br />

letras común a ambos sexos, a<br />

la que concurren de 10 a 12<br />

alumnos; una iglesia parroquial<br />

dedicada a San Juan Bautista;<br />

una ermita de la Santa Vera<br />

Cruz; dos fuentes tituladas Nueva<br />

y Vieja. Existe una Obra Pía<br />

para pobres. Comprende un hermoso<br />

prado y 1.200 fanegas de<br />

tierra; le atraviesa el río Adaja<br />

donde hay tres molinos harineros,<br />

cuyas ruedas reciben impulso<br />

con las aguas del Adaja<br />

uno, y los otros con las de dos<br />

grandes manantiales. Produce<br />

trigo, cebada, centeno, algarrobas<br />

y excelentes garbanzos;<br />

mantiene ganado lanar y vacuno,<br />

y cría caza de liebres, conejos<br />

y perdices. La población es<br />

de 74 almas.<br />

SAN ESTEBAN<br />

DE LOS PATOS<br />

Situado cerca de las cordilleras<br />

de las sierras de Avila, a po-


30 RUTA GEOGRÁFICA<br />

ca distancia del río Adaja. Tiene<br />

46 casas de inferior construcción,<br />

casa ayuntamiento, cárcel,<br />

escuela de primeras letras,<br />

común a ambos sexos, casas<br />

en la mina de Santa Agueda y<br />

en la dehesa de Navarrosa, y<br />

una iglesia parroquial en honor<br />

de Santo Tomás Apóstol, aneja<br />

de la de Mingorría. Comprende<br />

1.800 fanegas de tierra. Produce<br />

trigo, cebada, centeno, algarrobas,<br />

vino y pastos; mantiene<br />

ganado lanar y vacuno, y cría<br />

caza menor. La población es de<br />

108 almas.<br />

TOLBAÑOS<br />

Forma ayuntamiento en unión<br />

con Escalonilla, y los actos religiosos<br />

se celebran en la Venta<br />

de San Vicente. Situado en una<br />

extensa llanura. Tiene de 50 casas,<br />

la del ayuntamiento, cárcel,<br />

escuela de primeras letras común<br />

a ambos sexos, dos fuentes<br />

y cementerio. Comprende el<br />

caserío titulado Aldealgordo del<br />

conde de Polentinos, que incluye<br />

un molino harinero, encerraderos,<br />

sudadero, comedor para<br />

los pastores, lavadero, y dos<br />

esquileos llamados rancho de<br />

arriba y rancho de abajo. Tiene<br />

un monte de encina bastante<br />

poblado; brotan en él varias<br />

fuentes, y le atraviesa el río Voltoya<br />

donde hay un molino hainero<br />

al sitio de «entreríos». Produce<br />

trigo, cebada, centeno,<br />

garbanzos y algarrobas; mantiene<br />

ganado lanar y vacuno, y<br />

cría caza de conejos y perdices.<br />

La población es de 202 almas.<br />

SAORNIL DE VOLTOYA<br />

Situado entre diferentes cerros.<br />

Tiene 14 casas inferiores<br />

inclusa la de ayuntamiento; una<br />

fuente y una iglesia parroquial<br />

dedicada a la Visitación de<br />

Nuestra Señora aneja de la de<br />

la Venta de San Vicente. Produce<br />

trigo, cebada y centeno; mantiene<br />

ganado lanar y vacuno, y<br />

cría alguna caza menor. Habitan<br />

24 almas.<br />

GALLEGOS, ALAMEDAS DE<br />

REQUENAS, CORTOS Y<br />

VENTA DE SAN VICENTE<br />

Todos ellos forman unidos un<br />

único ayuntamiento. Situados


RUTA GEOGRÁFICA<br />

en las inmediaciones del río<br />

Adaja y en terreno algún tanto<br />

elevado. Tienen todos los pueblos<br />

juntos 18 casas: la del<br />

ayuntamiento y una iglesia parroquial<br />

dedicada a San Vicente<br />

Mártir que tiene por anejo<br />

también Saornil de Voltoya. La<br />

iglesia está situada en el centro<br />

de los pueblos que componen<br />

el ayuntamiento. Comprende<br />

2.279 fanegas de tierra. Pasa<br />

por el centro del pueblo un<br />

arroyuelo que desagua en el referido<br />

Adaja. Produce cereales,<br />

algarrobas y hortalizas; mantiene<br />

ganado lanar y vacuno, y<br />

cría alguna caza.<br />

ESCALONILLA<br />

Depende del ayuntamiento<br />

de Tolbaños y la iglesia de la<br />

Venta de San Vicente. Situado<br />

en llano. Tiene de 14 a 16<br />

casas bajas, pequeñas y de<br />

mala distribución interior, una<br />

calle sin empedrar, y una fuente.<br />

Se compone de 745 obradas.<br />

El terreno es de monte<br />

y llano, flojo, pedregoso y de<br />

secano. Su producción y población<br />

se incluye con Tolbaños.<br />

VEGA DE SANTA MARIA<br />

Situado en un pequeño cerro.<br />

Tiene 87 casas de inferior<br />

construcción, la de ayuntamiento,<br />

cárcel, escuela de primeras<br />

letras común a ambos sexos,<br />

un palacio arruinado, una fuente<br />

de buenas aguas y una iglesia<br />

de Nuestra Señora de la<br />

Asunción; hay una ermita en la<br />

plaza dedicada a Nuestra Señora<br />

de las Cruces. Existe una<br />

Obra Pía de estudiantes. El río<br />

Adaja confina por el oeste, y<br />

comprende un despoblado titulado<br />

Saornil de Adaja, y dos lagunas<br />

al Norte que recogen las<br />

aguas que bajan de los cerros.<br />

Produce trigo, cebada, centeno,<br />

algarrobas y algunos garbanzos;<br />

mantiene ganado lanar<br />

fino, y el vacuno necesario para<br />

la labor; y cría caza menor. La<br />

población es de 246 almas.<br />

VELAYOS<br />

Situado en terreno llano. Tiene<br />

200 casas de mediana<br />

construcción, distribuidas en varias<br />

calles y una plaza; casa de<br />

ayuntamiento con cárcel; pósito,<br />

escuela de primeras letras<br />

común a ambos sexos; una<br />

fuente muy buena con dos caños<br />

construida en tiempos de<br />

Carlos IV, y una bonita iglesia


32 RUTA GEOGRÁFICA<br />

Velayos.<br />

parroquial dedicada a San Isidro<br />

Labrador; y una ermita en<br />

honor de Nuestra Señora de las<br />

Angustias situada en las afueras<br />

del pueblo con cementerio.<br />

Produce trigo, cebada, centeno,<br />

algarrobas y garbanzos;<br />

mantiene ganado lanar merino<br />

y el vacuno necesario para la<br />

labor, y cría caza de liebres y<br />

perdices. Le baña el río Voltoya<br />

donde se encuentra el molino<br />

Nuevo. Se fabrican estameñas<br />

bastas, en cuya operación se<br />

emplean más de 60 hombres y<br />

20 mujeres; hay ocho telares de<br />

lienzo; dos tenerías para curtidos;<br />

y arriería. El comercio está<br />

reducido a cuatro tiendas pequeñas<br />

de bayetas, pañuelos y<br />

otros géneros; se celebra mercado<br />

los sábados de cada semana,<br />

el que se ve medianamente<br />

concurrido. La población<br />

es de 895 almas.<br />

BLASCOSANCHO<br />

Situado en terreno bastante<br />

llano. Tiene 70 casas de mediana<br />

construcción y con las comodidades<br />

necesarias al género<br />

de sus habitantes; un palacio<br />

del conde de Cerbellón y duque<br />

de Montellano en buen estado;<br />

una plaza que forma un<br />

cuadrilongo; escuela de instrucción<br />

primaria, común a ambos<br />

sexos; una ermita en honor<br />

de San Roque, destinada hoy a<br />

camposanto, y una iglesia parroquial<br />

dedicada a San Boal<br />

Mártir; a las afueras hay una<br />

hermosa fuente y una laguna<br />

llamada de la Fuente que sirve<br />

para los ganados. Abraza 3.100<br />

fanegas de tierra cultivable y 50<br />

incultas, y tiene un pinar de propios.<br />

Le traviesa el arroyo del<br />

Valle que tiene su origen en las<br />

Gordillas, y pasan las calzadas<br />

de Salamanca a Madrid y de<br />

Toledo a Valladolid. Produce<br />

trigo, cebada, algarrobas, centeno,<br />

garbanzos y legumbres;<br />

cría ganado lanar y vacuno; hay<br />

caza de liebres y algún lobo.<br />

Tiene 288 almas.<br />

Palacio del Duque de Montellano.


RUTA ARQUEOLOGICA<br />

■ A DESTACAR. Los abundantes<br />

restos de asentamientos<br />

culturales de pueblos primitivos<br />

de la prehistoria y la<br />

historia antigua encontrados<br />

en la zona de la ribera del<br />

Adaja sirven para reencontrarnos<br />

con el origen de nuestra<br />

civilización. Una importante<br />

muestra de los hallazgos descubiertos<br />

se encuentran en el<br />

Museo de Avila.<br />

■ La ruta. El recorrido por<br />

los emplazamientos naturales<br />

de los antiguos pobladores<br />

coincide con el trazado que<br />

hace el río Adaja. Buenos ejemplos<br />

de estas civilizaciones se<br />

pueden contemplar en la «calzadilla<br />

romana» que discurre<br />

paralela a la carretera AV-804,<br />

el Castro de las Cogotas, «El<br />

Castillo» de Cardeñosa, el valle<br />

de Zorita de los Molinos, los<br />

verracos que hay en Mingorría<br />

y Santo Domingo de las Posadas,<br />

y en los fondos del Museo<br />

de Avila.<br />

■ Cómo llegar. La carretera<br />

AV-804 de Avila-Arévalo, a la<br />

altura del término de Cardeñosa,<br />

nos acerca a la «calzadilla»<br />

y por un desvío a la derecha<br />

nos lleva al Castro de<br />

las Cogotas que se alza sobre<br />

la presa y el río. La carretera<br />

N-403 también sirve de acceso<br />

a la presa, después pasa<br />

por Mingorría, donde hay un<br />

verraco de piedra, y desde<br />

aquí nos desviamos para llegar<br />

al puente de Zorita. El Museo<br />

de Avila se encuentra en<br />

la capital.<br />

■ Qué ver. La buena construcción<br />

de la calzadilla, el castro<br />

de las Cogotas recientemente<br />

limpiado y restaurado,<br />

los hábitats de antiguas civilizaciones,<br />

verranos y piezas pétreas,<br />

cerámicas y metálicas.<br />

■ Aliciente. Redescubrir el<br />

castro de las Cogotas, el más<br />

significativo de la cultura vettona,<br />

y el espacio natural donde<br />

estuvieron asentados los primeros<br />

habitantes de esta tierra.<br />

También pueden admirarse<br />

las figuras zoomorfas o verracos<br />

de piedra.<br />

Espada de las Cogotas. Dibujo de Cabré<br />

E<br />

l río Adaja y su entorno natural constituye<br />

el elemento geográfico identificador<br />

de los distintos asentamientos habidos<br />

en estas tierras a lo largo de la historia del<br />

hombre. Tanto es así que los depósitos del<br />

río y los sedimentos acumulados pueden<br />

haber permitido la conservación de suelos<br />

de ocupación humana del Paleolítico, como<br />

ocurre en Zorita, en los alrededores de Arévalo<br />

y entre Blascosancho y Hernansancho.<br />

Esta circunstancia también se produce en<br />

el río Voltoya y en el Arevalillo y alguno de<br />

sus afluentes entre Papatrigo y El Oso.<br />

El valle que configura el río Adaja a su<br />

paso por Zorita de los Molinos debió ser<br />

entonces lugar adecuado para los primeros<br />

pobladores del paleolítico inferior (200.000<br />

años a. de C.), como prueban los hallazgos<br />

de un bifaz o hacha de mano tallada, así como<br />

un canto tallado unifacialmente. Estos<br />

hallazgos proceden del lugar conocido como<br />

«Majuelo de las Bragas», según los da-


34 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />

tos aportados por Javier González<br />

Tablas.<br />

En el Neolítico, hace unos<br />

diez mil años, la ribera del Adaja<br />

seguía siendo un lugar apropiado<br />

para la subsistencia de<br />

los primitivos pobladores dedicados<br />

a la caza, la pesca y la<br />

recolección de frutos, además<br />

de servir como ruta de comunicación.<br />

Las cercanías del río<br />

igualmente sirvieron para que<br />

en ellas se asentaran los primeros<br />

agricultores y ganaderos al<br />

final del Neolítico, allá por el año<br />

3.000 a. de C., tal y como nos<br />

informa el arqueólogo J. Francisco<br />

Fabián.<br />

Los Patos. Paraje de «La Mina».<br />

EDAD DE LOS METALES<br />

Con el descubrimiento de los<br />

metales y la metalurgia empieza<br />

la Edad de los Metales, siendo<br />

el cobre el primero en emplearse,<br />

al que seguirán la aleación<br />

de bronce y el hierro. De<br />

la Edad del Cobre (años 2.400<br />

a 1.800 a. de C.) se halla datado<br />

en el Museo de Avila un poblado<br />

en Mingorría, y de esta<br />

época del calcolítico se exhibe<br />

en dicho museo un cuenco hemisférico<br />

y un útil de piedra tallada<br />

de considerable tamaño<br />

y forma lanceolada y dentada,<br />

procedentes de la citada localidad.<br />

En Mingorría y San Esteban<br />

de los Patos, aparecen parajes<br />

denominados con el nombre de<br />

«La Mina» como testimonio toponímico<br />

de las características<br />

geológicas de la zona, y las minas<br />

descubiertas bien pudieron<br />

servir para abastener de mineral<br />

a los grupos prehistóricos locales.<br />

La plenitud de la Edad del<br />

Cobre se caracterizó por la fabricación<br />

de un tipo de cerámica<br />

con forma de campana y decoración<br />

abigarrada y perfil, conocida<br />

como vaso campaniforme<br />

(años 2000 a 1.500 a. de<br />

C.). De la cultura del «vaso campaniforme»<br />

han sido encontrados<br />

importantes hallazgos en la<br />

ribera del río Adaja, como ha<br />

ocurrido en las fosas descubiertas<br />

en el paraje de «Valhondo»<br />

de Pajares del Adaja. También<br />

junto al Adaja, en «Las Cogotas»<br />

y «El Castillo» de Cardeñosa,<br />

se han constatado hallazgos<br />

campaniformes de carácter<br />

metálico, tales como leznas de<br />

cobre, un brazal de arquero y<br />

una punta pamela que se conserva<br />

en el Museo Arqueológico<br />

Nacional.<br />

Como hemos visto, la ribera<br />

del río Adaja se ha caracterizado<br />

a lo largo de la historia<br />

por su idoneidad para los asentamientos<br />

humanos, los cuales<br />

también se producen en la<br />

Edad del Bronce (años 1800 a<br />

700 a. de C.). Ejemplos de esta<br />

época los encontramos en «El<br />

Castillo» y «Las Cogotas» de<br />

Cardeñosa, y la «Gravera del<br />

Puente Viejo» de Zorita de los<br />

Molinos.<br />

EL CASTILLO<br />

DE CARDEÑOSA<br />

El Castillo de Cardeñosa es<br />

un risco granítico de poco más<br />

de 1.100 metros de altura, situado<br />

al noroeste del cerro de<br />

«Las Cogotas», sobre una vega<br />

con prados. Los hallazgos descubiertos<br />

datan el yacimiento<br />

entre los años 1800 a 1500 a.<br />

de C., siendo propios del inicio


RUTA ARQUEOLÓGICA 35<br />

de la Edad del Bronce. Los restos<br />

reseñados por Cabré y estudiados<br />

por C. Naranjo son<br />

piezas cerámicas lisas en vajillas<br />

y decoradas en tinajas, pequeños<br />

dientes de hoz de sílex,<br />

delgados brazaletes, algunos<br />

elementos de hueso y piezas<br />

metálicas como hachas, leznas<br />

y puntas palmela. En el Museo<br />

de Avila está expuesto un fragmento<br />

cerámico de borde con<br />

impresión digital.<br />

VALLE DE<br />

ZORITA DE LOS MOLINOS<br />

En el valle de Zorita de los<br />

Molinos, la Edad del Bronce<br />

Medio dejó también su impronta<br />

en un pequeño poblado datado<br />

hacia el 1750 a. de C. según<br />

González Tablas, donde se<br />

han encontrado abundantes restos<br />

de cerámica al sitio del «Pinar<br />

del Barranco de la Cruz», en<br />

el paraje de «Las Bragas».<br />

Sobre el puente de Zorita,<br />

por donde pasa la carretera de<br />

Mingorría a Las Berlanas, se divisa<br />

una planta de extracción<br />

de gravas y áridos situada en la<br />

margen derecha del río, frente a<br />

los restos de otro puente que<br />

se llevó el agua, de ahí la denominación<br />

Gravera de Puente<br />

Viejo. En esta zona fue descubierto<br />

un importante yacimiento<br />

de la Edad del Bronce datado<br />

entre los años 1500 a 1250 a.<br />

de C., el cual fue excavado en<br />

1984 por González Tablas y Hortensia<br />

Larrén.<br />

El conjunto de materiales obtenidos<br />

en la excavación está<br />

compuesto por fragmentos de<br />

cerámica (cazuelas y cuencos<br />

con decoración impresa y lisa),<br />

ejemplares de sílex trabajado<br />

(puntas de flecha atípicas), restos<br />

faunísticos y fragmentos de<br />

barro cocido, los cuales se conservan<br />

en el Museo de Avila.<br />

LAS COGOTAS<br />

Sin apartarnos del río Adaja<br />

nos situamos, aguas arriba, en<br />

el Castro de Las Cogotas, excavado<br />

por Cabré, al que se debe<br />

la denominación de una cultura<br />

que se extendió por toda la<br />

Península, incluso por el sur de<br />

Francia. El grupo cultural Cogotas<br />

I tuvo su plenitud en el final<br />

de la Edad del Bronce (años<br />

1200 a 700 a. de C.), caracterizado<br />

por dos de las técnicas<br />

con que se decoran sus cerámicas:<br />

excisión (vaciado con espátula)<br />

y boquique o punto y<br />

raya (a base de líneas en las<br />

que se rehunden puntos con<br />

un punzón de hueso). De esta<br />

época se conserva una interesante<br />

hacha plana de bronce<br />

encontrada en el Castro de Las<br />

Cogotas que puede contemplarse<br />

en el Museo Arqueológico<br />

Nacional.<br />

El Castro de las Cogotas está<br />

situado junto al río Adaja, a<br />

Zorita de los Molinos. Gravera de Puenteviejo.


36 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />

Muralla del Castro de las Cogotas.<br />

unos seis kilómetros al suroeste<br />

de Cardeñosa, en la carretera<br />

AV-804 de Avila a Arévalo,<br />

por donde se accede a través<br />

de un camino. Con la construcción<br />

de la presa denominada<br />

también de «Las Cogotas», el<br />

acceso al castro puede hacerse<br />

fácilmente desde el desvío que<br />

sale del punto kilométrico 146,5<br />

de la carretera N-403 Toledo-<br />

Valladolid, cerca de Mingorría.<br />

El castro es conocido desde<br />

1876, con excavaciones sistemáticas<br />

realizadas por don Juan<br />

Cabré Aguiló en las campañas<br />

de 1927, 1929 y 1930, en esta<br />

última fue descubierta la necrópolis.<br />

El castro y necrópolis de Las<br />

Cogotas es el yacimiento más<br />

significativo de Avila, el cual ha<br />

tenido gran trascendencia para<br />

el conocimiento de un amplio<br />

período de la prehistoria peninsular,<br />

dando nombre a dos períodos<br />

fundamentales: el Bronce<br />

Medio-Final, conocido como<br />

«Cogotas I», y la plena Edad del<br />

Hierro, o Hierro II, conocido como<br />

«Cogotas II».<br />

La Edad del Hierro (siglos<br />

VII a I a. de C.) en Avila alcanza<br />

su máximo exponente en el Castro<br />

de Las Cogotas de Cardeñosa,<br />

cuyo asentamiento vuelve<br />

a ser ocupado de nuevo. De<br />

esta última época son las esculturas<br />

zoomorfas y verracos<br />

de piedra encontrados<br />

en Las Cogotas, así como los<br />

que se hallan en Mingorría y<br />

en Santo Domingo de las Posadas;<br />

también en El Oso,<br />

pueblo cercano a Las Berlanas<br />

y Gotarrendura.<br />

Las Cogotas es un castro<br />

estratégicamente situado, defendido<br />

por un doble cinturón<br />

amurallado y una zona<br />

de piedras hincadas, delimitando<br />

dos recintos, uno destinado<br />

a poblado, el más alto,<br />

y a encerradero de ganados<br />

el inferior. Los pobladores se<br />

dedicaban a la ganadería y la<br />

agricultura, y no destacaban por<br />

ser una sociedad guerrera, aunque<br />

poseían armas para protegerse.<br />

A través de los ajuares la necrópolis<br />

se ha fechado en su<br />

conjunto a lo largo de los siglos<br />

IV y III a. de C., y pudo ser destruido<br />

por los romanos o por los<br />

cartagineses.<br />

Los objetos hallados en Las<br />

Cogotas son muy numerosos.<br />

Así, los hay metálicos de bronce<br />

(fíbulas y una espada) y de<br />

hierro (puñales, herramientas para<br />

trabajar la madera, el cuero y<br />

la piedra). También abundan cerámicas<br />

lisas, impresas y decoradas,<br />

tanto del Bronce como<br />

del Hierro. En el Museo de Avila<br />

puede contemplarse una selección<br />

bastante significativa de dichos<br />

objetos.<br />

LOS VERRACOS<br />

Los verracos son esculturas<br />

talladas en piedra de granito<br />

que reproducen toros o cerdos,<br />

los cuales adoptan una postura<br />

frontal y de pie. La dispersión<br />

geográfica de los verracos coincide,<br />

en líneas generales, con el<br />

territorio ocupado por los «Vettones».<br />

Las esculturas halladas<br />

en los castros que no fueron ro-


RUTA ARQUEOLÓGICA 37<br />

manizados se pueden fechar<br />

desde el siglo IV a. de C. hasta<br />

el abandono gradual de estos<br />

poblados a raíz de la conquista<br />

romana, ya en el siglo I a. de C.<br />

Una muestra representativa<br />

de la cultura de los verracos lo<br />

constituyen las esculturas procedentes<br />

del castro de «Las Cogotas»<br />

y las existentes en Mingorría<br />

y Santo Domingo de las<br />

Posadas.<br />

Verraco de las Cogotas.<br />

Verraco de Mingorría.<br />

Los verracos de Cardeñosa<br />

proceden de «Las Cogotas»,<br />

cuatro de las cinco esculturas<br />

que se conocen se hallaron junto<br />

al camino que conduce al segundo<br />

recinto amurallado, una<br />

parte del cual pudo destinarse<br />

a cumplir las funciones de encerradero<br />

de ganado. Lo anterior<br />

ha llevado a defender para<br />

estas esculturas un significado<br />

mágico o religioso, relacionado<br />

con la protección y fertilidad de<br />

la ganadería, la principal fuente<br />

de riqueza de estas poblaciones,<br />

según apuntó Cabré.<br />

Destaca entre las esculturas<br />

de Las Cogotas una parecida<br />

a un jabalí, y que actualmente<br />

se encuentra en la capital<br />

abulense, en la plaza de<br />

Calvo Sotelo. A la ciudad fue<br />

trasladado por orden del rey<br />

Alfonso XII en contra de los<br />

vecinos de la localidad.<br />

El verraco de Mingorría<br />

se encuentra situado en el altozano<br />

donde se halla la ermita<br />

de la Virgen, un lugar preeminente<br />

desde el que se divisan<br />

en toda su amplitud las estribaciones<br />

de la Sierra de Ojos<br />

Albos por el noreste, y la Sierra<br />

de Avila y el cerro de Las Cogotas<br />

por el suroeste. A un lado<br />

pasa el camino que conduce a<br />

los molinos que hay en el río<br />

Adaja. Esta escultura zoomorfa<br />

es conocida como «el Marrano<br />

de la Virgen», y bien pudo cumplir<br />

funciones de protección del<br />

ganado o de acotamiento del territorio<br />

donde éste podía pastar.<br />

El verraco de Santo Domingo<br />

de las Posadas es de proporciones<br />

más reducidas y está<br />

en peor estado de conservación,<br />

se encuentra situado junto<br />

al edificio de la casa consistorial.<br />

A este tipo de verracos de<br />

menor tamaño, como los hallados<br />

en Martiherrero, algunos investigadores<br />

les atribuyen características<br />

funerarias.<br />

Verraco de Santo Domingo<br />

de las Posadas.


38 RUTA ARQUEOLÓGICA<br />

Mingorría. As de Lucio Vero.<br />

Calzadilla de Cardeñosa.<br />

LOS ROMANOS<br />

La conquista romana de la<br />

Península Ibérica se inició en el<br />

año 218 a. de C. cuando pasó<br />

a ser escenario de la II Guerra<br />

Púnica entre Roma y Cartago.<br />

La civilización romana se mantuvo<br />

en la Península hasta llegado<br />

el siglo V de nuestra era.<br />

Hay restos que prueban que<br />

Monsalupe y Cardeñosa bien<br />

pudieron ser ocupados por los<br />

romanos, y de esta época se<br />

conserva en el Museo de Avila<br />

una moneda, un «As de Lucio Vero»,<br />

procedente de Mingorría.<br />

Dirigiéndonos desde Avila hacia<br />

el norte por el antiguo camino<br />

que comunicaba la capital<br />

con Arévalo, todavía se aprecia<br />

el trazado de la conocida Calzadilla<br />

de Cardeñosa, con antecedentes<br />

romanos. El tramo<br />

visitable más interesante se encuentra<br />

a la altura del kilómetro<br />

tres de la carretera AV-804, cerca<br />

del puente de la Media Legua,<br />

por el que pasa la línea ferroviaria<br />

Avila-Salamanca. Esta<br />

calzada está perfectamente señalizada<br />

como ejemplo de camino<br />

antiguo utilizado al menos<br />

desde época medieval para comunicar<br />

la ciudad de Avila con<br />

la Moraña.<br />

LOS VISIGODOS<br />

El pueblo visigodo, de origen<br />

germánico, hizo notar su presencia<br />

efectiva en Hispania a finales<br />

del siglo V, como culminación<br />

de una serie de invasiones<br />

y establecimientos de diversos<br />

pueblos bárbaros en la Península.<br />

Los visigodos, un pueblo<br />

eminentemente agrícola, dejaron<br />

restos de su cultura en<br />

parajes de Cardeñosa y Mingorría<br />

que se asoman al río Adaja.<br />

El Castillo de Cardeñosa es<br />

el nombre que recibe el cerro<br />

elevado situado a unos dos kilómetros<br />

de Cardeñosa, hacia<br />

el Este, y es el mismo paraje donde<br />

ya se han reseñado otros<br />

asentamientos de pueblos prehistóricos.<br />

Aquí fue hallado en<br />

1876 por A. Garcinuño un conjunto<br />

de piezas, atribuible a las<br />

épocas romana y visigoda, consistentes<br />

en pizarras con signos<br />

de escritura que testimonian la<br />

transición del mundo antiguo al<br />

medieval.<br />

En el Museo de Avila puede<br />

admirarse una interesante colección<br />

procedente del municipio<br />

de Diego Alvaro, localizándose<br />

también en la guía de dicho<br />

museo un asentamiento en<br />

Mingorría. En Madrid, el Instituto<br />

Valencia de Don Juan conserva<br />

una patena de bronce de origen<br />

visigodo utilizada en la liturgia,<br />

procedente de Cardeñosa.


■ A DESTACAR. La catalogación<br />

de los monumentos<br />

más significativos<br />

de los pueblos de la ribera<br />

del Adaja realizada por<br />

Manuel Gómez Moreno en<br />

1900. Es el primer inventario<br />

riguroso del patrimonio<br />

cultural de dichos<br />

pueblos. La muestra artística<br />

seleccionada es lo<br />

suficientemente representativa<br />

que bien sirve para<br />

un itinerario especial como<br />

éste.<br />

■ La ruta. El recorrido<br />

por los monumentos de la<br />

zona nos lleva a visitar los<br />

pueblos de Cardeñosa, Peñalba,<br />

Las Berlanas, Mingorría,<br />

Pozanco, Santo Domingo<br />

de las Posadas y<br />

Vega de Santa María.<br />

■ Cómo llegar. El historiador<br />

Gómez-Moreno recorrió<br />

esta tierra en el tren<br />

que llega hasta Mingorría,<br />

y desde aquí en burro.<br />

Hoy el viajero puede desplazarse<br />

fácilmente en coche<br />

hasta los pueblos de<br />

la ruta donde se hallan los<br />

monumentos a visitar.<br />

■ Qué ver. Los monumentos<br />

finalmente seleccionados,<br />

entre otros, son<br />

el castro de las Cogotas,<br />

las iglesias de Cardeñosa,<br />

Las Berlanas, Pozanco y<br />

Vega de Santa María, y<br />

los verracos de Mingorría<br />

y Santo Domingo de Las<br />

Posadas.<br />

■ Aliciente. Realizar hoy,<br />

cien años después, la misma<br />

ruta que hizo el historiador<br />

Manuel Gómez Moreno<br />

para elaborar el Catálogo<br />

Monumental de la<br />

Provincia de Avila.<br />

Artesonado de la iglesia<br />

de Las Berlanas.<br />

RUTA<br />

MONUMENTAL<br />

Manuel Gómez Moreno era<br />

un joven granadino de 20<br />

años, licenciado en Filosofía y<br />

Letras y profesor de Arqueología<br />

en el Sacromonte, cuando<br />

recibió el encargo de realizar el<br />

«Catálogo Monumental de la<br />

Provincia de Avila». Con este<br />

trabajo se iniciaba el catálogo<br />

monumental de España que<br />

había proyectado en el año<br />

1900 el Ministerio de Instrucción<br />

Pública y Bellas Artes.<br />

Los pueblos de la ribera del<br />

Adaja fueron visitados por Gómez<br />

Moreno en un entrañable y<br />

particular viaje no lejos de vicisitudes.<br />

A partir del 15 de agosto<br />

de 1900 y a lo largo de once<br />

días recorre el Valle Amblés, hasta<br />

llegar a Villatoro, donde nace<br />

el río Adaja.<br />

A primeros del mes de septiembre<br />

Gómez Moreno inicia el<br />

viaje en burro por la Moraña. Al<br />

principio recorre los pueblos serranos<br />

como Cardeñosa y Pe-


40 RUTA MONUMENTAL<br />

ñalba de Avila, donde el terreno<br />

es ondulado y lleno de peñones<br />

graníticos; pero a partir<br />

de Las Berlanas empieza La<br />

Moraña, inmensa llanura «lévemente<br />

surcada por algunos barrancos<br />

y lomas, sin más horizonte<br />

que a la parte de Avila,<br />

donde se ven bien lejos sus sierras<br />

y, al fin, la de Gredos y Montes<br />

de Toledo. El terreno es todo<br />

de sembradío de cereales y<br />

este año han tenido gran cosecha.<br />

Los pueblos están divididos<br />

en barrios y la iglesia aislada.<br />

Es curioso y cortan la monotonía<br />

grandísima del paisaje algunas<br />

alamedas de chopos y<br />

álamos blancos, sembrados en<br />

los sitios frescos y que suelen<br />

denunciar la cercanía de los<br />

pueblos; además de higos y<br />

brevas se ve alguna mancha de<br />

monte. La gente ha perdido por<br />

completo el traje y las casas tampoco<br />

ofrecen nada especial; las<br />

hacen de adobe, pues por aquí<br />

no hay piedra para un remedio<br />

y aun la arcilla escasea».<br />

De este viaje destacan los escritos<br />

dedicados al Castro de las<br />

Cogotas, la calzadilla romana y<br />

la Iglesia de Cardeñosa, y el paisaje<br />

que desde lo alto del cerro<br />

de las Cogotas se divisa. Después<br />

de Cardeñosa, el historiador<br />

se detiene en la Iglesia y la<br />

ermita de las Angustias de Las<br />

Berlanas para resaltar sus valores<br />

artísticos.<br />

Finalizado el recorrido de La<br />

Moraña, el 15 de septiembre,<br />

Gómez Moreno toma el tren en<br />

Adanero para regresar a Avila<br />

pasando por Sanchidrián, Velayos<br />

y Mingorría. A principios<br />

de octubre nuestro viajero coge<br />

de nuevo el tren que le lleva<br />

hasta Mingorría. En el recorrido<br />

por el pueblo, que por estas fechas<br />

festeja a la Virgen del Rosario,<br />

le llama especialmente la<br />

atención la escultura zoomorfa,<br />

cerdo o verraco, del siglo IV a.<br />

de C., situada en lo alto del cerro<br />

donde está la ermita. De esta<br />

figura el autor del Catálogo<br />

Monumental hizo un sencillo y<br />

bello dibujo con el que ilustró<br />

sus apuntes.<br />

Terminada la visita a Mingorría<br />

es hora de buscar unos burros<br />

con los que continuar el<br />

viaje hasta Arévalo. Así, el joven<br />

profesor nuevamente se<br />

adentra en La Moraña, parando<br />

en todos los pueblos de su recorrido,<br />

prestando especial<br />

aten- ción en Pozanco a la iglesia<br />

parroquial y los objetos de<br />

platería de la misma, en Santo<br />

Domingo de las Posadas al<br />

berraco de piedra allí existente,<br />

y en Vega de Santa María a la<br />

iglesia parroquial y las ruinas<br />

del Palacio de San Saturnino.<br />

Como resultado de los distintos<br />

viajes por la geografía de la<br />

provincia, Manuel Gómez-Moreno<br />

dejó escrita una valiosísima<br />

obra con la que se dió comienzo<br />

la realización del Inventario<br />

y el Catálogo del Patrimonio<br />

cultural español, de donde<br />

destacamos la siguiente ruta<br />

monumental según la descripción<br />

literal estractada del citado<br />

catálogo.<br />

Paisaje morañego en Gotarrendura.


RUTA MONUMENTAL 41<br />

CASTRO DE LAS COGOTAS<br />

El despoblado de Las Cogotas<br />

(declarado Monumento Histórico-Artístico<br />

el 3 de junio de<br />

1931) es un teso granítico desgajado<br />

de la sierra de Avila, que<br />

desde el gran macizo de Villatoro<br />

corre hacia NE, hasta los berrocales<br />

de Cardeñosa, y cuya<br />

más oriental ondulación constituye<br />

precisamente las Cogotas.<br />

Su cúspide forma dos cabezos<br />

de peñas, y un collado poco extenso<br />

los une; el más alto atalaya<br />

gran territorio: a N., el Campo<br />

de Pajares, a S., Avila, de manera<br />

que bien podía prevenirse<br />

desde allí cualquier lejano peligro;<br />

enormes canchales la cercan<br />

a E., en áspero declive hasta<br />

el río Adaja, que allí serpentea,<br />

ceñido por formidables tajos<br />

a la parte contraria, que imposibilitan<br />

comunicarse con el<br />

cercano pueblo de Mingorría.<br />

Al S., un escalón de rocas corta<br />

la suave ladera que se inclina<br />

hasta el arroyo de la Rominilla,<br />

y allí cerca varias fuentes la proveen<br />

de agua. De N. a O., el terreno<br />

va espaciándose más y<br />

más en declive hacia el río, conforme<br />

éste se retira, pero sin dejar<br />

del todo su fragosidad, y hacia<br />

O. aisla el cerro una depresión<br />

en forma de collado, más<br />

grande que el de arriba, para<br />

erguirse luego hacia la sierra,<br />

enseñando de nuevo sus calvas<br />

y redondeadas crestas.<br />

De los muros que protegían<br />

esta ciudad sólo se<br />

descubren algunas<br />

piedras en su asiento.<br />

Allí también hay tirados<br />

los pedazos de<br />

un toro de granito, sin<br />

cabeza y bastante<br />

grande, al que antes<br />

acompañaban otra efigie<br />

de toro menor, que<br />

dicen llevó a Madrid<br />

D. Emilio Rotondo, y<br />

una de berraco, trasladada<br />

a Avila por iniciativa de<br />

D. Alfonso XII.<br />

Al buen médico D. Fausto Rico<br />

débese el conocimiento de<br />

las Cogotas y las primeras exploraciones.<br />

De una excavación<br />

practicada por el Sr. Rotondo<br />

salieron más objetos. Por mi<br />

parte, hallé varios fragmentos<br />

de cobre y hierro y otro de hueso,<br />

una piedra cuarzosa muy<br />

desgastada por frotamiento, y<br />

ruedas de molino de mano hechas<br />

de granito, con taladro en<br />

medio y agujero para hacerlas<br />

girar.<br />

Como a un kilómetro al N. de<br />

las Cogotas, en el profundo llano<br />

que por allí se tiende y cerca<br />

del molino del Castillo, hay<br />

otras señales de antigüedad,<br />

donde recogió el Sr. Rico una<br />

moneda de Teodosio y una tableta<br />

de pizarra con signos grabados.<br />

Más cerca de Cardeñosa fueron<br />

halladas otras monedas romanas,<br />

puntas de lanzas y flechas<br />

de hierro, una chapa de<br />

bronce repujada con figura de<br />

Hércules y tejas planas.<br />

Entre Cardeñosa y Narrillos de<br />

San Leonardo, consérvase un<br />

largo trecho de calzada, que dicen<br />

es de romanos. Su empedrado<br />

forma cintas diagonales<br />

a trechos; sus bordes alzan guardarruedas<br />

a trechos, y sobre el<br />

arroyo de la Cañada hay un<br />

puentecillo en arco escarzano,<br />

de dovelas pequeñas sentadas<br />

a hueso.<br />

Entrada al Castro.


IGLESIA PARROQUIAL<br />

DE CARDEÑOSA<br />

Se empezó a construir por<br />

la cabeza, con un ábside poligonal<br />

y estribos de gran desarrollo<br />

y de excelente sillería;<br />

pero quedó suspendida a la altura<br />

del basamento, y cuando<br />

se reanudaron las obras a fines<br />

del siglo XV, redújose considerablemente<br />

su magnitud y se<br />

hizo de mampostería. No obstante,<br />

resultó un edificio espacioso<br />

y bien decorado, con su<br />

capilla semioctogonal, presbiterio<br />

con bóveda de ogivas de<br />

poca elevación, y tres elegantes<br />

naves de a tres grandes<br />

arcos semicirculares por banda<br />

y sus arquivoltas y pilares<br />

bordeados por series de bolas,<br />

como también los escarzanos<br />

que sostienen el coro a<br />

los pies, todo ello de muy buena<br />

construcción. Bolas también<br />

exornan las puertas y el púlpito<br />

de piedra.<br />

La armadura de la nave central<br />

es ochavada por sus extremos,<br />

con bellos cuadrantes<br />

de lazo de ocho, ataujerado y<br />

entallado: almizate lleno de lazo<br />

de diez y seis, con racimos<br />

de mocárabes en los centros<br />

de sus ruedas, y faldones de<br />

menado, con almenillas pintadas<br />

en los chaflanes. Los pares,<br />

tirantes y arrocabe están cubiertos<br />

de entalladuras y lo mismo<br />

los colgadizos laterales y el<br />

suelo del coro; es una de las<br />

buenas obras mudéjares de la<br />

provincia.<br />

El retablo principal fue hecho,<br />

al parecer por Rodríguez y<br />

Giraldo, pues se nota la mano<br />

de dos artífices y convienen con<br />

sus obras de la Catedral, especialmente<br />

el trascoro (fechado y<br />

documentado entre 1532-35 como<br />

obra de Pedro de Salamanca<br />

y Blas Hernández, yerno y<br />

colaborador de Juan Rodríguez).<br />

Es de tres cuerpos, con columnas<br />

abalaustradas, tres calles<br />

de encasamientos, como de 0,85<br />

m. de alto, entrepaños con hornacinas,<br />

pulseras laterales llenas<br />

de talla y frontón redondo;<br />

todo cubierto con relieves, estatuitas<br />

y dos tablas pintadas. En<br />

el siglo XVIII lo doraron de nuevo<br />

y taparon su centro con un<br />

manifestador de entonces.<br />

En la sacristía hay un pequeño<br />

San Jerónimo, correspondiente<br />

al retablo.<br />

Los dos tableros del susodicho<br />

retablo, representan la<br />

Oración del Huerto y la Transfiguración.<br />

Puesta en un retablo churrigueresco,<br />

hay una tabla apaisada,<br />

de 1,90 m. de ancho, que


RUTA MONUMENTAL 43<br />

representa el martirio de San<br />

Lorenzo, y su figura principal<br />

nos pareció inspirada en la estampa<br />

de Bandinello; es de estilo<br />

italiano del siglo XVI, muy<br />

oscura de entonación. A los lados<br />

hay otras dos tablas pequeñas<br />

con pasajes de la vida<br />

del santo, de la misma mano.<br />

En el retablo de la Virgen del<br />

Rosario hay otras cinco tablas<br />

de la vida de Ntra. Señora, correspondientes<br />

al estilo flamenco<br />

y algo italianizado de principios<br />

del siglo XVI. También hay<br />

un pequeño tríptico con la Virgen<br />

lactando al Niño y dos santos:<br />

siglo XVI, italianizante.<br />

En la iglesia destacan diversos<br />

bordados: Cenefa de casulla<br />

excelente, de estilo italiano;<br />

representan santos, y entre<br />

ellos Constantitno y Sta. Elena,<br />

aludiendo a la Sta. Cruz, titular<br />

de la parroquia. También destacan<br />

unas Dalmáticas de terciopelo<br />

rojo, con adornos del Renacimiento<br />

débilmente estampados<br />

que se conservan en el<br />

Museo Diocesano de Avila.<br />

LAS BERLANAS<br />

Iglesia parroquial. Distribuido<br />

este pueblo de Campo de<br />

Pajares en barrios, se despoblaron<br />

algunos, quedando la<br />

iglesia en medio del campo y<br />

apartada de los dos barrios subsistentes.<br />

Data del siglo XVI, es<br />

de obra de tapias y rafas, en<br />

forma de cruz, y toda sencillísima,<br />

sin más de notable que la<br />

armadura morisca de la sacristía,<br />

ochavada de lazo de ocho y<br />

con sencillos adornos teñidos<br />

de negro, y, además, la del coro,<br />

puesto a los pies, con cuatro<br />

paños ataujerados de lazo,<br />

así como el alicer y viga, cuyos<br />

miembros tienen rosetas, o conchas<br />

entalladas, y de los centros<br />

penden dos racimos de mocárabes,<br />

de breve caída, pero<br />

preciosamente combinadas sus<br />

adarajas, que diseñan arquillos<br />

agudos.<br />

Entre las pinturas de la iglesia<br />

hay una tabla de San Pablo<br />

sentado, casi de tamaño natural,<br />

correspondiente a la mitad<br />

del siglo XVI; estimable, sobre<br />

todo la cabeza; manos desproporcionadas<br />

(pintura totalmente<br />

perdida).<br />

También hay bordados de interés,<br />

como una casulla de brocatel<br />

precioso, semigótico, y<br />

con cenefa bordada de oro matizado,<br />

con imágenes; segundo<br />

tercio del siglo XVI; bien conservada.<br />

La ermita de las Angustias<br />

está en el barrio del Burgo y su<br />

capilla mayor ostenta otra armadura<br />

morisca, semejante a la<br />

de la sacristía de la parroquia.<br />

MINGORRIA Y SANTO<br />

DOMINGO DE LAS POSADAS<br />

En lo alto del cerro donde está<br />

la ermita, junto a Mingorría,<br />

permanece intacto un cerdo o<br />

verraco, el mejor de cuantos he<br />

visto en la provincia, y que recuerda<br />

por su actitud, como de<br />

acometer, los de Salamanca, probablemente<br />

más antiguos.<br />

Es de granito,<br />

como todos; mide<br />

1,70 m. de largo, por<br />

0,92 de alto, mira hacia<br />

oriente, y la cresta<br />

de su espinazo se interrumpe<br />

hacia el promedio<br />

con una cavidad<br />

redonda y plana,<br />

cuyo diámetro es de


44 RUTA MONUMENTAL<br />

0,18 m., y 0,11 su profundidad.<br />

Lo mismo se observa en el famoso<br />

toro de Salamanca, y ambos<br />

casos me sugieren la idea<br />

de si servirían para quemar dentro<br />

aromas o hacer libaciones.<br />

Otras esculturas cita González<br />

Dávila en los llanos del Adaja,<br />

que son en Santo Domingo<br />

de las Posadas y otra en su alquería<br />

de los Yezgos.<br />

POZANCO<br />

La iglesia parroquial es pequeña<br />

y poco elevada, formando<br />

tres naves y capilla mayor<br />

rectangular; arcos escarzanos y<br />

semicirculares, armaduras de par<br />

y nudillo, lisas; pilares y molduras,<br />

de lo semigótico del siglo<br />

XVI. Se conserva un Cristo<br />

crucificado del siglo XIV y otro<br />

grande del siglo XV.<br />

También hay los siguientes<br />

objetos de platería. Cruz de plata<br />

de 1,05 m. de alto; de las más<br />

hermosas, compuesta con elegancia<br />

y relevada con grutescos<br />

de bellísimo estilo; Crucifijo<br />

y medallas doradas con<br />

santos, no menos admirables;<br />

punzones repetidos<br />

de Alviz, como ensayador<br />

de Avila, y de Domingo<br />

Martínez, que trabajaba<br />

hacia 1555 a 1562 y de<br />

quien catalogamos otras<br />

obras, aunque inferiores<br />

a ésta; estilo de Berruguete.<br />

Copón pequeñito;<br />

su alto, con la cruz, 0,22;<br />

con espirales de follaje,<br />

del siglo XV.<br />

VEGA DE SANTA MARIA<br />

La iglesia parroquial es de<br />

construcción bien antigua, de<br />

albañilería, pues tiene un angosto<br />

presbiterio con bóveda<br />

de cañón y ábside con arco<br />

bien agudo; por fuera se le ve<br />

edificado con ladrillos, tendidos<br />

y de pie, como el de Orbita, y<br />

con una ventanilla en medio.<br />

La iglesia está cerrada al culto,<br />

y entre la mampostería de la fachada<br />

aparecen reutilizadas<br />

piedras con decoración<br />

de tipo visigodo: una<br />

con tres estrellas dentro<br />

de círculos y otra con círculo<br />

con estrellas y cabeza.<br />

Las naves se rehicieron<br />

hacia fines del siglo<br />

XV, quedando muy estrechala<br />

central, y las separan<br />

dos grandes arcos de<br />

cantería, escarzanos, y otro carpanel<br />

a los pies, de los que únicamente<br />

queda el arco carpanel<br />

de la nave del Evangelio, estando<br />

las dovelas de la nave de<br />

la Epístola distribuidas en el exterior<br />

de la iglesia. La armadura<br />

es morisca con lazo de doce<br />

ataujerado en los cuadrantes, y<br />

de ocho apeinazado en el almizate.<br />

Se conservan los restos del<br />

palacio del Marqués de San<br />

Saturnino, hecho de mampostería<br />

de granito, con matacanes<br />

sobre la puerta y arruinado.


RUTA DE LOS REYES<br />

■ A DESTACAR. La visita<br />

de los reyes españoles a los<br />

pueblos de la ribera del Adaja,<br />

aunque esporádica, merece<br />

recordarse en la pequeña<br />

historia de esta tierra. Entre<br />

estos reyes cabe citar a<br />

Juan II de Castilla, Alfonso de<br />

Avila, Isabel la Católica, José<br />

Bonaparte, Isabel II y Alfonso<br />

XIII y su esposa doña<br />

Victoria.<br />

■ La ruta. El trayecto de<br />

Avila-Arévalo fue un itinerario<br />

realizado con asiduidad por<br />

los reyes castellanos, pasando<br />

por Cardeñosa, Peñalba,<br />

Las Berlanas y Gotarrendura.<br />

Un apartado especial es el<br />

dedicado a Alfonso de Avila,<br />

que falleció en Cardeñosa.<br />

El ferrocarril revolucionó las<br />

comunicaciones entre los<br />

pueblos durante el siglo XIX,<br />

significando aquí las paradas<br />

de Mingorría y Velayos<br />

que inauguró Isabel II. Finalmente,<br />

la abundancia de caza<br />

en Aldealgordo (Tolbaños)<br />

cautivó a Alfonso XIII.<br />

■ Cómo llegar. La antigua<br />

ruta de los reyes castellanos<br />

coincide con el trazado de la<br />

carretera AV-804, mientras que<br />

la línea férrea del Norte inaugurada<br />

por Isabel II mantiene<br />

las estaciones de Mingorría<br />

y Velayos, a las que se<br />

accede por la N-403, y desde<br />

aquí a los encinares de<br />

Tolbaños.<br />

■ Qué ver. Los lugares por<br />

donde pasaron algunos reyes<br />

españoles, e incluso donde<br />

murió el rey Alfonso.<br />

■ Aliciente. Descubrir que<br />

estos pueblos merecieron algún<br />

día una casual visita real,<br />

con especial atención a<br />

los sucesos que rodearon la<br />

vida de Alfonso de Avila<br />

Los reyes castellanos que dieron<br />

renombre a las villas de<br />

Arévalo y Madrigal de las Altas<br />

Torres, y a la ciudad de Avila utilizaban<br />

en sus desplazamientos<br />

la actual carretera que pasa por<br />

Gotarrendura, Las Berlanas<br />

y Monsalupe, Peñalba y Cardeñosa.<br />

Villa de Cardeñosa.<br />

El rey Juan II guerreó en<br />

1441 contra los navarros en las<br />

inmediaciones de Cardeñosa,<br />

y la trágica muerte de Alfonso<br />

de Avila, rey de Castilla, hijo de<br />

Juan II, ocurrió en la villa en el<br />

año 1468, por cuyo motivo visitó<br />

el lugar su hermana, la futura<br />

reina Isabel la Católica.<br />

También por esta misma ruta<br />

pasó la comitiva fúnebre de Isabel<br />

la Católica en 1504, cuando<br />

era trasladada desde Medina<br />

del Campo, donde murió, hasta<br />

Granada, donde recibió sepultura.<br />

Otro cortejo fúnebre llorado<br />

con profunda pena en su re-


46 RUTA DE LOS REYES<br />

ALFONSO DE AVILA,<br />

REY DE CASTILLA<br />

Velayos. Fuente de Carlos IV.<br />

corrido por las calles de estos<br />

pueblos fue el que trasladó en<br />

1528 el cuerpo de doña Beatriz<br />

de Ahumada, madre de<br />

Santa Teresa de Jesús, desde<br />

Gotarrendura hasta Avila. En<br />

ambos casos las crónicas hacen<br />

especial referencia a las<br />

muestras de profundo pesar<br />

por los habitantes de estos<br />

pueblos.<br />

Felipe II, el 10 de septiembre<br />

de 1617, confirmó los oficios<br />

de fieles de Cardeñosa,<br />

desde don- de se enviaba a la<br />

capital menudos de cabras y<br />

otros mantenimientos para<br />

venderse en el Mercado Chico<br />

y en el Mercado Grande,<br />

donde también acudían las<br />

panaderas de Mingorría.<br />

Llama la atención en Velayos,<br />

a las afueras del pueblo,<br />

una fuente muy buena con<br />

dos caños construida en tiempos<br />

del rey Carlos IV, donde<br />

una inscripción realizada en la<br />

obra granítica identifica claramente<br />

la fecha del reinado al<br />

que accedió en 1789. La fuente<br />

servía también a los antiguos<br />

lavaderos públicos, y todo<br />

el conjunto ha sido recientemente<br />

rehabilitado como<br />

centro cultural.<br />

El último día de junio del<br />

año 1468 la comitiva real de<br />

don Alfonso salió de Arévalo<br />

con dirección a Toledo para<br />

defender la ciudad frente a su<br />

hermano Enrique IV, con quien<br />

se disputaba el reino. La comitiva<br />

pasó por Gotarrendura,<br />

Las Berlanas y Peñalba,<br />

llegando de anochecido a la<br />

aldea de Cardeñosa. Para cenar<br />

el rey tomó una trucha<br />

empanada, pero nada más probar<br />

bocado, le invadió un profundo<br />

sopor del que nunca se<br />

despertó. Alfonso permaneció<br />

Casa donde murió don Alfonso.<br />

en coma hasta el día 5 de julio,<br />

día oficial de su fallecimiento.<br />

Mucho se ha especulado<br />

sobre la muerte de Alfonso,<br />

«unos dicen que murió de pestilencia<br />

y otros de yerbas que<br />

le dieron en una trucha», sin<br />

descartar que la muerte le fuera<br />

provocada.<br />

El infante don Alfonso nació<br />

en Tordesillas el 15 de noviembre<br />

de 1453, hijo del rey<br />

(Pasa a la página 47)


RUTA DE LOS REYES 47<br />

de Castilla Juan II y de su segunda<br />

esposa Isabel de Portugal.<br />

Dos años antes había nacido<br />

en Madrigal de las Altas Torres<br />

la infanta Isabel, quien se<br />

convirtió después en la reina<br />

Isabel la Católica.<br />

El 30 de noviembre de 1464<br />

Alfonso fue proclamado príncipe<br />

heredero del trono de Castilla,<br />

regentado entonces por su<br />

hermano Enrique IV. Meses<br />

más tarde, el 5 de junio de<br />

1465, los nobles descontentos,<br />

reunidos en la ciudad de Avila,<br />

llevan a cabo el destronamiento<br />

del rey, a la vez que proclaman<br />

al príncipe Alfonso con el<br />

título de Alfonso XII, rey de<br />

Castilla, acontecimiento que se<br />

conoce como «la farsa de Avila».<br />

Como recompensa, el concejo<br />

y el cabildo abulenses fueron<br />

receptores de importantes<br />

privilegios y mercedes, y defendidos<br />

de las apetencias<br />

nobiliarias.<br />

Alabado por cronistas y<br />

poetas, Alfonso era una criatura<br />

en manos de nobles rebeldes<br />

y ambiciosos cuando<br />

fue alzado rey. Durante los<br />

tres años de reinado de Alfonso<br />

existe una situación de guerra<br />

civil entre sus partidarios y los<br />

de Enrique IV.<br />

(Pasa a la página 48)<br />

José Bonaparte, rey de España<br />

durante 1808-1813, impuesto<br />

por su hermano Napoleón<br />

el emperador de Francia,<br />

pernoc- tó en la casa-palacio<br />

del Duque de Montellano en<br />

Blascosancho al terminar la<br />

guerra de la independencia,<br />

coincidiendo con la retirada de<br />

las tropas francesas.<br />

Durante el siglo XIX España<br />

sufrió una larga contienda civil<br />

conocida como las guerras carlistas<br />

(1833-1874), provocada<br />

por los seguidores del infante<br />

don Carlos, quien tomó el título<br />

de Carlos V rey de España<br />

en representación de la tradición<br />

mo- nárquica y religiosa.<br />

Aunque el infante don Carlos<br />

no llegó a visitar estas tierras,<br />

su causa fue defendida por una<br />

parte destacable de la población<br />

de Velayos y Mingorría. El<br />

Ayuntamiento de este último<br />

pueblo se negó a jurar la Constitución<br />

de 1869, lo que provocó<br />

el destierro de los seguidores<br />

carlistas de la localidad, según<br />

publicó el Boletín Oficial de<br />

la Provincia de 1 de septiembre<br />

de 1874.<br />

El año 1864 la reina Isabel II<br />

inauguró en San Sebastián la<br />

línea férrea Madrid-Irún, la cual<br />

tenía estaciones en la capital<br />

abulense, Mingorría y Velayos.<br />

Al año siguiente Isabel II visitó<br />

Vista de Mingorría.


48 RUTA DE LOS REYES<br />

Villa de Cardeñosa.<br />

La guerra se mantiene con<br />

sucesivas treguas que dan pie<br />

a negociaciones sin éxito, por<br />

lo que la muerte misteriosa de<br />

Alfonso puso fin al panorama<br />

desolador que sufría Castilla.<br />

Así, firmada la paz el 19 de<br />

septiembre de 1468, la infanta<br />

Isabel fue proclamada heredera<br />

al trono como sucesora de<br />

Enrique IV en la «Venta de los<br />

Toros de Guisando».<br />

A la muerte del rey, el 11 de<br />

diciembre de 1474, Avila celebra<br />

los honores fúnebres y<br />

proclama a doña Isabel como<br />

reina.<br />

«Alfonso, titulado rey Alfonso<br />

XII, no ha sido considerado<br />

como tal en la sucesión de los<br />

monarcas españoles. Acaso,<br />

dada su vinculación con Avila,<br />

en donde se crió, fue alzado,<br />

instaló su Corte y finalmente<br />

murió. Algunos historiadores<br />

le han denominado rey de Avila,<br />

pero reinó en Castilla paralelamente<br />

con Enrique IV»,<br />

concluye María Dolores Carmen<br />

Moralez Muñoz, autora<br />

del libro «Alfonso de Avila, rey<br />

de Castilla».(*)<br />

la ciudad de Avila y pasó también<br />

por Mingorría y Velayos<br />

entre otros lugares, depositando<br />

en la Tesorería de la Hacienda<br />

Provincial 20.000 reales<br />

para los pobres y enfermos necesitados<br />

de los pueblos del<br />

trán- sito. Así, el libro de sesiones<br />

del Ayuntamiento de Mingorría<br />

reseña en el acta de 19<br />

de noviem- bre de 1865 el repartimiento<br />

de 890 reales para<br />

los 41 beneficiarios de la localidad,<br />

la cual contaba entonces<br />

una población de unos 1.200<br />

habitantes.<br />

El rey Alfonso XII pleiteó<br />

con Cardeñosa en 1877, al ordenar<br />

el traslado a Avila del verraco<br />

encontrado en el castro<br />

de las Cogotas, siendo necesario<br />

el uso de las armas para<br />

cumplir la orden de traslado.<br />

El 2 de julio de 1907, los reyes<br />

don Alfonso XIII y doña<br />

Victoria visitaron la dehesa de<br />

Aldealgordo, sita en Tolbaños,<br />

alojándose en la casa señorial<br />

del marqués de Torrecilla. Fue<br />

una gran jornada de caza de<br />

jabalíes entre los tupidos encinares<br />

que baña el Voltoya. Como<br />

testimonio de este viaje se<br />

conserva en casa del marqués<br />

una detallada inscripción grabada<br />

en azulejo cerámico.<br />

Dehesa de Aldealgordo.


RUTA DE LOS SANTOS<br />

■ A DESTACAR. Avila es conocida<br />

como tierra de santos<br />

y de cantos por su identidad<br />

con Santa Teresa de Jesús y<br />

San Juan de la Cruz, y con el<br />

paisaje pétreo y granítico que<br />

caracteriza su entorno. La santidad<br />

surge entre las gentes<br />

de nuestros pueblos como un<br />

sentimiento de bondad propio<br />

de su religiosidad. Por ello, el<br />

hecho de que fruto de la piadosidad<br />

de sus costumbres<br />

aparezcan hombres y mujeres<br />

dignos de formar parte del<br />

santoral de la iglesia católica,<br />

honra y enorgullece la vida<br />

de estos pueblos más allá<br />

de la religión. Otros hombres<br />

buenos fallecidos trágicamente,<br />

sin importar su ideología o<br />

confesión religiosa, también<br />

merecen ser ejemplos de santidad.<br />

■ La ruta. El recorrido por<br />

los pueblos de la ribera del<br />

Adaja está impregnado de los<br />

recuerdos que dejaron Santa<br />

Paula Barbada, Santa Teresa<br />

de Jesús, la venerable María<br />

Vela y el beato Juan María de<br />

la Cruz, entre otros. Su presencia<br />

está en iglesias y ermitas,<br />

en calles y edificios, y en multitud<br />

de actos festivos, sin olvidar<br />

los recuerdos familiares<br />

de otros «santos anónimos»<br />

que fueron mártires por sus<br />

ideas.<br />

■ Cómo llegar. Para visitar<br />

los lugares donde nacieron o<br />

por donde pasaron los santos<br />

de la zona hay que acercarse<br />

por la carretera AV-804, que<br />

coincide con la ruta teresiana<br />

que va desde Avila a Gotarrendura.<br />

Por la carretera N-<br />

403 que llega a Mingorría puede<br />

accederse a San Esteban<br />

de los Patos, donde nació el<br />

último beato. Puestos en marcha,<br />

todos los pueblos de la<br />

zona quieren dejar notar su<br />

presencia en el santoral.<br />

■ Qué ver. En Cardeñosa<br />

abundan los recuerdos de<br />

sus santos: Santa Paula, María<br />

Vela e Isabel de Santo Domingo;<br />

en Peñalba se festeja<br />

el «Santo Cristo de Santa<br />

Teresa»; en Gotarrendura se<br />

conserva el palomar de Santa<br />

Teresa, en San Esteban de<br />

los Patos está la casa donde<br />

nació el beato Juan María de<br />

la Cruz, en Mingorría nació el<br />

rentero del palomar de la Santa<br />

y está la herencia familiar<br />

del cura Salustiano Domínguez,<br />

y en Velayos estuvo de<br />

párroco Máximo Moro Briz,<br />

quien está en causa de beatificación.<br />

■ Aliciente. Conocer los lugares<br />

por donde pasaron o<br />

nacieron algunos santos, significando<br />

así la pequeña historia<br />

de los pueblos.


50 RUTA DE LOS SANTOS<br />

SANTA TERESA DE JESUS<br />

SANTA PAULA<br />

BARBADA<br />

Santa Paula Barbada es la<br />

Santa de Cardeñosa. Sobre el<br />

milagro de su santidad y la leyenda<br />

creada sobre tal acontecimiento<br />

han escrito todos los<br />

historiadores y cronistas abulenses,<br />

siendo los primeros don<br />

Gonzalo Ayora en 1519 y don<br />

Antonio Cianca en 1595. Santa<br />

Paula se venera en la ermita<br />

abulense de San Segundo y en<br />

un retablo antiguo de 1530 puede<br />

leerse la siguiente inscripción:<br />

«Que en el año de 1060, siendo<br />

perseguida de un caballero<br />

que la solicitaba con fin deshonesto,<br />

entró en la ermita de San<br />

Lorenzo y pidió a Dios, al pie de<br />

la santa Cruz, le diese alguna fealdad<br />

en su rostro para no ser<br />

conocida, y fue cubierta de barbas;<br />

y vista por el caballero no<br />

la conoció: quien preguntándola<br />

si había visto una mujer de<br />

estas señas, respondió: No he<br />

visto tal mujer».<br />

En honor de Santa Paula Barbada<br />

el pueblo de Cardeñosa<br />

celebra cada año su fiestas, y<br />

en fechas veraniegas se organiza<br />

una romería desde el pueblo<br />

hasta la ermita de San Segundo<br />

en Avila.<br />

Santa Teresa de Jesús (1515-<br />

1582) es la Santa de Gotarrendura.<br />

Son numerosos los acontecimientos<br />

que hacen que este<br />

pueblo sea uno de los lugares<br />

más singulares de las distintas<br />

rutas teresianas, y también<br />

del camino de la lengua<br />

castellana gracias a la pluma de<br />

la propia Teresa de Jesús.<br />

Los padres de Santa Teresa se<br />

casaron en Gotarrendura el 14 de<br />

mayo de 1509, y en este pueblo<br />

murió su madre doña Beatriz<br />

el 29 de noviembre de 1528,<br />

cuando la Santa tenía 13 años.<br />

Gotarrendura, Berlanas, Peñalba<br />

y Cardeñosa sintieron profundamente<br />

la muerte de doña Beatriz,<br />

llorando el paso del cortejo fúnebre<br />

que se dirigía hasta Avila.<br />

Gotarrendura en el siglo XVI,<br />

según escribió el padre Gabriel<br />

de Jesús en «Vida Gráfica de<br />

Santa Teresa» (1929), era un<br />

pueblo minúsculo, pues las casas<br />

se podían contar con los<br />

dedos de la mano, pero era un<br />

pueblo hidalgo y pintoresco de<br />

la provincia de Avila, enclavado<br />

en la fértil meseta de la Moraña,<br />

compuesto todo él de labradores<br />

y pastores que se consideraban<br />

dichosos de tener junto a<br />

sus casas las tierras –más de<br />

dos mil obradas– que fueron propiedad<br />

de don Alonso de Cepeda<br />

y doña Beatriz de Ahumada,<br />

más los majuelos o prados y el<br />

famoso palomar. Gotarrendura<br />

comenzó por ser reunión de un<br />

número reducido de caseríos,<br />

según las dehesas colindantes,<br />

cada una de ellas de su señor y<br />

dueño. Así, vemos que tenían<br />

allí fincas los del Peso, los Ahumada<br />

y otros, retirándose a estas<br />

dehesas en ciertas épocas<br />

del año, sobre todo en otoño y<br />

primavera, donde para oír misa<br />

no les solía faltar a ninguna de<br />

las familias su correspondiente<br />

capilla, que tampoco faltaba en


RUTA DE LOS SANTOS 51<br />

Gotarrendura, perteneciente a<br />

la parroquia de Las Berlanas,<br />

pueblo inmediato. La iglesia actual<br />

es posterior, pues está edificada<br />

con las mismas piedras<br />

de la casa palacio de don Alonso<br />

y doña Beatriz, al ser abandonada<br />

y destruida».<br />

El padre Efrén de la Madre<br />

de Dios escribió en 1951 que<br />

«el lugar feliz del nacimiento de<br />

La Santa hubo de ser, según parece,<br />

la riente aldea de Gotarrendura,<br />

donde sus padres solían<br />

invernar». Esta teoría no<br />

gustó nada al Ayuntamiento de<br />

Avila, por lo que solicitó el correspondiente<br />

informe a la Real<br />

Academia de la Historia, la cual<br />

lo emitió concluyendo que «según<br />

la tradición histórica documentada,<br />

Santa Teresa de Jesús<br />

nació en la ciudad de Avila»,<br />

tal y como también defiende<br />

Eduardo Ruiz-Ayúcar.<br />

Teresa de Cepeda y Ahumada<br />

heredó de sus padres un<br />

palomar en Gotarrendura, por<br />

expreso deseo de su madre doña<br />

Beatriz que sabía el cariño<br />

que le tenía. Los primeros textos<br />

autógrafos que se conservan<br />

de Santa Teresa, divulgados<br />

por su propietario el marqués<br />

de San Juan de Piedras<br />

Albas, son precisamente los<br />

que dirigió a González de Venegrilla,<br />

rentero y administrador<br />

del palomar, diciéndole:<br />

«Tenga la mercé de cebar y<br />

cuidar bien el palomar en estos<br />

meses de frío, ahora que está<br />

bien poblado. Fecha a 10 de<br />

enero de 1541».<br />

«Hacedme mercé de enviar<br />

doce palominos la víspera de<br />

Santiago, que yo me holgaré<br />

mucho de ello. Fecha a 10 de<br />

julio de 1546».<br />

Este palomar y sus palomas<br />

marcaron el alma de Teresa de<br />

Jesús hasta llamar «palomarcicos»<br />

a todos sus conventos y<br />

«palomas» a sus monjas, tal y<br />

como escribió:<br />

«Pues, comenzando a poblarse<br />

estos palomarcicos de la Virgen<br />

Nuestra Señora, comenzó<br />

la Divina Majestad a mostrar sus<br />

grandezas...» (Libro de las Fundaciones).<br />

El palomar de la Santa se<br />

ha convertido actualmente en un<br />

lugar de pregrinación promocionado<br />

por la Asociación «Amigos<br />

del Palomar de Gotarrendura».<br />

A través de unas puertas<br />

carreteras de accede al interior<br />

de la finca murada sita en el<br />

casco urbano, donde se conserva<br />

el histórico palomar. En el<br />

recinto hay también dependencias<br />

de lo que fue una granja<br />

avícola y un jardincito. El jardín<br />

está presidido por una estatua<br />

con pedestal de lápidas de mármol<br />

blanco y ocupa el solar de<br />

lo que fue antigua casa-palacio<br />

Gotarrendura. Palomar de Santa Teresa.


52<br />

de los padres de Santa Teresa.<br />

El palomar es un edificio exento<br />

de planta baja y mediana altura,<br />

construido con adobe revocado<br />

con mortero y mampostería<br />

en las esquinas, el tejado<br />

vierte a dos aguas y su estado<br />

de conservación es excelente<br />

después de las últimas obras<br />

de consolidación. Dentro del palomar<br />

ha sido instalada una bella<br />

iluminación que realza la techumbre<br />

de madera y las hornacinas<br />

de barro donde anidaban<br />

las palomas.<br />

La presencia de Santa Teresa<br />

se siente en Gotarrendura.<br />

Un centro de educación especial<br />

existente en la localidad fue<br />

construido bajo la advocación<br />

de la Santa, y en honor a ella<br />

una escultura preside la plaza<br />

del pueblo, frente al Ayuntamiento,<br />

lo mismo que una paloma<br />

esculpida en piedra sobre pedestal<br />

situada a la entrada de la<br />

localidad es todo un símbolo de<br />

santidad. También la asociación<br />

que promociona actividades culturales<br />

en el municipio lleva el<br />

nombre de Santa Teresa.<br />

Alonso Venegrilla fue la persona<br />

de confianza de la Santa,<br />

de quien ella se valió para el<br />

manejo de su hacienda. Confióle,<br />

según se deduce de los autógrafos<br />

reseñados, el cuidado<br />

del palomar y algún que otro<br />

encargo.<br />

Alonso González de Venegrilla<br />

(1509-1599) nació en Mingorría<br />

en 1509, hijo de Alonso<br />

de la Peña González y de doña<br />

Blanca Benegorría Venegrilla.<br />

Fue bautizado en la iglesia parroquial<br />

de San Pedro del lugar<br />

de su nacimiento, el 6 de marzo<br />

del mismo año, actuando como<br />

padrinos don Blasco Dávila<br />

e Inés Ortiz. Se casó en Gotarrendura<br />

con Catalina Ximénez,<br />

allí vivió trabajando en el noble<br />

solar de sus abuelos formando<br />

una hacienda cuantiosa. La muerte<br />

le llegó en 1599, después de<br />

Iglesia de Mingorría.<br />

hacer testamento instituyendo<br />

fundaciones piadosas.<br />

Doña Urraca Briceño, familiar<br />

de doña María Briceño, maestra<br />

de Teresa de Jesús en el convento<br />

de Agustinas de Avila, fundó<br />

en Cardeñosa una capellanía<br />

sobre sus tierras de labranza.<br />

En la antigua iglesia de Las<br />

Berlanas, de cuya parroquia<br />

dependió Gotarrendura, se conserva<br />

una inscripción que recuerda<br />

la participación del pueblo<br />

en los actos conmemorativos<br />

del tercer centenario de<br />

la Santa, celebrados en Avila<br />

en 1882.<br />

La Santa también se honra<br />

en Peñalba de Avila, en la ermita<br />

del Santo Cristo de Santa<br />

Teresa. De ella se conserva una<br />

bella imagen arrodillada a los<br />

pies de Cristo, que se saca en<br />

procesión en la fiesta patronal<br />

de septiembre.<br />

Peñalba. Procesión de Sta. Teresa.


RUTA DE LOS SANTOS 53<br />

ISABEL DE SANTO DOMINGO<br />

Y MARIA VELA<br />

vieron, fama que en aquellos<br />

tiempos se expresaba sencillamente<br />

con tal título, así que no<br />

es extraño el dicho: «Cardeñosa<br />

con sus piedras o cantos enseñaba<br />

y enseña a ser santos».<br />

La Venerable María Vela nació<br />

en la casa que tenían sus<br />

padres, don Diego Alvarez de<br />

Cueto y doña Ana de Aguirre Vela,<br />

en Cardeñosa, quienes aunque<br />

residían habitualmente en<br />

la ciudad de Avila, pasaban largas<br />

temporadas en el pueblo<br />

donde radicaba su principal mayorazgo.<br />

La familia estaba emparentada<br />

con don Blasco Núñez<br />

Vela, Virrey del Perú, y la Casa<br />

de Tabladillo. Con 15 años,<br />

doña María ingresó en el Real<br />

Monasterio de Bernardas de<br />

Santa Ana, de la ciudad de Avila,<br />

donde vivió hasta su muerte.<br />

Este tiempo coincidió con el<br />

momento de mayor esplendor<br />

del convento, propiciado por<br />

importantes patronos y una rica<br />

vida espiritual.<br />

Para conmemorar el centenario<br />

de la muerte de doña María<br />

Vela, e incentivar el proceso de<br />

beatificación iniciado en 1623,<br />

el párroco de Cardeñosa, don<br />

Francisco Esteban Martín, publicó<br />

en 1917 un libro dedicado<br />

a la Venerable con el fin de que<br />

los feligreses pudieran conocer<br />

Calle María Vela, en Cardeñosa.<br />

Otra figura destacable de la<br />

congregación religiosa donde profesó<br />

la Santa fue la madre Isabel<br />

de Santo Domingo, una carmelita<br />

natural de Cardeñosa que<br />

compartió vida monástica con<br />

Teresa de Jesús, quien dijo de<br />

ella que «no era inferior en santidad<br />

a Santa Catalina de Siena».<br />

También en Cardeñosa nacieron:<br />

la venerable monja cisterciense<br />

María Vela (1561-1617),<br />

llamada «La Mujer Fuerte», y su<br />

hermano el venerable padre fray<br />

Lorenzo de Cueto, de la orden<br />

de San Bernardo. El título de «venerable»<br />

procede únicamente de<br />

la fama de santidad con que vi-<br />

a su paisana. La celebración<br />

del centenario tuvo lugar en la<br />

capital abulense, con participación<br />

de un importante número<br />

de personalidades eclesiásticas<br />

y civiles, así como de los vecinos<br />

e hijos de Cardeñosa, Mingorría,<br />

Peñalba, Zorita y otros<br />

pueblos.<br />

EL BEATO JUAN MARIA<br />

DE LA CRUZ<br />

El padre Juan María de la<br />

Cruz (1891-1936) fue beatificado<br />

el 11 de marzo de 2001 por


54 RUTA DE LOS SANTOS<br />

el Papa Juan Pablo II. El nuevo<br />

beato responde al nombre que<br />

tomó el sacerdote Mariano García<br />

Méndez, tras ingresar en la<br />

Orden de Sacerdotes del Sagrado<br />

Corazón de Jesús, también<br />

conocidos como Padres<br />

Reparadores.<br />

El padre Juan María de la<br />

Cruz nació en San Esteban de<br />

los Patos, hijo de Mariano García<br />

Hernández y Emeteria Méndez<br />

Grande, siendo el primero<br />

de 15 hermanos. La familia de<br />

Mariano cuidaba la iglesia y su<br />

padre, por la tarde, al volver de<br />

las tareas del campo dirigía novenas<br />

y rosarios porque no tenían<br />

sacerdote, lo cual influyó<br />

en la vocación del niño.<br />

A los 10 años entró en el Seminario<br />

de Avila y el 18 de marzo<br />

de 1916 fue ordenado sacerdote,<br />

celebrando su primera misa<br />

en su pueblo natal. Ejerció<br />

como párroco hasta 1925 en Hernansancho,<br />

Villanueva de Gómez,<br />

San Juan de la Encinilla,<br />

Santo Tomé de Zabarcos y Sotillo<br />

de las Palomas. Después<br />

ingresó en la congregación de<br />

Padres Reparadores, siendo destinado<br />

al colegio de Novelda (Alicante),<br />

y al curso siguiente al<br />

Seminario de Puente la Reina (Navarra),<br />

donde permaneció 10<br />

años. En 1936 murió trágicamente<br />

en Valencia cuando estalló<br />

la guerra civil.<br />

Salustiano Domínguez.<br />

Otro sacerdote que está en<br />

proceso de beatificación es José<br />

Máximo Moro Briz (1882-<br />

1936), regente de la parroquia<br />

de Velayos en 1919 y párroco<br />

de Cebreros en los últimos 10<br />

años de su vida.<br />

Igualmente, cabe citar a Salustiano<br />

Domínguez Sastre<br />

(1880-1936), natural de Mingorría,<br />

quien murió siendo párroco<br />

de Alcañizo (Toledo), perteneciente<br />

a la diócesis de Avila.<br />

Otros muchos mártires civiles<br />

anónimos, que igualmente murieron<br />

por sus ideas, sin importar<br />

su ideología o confesión religiosa,<br />

también merecen un lugar<br />

en esta ruta, para ellos valga<br />

este reconocimiento.<br />

San Esteban de los Patos. Casa del beato Juan María de la Cruz.


RUTA DE ANTIGUOS<br />

POLITICOS Y MINISTROS<br />

Plaza de Velayos.<br />

■ A DESTACAR. No fueron<br />

muchos, pero sí significativos,<br />

los ministros y políticos españoles<br />

que han tenido alguna<br />

relación con los pueblos de la<br />

ribera del Adaja. Su nombre<br />

sobresale en el anonimato de<br />

las gentes del medio rural, por<br />

lo que cualquier detalle biográfico<br />

en el que aparezca<br />

la cita toponímica de dichos<br />

pueblos sirve para situarles en<br />

la historia.<br />

■ La ruta. Recorrido por las<br />

anécdotas y lugares que relacionan<br />

a insignes personajes<br />

con estas tierras, los cuales<br />

destacaron por motivos políticos<br />

y económicos en una primitiva<br />

sociedad agraria conformista<br />

con su destino. Así,<br />

sobresalen nombres como Martín<br />

Carramolino y León Castillo<br />

en Velayos, Celedonio Sastre<br />

y Bermúdez Reina en Zorita<br />

de los Molinos, Nicasio Velayos<br />

en Cardeñosa y Silvela,<br />

Sánchez Albornoz, «La Pasionaria»<br />

y Pilar Primo de Rivera<br />

en Mingorría.<br />

■ Cómo llegar. Los lugares<br />

relacionados con tan insignes<br />

personalidades pueden recorrerse<br />

desplazándose a Cardeñosa,<br />

Zorita, Mingorría y Velayos.<br />

El itinerario definido bien<br />

parece una antigua ruta electoral<br />

de antaño por las carreteras<br />

AV-804 y N-403, donde<br />

los pueblos aparecen espectantes<br />

ante la visita de los señoritos<br />

de la política.<br />

■ Qué ver. La pervivencia de<br />

los nombres de estos personajes<br />

queda en el callejero, en<br />

ermitas, en caseríos y en<br />

obras públicas, además de en<br />

distintas anécdotas que todavía<br />

se recuerdan.<br />

■ Aliciente. Participar de la<br />

memoria colectiva de nuestros<br />

pueblos en los que se<br />

singularizó la presencia de importantes<br />

personalidades españolas.


56 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />

CARRAMOLINO Y SILVELA<br />

Juan Martín Carramolino<br />

(1805-1881), natural del pueblo<br />

de Velayos, en 1839 fue elegido<br />

diputado a Cortes por Avila<br />

y nombrado Ministro de Gobernación<br />

en el gabinete de Pérez<br />

de Castro durante la regencia<br />

de María Cristina. Carramolino<br />

tiene una merecida calle dedicada<br />

en su pueblo natal con la<br />

que se honra el gran prestigio<br />

de su figura, pues fue catedrático,<br />

historiador, diputado, senador,<br />

académico y autor de la<br />

«Historia de Avila, su Provincia y<br />

Obispado».<br />

Francisco A. Silvela<br />

Los colonos y jornaleros agrícolas<br />

de Mingorría apenas conocieron<br />

al nuevo ilustre propietario<br />

de las tierras que trabajaban<br />

de generación en generación.<br />

Se trataba de Francisco<br />

Agustín Silvela Blanco<br />

(1803-1857), Ministro de Gobernación<br />

y de Gracia y Justicia en<br />

1845, catedrático, diputado, senador,<br />

magistrado y Gobernador<br />

Civil de Avila. Este patriarca<br />

de los Silvela compró en<br />

1842 en Mingorría una suerte<br />

desamortizada, de las cuatro en<br />

que se enajenó una finca de las<br />

Agustinas de Gracia de 77 hectáreas.<br />

Celedonio Sastre.<br />

CELEDONIO SASTRE<br />

Y LEON CASTILLO<br />

Los encinares y pinares de<br />

Zorita de los Molinos y una importante<br />

explotación agropecuaria,<br />

fueron patrimonio del<br />

abogado y administrador don<br />

Celedonio Sastre Serrano<br />

(1842-1930), cuñado del filósofo<br />

Jorge Santayana. También<br />

fue productor de vinos, consiguiendo<br />

importantes premios<br />

internacionales con los vinos de<br />

Zorita. Su primera incursión política<br />

se produjo en 1868 como<br />

integrante de la Junta Revolucionaria<br />

de la ciudad de Avila,<br />

constituída con el fin de regenerar<br />

la política, defender la libertad<br />

y la soberanía nacional y<br />

desterrar la dominación abominable<br />

del reinado de los Borbones.<br />

En 1877 fue elegido Alcalde<br />

de Avila, desempeñando después<br />

la presidencia de la Caja<br />

de Ahorros de Avila y del Casino<br />

Abulense. En Mingorría una<br />

calle lleva el nombre de Celedonio<br />

Sastre en agradecimiento<br />

a la donación de unos terrenos<br />

que hizo para construir escuelas.<br />

La revolución que defendía el<br />

joven Celedonio dió origen a la<br />

Constitución de 1869, la más<br />

progresista de las habidas hasta<br />

la fecha. Sin embargo, el al-


RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS 57<br />

calde y los concejales de Mingorría<br />

elegidos por sufragio universal<br />

renegaron de la misma e<br />

hicieron constar en sesión del 27<br />

de junio de 1869:<br />

«Que acatan y respetan todas<br />

las leyes votadas en las Cortes<br />

Constituyentes, pero que su conciencia<br />

no les permite jurar la<br />

Constitución sancionada por razones<br />

puramente religiosas».<br />

El artículo 21 garantizaba a los<br />

españoles que profesasen una<br />

religión distinta de la católica y<br />

a los extranjeros residentes en<br />

España el ejercicio público y privado<br />

de cualquier culto sin más<br />

limitaciones que las reglas universales<br />

de la moral y del Derecho.<br />

Frente a ello, la postura del<br />

Ayuntamiento de Mingorría reflejaba<br />

entonces la huella que<br />

dejó la Constitución de 1869, donde<br />

la religión fue un motivo más<br />

para la división y la discordia<br />

civil.<br />

Ante la reseñada negativa a<br />

jurar la Constitución, el Gobernador<br />

Civil de la provincia ordenó<br />

el cese de todos los ediles<br />

municipales y la imposición de<br />

una multa de 40 escudos, a la<br />

vez que nombró directamente<br />

una nueva corporación.<br />

En 1871 León Castillo Soriano<br />

fue elegido Diputado provincial<br />

por Velayos. Antes había sido<br />

Alcalde de Avila en 1864, y<br />

fue decisiva su participación en<br />

la construcción del ferrocarril en<br />

el tramo Mingorría - Las Navas<br />

del Marqués, para lo que adelantó<br />

dinero al contratista por medio<br />

de un francés residente en<br />

Mingorría llamado Louis Donizean.<br />

Los hijos de León Castillo<br />

heredaron tres cuarteles de la<br />

dehesa de las Gordillas en los<br />

sectores de Velayos, Saornil y<br />

Maello, adquiridos durante la<br />

desamortización eclesiástica por<br />

su primo Ramón Soriano Pelayo.<br />

BERMUDEZ REINA<br />

Todavía siguen siendo un misterio<br />

las razones que llevaron al<br />

Ministro de la Guerra en 1890<br />

con Sagasta, el general Eduardo<br />

Bermúdez Reina (1831-1899),<br />

a construir una finca de recreo<br />

rodeada de viñas en Zorita de<br />

los Molinos guardada por el tío<br />

«Perniles», donde edificó también<br />

una hermosa capilla-panteón,<br />

llamada «Villa Julia» dedicada<br />

a su esposa. Actualmente<br />

el caserío se conoce como «El<br />

Chorrito». La capilla parece diseñada<br />

por el arquitecto Repullés<br />

y fue construida por Antonino<br />

Prieto, académico, contratis-<br />

El Chorrito (Zorita de los Molinos).


58 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />

Sagasta (1825-1903), con quien<br />

el general había compartido gabinete<br />

ministerial. Sagasta tenía<br />

casa en Avila, en la plaza del<br />

Mercado Grande, y en ella solía<br />

pasar los veranos, tiempo éste<br />

en que coincidía con su antiguo<br />

ministro.<br />

Bermúdez Reina.<br />

ta y restaurador de las murallas<br />

de Avila, la basílica de San<br />

Vicente, el palacio de Polentinos<br />

y el puente de Avila sobre<br />

el Adaja. Bermúdez Reina nació<br />

en Sevilla y fue diputado, gobernador<br />

militar de Bilbao y luchador<br />

contra los carlistas, ministro<br />

del Supremo de Guerra y<br />

Marina, fiscal militar y escritor.<br />

En Mingorría el general Bermúdez<br />

Reina conoció a antiguos<br />

seguidores de don Carlos,<br />

los más pudientes del pueblo.<br />

Por tal motivo, estuvieron desterrados<br />

al terminar la guerra carlista<br />

que ganó el general, el médico,<br />

el notario y acaudalados<br />

labradores. Y, paradojas de la<br />

historia, mientras medio pueblo<br />

lloraba el destierro de los carlistas<br />

de la localidad, la otra mitad<br />

festejaba el fin de la guerra con<br />

repique de campanas, tirada de<br />

cohetes y bailes públicos, tal y<br />

como se recoge en las actas<br />

municipales de febrero y marzo<br />

de 1876. Un año antes el pueblo<br />

también había festejado la<br />

proclamación del rey Alfonso XII.<br />

En sus visitas, el general Bermúdez<br />

Reina se hacía afeitar<br />

por el barbero Angel Alvarez;<br />

aunque en un primer momento<br />

le confundió con un carbonero,<br />

dado su aspecto, después siempre<br />

solicitaba sus servicios.<br />

Y al igual que lo hacía Bermúdez<br />

Reina, también visitaba<br />

estas tierras el Presidente del<br />

Gobierno don Mateo Práxedes<br />

NICASIO VELAYOS<br />

Y SANCHEZ ALBORNOZ<br />

Durante la Segunda República<br />

dos diputados abulenses desempeñaron<br />

el cargo de ministro,<br />

y éstos fueron don Nicasio<br />

Nicasio Velayos.<br />

Velayos y Velayos, y don Claudio<br />

Sánchez Albornoz.<br />

Nicasio Velayos tenía su herencia<br />

familiar en el pueblo de<br />

Cardeñosa, por lo que no es<br />

de extrañar su participación co-<br />

Puente de Zorita


RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS 59<br />

mo diputado en los actos de<br />

1917 conmemorativos del centenario<br />

de la venerable María<br />

Vela, natural de dicho pueblo.<br />

Este abogado y político fue Diputado<br />

conservador por Avila<br />

en todas las elecciones que se<br />

sucedieron desde 1916 por el<br />

Partido Agrario, llegando a ser<br />

nombrado Ministro de Agricultura<br />

en 1935. En Mingorría se le<br />

recuerda por su promesa electoral,<br />

que se cumplió con la reconstrucción<br />

del puente que<br />

cruza el río Adaja en Zorita de<br />

los Molinos.<br />

Sánchez Albornoz.<br />

Claudio Sánchez Albornoz<br />

(1893-1984) pertenecía al partido<br />

Acción Republicana, de Manuel<br />

Azaña. Aquí recordamos<br />

que fue Azaña quien tradujo «La<br />

Biblia de España» de George<br />

Borrow, donde se cuenta como<br />

el alcalde y el cura de Velayos,<br />

acusados de carlistas, detuvieron<br />

en agosto de 1838 al criado<br />

del autor inglés. Don Claudio<br />

era un republicano de centro izquierda,<br />

como lo era el gobierno<br />

municipal de Mingorría, y<br />

tenía una especial relación amistosa<br />

con su alcalde, Miguel Camarero,<br />

cantero y contratista de<br />

piedra, cuya casa solía visitar<br />

con frecuencia. Sánchez Albornoz<br />

fue un historiador metido a<br />

política, y como diputado dejó<br />

oír su voz en el Congreso en<br />

defensa de los campesinos abulenses<br />

de Urraca Miguel y Mombeltrán.<br />

Además ocupó el cargo<br />

de Ministro de Estado (Asuntos<br />

Exteriores) en 1933, embajador<br />

en Lisboa y Presidente del Gobierno<br />

Republicano en el exilio<br />

durante 1962 a 1970.<br />

«LA PASIONARIA» Y<br />

PILAR PRIMO DE RIVERA<br />

Para Paul Preston («Las Tres<br />

Españas del 36»), Dolores Ibárruri<br />

y Pilar Primo de Rivera forman<br />

parte del grupo de figuras<br />

indiscutibles y relevantes que<br />

hicieron la historia de la España<br />

de 1936, tanto que las equipara<br />

con Franco, Azaña, Millán Astray,<br />

José Antonio Primo de Rivera,<br />

Madariaga, Indalecio Prieto<br />

y Besteiro. En nuestro viaje<br />

mágico hemos descubierto pequeños<br />

detalles que parecen<br />

engrandecer el significado histórico<br />

de nuestros pueblos, para<br />

lo que acudimos a las siguientes<br />

anécdotas.<br />

Dolores Ibárruri «La Pasionaria»<br />

(1895-1989) nació en el<br />

pueblo minero de Gallarta (Vizcaya),<br />

donde coincidió en la escuela<br />

con las hijas de José Bermejo,<br />

minero emigrante de Santo<br />

Domingo de las Posadas,<br />

así como con las de otros mineros<br />

emigrantes de Mingorría.<br />

«La Pasionaria», aunque su padre<br />

militó en el carlismo, fue una<br />

«La Pasionaria».


60 RUTA DE ANTIGUOS POLÍTICOS Y MINISTROS<br />

Pilar Primo de Rivera.<br />

diputada comunista admirada<br />

por los obreros de Mingorría, a<br />

los que animaba por radio para<br />

resistir, luchar y perseverar en<br />

sus ideas frente a los nacionales<br />

golpistas. Los lugareños recuerdan<br />

especialmente la celebración<br />

del primero de mayo de<br />

1936, fiesta del trabajo, donde<br />

destacó también la fuerza reivindicadora<br />

de las mujeres, tanto<br />

que alguna de ellas fue apodada<br />

«Pasionaria».<br />

Como fiel reflejo de la división<br />

social de la época llama la<br />

atención la presencia en Mingorría<br />

de Pilar Primero de Rivera<br />

(1907-1991), la antítesis ideológica<br />

de «La Pasionaria», hija del<br />

dictador Miguel Primo de Rivera<br />

y hermana de José Antonio,<br />

fundador de Falange Española.<br />

Durante 50 años dirigió y mantuvo<br />

viva la «Sección Femenina»,<br />

la organización de mujeres<br />

del régimen franquista<br />

basada en<br />

los valores católicos<br />

tradicionales<br />

y la defensa de la<br />

familia y el hogar.<br />

La «Sección Femenina»<br />

ocupó así<br />

en la postguerra el<br />

lugar que durante<br />

la república llenaron<br />

las «Misiones<br />

Pedagógicas»,<br />

época que coincidió<br />

con la creación<br />

de la biblioteca de Mingorría<br />

en 1933.<br />

Pilar Primo de Rivera destaca<br />

en su autobiografía una anécdota<br />

de las actividades que promovía<br />

su organización:<br />

«En 1937 la Hermandad de la<br />

Ciudad y el Campo organizó un<br />

servicio que consistía en ir a trabajar<br />

en el campo para suplir a<br />

los hombres que estaban en la<br />

guerra. Ibamos a ayudar en grupo<br />

de cinco o seis camaradas.<br />

Yo fui a trabajar en un campo de<br />

Mingorría. Empezábamos a las<br />

cinco de la mañana y nos enseñaron<br />

a manejar la hoz y a coger,<br />

de una cierta manera, con<br />

la mano, un montón de espigas<br />

para cortarlas de una vez».<br />

En 1937, una fuerte nevada<br />

cortó la carretera, por lo que<br />

ese día la posada de Mingorría<br />

se llenó de arrieros y viajantes<br />

para pasar la noche. Entre los<br />

ilustres inquilinos, la posadera<br />

Rufina Cid Ibarzábal recuerda a<br />

Pilar Primo de Rivera, quien tuvo<br />

que hacer un alto para pasar<br />

la noche cuando regresaba de<br />

Valladolid a Madrid.<br />

La historia reciente de los<br />

pueblos del Adaja ha dado y<br />

traído nuevos personajes. Pero<br />

el viaje de éstos daría para una<br />

nueva ruta que conviene trazar<br />

en otra ocasión.<br />

Mingorría. Sección femenina<br />

en la era (foto Mayoral, 1937).


■ A DESTACAR. Los pueblos<br />

de la ribera del Adaja, como los<br />

de la mayoría de la provincia, han<br />

mantenido a lo largo de su historia<br />

una especial dependencia económica<br />

y espiritual de la catedral<br />

abulense y de su obispo. Por<br />

ello las periódicas visitas de los<br />

prelados a los lugares y aldeas<br />

de la diócesis tenían un carácter<br />

evangelizador y también material,<br />

al comprobarse en ellas el<br />

estado de las cuentas y rentas<br />

de sus cuantiosos bienes.<br />

■ La ruta. Comprende los viajes<br />

que hicieron los antiguos obispos<br />

abulenses por nuestros pueblos,<br />

siguiendo para ello la rigurosa<br />

obra de Tomás Sobrino Chomón<br />

sobre el «Episcopado Abulense<br />

en los siglos XVI-XIX». Las<br />

visitas episcopales y otras peculiaridades<br />

del obispado abulense,<br />

por su destacable influencia<br />

en el medio rural, se muestran al<br />

viajero como un exponente más<br />

de la identidad histórica de los<br />

pueblos que quieren ser redescubiertos.<br />

■ Cómo llegar. Todos los pueblos<br />

de la zona fueron visitados<br />

por los obispos de la diócesis,<br />

por lo que es fácil recorrer los pasos<br />

de los antiguos prelados como<br />

si fueran los últimos «señores<br />

feudales». Los caminos de<br />

antaño son ahora las carreteras<br />

que parten de Avila hacia Arévalo<br />

por Cardeñosa o por Mingorría.<br />

■ Qué ver. Hasta la desamortización<br />

eclesiástica del siglo XIX,<br />

pertenecieron al Cabildo y la Iglesia<br />

Catedral de Avila numerosas<br />

viñas y tierras, molinos, casas,<br />

paneras, pajares y otros bienes<br />

que aún se conservan. Las iglesias<br />

y ermitas todavía son testigos<br />

de aquellas visitas pastorales<br />

que realzaban la monotonía<br />

diaria de los campesinos. Anécdotas<br />

como la referida al famoso<br />

pan de Mingorría o el contencioso<br />

que plantearon los mineros<br />

de San Esteban de los Patos.<br />

■ Aliciente. Recorrer los pueblos<br />

por donde lo hacían los antiguos<br />

Obispos en visitas pastorales<br />

y administrativas.<br />

Cardeñosa.<br />

RUTA DE<br />

LOS OBISPOS<br />

l Obispo don Lorenzo<br />

EOtaduy Avedaño significó<br />

a Cardeñosa apoderando<br />

en 1601 a Miguel del<br />

Carpio, clérigo presbítero,<br />

beneficiado de la parroquial<br />

iglesia de San Vicente de la<br />

ciudad de Avila y natural de<br />

dicho lugar. Con este poder,<br />

el cura de Cardeñosa<br />

presentó al Papa la relación<br />

o informe de la diócesis.<br />

En 1613 el Obispo abulense<br />

Juan Alvarez de Caldas<br />

tramitó la concesión de<br />

los beneficios de una bula<br />

del Papa Paulo V a la cofradía<br />

de Mingorría que devocionaba<br />

a la Virgen del Rosario,<br />

según el pergamino<br />

que se conserva en la iglesia<br />

parroquial.<br />

La relación o informe que<br />

en 1655 remite el Obispo<br />

Bernardo de Ataide a Roma<br />

destaca Cardeñosa como<br />

una de las más insignes<br />

y nobles villas del señorío<br />

de la diócesis de Avila, jun-


62 RUTA DE LOS OBISPOS<br />

to con Arévalo, Madrigal, Fontiveros,<br />

Barco, Piedrahíta, Mombeltrán,<br />

Arenas y Las Navas.<br />

En su informe, el Obispo Francisco<br />

de Rojas Borja añade en<br />

1664: «Cardeñosa, de donde fue<br />

natural santa Barbada, y la madre<br />

Ysabel de Santo Domingo,<br />

compañera de Santa Teresa, tiene<br />

cuatro clérigos y quatrocientos<br />

vecinos».<br />

Al poco tiempo de llegar a<br />

Avila, el 20 de agosto de 1700,<br />

el Obispo don Gregorio de Solorzano<br />

tomó el camino de Velayos<br />

y otros lugares de Arévalo<br />

para llevar a cabo las confirmaciones.<br />

Zorita de los Molinos.<br />

El Obispo Narciso de Queralt<br />

visitó el lugar de Zorita de<br />

los Molinos el 4 de mayo de<br />

1740, tal y como se reseña en<br />

el Libro de Fábrica de la parroquia<br />

y recoge José Luis Sastre<br />

en la revista «Olalla». En estos<br />

años Zorita tiene medio centenar<br />

de habitantes y cura propio,<br />

mientras que el escribano es de<br />

Cardeñosa, el herrador de Peñalba<br />

y el tabernero de Mingorría,<br />

siendo de fuera también el<br />

cirujano; tiene once casas diversas,<br />

una de juntas del concejo<br />

y cárcel, una taberna, una<br />

fragua, una cilla, dos lagares,<br />

dos bodegas, una panera del<br />

curato, ocho pajares y media<br />

docena de molinos en el Adaja.<br />

Las tierras son labradas por los<br />

lugareños y otros de Peñalba,<br />

Cardeñosa y Mingorría. Con motivo<br />

de la visita pastoral el Obispo<br />

comprueba la observancia<br />

de los decretos episcopales, las<br />

cuentas, los apeos y otras consideraciones<br />

doctrinales, mandando:<br />

«Que todas las personas que<br />

estuvieren debiendo cantidades<br />

maravedíes, granos y otras especies<br />

a dicha iglesia, fundación<br />

de ánimas y demás obras<br />

pías en este dicho lugar, paguen<br />

las cantidades de sus descubrimientos<br />

en el término de treinta<br />

días siguientes al de la notificación,<br />

y pasado no habiéndolo<br />

hecho procederá dicho Cura<br />

contra los morosos por embargo,<br />

rentas de bienes y demás<br />

rigor...».<br />

Don Narciso de Queralt llegó<br />

a Avila en 1738 y se encontró<br />

una ciudad semidesierta, habitada<br />

en su mayor parte por clérigos<br />

y religiosos, pues toda la<br />

nobleza había emigrado a Madrid.<br />

Murió en el pueblo de El<br />

Oso, cercano a Las Berlanas, el<br />

13 de enero de 1743, donde se<br />

detuvo a pasar la noche al encontrarse<br />

enfermo, cuando volvía<br />

de Cabezas del Pozo y otros<br />

pueblos de la Moraña.<br />

Velayos.


RUTA DE LOS OBISPOS<br />

El 24 de julio de 1743, don Pedro<br />

González anuncia su llegada<br />

al lugar de Velayos para ponerse<br />

a disposición del cabildo<br />

abulense como su nuevo Obispo,<br />

trasladado de su antiguo<br />

destino en Puebla (México). Después<br />

de pasar la noche en Velayos,<br />

al día siguiente se dirigió<br />

hasta Avila para tomar posesión<br />

de su cargo, pasando por Santo<br />

Domingo de las Posadas y<br />

Mingorría.<br />

En 1761 el Obispo don Raimundo<br />

Velarde y Cienfuegos<br />

visitó Las Berlanas, aquí revisó<br />

las cuentas de la parroquia y de<br />

las ermitas de La Concepción,<br />

Angustias y San Juan Bautista.<br />

En 1792 quien recorrió las parroquias<br />

de la zona fue el Visitador<br />

del Obispo fray Julián de<br />

Gascueña, comprobando la ruina<br />

de la ermita de San Juan, en<br />

Las Berlanas. Barrio Rivilla.<br />

Mingorría.<br />

el barrio de Rivilla de Las Berlanas,<br />

a partir de entonces esta<br />

ermita quedó cerrada al culto.<br />

El Obispo don Ramón-María<br />

de Adurriaga y Uribe permaneció<br />

en Avila desde 1824 hasta<br />

1841, donde llegó después de<br />

haber estado en la cárcel y desterrado<br />

por ser extremadamente<br />

beligerante a favor de sus<br />

ideas conservadoras frente al liberalismo<br />

francés, las Cortes<br />

de Cádiz y el trienio liberal. De<br />

esta mentalidad conservadora<br />

comulgaba también el cura de<br />

Velayos, a quien se refiere el viajero<br />

inglés George Borrow en<br />

1838, implicándole como carlista<br />

en la detención de su criado.<br />

Por otro lado, cabe destacar<br />

que en la comida diaria del Palacio<br />

Episcopal nunca faltaba el<br />

pan de Mingorría, tal y como<br />

se relaciona en el libro de gastos<br />

de 1831.<br />

En febrero de 1850 el Obispo<br />

don Manuel López Santisteban<br />

recorre los pueblos de la<br />

zona de Velayos siguiendo el<br />

itinerario de la margen derecha<br />

del Adaja. En esta visita predica<br />

al pueblo apiñado en el templo,<br />

administra la confirmación a numerosas<br />

personas y revisa las<br />

cuentas y estados de iglesia y<br />

cofradías. Llama la atención en<br />

el epistolario de este Obispo<br />

el relato del contencioso que<br />

plantearon en 1851 los trabajadores<br />

de la mina de cobre<br />

«Santa Agueda», sita en San Esteban<br />

de los Patos, ante la negativa<br />

del cura de Mingorría, de<br />

quien dependía la parroquia, a<br />

absolver a los mineros del precepto<br />

pascual de asistir a misa<br />

los domingos; como testimonia<br />

el siguiente texto:


64 RUTA DE LOS OBISPOS<br />

San Esteban de los Patos.<br />

«Excmo. Sr. Subinspector de<br />

Minas de la Provincia de Avila.<br />

La Junta de Gobierno de la Mina<br />

Santa Agueda en término de<br />

San Esteban de los Patos, a V.E.<br />

con el respeto debido expone:<br />

Que con fecha 24 de p.p. mes<br />

recibió del Administrador en ella<br />

una comunicación manifestando<br />

haber recurrido a él los trabajadores<br />

de la Mina solicitando<br />

remedio a la alarma y desconsuelo<br />

que ha derramado en<br />

ellos el Sr. Cura del pueblo negándoles<br />

la absolución al precepto<br />

pascual con que han tratado<br />

de cumplir. La negativa del<br />

Sr. Cura, según relación de los<br />

mismos, parece la funda en que<br />

han trabajado algunos días de<br />

fiesta, alegando no estar autorizado<br />

para absolver, toda vez<br />

que no se recurra para ello al Sr.<br />

Obispo. Esta Junta no quiere<br />

calificar esta conducta ni sus<br />

asertos, pero V.E. como Jefe de<br />

la Administración del Ramo sabe<br />

muy bien lo que la Ley de<br />

Minas explícitamente establece<br />

en este particular, y por lo tanto:<br />

A V.E. suplica se sirva proveer lo<br />

conveniente haciendo respetar<br />

la citada ley, y que en lo sucesivo<br />

no se inquiete la conciencia<br />

de los trabajadores dejándoles<br />

en el libre ejercicio de su profesión.<br />

Así lo espera de la justificada<br />

rectitud de V.E. a quien<br />

Dios guarde muchos años. Madrid<br />

13 de Mayo de 1851. Julián<br />

Martínez».<br />

«Sr. Gobernador de esta Provincia.<br />

Sepa V.S. que hay mucho,<br />

y por lo que voy a decir verá<br />

lo inoportuno e inconducente<br />

del contexto de la representación<br />

que ha dirigido el gobierno<br />

de la Mina por medio del Administrador.<br />

Si el cura de San Esteban de<br />

los Patos ha absuelto o no para<br />

el precepto pascual a los trabajadores<br />

en la mina, es un hecho<br />

que me está prohibido averiguar,<br />

porque está envuelto en el<br />

sigilo sacramental de la Penitencia<br />

que sabe V.S. es negocio<br />

muy arduo y prohibido de revelar<br />

ni directa ni indirectamente.<br />

En que los trabajadores hayan<br />

cometido un pecado grave o leve<br />

por haber trabajado en día<br />

festivo en la mina sin que haya<br />

precedido mi habilitación, no es<br />

pecado reservado, y por eso<br />

ningún párroco está inhibido de<br />

dar la absolución supuesta la<br />

buena disposición del penitente.<br />

Luego la alarma de los trabajadores<br />

envuelve sospechas vehementes<br />

de que si no fueron<br />

absueltos será por otros pecados,<br />

o si lo fue por el de trabajar<br />

en día festivo, estará acom-


RUTA DE LOS OBISPOS<br />

pañado de circunstancias que<br />

los inhabilitarían para la absolución...<br />

Avila, julio 18 de 1851.<br />

Manuel Obispo de Avila».<br />

En febrero de 1854 falleció el<br />

Obispo Fray Gregorio, a quien<br />

le sucedió Juan Alfonso de Alburquerque,<br />

y en este mismo<br />

año fue ordenado sacerdote<br />

Juan Pajares Alvarez, natural de<br />

Mingorría y posterior canónigo<br />

de la catedral y profesor del seminario.<br />

El Obispo don Juan Alfonso<br />

de Alburquerque viajó en septiembre<br />

de 1857 hasta la parroquia<br />

de la Venta de San Vicente,<br />

cuya iglesia señorial, toda<br />

de piedra granítica labrada en<br />

las inmediaciones, agrupaba las<br />

aldeas de Gallegos, Cortos, Tolbaños,<br />

Saornil y Escalonilla. Desde<br />

aquí se trasladó por la cañada<br />

real que discurre por frondosos<br />

encinares hasta Velayos,<br />

con visitas posteriores en Vega<br />

de Santa María, Pozanco, Santo<br />

Domingo de las Posadas,<br />

Zorita y Mingorría. La hermosa<br />

iglesia de la Venta de San Vicente<br />

recibe de nuevo la visita<br />

del Obispo en 1861, esta vez se<br />

trata de Fray Fernando Blanco<br />

Lorenzo.<br />

En 1884, el Alcalde de Monsalupe<br />

solicita al Obispo don<br />

Ciriaco M.ª Sancha Hervás,<br />

Monsalupe.<br />

un sacerdote para que atendiera<br />

la parroquia del lugar, ante la<br />

ausencia de cura de almas que<br />

inquietaba a la población.<br />

Otras numerosas visitas pastorales<br />

se sucedieron durante el<br />

siglo XX, esta vez con menos carácter<br />

material, pues los bienes<br />

eclesiásticos habían sido todos<br />

vendidos en desamortización<br />

durante el siglo pasado, aunque<br />

la iglesia siguió manteniendo<br />

una importante influencia en<br />

la sociedad rural.<br />

Venta de San Vicente.


66 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

¡Esta sí que es siega de vida!<br />

¡Esta sí que es siega de flor!<br />

Hoy, segadores de España,<br />

vení a ver a La Moraña<br />

trigo blanco y sin argaña,<br />

que de verlo es bendición.<br />

Lope de Vega.<br />

Ensacando el grano<br />

en la era de Mingorría.


RUTA DE LOS LABRADORES<br />

■ A DESTACAR. La historia<br />

y la cultura con la que se identifican<br />

los pueblos del Adaja<br />

está íntimamente vinculada a<br />

sus formas de vida, siendo la<br />

agricultura y la ganadería las<br />

actividades que han impregnado<br />

las señas de identidad de<br />

sus gentes. La realización de las<br />

antiguas faenas agrícolas de<br />

la misma forma que se hacían<br />

hace cientos de años constituye<br />

un testimonio vivo que todavía<br />

hoy puede contemplarse<br />

en la zona de Gallegos y<br />

Brieva. Igualmente, son numerosos<br />

los aperos de labranza<br />

que se conservan en las casas,<br />

corrales, pajares y paneras de<br />

las localidades de la zona.<br />

■ La ruta. Recorrido descriptivo<br />

de las faenas agrícolas realizadas<br />

tradicionalmente por<br />

los labradores, según texto de<br />

Teófilo Domínguez (Mingorría<br />

1917-1995). Además, viajamos<br />

con los últimos yunteros y agricultores<br />

a la antigua usanza.<br />

Por un lado, se recopila el proceso<br />

literario de la siembra y la<br />

recolección, y por otro se rescatan<br />

los personajes vivos que<br />

aún mantienen los viejos usos.<br />

■ Cómo llegar. Los pueblos<br />

de la ribera del Adaja tienen<br />

fácil acceso por las carreteras<br />

que discurren paralelas al<br />

río en dirección Arévalo, y en<br />

ellos todavía abundan numerosas<br />

dependencias agrícolas.<br />

En las eras quedan viejas casetas<br />

de aperos y restos de<br />

viejos carros, y en Gallegos<br />

de San Vicente y Brieva aún<br />

perviven las faenas realizadas<br />

con vacas y burros. A estos<br />

pueblos se llega desde Tolbaños<br />

por Mingorría, o mejor<br />

desde la capital abulense por<br />

el devío de Vicolozano, en la<br />

carretera de Madrid N-110.<br />

■ Qué ver. Viejos establos y<br />

dependencias agropecuarias,<br />

viejos aperos de labranza conservados<br />

en antiguos edificios<br />

o abandonados en las eras y,<br />

sobre todo, las faenas agrícolas<br />

que se realizan como antaño<br />

en las mismas o en Gallegos<br />

y Brieva.<br />

■ Aliciente. Descubrir el extraordinario<br />

contraste que presentan<br />

los trabajos agrícolas<br />

actuales con los que se realizan<br />

como hace cien años.


RUTA DE LOS LABRADORES<br />

Segadores en Mingorría.<br />

LOS SEGADORES<br />

«Cuando las mieses presentaban<br />

el color de su madurez y<br />

los campos se transformaban<br />

en una extensa sábana de oro,<br />

aparecían en nuestros pueblos<br />

las cuadrillas de segadores;<br />

eran hombres curtidos de soles<br />

y brisas, provistos de hoces de<br />

bien templado acero, las famosas<br />

“carboneras” toledanas, y<br />

un manojo de dediles de grueso<br />

cuero para proteger la mano<br />

izquierda, expuesta siempre a<br />

las cruentas caricias de la hoz.<br />

Venían segadores extremeños<br />

o de otras zonas de la provincia<br />

que, por ser de clima más cálido,<br />

era más temprana la madurez<br />

de sus cosechas y terminada<br />

su siega se desplazaban a<br />

nuestras tierras para lucrar algunos<br />

jornales.<br />

A veces llegaba también alguna<br />

cuadrilla de gallegos, pero<br />

éstos por lo general en grupos<br />

numerosos se dirigían a La<br />

Moraña, a tierra de Madrid y a<br />

los pueblos de La Mancha.<br />

Las cuadrillas de siega se<br />

componían de cuatro o cinco<br />

hoces y un atero; uno de ellos,<br />

por lo general el de más edad,<br />

actuaba como mayoral, entraba<br />

el primero en la mies e iba depositando<br />

sobre el surco las<br />

manadas de cereal cortado<br />

sobre las que los otros segadores<br />

iban dejando las suyas,<br />

formando gavillas que el<br />

atero recogía y juntaba, poniéndolas<br />

contrapeadas para<br />

formar el haz que ataba con<br />

una lía de esparto de las que<br />

llevaba en manojo sujetas a<br />

su cintura, atadura que se<br />

deshacía tirando del nudo,<br />

con lo que era fácil desparramar<br />

la mies en la era para<br />

formar la parva. Los segadores<br />

se dirigían a las tierras<br />

muy de madrugada, después<br />

de haber desayunado frugalmente<br />

en la casa de labor (pan<br />

y cebolla, chocolate de morder,<br />

aguardiante, jamón o tocino).<br />

Permanecían los segadores<br />

en las mieses hasta la puesta<br />

del sol, y allí mismo se les suministraban<br />

tres comidas en el<br />

día: almuerzo (sopas de ajo y<br />

longaniza), comida (cocido o algún<br />

guisado de carne con arroz<br />

y patatas), y merienda (generalmente<br />

tacos de jamón o trozos<br />

de chorizo, pan y cebolla);<br />

cada cierto tiempo, y siempre<br />

cuando el mayoral lo decidía,<br />

hacían una parada para fumar<br />

un cigarro (a veces también se<br />

les suministraba el tabaco), beber<br />

agua, etc., y fuera de eso<br />

no se hacían otros descansos<br />

que los correspondientes a las<br />

comidas y, eso sí, una breve<br />

siesta al mediodía. Puesto el<br />

sol, los segadores se reintegraban<br />

a la casa de labor, cenaban<br />

y se marchaban a dormir al pajar<br />

o a alguna panera todavía vacía<br />

donde ellos mismos habían<br />

situado sendas sacas de paja<br />

que les servían de cama».<br />

LAS ESPIGADORAS<br />

«Complemento indispensable<br />

de los segadores eran las espigadoras;<br />

cada día, cuando los<br />

labradores se dirigían con sus


RUTA DE LOS LABRADORES 69<br />

carros a las tierras para recoger<br />

la mies, muy de mañana, en el<br />

arranque de los caminos esperaban<br />

grupos de mujeres y niños;<br />

una vez informados sobre<br />

la parcela a la que se dirigía el<br />

labrador, seguían al carro o<br />

montaban en él si el gañán se<br />

lo permitía y llegados a su destino<br />

las espigadoras permanecían<br />

en la linde de la tierra mientras<br />

se recogían los haces y se<br />

cargaba el carro. Terminada dicha<br />

faena se desparramaban<br />

por la parcela, recorriéndola paso<br />

a paso recogiendo las espigas<br />

caídas, con las que formaban<br />

manadas realizadas con tal<br />

mimo que a veces se antojaban<br />

ramos de flores; aquellas gentes<br />

alegraban los campos con<br />

sus conversaciones, sus risas y<br />

sus canciones».<br />

EL ACARREO, LA TRILLA<br />

Y LA LIMPIA<br />

«Después de la siega se producía<br />

el acarreo de las mieses<br />

a la era, la trilla y la limpia. El<br />

traslado de las mieses se hacía<br />

con carros, de ahí la palabra<br />

«acarreo». La trilla se hacía con<br />

trillos consistentes en tres o<br />

cuatro tablones perfecta y rígidamente<br />

ensamblados formando<br />

un tablero de forma rectangular,<br />

uno de cuyos extremos<br />

estaba alabeado para permitir<br />

su deslizamiento, y la cara inferior<br />

cubierta de pequeñas piedras<br />

de cuarzo o pedernal cortadas<br />

de forma que presentaran<br />

finas aristas para que el arrastrarlo<br />

sobre la parva cortaran y<br />

desmenuzaran la paja a la vez<br />

que liberaban las semillas de<br />

sus receptáculos. El trillo era<br />

arrastrado por una pareja de<br />

animales bóvidos o équidos.<br />

La parva se volvía cada cierto<br />

tiempo para que quedaran por<br />

encima las pajas que no habían<br />

sido cortadas, lo que se realizaba<br />

con horcas y horquillos de<br />

madera exigiendo cierta destreza,<br />

y una vez trillada se recogía<br />

formando grandes montones que<br />

luego habían de limpiarse separando<br />

el grano de la paja.<br />

La limpia se hacía también a<br />

mano; tal labor se llama aventar,<br />

que es dar al viento la mies trillada<br />

para que por su acción y<br />

el mayor peso del grano cayera<br />

éste en un montón inmediato y<br />

volara la paja a más distancia<br />

en otro montón. Muy de mañana,<br />

apenas apuntaban las primeras<br />

claras del día, ya estaban<br />

los labradores en la era<br />

pinchando en los montones,<br />

lanzando beldadas al aire para<br />

comprobar su fuerza.<br />

Trillando en Brieva.


70 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

Aventando la mies.<br />

La limpia se completaba con<br />

el cribado del grano, con lo que<br />

se dejaba en el suelo sin granzas<br />

ni otras impurezas y apto<br />

para ser empanerado.<br />

La aventadora agilizó el trabajo<br />

de la limpia, si bien ha de<br />

tenerse en cuenta que no fue<br />

sin trabajo, ya que la máquina<br />

era tan pesada que no había<br />

Máquina aventadora.<br />

hombre que resistiera más de<br />

cinco minutos dando a la<br />

manivela, defecto que corrigió<br />

el herrero, ajustando en<br />

el eje de las aspas dos martillos<br />

que se contrapesaban,<br />

con lo que la máquina se hizo<br />

más ligera y eficaz. La<br />

consecuencia más importante<br />

de aquella adquisición fue<br />

signo indudable de que se<br />

iniciaba una incipiente mecanización».<br />

PREPARACION<br />

DE LA TIERRA<br />

«Recogidas las cosechas,<br />

empanerados todos los granos<br />

y encerrada también la<br />

paja, se comenzaba a preparar<br />

la tierra para un nuevo<br />

barbecho y una nueva siembra.<br />

La tierra recién cosechada<br />

se labraba en una primera<br />

vuelta de arado, labor que<br />

se llama lazar; después venían<br />

otras: binar, terciar e incluso<br />

cuartar, que tenían como finalidad<br />

remover la tierra para que<br />

por la acción de los agentes atmosféricos<br />

se enriqueciera adecuadamente.<br />

Al mismo tiempo,<br />

se repartía en las parcelas barbechadas<br />

que no habían sido<br />

trascoladas con el redeo de las<br />

ovejas, el estiércol procedente<br />

de limpiar las cuadras de los<br />

animales de labor<br />

que se tenía<br />

acumulado<br />

en basureros<br />

situados, casi<br />

siempre, en alguna<br />

tierra no<br />

muy lejana del<br />

pueblo; hecha<br />

esta labor, y ya<br />

metidos en el<br />

otoño, se preparaba<br />

el terreno<br />

para la<br />

siembra y el<br />

inicio de otro<br />

ciclo agrícola.


RUTA DE LOS LABRADORES 71<br />

Se comenzaba por poner el<br />

surco a las parcelas, surcos largos<br />

y rectos, para lo cual el labrador<br />

tomaba un punto en la<br />

distancia y hacia allí dirigía su<br />

mirada y la marcha de yunta,<br />

con lo cual le salían los surcos<br />

derechos como velas, y aquí<br />

surge la anécdota:<br />

“El bueno de Simeón araba<br />

un día en su parcela guiando su<br />

pareja de asnos y, fuera por lo<br />

que fuera, los surcos le salían<br />

torcidos como cuerno de cabra;<br />

otro labrador que pasaba por<br />

allí le llamó la atención sobre<br />

ello; Sime, con su sorna característica,<br />

le respondió: –«Es que<br />

no veía el punto»; –«Pues, ¿dónde<br />

echaste la mira», demandó<br />

el otro. –«Ve allí a aquella cisquera<br />

que hay al pie el monte<br />

Las Gordillas»; –«¡Pero hombre!,<br />

aquello no es una cisquera, es<br />

el humo del tren», objetó su interlocutor”».<br />

LA SIEMBRA<br />

«Abiertos los surcos se realizaba<br />

la siembra; ésta se hacía<br />

a voleo para los cereales y leguminosas<br />

de grano menudo, y<br />

a chorrillo para los garbanzos.<br />

Arrojada la semilla se procedía<br />

a taparla, para lo cual la reja del<br />

arado abría longitudinalmente<br />

el surco cuyas dos mitades caían<br />

sobre el hondón de los surcos<br />

anterior y posterior, formando<br />

nuevos surcos en los que<br />

quedaban encerradas las semillas<br />

en germinación.<br />

A los inicios de la primavera<br />

las siembras estaban urgiendo<br />

que se las limpiara de malas<br />

hierbas, para lo cual se procedía<br />

a la operación del escarde.<br />

Por lo general, aquellas mujeres<br />

y aquellos niños que en la recolección<br />

se dedicaron al espigueo<br />

intervienen ahora al escarde<br />

por un módico jornal; surco<br />

adelante van cortando con<br />

una pequeña azada (el azuelo)<br />

cada una de las plantas que<br />

crecen junto al cereal impidiendo<br />

su normal crecimiento; una<br />

de ellas, quizá la más dañina,<br />

es el vallico o cizaña. Extirpadas<br />

las hierbas, las siembras<br />

quedan limpias y preparadas<br />

para una buena granación».<br />

LOS ANIMALES DE LABOR<br />

Al viajero que recorre y reconoce<br />

las bellezas de nuestros<br />

pueblos, algunos en progresivo<br />

abandono por la falta de presencia<br />

humana, todavía le asaltan<br />

imágenes de aquellas formas<br />

de vida ya olvidadas que<br />

son parte de una identidad cul-<br />

Arando con vacas.<br />

Benigno Jiménez.


72 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

Yunta de vacas en Gallegos.<br />

tural que se resiste al cambio<br />

de los tiempos. Prueba de este<br />

arraigamiento a la tierra se ofrece<br />

en la contemplación de esas<br />

vacas negras que tiran de un<br />

carro o un arado guiadas por<br />

un hombre ajeno al devenir cotidiano<br />

de la modernidad. Esta<br />

visión casi irreal, y un tanto cinematográfica,<br />

actualmente es<br />

un hecho bastante habitual en<br />

algunas localidades abulenses,<br />

al igual que lo era en los años<br />

cincuenta en los campos de toda<br />

España.<br />

La utilización de yuntas de<br />

vacas en el desarrollo de las tareas<br />

agrícolas, que hoy siguen<br />

empleando algunos labradores<br />

de la provincia de Avila, constituye<br />

una actividad tan identificatoria<br />

de los que fue el medio<br />

rural no hace muchos años, que<br />

no hemos podido por menos<br />

que escribir esta ruta en reconocimiento<br />

al trabajo con el que<br />

agricultores y ganaderos siempre<br />

han contribuido a la formación<br />

de la historia de los pueblos.<br />

Siguiendo los pasos de Benigno<br />

Jiménez, esquilador y<br />

segador en Zorita y los pueblos<br />

de la ribera del Adaja, lo hemos<br />

encontrado en Amavida trabajando<br />

con una yunta de vacas.<br />

Benigno tiene 75 años y todavía<br />

desempeña las pequeñas faenas<br />

agrícolas que requieren el<br />

cuidado de un huerto familiar o<br />

una tierra de garbanzos que<br />

cultiva para su propio consumo<br />

y el de sus allegados. En este<br />

trabajo resulta inestimable la<br />

ayuda de una yunta de vacas<br />

negras de raza mixta, cruce de<br />

vaca lechera y un toro negro, a<br />

las que llama «Calceta» y «Bragá»;<br />

en otras ocasiones las vacas<br />

eran cruce de raza morucha<br />

con frisona. La vaca más<br />

vieja la compró en<br />

la feria de Avila hace<br />

quince años y<br />

la más joven es hija<br />

de ésta. El mismo<br />

Benigno «domó»<br />

las vacas y<br />

las enseñó a trabajar<br />

con el carro y el<br />

arado.<br />

En Gallegos de<br />

San Vicente (anejo<br />

de Tolbaños)<br />

acompañamos a<br />

Damián Arroyo<br />

cuando acarreaba<br />

paja y también<br />

mientras llenaba<br />

un carro de ramajes<br />

y leña de las<br />

encinas que pueblan<br />

los montes<br />

que se bañaba en<br />

el río Voltoya. Con<br />

este mismo carro<br />

tirado por una yunta<br />

de vacas se empleó<br />

durante años<br />

como transportista<br />

Damián Arroyo.


RUTA DE LOS LABRADORES 73<br />

de piedra, la cual era extraída<br />

por los canteros de Mingorría y<br />

debía cargarse en los trenes<br />

que paraban al efecto en la estación<br />

de la localidad. Esta actividad<br />

de porte de piedra también<br />

ocupaba a la mayoría de<br />

labradores de la zona que te-nían<br />

yuntas y carro, por lo que recibían<br />

un jornal de veinte a<br />

treinta duros. Damián, que ronda<br />

los setenta años, mantiene<br />

una pequeña cabaña ganadera<br />

que pasta en los prados del<br />

pueblo, aunque también trabajó<br />

como cantero y albañil.<br />

Carro adaptado para tirar con burros.<br />

La visión mágica que nos proporciona<br />

la imagen del hombre<br />

del año dos mil trabajando el<br />

campo con la ayuda de vacas<br />

negras nos hace recordar, como<br />

dice Ramón Grande del Brío<br />

(«Los animales en el medio rural»,<br />

1989), que la conquista de<br />

la tierra por obra del hombre<br />

no se habría producido de no<br />

haber contado éste con la inestimable<br />

colaboración de los<br />

animales domésticos. Hasta la<br />

invención de las máquinas, el<br />

transporte y el laboreo de los<br />

campos se realizaron mediante<br />

el concurso del animal domesticado.<br />

Entre el hombre y el animal<br />

se forma entonces un todo,<br />

en orden a extraer de la tierra el<br />

mayor rendimiento, donde se<br />

utilizan los servicios del ganado<br />

en paridad con los de los miembros<br />

de la propia familia del labrador.<br />

El trato de los animales modela<br />

un determinado tipo de<br />

mentalidad, implica la creación<br />

de una especial clase de arquitectura<br />

y servicios, y da lugar al<br />

desarrollo de una serie de actividades<br />

artesanas. Así, en nuestro<br />

caso, el labrador llama a las<br />

vacas por su nombre («Jardinera»,<br />

«Morita», «Gacha», «Dorá»,<br />

«Morucha», etc.), les felicita cuando<br />

trabajan bien y les regaña<br />

cuando no le obedecen. Las<br />

cuadras estaban preparadas<br />

para servir de lugar de cobijo y<br />

de comedero. Los potros de<br />

herrar se disponían con grandes<br />

piedras junto a la fragua<br />

donde se templaba el hierro de<br />

las herraduras. Y los carreteros<br />

y albarderos fabricaban los carros,<br />

aperos y aparejos que después<br />

eran utilizados en las faenas<br />

agrícolas. Si bien estos oficios<br />

ya han desaparecido en la<br />

actualidad, todavía se conservan<br />

muestras significativas de


74 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

artesanía surgidas para facilitar<br />

el trabajo del campesino con el<br />

ganado.<br />

Los pequeños agricultores y<br />

ganaderos que mantienen hoy<br />

día yuntas de vacas lo hacen<br />

por puro romanticismo, sin un<br />

especial interés material o económico,<br />

y ello porque no han<br />

llegado a integrarse en el proceso<br />

de mecanización del campo<br />

por la pequeñez del terreno<br />

que cultivan. Y esto ocurre en<br />

los pueblos serranos donde apenas<br />

hay grandes explotaciones<br />

agrícolas, contrariamente a lo<br />

que ocurre en La Moraña. Así,<br />

nuestros personajes yunteros<br />

no se plantearon la disyuntiva<br />

de elegir entre mulas o vacas, y<br />

finalmente entre éstas y el tractor.<br />

El mantenimiento entonces<br />

de las yuntas obedece también<br />

a una fidelidad primitiva por el<br />

ganado vacuno del que hoy los<br />

labradores que lo utilizan obtienen<br />

también leche y terneros, lo<br />

cual antes no ocurría dada la<br />

dedicación exclusiva al laboreo<br />

de la tierra de este ganado.<br />

Los labradores de antaño utilizaban<br />

las vacas en las faenas<br />

agrícolas porque eran más baratas<br />

que las mulas. En los<br />

años cuarenta una mula de seis<br />

meses costaba catorce mil pesetas,<br />

cuando una vaca de tres<br />

años valía tres mil. Las vacas<br />

del terreno o «terrenas» solían<br />

comprarse en la feria de Avila<br />

con tres o cuatro años y se vendían<br />

al cabo de otros cua- tro,<br />

cuando había descendido notablemente<br />

su capacidad de trabajo.<br />

La yunta solían emplearse<br />

para arar, trillar y acarrear, tareas<br />

estas en las que también se<br />

empleaban esporádicamente<br />

caballos y burros. Las jornadas<br />

de trabajo de una pareja de<br />

vacas solían ser de unas siete<br />

horas diarias, durante las que<br />

se atendía una media de sesenta<br />

obradas de tierra cultivada a<br />

lo largo del año, las mulas en<br />

este tiempo atendían las noventa<br />

obradas.<br />

Las vacas eran más fáciles<br />

de domar y más fuertes, cómodas<br />

y dóciles que las mulas, pero<br />

también más torpes, rendían<br />

menos y eran más exigentes<br />

con la comida. Las vacas comían<br />

unas setenta fanegas de algarrobas<br />

con paja al año, que el<br />

labrador les echaba en varias<br />

«posturas»; las mulas consumían,<br />

por su parte, noventa fanegas<br />

de cebada y paja. También<br />

los carros y aperos de labranza<br />

eran distintos según la<br />

clase de animal empleado en el<br />

Pareja de mulas.


RUTA DE LOS LABRADORES 75<br />

Acarreo con vacas.<br />

trabajo agrícola, aunque el carro<br />

de mulas podía ser adaptado<br />

con una «ayuda» para que<br />

pudiera ser tirado por las vacas.<br />

Si hemos dicho que todavía<br />

pueden verse yuntas en diversos<br />

lugares de la provincia, y<br />

concretamente en Gallegos de<br />

San Vicente, no podemos decir<br />

lo mismo de las parejas de mulas,<br />

las cuales prácticamente<br />

han desaparecido de los campos,<br />

con excepción de las utilizadas<br />

para el acarreo de troncos<br />

en los pueblos de Tierra<br />

de Pinares y del Valle del Tiétar.<br />

Por ello vale la pena recobrar<br />

las imágenes que aún pueden<br />

apreciarse de aquellas formas<br />

de vida tan antiguas como<br />

nuestra civilización.<br />

LABRADOR<br />

A LA ANTIGUA USANZA<br />

¡Arre Paloma! ¡Vamos Furia!<br />

Son exclamaciones que salen<br />

de los labios del labrador que<br />

conduce una pareja de burras<br />

que tiran del viejo arado romano.<br />

Es una mañana soleada<br />

de sábado, del mes de febrero,<br />

«febrerillo el loco», víspera de<br />

los carnavales del nuevo milenio.<br />

Frente a las tapias de la<br />

cárcel de Brieva, un hombre<br />

que pasa de los setenta años<br />

traza surcos rectilíneos en una<br />

parcela rústica como se hacía<br />

hace cientos de años. Los asnos<br />

han ocupado el lugar que<br />

dejaron las vacas negras terrenas<br />

que fueron sacrificadas en<br />

una campaña de sanidad animal<br />

de hace años. El mes de<br />

marzo es tiempo del esquileo<br />

de los burros, y «Paloma», de<br />

veinte años, y «Furia», de siete,<br />

ya tienen necesidad de recortar<br />

su larga pelambrera.<br />

La tierra recibe una segunda<br />

vuelta con el arado en una jornada<br />

que ha comenzado a media<br />

mañana. Quizás es un poco<br />

tarde, pero es que el campesino<br />

estuvo la noche anterior en<br />

un concierto de homenaje a<br />

Verdi en el Auditorio Nacional<br />

de Madrid. Fue un buen concierto,<br />

quizás con demasiados<br />

saludos y reverencias –señala el<br />

labrador–, a quien le gusta más<br />

la zarzuela y aunque sus gustos<br />

musicales los manifiesta tocando<br />

la caja o el tamboril.<br />

Terminada la faena el campesino<br />

sembrará una parte de tirabeques,<br />

una legumbre parecida<br />

a los guisantes y las judías<br />

verdes, en otra parte cultivará<br />

garbanzos y en otra sandías y<br />

tomates. En otra finca propiedad<br />

del Obispado, y de la que<br />

es arrendatario, sembrará ave-


76 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

na, mientras que el año pasado<br />

sembró cebada, garbanzos y<br />

algarrobas.<br />

Al viajero que se acerca por<br />

la zona todavía le asombra contemplar<br />

cerca de la ciudad de<br />

Avila cómo el hombre conquista<br />

la tierra utilizando para ello animales<br />

y antiguos aperos de labranza.<br />

Bien es verdad que<br />

nuestro caso es único y excepcional,<br />

por lo que su testimonio<br />

vivo tiene una especial relevancia<br />

en el conocimiento de nuestra<br />

historia.<br />

Todo el ciclo agrícola, tal y<br />

como transcurría antiguamente<br />

en el medio rural y con los mismos<br />

medios de entonces, se reproduce<br />

cada año, día a día, en<br />

las labores del campo que desarrolla<br />

nuestro singular y romántico<br />

personaje: Luis Pardo<br />

García, nacido en 1931, y el último<br />

labrador a la antigua usanza<br />

que queda en Avila. Luis trabaja<br />

la tierra con una pareja de<br />

burros, mantiene cuatro cabras<br />

y un gallinero, cultiva un fructífero<br />

huerto con gran variedad<br />

Luis Pardo.<br />

de árboles cuyos productos<br />

vende en el mercado abulense<br />

de los viernes, es tam- borilero<br />

y aficionado a la música clásica<br />

del Barroco, asiduamente visita<br />

la Biblioteca de Avila porque le<br />

gusta la lectura, es soltero y vive<br />

en Brieva.<br />

El padre de Luis vino de Aldea<br />

del Rey, un pueblo de Ciudad<br />

Real, en tiempos de la Dictudura<br />

de Primo de Rivera, allá<br />

por 1924. Llegó a Brieva como<br />

cantero para trabajar en las<br />

canteras de granito que se explotaban<br />

a cierto abierto en la<br />

zona, ante la demanda que exigían<br />

las obras de construcción<br />

de la doble vía del Ferrocarril<br />

del Norte. Todavía hoy puede<br />

escucharse el sonido del puntero<br />

golpeando las rocas producido<br />

por los últimos canteros del<br />

pueblo.<br />

Durante la Guerra Civil estalló<br />

una bomba o artefacto en la<br />

vía férrea junto a la estación de<br />

Mingorría. Por este sabotaje<br />

fueron fusilados tres inocentes,<br />

entre los que estaba el padre<br />

de Luis, quien trabajaba<br />

como cantero con el contratista<br />

Miguel Camarero,<br />

Alcalde de Mingorría durante<br />

la República. Esta<br />

muerte marcó el futuro de<br />

Luis, huérfano a los siete<br />

años y con una hermana<br />

cuatro años más pequeña.<br />

A temprana edad nuestro<br />

protagonista se inició<br />

en los trabajos del campo.<br />

Como labrador pronto logró<br />

componer una pequeña<br />

hacienda que adquirió<br />

a un tío suyo, a la vez que<br />

también criaba vacas de<br />

carne y vendía árboles frutales<br />

por cuenta de los viveros<br />

y algunos que él mismo<br />

había cultivado. Fue<br />

cazador de perro y palo, y<br />

vendedor ambulante de<br />

frutas y ultramarinos, sien-


RUTA DE LOS LABRADORES 77<br />

do capaz incluso de trabajar la<br />

piedra como su padre o construir<br />

una casa. Luis fue durante<br />

algún tiempo Teniente Alcalde<br />

de su pueblo y presume de ideas<br />

avanzadas y progresistas,<br />

por ello lamenta el conformismo<br />

de las gentes del campo y<br />

su sometimiento tradicional a<br />

los poderes políticos y religiosos<br />

establecidos. Con tanta actividad,<br />

Luis no ha encontrado<br />

tiempo para echarse novia y casarse,<br />

así que todavía permanece<br />

soltero.<br />

En la actualidad Luis sigue<br />

trabajando el campo y ejerciendo<br />

como labrador al modo tradicional,<br />

sin ayudarse de maquinaria<br />

alguna. Pero además<br />

de labrador, Luis es músico. Su<br />

afición a la música la desató a<br />

fuerza de escuchar a los antiguos<br />

dulzaineros y tamborileros<br />

que amenizaban procesiones y<br />

bailes durante las fiestas patronales.<br />

Así, a los quince años se<br />

convirtió en alumno del dulzainero<br />

Ambrosio Triviño, vecino<br />

del pueblo cercano de Mediana,<br />

quien también tocaba la caja<br />

y era miembro de la Banda<br />

de Avila. Desde entonces no ha<br />

parado de tocar el tamboril formando<br />

pareja con multitud de<br />

dulzaineros.<br />

La música sigue ocupando<br />

un lugar importante en su vida,<br />

tanto que diariamente ensaya<br />

con una caja china marcando el<br />

ritmo de las piezas que suenan<br />

en un radiocassette. Para esta<br />

tarea cuenta con un centenar<br />

de cintas que forman un<br />

gran repertorio de grabaciones<br />

de músicos populares como<br />

«Los Talaos» o «Polilo y Ojetete»,<br />

y músicos clásicos como<br />

Albinoni, su preferido, Bach o<br />

Haëndel.


78 RUTA DE LOS LABRADORES<br />

Al atardecer de cada día Luis<br />

recoge los animales. A paso<br />

lento, bajo la mirada de los guardianes<br />

custodios de la cárcel,<br />

y junto a sus paredones, pasan<br />

la pareja de burros y las cuatro<br />

cabras arropando a su amo.<br />

Primero guarda las cabras en<br />

una vieja casa comprada al<br />

Obispado, y luego los burros<br />

en la cuadra donde antes había<br />

vacas, no sin antes darles agua<br />

en el abravadero. Después da<br />

una vuelta por el gallinero para<br />

protegerlo de las zorras, las<br />

cuales ya han matado quince<br />

gallinas en los últimos días, por<br />

lo que hay que colocar un cepo<br />

y encerrar el gallo y las seis que<br />

quedan. Una vez guardado el<br />

ganado, Luis se sienta delante<br />

de la chimenea, que pronto empieza<br />

a llamear, y se dispone a<br />

comer unas sopas de leche que<br />

ya tiene preparadas. Después<br />

continúa la lectura inacabada<br />

del libro que ha sacado de la<br />

biblioteca, titulado «La agricultura<br />

en la Edad Media. Cuaderno<br />

de historia», sin olvidarse de<br />

leer la hoja diaria del calendario<br />

zaragozano que reposa sobre<br />

la chimenea. Sobre la ventana<br />

está la caja china y los palillos<br />

con los que, si se tercia,<br />

ensayará la percusión de alguna<br />

de sus piezas favoritas del<br />

compositor de dulzaina y tamboril<br />

Teófilo Sánchez «Talao», o<br />

del músico veneciano Albinoni<br />

(1671-1750).<br />

Además de arar la tierra, Luis<br />

desarrolla las faenas agrícolas<br />

que completan el ciclo anual de<br />

las cosechas, como son la siega,<br />

el acarreo, la trilla, la limpia<br />

y el ensacado del grano. En todas<br />

ellas utiliza la imprescindible<br />

pareja de burros, con los<br />

que conduce un destartalado<br />

carro al que le ha cambiado las<br />

ruedas de radios por unas viejas<br />

ruedas de goma recicladas<br />

de algún coche desguazado.<br />

El trabajo manual del campo<br />

supone un gran esfuerzo físico<br />

del que Luis parece no resentirse,<br />

pues, como él cuenta, los<br />

dolores esporádicos pasan de<br />

la espalda a una pierna, o a un<br />

brazo, pero no se detienen.<br />

Además para recuperarse de la<br />

fatiga suele pasar algunos días<br />

en la playa de Benidorm o Canarias.<br />

Por ello vive feliz en su<br />

pueblo y no entiende como la<br />

gente se hacina y amontona en<br />

las ciudades.


RUTA DE<br />

LOS CARRETEROS<br />

■ A DESTACAR. Los carros<br />

agrícolas y los carreteros, sus<br />

constructores y fabricantes,<br />

así como los labradores que<br />

aún utilizan vacas o burros como<br />

animales de tiro, constituyen<br />

hoy día importantes testimonios<br />

vivos de las señas de<br />

identidad del medio rural abulense.<br />

La relevancia de estas<br />

manifestaciones<br />

etnográficas debe<br />

apreciarse con<br />

especial sensiblidad,<br />

para lo cual<br />

se propone el siguiente<br />

viaje mágico.<br />

■ La ruta. El viajero<br />

amante de la<br />

cultura tradicional<br />

que se detiene<br />

en nuestros<br />

pueblos todavía<br />

puede contemplar<br />

y admirar la<br />

silueta de aquellos<br />

viejos carros<br />

que antaño recorrían<br />

los caminos<br />

y los campos<br />

agrícolas.<br />

■ Cómo llegar.<br />

En el recorrido<br />

que hacemos por<br />

los pueblos de la<br />

ribera del Adaja,<br />

tomamos primero el antiguo<br />

camino carretero de Avila-<br />

Arévalo que sigue paralelo a<br />

la margen derecha del río, y<br />

cuyo trazado coincide con la<br />

actual carretera N-403 de<br />

Avila-Valladolid y después<br />

continuamos por los caminos<br />

que cruzan el Adaja por Zorita<br />

y Navares, para llegar a<br />

Gotarrendura, Las Berlanas y<br />

Peñalba.<br />

■ Qué ver. Carros abandonados<br />

a su suerte que permanecen<br />

inmutables en un<br />

rincón de las eras, o bajo un<br />

tinao medio arruinado. También<br />

los hay en buen estado<br />

de conservación y expuestos<br />

como piezas de museo entre<br />

el caserío de alguna finca. Incluso,<br />

y esto es sorprendente,<br />

aun hay carros que siguen<br />

siendo tirados por vacas o burros.<br />

■ Aliciente. La importancia<br />

de los carros en el medio rural<br />

fue tan grande que la posibilidad<br />

de poder entretenernos<br />

todavía hoy en su contemplación<br />

supone un viaje mágico a<br />

través de la pequeña historia<br />

de nuestros pueblos.


80 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />

Carro de mulas en Blascosancho.<br />

Por los caminos, el rechinar<br />

de las ruedas de los carros<br />

y el sonido de las campanillas<br />

de las caballerías marcaban el<br />

ritmo de bellas canciones de<br />

oficio con las que se distraían<br />

los arrieros y trajinantes en su<br />

deambular solitario. El chirrido<br />

era una de las señas de identidad<br />

con la que se caracterizaba<br />

cada carro, tanto que incluso se<br />

colocaban en los ejes de las<br />

ruedas unas arandelas de hierro<br />

con el único fin de hacerlas<br />

sonar con el mismo movimiento<br />

del carro.<br />

Hemos visto carros en Mingorría,<br />

Zorita, Gallegos de San<br />

Vicente, Brieva, Velayos, Vega<br />

de Santa María, Pozanco, Blascosancho,<br />

Gotarrendura, Las<br />

Berlanas, Monsalupe y Peñalba.<br />

Carros actualmente<br />

en uso, tirados por<br />

vacas o por burros, todavía<br />

pueden observarse<br />

en los pueblos<br />

de Gallegos de San<br />

Vicente y Brieva, donde<br />

aún se utilizan en<br />

las faenas agrícolas,<br />

los cuales hace décadas<br />

desaparecieron de<br />

la Moraña. Estos carros<br />

son todos ellos de<br />

ruedas de radios con<br />

llanta de hierro o ferradas.<br />

Entre los carros localizados<br />

destacan los carros<br />

pintados característicos de la<br />

tierra llana, sobre los que el viajero<br />

se pregunta por los artífices<br />

de tanto arte. Sabemos entonces<br />

que la carretería era la actividad<br />

artesana que consistía en<br />

fabricar carros y aperos de labranza<br />

con los que se desarrollaban<br />

una parte importante de<br />

las faenas agrícolas. La historia<br />

y evolución de la fabricación de<br />

carros se remonta, a su vez, a<br />

la historia del transporte sobre<br />

ruedas. Desde que a finales del<br />

cuarto milenio antes de Cristo<br />

fuera inventada la rueda, la necesidad<br />

de trasladar y desplazar<br />

cualquier objeto aprovechándose<br />

de discos giratorios<br />

de madera ha condicionado la<br />

forma que han adoptado los<br />

distintos carros y carretas que<br />

se conocen.<br />

Carro de vacas.


RUTA DE LOS CARRETEROS<br />

Los carros han tenido una<br />

gran relevancia para la agricultura,<br />

tanto que se hizo indispensable<br />

en los trabajos<br />

del campo a partir de mediados<br />

del siglo XVIII. Por eso<br />

destacaban los talleres de<br />

carretería como importantes<br />

centros de producción artesana,<br />

y el carretero o constructor<br />

de carros gozaba de<br />

un cierto prestigio entre la<br />

población, como hombre orgulloso<br />

de su oficio y conocedor<br />

de técnicas y saberes<br />

superiores a los conocimientos<br />

de los labradores, como<br />

escribe Alonso Ponga en su<br />

libro sobre carros. Siguiendo<br />

a este autor diremos que si,<br />

además, el carretero domina<br />

el arte de la fragua y la sierra,<br />

acaba siendo y haciéndose<br />

imprescindible.<br />

Pues bien, estas cualidades<br />

se daban en el carretero<br />

de Peñalba Gumersindo Gil, en<br />

cuyo taller estaban empleados<br />

también sus hijos Clementino y<br />

Epigmenio, de este último todavía<br />

pueden escucharse sus enseñanzas<br />

junto a un bello carro<br />

que fabricó en 1947 y que se<br />

conserva en Zorita de los Molinos,<br />

o bien mientras construye<br />

uno nuevo en miniatura. Gumersindo<br />

había nacido en Villanueva<br />

del Aceral, después vivió<br />

en Constanzana y aprendió<br />

el oficio en un taller que había<br />

en Crespos, llegando a Peñalba<br />

de Avila en los años veinte,<br />

donde ejercía de carretero Juan<br />

Alcalde, cuando accedió a la<br />

plaza de herrero de la localidad<br />

mediante concurso convocado<br />

por el Ayuntamien-to para atender<br />

la fragua del común.<br />

En Mingorría, el taller de carretería<br />

situado en la antigua carretera<br />

de Avila estaba regentado<br />

a principios de siglo por<br />

Casimiro Serrano, descendiente<br />

de una familia de carreteros<br />

El carretero de Peñalba.<br />

de la vecina localidad de Velayos.<br />

A Casimiro le sucedió en el<br />

oficio Heliodoro Alfayate, quien<br />

llegó desde Riocabado donde<br />

su padre también tenía un taller<br />

de carros. Todavía hoy, a las<br />

afueras de Mingorría, en una<br />

finca situada junto a la carretera<br />

N-403, pueden verse hasta<br />

media docena de carros de distintas<br />

clases desperdigados por<br />

la parcela, como si estuvieran<br />

en la era.<br />

En Velayos, Urbano Serrano<br />

aprendió el oficio de carretero<br />

en el taller que abrió su abuelo<br />

llegado de Madrigal de las Altas<br />

Torres. Urbano, junto con<br />

su hermano Catalino, regentó<br />

después el taller de su abuelo y<br />

con él trabajaban cinco artesanos<br />

de la madera y un herrero.<br />

Un segundo taller de construcción<br />

de carros en Velayos, cercano<br />

al anterior y a cual más<br />

importante, era atendido por los<br />

hermanos «Kaiser», Julián y An-


82 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />

drés; Julián, además, era el sacristán<br />

del pueblo, cargo que<br />

después fue heredado por su<br />

sobrino Leoncio. Completaban<br />

la actividad artesanal de la madera<br />

los carpinteros tío Trifón y<br />

tío Calixto.<br />

Llama la atención en este pueblo<br />

la existencia de una interesante<br />

colección particular de<br />

Carros en Velayos.<br />

Baltasar Monteagudo, formada<br />

por decenas de carros y numerosísimos<br />

aperos y útiles de labranza<br />

y otras antigüedades. Su<br />

propietario presta estos carros<br />

para el rodaje de películas y su<br />

peculiar museo sirve para ambientar<br />

una gran variedad de escenas<br />

cinematográficas. Igualmente,<br />

a la entrada de la localidad,<br />

delante del bar El Chiringuito<br />

dos hermosos carros procedentes<br />

de la citada colección<br />

engrandecen la perspectiva de<br />

los campos cerealistas.<br />

Otros talleres carreteros que<br />

destacaron por su importancia<br />

en La Moraña y Tierra de Arévalo<br />

fueron los de Aveinte, Albornos,<br />

Flores de Avila y Adanero.<br />

En esta última localidad fue<br />

famoso el taller de Jesús Crespo.<br />

Sin salir de la provincia, en<br />

la comarca de Barco-Piedrahíta<br />

fueron relevantes los talleres<br />

de Hoyos de Miguel Muñoz<br />

y La Aldehuela entre<br />

otros. Estos talleres proliferaron<br />

hasta mediado el<br />

siglo XX, momento en el<br />

que la mecanización del<br />

campo se generalizó provocando<br />

su cierre.<br />

Los carros que se fabricaban<br />

eran de yugos,<br />

de varas y de vacas, o<br />

más simples y pequeños<br />

como carretas, dispuestos<br />

para ser tirados por<br />

caballos, mulas, vacas e<br />

incluso burros. Los carros<br />

eran utilizados para el<br />

transporte de la mies una<br />

vez segada en el campo<br />

hasta la era. El grano ensacado<br />

se llevaba después<br />

en carro hasta las<br />

paneras, y lo mismo ocurre<br />

con la paja desde la<br />

era hasta el pajar. El carro<br />

se utilizaba también en<br />

las mudanzas familiares<br />

y portes de cualquier clase;<br />

con él se formaban las plazas<br />

de toros durante las fiestas<br />

y era aprovechado por los<br />

mozos para rondar por las calles,<br />

mientras que en tiempos<br />

difíciles servían para hacer barricadas<br />

y parapetos como barrera<br />

defensiva.<br />

Los canteros, albañiles, chocolateros,<br />

fruteros y huertanos<br />

se aprovechaban de los carros<br />

agrícolas para el transporte de<br />

productos y materiales propios<br />

de su actividad, como también<br />

lo hacían los ayuntamientos en<br />

la ejecución de obras municipales.


RUTA DE LOS CARRETEROS 83<br />

Carro sin pintar en Gallegos.<br />

La madera era la materia<br />

prima empleada en<br />

la fabricación de carros,<br />

y se obtenía de los árboles<br />

de la zona, entre<br />

los que destacan el negrillo<br />

o álamo negro, el<br />

pino, el fresno y la encina.<br />

El hierro procedente<br />

de Bilbao se adquiría en<br />

Avila y con él se formaba<br />

el aro de las ruedas<br />

una vez moldeado en la<br />

fragua del taller, y también<br />

se realizaban el eje<br />

de las ruedas y demás<br />

piezas de hierro.<br />

Finalmente, si el carro<br />

era de mulas, éste se decoraba<br />

y pintaba como un verdadero<br />

cuadro con multitud de motivos<br />

florales, marinos o figurativos<br />

por verdaderos artistas. Entre<br />

los pintores de carros hay que<br />

destacar el trabajo de Felipe Velayos,<br />

vecino de Cardeñosa, y<br />

de su maestro Justo López, pintor<br />

de Peñalba. Ambos aparecen<br />

como autores de la mayoría<br />

de los carros pintados en la<br />

zona durante los años cuarenta.<br />

El hijo de Justo, Justino López<br />

Jorge, siguió la tradición<br />

paterna desempeñando también<br />

el oficio de pintor, y fruto de<br />

sus estudios de pintura y dibujo<br />

ha sido la reciente exposición<br />

de óleos que ha tenido lugar en<br />

el Casino Abulense durante el<br />

pasado mes de octubre.<br />

Para la reparación y mantenimiento<br />

de los carros, la mayoría<br />

de los pueblos contaban<br />

con carpinteros y herreros, artesanos<br />

todos ellos que también<br />

han contribuido al desarrollo de<br />

las actividades propias del trabajo<br />

en el campo.<br />

Zorita de los Molinos. Carro pintado.


84 RUTA DE LOS CARRETEROS<br />

¡Que viene el carro!, gritaban<br />

los niños en la plazuela.<br />

Más allá de los barbechos<br />

juegan las cigüeñas<br />

a cantar: «Que ruede el carro,<br />

que el carro ruede la rueda».<br />

Carro de mulas en la era.


RUTA DE LOS PASTORES<br />

■ A DESTACAR. Los pastores<br />

representan el mantenimiento<br />

de una de las actividades<br />

ganaderas más antiguas<br />

de la civilización, la cual se desarrolla<br />

del mismo modo que<br />

en el principio de los tiempos.<br />

La imagen de los pastores en<br />

el campo sigue siendo una escena<br />

llena de una gran plasticidad<br />

y belleza que no debe<br />

pasar desapercibida para los<br />

viajeros.<br />

■ La ruta. El viaje propuesto<br />

surge de improviso cuando<br />

nos aventuramos por los caminos<br />

que surcan los campos,<br />

pues es frecuente avistar<br />

un rebaño de ovejas. Especial<br />

atención merece el esquileo<br />

que tiene lugar a lo largo del<br />

mes de mayo y la inquietud<br />

artística que surge en el llamado<br />

arte pastoril, de igual<br />

manera sorprende la inspiración<br />

literaria que tuvo el escritor<br />

Azorín con un pastor de<br />

Monsalupe.<br />

■ Cómo llegar. Los rebaños<br />

de ovejas que cuidan solitarios<br />

pastores abundan en todos<br />

los campos de la zona<br />

del Adaja, por lo que es fácil<br />

su contemplación, basta con<br />

mirar atentos al horizonte. En<br />

todos los pueblos hay cijas<br />

y encerraderos de ovejas. Para<br />

admirar el trabajo en vivo<br />

de fabricación de objetos artísticos<br />

hay que acercarse por<br />

la carretera que va desde Mingorría<br />

a Zorita, y a no tardar<br />

seguro que aparece la figura<br />

de Federico con una talla<br />

en la mano. El escenario que<br />

imaginó Azorín es fácil descubrirlo<br />

en Monsalupe, por lo<br />

que basta con llegar hasta el<br />

pueblo.<br />

■ Qué ver. Para Admirar la<br />

simbiosis que se forma entre<br />

pastores y ovejas inmersos<br />

en un paisaje singular, siempre<br />

es bueno charlar con estos<br />

auténticos hombres del<br />

campo. La fiesta del esquileo<br />

se celebra todos los años en<br />

cada cija o aprisco. Objetos<br />

del arte pastoril pueden admirarse<br />

en las manos de su<br />

autor por las tierras de Zorita<br />

y Mingorría. Los pastores de<br />

Monsalupe y su montecillo de<br />

encinas permanecen inmutables<br />

como antaño imaginó<br />

Azorín.<br />

■ Aliciente. Descubrir el paisaje<br />

conquistado por los pastores<br />

y sus rebaños como si<br />

el tiempo se hubiera detenido<br />

hace miles de años, lo que<br />

llamó la atención de Azorín,<br />

y admirar las sugestivas piezas<br />

de arte pastoril fabricadas<br />

desde la intuición de sus<br />

artífices.


RUTA DE LOS PASTORES<br />

EL PASTOREO<br />

El pastoreo y la cría de ovejas<br />

continúa siendo una de las<br />

ocupaciones que se mantienen<br />

dentro de la tradición agrícola y<br />

ganadera de los pueblos del entorno<br />

de la ribera del Adaja, al<br />

igual que ocurre en la mayoría<br />

de los pueblos de la provincia.<br />

La cría del ganado ovino para<br />

la obtención de lana y carne ha<br />

sido una actividad característica<br />

de las formas de vida en el medio<br />

rural.<br />

Aunque desapareció la actividad<br />

textil, la cría de ovejas y el<br />

arte del pastoreo siempre han<br />

perdurado. Los labradores descubrieron<br />

el beneficio económico<br />

que les supondría la posesión<br />

de rebaños que,<br />

aprovechando los pastos<br />

de las tierras de<br />

barbecho y las de la<br />

rastrojera, no sólo aumentaría<br />

su renta con<br />

la producción de lana<br />

y carne, sino que además<br />

les proporcionaba<br />

abono orgánico<br />

bueno y barato, lo que<br />

dio lugar al pastoreo<br />

estable, el cual llegó<br />

a alcanzar tal importancia<br />

que consagró<br />

el dicho popular de<br />

que «antes labrador<br />

sin orejas que sin<br />

ovejas».<br />

pueblos. Con ello se obtiene<br />

una importante cantidad de lana<br />

que, normalmente, ronda los<br />

dos kilos y medio por oveja.<br />

El día del esquileo constituía<br />

un día «festivo» dentro de la actividad<br />

agropecuaria de las gentes<br />

que viven en el medio rural,<br />

de ahí el dicho popular conocido<br />

en Mingorría:<br />

«Tres días hay en el año<br />

que relucen como el sol:<br />

la matanza, el esquileo<br />

y el día de la función».<br />

Ciertamente, la llegada de<br />

los esquiladores alegraba la vida<br />

familiar en un ritual donde,<br />

además de la tarea propia de<br />

esquilar ovejas, se degustaba la<br />

chanfaina (arroz con asadura),<br />

el cocido con carne de carnero<br />

y garbanzos de «cura», y la caldereta<br />

o guisado de carne de<br />

oveja, y al final de la jornada se<br />

cantaban coplas al son del almirez.<br />

EL ELQUILEO<br />

El esquileo de las<br />

ovejas todavía es una<br />

de las tradiciones pastoriles<br />

más peculiares<br />

que, año tras año, se<br />

realizan en las cijas o<br />

apriscos de nuestros


RUTA DE LOS PASTORES 87<br />

La temporada de esquileo comienza<br />

a finales de abril y se extiende<br />

hasta principios de junio.<br />

En este tiempo una cuadrilla de<br />

tres esquiladores esquilan unas<br />

treinta y cinco mil ovejas. Los<br />

esquiladores suelen ser vecinos<br />

de los pueblos de la zona, aunque<br />

también llegan de Extremadura,<br />

viéndose incluso alguna<br />

cuadrilla de polacos.<br />

Siguiendo la tradición agropecuaria,<br />

los ganaderos disponen<br />

sus rebaños de ovejas para<br />

el esquileo. Los pastores ligan<br />

las ovejas atando sus cuatro<br />

patas y se las acercan a los<br />

esquiladores. La lana se corta<br />

de tal modo que el vellón se desprende<br />

en una sola pieza, como<br />

si fuera una pequeña manta, la<br />

cual es recogida sabiamente<br />

formando una especie de apretado<br />

ovillo, tal y como se hacía<br />

antiguamente. La cuadrilla de<br />

esquiladores utilizan para su oficio<br />

maquinillas eléctricas, sustituyendo<br />

a las antiguas tijeras<br />

de gran tamaño. El ritmo de trabajo<br />

impuesto hará que el esquileo<br />

del rebaño dure<br />

unas dos jornadas.<br />

Finalizado el esquileo,<br />

los vellones de lana quedan<br />

apilados en espera<br />

del momento más favorable<br />

par la venta a intermediarios<br />

que se la llevarán<br />

envasada en grandes<br />

sacas.<br />

EL ARTE PASTORIL<br />

En nuestro afán por<br />

reencontrarnos con la<br />

cultura popular, y más<br />

concretamente con sus<br />

creadores, hombres y<br />

mujeres sencillos y anónimos<br />

que aparecen provistos<br />

de una especial<br />

sabiduría como fruto de<br />

su peculiar percepción<br />

de las cosas, nos hemos<br />

acercado en esta ocasión<br />

al llamado «arte pastoril»,<br />

ese trabajo artesano que desarrollan<br />

los pastores casi de la nada,<br />

quienes sin saberlo producen<br />

obras de indudable valor.<br />

Para conocer mejor las cualidades<br />

artísticas de algunos pastores<br />

nos detenemos en los<br />

campos que se bañan en la ribera<br />

del río Adaja, en Zorita y<br />

Mingorría. Aquí, en los altozanos,<br />

llanos y vaguadas, donde<br />

comienzan las tierras cerealistas<br />

de La Moraña abulense, pastorea<br />

un hombre delgado y enjuto,<br />

tiene la piel curtida por el<br />

sol y el viento, lleva en la cabeza<br />

una boina negra calada sobre<br />

el pelo blanco o una gorra<br />

visera, que en verano sustituye<br />

por un sombrero de paja. Una<br />

gancha le cuelga del brazo derecho,<br />

calza albarcas, sandalias<br />

o botas de cuero sobre<br />

gruesos calcetines, el morral lo<br />

lleva en bandolera o sobre el<br />

hombro izquierdo. También va<br />

provisto de una zamarra de<br />

cuero para el frío y de un anorak<br />

para la lluvia.


88 RUTA DE LOS PASTORES<br />

De vez en cuando escucha<br />

un pequeño transistor que lleva<br />

consigo, aunque prefiere la<br />

conversación con las gentes<br />

del campo. Adopta una postura<br />

con la cabeza agachada mientras<br />

camina, e incluso cuando<br />

se detiene en su deambular con<br />

las ovejas, porque con la mirada<br />

tiene que atender sus manos<br />

que articulan repetidos movimientos.<br />

Entre ellas brilla una<br />

pequeña hoja de navaja que se<br />

clava mecánicamente sobre trozos<br />

de madera, huesos o cuernos<br />

de vaca. De vez en cuando<br />

levanta la vista sobre el rebaño<br />

que le rodea bajo la vigilancia<br />

atenta de los perros. Este hombre<br />

de pocas palabras trabaja<br />

con el ganado y crea arte en el<br />

anonimato, disfruta con su obra<br />

y sueña con poder labrar en<br />

Federico labrando una escultura.<br />

madera una gran pieza que represente<br />

al caballero de «Avila<br />

de los Caballeros». Su vida ha<br />

transcurrido siempre en el campo<br />

junto a las ovejas, y del silencio<br />

interrumpido por los balidos,<br />

que suenan ya como las<br />

olas del mar, le ha llegado la<br />

inspiración y la intuición para<br />

recrear figuras labradas.<br />

Este pastor no es otro que<br />

Federico Gómez Caballero.<br />

Nació hace casi 60 años en el<br />

pueblo abulense de Casasola,<br />

y es el último de una larga generación<br />

de cuidadores de ovejas.<br />

A los doce años ya era zagal<br />

en Extremadura mientras su<br />

padre y su abuelo cuidaban rebaños<br />

en la sierra abulense.<br />

Unos años después se trasladó<br />

a la dehesa de Aldealgordo y<br />

posteriormente a San Esteban<br />

de los Patos, y siempre detrás<br />

de las ovejas. Finalmente,<br />

en los años<br />

setenta se instaló en<br />

la capital abulense y<br />

con él vino su mujer, y<br />

en Avila vió nacer a<br />

sus tres hijos, los cuales<br />

hoy ya ejercen sus<br />

carreras universitarias.<br />

Aunque el hogar familiar<br />

está en la ciudad,<br />

Federico se desplaza<br />

todos los días hasta<br />

Mingorría y Zorita donde<br />

pastorea un rebaño<br />

de ovejas, al igual<br />

que antes lo hacía por<br />

las tierras de Berrocalejo.<br />

Su inquietud artística<br />

empezó a desarrollarla<br />

tardiamente,<br />

pues antes sólo tallaba<br />

piezas sin labrar,<br />

aunque en su casa había<br />

visto objetos labrados<br />

por su bisabuelo.<br />

Ahora su visión plástica<br />

de las cosas se recrea<br />

en las piezas de<br />

artesanía que modela<br />

entre sus manos, plas-


RUTA DE LOS PASTORES 89<br />

Mortero.<br />

Federico labrando un cuerno.<br />

mando así imágenes transformadas<br />

en figuras caracterizadas<br />

por su peculiar percepción<br />

de lo que le rodea.<br />

La inspiración le llega de la<br />

contemplación de la propia<br />

naturaleza, aunque también<br />

se deja contagiar por algunas<br />

fotografías que le cautivan.<br />

Federico también recuerda<br />

cómo su padre y su abuelo<br />

se entretenían en tallar<br />

morteros y cucharas que luego<br />

irían a parar a los hogares<br />

de familiares y amigos, y<br />

también a algún rincón olvidado.<br />

El cuidado del rebaño exige<br />

jornadas monótonas y<br />

aburridas de sol a sol y expuestas<br />

a las inclemencias del<br />

tiempo, pero el pastor ha sabido<br />

combinar este tiempo de soledad<br />

con el trabajo artesanal<br />

de sus manos, produciendo interesantes<br />

obras labradas en<br />

madera, huesos y cuernos.<br />

La capacidad creativa del<br />

hombre, como expresión de cualidades<br />

artísticas innatas de la<br />

persona, queda perfectamente<br />

reflejada en los objetos artesanos<br />

que realizaban los pastores<br />

con una pequeña navaja, mientras<br />

tenían la vista puesta en los<br />

rebaños. La formación académica<br />

suele estar ausente en la<br />

actividad creadora del llamado<br />

arte popular –arte sin conciencia<br />

de serlo–, y este es el caso<br />

del conocido como arte pastoril,<br />

donde se combinan aspectos<br />

mágicos, míticos y legendarios<br />

nacidos de la intuición e<br />

imaginación de los pastores.<br />

Nuestro protagonista, Federico<br />

Gómez Caballero, es pastor<br />

de ovejas y «escultor», trabajos<br />

que simultanea actualmente<br />

por los campos donde<br />

pastorea, es quizás uno de los<br />

últimos artesanos activos que<br />

quedan en el medio rural, dedicado<br />

al mismo tiempo a la ganadería<br />

y al arte, lo que hace en<br />

una unidad de acto. En su salida<br />

diaria al campo lleva siempre<br />

en el morral una tabla, un<br />

trozo de madera, un hueso o un<br />

cuerno, a los que da vida con<br />

formas animadas a base de raspaduras,<br />

cortes y hendiduras<br />

de navaja, mientras las ovejas<br />

pastan y los perros vigilan.<br />

La obra de Federico sobrepasa<br />

el centenar de piezas y<br />

es testimonio vivo del arte pastoril.<br />

Los objetos que esculpe<br />

hoy ya no tienen la utilidad de<br />

antaño, por lo que su único valor<br />

es el meramente artístico<br />

y decorativo. Efectivamente, las<br />

cucharas de hueso, las colodras<br />

o cuernas, o los morteros<br />

y jarrones de madera no se


90 RUTA DE LOS PASTORES<br />

Bajorrelieve.<br />

destinan al uso doméstico para<br />

el que originalmente fueron ideados,<br />

de ahí una mayor libertad<br />

para imaginar sin atender a necesidades<br />

cotidianas o de entretenimiento.<br />

Prueba de esta<br />

fuerza creativa son los numerosos<br />

bajorrelieves tallados en madera<br />

donde se dibujan escenas<br />

de la más variada temática, ajenas<br />

a la vida rural. Estas tablas<br />

no cumplen ninguna función o<br />

servicio, tan sólo son muestras<br />

de la expresión plástica de su<br />

autor. La madera utilizada suele<br />

ser nogal o espino blanco.<br />

Las obras de Federico podemos<br />

clasificarlas, según la forma<br />

y el material empleado, en<br />

bajorrelieves y figuras de madera,<br />

morteros, cuernos o colodras,<br />

y huesos. La técnica empleada<br />

en todos los casos es la<br />

misma: con la única ayuda de<br />

una navaja labra figuras en relieve<br />

sobre el material que ha<br />

seleccionado y preparado al<br />

efecto, lo que hace directamente,<br />

sin plantillas ni bocetos previos.<br />

El resultado suele ser una<br />

composición figurativa sobre<br />

un fondo que contribuye a la<br />

escenificación de los personajes<br />

labrados.<br />

La temática de los relieves<br />

y figuras suele ser común, con<br />

independencia del material empleado,<br />

así cabe destacar los<br />

siguientes motivos: retratos, monumentos<br />

abulenses, paisajes<br />

urbanos, imágenes religiosas,<br />

animales salvajes y domésticos,<br />

escenas taurinas, cacerías, faenas<br />

agrícolas, personajes literarios.<br />

En hueso, por su singularidad<br />

y tamaño, llaman la atención<br />

algunos llaveros y pendientes,<br />

empuñaduras de bastón<br />

y cucharas.<br />

Ante una producción artística<br />

tan extensa y variada sobresale<br />

una escultura de madera que<br />

representa la imagen de San<br />

Juan de la Cruz. La figura tiene<br />

un metro de alta y sobrepasa<br />

la categoría del arte pastoril<br />

para entrar de lleno en el arte<br />

mayor de la escultura, aunque<br />

la técnica empleada ha sido<br />

la misma. Lógicamente, por su<br />

tamaño, la madera ha debido<br />

labrarse en un lugar estable,<br />

habiendo sido éste la propia<br />

cija donde se recogen las ovejas.<br />

Esta imagen, ya terminada<br />

por encargo, se encuentra en la<br />

iglesia de la Concepción de Avila<br />

capital.<br />

Le gusta a Federico mostrar<br />

sus obras al gran público, como<br />

una forma de contagiar sus<br />

sentimientos y de enseñar la<br />

pequeña historia gráfica que<br />

escribe con su navaja, y lo hace<br />

desde su noble condición de<br />

pastor de ovejas que conoce<br />

bien el campo y la naturaleza<br />

humana, por ello, han sido varias<br />

las exposiciones donde ha<br />

enseñado su obra.<br />

ANECDOTA LITERARIA<br />

Azorín, publicó en la revista<br />

«Blanco y Negro» del 6 de mayo<br />

de 1928 un breve relato imaginario<br />

sobre un pastor de Monsalupe,<br />

bajo el título «La amada<br />

patria. Padrón de españoles». A<br />

continuación se transcribe íntegramente<br />

dicho relato.


RUTA DE LOS PASTORES 91<br />

«Prologuillo galeato.–En mis<br />

andanzas por tierras españolas,<br />

singularmente por Castilla,<br />

he ído tomando notas, más notas,<br />

muchas notas. Forman esos<br />

apuntes, en mi modesta biblioteca,<br />

varios legajos. De uno de<br />

ellos escojo las notas que van a<br />

continuación (...), redactadas en<br />

forma de padrón de vecinos,<br />

con algunas añadiduras y con<br />

una sección de horóscopos, en<br />

que el autor se ha divertido en<br />

adivinar la suerte futura de los<br />

personajes bosquejados.<br />

Martín Cano Tejada.–Natural<br />

de Monsalupe, provincia de Avila;<br />

también pastor, es decir, zagal;<br />

catorce años. Bien proporcionado;<br />

miembros sólidos y<br />

elegantemente esculpidos. Faz<br />

simpática; tez de un moreno,<br />

curtido, bronceado; ojos claros<br />

y de viva bondad y simpatía.<br />

Gobierna un corto hato de<br />

ovejas; todas le quieren; él tiene<br />

una pedilecta: la Remirada.<br />

Cuando come le da un pedazo<br />

de pan. Ha sido siempre pastor;<br />

es hijo de pastores; ahora está<br />

al frente de una punta de ovejas;<br />

cuando sea mayor, cuando<br />

su padre sea viejo y no pueda<br />

andar por los montes, él se pondrá<br />

al frente del rebaño grande.<br />

Esto piensan los padres de<br />

Martín; pero el porvenir es otro.<br />

Y es otro de acuerdo con los<br />

presentimientos de la madre; la<br />

madre del pastorcito siempre ha<br />

tenido la secreta tristeza de que<br />

Martinito fuera pastor. Este niño<br />

tan bello, con tan claros ojos,<br />

con una faz que irradia tan simpatía,<br />

tal bondad, ¿había de ser<br />

siempre un rudo apacentador<br />

de ovejas Y la madre de Martinito<br />

tenía razón.<br />

Horóscopo.–Un día la marquesa<br />

de Valmina desea, por<br />

Navidad, hacer, en su palacio<br />

de la calle de Fuencarral, un nacimiento<br />

al vivo. Los montes en<br />

que pacen los ganados a que<br />

hemos hecho antes referencia<br />

son de la marquesa de Valmina.<br />

Edad de la marquesa: cuarenta<br />

y cinco años. Estado: viuda. Para<br />

satisfacer su deseo, la marquesa<br />

hace venir del monte a<br />

Martinito y a su oveja predilecta,<br />

la Remirada; otros pastores vienen<br />

también; otras ovejas –con<br />

algún mastín guardador– son traídas,<br />

asimismo. La función que<br />

se celebra en el teatro del palacio<br />

es espléndida; Rodrigo Farinós,<br />

especialista en comedias<br />

sacras, ha escrito el texto de la<br />

obra que se representa en el tea-<br />

Pastoreando en Monsalupe.


92 RUTA DE LOS PASTORES<br />

tro. Martinito encanta a todos<br />

por su belleza varonil y sus palabras<br />

sencillas y cordiales. Durante<br />

la representación, se apaga<br />

la luz eléctrica: una avería lamentable.<br />

De pronto, Martinito<br />

se siente envuelto en un ambiente<br />

de penetrante perfume, y<br />

unos labios carnosos, frescos,<br />

húmedos, se apoyan, un segundo,<br />

con pasión, con ímpetu, en<br />

su cara... Al hacerse otra vez la<br />

luz, por allí dentro, entre bastidores,<br />

no se sabe dónde, se oye,<br />

repentinamente, un golpe, como<br />

una bofetada, y a seguida<br />

voces coléricas, imprecaciones,<br />

denuestos, llantos. A la mañana<br />

siguiente, antes de ser de día,<br />

despiertan violentamente a Martinito,<br />

y casi a empellones lo meten<br />

en un automóvil y lo llevan<br />

rápidamente a su majada.<br />

Un año después, una mañana,<br />

en La Gaceta, aparece el<br />

nombramiento de un señor para<br />

un cargo lejos de España. Un<br />

Campos de Monsalupe.<br />

mes después, Martinito es traído<br />

al palacio de la calle de Fuencarral.<br />

En el palacio, el pastorcito<br />

desempeña el oficio de ayudante<br />

del cocinero; pero pasa<br />

pronto de la cocina al comedor.<br />

Y en el comedor no es larga<br />

tampoco su estada. Ya Martín<br />

es un hombre alto, arrogante,<br />

esbelto, gallardo. Sus ojos claros,<br />

luminosos, atraen a todos.<br />

De mozo de comedor pasa a<br />

ser lacayo. Se va imponiendo ya<br />

en la casa.<br />

El administrador de la marquesa<br />

es un señor viejo, achacoso;<br />

Martín conoce ya toda la<br />

administración de la casa: no<br />

hay secreto para él; su opinión<br />

es requerida en los asuntos difíciles.<br />

Muere el administrador.<br />

Martín ocupa su cargo. De Martinito<br />

ha pasado a ser Martín;<br />

ahora es don Martín. Años más<br />

tarde será consejero de algunas<br />

importantes sociedades. Concurre<br />

al Casino de Madrid; tiene<br />

allí su tertulia; es sencillo, afable;<br />

no evita el hablar de sus orígenes<br />

humildes.<br />

Hay quien dice que está<br />

casado en secreto con la<br />

marquesa de Valmina; no<br />

se ha podido averiguar la<br />

verdad del caso; lo cierto<br />

es que cuando la marquesa<br />

muere, don Martín es su<br />

heredero universal; unos<br />

parientes de la marquesa le<br />

ponen pleito al heredero;<br />

Martín gana el pleito; como<br />

ha hecho un espléndido donativo<br />

para una fundación<br />

benéfica es recompensado<br />

con un título nobiliario: el<br />

de conde de Cano-Tejada.<br />

Está un poco enfermo; ¡lástima<br />

que el dinero no lo resuelva<br />

todo! Ahora, que es<br />

uno de los primeros accionistas<br />

del Banco de España,<br />

le falta la salud. Dentro<br />

de dos años, en agosto,<br />

morirá de un ataque de uremia,<br />

en Vichy».


RUTA DE LA MATANZA<br />

■ A DESTACAR. La tradicional<br />

matanza del cerdo continúa<br />

siendo un ritual que todavía<br />

se mantiene en el medio<br />

rural, tal y como relata Teófilo<br />

Domínguez (Mingorría, 1917-<br />

1995) en el texto que sigue.<br />

En Vega de Santa María y en<br />

Gotarrendura se celebra la<br />

fiesta de la matanza para todo<br />

el pueblo en un acto reivindicativo<br />

por mantener las costumbres<br />

típicas.<br />

■ La ruta. Descripción de<br />

una de las actividades más<br />

características de la vida de<br />

nuestros pueblos que continúan<br />

celebrándose en diciembre<br />

y enero de cada año, principalmente<br />

en fines de semana.<br />

La fiesta de la Vega suele<br />

ser a mediados de enero.<br />

■ Cómo llegar. El escenario<br />

de las típicas matanzas suele<br />

estar en las propias calles de<br />

los pueblos, por lo que es fácil<br />

acceder a su contemplación. La<br />

fiesta de Vega de Santa María<br />

se realiza en una parte del antiguo<br />

edificio escolar situado junto<br />

a la carretera que se dirige a<br />

Gotarrendura por Navares y comunica<br />

la N-403 y la AV-804.<br />

■ Qué ver. El ritual de la matanza<br />

que queda descrito puede<br />

vivirse en vivo en la mayoría<br />

de los pueblos, pudiendo<br />

también disfrutar de la fiesta<br />

que se organiza con tal motivo<br />

en La Vega y en Gotarrendura.<br />

Llama la atención la actividad<br />

que se genera entorno,<br />

donde hombres y mujeres tienen<br />

su cometido según las<br />

viejas costumbres.<br />

■ Aliciente. Conocer el proceso<br />

artesano de elaboración<br />

de productos cárnicos y alimenticios<br />

a partir del cerdo, el<br />

cual ha sido la base de la economía<br />

familiar de las gentes<br />

del campo durante siglos. Degustar<br />

cualquiera de dichos<br />

productos es una delicia.<br />

iguiendo los escritos<br />

«Sde Teófilo Domínguez<br />

Sanchidrián, cuya narración<br />

se reproduce literalmente,<br />

diremos que cada mañana<br />

los vecinos del pueblo sacaban<br />

sus cerdos al ejido y,<br />

junta la piara, el marranero<br />

o porquero los llevaba al<br />

campo a pastar, mas cuando<br />

se acercaba el invierno<br />

los marranos que habían alcanzado<br />

buena talla se mantenían<br />

en la pocilga sometidos<br />

a un cebo intensivo,<br />

preparándolos para la ya<br />

cercana matanza.<br />

El cebo de los cerdos<br />

consistía principalmente en<br />

salvados procedentes de la<br />

molturación del trigo, centeno<br />

en grano, y patatas coci-


RUTA DE LA MATANZA<br />

das (las patatas pequeñas despreciadas<br />

en la selección del<br />

tubérculo, vulgarmente llamada<br />

marraneras), con lo que se completaba<br />

la alimentación obtenida<br />

en el pastoreo. También, se<br />

compraban cebados en las dehesas<br />

de Navares, La Albariza<br />

o Las Gordillas, cerdos negros<br />

de montanera, los clásicos de<br />

raza ibérica muy ricos en grasa<br />

(llamados perrotes).<br />

La matanza comenzaba el<br />

día antes de la muerte del cerdo,<br />

ya que al atardecer se procedía<br />

a picar la cebolla para las<br />

morcillas, con lo que quien más,<br />

quien menos, lloraba por el cerdo<br />

antes de haberle matado.<br />

Llegaba la mañana se barría<br />

un trozo de la calle y se cubría<br />

de paja, dejando dicho espacio<br />

preparado para choscarrar el<br />

cerdo, y reunida la familia y algún<br />

vecino cogían al gordo animal<br />

agarrándole cada uno de<br />

donde podía, pero teniendo<br />

muy buen cuidado de que alguno<br />

le sujetara por las orejas para<br />

tener la cabeza inmóvil mientras<br />

otra persona le ataba fuertemente<br />

una cuerda rodeando<br />

el morro para que no pudiera<br />

morder; hecho esto le ponían<br />

sobre la mesa de matar, instrumento<br />

rústico formado por una<br />

gruesa tabla de encina o roble<br />

con cuatro patas».<br />

LA MUERTE DEL CERDO<br />

«Puesto el animal sobre la<br />

mesa, y sujeto a fuerza de puños<br />

y mañas, el matarife o el<br />

hombre que había de matarle<br />

se situaba detrás de la cabeza<br />

provisto de un cuchillo grande y<br />

bien afilado con el que le infería<br />

una puñalada en el cuello de<br />

abajo hacia arriba; a fin de cortar<br />

las yugulares para que sangre<br />

bien, pues no es la primera<br />

vez que después de dar por<br />

muerto a un cerdo éste se haya<br />

levantado al ir a choscarrarle.<br />

La sangre que fluía del cuello<br />

del cerdo se recogía en un barreño,<br />

removiéndola constantemente<br />

con un cucharón de madera<br />

o una vara, para evitar la<br />

coagulación, despojándola de<br />

la fibrina que en forma de hilos<br />

quedaba adherida al citado instrumento,<br />

cuya sangre se empleaba<br />

para hacer las morcillas,<br />

si bien una parte se dejaba coagular<br />

para consumirla cocida,<br />

pues frita con cebolla constituye<br />

un agradable alimento».<br />

EL CHOSCARRADO<br />

«Muerto el cerdo, se le colocaba<br />

sobre el lecho de paja que<br />

se había preparado previamente,<br />

dejando algún espacio entre<br />

los cerdos, si eran más de un<br />

animal, y se les cubría con pajas<br />

largas recogidas en los rastrojos,<br />

o con pajas de centeno<br />

que se tenían reservadas cuando,<br />

antiguamente, se ataban los<br />

haces con vencejos; se prendía<br />

fuego al conjunto y se vigilaba<br />

moviendo las pajas adecuadamente<br />

con una ahijada o un palo<br />

largo, para que no quedaran<br />

cerdas (pelos) sin quemar, y<br />

tampoco el exceso de fuego en<br />

alguna parte quemara la corteza;<br />

choscarrada la parte del lomo<br />

se volvían los cerdos poniéndolos<br />

panza arriba y se repetía<br />

la operación».


RUTA DE LA MATANZA 95<br />

EL CERDO EN CANAL<br />

«Una vez choscarrado el cerdo<br />

se le ponía sobre la mesa de<br />

matar, se raspaba todo él para<br />

quitarle los restos de ceniza y<br />

cerdas quemadas y se procedía<br />

a abrirle en canal haciéndole<br />

dos cortes longitudinales y<br />

paralelos desde el morro hasta<br />

la región anal, sacando así una<br />

cinta de tocino, la panceta, con<br />

lo quedaba al descubierto todo<br />

el interior del cuerpo, extrayéndose<br />

el vientre del animal formado<br />

por el estómago, intestinos,<br />

etc. y la asadura (hígado,<br />

corazón y pulmones)».<br />

LAVADO DE LAS TRIPAS<br />

«Los intestinos o tripas se lavaban<br />

cuidadosa y muy escrupulosamente,<br />

operación la más<br />

desagradable de la matanza y<br />

no precisamente por la clase<br />

de materia que se había de manipular,<br />

sino porque la hacían<br />

junto a la fuente con agua abundante<br />

y fría, lo cual quiere decir<br />

que las personas que lo realizaban,<br />

comúnmente las mujeres,<br />

teminaban la faena medio<br />

heladas; un eficaz remedio contra<br />

el frío consistía en una sopa<br />

en vino hecha con rebanadas<br />

de pan frito, caliente y bien azucarada.<br />

Extraídas las vísceras y las<br />

mantecas se cuelga el cerdo de<br />

un travesaño, anilla o gancho<br />

situado en el techo, para lo cual<br />

se ata con una coyunda que se<br />

pasa por el hueso del pubis, de<br />

ahí el dicho “colgar a uno del<br />

hueso del culo”».<br />

LAS MORCILLAS<br />

«El primer producto que se<br />

elabora en la matanza son las<br />

morcillas; la cebolla picada se<br />

mezcla con sangre, arroz cocido,<br />

a veces piñones, y algo de<br />

manteca, se salpimienta convenientemente<br />

y se embute en las<br />

tripas del intestino grueso; seguidamente<br />

se cuecen en caldera<br />

de cobre colgada de las<br />

llares sobre el fuego; es bueno<br />

aclarar que las llares consisten<br />

en una cadena con gancho que


96 RUTA DE LA MATANZA<br />

pende del interior de la chimenea.<br />

Algunas amas de casa suelen<br />

poner en la masa de las<br />

morcillas, o mondongo, algo de<br />

guindilla para hacer honor a la<br />

receta que especifica que «la<br />

morcilla de la curiosa, picante y<br />

sosa», es por otra parte manjar<br />

muy apreciado.<br />

Era costumbre mandar a las<br />

amistades y familia alguna morcilla<br />

y algo de caldo de cocerlas,<br />

el sabroso caldobaldo, pero<br />

a veces se mandaba sólo el<br />

caldo por lo que se hizo clásico<br />

el dicho: «caldobaldo sin morcilla,<br />

a la pailla» (pailla, palabra<br />

que no aparece en el diccionario<br />

y que sin embargo se empleaba<br />

para designar el horno<br />

de cocer pan que había en muchas<br />

casas, anejo a la cocina)».<br />

EL DESTACE<br />

«El segundo día de la matanza,<br />

una vez conocido el resultado<br />

del análisis que de la carne<br />

hubiera hecho el veterinario, se<br />

procedía a destazar el o los cerdos,<br />

lo que exigía cierta habilidad<br />

para separar cada una de<br />

las piezas, cortándolas adecuadamente<br />

y distribuyendo en las<br />

artesas cada parte según el destino<br />

que hubiera de dársele; por<br />

un lado, los jamones y paletas<br />

(éstas normalmente se solían<br />

deshuesar y picarlas para el<br />

embutido); por otro lado, los lomos<br />

y solomillos, las cintas de<br />

tocino de panceta, la careta o<br />

piel de la cabeza, así como el<br />

espinazo y otros huesos y las<br />

costillas, todo lo cual se ponía<br />

en un adobo compuesto por<br />

agua, sal, pimentón y orégano<br />

en el que se tenía varios días,<br />

secándolo después para comerlo<br />

como cecina o en diversos<br />

guisos; en cuando a los jamones<br />

y tocino, se sazonaban<br />

solamente con sal gorda. La carne<br />

destinada al embutido se<br />

clasificaba dejando la más magra<br />

y limpia a un lado para la<br />

longaniza y la más grasienta y<br />

sanguinolenta se destinaba a<br />

hacer chorizos en los que se<br />

echaban también el callo y el<br />

bofe (estos cocidos), quedando<br />

por otro lado las mantecas y las<br />

dos hojas de tocino, de las que<br />

también se cortaban las papadas<br />

que se echaban igualmente<br />

al adobo».<br />

CHICHARRONES,<br />

JAMONES Y EMBUTIDOS<br />

«Destazados los cerdos se<br />

llevaba a cabo la elaboración<br />

de los chicharrones, labor que<br />

consistía en freír las mantecas<br />

cortadas en trozos del tamaño


RUTA DE LA MATANZA 97<br />

de la palma de la mano y con<br />

ellas la cinta de la parte central<br />

del vientre, lo que se hacía en<br />

caldera colgada de las llares.<br />

Los jamones se apilaban y<br />

se les ponía peso encima para<br />

que la carne se apelmazara; se<br />

les tenía algún tiempo en la sal<br />

y luego se les colgaba bien para<br />

curarlos al aire, o bien puestos<br />

bajo la campana de la chimenea<br />

o cerca de ella para curarlos<br />

al humo.<br />

La labor final de la matanza<br />

era la confección del embutido;<br />

la carne, como hemos dicho ya,<br />

seleccionada y clasificada, se<br />

picaba finamente mediante máquinas<br />

destinadas al efecto, hecho<br />

lo cual se sazonaba con sal<br />

y pimentón, asunto en el que<br />

eran muy duchas las amas de<br />

casa, entre ellas mi madre que<br />

tenía tan buena mano que nunca<br />

hubo necesidad de rectificar<br />

el aderezo después de la probadura.<br />

Se amasaba la carne y<br />

una vez que estaba debidamente<br />

sazonada se embutía en las<br />

tripas del intestino delgado (normalmente<br />

las tripas de un cerdo<br />

daban espacio suficiente para<br />

su propia carne) y si no fueran<br />

bastante se completaban<br />

con tripas de vaca que se adquirían<br />

secas en el mercado. Para<br />

embutir se empleaba la misma<br />

máquina que para picar a la<br />

que se le despojaba de las cuchillar<br />

y otros elementos sustituyéndolos<br />

por un embudo;<br />

a medida que la tripa iba llenándose<br />

se apretaba la carne<br />

y se picaba con un alfiler para<br />

sacar el aire, atándola una vez<br />

llena por los dos extremos con<br />

un solo hilo o cuerda especial,<br />

con lo que cada longaniza quedaba<br />

apta para ser colgada en<br />

las largas varas llamadas «lares»<br />

y ésta a su vez colgada del<br />

techo, bien en la cocina si se<br />

quería curarlas al humo, o en<br />

otra habitación si se prefería curarlas<br />

al aire.<br />

Como quiera que la carne<br />

se había seleccionado dejando<br />

la de más baja calidad para


98 RUTA DE LA MATANZA<br />

los chorizos, estos se embutían<br />

en tripa de vaca; y así como la<br />

longaniza (cada longaniza) se<br />

hacía toda seguida de punta a<br />

punta, los chorizos se hacían<br />

en tramos de unos veinte centímetros<br />

separados por una cuerda<br />

fuertemente atada, lo que se<br />

llama atajarlos; en algunas casas<br />

la carne de los chorizos se<br />

mezclaba con carne de cabra<br />

de reses que se habían tenido<br />

guardadas para tal fin».<br />

TODO SE APROVECHA<br />

«Del cerdo se aprovecha todo,<br />

pues no sólo son los jamones,<br />

lomos, solomillos, embutidos,<br />

las ricas morcillas, orejas,<br />

rabo, hueso de espinazo y costillas,<br />

chicharrones, manteca, patas,<br />

etc.; sino también las cosas<br />

más inverosímiles, como la vejiga<br />

que inflándola con una paja<br />

de berceo y golpeándola repetidamente<br />

alcanza un buen volumen<br />

y se emplea luego para<br />

hacer las navideñas zambombas,<br />

si bien a veces se llenan<br />

de manteca que así se conserva<br />

fresca para emplearla en determinados<br />

guisos, sobre todo<br />

en Galicia donde se ha hecho<br />

famosa con el nombre de «unto»<br />

indispensable en el no menos<br />

famoso caldo gallego.<br />

Al abrir el cerdo se hace indispensable<br />

cortar uno o dos<br />

trozos según que el animal sea<br />

macho o hembra; en el primer<br />

caso se corta una tajada que<br />

comprende el ano y la natura, y<br />

en el segundo dos tajadas una<br />

correspondiente al ano y la otra<br />

al meato urinario; una y otras<br />

son muy grasientas y cualquiera<br />

pensaría que por su naturaleza<br />

habrían de desecharse; pues<br />

no, se dejan secar y sirven para<br />

engrasar las gruesas botas<br />

de piel de becerro, así como las<br />

botas de vino para suavizarlas y<br />

los atalajes, en sustitución de la<br />

clásica grasa de caballo».<br />

LA FIESTA<br />

Por último hay que hacer constar<br />

que la matanza fue una auténtica<br />

fiesta en nuestros pueblos;<br />

se comía y bebía en abundancia,<br />

se entretenían las horas<br />

del atardecer anteriores a la cena<br />

en juegos y bromas inocentes,<br />

o se ponía baile con guitarra<br />

y almirez en las amplias cocinas;<br />

las mozas, normalmente<br />

tan modosas y discretas, se salían<br />

un poco de sus casillas.<br />

Esta tradición festiva de la<br />

matanza ha sido recuperada últimamente<br />

por la peña «El Vendaval»<br />

en Vega de Santa María,<br />

que año tras año reproduce el<br />

mismo ritual de antaño en un<br />

acto público que se celebra mediado<br />

el mes de enero.<br />

Peña «El Vendaval».


RUTA DE LOS PANADEROS<br />

rría y descripción del proceso<br />

de elaboración, el cual no tardó<br />

en extenderse por todos los<br />

pueblos llegado el siglo XX.<br />

■ Cómo llegar. Acercarse a<br />

Mingorría por la N-403 es reencontrase<br />

con la imagen de<br />

los antiguos panaderos.<br />

■ Qué ver. Todavía se conservan<br />

en muchos pueblos los<br />

■ A DESTACAR. De la tradición<br />

histórica hemos heredado<br />

la idea que avala la importancia<br />

que ha tenido el pan de<br />

Mingorría en los hábitos alimenticios<br />

de la ciudad de Avila.<br />

La transformación del trigo<br />

en harina por los numerosos<br />

molinos del Adaja propició<br />

que gran parte de la población<br />

de Mingorría se dedicara<br />

al oficio de panadero,<br />

convirtiéndose así en los principales<br />

proveedores de pan<br />

de la comarca durante siglos.<br />

La peculiaridad de este pan<br />

incluso hizo popular el dicho:<br />

«Tiene la cara como un pan<br />

de Mingorría», para referirse a<br />

alguien carirredondo, con sonrosadas<br />

y hermosas mejillas.<br />

■ La ruta. Recorrido por la<br />

tradición artesanal de la producción<br />

panadera de Mingo-<br />

antiguos hornos de leña donde<br />

se cocía el pan, como por<br />

ejemplo en Mingorría, en Monsalupe<br />

y en Gotarrendura. También<br />

se conservan las viejas<br />

recetas de dulces y pastas que<br />

hacían las delicias de los comensales.<br />

■ Aliciente. Comprar el pan<br />

y los dulces que se elaboran<br />

en Cardeñosa, Mingorría y Velayos<br />

tiene un especial atractivo<br />

y sabor a pueblo.


RUTA DE LOS PANADEROS<br />

Horno de pan de Mingorría.<br />

Avila tiene la fama<br />

de los grandes caballeros,<br />

y Mingorría la tiene<br />

de los grandes panaderos.<br />

El pan siempre ha sido un<br />

producto básico en la economía<br />

agraria de nuestros pueblos,<br />

donde el trigo fue un cultivo<br />

característico de la llanura<br />

morañega, del que escribió Lope<br />

de Vega:<br />

Hoy, segadores de España,<br />

vení a ver a la Moraña<br />

trigo blanco y sin argaña,<br />

que de verlo es bendición.<br />

andar escaso, lo expedían en<br />

sus casas, no pudiendo proveerse<br />

bien las clases menesterosas.<br />

Tal era la escasez que<br />

apenas venían las mingorrianas,<br />

principales abastecedoras, durante<br />

varios siglos, hasta los primeros<br />

del siglo XX, del mercado<br />

de Avila, al que daban una nota<br />

característica».<br />

El precio del pan se intervenía<br />

y regulaba en la Edad Media<br />

con el establecimiento de<br />

pósitos y alhóndigas destinados<br />

al aprovisionamiento de trigo<br />

para préstamos en condiciones<br />

módicas a los labradores.<br />

Así, en 1577, según Mayoral,<br />

existían pósitos en Pozanco,<br />

Gotarrendura, Monsalupe, Zorita,<br />

Mingorría y Las Berlanas.<br />

Estamos en el siglo XVII, cuando<br />

el pueblo de Velayos era señorío<br />

de don Antonio Dávila,<br />

quien también era marqués de<br />

las Navas y señor de Villafranca,<br />

de Barbedilla, Navalperal, Hoyo<br />

de Pinares, Valdecorneja y<br />

Burgohondo y sus pueblos. En<br />

este siglo Felipe II, el 10 de septiembre<br />

de 1617, confirmó los oficios<br />

de fieles de Cardeñosa; correspondiendo<br />

al marqués de<br />

La transformación del trigo<br />

en pan requería primero que el<br />

cereal fuera convertido en harina,<br />

lo que se hacía en la multitud<br />

de molinos que salpicaban<br />

la ribera del Adaja. Luego los numerosos<br />

panaderos de Mingorría<br />

elaboraban cuidadosamente<br />

los panes, que después vendían<br />

en el pueblo y en la capital<br />

abulense, lo que no fue ajeno a<br />

los acontecimientos históricos.<br />

En 1525, escribió José Mayoral:<br />

«El concejo de Avila acordó<br />

obligar a las panaderas a vender<br />

en el Mercado Chico y en el<br />

Mercado Grande el pan que, por


RUTA DE LOS PANADEROS 101<br />

Cardeñosa, artífice en 1640 de<br />

la hazaña contra los franceses<br />

en el puerto de Cádiz, nombrar<br />

las personas que sirvieran los<br />

empleos de justicia y de villa. Cardeñosa<br />

era jurisdicción del municipio<br />

de Avila, y enviaba a la<br />

capital ovejas, menudos de cabras<br />

y otros mantenimientos para<br />

venderse en el Mercado Chico<br />

y en el Mercado Grande, a la<br />

vez que suministraba leña a Mingorría<br />

para que las célebres panaderas<br />

mingorrianas surtieran<br />

los mercados, como dice Mayoral<br />

al recoger una antigua canción<br />

popular con bella melodía:<br />

En Cardeñosa hacen leña<br />

y en Mingorría la queman<br />

para los panes<br />

que a Avila llevan.<br />

La importancia de la industria<br />

panadera fue puesta de manifiesto<br />

en el catastro de Ensenada<br />

del año 1751, donde se señala<br />

que en la villa de Mingorría<br />

hay 211 vecinos y 53 viudas, de<br />

los que 79 son panaderos que<br />

«tratan en vender y masar pan<br />

cocido asi en esta Villa como en<br />

la Ciudad de Avila y otras partes»,<br />

y producían una utilidad<br />

de 24.200 reales, mientras que<br />

la capital abulense tenía 1.250<br />

vecinos, contaba con 16 panaderos<br />

y una utilidad de 14.470<br />

reales. Un siglo después, en<br />

1857, Mingorría seguía contando<br />

con 57 panaderos, descendiendo<br />

a 42 en 1898. En la actualidad<br />

tan sólo se mantiene<br />

una panadería, sita en la calle del<br />

Ejido Alto, y la venta ambulante<br />

de los Hermanos de la Iglesia.<br />

Como nos dice Tomás Sobrino,<br />

«interesante en extremo resulta<br />

el libro del gasto diario<br />

que se hace en el Palacio del<br />

Ilmo. Sr. Don Ramón María Adurriaga<br />

(Obispo de Avila): abarca<br />

los años 1831 y siguiente, y<br />

en él se consigna por menudo<br />

cuantas adquisiciones se hicieron<br />

en dicho periodo. Conceptos<br />

frecuentes de gasto son los<br />

de carnero, vaca, peces, huevos,<br />

azúcar, cabritos, leche y<br />

panes de Mingorría».<br />

En 1852 se construyó el primer<br />

mercado de abastos que<br />

se abrió en la capital abulense,<br />

las crónicas de esta fecha narran<br />

que en dicho mercado se<br />

había previsto un espacio cubierto<br />

para las «mingorrianas»<br />

que venían a vender pan.<br />

El proceso de elaboración<br />

del pan, según nos dejó escrito<br />

Teófilo Domínguez Sanchidrián,<br />

se iniciaba a partir de la harina<br />

de trigo candeal rica en gluten<br />

Antiguos panaderos de Mingorría.


102 RUTA DE LOS PANADEROS<br />

que se amasaba limpiamente a<br />

mano. En una artesa se ponía<br />

el agua caliente en la que se disolvía<br />

la levadura y la cantidad<br />

justa de sal, donde se echaba<br />

la harina que se mezclaba con<br />

el agua hasta conseguir una pasta<br />

que se amasaba concienzudamente,<br />

agregando la harina<br />

precisa. Una vez trabajada la<br />

masa se separaba en trozos, a<br />

los que se daba forma aplastada<br />

de arriba abajo para hacer<br />

cada hogaza.<br />

El pan, una vez amasado, se<br />

colocaba sobre una cama de<br />

tablas cubiertas con un lienzo y<br />

se tapaba con una manta para<br />

que fermentara (leudar), y una<br />

vez fermentado se introducía en<br />

el horno para su cocción.<br />

Se caracterizaba el pan de<br />

Mingorría por su perfecta cocción.<br />

Se fabricaban dos tipos<br />

de piezas: el que llamábamos<br />

«pan blanco», de corteza ligeramente<br />

dorada y crujiente, y miga<br />

muy blanca seguramente<br />

porque se hacía con harina de<br />

flor; y la hogaza normal de pan<br />

moreno, de corteza también<br />

do- rada pero de un color más<br />

cubierto y miga oscura.<br />

«El buen pan con ojos y el<br />

buen queso sin ellos», y esa era,<br />

quizás, la cualidad más acusada<br />

del pan de Mingorría: que la<br />

miga tenía ojos, es decir que<br />

era esponjosa y tersa, de manera<br />

que al aplastarla entre las<br />

manos no se hacía «masote».<br />

En cuanto al precio del pan,<br />

los panaderos cobraban en especie.<br />

Así como los molineros<br />

maquilaban un celemín por fanega<br />

de molienda, los panaderos<br />

reservaban para sí una hogaza<br />

o dos por hornada, según<br />

las piezas que tuviera ésta.<br />

Ya en tiempos más cercanos<br />

a los nuestros, el panadero llevaba<br />

la cuenta de las hogazas<br />

vendidas a cada familia en una<br />

«tarja», que consistía en un listoncillo<br />

de madera que quedaba<br />

en poder del cliente y en el<br />

que el panadero hacía una muesca<br />

a navaja por cada pieza vendida,<br />

la cual se cobraba periódicamente<br />

en trigo o en dinero,<br />

lo que se recuerda también en<br />

Monsalupe, donde todavía puede<br />

admirarse cómo elaboran<br />

pastas y otros dulces a la antigua<br />

usanza, si bien ello hoy se<br />

hace con carácter familiar.<br />

Elaboración de<br />

pastas en Monsalupe.


Mingorría.<br />

RUTA DE<br />

LOS POTROS<br />

■ A DESTACAR. Todavía existen complejos pétreos en los<br />

pueblos de la ribera del Adaja que la imaginación popular levantó<br />

para ponerle herraduras a las vacas y bueyes, imprescindibles<br />

en los trabajos que realizaban los labradores en esta<br />

vieja tierra.<br />

■ La ruta. En localidades como Gallegos de San Vicente, La<br />

Venta, Cortos, Tolbaños, Aldealgordo, Las Gordillas, Mingorría,<br />

Zorita, Pozanco y Peñalba, actualmente se pueden contemplar<br />

las piedras que configuran un singular monumento de troncos<br />

petrificados de árboles centenarios, que se llaman herraderos<br />

o potros, lo que también fue común y general a todos los pueblos.<br />

■ Cómo llegar. El acceso a la contemplación de los potros o<br />

herraderos que todavía se conservan en los pueblos de esta<br />

ruta es fácil, pues se encuentran situados a las afueras de los<br />

núcleos urbanos, junto a los abrevaderos del ganado y la antigua<br />

fragua del común, y cerca de la carretera por la que se llega<br />

a las distintas localidades.<br />

■ Qué ver. El potro mejor conservado es el situado en Mingorría,<br />

ya que recientemente ha sido rehabilitado y completado<br />

con todos sus elementos originales, como se aprecia en la foto.<br />

■ Aliciente. Descubrir singulares «grupos escultóricos» que<br />

todavía se conservan en nuestros pueblos y que tan buen servicios<br />

prestaron a los labradores.


104 RUTA DE LOS POTROS<br />

Mingorría.<br />

Potro en Cortos.<br />

El herradero está formado<br />

por cuatro columnas cuadradas<br />

de granito sin labrar, arrancadas,<br />

del mismo campo donde<br />

se levantan, a golpe de martillo.<br />

Son postes sin escuadrar, pero<br />

al viajero este tosco conjunto<br />

de piedra se le antoja cierto<br />

parecido con los «Cuatro Postes»<br />

que, a las afueras de Avila,<br />

eternizan el intento de huída a<br />

Tierra Santa de Teresa de Jesús,<br />

claro que los cuatro postes<br />

de los pueblos no tienen connotación<br />

alguna con personajes<br />

o anécdotas históricas, sólo<br />

el hombre de campo es su<br />

valedor.<br />

Estos monolitos de piedra<br />

granítica aparecen por la necesidad<br />

del labrador de herrar<br />

a sus animales de labranza y<br />

especialmente a las vacas, animales<br />

a los que resulta difícil<br />

ponerles las herraduras, llamadas<br />

«callos», aún atándolas. Una<br />

vez más, es el arte popular nacido<br />

de la necesidad, sin otra<br />

pretensión que hacer más llevaderas<br />

las faenas agrícolas a los<br />

míticos bueyes, que se hace<br />

«pueblo» en una graciosa combinación<br />

druida de piedras.<br />

En el potro la vaca quedaba<br />

encajonada entre los cuatro<br />

postes (en algún pueblo eran<br />

seis), que se cerraban con barras<br />

de hierro o palos, como<br />

si de una celda a cielo abierto<br />

se tratara.<br />

Cerca de la casa del veterinario,<br />

o dentro de su corral, era<br />

frecuente observar las cuatro<br />

toscas columnas como menhires<br />

prehistóricos, y de poste a<br />

poste una barra de hierro forjado<br />

por el herrero de la localidad<br />

a fuego lento y golpe de martillo.<br />

El potro era la mesa de operaciones<br />

y el quirófano donde<br />

tenían lugar las curas difíciles<br />

de los animales más indómitos.


RUTA DE LOS POTROS<br />

Potro y fragua en La Venta.<br />

Los potros de estos pueblos<br />

no tienen cubierta, como ocurre<br />

en otros donde las cuatro columnas<br />

están coronadas por una<br />

espadaña de palos y tablas o<br />

Potro y fragua en Tolbaños.<br />

Otros postros se levantan<br />

a las afueras del pueblo, y allí<br />

es el herrador quien coloca<br />

los callos, que él mismo hace<br />

en su fragua, a las vacas.<br />

Estas vacas, negras carbón,<br />

cansadas de arrastrar carros<br />

y recorrer surcos, con apariencia<br />

más salvaje que las tozudas<br />

mulas o los burros, eran<br />

difíciles de manejar fuera de las<br />

cuatro esquinas del herradero.<br />

Dada su fuerza y corpulencia<br />

era imprevisible cualquier reacción.<br />

Es en la cornamenta donde<br />

se nos aparece el aspecto<br />

salvaje de las vacas y donde<br />

reside su fuerza; tanto es así<br />

que si se les rompía uno de los<br />

cuernos eran desechadas para<br />

el trabajo.<br />

Potro en Gallegos de S. Vicente.<br />

ramajes y tejas. Ya sólo quedan<br />

las cuatro piedras, símbolos de<br />

una tradición agrícola tan arraigada<br />

en estos campos, tantas<br />

veces andados y desandados<br />

por vacas y bueyes negros.<br />

El potro también era utilizado<br />

para herrar otros<br />

animales, como las mulas<br />

o los burros; aunque<br />

a éstos no fuera necesario<br />

encajonarlos, resultaba<br />

más cómodo. Para los<br />

niños el potro era el columpio<br />

que todavía no había<br />

en el patio de la escuela.<br />

Ahora sólo queda la fantasía<br />

del pasado.


RUTA DEL VINO<br />

la viña, viñadores, que sus<br />

«Afrutos amores son», decía<br />

un verso de Lope de Vega, y así<br />

cada año la vendimia tradicional<br />

y familiar se da por concluida<br />

con el mes de octubre, pues<br />

como dice el refrán: «Por San<br />

Simón y San Andrés (28 de octubre),<br />

cogidas las uvas, tanto<br />

las verdes como las maduras».<br />

■ A DESTACAR. La recogida<br />

de la uva y la posterior elaboración<br />

del mosto es una de<br />

las labores tradicionales que<br />

se desarrollan en el campo más<br />

gratificantes, no en vano solía<br />

constituir una fiesta. Ciertamente,<br />

la vendimia ha sido una de<br />

las actividades agrícolas más<br />

peculiares que realizaban los<br />

labradores de estas tierras.<br />

Además, la calidad del vino<br />

de la zona, especialmente de<br />

Zorita, fue premiada internacionalmente.<br />

Actualmente se<br />

mantienen viñedos para consumo<br />

familiar.<br />

■ La ruta. Recorrido por las<br />

labores de la vendimia y la<br />

elaboración del vino que todavía<br />

se realizan en los pueblos<br />

del Adaja, donde proliferan lagares,<br />

bodegas y guardaviñas<br />

como testimonio de la importancia<br />

de los viñedos en la<br />

economía agraria de la zona.<br />

■ Cómo llegar. El verdor que<br />

despiden las vides en agosto<br />

llama la atención del viajero<br />

que puede seguir las carreteras<br />

que van de Zorita a Las<br />

Berlanas, o desde La Vega a<br />

Gotarrendura, o hasta Escalonilla<br />

y Pozanco. En la mayoría<br />

de los pueblos se conservan<br />

parte de los edificios donde<br />

se transformaba la uva en vino,<br />

a los cuales es fácil llegar<br />

por los itinerarios habituales.<br />

■ Qué ver. Todavía pueden<br />

verse algunas viñas y admirarse<br />

el proceso artesanal de elaboración<br />

del vino pisando y<br />

prensando la uva, lo que se lleva<br />

a cabo en lagares y lagaretas.<br />

Las bodegas excavadas<br />

en tierra bajo las viviendas que<br />

se conservan en Gotarrendura<br />

y La Vega son especialmente<br />

destacables, así como<br />

la antigua fábrica de aguardientes<br />

de Monsalupe o las<br />

abundantes guardaviñas de<br />

Mingorría, sin olvidar los lagares<br />

de prensa de viga y tornillo<br />

o las grandes tinajas.<br />

■ Aliciente. Aunque los pueblos<br />

de la ribera del Adaja ya<br />

no mantienen la importancia<br />

de antaño en su producción<br />

vitivinícola, aún pueden admirarse<br />

los procesos artesanales<br />

de la elaboración del vino y el<br />

aguardiente, y piezas interesantes<br />

de la arquitectura popular<br />

en lagares y bodegas.<br />

El día de la vendimia debe lucir<br />

el sol, porque «vendimia en<br />

mojado y cogerás mosto aguado».<br />

Los viñadores deben estar<br />

dispuestos a trabajar sin problemas,<br />

ya que como dice otro<br />

refrán: «unos valen para vendimiar<br />

y otros para sacar cestos».<br />

En esta época, el viajero que<br />

se adentra por los campos que


RUTA DEL VINO 107<br />

ya amarillean el otoño puede<br />

contemplar cómo hombres y mujeres<br />

se afanan en la recolección<br />

de la uva, una tarea donde<br />

se repite un ritual próximo al olvido<br />

por la escasez de viñas.<br />

En las tierras que se asientan<br />

en torno al espacio geográfico<br />

de la ribera del Adaja, todavía<br />

se conservan antiguos lagares<br />

y bodegas, y aún se pueden<br />

observar cómo destacan los viñedos<br />

entre los cultivos cerealistas,<br />

si bien su verdor no deja<br />

de ser una mancha singular entre<br />

los campos de secano.<br />

La vendimia todavía se mantiene<br />

desde tiempos medievales<br />

como testimonio vivo de una<br />

de las faenas del campo más<br />

características del modo de vida<br />

de los habitantes de estas<br />

tierras. Prueba de ello es que en<br />

el siglo XIV el cabildo catedralicio<br />

poseía en la zona una tercera<br />

parte de sus viñedos, ocupando<br />

unas doscientas hectáreas<br />

repartidas en pequeñas parcelas<br />

de media hectárea o poco<br />

más, según el profesor Barrios.<br />

Más aún, en aquella época el<br />

valor de la tierra de viña era muy<br />

superior a la de labrantío, superioridad<br />

que se seguirá manteniendo<br />

hasta el siglo XIX con un<br />

considerable aumento de las<br />

tierras de viñedos. A modo de<br />

ejemplo diremos que a finales<br />

del siglo XIII en la zona del Adaja<br />

una hectárea de viñedo en<br />

Pajares alcanzaba una precio<br />

de 92 maravedíes, mientras que<br />

una hectárea de tierra de labor<br />

en Pozanco se vendía a 18 maravedíes.<br />

El Catastro de Ensenada recoge<br />

en 1751 que sólo en Zorita<br />

las tierras dedicadas a viñas<br />

sumaban 80 hectáreas, donde<br />

podían contarse unas ochenta<br />

mil cepas, que producían una<br />

media anual de cien mil litros de<br />

vino, el cual se elaboraba en<br />

dos lagares, se criaba en dos<br />

bodegas y se servía en una taberna,<br />

la última fue regentada<br />

por el tío Severiano. En estas fechas<br />

la viña era uno de los cultivos<br />

más rentables, pagándose<br />

120 reales de vellón en tierras<br />

de primera clase, mientras el trigo<br />

llegaba a 75 reales.<br />

La importante producción vinícola<br />

de antaño fue descendiendo<br />

paulatinamente por el envejecimiento<br />

de las vides y su no<br />

replantación, así como su decreciente<br />

rentabilidad y las plagas<br />

de filoxera que azotaron España<br />

desde 1874.<br />

De la importancia que siempre<br />

tuvo el vino entre la produc-<br />

Vendimia en Zorita.


108<br />

ción agrícola aún se conservan<br />

numerosos lagares y bodegas<br />

construidas debajo de las casas<br />

de los labradores. Muestras<br />

de estas estructuras pueden<br />

contemplarse en la mayoría de<br />

los pueblos de la zona, tales como<br />

Cardeñosa, Monsalupe,<br />

Peñalba, Las Berlanas, Gotarrendura,<br />

Navares, Blascosancho,<br />

Vega de Santa María, Pozanco,<br />

Santo Domingo de las<br />

Posadas, Zorita de los Molinos,<br />

Mingorría y Escalonilla.<br />

Gotarrendura.<br />

Prensa de viga y tornillo.<br />

Entre ellos llaman la atención<br />

Gotarrendura y La Vega por la<br />

abundancia de bodegas subterráneas.<br />

Los lagares de prensa de<br />

viga y tornillo son los más antiguos,<br />

y se caracterizan por su<br />

gran viga de madera incrustada<br />

en uno de sus extremos en la<br />

pared, con un gran tornillo de<br />

madera en el otro extremo sujeto<br />

a ella en sentido vertical. A su<br />

vez, este tornillo tiene en su extremo<br />

una piedra cuya función<br />

es hacer peso, por lo que al levantarse<br />

hace que la viga lo<br />

Mingorría. Caseta guardaviñas.<br />

transmita a la masa de restos<br />

de uva que se va a exprimir una<br />

vez pisada. Ejemplos de estos<br />

lagares se conservan en funcionamiento<br />

en Gotarrendura, Peñalba<br />

y Mingorría, manteniéndose<br />

sin uso en otros pueblos.<br />

Mingorría significó uno de<br />

sus parajes con el nombre de<br />

«Las Viñas», donde se levantaron<br />

pequeñas construcciones<br />

de piedra y planta cuadrada conocidas<br />

como guardaviñas para<br />

el guarda y servir a los labradores<br />

y vendimiadores; también<br />

proliferaron los lagares, las bodegas<br />

y las tabernas.<br />

Ejemplo del bueno vino de esta<br />

tierra fueron los vinos que en<br />

Zorita de los Molinos producía<br />

Celedonio Sastre Serrano, los<br />

cuales fueron merecedores de<br />

la medalla de bronce en la Exposición<br />

Universal e Internacional<br />

de París en el año 1900,<br />

y la medalla de plata en la Exposición<br />

Nacional de Valencia<br />

de 1910. Una calle de Mingorría<br />

lleva el nombre de Celedonio<br />

Sastre, un abogado abulense que<br />

Medalla a los vinos de Zorita.


RUTA DEL VINO 109<br />

Bodega en Peñalba.<br />

fue miembro de la Junta Revolucionaria<br />

de Avila en 1868, también<br />

llegó a ser Alcalde de la capital<br />

en 1877 y 1878, y presidente<br />

del casino de la ciudad en<br />

1900. Además fue cuñado del<br />

escritor y pensador Jorge Santayana.<br />

La variedad de uva que se<br />

cultivaba antiguamente era la<br />

uva blanca verdial, de excelente<br />

calidad, Pero dicha variedad,<br />

Pisando la uva en Zorita.<br />

como nos cuenta José Luis Sastre<br />

en la revista «Olalla», fue sustituida<br />

paulatinamente por miedo<br />

a la filoxera por una variedad<br />

de uva negra tinto del país y<br />

garnacha de maduración tardía,<br />

de donde se elabora vino<br />

de mesa, siendo esta la uva<br />

que se produce actualmente.<br />

FABRICACIÓN<br />

DE AGUARDIENTE<br />

La abundancia de viñedos en<br />

la zona propició la aparición de<br />

una incipiente industria de elaboración<br />

de alcoholes y aguardiente<br />

en Monsalupe, de la que<br />

todavía se conservan las dependencias<br />

de antaño, tal cual<br />

se edificaron.<br />

La construcción de la fábrica<br />

de aguardiente fue llevada a cabo<br />

por Demetrio García allá por<br />

los años cincuenta. Tío Demetrio<br />

era uno de los labradores<br />

más pudientes del pueblo. Tenía<br />

una importante hacienda que<br />

mantenía con dos o tres parejas<br />

de mulas de labor, e incluso de<br />

bueyes o vacas, y era propietario<br />

de un lagar frente a la iglesia.<br />

En aquellos años las viñas<br />

todavía ocupaban un gran número<br />

de fincas de los pueblos


110 RUTA DEL VINO<br />

Fábrica de aguardiente de Monsalupe.<br />

de la zona, por lo que se producían<br />

muchos desechos después<br />

de hacer el vino. «Tío Demetrio»<br />

decidió entonces aprovechar<br />

el orujo que se obtenía<br />

después de la vendimia en la<br />

multitud de lagares que había<br />

en los pueblos y transformarlo<br />

en alcohol o aguardiente. Para<br />

Monsalupe.<br />

la incipiente industria que proyectaba<br />

construyó un edificio<br />

de gran altura en los terrenos<br />

que poseía junto al arroyo Berlanas,<br />

situados en las afueras<br />

del pueblo, donde tenía una<br />

huerta con noria y un palomar.<br />

La fábrica fue dotada de dependencias,<br />

instalaciones y alambiques<br />

apropiados, ocupando<br />

a cuatro personas que la<br />

mantenían en funcionamiento<br />

ininterrumpido desde octubre<br />

hasta abril. El aguardiente<br />

elaborado se vendía después,<br />

para ser refinado, a<br />

una destilería de Palencia,<br />

donde se utilizaba en la fabricación<br />

de anises y coñacs.<br />

El abandono del campo<br />

propició el arranque de viñas<br />

y ante la falta de uva y orujo<br />

la fábrica tuvo que cerrar en<br />

1972. Los mozos de entonces<br />

todavía recuerdan aquellas<br />

noches frías de invierno,<br />

cuando se reunían de juerga<br />

en la fábrica aprovechando<br />

que el horno que hacía<br />

funcionar el alambique no<br />

se apagaba ni de día ni de<br />

noche, y que la bebida nunca<br />

faltaba.


RUTA DE LOS ARRIEROS<br />

Y TRAJINANTES<br />

■ A DESTACAR. Antaño la<br />

actividad comercial que se desarrollaba<br />

en el medio rural tenía<br />

su máximo exponente en<br />

los arrieros y trajinantes, quienes<br />

se ocupaban del transporte<br />

y el intercambio de productos<br />

de todas las clases.<br />

Después fueron los vendedores<br />

ambulantes los que abastecieron<br />

de productos y servicios<br />

elementales a los habitantes<br />

de los pueblos. Estos<br />

vendedores todavía hoy siguen<br />

recorriendo calles y plazas<br />

ofreciendo una gran variedad<br />

de útiles. La visión que<br />

presentan los distintos personajes<br />

que visitan los pueblos<br />

para vender sus productos<br />

atestigua la existencia de vida<br />

en lugares que parecen abandonados.<br />

■ La ruta. El viaje que se<br />

presenta sigue los pasos de<br />

los arrieros y trajinantes, o de<br />

los vendedores ambulantes.<br />

Ahora bien, el viajero que sigue<br />

esta ruta no vende nada,<br />

sino que acude a enriquecer<br />

su espíritu y sus conocimientos<br />

sobre las poblaciones por<br />

las que pasa. La figura de aquellos<br />

personajes que iban de<br />

pueblo en pueblo también forma<br />

parte de la historia local,<br />

por lo que este itinerario es<br />

como un reencuentro con viejas<br />

formas de vida.<br />

■ Cómo llegar. Reproducir<br />

los recorridos que hacían arrieros,<br />

trajinantes y vendedores<br />

ambulantes es hacer la ruta<br />

que discurre por la mayoría<br />

de los pueblos de la ribera del<br />

Adaja. Los trayectos que puede<br />

realizar el viajero coinciden<br />

entonces con aquéllos, si bien<br />

las carreteras AV-804 y N-403<br />

han provocado la falta de uso<br />

de los numerosos caminos que<br />

unían pueblos y caseríos como<br />

una maraña.<br />

Ajero de Las Berlanas.<br />

■ Qué ver. Las calles y plazas<br />

de los pueblos y de la capital<br />

siguen siendo un buen<br />

puesto de venta para afiladores,<br />

meloneros, almendreros,<br />

cacharreros, colchoneros, triperos,<br />

ajeros, huertanos y pañeros,<br />

entre otros muchos, lo<br />

que debe llamar la atención<br />

de los viajeros. La figura de<br />

estos vendedores todavía sigue<br />

cautivando a los vecinos,<br />

aunque ya no son anunciados<br />

por el alguacil, y es que<br />

su presencia rompe la monotonía<br />

de la vida diaria en el<br />

campo.<br />

■ Aliciente. Reencontrarse<br />

con típicos personajes que<br />

tradicionalmente han formado<br />

parte de la vida cotidiana<br />

de la actividad comercial de<br />

los pueblos.


112 RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES<br />

LOS ANTIGUOS ARRIEROS<br />

Y TRAJINANTES<br />

Los arrieros y trajinantes de<br />

la zona desarrollaron una de las<br />

actividades comerciales más<br />

importantes dentro de la economía<br />

local y provincial durante<br />

los siglos XVIII y XIX. En la actualidad,<br />

sus herederos, los<br />

transportistas y vendedores ambulantes,<br />

tienen una presencia<br />

testimonial en actividades de<br />

porte de ganado, harina y materiales<br />

de construcción, y la<br />

venta de pan, ropas, ultramarinos,<br />

frutas y hortalizas, y artículos<br />

de feria.<br />

Dentro del transporte realizado<br />

con animales de carga<br />

existían dos tipos de profesionales:<br />

el arriero, que es aquel<br />

que transporta géneros por encargo;<br />

y el trajinante, que transporta<br />

géneros, dedicándose a<br />

la compraventa de los mismos<br />

por cuenta propia. A pesar de<br />

esta diferencia teórica, en la<br />

realidad el arriero en alguna<br />

ocasión trajinaba y el trajinante<br />

transportaba por cuenta ajena.<br />

En el siglo XVIII está documentada<br />

la existencia de arrieros<br />

en unas noventa localidades<br />

de la provincia, y sus beneficios<br />

se calculaban en 946.848<br />

reales anuales. Las mayores<br />

densidades de arrieros se producían<br />

en el cuadrante norooriental<br />

de la provincia, entre las<br />

localidades de Avila y Arévalo,<br />

ambas incluidas, en las que las<br />

ganancias obtenidas por sus<br />

arrieros alcanzaban casi la mitad<br />

de las ganancias calculadas<br />

para la arriería de toda la provincia,<br />

destacando por ello Pajares<br />

de Adaja, Mingorría y<br />

Santo Domingo de las Posadas.<br />

El número de arrieros descendió<br />

considerablemente con<br />

la llegada del ferrocarril y las<br />

primeras camionetas ya entrado<br />

el siglo XX. Los productos<br />

con que traficaban estaban constituidos<br />

por los excedentes agrarios<br />

de la comarca y por la importación<br />

de los deficitarios.<br />

Richard Ford escribió en<br />

1830:<br />

«Viajar con un arriero, cuando<br />

el viaje es corto o va una persona<br />

sola, es seguro y barato. El<br />

arriero va a pie junto a sus burros,<br />

o montado en uno encima<br />

de la carga, con las piernas colgadas<br />

junto al cuello. El arriero<br />

español es un hombre agradable,<br />

inteligente, activo y sufrido;<br />

resiste hambre y sed, calor y<br />

frío, humedad y polvo; trabaja<br />

tanto como su ganado y nunca<br />

roba ni le roban». Y así debieron<br />

ser los arrieros de los pueblos<br />

de la ribera del Adaja.<br />

VENDEDORES Y<br />

AMBULANTES<br />

El alguacil del pueblo, con la<br />

boina calada –reservaba la gorra<br />

de plato para los días de fiesta–<br />

callejeaba haciendo sonar<br />

su trompetilla de esquina en esquina<br />

y recitando de corrido el<br />

Melonero.


RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES 113<br />

Afilador.<br />

pregón que se terciaba. Según<br />

fuera su contenido el toque de<br />

la trompetilla era distinto: largo<br />

y continuado si era de orden de<br />

la autoridad, y más corto y preciso<br />

en caso contrario. Las gentes<br />

del pueblo salían a la puerta<br />

con oído atento; los más despistados<br />

corrían a la esquina siguiente<br />

detrás de unas notas<br />

monocordes, como si fueran seguidores<br />

del flautista de Hamelín.<br />

Según la época del año, raro<br />

era el día que no acudían pañeros,<br />

cacharreros, colchoneros,<br />

cebolleros, afiladores... Unos y<br />

otros se iban turnando armoniosamente<br />

con sus puestos en<br />

la plaza, o en su deambular de<br />

puerta en puerta. Todos estos<br />

hombres y mujeres que visitaban<br />

nuestros pueblos lo hacían<br />

con tanta frecuencia y regularidad<br />

que terminaron convirtiéndose<br />

en uno más. Muchos de<br />

estos curiosos visitantes solían<br />

quedarse varios días e incluso<br />

hasta meses, como las vendedoras<br />

de uvas, los segadores y<br />

los comediantes.<br />

Por otra parte, las prácticas<br />

mercantiles utilizadas hacían más<br />

fáciles las relaciones entre todos.<br />

Así, el regateo, el trueque<br />

o el intercambio de productos:<br />

judías por trigo, trapos por pucheros,<br />

carracas por pan, etc.,<br />

favorecían el diálogo y poco menos<br />

que la amistad.<br />

De Saornil venía el tío Cancha<br />

vendiendo leche de cabra.<br />

Ataba su yegua blanca a la puerta<br />

del bar de Fausto Vázquez y<br />

allí se le podía ver siempre jugando<br />

a las cartas. Un día llegó<br />

a estar doce horas seguidas; la<br />

yegua fue su convidado de piedra<br />

y poco faltó para que desfalleciera.<br />

En alguna ocasión tardó<br />

tres días en volver a su casa. Por<br />

navidades solía traer algún cabrito<br />

para delicia de comensales.<br />

Los afiladores llegaban de<br />

Galicia, de Orense sobre todo,<br />

quienes todavía siguen haciéndolo,<br />

bicicleteando de pueblo<br />

en pueblo, recorriendo un largo<br />

y pesado itinerario. Tocaban<br />

una graciosa e inconfundible<br />

armónica mientras pedían cuchillos<br />

y tijeras que no cortaban.<br />

Los niños, traviesos y alborotadores,<br />

se arremolinaban a<br />

sus espaldas y gritaban: «El afilador,<br />

cuanto más bruto, mejor».<br />

El tío Elías, hojalatero sesentón<br />

con bigote negro y muy moreno,<br />

venía de Arévalo. Se paseaba<br />

haciendo ruido con una


114 RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES<br />

Colchoneros.<br />

sartén y un hierro, percusión tronadora,<br />

mientras se anunciaba:<br />

«Nuestro oficio es un oficio muy<br />

chulo. Señora, ¿quiere usted que<br />

le eche un culo (a las cazuelas<br />

y pucheros)». El tío Elías se sentaba<br />

en la plaza del pueblo, a la<br />

puerta de la posada, con una<br />

estufilla entre las piernas donde<br />

fundía el estaño que después<br />

aplicaba sobre los desollones y<br />

rajas de las cazuelas, pucheros<br />

y palanganas. Un día la muerte<br />

le sorprendió en este trastear.<br />

Fue enterrado en una fosa del<br />

cementerio de Mingorría, como<br />

un soldado batallador de una<br />

diaria lucha contra la vida.<br />

Con el buen tiempo llegaban<br />

los colchoneros de Villanueva<br />

de Gómez, que vareaban los<br />

colchones de medio pueblo<br />

mientras la lana se oreaba al<br />

sol. Utilizaban unas largas varas<br />

de fresno que silbaban en el<br />

aire antes de golpear y espolvorear<br />

los mechones extendidos<br />

en el corral.<br />

Los loteros, vendedores oficiales<br />

de lotería, traían la suerte<br />

colgada de la chaqueta, siempre<br />

azul. Paseaban orgullosos<br />

con su gorra de plato y, a veces,<br />

con un guardapolvos también<br />

azul. Parecían conserjes de<br />

algún ministerio o instituto. Llegaban<br />

de Madrid en el tren de<br />

las diez y regresaban al atardecer,<br />

después de repartir pobres<br />

esperanzas en las que muy pocos<br />

confiaban.<br />

Tanis y Carpio, mendigos de<br />

Maello, vivían de la buena voluntad<br />

de la gente. Eran hermanos<br />

y ciegos, aunque uno de<br />

ellos decía distinguir bultos y<br />

sombras. Tenían seis dedos en<br />

cada mano y en cada pie. Al<br />

anochecer pedían limosna mientras,<br />

agradecidos, cantaban por<br />

soleares. La gente se reía sarcásticamente<br />

de su ceguera,<br />

por eso mendigaban de noche:<br />

al fin y al cabo no distinguían entre<br />

la luz y la oscuridad.<br />

También venían pidiendo limosna<br />

Güengue de Navaluenga<br />

y Merejo de Avila, quien se<br />

ofrecía como limpiabotas.<br />

De Muñana y Villanueva eran<br />

los esquiladores Segundo y Templaíto,<br />

hermanos. Armados de<br />

grandes tijeras cortaban los mechones<br />

de lana, muy crecidos,<br />

de las ovejas y a veces esquilaban<br />

a algún burro melenudo.<br />

El tío Rascayú, de Arévalo,<br />

enamorado de Luciana la santera,<br />

hacía muebles a cambio<br />

de comida y unas monedas. Se<br />

instalaba en una casa los días<br />

que fueran necesarios para terminar<br />

aquellos grandes armarios,<br />

construidos en la misma<br />

habitación donde se ubicaban y<br />

de donde no pueden salir sin<br />

romperse. Este singular carpintero<br />

alargaba su trabajo lo más<br />

posible con el fin de tener la comida<br />

asegurada unos días más.<br />

Muchos años después, ya viejo,<br />

llamaba de puerta en puerta<br />

pidiendo a sus antiguos clientes<br />

una propina y algo de comer,<br />

y en alguna ocasión se<br />

quedaba a dormir en pajares o<br />

paneras.


RUTA DE LOS ARRIEROS Y...<br />

Pañeros.<br />

Tío Requena y Tío Ronda, de<br />

la Vega de Santa María, arreglaban<br />

y hacían albardas y colleras<br />

de burros, mulas y caballos.<br />

En Mingorría, el tío Claudiete<br />

hacía los ataudes y carracas<br />

de Miércoles Santo que cambiaba<br />

por un trozo de pan. En<br />

Velayos eran el tío Trifón y el tío<br />

Calixto quienes hacían los ataudes.<br />

Los ataudes se pintaban con<br />

anilina y en una ocasión, en Cardeñosa,<br />

cuenta el cura párroco<br />

don Macario: «Llevando un ataúd<br />

a hombros se puso a llover, y entre<br />

las lágrimas y el agua de la<br />

lluvia, los que lo portaban, familiares<br />

afligidos, se restregaban los<br />

ojos llorosos, poniéndose las caras<br />

como carboneros del negro<br />

que desteñía el ataúd, mientras<br />

los acompañantes hacían lo indecible<br />

por mantener sus risas».<br />

De vez en cuanto llegaban<br />

los castradores de Adanero y<br />

el alguacil pregonaba, con su<br />

soniquete de siempre: «Ha llegado<br />

el castrador de Adanero.<br />

El que tenga ganados que castrar<br />

que no los eche de comer y<br />

avise en la posada».<br />

De Migueláñez venían los trilleros,<br />

que empedraban la cara<br />

inferior de los trillos que después<br />

desgranaban el trigo y la<br />

cebada.<br />

De Tiñosillos llegaban los cacharreros<br />

con una buena muestra<br />

de cántaros, botijos y otros<br />

recipientes de barro.<br />

Los pañeros vendían mantas,<br />

sábanas, colchas, batas, pantalones,<br />

paños, cortes de traje,<br />

etc. Llegaban de Bernardos (Segovia),<br />

de Paradinas y de Arévalo,<br />

también de Santa María<br />

del Berrocal. Angel Ferradal,<br />

Emiliano Pastor y Paulino<br />

Sobrechero llamaban de puerta<br />

en puerta con la vara de medir<br />

y alguna pieza al hombro, prescindiendo<br />

de los servicios del<br />

alguacil. Ultimamente venían en<br />

grandes camiones, pero antaño<br />

lo hacían en carros de varas,<br />

como los viejos mercaderes de<br />

Oriente que ofrecían sus finas<br />

sedas.<br />

En Velayos se hacían los timones<br />

de los carros y los estebones<br />

de los arados.<br />

Conejo, chatarrero de Migueláñez<br />

(Segovia), cambiaba trapos<br />

por botijos, cántaros, pucheros,<br />

etc. También recogía la goma<br />

de las zapatillas mientras<br />

refunfuñaba: «El único que me<br />

da buenos trapos es el sastre».<br />

Cacharreros.


116<br />

En la fiesta, los bailes eran<br />

amenizados por los tamborileros<br />

Modesto y Codilleso, de la<br />

Vega de Santa María, Ojetete,<br />

de Maello y el dulzainero Polilo,<br />

de Pozanco, alumno del famoso<br />

Agapito Marazuela. Los<br />

días de fiesta los mozos bailaban<br />

al son de viejas coplas.<br />

De Tiñosillos y Cabizuela llegaban<br />

los patateros.<br />

Se vendían uvas de Pozanco<br />

y de Cebreros no faltaba ningún<br />

año Carmen Recio, que se<br />

quedaba varios meses distribuyendo<br />

grandes cestos de uvas<br />

que su padre le enviaba. También<br />

de Cebreros y El Tiemblo<br />

venían los vinateros cargados<br />

de pellejos quijotescos.<br />

Los mieleros de Santibáñez<br />

y El Guijo hacían las delicias de<br />

los más golosos y los niños decían<br />

a sus madres: «Mamá, cómpame<br />

eso que pinga, cuega y<br />

sabe use, que me muero por ello».<br />

Los aceituneros del Barranco<br />

de las Cinco Villas, Serranillos<br />

y Arenas de San Pedro<br />

traían aceitunas sevillanas y barranqueñas,<br />

higos de cuello de<br />

dama y castañas.<br />

El tío Gallo, de Martimuñoz<br />

de las Posadas, vendía pimientos<br />

como chotos, repollos, nabos,<br />

cebollas, tomates, patatas,<br />

etcétera.<br />

El piñonero.<br />

Hortelano.<br />

De Navaluenga y Burgohondo<br />

venían cambiando judías y<br />

pipos por trigo y cebada. Tampoco<br />

faltaban las piñoneras de<br />

Hoyo de Pinares: Florencia, Eufemia<br />

y una tercera, mujeres viejas<br />

que regateaban como usureras<br />

piñón por piñón.<br />

En época de matanzas acudían<br />

los pimenteros de Cuevas<br />

del Valle viendiendo pimentón.<br />

Los húngaros, cómicos y saltimbanquis,<br />

entretenían las veladas<br />

como hacían los juglares<br />

en la Edad Media. Traían un oso<br />

llamado Mariano, una mona,<br />

un perro y una cabra. Alguna<br />

vez que otra proyectaban películas.<br />

«Baila oso, baila mona»,<br />

decía el valiente domador<br />

mientras los animales hacían<br />

graciosas piruetas.<br />

En verano acudían cuadrillas<br />

de segadores en busca<br />

de trabajo coincidiendo<br />

con la recolección de las cosechas.<br />

Venían de la Sierra,<br />

El Arenal, Toledo, Cáceres,<br />

Galicia...<br />

Los gitanos también rondaban<br />

las calles con mucha<br />

frecuencia, vendiendo cestos,<br />

flaneros, churreras, faroles,


RUTA DE LOS ARRIEROS Y TRAJINANTES 117<br />

Tripero de Mingorría.<br />

regaderas, candiles y alguna<br />

que otra vez echaban la buenaventura<br />

a los más supersticiosos.<br />

De Velayos llegaba el tío Jabonero<br />

vendiendo trozos de<br />

jabón que llevaba en unas alforjas.<br />

Venía con su gorra visera,<br />

ufano y tranquilo, ofreciendo<br />

jabones sin olor para multitud<br />

de usos.<br />

Los retratistas acudían de<br />

Avila y Madrid en las fiestas,<br />

armados de decorados y viejas<br />

cámaras fotográficas sostenidas<br />

en trípodes aparatosos. Uno<br />

podía retratarse como si fuera<br />

un torero, frente a una plaza de<br />

toros de cartón, o como una sevillana<br />

en un tablao flamenco.<br />

Coincidiendo con las ferias<br />

de ganado de Avila y Las Berlanas<br />

llegaban los arrieros de<br />

la Sierra, las dehesas y La Moraña,<br />

conduciendo ovejas, cabras,<br />

caballos, vacas, burros, mulas...<br />

Ataviados con trajes negros<br />

de pana y sombreros de<br />

paño (atrás quedaron las albarcas<br />

de goma y las boinas), y los<br />

animales lucían lujosas albardas<br />

y colleras mientras tiraban<br />

de carros ruidosos.<br />

Los panaderos de Mingorría<br />

tradicionalmente han abastecido<br />

a la ciudad de Avila y otros<br />

muchos pueblos.<br />

Desde Mingorría salían a vender<br />

sus productos de ultramarinos<br />

y frutas los hermanos<br />

Martín Gómez y Catalino Sastre<br />

y sus hijos, los chocolateros<br />

Marugán y Cuenca, los triperos<br />

y los meloneros, y los vendedores<br />

de peces y cangrejos del<br />

Adaja. Los ajeros y hortelanos<br />

de Las Berlanas visitaban los<br />

pueblos de la zona vendiendo<br />

sus productos. Casi todos ellos<br />

solían acudir los viernes al mercado<br />

de la capital abulense, e<br />

incluso a vender pescado del<br />

Adaja.<br />

El señor Pistolo se desplazaba<br />

desde Cardeñosa con su<br />

carromato tirado por una mula.<br />

Iba cargado de productos de<br />

droguería que ofrecía a las amas<br />

de casa de Peñalba, Monsalupe,<br />

Las Berlanas y Gotarrendura.<br />

Hortelanos de Las Berlanas<br />

en el Mercado de Ávila.


RUTA DE LOS ARRIEROS Y...<br />

Vendedor de dulces y pastas.<br />

Los herreros de Mingorría<br />

iban a dar fragua a los pueblos<br />

de la sierra (Tolbaños,<br />

La Venta, Gallegos, etc.), donde<br />

también acudían los zapateros<br />

remendones a prestar<br />

sus servicios.<br />

Luis Pardo, de Brieva, recorría<br />

los pueblos vendiendo productos<br />

de ultramarinos, plantones<br />

de árboles y fruta.<br />

Desde Albornos llegaba el<br />

señor Escudero, que trabajaba<br />

de herrero, carretero o<br />

mecánico, y a cuyo cargo estaba<br />

el mantenimiento de la<br />

mayoría de los molinos harineros.<br />

El carretero y herrero<br />

de Peñalba, Gumersindo Gil<br />

también trabajaba para los<br />

agricultores de los pueblos<br />

de la zona.<br />

Los pintores de Peñalba,<br />

Justo López y su hijo, y Felipe<br />

Velayos de Cardeñosa,<br />

pintaban las casas y los carros<br />

de labranza de la comarca.<br />

El tío Demetrio acudía desde<br />

Monsalupe en tiempos<br />

de vendimia para llevarse los<br />

ollejos de la uva, con los que<br />

fabricaba aguardiente.<br />

Los molinos de Cardeñosa,<br />

Mingorría, Zorita y Pozanco,<br />

Tolbaños y Velayos recibían<br />

numerosas recuas de<br />

burros cargados de grano para<br />

moler, procedentes de la mitad<br />

de los pueblos de La Moraña.<br />

En las canteras de Cardeñosa<br />

y Mingorría se labraba piedra<br />

granítica que se enviaba a toda<br />

España, lo que fue un negocio<br />

floreciente.<br />

Desde Extremadura recorría<br />

todos los pueblos hasta Las Berlanas<br />

el tío Machaco, conduciendo<br />

piaras de cerdos. De la<br />

misma manera, en invierno el<br />

ganado trashumante bajaba a<br />

Extremadura desde Monsalupe<br />

y demás pueblos.<br />

Eran muchos más los viajantes<br />

que recorrían incansables<br />

las localidades cercanas al Adaja,<br />

de los cuales sólo hemos<br />

mencionado a unos cuantos.<br />

Se trata, entonces, de una simple<br />

referencia atractiva para los<br />

nuevos viajeros, a los que sólo<br />

cabe mostrar el entresijo de las<br />

calles de nuestros pueblos, las<br />

mismas por las que pasaron los<br />

antiguos trajinantes.


Vega de Santa María. Carnaval del CRA «Miguel Delibes».<br />

<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />

■ A DESTACAR. Las fiestas<br />

populares contribuyen a configurar<br />

la identidad propia y singular<br />

de cada pueblo, de ahí<br />

su importancia. Estas fiestas<br />

se caracterizan generalmente<br />

por su aspecto religioso, pues<br />

en principio se celebran para<br />

honrar a los patrones de cada<br />

localidad erigidos bajo las más<br />

variadas advocaciones de santos,<br />

vírgenes y cristos. En estos<br />

días las iglesias y ermitas<br />

se llenan de feligreses, las calles<br />

se engalanan de colorido,<br />

se recuperan las tradiciones<br />

festivas y el pueblo alcanza su<br />

máximo esplendor.<br />

■ La ruta. El itinerario propuesto<br />

consiste en un recorrido<br />

por las fiestas más singulares<br />

de cada localidad. Todas<br />

ellas suelen programar actos<br />

similares, tales como la celebración<br />

de la misa, la procesión<br />

del patrón en andas acompañado<br />

de la música de dulzaina<br />

y tamboril, y la subasta<br />

de banzos, además de bailes<br />

y otras actividades infantiles,<br />

deportivas, musicales, etc.<br />

■ Cómo llegar. Para recorrer<br />

los pueblos del Adaja en<br />

fiestas basta ponerse en ruta<br />

tomando para ello las carreteras<br />

que surcan esta tierra desde<br />

la AV-804 por Cardeñosa y<br />

la N-403 por Mingorría. En las<br />

fechas señaladas, y especialmente<br />

en verano, el campo se<br />

llena de visitantes deseosos<br />

de participar de la alegría de<br />

los programas festivos organizados<br />

en honor del santo patrón,<br />

por lo que es una buena<br />

oportunidad para conocer la<br />

vitalidad de sus gentes.<br />

■ Qué ver. Aparte de los actos<br />

religiosos, los programas<br />

que elaboran los ayuntamientos,<br />

peñas, asociaciones culturales<br />

o cofradías ofrecen una<br />

gran variedad de actividades,<br />

donde no faltan los bailes y<br />

verbenas, los deportes autóctonos<br />

como la calva y el tango,<br />

el teatro, las actuaciones<br />

musicales, los juegos infantiles<br />

e incluso los toros, como<br />

en Velayos, además de otras<br />

numerosas atracciones.<br />

■ Aliciente. Descubrir costumbres<br />

ancestrales de las gentes<br />

del medio rural, donde se<br />

mezcla la tradición religiosa<br />

con el divertimento festivo. Conocer<br />

los pueblos en fiestas<br />

es conocer una parte importante<br />

de su identidad histórica<br />

y cultural.


<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />

Monsalupe. Fiesta de la Virgen.<br />

ENERO<br />

El calendario festivo de los<br />

pueblos del Adaja, como en la<br />

mayoría de las localidades del<br />

medio rural dedicadas a la agricultura<br />

y la ganadería, se iniciaba<br />

después de navidades, el 17<br />

de enero, con la bendición de<br />

los animales por intercesión de<br />

San Antón.<br />

El pueblo de Vega de Santa<br />

María tenía su fiesta tradicional<br />

el 21 de enero en honor de Santa<br />

Inés, si bien actualmente ya<br />

apenas se conmemora y, en<br />

cambio, ya hace varios años que<br />

por estas fechas se celebra la<br />

fiesta de la matanza que organiza<br />

la peña «El Vendaval». Peñalba<br />

de Avila honra a su patrón<br />

San Vicente Mártir, a quien<br />

llaman «El Cuervo», el 22 de<br />

enero; festividad que también<br />

se celebraba en el pueblo de<br />

Tolbaños. El 25 de enero, Monsalupe<br />

continúa celebrando sus<br />

fiestas patronales en honor de<br />

San Pablo, quien es titular de la<br />

parroquia.<br />

Mingorría han recuperado<br />

la fiesta de Santa Agueda,<br />

así que ese día, el 5<br />

de febrero, se ha convertido<br />

en un día festivo que<br />

va cobrando importancia.<br />

Santa Paula Barbada, la<br />

Santa de Cardeñosa, se<br />

festeja en este pueblo el<br />

20 de febrero, donde llaman<br />

la atención en este mes las<br />

elegantes capas que lucen los<br />

cofrades cada domingo.<br />

También en el mes de febrero<br />

tiene lugar la fiesta de los<br />

Carnavales, cuarenta días antes<br />

de Semana Santa. Esta tradición<br />

festiva ya se recogía en<br />

un bando de 1868 del Alcalde<br />

de Mingorría, localidad donde<br />

siempre se ha mantenido su<br />

celebración, como también se<br />

recuerda en Cardeñosa y Peñalba,<br />

y otros muchos pueblos.<br />

En los últimos años la fiesta<br />

de los disfraces ha sido recuperada<br />

por los escolares de la<br />

zona, quienes alegran la soledad<br />

de los pueblos con vistosos<br />

pasacalles, como ocurre en<br />

Mingorría, Vega de Santa María<br />

y Velayos.<br />

Cardeñosa. Fiesta de los Cristos.<br />

FEBRERO<br />

La fiesta de las Candelas del<br />

2 de febrero, en honor de la Virgen<br />

de la Candelaria, todavía se<br />

recuerda en Saornil como un<br />

día grande. El 3 de febrero Blascosancho<br />

festeja a San Blas, el<br />

santo de las cigüeñas, pues esta<br />

fecha coincide tradicionalmente<br />

con su llegada a las torres<br />

de las iglesias. Desde hace<br />

más de 10 años las mujeres de


<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS 121<br />

CARNAVALES<br />

«Febrerillo el loco», llama el<br />

refranero a este mes, y es que<br />

en febrero se suelen dar toda<br />

clase de fenómenos atmosféricos<br />

y también coinciden varias<br />

fiestas, siendo la más importante<br />

la de «Carnaval».<br />

«Febrerillo loco, un día peor<br />

que otro», dicen los agricultores,<br />

para quienes los cambios climáticos<br />

son buenos para el<br />

campo. «Brígida, María y Blas,<br />

los tres días holgarás», reza un<br />

dicho popular en relación con<br />

las fiestas de Santa Brígida (día<br />

1), la Candelaria (día 2) y San<br />

Blas (día 3), a los que hay que<br />

sumar Santa Agueda (día 5) y<br />

los Carnavales, tres días antes<br />

Carnavales en Mingorría.<br />

del Miércoles de Ceniza. Los rigores<br />

del invierno y la escasez<br />

de trabajo en las faenas agrícolas<br />

eran determinantes de una<br />

situación ociosa predispuesta<br />

al divertimento entre las gentes<br />

de los pueblos de la ribera del<br />

Adaja. Las «Carnestolendas»<br />

eran entonces la fiesta más<br />

grande.<br />

En los carnavales de Mingorría<br />

destacan como elementos<br />

configuradores del mismo: la música,<br />

el disfraz, el baile, el pasacalles,<br />

el galanteo, las comparsas,<br />

la típica repostería, la fiesta<br />

de los quintos y las caretas.<br />

Esta singular fiesta pagana,<br />

que sin embargo se celebra<br />

en el calendario cristiano con la<br />

idea puesta en la «Cuaresma»,<br />

nunca ha dejado de celebrarse,<br />

y en todas las plazuelas se organizaba<br />

o improvisaba el baile<br />

al son de la dulzaina y el tambor,<br />

o del organillo que sonaba<br />

por las calles y en los salones<br />

del tío Fausto y el tío Simón.<br />

Los quintos recorrían las casas<br />

recogiendo huevos, longaniza<br />

y otras dádivas que después<br />

degustarían juntos. Mientras las<br />

amas de casa hacían bollos, hojuelas,<br />

flores, rosquillas, huesillos<br />

y retorcidos. Y cada mañana<br />

no podían faltar los churros<br />

y el chocolate.<br />

En la actualidad sobresalen<br />

los pasacalles de carnaval que<br />

organiza el Colegio Rural Agrupado<br />

«Miguel Delibes», de los<br />

pueblos de: Mingorría, Santo Domingo<br />

de las Posadas, Velayos<br />

y Vega de Santa María. Costumbre<br />

ésta que también se ha


122 <strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />

revitalizado en los colegios<br />

de los demás pueblos.<br />

Sobre el arraigo de esta<br />

tradición festiva destaca el<br />

Bando dictado en el siglo<br />

pasado, el 22 de febrero de<br />

1868, por el Alcalde de Mingorría,<br />

que se transcribe a<br />

continuación:<br />

«Don Francisco Sáez, Alcalde<br />

Constitucional de esta<br />

Villa de Mingorría. Hago saber:<br />

Que para que las diversiones<br />

propias del próximo Carnaval,<br />

que van a tener efecto sin oponerse<br />

a los habitantes de ella,<br />

he dispuesto se observen las siguientes<br />

reglas:<br />

1. En los tres días de Carnaval<br />

se permite andar con disfraces<br />

por la calle, y con careta<br />

puesta, hasta el toque de oraciones.<br />

2. Ninguna persona disfrazada<br />

podrá llevar armas, ni entrar<br />

con careta puesta en el baile,<br />

tabernas, ni casas particulares.<br />

3. Igualmente se prohíben dichos<br />

y acciones deshonestas,<br />

así como el uso de mazas, que<br />

de cualquier modo incomoden<br />

a los vecinos, bajo la pena de<br />

un Ducado de multas.<br />

Y a fin de que no se alegue<br />

ignorancia, evitándome tener que<br />

castigar a los infractores, se fija<br />

el presente al público».<br />

Peñalba de Avila.<br />

Finalizada la Semana Santa,<br />

el primer miércoles después del<br />

domingo de Resurrección Mingorría<br />

celebra la fiesta de las<br />

Aguas en honor del Santo Cristo<br />

del Berrocal. Este día todos<br />

los lugareños se dan cita en torno<br />

a la antigua ermita del Cristo<br />

y allí degustan, acompañados<br />

de limonada, la típica empanada<br />

y hornazo, elaborados<br />

según la tradición heredada de<br />

los famosos panaderos de la localidad.<br />

MAYO<br />

El día 1 de mayo, en el paraje<br />

conocido como «El Chorro»,<br />

propiedad del Ayuntamiento de<br />

Gotarrendura, situado junto al<br />

río Adaja y dentro del término<br />

Velayos. Fiesta de San Isidro.<br />

MARZO - ABRIL<br />

En los meses de marzo o<br />

abril, depende del calendario de<br />

cada año, la Semana Santa recobra<br />

un especial significado<br />

en todos los pueblos de la ribera<br />

del Adaja, entre cuyos actos<br />

cabe destacar la procesión<br />

del Viernes Santo en Peñalba,<br />

donde se recitan los poemas y<br />

romances de Lope de Vega,<br />

una tradición del siglo XVII que<br />

también se mantenía en Cardeñosa,<br />

Vega de Santa María y<br />

Pozanco.


123<br />

en domingo, y que son La Trinidad<br />

y El Corpus Christi, las cuales<br />

se celebran especialmente,<br />

por ser fiestas locales, en La<br />

Venta de San Vicente, donde<br />

se reunen los pueblos de: Tolbaños,<br />

Escalonilla, Cortos y<br />

Gallegos de San Vicente, así<br />

como los caseríos de La Alameda<br />

y Encinas. La Trinidad<br />

también es fiesta local en Vega<br />

de Santa María y Santo Domingo<br />

de las Posadas, donde<br />

como tal se sigue manteniendo.<br />

En el resto de los pueblos<br />

se sigue celebrando el Corpus<br />

Zorita de los Molinos.<br />

de Peñalba, tiene lugar una singular<br />

fiesta campestre auspiciada<br />

por los propietarios de la<br />

cercana dehesa de Navares y<br />

vecinos de los pueblos de alrededor.<br />

La Invención o Exaltación de<br />

la Cruz es una fiesta que el 3 de<br />

mayo se celebra en Cardeñosa,<br />

cuya parroquia está dedicada<br />

precisamente a la «Santa<br />

Cruz». Antiguamente Zorita también<br />

festejaba este día en su ermita<br />

del Cristo.<br />

San Isidro Labrador, patrón<br />

de agricultores y ganaderos, es<br />

festejado en estos pueblos que<br />

tradicionalmente se han dedicado<br />

al trabajo de la tierra, pero<br />

destaca sobre todos Velayos<br />

porque en él San Isidro es además<br />

el patrón de la localidad.<br />

Blascosancho celebra el 20<br />

de mayo la festividad de San<br />

Boal, patrón del pueblo.<br />

En mayo o primeros de junio,<br />

el domingo y lunes de Pentecostés,<br />

las gentes de Monsalupe<br />

festejaban a su patrona la<br />

Virgen del Buensuceso.<br />

El Corpus. Vega de Santa María.<br />

como una importante fiesta religiosa,<br />

incluso aunque no tenga<br />

el carácter de fiesta patronal.<br />

Todavía en junio, Pozanco<br />

festeja a San Juan Bautista el día<br />

24, como titular que lo es de<br />

Pozanco.<br />

JUNIO<br />

Durante el mes de junio destacan<br />

dos fiestas que actualmente<br />

se suceden de domingo


Tolbaños.<br />

la parroquia; fiesta que también<br />

se celebra recientemente en<br />

Tolbaños.<br />

JULIO<br />

El 2 de julio algunos pueblos<br />

celebraban la fiesta de La Garrobera,<br />

fecha que el santoral<br />

dedica a la Visitación de Nuestra<br />

Señora, como es el caso de<br />

Saornil, Peñalba y Monsalupe,<br />

y que coincide con la mayor<br />

frondosidad de las algarrobas.<br />

AGOSTO<br />

Agosto es un mes que antiguamente<br />

no destacaba sobremanera<br />

en el calendario festivo<br />

porque las gentes andaban<br />

ocupadas en las faenas agrícolas.<br />

En la actualidad ocurre lo<br />

contrario, pues aprovechando<br />

Blascosancho.<br />

Saornil.<br />

la afluencia de veraneantes se<br />

han trasladado a estas fechas la<br />

mayoría de las fiestas.<br />

Así, el primer fin de semana<br />

Gotarrendura celebra sus fiestas<br />

en honor de la Virgen de las<br />

Nieves, donde participa decididamente<br />

la Asociación Cultural<br />

«Santa Teresa». En las mismas<br />

fechas, Blascosancho y San<br />

Esteban de los Patos festejan<br />

a la Virgen del Rosario, mientras<br />

que al domingo siguiente Tolbaños<br />

celebra su fiesta en honor<br />

de San José, titular de su<br />

nueva iglesia. La Asociación «Santa<br />

Paula Barbada» de Cardeñosa<br />

organiza en este mes un interesante<br />

calendario de actividades<br />

culturales y festivas.<br />

El 15 de agosto se festeja la<br />

Asunción de la Virgen en Vega<br />

de Santa María y en La Venta<br />

de San Vicente se honra a la<br />

Virgen de la Caridad, patrona<br />

de la zona. El 16 de agosto es<br />

el día de San Roque, el cual se<br />

festeja en Mingorría y Saornil.<br />

El tercer fin de semana se celebran<br />

las fiestas de verano de<br />

Santo Domingo de las Posa-<br />

La Venta de San Vicente.


125<br />

Las Berlanas.<br />

das y Monsalupe. El último sábado<br />

de mes Zorita festeja a<br />

San Ramón Nonato, el mismo<br />

día que también lo hace Pozanco<br />

en honor de la Virgen.<br />

El 29 de agosto Las Berlanas<br />

celebra con grandes bailes<br />

La Riada, un aniversario<br />

de las inundaciones<br />

sufridas el año 1959.<br />

Gotarrendura.<br />

SEPTIEMBRE<br />

En septiembre, el día 8,<br />

Pozanco festejaba a la<br />

Virgen de la Cuesta, pero<br />

esta fiesta fue trasladada<br />

al mes de agosto.<br />

El 14 de septiembre Cardeñosa<br />

celebra su fiesta<br />

en honor de Cristo y la<br />

Virgen en la ermita, mientras<br />

que Peñalba celebra en<br />

las mismas fechas sus fiestas<br />

patronales dedicadas al Santísimo<br />

Cristo de Santa Teresa.<br />

Las Berlanas honra a su patrona<br />

la Virgen de la Asunción el<br />

tercer domingo de septiembre,<br />

en cuya víspera durante los últimos<br />

años tiene lugar la romería<br />

de la Virgen de Gandulle<br />

en la antigua iglesia parroquial.<br />

La festividad de San Miguel,<br />

del 29 de septiembre,<br />

se sigue celebrando en Gotarrendura,<br />

como antiguamente<br />

se hacía también en<br />

Zorita.<br />

OCTUBRE<br />

El primer domingo de octubre<br />

Mingorría celebra sus fiestas<br />

patronales en honor de la<br />

Virgen del Rosario, conocidas<br />

como «La Función», festividad<br />

San Esteban de los Patos.<br />

que también se celebra en Monsalupe<br />

y San Esteban de los<br />

Patos, aunque en todas estas<br />

localidades los actos más<br />

multitudinarios se han trasladado<br />

a las fiestas de verano que<br />

se organizan en agosto. El segundo<br />

domingo de octubre Velayos<br />

festeja a su<br />

patrona, la Virgen de<br />

la Soledad, sin que<br />

falten en estas fechas<br />

los festejos taurinos.<br />

Las Berlanas destacó<br />

en estas fechas<br />

por su importante feria<br />

de ganado que<br />

comenzaba el día 24.


<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS<br />

En esta fecha da comienzo<br />

también la campaña de la tradicional<br />

matanza del cerdo.<br />

Santo Domingo de las Posadas<br />

NOVIEMBRE<br />

El día 8 de noviembre Santo<br />

Domingo de las Posadas celebraba<br />

fiestas en honor de San<br />

Martín, titular de su parroquia.<br />

DICIEMBRE<br />

El barrio de la Aldehuela de<br />

Las Berlanas celebra en su<br />

ermita la fiesta de la Purísima<br />

Concepción el 8 de diciembre.<br />

El año termina con la fiesta del<br />

Santo Chiquito el día 21, que se<br />

celebra en San Esteban de los<br />

Patos en honor de Santo Tomás,<br />

titular de su parroquia.<br />

Mingorría. Procesión de la Virgen.<br />

LOS TOROS<br />

La programación de espectáculos<br />

taurinos, coincidiendo<br />

con las celebraciones festivas,<br />

constituye una tradición característica<br />

de las diversiones populares<br />

de las gentes que habitan<br />

esta parte de la provincia<br />

abulense, destacando por ello<br />

las localidades de Cardeñosa,<br />

Mingorría y Velayos.<br />

La fiesta de los toros tiene su<br />

mayor exponente histórico en la<br />

plaza construida para la lidia<br />

frente a la ermita de Nuestra<br />

Señora del Berrocal de Cardeñosa.<br />

Este singular ruedo de<br />

piedra es de forma cuadrada, y<br />

parece tan antiguo como la propia<br />

ermita. El interior del coso,<br />

que antiguamente era rodeado<br />

de carros, dispone de unos espacios<br />

habilitados en sus ángulos<br />

para los espectadores,<br />

mientras que para correr las vaquillas<br />

se instalaron recientemente<br />

seis burladeros. Ultimamente<br />

apenas se celebran festejos<br />

en esta hermosa plaza,<br />

dados los problemas de seguridad<br />

que presentan sus bellos<br />

muros, si bien antes se soltaba<br />

una vaquilla para aficionados y<br />

dos novillos para la lidia de profesionales.


<strong>RUTAS</strong> FESTIVAS 127<br />

Cardeñosa. Coso de la ermita.<br />

Mingorría ha celebrado desde<br />

tiempo inmemorial espectáculos<br />

taurinos en sus fiestas,<br />

aunque ello no se haya producido<br />

en los últimos años. De este<br />

pueblo es el torero retirado<br />

Paco Domínguez Méndez, nacido<br />

en 1941. Antiguamente, los<br />

toros se adquirían en las dehesas<br />

cercanas de Aldealgordo o<br />

Tabladillo, e incluso en Campoazálvaro;<br />

este ganado de media<br />

casta se trasladaba desde los<br />

Plaza portátil de Mingorría.<br />

pastos a pie,<br />

rodeado de<br />

una piara de<br />

cabestros y vigilado<br />

por gentes<br />

a caballo,<br />

hasta el lugar<br />

conocido como<br />

«el toril»,<br />

situado frente<br />

al presbiterio<br />

de la iglesia<br />

donde se hacía<br />

la lidia. La<br />

plaza también<br />

se formaba con carros de labranza,<br />

hasta que fueron sustituidos<br />

por plazas portátiles.<br />

En la actualidad, la fiesta de<br />

los toros tiene su mayor auge<br />

en Velayos, localidad que cuenta<br />

con una plaza de nueva construcción<br />

inaugurada en 1990<br />

con el cartel de Ignacio Martín<br />

y los hermanos Campano. La<br />

peña taurina «El Moriles» anima<br />

cada temporada organizando<br />

interesantes festejos, con lo que<br />

mantiene viva una tradición ancestral.<br />

Plaza de Velayos.


RUTA DE LA LANA<br />

■ A DESTACAR. La cría del<br />

ganado ovino para la obtención<br />

de lana y carne ha sido<br />

una actividad característica de<br />

las formas de vida en el medio<br />

rural, lo que favoreció entre los<br />

municipios de la ribera del Adaja<br />

el nacimiento de una primitiva<br />

industria textil a mediados<br />

del siglo XVIII que ocupó un<br />

lugar destacado en el conjunto<br />

de la provincia. Viajar entonces<br />

por los pueblos que<br />

se significaron en el desarrollo<br />

de esta actividad fabril,<br />

supone reencontrarse<br />

con viejos batanes y esquileos,<br />

y con manufacturas de<br />

la época, tales como mantas,<br />

colchas, lienzos, sayales,<br />

etc., que nos ayudan a<br />

conocer y entender formas<br />

de vida casi olvidadas.<br />

■ La ruta. Esta ruta es un<br />

viaje mágico a través de distintas<br />

manifestaciones, que<br />

todavía pueden verse en<br />

nuestros pueblos, demostrativas<br />

del proceso fabril<br />

que se desencadenaba a<br />

partir de la lana que se obtenía<br />

de las ovejas. El oficio<br />

de pastor, el rito anual del<br />

esquileo, los encerraderos<br />

y construcciones auxiliares<br />

de los grandes esquileos,<br />

los arruinados molinos batanes<br />

que se asoman al río<br />

Adaja, los restos de casas<br />

que fueron telares, alguna rueca<br />

o huso para hilado, y las<br />

viejas mantas que aún se conservan,<br />

constituyen muestras<br />

vivas de una importante actividad<br />

artesanal que concluía<br />

con la fabricación de paños<br />

para mantas de campo, vestimenta<br />

de labradores y otros<br />

usos agrícolas.<br />

■ Cómo llegar. Cuando el viajero<br />

recorre los pueblos del<br />

Adaja y el Voltoya por las carreteras<br />

y caminos que discurren<br />

entre los ríos, enseguida<br />

observa que el mantenimiento<br />

de rebaños de ovejas debió<br />

ser el origen de la fabricación<br />

de paños de lana. Para llegar<br />

basta ponerse en camino, y<br />

en mayo y junio todos los encerraderos<br />

y cijas dejan oír el<br />

chasquido de los esquiladores.<br />

El mejor ejemplo de los<br />

Molino batán «El Caleño».<br />

viejos molinos bataneros se<br />

encuentra en el Adaja, donde<br />

se llega por el camino que sale<br />

aguas arriba del río, nada<br />

más cruzar el puente de Zorita.<br />

Los grandes encerraderos<br />

y esquileos estaban a orillas<br />

del Voltoya, en Aldealgordo (Tolbaños)<br />

y «Las Gordillas» (Maello),<br />

a los que se llega por la<br />

carretera de Velayos a Maello.


RUTA DE LA LANA 129<br />

■ Qué ver. El esquileo de<br />

ovejas sigue siendo una actividad<br />

digna de contemplación.<br />

El batán «El Caleño»,<br />

situado en el Adaja conserva<br />

todavía la grandiosidad<br />

de su construcción en un bello<br />

paraje que traza el río.<br />

Las dependencias de los esquileos<br />

de «Aldealgordo» y<br />

«Las Gordillas» testimonian<br />

la importancia de una primitiva<br />

industria textil. En algunas<br />

casas de Velayos, Santo<br />

Domingo de las Posadas<br />

y Mingorría todavía se conservan<br />

viejas mantas de lana,<br />

mientras que en Cardeñosa<br />

los hombres lucen bellas<br />

capas y en Peñalba se<br />

conserva alguna rueca de<br />

hilar. En el recuerdo quedan<br />

los numerosos telares que<br />

existieron durante los siglos<br />

XVIII y XIX en Velayos, Mingorría<br />

y Santo Domingo de<br />

las Posadas.<br />

■ Aliciente. La fabricación<br />

de paños marcó una época<br />

importante de la historia abulense,<br />

y fue un primer intento<br />

de industrialización del<br />

campo. Comprobar entonces<br />

cómo se esquilan las<br />

ovejas y descubrir los batanes<br />

del Adaja y los esquileos<br />

del Voltoya, así como viejas<br />

manufacturas de lana motivan<br />

el inicio de este viaje.<br />

La industria textil en Avila ha<br />

sido estudiada con especial<br />

rigor por Gonzalo Martín García.<br />

El Catastro del Marqués de la<br />

Ensenada de 1751 también aporta<br />

datos muy interesantes: Mingorría,<br />

Velayos y Santo Domingo<br />

de las Posadas, mediado el<br />

siglo XVIII, ocupaban un lugar<br />

destacado en el panorama industrial<br />

de la provincia por su<br />

producción textil, sin contar los<br />

tejedores aislados de Gotarrendura,<br />

Vega de Santa María y<br />

Zorita, cuyo tejedor también era<br />

sacristán. Además Cardeñosa<br />

llegó a contar con una escuela<br />

de hilazas. Mingorría tenía entonces<br />

14 centros cardadores y<br />

ocho telares, que daban trabajo<br />

a 19 tratantes y fabricantes<br />

de estameñas, 12 cardadores y<br />

peinadores de lana y dos aprendices,<br />

y a ocho maestros de tejer<br />

sayales y estameñas. Velayos<br />

tenía 35 peinadores, 15 cardadores,<br />

27 telares y 31 tejedores,<br />

entre ellos había seis fabricantes-tejedores<br />

que empleaban<br />

entre todos a 30 operarios,<br />

seis fabricantes-peinadores que<br />

elaboraban lana para estameñas<br />

y sayales, y un fabricantepeinador<br />

y tratante de pieles de<br />

cabra. Santo Domingo de las<br />

Posadas tenía tres peinadores,<br />

cuatro telares y cuatro tejedores.<br />

Estas localidades, junto con Villanueva<br />

de Gómez, eran las<br />

únicas de toda la Moraña y la<br />

Colcha de lana.


130<br />

zona centro de la provincia abulense<br />

donde se desarrollaba<br />

la actividad textil, destacando<br />

en el resto Las Navas del Marqués,<br />

Pedro Bernardo, Villafranca,<br />

Mijares, Bonilla, Casavieja,<br />

Solana de Rioalmar y<br />

Santa María del Berrocal.<br />

Ovillo de lana recién esquilada.<br />

Las operaciones preliminares<br />

del proceso de manufacturación<br />

daban comienzo con el<br />

esquileo de las ovejas. Esta es<br />

una actividad que actualmente<br />

se sigue realizando en el medio<br />

rural, y su importancia para la<br />

industria textil de la zona puede<br />

comprobarse en las dehesas de<br />

Las Gordillas (Maello) y Aldealgordo<br />

(Tolbaños), sobre las instalaciones<br />

de esta última escribió<br />

Madoz en 1845:<br />

Rancho de «Las Gordillas».<br />

Aldealgordo. Río Voltoya.<br />

«Tiene la dehesa dos esquileos<br />

de ganado lanar con sus lonjas<br />

correspondientes, llamadas<br />

rancho de arriba y rancho de<br />

abajo, cuatro encerraderos, un<br />

sudadero, un comedor para los<br />

pastores con su despensa, un<br />

lavadero de nueve varas de frente<br />

y 48 de fondo y con su cocina.<br />

Tiene un prado que sirve de<br />

tendedero de lana, dentro del<br />

cual hay una lonja para apartar<br />

las lanas y ensacarlas después<br />

de lavadas. El río Voltoya sirve<br />

para el lavadero de las lanas».<br />

La lana era apartada o clasificada,<br />

desmontada, lavada<br />

y arqueada o esponjada, quedando<br />

entonces blanca pero áspera<br />

y tirante, por lo que las fibras<br />

debían ser preparadas convenientemente<br />

mediante el peinado<br />

o el cardado para volverlas<br />

más sedosas antes de someterlas<br />

a la hilatura. El hilado<br />

solía hacerse por las mujeres<br />

en sus casas, utilizando tornos<br />

y ruecas de madera, entregándose<br />

después las hilazas a los<br />

telares, donde se ocupaban los<br />

tejedores.<br />

Tal y como dice Gonzalo Martín,<br />

la operación de tejido era la<br />

fase más importante del proceso<br />

de producción y la que da-


131<br />

Telar y rueca.<br />

ba al paño sus características<br />

esenciales. Del telar salían los<br />

paños crudos, aptos ya para ser<br />

utilizados en muchas ocasiones,<br />

pero algunos de ellos, de<br />

mayor calidad, eran sometidos<br />

después a una nueva serie de<br />

operaciones que tenían la finalidad<br />

de procurar un acabado<br />

más perfecto, dando al paño una<br />

apariencia de limpieza y superficie<br />

uniformes que aumentaban<br />

el valor comercial de la pieza.<br />

Las principales eran el batanado,<br />

el tundido y el tinte.<br />

Con el bataneo se trataba de<br />

limpiar las impurezas que se<br />

habían adherido al paño en los<br />

procesos anteriores y dar a la<br />

pieza las dimensiones, consistencia<br />

y brillo necesarios. Esta<br />

operación se hacía en el molino<br />

batán que se localizaba en la<br />

ribera de los ríos y arroyos<br />

caudalosos, pues la energía<br />

hidráulica era la única forma<br />

de producir energía a costes<br />

económicos.<br />

Siguiendo a María Pía Timón<br />

en «El Arte Popular en<br />

Avila», sabemos que los batanes<br />

funcionan aprovechando<br />

la corriente de agua que<br />

se conducía por medio de un<br />

canal que se abría o cerraba<br />

con una compuerta. En el momento<br />

de la faena se dejaba<br />

pasar el agua y al caer con fuerza<br />

sobre las palas que tenía la<br />

rueda hidráulica la hacían moverse<br />

con rapidez. Esta transmitía<br />

el movimiento al eje que presentaba<br />

unas paletas que al<br />

coincidir con las mazas le hacían<br />

levantarse y caer por su<br />

peso contra la pila donde estaba<br />

el paño, golpeándole.<br />

El río Adaja contaba en 1751,<br />

según el Catastro de Ensenada,<br />

con tres molinos batanes, localizados<br />

en la margen izquierda<br />

de Cardeñosa: el batán de Córdoba,<br />

el batán de Alejandro y el<br />

batán el Caleño, en los linderos<br />

de Zorita. Larruga cita también<br />

la existencia de un batán en Velayos<br />

en el siglo XVIII.<br />

Concluido el proceso fabril los<br />

paños obtenidos se clasificaban<br />

en ordinarios, veintidosenos,<br />

estameñas, sayales, xergas, ataharres<br />

y cinchas. Con estos paños<br />

se confeccionaban principalmente<br />

mantas de campo y ropas<br />

para los campesinos (capas, pantalones,<br />

chaquetones y manteos),<br />

y para las faenas agrícolas<br />

y ganaderas (mantas de mulas,<br />

costales y alforjas).<br />

Además de la fabricación<br />

de paños, también se contaban<br />

centros productores de lienzos<br />

a partir del lino: Mingorría contaba<br />

con cuatro centros de lienzos<br />

ordinarios y Velayos con<br />

dos de lienzos y estopas, cuyos<br />

productos se destinaban para<br />

Batán en el río Adaja.


132 RUTA DE LA LANA<br />

la realización de prendas de<br />

ajuar y las relacionadas con las<br />

faenas agrícolas y ganaderas.<br />

La actividad textil artesanal<br />

prácticamente desapareció con<br />

las crisis agrarias de 1780, dada<br />

la escasa productividad de<br />

la agricultura y la baja capacidad<br />

adquisitiva del campesinado.<br />

Esta desaparición fue paulatina,<br />

y de ello se lamentaba el<br />

Corregidor de la ciudad de Avila<br />

citando el caso del pueblo de<br />

Velayos, lo mismo que reseña<br />

el historiador Martín Carramolino.<br />

No obstante, en esta localidad,<br />

según Madoz (1845-1850),<br />

todavía quedan ocho telares y<br />

80 personas se ocupan en la<br />

fabricación de estameñas bastas.<br />

Durante el período 1776-1851<br />

las fábricas textiles fueron el<br />

exponente más importante del<br />

intento de modernización e industrialización<br />

de la capital abulense.<br />

Así, primero se puso en<br />

funcionamiento la fábrica de paños<br />

del Común de la Ciudad de<br />

Avila (1776-1782), después se<br />

estableció la Real Fábrica de<br />

algodón (1788-1816), que pasado<br />

el tiempo se transformó en<br />

fábrica de lanas (1817-1830) y<br />

finalmente en fábrica de lino<br />

(1830-1851). Además, también<br />

funcionaron en Avila diversas<br />

fábricas de paños privadas, entre<br />

las que destacaron la de Francisco<br />

Solernou (1774-1798) y<br />

la de Rafael Serrano (1803-1822).<br />

Mingorría. Confección de manteo.<br />

Solernou era un comerciante<br />

catalán establecido en Avila, había<br />

sido Procurador Síndico del<br />

Común, y completaba su negocio<br />

de fabricación de paños con<br />

una tienda de joyería, quincallería<br />

y ferretería, y con la compraventa<br />

de lanas. Además era<br />

prestamista y propietario de casas<br />

y tierras en Mingorría, Las<br />

Berlanas y Monsalupe.<br />

Rafael Serrano era natural del<br />

pueblo de Velayos y fue oficial<br />

de la Contaduría de Avila, administrador<br />

de Tercias Reales y tesorero<br />

de Rentas Provinciales<br />

de Avila, teniendo casas y tierras<br />

en Peñalba, Zorita de los Molinos<br />

y Cardeñosa, donde estableció<br />

una secuela de hilazas.<br />

Desaparecida la actividad textil<br />

de la zona, su vacío fue paliado<br />

con la visita frecuente de los<br />

pañeros de Santa María del Berrocal.<br />

En Mingorría durante la siguiente<br />

mitad del siglo XX la mayoría<br />

de las mujeres se ocuparon<br />

cosiendo guantes de piel,<br />

en una importante actividad económica<br />

para la localidad. En la<br />

actualidad se siguen realizando<br />

trabajos de confección de trajes<br />

de toreros, además de manteos<br />

y tapices.<br />

Finalmente, cabe decir que<br />

en Cardeñosa la tradicional capa<br />

de paño que se tejía en la<br />

zona constituye una prenda característica<br />

de la indumentaria<br />

masculina.<br />

Cardeñosa. Capa de paño.


RUTA DE<br />

LOS CHOCOLATEROS<br />

Mingorría. Fábrica de chocolate.<br />

■ A DESTACAR. Al viajero<br />

debe sorprenderle grátamente<br />

llegar a Mingorría y descubrir<br />

aquí una antigua fábrica<br />

de chocolates, tal cual dejó<br />

de funcionar en 1970, después<br />

de haberlo hecho durante<br />

más de 150 años. La fábrica<br />

conserva intactas sus<br />

instalaciones y el coche furgoneta<br />

comprado en 1934 para<br />

repartir.<br />

■ La ruta. Desplazarse hasta<br />

Mingorría, como antiguamente<br />

hacían los escolares,<br />

para admirar la gran casona<br />

que preside la plaza del<br />

pueblo es reencontrarse con<br />

un peculiar símbolo de industrialización<br />

del campo. Actualmente<br />

la fábrica «Marugán»<br />

está cerrada, pero se conserva<br />

en relativo buen estado<br />

y guarda toda la maquinaria<br />

que sirvió para la fabricación<br />

del chocolate.<br />

■ Cómo llegar. Para acercarse<br />

a Mingorría basta ponerse<br />

en marcha por la carretera<br />

de Avila-Valladolid N-403,<br />

y en el centro del pueblo, en<br />

la plaza de la Constitución,<br />

destaca sobremanera la antigua<br />

fábrica.<br />

■ Qué ver. El singular edificio<br />

que fue una de las más<br />

importantes fábricas de chocolates<br />

de la mitad norte de la<br />

provincia. En su interior todavía<br />

se conservan íntegras las<br />

instalaciones primitivas que<br />

servían para la elaboración artesanal<br />

del chocolate, incluido<br />

el antiguo coche-furgoneta<br />

de reparto.<br />

■ Aliciente. Descubrir en el<br />

medio rural una fábrica de<br />

chocolate tal cual funcionaba<br />

antiguamente.<br />

Carta de baraja de regalo


Molde.<br />

RUTA DE LOS CHOCOLATEROS<br />

Aun extremo de la plaza de<br />

Mingorría, a contrapunto e<br />

la iglesia y perpendicular a la<br />

casa consistorial, se levanta un<br />

enorme caserón de dos plantas,<br />

el más grande de todo el<br />

pueblo. Es la fábrica de chocolates,<br />

construida en el año 1832<br />

sobre una finca donde en alguna<br />

ocasión se cultivó el azafrán.<br />

A un lado de la casona, tres<br />

contrafuertes de mampostería<br />

sostienen las gruesas paredes<br />

que soportan la cubierta de la<br />

casa, son los paredones que<br />

dan a la calle del Pozo y entre<br />

los cuales se puede descifrar el<br />

rótulo, ya casi borrado por la<br />

lluvia: «Chocolates Marugán».<br />

El edificio es hogar familiar y<br />

es fábrica, también cuenta con<br />

cuadras para las caballerizas,<br />

gallinero y una lagareta donde<br />

hacer el vino. En medio del<br />

corral, inmenso, un pozo.<br />

El proceso de elaboración<br />

que caracterizaba la fabricación<br />

de este chocolate ha sido el<br />

mismo a lo largo de cien años.<br />

Durante todo este tiempo, un<br />

molino de piedra movido por<br />

una o dos mulas ha sido la única<br />

maquinaria con que se contaba,<br />

hasta que en 1925 se instaló<br />

un motor de gasolina, y en<br />

1940 se sustituyó por maquinaria<br />

eléctrica.<br />

El chocolate «Marugán» solía<br />

venderse en Avila, capital y provincia.<br />

Todos los viernes del año<br />

era cita obligada acudir a repartirlo<br />

a la capital, los demás días<br />

se iba de pueblo en pueblo hasta<br />

donde se podía ir y venir en<br />

una jornada. La distribución se<br />

hacía con las alforjas cargadas<br />

a lomos de un par de mulas. En<br />

la fábrica había cuatro mulas<br />

que se turnaban en dar vueltas<br />

alrededor del molino, yendo a<br />

repartir y descansando. Para llegar<br />

a los pueblos más lejanos<br />

se recorrían éstos previamente,<br />

incluso durante semanas, confeccionando<br />

una nota de pedidos<br />

que posteriormente se facturaría<br />

con destino a los comerciantes<br />

que lo solicitaban.<br />

En 1925 Mariano Cuenca,<br />

que había estado trabajando<br />

casi ocho años en la fábrica de<br />

los Marugán, decide instalar<br />

otra fá brica de chocolate también<br />

en Mingorría. Se fue con él<br />

Florencio García, otro trabajador<br />

de los Marugán que llevaba<br />

20 años en el oficio. Posteriormente,<br />

Florentino abrió otra fábrica<br />

por su propia cuenta.<br />

En 1934 las mulas que transportaban<br />

el chocolate de pue-


RUTA DE LOS CHOCOLATEROS 135<br />

blo a pueblo, fueron sustituidas<br />

por un coche furgoneta de color<br />

rojo, marca Opel, matrícula<br />

AV-881. La distribución y el reparto<br />

fue mucho más eficaz entonces.<br />

El precio de venta de<br />

las tabletas osciló en esta década<br />

entre los 50 céntimos y la<br />

peseta.<br />

También en esta época se<br />

piensa en cambiar y modernizar<br />

la maquinaria. Para ello se estudian<br />

detenidamente los muestrarios<br />

y catálogos que mandan<br />

desde Barcelona y en 1936 casi<br />

se cierra el trato con los vendedores<br />

catalanes, pero estalló la<br />

guerra. El coche fue requisado,<br />

el cacao y el azúcar estaban racionados<br />

y dos hijos estaban<br />

en el Ejército. Hubo que esperar<br />

al final de la guerra para la<br />

instalación de la nueva maquinaria<br />

eléctrica; el coche, devuelto<br />

a sus dueños, será pintado<br />

de azul claro y en la plaza<br />

del pueblo volvía a oírse el sonar<br />

«Marugán, tam, tam», que<br />

hacían las máquinas.<br />

El trabajo artesanal de fabricación<br />

del chocolate era motivo<br />

suficiente para que acudieran<br />

numerosos visitantes curiosos.<br />

Solían venir los cadetes de la<br />

Academia de Intendencia de<br />

Avila y, también, las alumnas<br />

del colegio abulense de Las Nieves.<br />

Como regalo un simpático<br />

lapicero de propaganda o una<br />

papelera, y siempre un trozo de<br />

chocolate.<br />

El chocolate que se hacía era<br />

un chocolate a la taza, de leche<br />

y almendras, un chocolate apreciado,<br />

cuyo sabor todavía se recuerda<br />

por quienes lo han probado.<br />

Pero llegaron los años sesenta<br />

y la industria chocolatera que<br />

había proliferado excesivamente<br />

en toda España empezaba a<br />

resentirse, y las pequeñas industrias<br />

comienzan a cerrar. Para<br />

los Marugán no hay perspectivas<br />

de continuidad. El negocio<br />

familiar se moría con la tercera<br />

generación cuando los dos<br />

hijos varones de la siguiente<br />

generación no llegan a trabajar<br />

nunca en la fábrica. Así pues,<br />

en el año 1970 se cierra.<br />

Ahora sólo queda el recuerdo<br />

de aquellos aromas, de los bailes<br />

que se echaban en el portal,<br />

de las notas que tocaba Agapito<br />

Marazuela en las tardes de<br />

los inviernos de la posguerra,<br />

cuando se acercaba a este<br />

caserón animado por Antonio<br />

Marugán, al que le gustaba tocar<br />

la guitarra.<br />

Todo permanece intacto, como<br />

si fuera ayer el último día trabajado.<br />

Parece estar listo para<br />

iniciar de nuevo la fabricación de<br />

aquel añorado chocolate que<br />

fue la merienda de todos los niños<br />

durante más de un siglo.<br />

Aún se conservan dos máquinas<br />

que están sin desembalar,<br />

una mesa para moldear y una<br />

moledora de almendras, como<br />

un mundo mágico, igual que el<br />

del cuento de la casita de chocolate.<br />

La fábrica de chocolate,<br />

inmensa, callada y muda sigue<br />

presidiendo la plaza. Al otro extremo,<br />

la iglesia mira de reojo.


RUTA DE LOS PALOMARES<br />

■ A DESTACAR. Rodean muchos<br />

de los pueblos de la ribera<br />

del Adaja y de la meseta<br />

castellana unas construcciones<br />

aisladas, de planta rectangular<br />

algunas veces, circular<br />

casi siempre, con pretensiones<br />

decorativas de las que suelen<br />

carecer totalmente las pobres<br />

viviendas inmediatas: son los<br />

palomares, donde se criaban<br />

palomas que proporcionaban<br />

carne y abono al campesinado.<br />

■ La ruta. El recorrido ideado<br />

pretende situar al viajero<br />

frente a los antiguos palomares<br />

que se conservan en nuestros<br />

pueblos, al objeto de fijar<br />

su atención en la importancia<br />

de estas singulares construcciones<br />

en la vida de los campesinos.<br />

■ Cómo llegar. Buenos ejemplos<br />

de palomares pueden verse<br />

en Peñalba, a la salida del<br />

pueblo por el este, camino de<br />

Zorita; en Monsalupe, en la<br />

antigua fábrica de aguardiente;<br />

en Las Berlanas, en el barrio<br />

de El Burgo; en Gotarrendura,<br />

en el antiguo solar de la<br />

casa-palacio de los padres de<br />

Santa Teresa; en Zorita, en la<br />

Dehesa de Olalla cerca del río<br />

Adaja; en Mingorría, en un montecillo<br />

situado al oeste del pueblo,<br />

en el encinar del «Ciego»,<br />

cerca del camino de los molinos<br />

y junto a la carretera N-<br />

403; en Pozanco, de frente a<br />

las eras del pueblo, y en Dehesa<br />

de Domingo Peláez, en<br />

el encinar situado a la derecha<br />

de la carretera que llega a Santo<br />

Domingo de las Posadas.<br />

■ Qué ver. La distribución interior<br />

de los palomares para<br />

servir a la cría de palomas donde<br />

mejor puede contemplarse<br />

es en el palomar de Santa Teresa<br />

en Gotarrendura. La gracia<br />

de las construcciones y su<br />

gran variedad puede admirarse<br />

en los pueblos de la ruta,<br />

destacando por su grandiosidad<br />

el palomar de la dehesa<br />

de Domingo Peláez.<br />

■ Aliciente. Todavía quedan<br />

buenos ejemplos de palomares<br />

en nuestros pueblos. Conocer<br />

su relevancia histórica<br />

en la pobre economía rural y<br />

la singularidad de su diseño<br />

arquitectónico, en contraste con<br />

su abandono actual, resulta un<br />

buen atractivo para una visita.<br />

Antiguo palomar en Mingorría.


RUTA DE LOS PALOMARES 137<br />

Zorita de los Molinos, dehesa de Olalla.<br />

De barro, ladrillos o mampostería<br />

guarnecida, bien blancos<br />

de cal, los palomares tienen<br />

un aspecto pintoresco al introducir<br />

en su construcción elementos<br />

decorativos y superfluos:<br />

tejados a diferentes alturas, muros<br />

que se prolongan por encima<br />

de la cubierta, siempre de escasa<br />

pendiente, pináculos bordeando<br />

tejados y albardillas...<br />

Situados alrededor del pueblo,<br />

en lugares estratégicos, los<br />

palomares parecen pequeñas<br />

fortalezas encaladas. Son edificaciones<br />

que llaman la atención<br />

del viajero por su contraste<br />

con las viviendas y casas de la<br />

villa, vistos desde la lejanía.<br />

El palomar se levanta como<br />

las pirámides egipcias, en la<br />

soledad de los campos. Proliferan<br />

como las ermitas, tan enraizadas<br />

en estas tierras, pero<br />

lejos de arrancar súplicas del<br />

hombre piadoso. Sus paredes<br />

guardan a las palomas,<br />

nada más pacífico y simbólico,<br />

que siguen en libertad<br />

y teniendo el<br />

cielo como única techumbre.<br />

Los palomares,<br />

señoriales y<br />

elegantes, contrastan<br />

con los gallineros,<br />

menos altaneros<br />

y más impotentes<br />

frente al firmamento<br />

y las estrellas.<br />

Los palomares, como molinos<br />

sin aspas, gigantes vencidos<br />

por don Quijote, construidos<br />

por el mismo labriego, son<br />

la mejor muestra de su sentido<br />

exquisito y creador de formas.<br />

Son barro sobre barro. Los adobes<br />

se preparan mezclando la<br />

tierra de estas tierras con agua,<br />

introduciendo la pasta en un<br />

molde y mezclándola con la paja.<br />

Una vez que el sol lo seca ya<br />

está el barro listo y dado forma<br />

para crecer hasta ser casa de<br />

palomas, sin cocción alguna y<br />

con la sola exposición al sol.<br />

Así nace el palomar, de la misma<br />

tierra donde se asoma el<br />

horizonte, con la intervención<br />

del sentido mágico que levanta<br />

este monumento a unas aves<br />

que, siendo libres, nacen junto<br />

al campesino.<br />

Dada la facilidad de reproducción<br />

de las palomas, el hombre<br />

de campo soluciona una<br />

Pozanco.


138 RUTA DE LOS PALOMARES<br />

Mingorría.<br />

importante parte de su dieta alimenticia.<br />

Los excrementos de<br />

las mismas palomas –palomina–<br />

serán un buen abono para<br />

sus tierras. A cambio, durante<br />

los meses de invierno, cuando<br />

la tierra parece estéril, las palomas<br />

comerán los últimos restos<br />

de la era que al finalizar el<br />

verano fueron barridos cuidadosamente<br />

para esta ocasión<br />

por el labrador. Los pichones<br />

nacerán a finales de primavera<br />

y durante el verano el campo<br />

será su alimento y el palomar<br />

su casa-dormitorio. La paloma<br />

es un animal libre, sin dueño, y<br />

la única relación de propiedad<br />

que hay con el hombre es su<br />

permanencia en el palomar, permanencia<br />

mediatizada por la<br />

abundancia o escasez de comida<br />

en el mismo.<br />

A modo de ejemplo sobre la<br />

productividad de<br />

un palomar, reseñamos<br />

que en el<br />

siglo XVI el palomar<br />

de Santa Teresa<br />

en Gotarrendura<br />

produ-cía al<br />

año 139 rea- les<br />

de palominos y<br />

76 reales de palomina,<br />

mientras<br />

que una obrada<br />

de tierra costaba<br />

191 reales.<br />

Los palomares<br />

de las zuritas se<br />

conocen desde<br />

hace muchos siglos<br />

y no siempre<br />

pudo tenerlos<br />

el que quiso,<br />

porque su posesión<br />

constituía un<br />

privilegio que sólo<br />

se otorgaba a<br />

los señoríos y comunidades<br />

religiosas,<br />

constituyendo<br />

lo que se<br />

llamó «derecho de palomar»,<br />

altamente buscado en los tiempos<br />

del feudalismo. El derecho<br />

de palomar imperó en toda<br />

Europa durante la Edad Media<br />

y aún en los tiempos modernos.<br />

Algunos palomares medievales<br />

fueron destruidos en<br />

gran parte durante la revolución<br />

francesa, al derribar todo lo que<br />

significara símbolo de señorío<br />

o de nobleza.<br />

Con la abolición de los fueron<br />

y prerrogativas de la nobleza<br />

quedó abolido el derecho<br />

de palomar; sin embargo, en<br />

muchos sitios se mantienen<br />

aún estas torres palomares<br />

cuyos productos se explotaban<br />

por cuenta propia de los labradores<br />

o en aparcería con los<br />

colonos. No obstante, hoy en<br />

día la mayoría de los palomares<br />

están abandonados.<br />

Dehesa de Domingo Peláez.


RUTA DE LOS<br />

CRUCEROS<br />

■ A DESTACAR. Las cruces<br />

forman parte del paisaje<br />

rural tan característico de<br />

esta Castilla nuestra, donde<br />

nacen como árboles de piedra<br />

granítica con dos brazos<br />

de una pieza, generalmente.<br />

Se levantan sobre<br />

peanas, también de piedra,<br />

que tienen una forma cuadranular<br />

o redonda, para lo<br />

que incluso se aprovechan<br />

las piedras de los lagares,<br />

donde se apoyan, a veces,<br />

sobre una escalinata a su<br />

alrededor. El arte popular<br />

se hace símbolo del Cristianismo<br />

desde el nacimiento<br />

de éste. Las cruces representan<br />

la crucifixión de<br />

Cristo y forman viacrucis<br />

completos, simplemente calvarios<br />

o cruces aisladas a<br />

la puerta de iglesias y ermitas,<br />

y siempre en los cementerios.<br />

Pero las cruces que<br />

permanecen arraigadas en<br />

esta dura tierra trascienden a<br />

su significado religioso originario<br />

para configurar un paisaje<br />

con sabor a «pueblo artesano».<br />

■ La ruta. En todos los pueblos<br />

que circundan la ribera<br />

del Adaja cuentan cruces o<br />

cruceros repartidos entre sus<br />

calles, plazas y lugares santos.<br />

Detenerse ante estos monolitos<br />

labrados en piedra es<br />

recorrer una tierra piadosa que<br />

quiere ser descubierta por<br />

nuevos peregrinos.<br />

■ Cómo llegar. Los cruceros<br />

se aparecen ante el viajero<br />

que se acerca a los pueblos<br />

como estandartes que<br />

no necesitan anunciarse. Para<br />

llegar, entonces, basta con<br />

Calvario de Cardeñosa.<br />

seguir la estela que dejan las<br />

cruces de piedra en torno a<br />

iglesias, ermitas, cementerios<br />

y cruces de caminos. Desde<br />

la carretera, por la que se llega<br />

a los pueblos, ya se divisan<br />

los cruceros que santifican<br />

las poblaciones.<br />

■ Qué ver. Las cruces de<br />

piedra, por el lugar que ocupan<br />

y la belleza de su labra,<br />

constituyen piezas monumentales<br />

que engrandecen el paisaje,<br />

las calles y plazas, y<br />

los edificios religiosos que<br />

presiden.<br />

■ Aliciente. Descubrir extraordinarios<br />

grupos escul- tóricos<br />

destacados por la figura<br />

de Cristo crucificado, y esculpidos<br />

en piedra por artesanos<br />

anónimos, donde los<br />

peregrinos y feligreses se<br />

detenían para orar.


RUTA DE LOS CRUCEROS<br />

Las Berlanas<br />

La ruta de los cruceros que<br />

salpican los pueblos del Adaja<br />

ofrece al viajero un especial motivo<br />

para hacer una parada ante<br />

estas obras de piedra esculpidas<br />

por buenos canteros.<br />

Si comenzamos nuestra ruta<br />

por Cardeñosa, aquí contaremos<br />

hasta 47 cruces repartidas<br />

por todo el término municipal,<br />

donde destacamos el calvario<br />

que se levanta frente a la ermita<br />

de «Nuestra Señora del Berrocal»,<br />

por su majestuosidad,<br />

en el cual se culmina el viacrucis<br />

que se inicia en la iglesia.<br />

Blascosancho.<br />

Continuando el viaje, en el<br />

horizonte se divisa la cruz de la<br />

sierra de Peñalba, que anuncia<br />

el territorio de este pueblo, con<br />

cruces frente a la iglesia y la ermita,<br />

y a la salida por el este camino<br />

de Zorita.<br />

Llegando a Las Berlanas los<br />

barrios se significan con ermitas<br />

y bellas cruces que se cuentan<br />

hasta la antigua iglesia de<br />

Nuestra Señora de Gandulle y<br />

de la Asunción.<br />

Monsalupe define su viacrucis<br />

desde la iglesia hasta la ermita<br />

de la Virgen del Buensuceso<br />

y el cementerio, y Gotarrendura<br />

expone su crucero a<br />

la puerta del templo parroquial.<br />

Zorita de los Molinos conserva<br />

una cruz frente a la ermita<br />

del Cristo, mientras Mingorría<br />

cuenta con un completo viacrucis<br />

que comienza en la iglesia<br />

con sendas cruces con Cristos<br />

labrados, y continúa por calles<br />

y plazas para terminar en la ermita<br />

del Cristo del Berrocal.<br />

Pozanco y Santo Domingo<br />

de las Posadas lucen sus cruces<br />

en torno a la iglesia y el cementerio,<br />

mientras Vega de Santa<br />

María ofrece un viacrucis que<br />

termina en la iglesia parroquial<br />

de Nuestra Señora de la Asunción,<br />

ofreciendo un bello con-


RUTA DE LOS CRUCEROS 141<br />

Mingorría.<br />

junto. Lo mismo que ocurre en<br />

Velayos desde la iglesia hasta<br />

el cementerio, donde estaba<br />

la antigua ermita de Nuestra Señora<br />

de las Angustias. Más allá,<br />

en Blascosancho, el calvario se<br />

puede ver desde la carretera,<br />

junto al camino que rodea las<br />

eras.<br />

Dirigiéndonos a Los Patos,<br />

en el límite del término con Mingorría,<br />

una cruz con Cristo sirve<br />

de hito. En Saornil y Escalonilla<br />

una única cruz santifica<br />

estos pueblos y en la Venta de<br />

San Vicente por las paredes<br />

del cementerio se asoman tímidamente<br />

los cabeceros de algunas<br />

cruces.<br />

Ignorantes sobre la autoría<br />

de estas obras de cantería, de<br />

su contemplación no puede por<br />

menos que surgir el interrogante<br />

sobre la misma, como una<br />

duda metódica, mientras la figura<br />

arrogante del crucificado<br />

se levanta sobre la mirada sumisa<br />

de pobres pecadores arrepentidos.<br />

Si en Mingorría y en Cardeñosa<br />

parece lógica la proliferación<br />

combinada de cruces, por<br />

su tradición en el trabajo de la<br />

cantería, igual que en Galicia,<br />

no lo es en los pueblos llanos<br />

de La Moraña o del resto de<br />

Castilla si no es por el fervor religiosos<br />

de la época.<br />

Y es que la elaboración de<br />

cualquiera de las cruces que<br />

podemos observar por estas tierras<br />

supone un esfuerzo artesanal<br />

de incalculable valor. Se inicia<br />

desde que el granito es separado<br />

de una enorme mole y,<br />

a fuerza de golpear sobre el<br />

Hito entre Mingorría y Los Patos.


RUTA DE LOS CRUCEROS<br />

Velayos.<br />

puntero arañando la piedra, dar<br />

forma circular a un tronco de<br />

donde salen dos brazos.<br />

Hoy vemos al lado de las carreteras<br />

numerosas cruces que<br />

parecen indicar la muerte de alguna<br />

persona en accidente de<br />

circulación, y que en la Edad<br />

Media eran testigos del peregrinar<br />

de numerosos viajeros en<br />

nombre de Dios. Parece como<br />

si la reconquista y la expulsión<br />

de los árabes, los infieles, por<br />

los cristianos quedara simbolizada<br />

hasta la eternidad en los<br />

estandartes de piedra que pueden<br />

significar las cruces. Así, en<br />

un principio representaron la victoria<br />

del catolicismo sobre los<br />

no creyentes (moriscos y ju- díos),<br />

y en todo momento recuerdan<br />

la omnipresencia de Dios.<br />

Ahora la obra artística supera<br />

cualquier teoría redentora.<br />

De nuevo la duda sobre la<br />

identidad de los artífices que<br />

erigieron estas cruces –farolas<br />

iluminarias–, confundiéndose en<br />

el anonimato popular. Y a uno<br />

se le parte el alma cuando una<br />

cruz de éstas cae trinchada en<br />

pedazos por la gamberrada de<br />

algún pobre desdichado, sucesos<br />

ocurridos con demasiada<br />

frecuencia a la que pudiera esperarse<br />

en los cientos de años<br />

que tienen de existencia. Así, tristemente,<br />

encontramos numerosas<br />

peanas vacías, sin cruz alguna<br />

que soportar.<br />

En las peanas que soportan<br />

cruces erguidas es frecuente<br />

encontrar inscripciones relativas<br />

al motivo y el año a que se<br />

debe su presencia, datadas en<br />

su mayoría en los siglos XVII y<br />

XVIII. Así, unas cruces se levantan<br />

por la generosidad de algún<br />

hacendado o del propio párroco,<br />

y en algunos casos son los<br />

labradores unidos quienes costearon<br />

las cruces, aunque lo<br />

más frecuente es el anonimato.<br />

La variedad de formas, alturas,<br />

relieves que adoptan las<br />

cruces son de una gran riqueza.<br />

Así, hay cruces de forma cilíndrica,<br />

cúbica, cúbica con<br />

aristas biseladas, romboidales,<br />

de un cuerpo, de dos cuerpos<br />

igua- les, de un cuerpo cilíndrico<br />

sobre el que se levanta una<br />

pequeña cruz... Unas tienen labrado<br />

un Cristo simplemente,<br />

otras tienen además una Virgen<br />

labrada por el otro lado, y la<br />

mayoría carecen de labra alguna.<br />

Algunas, si se levantan sobre<br />

troncos separados, tienen<br />

labrados rosetones en ellos o<br />

anillos que, como dobleces, le<br />

salen al granito.<br />

Santo Domingo de las Posadas.


RUTA DE LOS CARBONEROS<br />

■ A DESTACAR. Carboneros<br />

y cisqueros, junto a porqueros,<br />

cabreros, ganaderos,<br />

jornaleros y colonos agrícolas,<br />

eran oficios que se desempeñaban<br />

en la explotación de los<br />

montes de encinas, tan característicos<br />

de la mitad norte de<br />

la provincia de Avila. Además,<br />

el encinar que se baña en el<br />

Adaja y el Voltoya ve surcada<br />

su masa arborea por numerosos<br />

caminos que conducen a<br />

los molinos existentes en sus<br />

orillas, pasando por los términos<br />

municipales de Avila, Cardeñosa<br />

y Mingorría, Monsalupe,<br />

Peñalba, Tolbaños, y en las<br />

cercanías de Velayos y Santo<br />

Domingo de las Posadas.<br />

■ La ruta. Recorrido por los<br />

encinares donde se mantienen<br />

formas tradicionales de<br />

explotación, tales como la elaboración<br />

de cisco, el pastoreo<br />

de cabras o la montanera de<br />

cerdos, sin olvidar vestigios de<br />

antiguas carboneras. La ruta<br />

discurre junto a los hombres<br />

que todavía mantienen vivo el<br />

monte de encinas desempeñando<br />

oficios tan antiguos como<br />

los de carbonero o cabrero,<br />

lo que todavía ocurre en la<br />

margen derecha del río Adaja.<br />

■ Cómo llegar. Situándonos<br />

en la carretera N-403 o aguas<br />

abajo de la presa de las Cogotas,<br />

o retomando la ruta de<br />

los molinos de «Trevejo» y «Las<br />

Juntas», nos adentramos en<br />

los encinares de Yonte y de<br />

Mingorría, donde se sigue elaborando<br />

cisco y pastan las cabras.<br />

El humo ascendente por<br />

la masa arbórea del monte advierte<br />

al viajero de una cisquera<br />

en combustión, mientras que<br />

las cabras saltarinas es fácil<br />

divisarlas desde la carretera o<br />

los caminos molineros que llegan<br />

al Adaja. La montanera de<br />

cerdos se sigue haciendo en<br />

Navares, donde se llega por<br />

Gotarrendura o Vega de Santa<br />

María, o bien desde Zorita por<br />

el antiguo camino que cruza<br />

«La Aldehuela» y «Olalla».<br />

■ Qué ver. Además de admirar<br />

el paisaje de encinas que<br />

se levanta sobre el río entre<br />

berrocales de piedra, salpicado<br />

de molinos y antiguos caseríos,<br />

puede contemplarse el<br />

proceso artesanal de elaboración<br />

de cisco y el único rebaño<br />

de cabras de la zona que<br />

pasta el encinar de Mingorría,<br />

así como los cerdos ibéricos<br />

que hozan en Navares. Pasear<br />

por el monte es reencontrarse<br />

con viejas formas de vida<br />

ya casi desaparecidas.<br />

■ Aliciente. Comprobar hoy<br />

cómo se explotaban antiguamente<br />

los montes de encina<br />

en labores de fabricación de<br />

cisco, pastoreo de cabras y<br />

montaneras de cerdos, actividades<br />

éstas en las que se afanan<br />

todavía algunos habitantes<br />

de la ribera del Adaja.


144 RUTA DE LOS CARBONEROS<br />

Cisquera.<br />

Ensacando el cisco.<br />

Uno de los trabajos más peculiares<br />

que realizaban los<br />

carboneros de nuestros pueblos<br />

aprovechando la leña de<br />

los encinares, es la elaboración<br />

de cisco o picón, una actividad<br />

que aún puede contemplarse<br />

en los montes cercanos a la<br />

ciudad de Avila.<br />

Coincidiendo con la época<br />

de poda, desbroce y limpieza<br />

del encinar, se obtiene el cisco<br />

después de un cuidado proceso<br />

de combustión donde se queman<br />

ramas, ramajes y hojarasca,<br />

las cuales se obtienen en<br />

las tareas propias del cuidado y<br />

la conservación del bosque. Para<br />

ello se amontonan gavillas<br />

de leña formadas por ramas de<br />

encina en el lugar elegido para<br />

hornar. Amontonada la leña se<br />

enciende y cuando se pone<br />

blanca, síntoma de que se está<br />

quemando bien, se añaden más<br />

gavillas. Cuando la cisquera está<br />

quemada se apaga con la<br />

pala y se cubre con tierra, o si<br />

se quiere ser más rápido se<br />

apaga con agua. Para recoger<br />

el cisco se hace una era donde<br />

se amontona y se ensaca directamente,<br />

mientras que los restos<br />

más menudos hay que cribarlos<br />

al haberse mezclado con<br />

tierra. El cisco así elaborado servirá<br />

para calentar la vivienda, y<br />

también alguna nave, cuadra o<br />

pocilga donde se esté criando<br />

ganado recién nacido. No obstante,<br />

hoy día, la utilidad de este<br />

producto energético, como<br />

combustible para braseros, es<br />

escasa, ya que existen otros sistemas<br />

de calefacción más eficaces.<br />

Atrás quedaron los tiempos<br />

en que se carboneaba el monte<br />

abulense para elaborar carbón<br />

de encina, actividad ésta<br />

que aún se realiza en los encinares<br />

de Salamanca y Extremadura.<br />

Un ejemplo ilustrativo de<br />

la magnitud de este trabajo, lo<br />

encontramos en el Catastro de<br />

Ensenada del año 1751, donde<br />

se recoge que el monte de Mingorría<br />

sólo había sido cortado<br />

una vez con Licencia y Facultad<br />

Real, y en esa ocasión se fabricaron<br />

cuarenta y cuatro mil arrobas<br />

(506 toneladas) de carbón,<br />

para lo que se necesitó<br />

una cantidad de leña cuatro<br />

veces superior, obteniendose<br />

un producto de veintidos mil<br />

reales, cuya utilidad es la que<br />

corresponde a un periodo de<br />

cincuenta años. Después de<br />

este carboneo abusivo no es<br />

de extrañar que apenas quedaran<br />

chaparros, si bien el<br />

monte no fue roturado y se<br />

ha ido regenerando, ocupan-


RUTA DE LOS CARBONEROS 145<br />

do unas mil obradas entre masa<br />

arborea, pastos, otros cultivos,<br />

tierra yerma y peñascales,<br />

según el catálogo de 1859. Comparativamente,<br />

y siguiendo a<br />

Ensenada, diremos que el encinar<br />

de Avila capital, localizado<br />

entonces en las dehesas de<br />

Pancaliente, Aldeaciego, Pedrosillo,<br />

Palenciana, El Burguillo<br />

y Yonte, ocupaba sólo de masa<br />

arborea una superficie<br />

de 3.576 obradas, y su producto<br />

medio por año en<br />

concepto de leña y carbón<br />

era de 470 reales.<br />

Mediado el siglo XVIII,<br />

para carbonear el monte<br />

se escrituran las condiciones,<br />

se obliga la intervención<br />

de personas entendidas<br />

y peritos, se seleccionan<br />

rigurosamente las encinas<br />

a cortar y el modo de<br />

realizar la tala sin dañar los<br />

árboles, se establecen mecanismos<br />

de control y metodos<br />

de contabilidad, y se<br />

fijan las multas correspondientes<br />

por incumplimiento.<br />

La corta de leña y la<br />

elaboración del carbón se<br />

hacía en cuadrillas dirigidas<br />

por un jefe de fábrica,<br />

que se instalaban en las<br />

cabañas que construían en<br />

el monte.<br />

El proceso de fabricación<br />

del carbón se inicia<br />

con la corta que empezaba<br />

el 30 de noviembre y finalizaba<br />

el 20 de marzo. Cuando<br />

se talaban árboles el carbonero<br />

obtenía la corteza que luego<br />

vendía para curtir pieles, la madera<br />

se empleaba como materia<br />

prima de los aperos de labranza,<br />

y la leña se destinaba<br />

para hacer carbón vegetal.<br />

El horno o carbonera se formaba<br />

con leña amontonada ordenadamente<br />

en posición vertical<br />

alrededor de una o varias<br />

estacas centrales que luego se<br />

sacaban y quedaba hecha la<br />

chimenea. La carbonera se cubría<br />

con hojarasca, hierba seca<br />

o cesped, y tierra, encendiendose<br />

finalmente por la chimenea<br />

con ramillas finas. Para unos<br />

diez o quince mil kilos de leña,<br />

la combustión dura unos quince<br />

días, la cual se regulaba a<br />

través de una serie de aberturas<br />

o respiraderos practicados en<br />

las paredes del horno.<br />

Carbonera.<br />

La leña se solía quemar en<br />

primavera, la cual una vez convertida<br />

en carbón vegetal se retiraba<br />

a lo largo del verano, habitualmente<br />

antes de finales de<br />

octubre, para lo que se colocaba<br />

en serones. Finalmente, el<br />

transporte del carbón fabricado<br />

se efectuaba en carros tirados<br />

por yuntas.<br />

El oficio de carbonero era,<br />

como es normal, sucio y sacrificado,<br />

además había que vigi-


146<br />

lar la carbonera día y noche,<br />

pues el viento podía provocar<br />

una rápida combustión<br />

que mermara y consumiera<br />

la leña antes de tiempo.<br />

La montanera fue otra de<br />

las actividades propias de la<br />

explotación del encinar, denominandose<br />

así el aprovechamiento<br />

que se hacía del fruto<br />

de bellota para cebar cerdos.<br />

El ganado porcino siempre fue<br />

el que mejor se adaptaba al encinar.<br />

Las piaras de cerdos «pastoreados»<br />

por el porquero se<br />

alimentaban de las bellotas que<br />

habían sido vareadas de las encinas,<br />

engordando las últimas<br />

seis semanas antes de la matanza.<br />

Para ello, la mayoría de<br />

los vecinos sacaban su cerdo a<br />

las afueras del pueblo, donde el<br />

porquero los recogía para ir al<br />

monte.<br />

Los escasos pastos de estas<br />

tierras ahora son explotados<br />

por la ganadería extensiva, con<br />

la que se ha sustituido el esquema<br />

tradicional agrícola ganadero.<br />

Así, el ganado de labor<br />

se ha visto remplazado por cabañas<br />

de ganado vacuno con<br />

alta producción de carne. Por<br />

ello, hoy llama la atención al visitante<br />

la contemplación de un<br />

rebaño de cabras pastando entre<br />

las encinas de las dehesas<br />

de «La Malita» y «El Ciego», sitas<br />

en Mingorría, así como en<br />

los montes de Cardeñosa. Estas<br />

cabras son el único ganado<br />

autóctono que todavía puede<br />

verse en la zona centro de la<br />

Montanera en Navares.<br />

Cabrero.<br />

provincia, lo que contrasta con<br />

la abundancia de cabezas que<br />

existían en tiempos atrás, de ahí<br />

por ejemplo el nombre de la dehesa<br />

de «Cabreras».<br />

Antiguamente, los encinares<br />

constituían el bosque más característico<br />

de la mitad norte de<br />

la provincia de Avila, cuya masa<br />

forestal debió ser muy frondosa<br />

hasta finales del siglo XII, perdurando<br />

todavía hasta el siglo<br />

XIV, pero que disminuyó considerablemente<br />

en los siglos siguientes.<br />

En el siglo XVIII, los bosques<br />

de encinas se habían reducido<br />

de una manera importante, al<br />

haber sido roturadas y sutituidos<br />

por cultivos cerealistas más<br />

rentables, con los que se esperaba<br />

alimentar la numerosa población<br />

de entonces, cuando la<br />

capital abulense contaba unos<br />

5.500 habitantes. En esta época<br />

(año 1751), el Catastro de Ensenada<br />

señala que el encinar<br />

produce pasto corto, leña, carbón,<br />

cisco y fruto de bellota, lo<br />

que representa una utilidad media<br />

de 0,7 reales por obrada,<br />

frente a la renta de ochenta y<br />

ocho reales que produce una<br />

obrada de tierra cultivada de<br />

trigo, de ahí cierta justificación<br />

en la disminución de los<br />

bosques. Sin embargo, a partir<br />

del mismo siglo XVIII todo<br />

lo relacionado con la tierra<br />

adquiere un valor diferente y<br />

se dictan normas proteccionistas<br />

que permiten garantizar<br />

mejor la conservación de<br />

los bosques.


RUTA DE<br />

LOS CANTEROS<br />

■ A DESTACAR. Muchos pueblos<br />

de la provincia abulense<br />

se ven rodeados de grandes<br />

piedras granillosas, algunas son<br />

de color rojizo o amarillento, y<br />

otras son gris-perla con puntos<br />

negros y espejuelas, rocas<br />

graníticas se llaman. Un buen<br />

día, el hombre se subió a ellas<br />

y, tras observarlas armado de<br />

rudimentarias herramientas,<br />

decidió extraerlas, cortarlas y<br />

darles forma. Desde entonces<br />

hizo de la cantería su oficio<br />

y su vida, convirtiendo, sin saberlo,<br />

su trabajo artesanal y<br />

anónimo en arte, contribuyendo<br />

con ello a crear el paisaje<br />

arquitectónico de los pueblos<br />

y ciudades.<br />

■ La ruta. Recorrido por antiguas<br />

canteras y contemplación<br />

de una de las actividades<br />

artesanales más singulares de<br />

los habitantes de Cardeñosa y<br />

Mingorría, la cantería. Esta actividad<br />

se vio favorecida por la<br />

abundancia de formaciones rocosas<br />

existentes en una franja<br />

que va desde «Las Cogotas»<br />

hasta la Venta de San Vicente<br />

y la Alameda. Las canteras explotadas<br />

a cielo abierto salpican<br />

el paisaje de la zona y en<br />

ellas todavía puede oírse el repique<br />

de punteros, tal y como<br />

ocurre junto a la presa de las<br />

Cogotas, o al Este de Mingorría<br />

en el límite con San Esteban<br />

de los Patos, y también<br />

en La Alameda y en Brieva.<br />

■ Cómo llegar. Desde la presa<br />

de las Cogotas, a ambos<br />

lados del río abundan antiguas<br />

canteras de Cardeñosa y Mingorría,<br />

siendo el acceso hasta<br />

aquí fácil y cómodo. Poco antes<br />

de llegar a Mingorría desde<br />

Avila, a la derecha se encuentra<br />

la ermita del Cristo, rodeada<br />

de grandes berrocales<br />

de piedra, donde hubo una de<br />

las muchas canteras de la zona.<br />

En la Alameda, junto a la<br />

Venta de San Vicente, perteneciente<br />

al municipio de Tolbaños,<br />

se halla una impresionante<br />

cantera abandonada.<br />

Otra cantera explotada industrialmente<br />

para balasto se halla<br />

en Mingorría, junto a la vía<br />

del ferrocarril según puede verse<br />

desde la carretera, a la que<br />

se accede por el desvío sito<br />

en el p.k. 148,7 de la N-403 en<br />

el paraje del «Verdinal».<br />

■ Qué ver. El trabajo artesanal<br />

de la piedra puede contemplarse<br />

en los tajos existentes<br />

junto a «Las Cogotas» o<br />

en las canteras de Mingorría,<br />

también junto a las fábricas de<br />

granitos y mármoles que se<br />

explotan a las afueras de Cardeñosa<br />

y Mingorría.<br />

■ Aliciente. El trabajo artesanal<br />

que históricamente han<br />

desarrollado los canteros de<br />

Cardeñosa y Mingorría puede<br />

admirarse en la construcción<br />

de monumentos y toda clase<br />

de edificios y en las canteras<br />

que proliferan en estos pueblos.


148 RUTA DE LOS CANTEROS<br />

Los canteros de Mingorría,<br />

junto con los de Cardeñosa<br />

y alguno de Brieva, son casi<br />

los únicos artesanos abulenses<br />

que trabajan el granito como<br />

hace cientos de años, igual que<br />

lo hicieron sus antepasados.<br />

Ello trae a la memoria del cantero<br />

errante los recuerdos de<br />

otros tiempos en que se desplazaba<br />

a pie de las obras repartidas<br />

por toda la geografía<br />

española, y se enorgullece de<br />

aquellos trabajos de piedra que<br />

hizo para construcciones que<br />

destacan en la historia de la arquitectura:<br />

la Universidad Laboral<br />

de Gijón y la Universidad de<br />

Alcalá de Henares; las catedrales<br />

de Burgos y León; las estaciones<br />

de ferrocaril de Avila,<br />

Chamartín, Bilbao, Cuenca y Medina<br />

del Campo; los paradores<br />

de Avila, Gredos, Trujillo, Arcos<br />

de la Frontera, Picos de Europa,<br />

Toledo, Tordesillas, Valle de<br />

Arán, Puebla de Sanabria y Zamora;<br />

los palacios de Bracamonte<br />

en Avila, la Moncloa, la<br />

Zarzuela y el Congreso de los<br />

Diputados; los museos de Avila,<br />

el Pueblo Español en Palma de<br />

Mallorca y de Santa Cruz de<br />

Mudela en Toledo; los muelles y<br />

los puertos de Barcelona y San<br />

Sebastián; los polígonos industriales<br />

de Avilés, Gijón, Mieres,<br />

Pamplona y Valladolid; además<br />

del monumento pétreo de Cuelgamuros<br />

y Cruz de los Caídos<br />

en El Escorial, iglesias, puentes,<br />

edificios públicos e innumerables<br />

calles y plazas de Avila, Madrid,<br />

Valladolid, Santander, Medina<br />

del Campo, Calatayud, Bilbao,<br />

Burgos, etc., sin olvidar los<br />

edificios de viviendas y casas<br />

de todo tipo, los trabajos de cementerio<br />

y una gran multiplicidad<br />

de piedras ornamentales.<br />

Actualmente los canteros de<br />

Mingorría y Cardeñosa continúan<br />

su actividad artesanal<br />

en las canteras abiertas al cielo<br />

en las formaciones rocosas<br />

que circundan las localidades,<br />

aunque el número de trabajadores<br />

ha disminuido considerablemente<br />

en la actualidad.<br />

Alguno de los últimos encargos<br />

fueron con destino a Méjico,<br />

y consistieron en los elementos<br />

de piedra labrada que<br />

forman los pilares sobre los que<br />

apoya una caseta de madera,<br />

cuyo conjunto forma la construcción<br />

popular conocida como<br />

«hórreo».<br />

Otros encargos de piedra labrada<br />

en forma de bancos, bordillos,<br />

jambas, dinteles, cornisas,<br />

peldaños o losas, vienen<br />

siendo atendidos en la actualidad<br />

para la pavimentación de<br />

calles o para edificios históricos<br />

o casas señoriales.


RUTA DE LOS CANTEROS<br />

Y cuando el trabajo escasea,<br />

dado lo costoso de la actividad<br />

artesanal y la competencia<br />

de la producción industrial<br />

de las grandes canteras, el cantero<br />

descansa con el cuerpo resentido<br />

de tanto «picar» mientras<br />

recuerda tiempos mejores.<br />

La cantería, junto con la agricultura<br />

y la ganadería, ha sido<br />

un trabajo tradicional y característico<br />

de los hombres de Mingorría<br />

y Cardeñosa. Con la llegada<br />

del ferrocarril en el año<br />

1862 y la instalación de la doble<br />

vía en 1925, se necesitan<br />

grandes cantidades de piedra<br />

para el balasto y los numerosos<br />

puentes, por lo que aumenta<br />

considerablemente el número<br />

de canteros y comienza la<br />

explotaciónde una gigantesca<br />

cantera de grava y gravilla en<br />

Mingorría explotada últimamente<br />

por RENFE.<br />

En la actualidad la actividad<br />

artesanal ha ido abandonándose<br />

y sustituyéndose por fábricas<br />

mecanizadas, muchas<br />

de ellas creadas por antiguos<br />

canteros. Lo que unido al envejecimiento<br />

de la población<br />

y la falta de aliciente para los<br />

jóvenes, ha reducido considerablemente<br />

la práctica artesana<br />

de este oficio.<br />

Como ejemplo de intervención<br />

en la conservación del patrimonio<br />

podríamos haber escogido<br />

cualquiera en la ciudad<br />

de Avila. Lo mismo nos habría<br />

dado, porque lo que ahora interesa<br />

es hablar del noble oficio<br />

de la cantería, destacando<br />

su importancia en la rehabilitación<br />

y recuperación de nuestro<br />

patrimonio histórico, la cual<br />

pasa entonces por el trabajo<br />

anónimo y callado de numerosos<br />

artesanos.<br />

El oficio de cantero es uno<br />

de los más viejos de la historia,<br />

sobresaliendo respecto a<br />

los demás en la siguiente<br />

copla:<br />

«Los canteros son el oro,<br />

los albañiles, la plata,<br />

los sastres y zapateros<br />

la moneda que no pasa».<br />

Reencontrarse con esta<br />

profesión en el tiempo<br />

es buscar en castillos y<br />

murallas, en catedrales<br />

e iglesias, en palacios y<br />

casas señoriales, y también<br />

en las antiguas plazas<br />

y calles adoquinadas<br />

de la ciudad, en puentes<br />

y en numerosos elementos<br />

de la arquitectura<br />

popular.


150 RUTA DE LOS CANTEROS<br />

Hoy, los canteros, enfrentándose<br />

a las nuevas técnicas de<br />

construcción y a la industrialización<br />

que han invadido prácticamente<br />

todos los campos, sólo tienen<br />

una salida: la conservación<br />

del patrimonio histórico como<br />

colaboradores directos de los<br />

especialistas en restauración.<br />

Atrás quedó la organización<br />

gremial de la cantería, donde<br />

cada cuadrilla estaba formada<br />

por una decena de hombres dirigidos<br />

por un jefe y entre los<br />

que había cortadores, labrantes<br />

y pinches. Ya no quedan pinches<br />

ni aprendices, porque las<br />

jóvenes generaciones hace tiempo<br />

que huyeron de este duro<br />

trabajo, mientras que los labrantes<br />

también hacen de cortadores<br />

y se ocupan de sus propias<br />

herramientas, haciendo incluso<br />

trabajos de fragua. En otro tiempo,<br />

mediado el siglo XX, al gran<br />

número de canteros existentes<br />

se sumaban casi todos los labradores,<br />

quienes se ocupaban<br />

del transporte de la piedra mediante<br />

carros tirados por vacas<br />

o mulas. Por ello no es de extrañar<br />

que en los años cuarenta<br />

se labraran hasta cinco vagones<br />

de tren semanales de adoquín<br />

mosaico en Mingorría.<br />

La historia de Avila es, en<br />

parte, la historia de sus piedras,<br />

como dice José Antonio Romero.<br />

Y es que de piedra son muchos<br />

de los restos encontrados<br />

de la Edad Paleolítica, hasta la<br />

Edad del Hierro, y ejemplos de<br />

ello son los castros de Ulaca y<br />

las Cogotas, de cuya cultura son<br />

los enigmáticos verracos. Hasta<br />

los restos romanos y visigodos<br />

son muestras palpables de<br />

la importancia del trabajo de la<br />

piedra en estas épocas. Mientras<br />

que de la Edad Media y el<br />

siglo XVI son el mayor número<br />

de construcciones monumentales<br />

que llenan el casco antiguo<br />

de la capital abulense, sin<br />

olvidar los numerosos ejemplos<br />

que nos ofrece la arquitectura<br />

popular.<br />

La conservación del legado<br />

monumental sobre el que se<br />

construye la historia de Avila,<br />

obliga sin duda a contar con la<br />

pericia de los artesanos de la<br />

piedra: los canteros. La pervivencia,<br />

casi testimonial, de este oficio<br />

en los pueblos de Mingorría<br />

y de Cardeñosa destaca frente<br />

a la abundancia de yacimientos<br />

graníticos existentes sin explotar<br />

en otros lugares de la provincia,<br />

donde esporádicamente<br />

se practicó el oficio (Sotillo de<br />

la Adrada, La Colilla, Arenas de<br />

San Pedro, Navaluenga, Navatalgordo,<br />

Avila y Santa María del<br />

Berrocal), por ello se hace necesario<br />

un mayor apoyo institucional<br />

a esta actividad artesana<br />

que actualmente carece de ali-


RUTA DE LOS CANTEROS 151<br />

cientes profesionales por la dureza<br />

del trabajo. Aquí, no obstante,<br />

hay que destacar el papel<br />

de las escuelas-taller, donde<br />

suele figurar la cantería como<br />

uno de los módulos a impartir<br />

entre los alumnos, si bien éstos<br />

rara vez continúan trabajando<br />

en el oficio cuando finaliza la<br />

escuela.<br />

Las canteras son una formación<br />

rocosa de donde se extraen<br />

las piedras para ser labradas.<br />

La explotación se hace a<br />

cielo abierto aprovechando el<br />

granito que se encuentra a flor<br />

de tierra. El frente de cantera es<br />

por donde se comienza la extracción,<br />

y empieza de fuera<br />

adentro y de arriba abajo, formando<br />

planos escalonados o<br />

terrazas. En el mismo lugar se<br />

ha preparado un espacio libre y<br />

llano que permita la colocación<br />

del bloque de piedra para ser<br />

calzado, instalado de una forma<br />

estable y dispuesto para ser trabajado<br />

con comodidad, además<br />

permitirá el almacenaje de<br />

las piezas preparadas para su<br />

transporte.<br />

La extracción manual de la<br />

roca granítica se realiza como<br />

antiguamente, mediante la colocación<br />

de cuñas de acero que<br />

al ser golpeadas con el mallo<br />

rompen la piedra en bloques,<br />

los cuales serán desbastados<br />

con la maza de hierro y el pico<br />

o punterola. Posteriormente se<br />

inicia el labrado con la martelina,<br />

el cincel o puntero, el<br />

martillo de dos brocas, el trinchante<br />

y la bujarda, dando<br />

forma a la piedra con la ayuda<br />

de plantillas, baiveles, niveles,<br />

plomadas y compases<br />

entre otros instrumentos.<br />

Para el arrastre de piedras se<br />

utilizan rodillos, gatos y otras<br />

máquinas auxiliares, mientras<br />

que para el transporte vertical<br />

se usan cribas y polipastos<br />

o aparejos. La única innovación<br />

técnica consiste en un<br />

compresor y una sierra radial,<br />

lo que facilita considerablemente<br />

la extracción y el cortado<br />

de la piedra.<br />

A fuerza de repicar la roca la<br />

salud de los cortadores y labrantes<br />

se resiente, agravada<br />

por las inclemencias del tiempo.<br />

El polvo del granito golpeado<br />

mezclado con el aire que se<br />

respira provoca silicosis, y muchos<br />

han pagado con su vida<br />

esta enfermedad. La postura<br />

agachada y encogida que suele<br />

adoptar el cantero y el gran esfuerzo<br />

físico que supone mover<br />

piedras produce la desviación<br />

de la columna vertebral (citosis).<br />

Las esquirlas que saltan<br />

suelen dañar los ojos y muchos<br />

martillazos que se escapan al<br />

aire ocasionan dolorosas llagas<br />

en las manos. Por todo ello a<br />

los canteros se les llama «los<br />

sufridores de la piedra».


«Venus», de Tomique.<br />

TALLISTAS DE LA PIEDRA<br />

Y ESCULTORES<br />

La capacidad artística innata<br />

y natural de muchos canteros<br />

ha propiciado manifestaciones<br />

escultóricas de gran valor. Sus<br />

artífices traspasaron en estas<br />

obras el carácter artesanal del<br />

oficio de la cantería elevándolo<br />

a verdadero arte. Sin abandonar<br />

la condición de artesanos, y<br />

reconociéndose como auténticos<br />

tallistas y modeladores de<br />

la piedra, hay que destacar los<br />

siguientes ejemplos:<br />

Los hermanos Tomás «Tomique»<br />

y Máximo Velayos García,<br />

naturales de Cardeñosa,<br />

comenzaron a trabajar en la<br />

cantera a muy temprana edad,<br />

siguiendo los pasos de su padre.<br />

Ambos realizaron estudios<br />

básicos que les sirvieron para<br />

profundizar en la «talla» de la<br />

piedra, y ejercer la docencia de<br />

la cantería en diversas escuelas<br />

taller, habiendo mostrado sus<br />

obras en numerosas exposiciones.<br />

Julián Rubio «El Torero», natural<br />

de Mingorría, a pesar de<br />

carecer de formación académica,<br />

ha destacado como artista<br />

en la labra de réplicas de los leones<br />

que circundan la catedral<br />

de Avila. José Lagares, también<br />

de Mingorría, ha desempeñado<br />

el oficio de cantero durante<br />

toda su vida, sobresaliendo<br />

por la labra de interesantes tallas<br />

esculturales.<br />

José Lagares.<br />

Daniel Hidalgo, natural de<br />

Cardeñosa, se inició como cantero<br />

con poco más de veinte<br />

años. Pronto se despertaron en<br />

él especiales cualidades artísticas<br />

que ha sabido expresar<br />

gracias a las enseñanzas recibidas<br />

en la Escuela de Artes y<br />

Oficios de Avila de los escultores<br />

Antonio Arenas y Manuel<br />

Colomé, sin olvidar la influencia<br />

artística de Matilde García, esposa<br />

del primero y Vicente Cutango.<br />

El prestigio alcanzado<br />

por Daniel Hidalgo viene avalado<br />

por las numerosas exposiciones<br />

realizadas y los premios<br />

y galardones obtenidos, hasta<br />

consagrarse actualmente como<br />

un gran escultor reconocido merecidamente<br />

más allá de nuestras<br />

fronteras.<br />

Daniel Hidalgo en el taller.


RUTA DE<br />

LOS PINTORES<br />

■ A DESTACAR. El paisaje,<br />

las gentes y sus costumbres,<br />

y las formas de vida características<br />

de los pueblos de la ribera<br />

del Adaja han sido en<br />

muchas ocasiones, y por diversos<br />

motivos, fuentes de inspiración<br />

artística de importantes<br />

pintores. La visión plástica<br />

de las cosas que motiva su reflejo<br />

en un cuadro es también<br />

un aliciente para el viajero que<br />

quiere seguir los pasos<br />

de quienes le precedieron.<br />

Son numerosas las<br />

pinturas que se han hecho<br />

basadas en temas relacionados<br />

con las tierras<br />

del Adaja, como también<br />

lo son sus autores, cuyo<br />

exponente último tiene lugar<br />

cada año en el Certamen<br />

de Pintura Rápida<br />

que se celebra en la capital<br />

abulense.<br />

■ La ruta. La recreación<br />

colorista y la expresión<br />

plástica de impresiones<br />

captadas de la contemplación<br />

de la naturaleza<br />

y de la vida en el campo,<br />

y su reflejo mediante<br />

las más diversas técnicas<br />

pictóricas por destacados<br />

artistas se muestra<br />

a los visitantes desde<br />

el natural.<br />

■ Cómo llegar. Acercarse<br />

hasta las fuentes de<br />

inspiración artística de<br />

destacados pintores profesionales<br />

significa llegar hasta Peñalba<br />

y Gotarrendura, y después<br />

hasta Velayos, Zorita y<br />

Mingorría, sin olvidar el trazado<br />

que hace el río Adaja entre<br />

berrocales graníticos y encinares.<br />

■ Qué ver. Bellos y sugestivos<br />

motivos artísticos, tales<br />

como el paisaje morañego, vistas<br />

de la ribera del Adaja y sus<br />

molinos, calles y plazas, ermitas<br />

y manifestaciones festivas<br />

en su entorno, y el traba- jo en<br />

el campo son algunos de los<br />

aspectos relevantes plasmados<br />

por los pintores que se<br />

han acercado a estas tierras.<br />

■ Aliciente. Contemplación<br />

de atractivos naturales que<br />

fueron descubiertos para la<br />

pintura e inmortalizados por<br />

ella, y descubrimiento de artistas<br />

que se relacionaron con<br />

los pueblos del Adaja.


154 RUTA DE LOS PINTORES<br />

El sentimiento religioso de<br />

los habitantes del medio rural<br />

ha sido siempre característico<br />

de una peculiar forma de entender<br />

la vida del hombre, sobre<br />

todo en tiempos difíciles para<br />

trabajar en el campo. En este<br />

contexto, que al viajero no debe<br />

escapársele, José Sánchez<br />

Merino (1902-1968) dibujó un<br />

hermoso mural en la ermita de<br />

La Aldehuela, en Zorita, y también<br />

la imagen de una típica escena<br />

familiar, donde aparecen<br />

reunidos abuelos, hijos y nietos<br />

sentados junto al fuego de la<br />

chimenea con un rosario en la<br />

mano. Esta ilustración fue hecha<br />

para la cabecera de la revista<br />

mensual titulada «El Santo<br />

Rosario en Familia», editada<br />

durante unos años, desde 1958,<br />

por el párroco de Mingorría, don<br />

Francisco José Romero. Este<br />

sacerdote era natural de Villafranca<br />

de la Sierra, el pueblo<br />

donde desarrolló una importante<br />

etapa artística Benjamín Palencia<br />

en 1941, pintor que supo<br />

captar de una forma extraordinaria<br />

el paisaje castellano.<br />

El bello dibujo de Sánchez<br />

Merino se convirtió en una marca<br />

que dio prestancia a la revista<br />

que se difundía por toda<br />

la provincia y media España.<br />

Otros dibujos del mismo artista<br />

también fueron publicados en<br />

la revista cultural «Piedra Caballera»,<br />

de Mingorría. Sánchez<br />

Merino fue profesor, acuarelista<br />

y el dibujante de Avila, y su<br />

obra gráfica quedó impregnada<br />

de todo lo abulense, llena del<br />

costumbrismo que bien se asemeja<br />

con los tipos y gentes de<br />

nuestros pueblos.<br />

La riqueza colorista de los veranos,<br />

cuando los campos y las<br />

eras amarillean agitadas por los<br />

labradores y sus caballerías,<br />

es una bella estampa de<br />

Zorita de los Molinos<br />

que cautivó a Rafael<br />

Sastre Hernández, como<br />

también le ocurrió a su<br />

tío Luis cuan- do fotografió<br />

las mismas imágenes.<br />

Rafael Sastre fue profesor<br />

de dibujo en el instituto<br />

abulense y pintó<br />

con sugestión e interés<br />

escenas sobre faenas<br />

agrícolas que tomaba<br />

del natural en Zorita<br />

allá por los años cincuenta.<br />

Rafael Sastre tenía el mismo<br />

nombre que su progenitor y era<br />

nieto de Celedonio Sastre y sobrino<br />

del filósofo Jorge Santayana.<br />

Rafael heredó una especial<br />

sensibilidad para la pintura<br />

de su padre, de quien Santayana<br />

escribió: «Era sensible a la<br />

poesía, a la religión y a las artes,<br />

sin tener grandes conocimientos<br />

técnicos; pero su sentimiento<br />

era auténtico, incontaminado<br />

por ninguna moda pasajera. En<br />

1905-1906, cuando yo daba conferencias<br />

en La Sorbona, le invité<br />

a que viniera a pasar un mes<br />

en París. Vino y recuerdo su súbito<br />

interés un día en el Louvre,<br />

cuando le señalé unos relieves<br />

de Luca della Robbia, y la sencillez<br />

con que sacó un cuaderno<br />

y un lapicero e hizo un esbozo<br />

de una de las obras, con un<br />

apunte sobre el colorín.<br />

–Cuando vuelva a Zorita (la<br />

finca de su padre), dijo, haré uno<br />

como éste».


RUTA DE LOS PINTORES 155<br />

Adelina Labrador.<br />

Los molineros de Zorita todavía<br />

recuerdan cuando, en las inmediaciones<br />

de la ribera del<br />

adaja, veían a una mujer sentarse<br />

sobre unas piedras, frente al<br />

bello paisaje que dibuja el río, y<br />

delante de un lienzo que no tardaba<br />

en llenarse de colorido.<br />

Luego supieron que se trataba<br />

de la pintora Adelina Labrador<br />

González (1914-1999), emparentada<br />

con la familia Sastre, de<br />

Zorita. Adelina fue profesora de<br />

dibujo, restauradora y paisajista;<br />

se relacionó con los grandes<br />

enamorados de Avila (Chicharro,<br />

Caprotti, López Mezquita,<br />

Benjamín Palencia y Martínez<br />

Vázquez), y coincidió con ellos<br />

en las mismas fuentes de inspiración:<br />

el paisaje y el costumbrismo<br />

abulenses. Obtuvo la<br />

primera medalla de oro en el<br />

«Salón de Otoño» de Madrid en<br />

1960 y uno de los últimos paisajes<br />

que pintó fue donado para<br />

una rifa benéfica de la parroquia<br />

de Mingorría.<br />

Estamos en la campaña<br />

electoral de los primeros años<br />

ochenta y, anunciando su candidatura<br />

por el Partido Comunista,<br />

visita Mingorría un hombre<br />

de larga barba, poco pelo y<br />

gafas de montura negra y apariencia<br />

de artista. Este singular<br />

candidato era el pintor Arturo<br />

Martínez (Madrid, 1934), quien<br />

ocupa la cátedra de dibujo<br />

del Instituto «Alonso<br />

de Madrigal» de Avila<br />

desde 1972. Su obra<br />

pronto contagió las aspiraciones<br />

artísticas de<br />

la revista cultural Piedra<br />

Caballera, donde se reprodujeron<br />

un número<br />

importante de xilografías,<br />

grabados y óleos,<br />

destacables por su fuerza<br />

reivindicadora.<br />

Alumna de Arturo fue<br />

Alicia Hernández Moreno<br />

(El Fresno, 1969), quien<br />

después de licenciarse en Bellas<br />

Artes impartió un taller de pintura<br />

en Mingorría en 1997, para dedicarse<br />

después a la docencia.<br />

La pintura popular, la que practican<br />

por intuición las gentes de<br />

nuestros pueblos por pura afición,<br />

tiene su mayor exponente<br />

en Justino López Jorge (Peñalba,<br />

1938), conocido como «El<br />

pintor de Peñalba», el pueblo<br />

donde nació. Justino López estudió<br />

algunos cursos en la Escuela<br />

de Artes y Oficios y en octubre<br />

del 2000 hizo su primera<br />

gran exposición. Como su padre,<br />

siempre se ha dedicado al<br />

noble oficio de pintor de «brocha<br />

gorda», lo que compagina<br />

«Hortelanos», de Justino López.


156 RUTA DE LOS PINTORES<br />

«Mercado Chico». López Berrón.<br />

con la pintura artística, igual que<br />

también hacía su padre, pintor<br />

de aquellos llamativos carros<br />

de labranza y maestro del pintor<br />

que le sucedió en el oficio:<br />

Felipe Velayos, de Cardeñosa.<br />

De Cardeñosa también hay<br />

que citar a María Cruz<br />

Garcinuño Velayos, una<br />

consagrada artista interesada<br />

por la imagen plástica<br />

de estas tierras.<br />

Las semblanzas de las<br />

ermitas de la Virgen y El<br />

Cristo de Mingorría fueron<br />

plasmadas al óleo<br />

por el abulense Antonio<br />

«Bruja» (Avila, 1941), pintor<br />

autodidacta y autor de<br />

paisajes urbanos abulenses<br />

con técnicas que demuestran<br />

un buen oficio.<br />

Compañero de infancia de<br />

Bruja fue Jesús Muñoz, un acuarelista<br />

especializado en paisajes<br />

de Avila y Salamanca que ha expuesto<br />

en sucesivas ocasiones<br />

en estas ciudades, y que compagina<br />

su faceta artística con la<br />

de catedrático de matemáticas<br />

en la Universidad de Salamanca.<br />

En la obra de Muñoz encontramos<br />

atractivos reflejos de los<br />

encinares del Adaja, pues es<br />

grande el sentimiento que tiene<br />

el autor por la belleza de los parajes<br />

que se divisan camino de<br />

los molinos de Mingorría.<br />

Gotarrendura no sólo es un<br />

importante lugar teresiano, sino<br />

que además es el pueblo donde,<br />

en 1941, nació el pintor Eugenio<br />

López Berrón, y el primer<br />

motivo pictórico de este importante<br />

artista. López Berrón,<br />

licenciado en Bellas Artes, ha<br />

realizado numerosas exposiciones<br />

en España y en el extranjero;<br />

su obra figura en importantes<br />

colecciones y museos, ha<br />

merecido multitud de premios y<br />

ha sido divulgada ilustrando tarjetas<br />

de felicitación de Unicef.<br />

La artiquitectura y el paisaje urbano<br />

de media España y parte<br />

Vista de Gotarrendura, del joven López Berrón.


RUTA DE LOS PINTORES 157<br />

Mingorría, romería de «Las Aguas», de Fernando Sánchez.<br />

de Europa han sido pintados<br />

por López Berrón envueltos en<br />

bruma o calima, lluvia o nieve,<br />

al amanecer o al atardecer.<br />

También las gentes anónimas<br />

que llenan las calles ocupan un<br />

espacio en la obra impresionista<br />

de este pintor, pero lo que al<br />

viajero le interesa ahora es saber<br />

que la llanura morañega, los<br />

campos cerealistas dorados en<br />

verano, las faenas agrícolas, las<br />

palomas y el «palomarcico» de<br />

Gotarrendura también han sido<br />

motivos plásticos de López Berrón,<br />

donde se nota que lleva<br />

dentro esta tierra.<br />

Tabasco es el pintor de Hoyo<br />

de Pinares, y también el autor de<br />

diferentes vistas del pueblo de<br />

Velayos llenas de realismo.<br />

El molino Nuevo o de los Policas,<br />

que bebe del Adaja en Zorita,<br />

fue un motivo pictórico bellamente<br />

plasmado por Javier<br />

Paradinas, un artista nacido en<br />

Avila que se licenció en Bellas<br />

Artes en 1976 y que se mueve<br />

entre la abstracción y el paisaje.<br />

Han sido numerosas las exposiciones<br />

de este pintor y los premios<br />

y galardones que ha merecido<br />

su obra, en la que exterioriza<br />

su preocupación por el lenguaje<br />

plástico y el color. También ha<br />

colaborado con el poeta Jacinto<br />

Herrero, dibujando sus poemas<br />

inspirados en Monsalupe.<br />

Los molinos del Adaja han<br />

sido un tema frecuente en la pintura<br />

de los artistas abulenses,<br />

por el que también se han sentido<br />

atraídos numerosos aficionados<br />

a este arte. El paisaje ribereño<br />

dibujado por el río entre<br />

encinares y escarpes rocosos<br />

ha prestado su magia e influjo a<br />

artistas como José Luis Pajares<br />

(Avila, 1956), doctor en Bellas Artes<br />

premiado internacionalmente<br />

en Alejandría y El Cairo, quien<br />

no ha dudado en aventurarse<br />

por el territorio de los molineros<br />

de Mingorría y Cardeñosa para<br />

descubrir la naturaleza.<br />

La muchedumbre que se agolpa<br />

en los ritos festivos que se<br />

celebran en la ermita del Cristo<br />

de Mingorría, ofrece una vista<br />

desde la lejanía, con el pueblo<br />

al fondo y berrocales graníticos<br />

de frente, que no ha pasado desapercibida<br />

para el pintor Fernando<br />

Sánchez «El Pirata». «El<br />

Piry» se graduó en Bellas Artes<br />

en 1974, comenzando su andadura<br />

profesional como profesor,<br />

si bien pronto dejó la docencia<br />

para dedicarse por entero a la<br />

pintura. Su obra ha sido expues-


158 RUTA DE LOS PINTORES<br />

Oleo de Eugenio Vega.<br />

ta en Avila y Madrid, además de<br />

ser merecedora de importantes<br />

premios y galardones.<br />

Santiago Muñoz (Sanchidrián,<br />

1959) recreó una emotiva imagen<br />

de la ermita del Cristo de Mingorría,<br />

años después de terminar<br />

sus estudios de Bellas Artes.<br />

El propio entorno, en su dimensión<br />

no sólo física, sino también<br />

imaginativa y llena de recuerdos,<br />

fue el primer motivo<br />

artístico de Eugenio Vega Pindado<br />

(Madrid, 1962), al tiempo<br />

de licenciarse en Bellas Artes<br />

en 1985. La obra de Eugenio Vega<br />

está compuesta por óleos,<br />

acuarelas, dibujos, fotografías y<br />

grafismos, que reflejan los aspectos<br />

más triviales de la realidad<br />

y la propia naturaleza, redescubiertos<br />

muchos de ellos<br />

en Avila, Mingorría, donde tiene<br />

su herencia familiar, Los Patos y<br />

los pueblos de alrededor.<br />

Otro artista que también tiene<br />

su herencia familiar en Mingorría<br />

es el pintor Pablo Martín Camarero<br />

(Avila, 1962), quien antes<br />

de terminar la carrera de Bellas<br />

Artes ya había participado en<br />

señaladas exposiciones y obtenido<br />

prestigiosos galardones,<br />

como la mención de honor del<br />

Premio Durán. Pablo Martín se<br />

interesa por los paisajes urbanos<br />

y los interiores, pero ante todo<br />

pretende contar una historia.<br />

Miguel Ángel Espí, aunque<br />

nació en Bilbao en 1949, ya hace<br />

años que se afincó en Ávila<br />

donde ejerce como profesor y<br />

dedicado a la pintura y la escultura.<br />

Reside entre los encinares<br />

de “Pancorbo”, junto a los pueblos<br />

de Velayos y Santo Domingo<br />

de la Posadas, impregnado<br />

del paisaje de esta tierra. Su<br />

obra, mostrada en numerosas<br />

exposiciones desde 1968, ha sido<br />

merecedora de importantes<br />

premios, entre ellos el IX Premio<br />

Nacional de Pintura Adaja<br />

(1992) y el Nacional de Escultura<br />

Ciudad de Ávila (2002).<br />

Finalmente, de Rafael Rollón,<br />

(Ávila, 1966) un magnífico colorista<br />

al decir de la crítica,<br />

sabemos que pintó el paisaje<br />

huertano que circunda Mingorría.<br />

Además de pintor, este<br />

joven artista también destaca<br />

como director de cortometrajes<br />

y autor de cómic. El último<br />

galardón obtenido fue el Premio<br />

Nacional de Pintura Ciudad de<br />

Ávila de 2001.<br />

Jesús Muñoz en el monte.


Santayana en Zorita<br />

(Foto L. Sastre, 1930).<br />

RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

■ A DESTACAR. Las inquietudes<br />

culturales de las gentes<br />

que habitan nuestros pueblos<br />

rara vez se manifiestan en textos<br />

impresos, por ello llaman<br />

la atención aquellas iniciativas<br />

propias que finalmente se traducen<br />

en la publicación de libros<br />

y revistas. Resulta atractivo<br />

entonces para el viajero<br />

descubrir estas formas singulares<br />

de promoción y divulgación<br />

de la identidad histórica y<br />

cultural propias de los habitantes<br />

de esta tierra. Sin olvidar<br />

a aquellos escritores que<br />

se inspiraron en ella.<br />

■ La ruta. Buceando entre<br />

las fuentes bibliográficas que<br />

tienen su origen en autores<br />

vinculados especialmente a<br />

los pueblos de la ribera del<br />

Adaja, observamos libros dedicados<br />

a santos y publicaciones<br />

editadas por los propios<br />

párrocos, libros de tradiciones<br />

y costumbres, libros de creación<br />

literaria y libros de fotografías,<br />

así como interesantes<br />

revistas culturales. A través de<br />

estas fuentes al viajero se le<br />

presentan nuevas formas de<br />

conocimiento que pretenden<br />

contribuir a un viaje más enriquecedor.<br />

■ Cómo llegar. Acercarse a<br />

las manifestaciones culturales<br />

y literarias surgidas en torno a<br />

los pueblos del Adaja es recorrer<br />

Cardeñosa, Peñalba, Monsalupe,<br />

Las Berlanas, Gotarrendura,<br />

Zorita de los Molinos,<br />

Mingorría, Santo Domingo<br />

de las Posadas y Velayos.<br />

■ Qué ver. Es interesante<br />

descubrir aquellas localidades<br />

en las que sus naturales y pobladores<br />

fueron capaces de<br />

expresar sus pensamientos e<br />

inquietudes a través de libros<br />

y otras publicaciones. Los textos<br />

que se conservan son un<br />

buen ejemplo de la actividad<br />

creativa de las gentes que vivieron<br />

en estas tierras, donde<br />

también se presume de su relación<br />

con importantes autores<br />

como Santa Teresa, Azorín,<br />

Santayana y Jacinto Herrero.<br />

■ Aliciente. Visitar los pueblos<br />

del Adaja siempre resulta<br />

aleccionador, y llegar a conocer<br />

los libros y publicaciones<br />

editados en su seno, y a los<br />

escritores que se relacionaron<br />

con aquéllos, es un atractivo<br />

que no puede escapársele al<br />

viajero.


RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

Comenzamos esta ruta libresca<br />

y aventurera por los pueblos<br />

de la margen izquierda del<br />

Adaja, y el primer pueblo que se<br />

nos aparece es Cardeñosa.<br />

Buceando aquí entre sus calles<br />

medievales descubrimos que<br />

el párroco de la localidad, don<br />

Francisco Esteban Martín, en<br />

1917 publicó el libro titulado «La<br />

Mujer Fuerte. Venerable sier- va<br />

de Dios doña María Vela y Cueto.<br />

Monja Bernarda del convento<br />

de Santa Ana de Avila, del siglo<br />

XVI-XVII». El libro biográfico<br />

de esta monja nacida en Cardeñosa<br />

fue dedicado por el autor<br />

a sus feligreses y ha sido reeditado<br />

recientemente con prólogo<br />

de don Teodoro Mayo Velayos,<br />

también sacerdote y natural<br />

de dicho pueblo. El párroco<br />

don Francisco llegó a publicar<br />

además una treintena de libros<br />

religiosos y fundó la publicación<br />

mensual «Nuestra Revista»,<br />

destinada a los párrocos de toda<br />

España.<br />

Sin abandonar el pueblo descubrimos<br />

el libro «Cardeñosa desde<br />

dentro», escrito por José Hidalgo<br />

Encinar en 1998. A través<br />

de los recuerdos del autor<br />

es fácil conocer la pequeña historia<br />

de la localidad y la de sus<br />

gentes, contada mitad en verso<br />

y mitad en prosa, llena de anécdotas<br />

desenfadadas e ilustradas<br />

con fotos antiguas y contadas<br />

a través de personajes nombrados<br />

por sus motes o apodos.<br />

Como colofón, el viajero debe<br />

saber que la Asociación Cultural<br />

Santa Paula Barbada ha<br />

publicado un libro con los poemas<br />

y cuentos premiados en<br />

el I Concurso Literario «Villa<br />

de Cardeñosa» del año 2000,<br />

donde también se incluyen imágenes<br />

de la patrona, la iglesia<br />

parroquial, las ermitas y el crucero.<br />

Continuando nuestro viaje llegamos<br />

a Peñalba de Avila,<br />

donde la Asociación Cultural<br />

«El Cuervo» publica desde 1997<br />

una revista trimestral titulada<br />

«Tribuna de Peñalba». Esta re-


RUTA DE LOS ESCRITORES 161<br />

vista de 20 páginas, que todavía<br />

se sigue editando, cuen- ta la<br />

historia, las tradiciones y las<br />

costumbres del pueblo, junto<br />

con otros acontecimientos de<br />

actualidad. Ciertamente, estamos<br />

ante una manifestación cultural<br />

de gran valor y acierto que no<br />

puede pasar desapercibida.<br />

Maximiliano Fernández (Las<br />

Berlanas, 1956), colaborador de<br />

«La Fragua», periodista y profesor<br />

universitario, ha escrito<br />

«Prensa y comunicación en Avila<br />

(s. XVI-XIX)» y «Sociedad y Opinión.<br />

Avila en el siglo XIX», entre<br />

otros libros de gran interés.<br />

En Las Berlanas el viajero encontrará<br />

también información<br />

del prolijo compositor de versos<br />

nacido en la localidad y llamado<br />

Augusto Gil Galindo, autor<br />

del libro «Un hotelero en el camino»,<br />

una obra de rimas que<br />

destila un marcado sentimiento<br />

religioso.<br />

Monsalupe es otro pueblo<br />

que aparece en esta singular ruta,<br />

donde el reconocido y consagrado<br />

poeta y sacerdote Jacinto<br />

Herrero Esteban (Langa -<br />

Avila, 1931) se inspiró para escribir<br />

el libro de poemas «El<br />

Las Berlanas es la siguiente<br />

localidad de la ruta de esta aventura.<br />

Aquí, la Asociación Cultural<br />

«La Fragua» ha convertido el<br />

antiguo edificio comunal en exposición<br />

permanente de carácter<br />

etnográfico. Esta asociación<br />

ha publicado una revista o boletín<br />

con importantes datos sobre<br />

actualidad local, patrimonio,<br />

historia, costumbres y tradiciones.<br />

Jacinto Herrero con Querejazu.<br />

monte de la loba», cuando regentaba<br />

la parroquia de la localidad<br />

en 1959. En sus versos,<br />

Jacinto Herrero canta a las vendimiadoras<br />

del lugar, recoge el<br />

sonido del tren que surca las<br />

tierras morañegas desde Monsalupe,<br />

y lamenta las devastadoras<br />

inundaciones ocurridas<br />

entonces en Las Berlanas.<br />

También en Monsalupe descubrimos<br />

que Azorín se inspiró<br />

en un pastor imaginario para<br />

escribir un breve relato, según<br />

quedó recogido en la «Ruta de<br />

los pastores».


162 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

Siguiendo el antiguo camino<br />

que se dirigía a Arévalo llegamos<br />

a Gotarrendura, donde Santa<br />

Teresa lo llena todo. El pueblo<br />

ocupa un lugar importante<br />

en el libro biográfico de la Santa<br />

escrito en 1929 por el padre<br />

Gabriel de Jesús. Lo mismo<br />

ocurre en el libro publicado en<br />

1916 por el Marqués de San<br />

Juan de Piedras Albas dedicado<br />

a Alonso de Venegrilla, natural<br />

de Mingorría y administrador<br />

en Gotarrendura del palomar<br />

de Teresa de Jesús.<br />

Sin salir de la localidad comprobamos<br />

que la Asociación Cultural<br />

«Santa Teresa» promociona<br />

importantes concursos de<br />

poesía y relatos, entre otras actividades<br />

de divulgación cultural.<br />

Desde Gotarrendura llegamos<br />

a Zorita de los Molinos, donde<br />

grátamente nos sorprendemos<br />

con las entreñables cosas que<br />

cuenta la revista «Olalla», editada<br />

a lo largo de ocho años (1986-<br />

1993) por José Luis Sastre. Su<br />

tirada, limitada a 50 ejemplares<br />

y ocho páginas, alcanzó los 29<br />

números, más el suplemento extraordinario<br />

que recogía la transcripción<br />

literal del Catastro de<br />

Ensenada. «Olalla» es el título de<br />

los «Cuadernos de Zorita», donde<br />

se recoge una parte importante<br />

de su historia y sus tradiciones<br />

y costumbres, ilustrada<br />

con hermosas fotografías antiguas<br />

realizadas por Luis Sastre,<br />

padre del editor.<br />

Desde Zorita cruzamos el río<br />

Adaja y llegamos a Mingorría,<br />

localidad destacable por su gran<br />

número de publicaciones. Aquí,<br />

en la vieja casa del curato, el<br />

párroco don Valeriano Bermejo<br />

Lázaro, natural de Santo Domingo<br />

de las Posadas, escribió<br />

en 1918 el libro «Puntos gramaticales»,<br />

publicado en la imprenta<br />

abulense de Sigirano, en<br />

él se recoge una breve recopilación<br />

de reglas gramaticales<br />

destinadas a los aspirantes a<br />

Bachillerato y Magisterio Nacional,<br />

dice el autor. Y, como no<br />

podía ser menos, abundan los<br />

ejemplos en los que se cita el<br />

pan de Mingorría, la ciudad de<br />

Avila, Arévalo y Santa Teresa.<br />

En 1958 el párroco de Mingorría<br />

y Zorita, don Francisco Romero,<br />

edita una revista titulada<br />

«El Santo Rosario en familia».<br />

Esta publicación mensual se<br />

mantiene hasta 1964, con una<br />

importante difusión más allá de<br />

la provincia de Avila. Cada número,<br />

de cuatro páginas, trata


163<br />

de la religiosidad de los pueblos<br />

abulenses, e incluye relatos populares,<br />

refranes y chistes.<br />

El libro de poemas «Desde<br />

mis manos vegetales», escrito<br />

y publicado en 1981 por María<br />

Nieves Alvarez Martín, natural<br />

de Mingorría, es un hermoso<br />

canto a la palabra, al amor y a<br />

la libertad.<br />

En 1982, Antonio Gutiérrez<br />

Sanchidrián (Mingorría, 1963)<br />

promueve y dirige la revista abulense<br />

de creación literaria «Barataria»,<br />

donde se dieron cabida<br />

las inquietudes culturales de la<br />

época.<br />

Una revista cultural más dinámica<br />

y generalista, sin olvidar<br />

los aspectos locales, surgió bajo<br />

el título de «Piedra Caballera»<br />

(1982-1989), dirigida por<br />

Jesús M.ª Sanchidrián. La revista<br />

tuvo periodicidad cuatrimestral<br />

y una media de 70 páginas,<br />

habiéndose publicado un<br />

total de 16 números, además<br />

de monográficos sobre arquitectura<br />

popular, cantería, fotografías,<br />

carnavales, deportes<br />

populares, etc. Han sido numerosos<br />

los colaboradores que<br />

han pasado por sus páginas,<br />

tantos como la variedad de temas<br />

dedicados a la historia, la<br />

literatura, la ciencia, la etnografía,<br />

la sociedad, la naturaleza, el<br />

arte, la fotografía...<br />

La revista «Piedra Caballera»<br />

también editó varios libros de<br />

poesía, como el del autor José<br />

Pindado García (Mingorría, 1954)<br />

titulado «Hojas sueltas» y publicado<br />

en 1984.<br />

Por su parte, Germán Alonso<br />

Gallego (Mingorría, 1925)<br />

escribió y publicó «A corazón<br />

abierto», libro amoroso que reune<br />

114 sonetos compuestos con<br />

buena técnica y empeño.<br />

«Mingorría, crónicas de un<br />

pueblo abulense» es el título de<br />

un voluminoso libro de tradiciones<br />

y costumbres de la localidad,<br />

repleto de fotografías, prologado<br />

por el historiador José<br />

Luis Gutiérrez Robledo y escrito<br />

en 1991 por Teófilo Domínguez<br />

y Jesús María Sanchidrián,<br />

entre otros autores.<br />

«La historia quieta, la memoria<br />

del tiempo» es el libro de fo-


164 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

tografías de Mingorría<br />

que vió la luz en 1996,<br />

donde se refleja toda la<br />

historia gráfica de un<br />

pueblo, que es un poco<br />

cualquier pueblo.<br />

Desde Mingorría nos<br />

trasladamos a Velayos,<br />

y aquí el callejero enseguida<br />

destaca la calle<br />

dedicada a la figura de<br />

don Juan Martín Carramolino<br />

(1805- 1881). Carramolino<br />

nació en Velayos<br />

y fue catedrático,<br />

fiscal, diputado, senador,<br />

ministro y académico.<br />

Escribió en 1872 la<br />

«Historia de Avila, su<br />

provincia y obispado» en<br />

tres volúmenes, siendo<br />

esta obra referencia obligada<br />

para conocer la<br />

historia de estas tierras. Sin salir<br />

de Velayos, conviene destacar<br />

que en este pueblo de ricos comerciantes,<br />

en el año 1913 comenzó<br />

a editarse el semanario<br />

de información general «La Verdad».<br />

Desde Velayos se accede a<br />

los encinares de Las Gordillas,<br />

donde en el «cuartel del Molino»<br />

cazaba el escritor Miguel<br />

Delibes, cuya experiencia plasmó<br />

en su excelente obra literaria<br />

sobre Castilla, mientras su<br />

presencia permanece en la denominación<br />

del Colegio Rural<br />

Agrupado de los pueblos la zona<br />

que lleva su nombre.<br />

AZORIN: «LOS VASCOS<br />

DE MINGORRIA»<br />

El escritor José Martínez Ruiz<br />

«Azorín» (1873-1967) solía apoyar<br />

sus visiones literarias de los<br />

pueblos y lugares en las guías<br />

de viajeros de la época, las cuales<br />

ilustraba con la perspectiva<br />

fugaz que divisaba desde el<br />

tren. Así, sin necesidad de visitar<br />

y recorrer los lugares, escribió<br />

sobre la capital abulense<br />

«Azorín» por J. Echeverría.<br />

(«Una hora de España», 1924).<br />

Tampoco llegó a conocer Riofrío,<br />

un «pueblecito» de Avila, al<br />

que viajó con la imaginación en<br />

el libro que dedicó a Antonio<br />

Machado en 1916.<br />

Monsalupe también fue el lugar<br />

de nacimiento de un personaje<br />

imaginario nacido de la<br />

pluma de Azorín. Este autor se<br />

vió sugestionado por Mingorría,<br />

un pueblo vasco en el corazón<br />

de Castilla, mientras leía las guías<br />

de los Ferrocarriles del Norte,<br />

o el «Manual para viajeros»<br />

de Richard Ford publicado en<br />

1845, cuya lectura reseña en<br />

«Castilla» (1912). «La Mingorríana»<br />

era entonces una de las posadas<br />

menos malas de la ciudad<br />

de la capital abulense decía<br />

Ford; la «Fuente de las<br />

Mingorrianas» se hallaba en el<br />

paraje de la capital abulense de<br />

«Las Santidades» en la zona de<br />

la Encarnación; y el camino carretero<br />

de Mingorría, que iba de<br />

Avila a Arévalo, destascaba por<br />

la actividad comercial de arrieros<br />

y trajinantes. El artista Francisco<br />

de Paula Van Halen, de


RUTA DE LOS ESCRITORES 165<br />

origen flamenco, dibujó en<br />

1842 una bella vista titulada<br />

«Avila desde el camino de Mingorría»,<br />

uno de cuyos tramos se<br />

significó como la «Cuesta de las<br />

Mingorrianas», dada la frecuencia<br />

con que pasaban las panaderas<br />

de este pueblo cuando<br />

iban a vender pan a la ciudad.<br />

Por otro lado, a Jorge Santayana,<br />

cada vez que venía en tren<br />

de París en las décadas de<br />

1880 y 1890, la llegada a Avila<br />

se le advertía siempre latiendo<br />

el corazón, mientras buscaba<br />

los nombres de las últimas estaciones:<br />

Arévalo, luego Mingorría...<br />

Como vemos, todas las<br />

sensaciones por el nombre de<br />

Mingorría se agolpan en la memoria,<br />

donde queda a salvo la<br />

imagen de la realidad de este<br />

pueblo, que es un poco cualquier<br />

pueblo.<br />

En la búsqueda de una especial<br />

sensación por un nombre,<br />

Azorín imaginó el cuento «Los<br />

vascos de Mingorría», una de<br />

las narraciones que Azorín escribió<br />

con más cariño, la cual<br />

fue publicada en el periódico<br />

«Ahora» el 24 de junio de 1936,<br />

luego incluida en el libro «Cavilar<br />

y contar».La pequeña historia<br />

de este cuento queda resumida<br />

a continuación:<br />

«Una mañana de junio de<br />

1895 salía de su casa don Bernardo<br />

Echeveste, vecino de San<br />

Sebastián. Tenía setenta y cinco<br />

años y había sido durante mucho<br />

tiempo capitán del transatlántico<br />

español “Tubalia”. Don<br />

Bernardo Echeveste se dirigía a<br />

la estación. Ningún viaje de los<br />

que por el planeta había hecho<br />

le impresionaba más que éste.<br />

Había estado en Groenlandia,<br />

en el mar Pacífico, en la Patagonia,<br />

en Norteamérica. Y ahora,<br />

retirado ya, se sentía un poco<br />

emocionado. El tren corría hacia<br />

Castilla.<br />

Al día siguiente de su salida<br />

de San Sebastián, don Bernardo<br />

Echeveste estaba sentado ante<br />

una puerta de Mingorría. El cielo<br />

era alto, limpio y de un azul profundo.<br />

La mañana se deslizaba<br />

plácida. El pueblo se hallaba sumido<br />

en el silencio. De tarde en<br />

tarde discurría por la calle un labriego<br />

que se encaminaba al<br />

campo. Se oía a lo lejos el tintineo<br />

de una herrería y allí cerca<br />

resonaban los martillazos de un<br />

carpintero. De pronto salió de la<br />

carpintería vecina un niño de<br />

unos siete años. Llevaba en las<br />

manos el cazo de cola y unas<br />

astillas. Don Bernardo le hizo<br />

una seña y el niño se le acercó:<br />

Vista de Mingorría.


166 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

–¿Cómo te llamas tú<br />

–Víctor Arosteguieta.<br />

Los ojos de don Bernardo se<br />

encendieron con viva luz y las<br />

manos del anciano temblaron ligeramente.<br />

Dos días después,<br />

en San Sebastián, don Bernardo<br />

Echeveste bajaba a la playa de<br />

La Concha llevando de la mano<br />

a Víctor Arosteguieta. Se acercaron<br />

los dos al mar. Don Bernardo<br />

cogió en el hueco de la<br />

mano un poco de agua y sobre<br />

la cabeza del niño, dijo:<br />

–Víctor, yo te bautizo. Tú serás,<br />

como tus antecesores remotos,<br />

marino. Tú, como ellos, navegarás<br />

por todos los mares del globo.<br />

La vida de Víctor Arosteguieta<br />

fue varia y fecunda. Desde<br />

el fondo de su espíritu se sentía<br />

él atraído por el mar, llegando a<br />

ser capitán del transatlantico inglés<br />

“Caledonia”. Pero allá en lo<br />

más recóndito de su personalidad,<br />

en esos momentos en que<br />

se encontraba a millares y millares<br />

de kilómetros de su patria,<br />

Avila, tenía para Avila un<br />

pensamiento de amor.<br />

Habían transcurrido cuarenta<br />

años, cuando una tarde de julio,<br />

un automóvil llegó hasta doscientos<br />

metros de Mingorría.<br />

Descendió del coche un caballero<br />

y se dirigió al pueblo. El<br />

caballero era don Víctor Arosteguieta,<br />

se sentó ante una casa.<br />

Contemplaba el cielo alto y limpio<br />

como si nunca lo hubiera<br />

contemplado. El pueblo se hallaba<br />

en silencio y el corazón de<br />

Víctor palpitaba con fuerza. Lo<br />

que el peligro no había hecho<br />

antes, lo hacía ahora esta placidez<br />

de su pueblo natal. El tiempo<br />

había pasado y todo estaba<br />

lo mismo. Habían desaparecido<br />

unos hombres y habían nacido<br />

otros. Como el mar, se sucedía<br />

eterno el oleaje humano. Pasó<br />

un niño y Víctor le preguntó:<br />

–¿Cómo te llamas tú<br />

–Pedro Muñagorri –contestó<br />

el niño.<br />

Dos días más tarde, Víctor Arosteguieta<br />

y Pedro Muñagorri llegaban<br />

a San Sebastián y se embarcaban<br />

en una lancha para dirigirse<br />

al “Caledonia“. Pero el<br />

niño se sentía cohibido, huraño,<br />

ensimismado, encogido medrosamente,<br />

como un animalito selvático.<br />

No quería probar bocado.<br />

Cuatro días más tarde, acompañado<br />

de un marinero del “Caledonia“,<br />

Pedro Muñagorri tornaba<br />

a Mingorría. La tierra, esta<br />

vez, había podido más que el<br />

mar».<br />

SANTAYANA<br />

Jorge Ruiz de Santayana<br />

(1863- 1952) fue un pensador, filósofo<br />

y escritor universal, coetáneo<br />

de aquella generación de<br />

finales del siglo XIX, y un abulense<br />

de criazón como escribe<br />

Jacinto Herrero.<br />

La última estancia en Avila, y<br />

en España, de este ilustre intelectual<br />

tuvo lugar en 1930, ocasión<br />

ésta que aprovechó para<br />

visitar Zorita de los Molinos.<br />

El campo y el medio rural hasta<br />

entonces le habían sido ajenos<br />

a Santayana, lo que le producía<br />

un sentimiento de vacío<br />

en su conocimiento sobre una<br />

Jorge Santayana.


RUTA DE LOS ESCRITORES 167<br />

Zorita de los Molinos.<br />

parte de la vida humana, y así<br />

escribió a su hermana Susana:<br />

«El amor a los campos y el<br />

ambiente campesino fue una de<br />

las carencias tremendas de<br />

nuestra educación, y ahora lo<br />

siento como una incapacidad y<br />

desventaja permanentes».<br />

Por ello, quizás, cuando escribe<br />

su autobiografía en su retiro<br />

de Roma en 1942, dedica<br />

un bello capítulo al campo y los<br />

campesinos abulenses:<br />

«El campo invade la ciudad<br />

todos los viernes por la mañana,<br />

y llena el mercado de campesinos<br />

y mercancías rurales... El<br />

campo había creado la ciudad...».<br />

Efectivamente, es en la autobiografía<br />

del filósofo donde no<br />

sólo el campo, sino Avila y España,<br />

cobran el verdadero valor<br />

que tuvieron en su vida, puesto<br />

que apenas hay nada sobre ello<br />

en el lado literario del escritor,<br />

tal y como reconocía él mismo.<br />

Recordando entonces el último<br />

viaje de Santayana a Avila,<br />

y a propósito de la imagen captada<br />

en Zorita por tierras de<br />

Mingorría, es bueno reivindicar<br />

su obra, así como su contribución<br />

literaria al «abulensismo».<br />

Santayana nació en Madrid,<br />

se crió en Avila desde los dos<br />

hasta los nueve años, se educó<br />

en Boston, fue profesor en Harvard<br />

(EE.UU.), divulgó su pensamiento<br />

filosófico a todo el<br />

mundo desde las universidades<br />

de América y Europa, escribió<br />

numerosos libros y artículos,<br />

pronunció incontables conferencias,<br />

y fue un viajero infatigable,<br />

un trashumante, un hombre<br />

con «espíritu de frontera»,<br />

como dijo Jiménez Lozano.<br />

Además, según Fernando Savater,<br />

tenía un estilo correcto y<br />

era un cosmopolita culto, un<br />

poeta y un erudito penetrante.<br />

Después de alcanzar la cima de<br />

su carrera en Harvard, un día de<br />

1912, recuerda Jiménez Lozano,<br />

en plena clase de sus cursos<br />

en la universidad se acercó<br />

a la ventana y se percató de<br />

que los árboles estaban florecidos:<br />

quedó pasmado de su belleza,<br />

como si en Avila florecieran<br />

palmeras en diciembre bajo<br />

la nieve, tomó su sombrero y se<br />

despidió de sus alumnos: «Señores,<br />

ha llegado la primavera», y<br />

nunca más volvió a una clase.<br />

Entonces se trasladó a Europa,<br />

viviendo principalmente en París,<br />

Oxford y Roma, donde falleció<br />

en 1952, teniendo siempre<br />

presente la ciudad de Avila.<br />

Santayana, quiso ver y tener<br />

en Avila un punto de apoyo elevado<br />

–un «locus standi»– desde<br />

el que asomarse al mundo y<br />

hacer su interpretación de la<br />

historia y de la vida humana,<br />

contrastando su ideal cultivado<br />

en la distancia con la realidad<br />

de una ciudad que visitaba en


168 RUTA DE LOS ESCRITORES<br />

continuos y frecuentes viajes.<br />

En su autobiografía recuerda<br />

con emoción:<br />

«Latiéndome el corazón como<br />

buscaba los nombres de las<br />

últimas estaciones, Arévalo, luego<br />

Mingorría, tras la cual, el<br />

cualquier momento, podía esperar<br />

ver a la derecha las perfectas<br />

murallas de Avila». Eran<br />

los mismos años en los que<br />

Azorín situó el escenario de su<br />

cuento «Los vascos de Mingorría».<br />

En la ciudad amurallada Santayana<br />

tuvo siempre su hogar<br />

familiar. Primero en la casa de<br />

su padre, sita en la plaza de<br />

Santa Ana, hasta que éste falleció<br />

en 1893. Luego en la casa<br />

de la plaza de Novaliches, donde<br />

vivía su hermana Susana,<br />

casada en 1892 con Celedonio<br />

Sastre, viudo y con seis hijos.<br />

Celedonio había sido Alcalde<br />

de Avila entre 1877 y 1878 y de<br />

él escribió Santayana:<br />

«Era un propietario y también<br />

abogado, y poseía una finca a<br />

poca distancia de Avila (en Zorita<br />

de los Molinos-Mingorría),<br />

yendo a caballo, y una casa en<br />

la ciudad, pero su empleo principal<br />

era actuar de apoderado<br />

para dos o tres grandes propietarios<br />

(Duque de Valencia y Duque<br />

de la Roca) que tenían fincas<br />

en la provincia y vivían fuera».<br />

Cuando en el verano de 1930<br />

Santayana hizo su último viaje a<br />

estas tierras tuvo oportunidad<br />

de contactar con el ambiente<br />

campesino en Zorita y Mingorría,<br />

a la vez que parecía reencontrarse<br />

con los últimos deseos<br />

de su padre, mientras recordaba<br />

una carta de 1893 (incluida<br />

por Pedro García Martín<br />

en «El sustrato abulense de Jorge<br />

Santayana») donde le decía:<br />

«Tengo mucha esperanza de<br />

verte este año... Como has tenido<br />

gusto en venir otros años,<br />

desde hace diez, no dudo que<br />

le tendrás ahora con el gran<br />

motivo de ver a Susana en su<br />

nuevo estado (de recién casada)...<br />

En el verano pasará temporadas<br />

en Zorita durante las<br />

labores de la cosecha, y me parece<br />

que te divertirás mucho allí<br />

algún que otro día. Bueno fuera<br />

que pudieras también ir. La vida<br />

del campo alegra y remoza...<br />

Zorita! ¿Te gustaría ir a Zorita<br />

cuando esté allí Susana A mí<br />

me gustaría mucho, si estuviera<br />

más útil».<br />

Ya en otra ocasión, en una<br />

carta del 12 de noviembre de<br />

1888, su padre le había hecho<br />

referencia a los vinos de Zorita.<br />

Unos vinos de excelente calidad,<br />

por los que Celedonio<br />

Sastre obtuvo la medalla de<br />

plata en la Exposición Universal<br />

e Internacional de París en el<br />

año 1900.<br />

Patio de la casa de la plaza de Novaliches (foto archivo J. L. Sastre).


RUTA DE LOS ESCRITORES 169<br />

En esta visita del verano<br />

de 1930 a Zorita, acompañado<br />

de Rafael y la familia<br />

Sastre, otro recuerdo asaltó<br />

a Santayana:<br />

«En 1906, visitando el<br />

museo del Louvre en París<br />

en compañía de Rafael<br />

Sastre, éste sacó un cuaderno<br />

y un lapicero e hizo<br />

un esbozo de una de las<br />

obras, con un apunte sobre<br />

el colorín: “cuando<br />

vuelva a Zorita (la finca de<br />

su padre), dijo, haré uno<br />

como éste”».<br />

Anteriormente a este último<br />

viaje de Santayana<br />

por tierras abulenses, había<br />

muerto su hermana Susana<br />

el 10 de febrero de 1928. Celedonio<br />

entonces decidió construir<br />

una ermita en su honor, y<br />

en el de su primera esposa y su<br />

hija. La ermita se levantó en la<br />

finca «La Aldehuela» en Zorita,<br />

al sitio de «la encina sola», dedicada<br />

a San Antonio, San José<br />

y Santa Susana. También, como<br />

último gesto de caridad cristiana,<br />

en 1928 Celedonio Sastre<br />

donó al Ayuntamiento de Mingorría<br />

un cercado de casi treinta<br />

y cinco áreas al sitio de «Los<br />

Herrenales» y el «Azafranal» para<br />

la construcción de escuelas<br />

para el pueblo. En agradecimiento,<br />

una calle lleva su nombre.<br />

La inauguración de la nueva<br />

ermita tuvo lugar el día 13 de junio<br />

de 1930, en la festividad de<br />

San Antonio, poco después de<br />

la muerte de Celedonio que había<br />

tenido lugar un mes antes.<br />

La inauguración se hizo en una<br />

misa oficiada por el arcipreste<br />

de Mingorría, don Valeriano<br />

Bermejo, y los curas de Pozanco<br />

y Peñalba, con asistencia<br />

de los vecinos de Zorita y la familia<br />

Sastre. Este verano se reunieron<br />

en Zorita los hijos de Celedonio,<br />

acompañados de sus<br />

mujeres e hijos. También estuvo<br />

Ermita de La Aldehuela.<br />

Santayana y el hijo de su hermano<br />

Roberto, Jorge Sturgis,<br />

siendo retratados delante de la<br />

ermita. Y aunque ahora Santayana<br />

estaba en lugar sagrado,<br />

Avila había hecho al filósofo, al<br />

filósofo escéptico, quien al despedirse<br />

de Avila en 1930, escribió:<br />

«Habiendo quemado así mis<br />

naves..., dije adiós a Avila y a<br />

España, sin duda para siempre.<br />

No derramé lágrimas. Retuve en<br />

mi interior todo lo que quería o<br />

podía ya disfrutar de España».<br />

No obstante, por la correspondencia<br />

con la familia Sastre,<br />

su familia, conocemos sus deseos<br />

de ser más joven para poder<br />

volver a Avila. Y también sabemos<br />

de su regalo navideño<br />

de una y dos libras a cada uno<br />

de los trece nietos de Celedonio,<br />

a los que consideraba sus<br />

sobrinos. Y siempre pensando<br />

en Avila hasta su muerte.<br />

En reconocimiento a la figura<br />

de Santayana, y por su vinculación<br />

familiar con estas tierras,<br />

el Ayuntamiento de Mingorría<br />

acordó, el 4 de diciembre de<br />

1987, denominar el colegio público<br />

de la localidad con el<br />

nombre de Jorge Santayana.


«Teresa de Jesús».<br />

RUTA DE CINE<br />

■ A DESTACAR. La magia del<br />

cine siempre ha tenido gran<br />

fuerza cautivadora entre los<br />

hombres, sin importar la condición<br />

social o cultural de las<br />

personas, de ahí sus valores<br />

universales. Por ello, en el recorrido<br />

que hacemos sorprende<br />

la complicidad y juego de<br />

asociaciones entre historia, paisaje,<br />

actores, directores y productores<br />

de cine, los cuales parecen<br />

fundirse en una amorosa<br />

relación con esta tierra. No<br />

es frecuente identificar la vida<br />

de nuestros pueblos, y su marco<br />

natural y geográfico, con<br />

las aventuras y desventuras de<br />

los personajes mitificados por<br />

el cine, por lo que sorprende<br />

que entre las gentes que proceden<br />

de estos lugares haya<br />

alguien atraído y eclipsado por<br />

el séptimo arte, hasta el punto<br />

de convertirse en protagonista,<br />

a su manera, de alguna historia<br />

llevada a la gran pantalla.<br />

■ La ruta. El camino se emprende<br />

a través de acontecimientos<br />

cinematográficos relacionados<br />

con la zona rural<br />

del Adaja. La presencia de las<br />

cámaras todo lo engrandece<br />

y magnifica, lo que hace olvidar<br />

nuestra aparente insignificancia,<br />

tanto que con una<br />

simple referencia cinematográfica<br />

a lo que nos rodea nos<br />

hace sanamente más orgullosos<br />

y vanidosos. Situándonos<br />

en las localidades cercanas a<br />

la capital abulense, siguiendo<br />

el curso del río Adaja desde<br />

Cardeñosa y Mingorría hasta<br />

Gotarrendura y Pajares de<br />

Adaja, las anécdotas cinematográficas<br />

que se descubren<br />

nos asombran gratamente, y<br />

más aún cuando se sabe que<br />

las mismas crean cierta complicidad<br />

con la pequeña historia<br />

del cine.<br />

■ Cómo llegar. Para visitar<br />

los pueblos donde pueden encontrarse<br />

detalles relacionados<br />

con el cine hay que acercarse<br />

a Cardeñosa, Las Berlanas,<br />

Gotarrendura, Mingorría,<br />

Velayos y Pajares. En el recorrido<br />

por la mayoría de las localidades<br />

de la zona, el viajero<br />

debe advertir que una multitud<br />

de labradores y campesinos<br />

participó en el rodaje de<br />

«Orgullo y Pasión».<br />

■ Qué ver. Los lugares que<br />

sirvieron de escenario a algunas<br />

películas y aquéllos otros<br />

donde nacieron o tuvieron su<br />

herencia familiar actores, directores<br />

y productores de cine,<br />

sin olvidar el recuerdo a<br />

los antiguos salones de cine.<br />

■ Aliciente. Descubrir la grandeza<br />

de pequeñas e insignificantes<br />

aportaciones a la historia<br />

del cine surgidas en torno<br />

a nuestros pueblos, hoy casi<br />

olvidados.


RUTA DE CINE 171<br />

El punto de partida de este itinerario,<br />

que iniciamos de la<br />

mano de Emilio García Fernández,<br />

comienza con Santa Teresa<br />

de Jesús, uno de los personajes<br />

más atrayentes e impactantes<br />

de la historia de Avila en<br />

el cine. La figura de la Santa se<br />

halla profundamente enraizada<br />

entre la gente de los pueblos<br />

del Adaja, ya que en Gotarrendura<br />

los padres de Teresa tenían<br />

importantes propiedades y<br />

haciendas. En esta aldea de<br />

Avila habían contraído matrimonio<br />

y pasaban largas temporadas<br />

en invierno, e incluso la<br />

muerte sorprendió a la madre<br />

de la Santa. La teoría del nacimiento<br />

de Santa Teresa en Gotarrendura<br />

es defendida por el<br />

carmelita padre Efrén de la Madre<br />

de Dios, el mismo que presentó<br />

en Avila la película «Teresa<br />

de Jesús», cuyo acto tuvo<br />

lugar el 30 de mayo de 1962 en<br />

el cine «Lagasca». La película había<br />

sido dirigida por Juan de<br />

Orduña y estaba rodada parcialmente<br />

en Avila, con Aurora<br />

Bautista como protagonista y la<br />

actriz nacida en Madrigal de las<br />

Altas Torres Carmen Porcel.<br />

Habían pasado muchos años<br />

desde aquel 1 de junio de 1926<br />

en que se estrenó en el «Teatro<br />

Principal» la primera película rodada<br />

sobre Santa Teresa,<br />

producida en este<br />

caso por el empresario<br />

teatral Juan Vila, quien<br />

solía veranear en el<br />

balneario de Martiherrero.<br />

Después se han<br />

rodado muchos documentales<br />

sobre la Santa<br />

y se realizó una interesantísima<br />

serie de televisión<br />

dirigida por Josefina<br />

Molina en 1983,<br />

con Concha Velasco de<br />

protagonista. A partir<br />

de aquí podemos decir<br />

que cualquier rodaje<br />

sobre la vida de Teresa<br />

de Jesús propicia profundos<br />

sentimientos de paisanaje entre<br />

las gentes de los pueblos que<br />

la vieron durante su niñez entre<br />

los campos de Gotarrendura y<br />

cuando hacía el recorrido que<br />

va desde Gotarrendura hacia<br />

Avila y viceversa pasando por<br />

Las Berlanas, Peñalba y Cardeñosa.<br />

Siguiendo nuestro peculiar<br />

viaje descubrimos que el rodaje<br />

de la película «Don Juan» fue<br />

realizado en 1950 bajo la dirección<br />

de José Luis Sáenz de Heredia,<br />

y que Avila es el escenario<br />

de alguno de los exteriores<br />

que aparecen en la cinta. El jefe<br />

de producción de esta película<br />

fue Eduardo de la Fuente, quien<br />

lo fue también de otros muchos<br />

títulos del mismo director y cuya<br />

familia vivía en Mingorría. La<br />

película «Don Juan» se exhibió<br />

en Avila el 17 de noviembre de<br />

1951 en el «Teatro Principal».<br />

Otros títulos producidos por<br />

Eduardo de la Fuente y apuntados<br />

por sus familiares son: «Escuadrilla»,<br />

que se exhibió en el<br />

«Gran Cinema» el 22 de octubre<br />

de 1954, e «Historias de la radio».<br />

Una parte del rodaje de<br />

esta última se llevó a cabo en el<br />

Parador de Gredos, el cual tuvo<br />

Eduardo de La Fuente y esposa.


172 RUTA DE CINE<br />

que suspenderse por las intensas<br />

nieves caídas en aquel año<br />

de 1958, lo que además provocó<br />

el aislamiento del equipo,<br />

que tuvo que esperar a ser evacuado<br />

por coches llegados de<br />

la capital. «Historias de la radio»<br />

fue estrenada en Avila el 14 de<br />

octubre de 1959 en el cine «Lagasca».<br />

Rodaje de «Alba de América».<br />

En los años cincuenta el cantero<br />

de Mingorría Antonio Blázquez<br />

«Chiqui» intervino como<br />

extra en la película «Alba de<br />

América», rodada en Madrid en<br />

1951 donde se encontraba cumpliendo<br />

el servicio militar en el<br />

cuartel del Conde Duque. De<br />

aquel entonces conserva una<br />

fotografía que muestra con orgullo<br />

de actor consagrado, en<br />

ella se le ve montado a caballo<br />

acompañado de los extras abulenses<br />

Jesús de la Fuente Norella,<br />

de Sotillo de la Adrada, y<br />

Julio Díaz Ramos, de Arenas<br />

de San Pedro. La película fue<br />

dirigida por Juan de Orduña, director<br />

también de «Teresa de<br />

Jesús». Entre los protagonistas<br />

destacaron Amparo Rivelles y<br />

Antonio Vilar, este último también<br />

había protagonizado la película<br />

rodada en Avila «Don<br />

Juan» (1950). El argumento trata<br />

sobre los preparativos del<br />

viaje de Colón a las Indias y la<br />

expulsión de los judíos. La película<br />

apareció en las pantallas<br />

abulenses el 28 de enero de<br />

1955 en el «Gran Cinema».<br />

La más importante participación<br />

cinematográfica de las<br />

gentes anónimas de los pueblos<br />

cercanos a Avila tuvo lugar<br />

con motivo del<br />

rodaje de la película<br />

Orgullo<br />

y Pasión, que<br />

se llevó a cabo<br />

en la capital en<br />

1957. Fueron<br />

muchos los labradores<br />

que<br />

se acercaron<br />

con sus carros<br />

perfectamente<br />

ataviados en<br />

respuesta a la<br />

convocatoria<br />

de la productora<br />

americana.<br />

En la película<br />

de aventuras sobre la guerra<br />

española de la Independencia<br />

intervinieron cinco mil extras en<br />

los papeles de campesinos y<br />

guerrilleros, para lo que fue necesario<br />

disponer de autocares<br />

que los recogieran entre los<br />

pueblos de los alrededores.<br />

«Orgullo y pasión» fue una de<br />

las películas más importantes<br />

que se rodaron en Avila, la ciudad<br />

entonces fue tomada por<br />

Hollywood y sus rostros más espectaculares:<br />

Sofía Loren, Gary<br />

Grant y Frank Sinatra. En Monsalupe,<br />

la señora Domitila recuerda<br />

cómo cada vez que ve<br />

la película intenta una y otra vez<br />

reconocer a su marido Sise en<br />

la masa de campesinos que se<br />

agolpa ante las murallas, entre<br />

los que también estaban otros<br />

tantos intrépidos «actores». La<br />

película fue exhibida en Avila el<br />

14 de octubre de 1958 en el cine<br />

«Lagasca», coincidiendo con<br />

las fiestas patronales de Santa


RUTA DE CINE 173<br />

Rodaje de «Orgullo y pasión».<br />

Teresa, lo que constituyó todo<br />

un acontecimiento entre el público<br />

y los miles de protagonistas<br />

que intentaban reconocerse<br />

en las imágenes.<br />

Puestos de nuevo en el camino<br />

del cinematógrafo llegamos<br />

a Cardeñosa, pueblo de canteros<br />

y molineros, donde nació el<br />

actor Teodosio (Francisco) Vázquez<br />

López. El actor ocupa un<br />

lugar importante entre los abulenses<br />

que se han dedicado al<br />

cine, destacando en papeles de<br />

reparto de más de una docena<br />

de películas filmadas entre 1958<br />

y 1961 bajo la dirección de Juan<br />

de Orduña y Pedro Lazaga, entre<br />

otros. La primera película<br />

donde intervino Francisco Vázquez<br />

llevaba por título «La rebelión<br />

de los gladiadores», rodada<br />

en 1958 bajo la dirección<br />

de Vittorio Cottafavi y que pudo<br />

verse en el cine «Tomás Luis de<br />

Victoria» a partir del 26 de diciembre<br />

de 1960, coincidiendo<br />

con las fiestas navideñas. Otra<br />

película donde intervino en 1960<br />

el actor de Cardeñosa, acompañado<br />

en el reparto por el abulense<br />

José Manuel Pérez Martín<br />

(Casavieja, 1924), llevaba por<br />

título «La paz empieza nunca»,<br />

dirigida por León Klimovsky y<br />

basada en la novela homónima<br />

del también abulense Emilio Romero<br />

(Arévalo, 1917), ganadora<br />

del premio Planeta de 1957. El<br />

director León Klimovsky ya había<br />

rodado en Avila la película<br />

«El hombre que perdió el tren»<br />

en 1957, lo que hizo con la misma<br />

productora para la que trabajaba<br />

Eduardo de la Fuente y<br />

con los actores famosos del momento:<br />

Rosita Arenas y Tony Leblanc.<br />

Otra película en la que<br />

actuó Francisco Vázquez fue<br />

«Abuelita Charlestón» de Javier<br />

Setó, en 1963. Finalmente, el último<br />

título donde intervino Francisco<br />

Vázquez fue en «Ha llegado<br />

un ángel» de Luis Lucía, exhibida<br />

en Avila en el cine «Lagasca»<br />

el 16 de julio de 1964.<br />

Al pasar Pajares de Adaja,<br />

antiguo pueblo de arrieros y trajinantes,<br />

el viajero con asombro<br />

y capacidad de sorpresa se alegra<br />

cuando sabe que en este<br />

pequeño pueblo se rodó la película<br />

«¿Y el prójimo» de Angel<br />

del Pozo. No en vano el director<br />

había nacido en la localidad. El<br />

estreno fue el 10 de julio de<br />

1974 en el cine «Roxy» de Madrid.<br />

El argumento trata sobre<br />

la problemática de un transplante<br />

de corazón y contó con<br />

importantes actores como: Geraldine<br />

Chaplin, Antonio Ferrandis,<br />

Fernando Rey, Charo Soriano<br />

y Juan Diego, entre otros.


174 RUTA DE CINE<br />

En Mingorría, también pueblo<br />

de canteros y molineros,<br />

panaderos y labradores, llama la<br />

atención que uno de sus naturales<br />

llegue a aventurarse con<br />

Rodaje de «La conversión».<br />

las cámaras como director. Este<br />

es el caso de Antonio Gutiérrez<br />

Sanchidrián, quien dirige<br />

en 1986 en Avila «La conversión»,<br />

según un guión propio<br />

basado en la obra del escritor<br />

abulense José Jiménez Lozano.<br />

El papel protagonista fue interpretado<br />

por el actor abulense<br />

Francisco González, director del<br />

grupo de teatro «De la Nada», interviniendo<br />

también como «extra»<br />

Carlos Sanchidrián. La película<br />

narra la historia de un cacique<br />

de pueblo que se vuelve<br />

liberal después de padecer<br />

problemas de salud por<br />

estreñimiento, pero que fallece<br />

por la misma causa provocada<br />

por su mujer ante semejante<br />

cambio. El cortometraje<br />

fue estrenado el mismo<br />

año en el cine «Palafox» de<br />

Madrid junto con la película<br />

«El último emperador» de Bertolucci,<br />

y en el cine «Tomás<br />

Luis de Victoria» de Avila, con<br />

un destacable éxito en ambas<br />

proyecciones.<br />

El pueblo de Las Berlanas,<br />

típico por sus ajos, fue<br />

el escenario ideal para realizar<br />

«La otra historia de Rosendo<br />

Juárez», filmada durante<br />

los días 16 al 29 de junio<br />

de 1990. La película era<br />

uno de los capítulos de la serie<br />

televisiva «Los cuentos de<br />

Borges» dirigida por Gerardo<br />

Vera, y en ella intervinieron los<br />

actores: Antonio Banderas, Pastora<br />

Vega y Fernando Guillén.<br />

El rodaje se llevó a cabo entre<br />

las ruinas del barrio conocido<br />

como El Burgo y contó con la<br />

participación de las gentes de<br />

Las Berlanas. Escenario de «Los cuentos de Borges».


RUTA DE CINE 175<br />

la localidad que actuaron como<br />

«extras». El paisaje desolado que<br />

forman los restos de las casas<br />

de adobe que quedaron en pie<br />

después de las inundaciones<br />

de 1959 parece el decorado de<br />

un gran estudio de cine, semejante<br />

a muchos de los viejos caseríos<br />

donde todavía vive gente<br />

en Latinoamérica. El mismo Antonio<br />

Banderas acudió al bar de<br />

la localidad para solicitar la colaboración<br />

«artística» de los que<br />

allí estaban, a cambio de una<br />

dieta importante.<br />

Continuando con las rutas<br />

cinematográficas descubrimos<br />

que la actriz y modelo Inés Sastre<br />

desciende de la familia de<br />

Celedonio Sastre, importante<br />

propietario de tierras en Zorita<br />

de los Molinos y Mingorría. A<br />

los 13 años Inés Sastre intervino<br />

en la película «El Dorado»<br />

de Carlos Saura, título que pudo<br />

verse en Avila el 4 de junio<br />

de 1988 en la pantalla del cine<br />

«Tomás Luis de Victoria». El director<br />

Carlos Saura rodó en Avi-<br />

Rodaje de «Torrente 2».<br />

(Foto «El País»).<br />

la la película sobre San Juan de<br />

la Cruz «La noche oscura», la<br />

cual pudo verse en el cine «Tomás<br />

Luis de Victoria» el 6 de junio<br />

de 1989. La actriz trabajó<br />

luego a las órdenes de Antonioni<br />

en 1994 y junto a Gerard Depardieu,<br />

volviendo en el año<br />

2000 al cine español bajo la dirección<br />

de Santiago Segura en<br />

la película «Torrente 2. Misión<br />

en Marbella».<br />

En Velayos, pueblo de ricos<br />

comerciantes, se converva una<br />

interesante colección de carros<br />

de labranza de todas las clases<br />

que poco a poco ha ido reuniendo<br />

Baltasar Monteagudo. Estos<br />

carros a menudo son alquilados<br />

para el rodaje de películas,<br />

con lo que esta singular contribución<br />

al cine es motivo suficiente<br />

para que el viajero anote<br />

el detalle, porque son numerosísimas<br />

las secuencias cinematográficas<br />

donde aparecen los<br />

bellos carros.<br />

La otra historia cinematográfica<br />

es la que cuentan los<br />

que ven y disfrutan de las películas.<br />

La atracción del cine<br />

como espectáculo pronto se<br />

convirtió en un divertimento<br />

festivo<br />

destacable en el<br />

medio rural, propiciado<br />

por las proyecciones<br />

que se<br />

improvisaban en<br />

los salones de los<br />

bares y cafés o al<br />

aire libre sobre alguna<br />

fachada recubierta<br />

de tela blanca.<br />

Corrían los años<br />

veinte y tiempos del<br />

cine mudo, y en muchos<br />

pueblos ya se<br />

proyectaban películas<br />

con alguna frecuencia<br />

siguiendo<br />

las modas de la capital<br />

abulense donde<br />

ya se veía cine<br />

desde 1899 en ba-


176 RUTA DE CINE<br />

Fotograma del cine mudo.<br />

rracones, salones de café, teatros<br />

y salas de proyecciones.<br />

Teófilo Domínguez recuerda<br />

en los años veinte «la presencia<br />

en Mingorría del cinematógrafo<br />

en el salón de Fausto Vázquez o<br />

en la plaza, donde la pantalla se<br />

sujetaba en dos altos postes clavados<br />

en el suelo. Eran películas<br />

folletinescas muy a propósito<br />

para excitar el llanto y encoger<br />

el corazón de aquellas buenas<br />

amas de casa labradoras, o<br />

bien películas de vaqueros que,<br />

a falta de sonido y de tiempo<br />

para captar holgadamente los títulos,<br />

explicaba el operador de<br />

viva voz: “Y ahora salen en persecución<br />

de los bandidos y el<br />

que va delante es el primero”.<br />

Luego, cuando se creó el casino<br />

con sede en el salón de Simón<br />

Vázquez, se compró una<br />

máquina de proyección de películas<br />

que instalaron en una cabina<br />

de madera que había de<br />

accionarse a mano mediante<br />

una manivela».<br />

Ya en los años cincuentasesenta<br />

en algunos pueblos se<br />

afianzaron pequeñas salas de<br />

cine, como ocurrió en Cardeñosa<br />

con el salón<br />

de Pío Garcinuño<br />

o de Acción<br />

Católica, y<br />

en Mingorría con<br />

Angelino Pindado<br />

y Pedro Vázquez,<br />

donde se<br />

proyectaban películas<br />

los sábados<br />

y domingos.<br />

Estas proyecciones<br />

eran realizadas<br />

por ambulantes<br />

que recorrían<br />

los<br />

pueblos, incluso<br />

aunque hubiera<br />

que improvisar<br />

el lugar de exhibición.<br />

Entre estos<br />

ambulantes<br />

de los pueblos de la zona todavía<br />

se recuerda la figura de José<br />

«El Gordo», quien vivía en<br />

Sanchidrián y venía acompañado<br />

de una mujer conocida como<br />

«La Chata».<br />

Mediados los años sesenta<br />

ya se habían constituido en la<br />

mayoría de los pueblos los teleclubs,<br />

lugar donde todos se<br />

reunían para ver la televisión,<br />

generalmente la única del pueblo.<br />

La televisión entonces empezó<br />

a desplazar al cinematógrafo<br />

ambulante hasta que desapareció.<br />

Mingorría. Salón y Café Vázquez.


RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

■ A DESTACAR. Los viajeros<br />

que antaño transitaban<br />

por estas tierras con el único<br />

fin de conocer y disfrutar de<br />

sus paisajes y de sus gentes<br />

debían hacerlo casi por intuición.<br />

Las guías turísticas de la<br />

época apenas referenciaban<br />

la existencia de la zona, hasta<br />

que fue redescubierta con<br />

la llegada del ferrocarril.<br />

La imagen que<br />

se transmitía entonces<br />

a los visitantes<br />

quedó impresa en<br />

numerosas guías y<br />

relatos de viaje, los<br />

cuales rescatamos<br />

ahora para ofrecérselos<br />

a los nuevos<br />

viajeros curiosos.<br />

■ La ruta. Recorrido<br />

de los pueblos<br />

del Adaja a través<br />

de las impresiones<br />

escritas de los autores<br />

de guías de<br />

viaje y otros textos,<br />

donde la cita de lugares<br />

de la zona<br />

aparecen ahora engrandecidos<br />

por su<br />

relación con reyes<br />

y santos, o por su<br />

singularidad paisajística<br />

que el viajero<br />

no quiso dejar escapar.<br />

■ Cómo llegar. Reproducir<br />

el viaje que debieron realizar<br />

quienes nos precedieron supone<br />

tomar el tren que tiene<br />

estaciones en Mingorría y Velayos,<br />

Cardeñosa y Monsalupe<br />

o acercarse por carretera<br />

hasta ellas, pues desde<br />

aquí también se llegaba a los<br />

pueblos cercanos. Para seguir<br />

la ruta de los viajeros ingleses<br />

del siglo XIX basta imaginar<br />

que lo hacían en diligencias<br />

o como los arrieros, en mulas<br />

o caballos, aunque ahora<br />

puede repetirse en bicicleta.<br />

■ Qué ver. Según destacaron<br />

los viajeros antiguos puede<br />

verse el castro de las Cogotas,<br />

el pueblo de Cardeñosa,<br />

donde nació Santa Paula<br />

Mingorría. Callejones de Chascarra.<br />

Barbada y murió el infante don<br />

Alfonso, los lugares teresianos<br />

de Gotarrendura, las bellezas<br />

del Adaja, las perspectivas desde<br />

el ferrocarril y donde acontecieron<br />

sucesos históricos como<br />

el que narra Borrow de los<br />

carlistas de Velayos.<br />

■ Aliciente. Redescubrir los<br />

pueblos a partir de la sencilla<br />

visión de los viajeros antiguos.


178 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

LAS GUIAS DE VIAJE<br />

Los pueblos de la ribera del<br />

Adaja no han figurado habitualmente<br />

con la importancia que<br />

merecen en las guías de viaje<br />

publicadas desde antiguo, donde<br />

tan sólo se cita referencialmente<br />

el nombre de algunas localidades.<br />

Ahora, aquellas simples<br />

citas aparecen aquí reseñadas<br />

como una curiosidad más<br />

para los nuevos viajeros.<br />

Martín Carramolino publicó<br />

en 1872 una «Guía de Avila», al<br />

mismo tiempo que escribía la<br />

«Historia de Avila», reseñando<br />

algunos aspectos de los pueblos<br />

del Adaja.<br />

En 1886 se hizo muy popular<br />

una colección de guías del<br />

viajero ilustradas con planos y<br />

grabados de las que fue su autor<br />

Emilio Valverde y Alvarez,<br />

quien era comandante y graduado<br />

Capitán de Infantería. El<br />

mapa de la provincia de Avila<br />

señala en torno a la ribera del<br />

Adaja las localidades de Cardeñosa,<br />

Mingorría, San Esteban<br />

Cardeñosa. Víacrucis y ermita.<br />

de los Patos, Las Berlanas, Pozanco,<br />

Vega de Santa María y<br />

Velayos, con indicación de las<br />

líneas de comunicación.<br />

En 1890 se publica la guía<br />

que sobre Avila había escrito<br />

Valentín Picatoste bajo el singular<br />

título: «Descripción e historia<br />

política, eclesiástica y monumental<br />

de España, para uso<br />

de la juventud». En este libro,<br />

de poco más de cien páginas,<br />

se recoge una breve referencia<br />

a Cardeñosa como lugar donde<br />

se hallan cerdos o jabalíes de<br />

piedra, y en el que murió el infante<br />

don Alfonso.<br />

El académico Antonio Blázquez<br />

y Delgado Aguilera, publicó<br />

en 1896 una «Guía de Avila»,<br />

donde se incluye una breve<br />

referencia histórica en la que se<br />

relata la leyenda de Santa Paula<br />

Barbada, de Cardeñosa.<br />

El histórico suceso que narra<br />

la muerte del príncipe Alfonso<br />

en Cardeñosa se repite también,<br />

como cita obligada, en la<br />

guía de Avila escrita por Fabriciano<br />

Romanillos y Fernando<br />

Cid en 1900.<br />

José Mayoral Fernández,<br />

cronista oficial de Avila<br />

y académico correspondiente<br />

de la Real Academia<br />

de la Historia, escribió en<br />

1916: «La Guía de Avila. Museo<br />

de Arte Antiguo. Relicario<br />

de Fe y Santidad. Estación<br />

Veraniega de Primer<br />

Orden. Fuente de Riqueza<br />

Comercial e Industrial». En<br />

este libro la ribera del Adaja<br />

destaca como uno de los<br />

lugares más atractivos para<br />

el excursionista, resaltando<br />

la belleza del paisaje ribereño<br />

que llega a «su máximum<br />

en los callejones de<br />

Chascarra, ya en la dehesa<br />

de Yonte. Es sorprendente<br />

lo que allí se observa: cortaduras<br />

profundas en rocas<br />

vivas y el silencio más absoluto<br />

del agua que parece


RUTA DE LOS VIAJEROS 179<br />

moverse. ¡Las riberas del Adaja<br />

tienen verdaderos encantos!».<br />

Por los callejones de Chascarra<br />

el río abre su curso rompiendo<br />

la roca granítica y el monte de<br />

encinas en la línea divisoria de<br />

Mingorría y Cardeñosa, desembocando<br />

después en la presa<br />

del molino de «Trevejo».<br />

«Avila de los Caballeros. Descripción<br />

Artístico-Histórica de<br />

la Capital y Pueblos más interesantes<br />

de la Provincia» es el<br />

título de la guía publicada en<br />

1930 escrita por Antonio Veredas<br />

Rodríguez. El autor, que<br />

era el Delegado Provincial de<br />

Bellas Artes y Académico correspondiente<br />

de San Fernando,<br />

reseña cómo en el mercado<br />

abulense de los viernes podía<br />

verse a las panaderas de Mingorría<br />

vendiendo pan. En el libro<br />

citado se resalta también la<br />

importancia del castro de las<br />

Cogotas y la iglesia de Cardeñosa,<br />

así como la hermosísima<br />

cruz parroquial de plata de estilo<br />

gótico de transición que se<br />

conserva en Pozanco.<br />

Luis Belmonte Díaz, a mediados<br />

de los años cuarenta,<br />

escribió junto con Rafael Gómez<br />

Montero una interesante<br />

guía de la capital con varias referencias<br />

a la provincia. Años<br />

después Luis Belmonte publicó<br />

una segunda guía ampliando el<br />

contenido de la primera, esta<br />

vez en colaboración con Antonio<br />

de la Cruz. En estas guías<br />

se proponen varias excursiones<br />

por los pueblos de la ribera del<br />

Adaja, donde destacan las ruinas<br />

de «Las Cogotas», situadas<br />

«al norte de la capital, entre los<br />

pueblos de Mingorría y Cardeñosa,<br />

en el término municipal<br />

de este último». Las guías reseñan<br />

la leyenda de la «Santa<br />

Barbada» de Cardeñosa, pueblo<br />

donde murió el príncipe Alfonso<br />

y donde llama la atención<br />

su magnífico calvario, mientras<br />

que Gotarrendura es lugar de<br />

recuerdos teresianos por ser residencia<br />

durante el invierno de<br />

la familia Cepeda y Ahumada, y<br />

Las Berlanas destaca por su feria<br />

de ganados del 21 al 28 de<br />

octubre. Los peces incorruptibles<br />

del Adaja y la música de<br />

dulzaina y tamboril propios de<br />

la singularidad de estas tierras<br />

también son referenciados.<br />

En los años cincuenta Camilo<br />

José Cela recorrió una parte<br />

importante de la provincia de<br />

Avila, fruto de cuyo viaje nació<br />

en 1956 el libro «Judíos, moros<br />

y cristianos». El vagabundo viajero<br />

de esta obra no se acercó<br />

hasta los pueblos de la ribera<br />

del Adaja situados aguas abajo<br />

de la ciudad amurallada, si bien<br />

reseña la característica de incorruptibilidad<br />

de los peces de este<br />

río que «venía claro como el<br />

Gotarrendura. Tapias del recinto del palomar de Santa Teresa.


180 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

Vista de Peñalba de Avila.<br />

cantar de las mozas». Un personaje<br />

memorable recordado por<br />

Cela es el gran Merejo, limpiabotas<br />

y matador de reses bravas,<br />

a quien podía verse en los<br />

cafés de la ciudad y también en<br />

las fiestas de los pueblos como<br />

Mingorría, donde era objeto de<br />

bromas y risas de los niños.<br />

Pocos años después, en 1957,<br />

Cela publicó una breve guía de<br />

Avila donde sugiere al excursionista<br />

un viaje desde Avila, pasando<br />

por Cardeñosa, Peñalba<br />

y Las Berlanas, hasta Gotarrendura<br />

donde pueden encontrarse<br />

interesantes recuerdos teresianos.<br />

El escritor Dionisio Ridruejo<br />

es el autor de la «Guía de Castilla<br />

la Vieja» (1974), donde Avila<br />

ocupa un importante capítulo.<br />

En el viaje que realiza el autor<br />

descubrimos breves pinceladas<br />

del paisaje característico de los<br />

pueblos que se asoman a la ribera<br />

del Adaja después de dejar<br />

la capital por el norte:<br />

«Son tierras abiertas, tendidas,<br />

de poca arboleda, si no es<br />

algún pinarejo oscuro de los de<br />

sangre resinera. La corteza no<br />

tarda, sin embargo, en levantarse,<br />

iniciando las encrespaduras<br />

serranas que durante largo espacio<br />

son aún pedregales diseminados,<br />

cerros testigos, laderas<br />

y navas con cantería desnuda<br />

medio labrada por aguas, hielos<br />

y vientos en formas redondas,<br />

o bien rañas de gran aspereza<br />

que pierden tierra donde<br />

pierden árboles. Los elegantes<br />

encinares no han desamparado<br />

aún del todo esos campos por<br />

donde pasa el Voltoya y el Adaja».<br />

El viajero que se acerca a la<br />

protohistoria se detiene en el<br />

castro de las Cogotas y se asombra<br />

con los verracos de piedra<br />

de Cardeñosa, donde murió el<br />

infante don Alonso; también pueden<br />

verse buenos ejemplos de<br />

estos verracos en Mingorría y<br />

en Santo Domingo de las Posadas.<br />

En Avila, junto a las ruinas<br />

de San Francisco, el viajero se<br />

sitúa en la carretera de Mingorría,<br />

pero el autor deja esta ruta<br />

para mejor ocasión.<br />

En 1981 Baldomero Jiménez<br />

Duque escribió la «Guía Teresiana»,<br />

en la cual Gotarrendura<br />

ocupa un lugar destacado, por<br />

ser el pueblo donde Santa Teresa<br />

pasó parte de su niñez y juventud,<br />

y además allí se casaron<br />

sus padres y falleció su madre.


RUTA DE LOS VIAJEROS 181<br />

«Avila, a través de sus pueblos<br />

y paisajes, geografía, historia,<br />

arte, literatura, folklore, gastronomía<br />

y costumbres» es el título<br />

aparecido en 1986 de una<br />

de las obras divulgativas más<br />

notorias y completas publicadas<br />

sobre la provincia. Los pueblos<br />

del Adaja aparecen en el viaje a<br />

Arévalo que propone el escritor<br />

y poeta Jacinto Herrero. Cardeñosa,<br />

Mingorría, Peñalba, Gotarrendura,<br />

Velayos y Vega de<br />

Santa María son algunas de las<br />

localidades reseñadas en esta<br />

ruta. Encinares y tierra de cantos,<br />

el primitivo castro de las Cogotas,<br />

la calzada romana que<br />

da acceso a la Moraña, las canteras<br />

en las que se ocupan la<br />

población de Cardeñosa y Mingorría,<br />

los calvarios de piedra<br />

berroqueña, los versos de Lope<br />

de Vega recitados en procesión<br />

del Viernes Santo que perduran<br />

en Peñalba, el palomar de Santa<br />

Teresa en Gotarrendura, y el<br />

comienzo del paisaje llano de<br />

las tierras de pan llevar en Velayos<br />

y Vega de Santa María,<br />

son aspectos destacados en el<br />

viaje. En otros apartados encontramos<br />

referencia a la primera<br />

carta de Santa Teresa que<br />

se conserva, escrita a su administrador<br />

en Gotarrendura, don<br />

Alonso de Venegrilla, natural de<br />

Mingorría. Los pueblos de la<br />

ribera del Adaja son, finalmente,<br />

citados como lugares por<br />

donde pasa el río, el ferrocarril,<br />

Calle de Avila.<br />

o las carreteras que cruzan el<br />

norte de la provincia.<br />

Además de los libros reseñados,<br />

en la actualidad existen en<br />

el mercado una gran variedad<br />

de guías turísticas con las que<br />

los viajeros modernos sacian su<br />

curiosidad por estas tierras. No<br />

obstante, la amplitud y generalidad<br />

de los temas tratados en<br />

las mismas impiden conocer la<br />

riqueza cultural y paisajística de<br />

los pueblos del Adaja.<br />

LOS VIAJEROS<br />

INGLESES DEL SIGLO XIX<br />

Después de la Guerra de la<br />

Independencia los jóvenes ingleses<br />

descubrieron que la España<br />

del siglo XIX encuadraba<br />

en la imagen romántica de la época<br />

más que ningún otro país de<br />

Europa, como escribe Gerald<br />

Brenan. En ella encontraban inmensos<br />

y desérticos páramos y<br />

sierras, evocadores de estampas<br />

de Siria y Turquía; iglesias y palacios<br />

desmoronados, dejados<br />

en ruinas por las tropas francesas<br />

y nunca más restaurados,<br />

esparcidos alrededor de las ciudades;<br />

y había altaneros mendigos<br />

y caballeros bandidos (...).<br />

Atraídos por la aventura española<br />

visitaron esta tierra Richard<br />

Ford y George Borrow, dos autores<br />

cuyos libros de viajes por<br />

España tuvieron una importante<br />

repercusión en la Inglaterra<br />

de su época.


182 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

Richard Ford, erudito y viajero<br />

nacido en Londres, vino a España<br />

en 1830 y durante cuatro<br />

años recorrió a caballo todo el<br />

país, acumulando datos que luego<br />

publicó bajo los titulos: «Manual<br />

para viajeros por España» y<br />

«Cosas de España». En su «manual»<br />

Ford describe la ruta que<br />

le llevó de Madrid a Avila, y en<br />

el relato encontramos interesantes<br />

referencias a Mingorría y<br />

Cardeñosa:<br />

«Avila es la capital de su fría y<br />

montañosa provincia, pero las<br />

“parameras” o llanuras son fértiles<br />

y las laderas de sus colinas<br />

bordean gratos valles regados<br />

por arroyos trucheros. Hay también<br />

buena caza en los montes<br />

y dehesas. Los campesinos son<br />

muy pobres y hay todavía mucha<br />

tierra sin cultivar. Las posadas<br />

son muy malas; las menos<br />

malas son “La Mingorriana”, en<br />

la plaza, y la del “Empecinado”,<br />

“Puerta del Rastro”. Las galeras<br />

de Madrid paran en el “Mesón<br />

del Huevo”. Avila es sede de un<br />

obispo y tiene universidad. Su<br />

población es de menos de cinco<br />

mil almas (...). En la catedral<br />

véanse los antiguos retablos que<br />

hay en la capilla de San Antolín:<br />

el de San Segundo, uno de los<br />

patronos de Avila y agregado a<br />

la catedral, fue construido en<br />

1595 por Francisco de Mora, uno<br />

de los discípulos de Herrera; la<br />

piedra, que es buena, procede<br />

de las canteras<br />

de Cardeñosa».<br />

Richard Ford<br />

llegó a ser un<br />

extraordinario<br />

conocedor de<br />

la vida de nuestros<br />

pueblos, y<br />

prueba de ello<br />

son las impresiones<br />

recogidas<br />

en «Cosas<br />

de España» sobre<br />

los arrieros,<br />

las posadas, la<br />

tortilla, el gazpacho, los garbanzos,<br />

el chocolate español, la matanza<br />

del cerdo, los barberos y<br />

sacamuelas, etcétera.<br />

Unos años después de la visita<br />

de Ford, en el mes de agosto<br />

de 1838 el viajero George Borrow,<br />

«don Jorgito el Inglés», pasa<br />

por Velayos, donde un dependiente<br />

suyo llamado Juan<br />

López estaba preseo en la cárcel<br />

de este pueblo por orden<br />

del cura. Borrow era un personaje<br />

de raro atractivo que llegó<br />

a hablar catorce idiomas y que<br />

viajó por España para difundir y<br />

vender el «Nuevo Testamento»,<br />

fruto de cuyas experiencias fue<br />

el libro de viajes «La Biblia en<br />

España», traducido en 1921 por<br />

Manuel Azaña y del que recogemos<br />

el siguiente texto:<br />

«No llevábamos en Labajos<br />

una semana, trabajando con mucho<br />

fruto, cuando el cabecilla<br />

carlista Balmaseda, al frente de<br />

su caballería, hizo su atrevida incursión<br />

por la parte sur de Castilla<br />

la Vieja, arrojándose como<br />

un alud desde los pinares de<br />

Soria. Presencié los horrores que<br />

se siguieron: saqueo de Arévalo;<br />

toma de Martín Muñoz. En<br />

medio de escenas tan terribles<br />

continuábamos nuestra tarea.<br />

De pronto, López estuvo tres días<br />

perdido, y pasé angustias<br />

mortales por su causa, imagi-<br />

Velayos.


RUTA DE LOS VIAJEROS 183<br />

nándome que los carlistas le habían<br />

fusilado; al cabo supe que<br />

esta-ba preso en Velayos, pueblo<br />

dis- tante tres leguas de allí.<br />

Los pasos que di para librarlo<br />

se encuentran detallados en<br />

una comunicación que juzgué<br />

de mi deber transmitir a lord William<br />

Hervey, a la sazón ministro<br />

britá-nico en Madrid en reemplazo<br />

de sir Jorge Villiers, ya<br />

conde de Clarendon».<br />

Donde decía:<br />

«Señor: Con su venia me permito<br />

llamar su atención sobre<br />

los siguientes hechos: el día 21<br />

del corriente supe que un dependiente<br />

mío, llamado Juan López,<br />

estaba preso en la cárcel<br />

de Velayos, provincia de Avila,<br />

por orden del cura del pueblo.<br />

El crimen de que se le acusaba<br />

era la venta<br />

del Nuevo Testamento.<br />

Estaba<br />

yo a la sazón en<br />

Labajos, provincia<br />

de Segovia,<br />

y la división del<br />

cabecilla faccioso<br />

Balmaseda<br />

andaba por las<br />

inmediaciones.<br />

El día 22 monté<br />

a caballo y fui a<br />

Velayos, distante<br />

tres leguas. A mi<br />

llegada encontré<br />

que López había<br />

sido trasladado<br />

desde la cárcel<br />

a una casa particular. Había llegado<br />

una orden del corregidor<br />

de Avila mandando poner en libertad<br />

a López y retener tan sólo<br />

los libros que se hallaran en<br />

su poder. Sin embargo, en abierta<br />

oposición a esa orden (de la<br />

que le envío copia), el alcalde<br />

de Velayos, por instigación del<br />

cura, no permitió al dicho López<br />

marcharse del pueblo, ni con<br />

dirección a Avila, ni a otro sitio<br />

cualquiera. A López le dieron a<br />

entender que, como se esperaba<br />

la llegada de los facciosos,<br />

se proponían denunciarle a ellos<br />

como liberal para que lo fusilaran.<br />

Teniendo en cuenta estas circunstancias<br />

creí de mi deber,<br />

como cristiano y caballero, rescatar<br />

a mi infeliz criado de tan<br />

inicuas manos, y, por tanto, desafiando<br />

toda oposición, le saqué<br />

de allí, aunque inerme, a<br />

través de una turba de cien lugareños<br />

cuando menos. Al salir<br />

del pueblo grité: ¡Viva Isabel<br />

Segunda!<br />

Como creo que el cura de<br />

Velayos es capaz de cualquier<br />

infamia, ruego humildemente a<br />

V. E. que haga llegar con prontitud<br />

al Gobierno español una<br />

copia del anterior relato». Labajos<br />

(Segovia), 23 de agosto<br />

de 1832.<br />

VIAJEROS EN TREN<br />

La llegada a la capital abulense<br />

del ferrocarril en 1862 situó<br />

a los pueblos de la zona en<br />

la antesala de la ciudad medieval<br />

y monumental. A partir de<br />

aquí las guías ferroviarias recuperaron<br />

del anonimato multitud<br />

de lugares desconocidos, a la<br />

vez que desde el tren se descubrían<br />

nuevos paisajes y caseríos.<br />

La primera guía abulense<br />

de estas características, de la


184 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

que es autor Valeriano Gar-cés<br />

González, fue publicada en<br />

1863, y en ella figura Mingorría<br />

con una población de mil cien<br />

habitantes dedicados a las faenas<br />

agrícolas y la industria de la<br />

panadería.<br />

Las construcciones ferroviarias<br />

atrajeron numerosa mano<br />

de obra que se asentó en las<br />

poblaciones del entorno. Entonces<br />

sobraron un impulso importante<br />

las abundantes canteras<br />

del lugar, de donde se extraía la<br />

piedra necesaria para puentes,<br />

obras de fábrica y balasto. Además,<br />

los ayuntamientos habían<br />

acordado contribuir a la realización<br />

de las obras con parte de<br />

los ingresos obtenidos por las<br />

ventas de los bienes municipales<br />

desamortizados.<br />

El 15 de agosto de 1864 la reina<br />

Isabel II inauguró en San Sebastián<br />

la línea férrea Madrid-<br />

Irún. Entre los periodistas enviados<br />

para hacer la crónica de la<br />

ceremonia figuraba el escritor y<br />

poeta Gustavo Adolfo Bécquer,<br />

quien pasó por Avila y escribió<br />

una emotiva visión de la ciudad<br />

percibida desde el tren:<br />

«Casi perdida entre la niebla<br />

del crepúsculo y encerrada dentro<br />

de sus dentellados murallones,<br />

la antigua<br />

ciudad, patria de<br />

Santa Teresa, Avila,<br />

la de las calles<br />

oscuras, estrechas<br />

y torcidas,<br />

la de los balcones<br />

con guardapolvo,<br />

las esquinas<br />

con retablos<br />

y los aleros<br />

salientes. Allí está<br />

la población, hoy<br />

como en el siglo<br />

XVI, silenciosa y<br />

estancada».<br />

Desde el tren<br />

se divisan los<br />

frondosos encinares<br />

de las dehesas<br />

de Avila, Mingorría, Tolbaños,<br />

Escalonilla, Santo Domingo<br />

de las Posadas y Velayos,<br />

mientras que a lo lejos<br />

se aparecen los caseríos de<br />

nuestros pueblos, todos lleno<br />

de romanticismo, sin duda.<br />

En el mismo año de 1864 era<br />

alcalde de Avila León Castillo Soriano,<br />

quien había adelantado<br />

dinero al contratista de las obras<br />

del ferrocarril correspondientes<br />

al tramo Mingorría-Navas, a través<br />

de un francés residente en<br />

Mingorría. León Castillo también<br />

fue Diputado provincial por Velayos<br />

en 1871 y sus hijos heredaron<br />

la dehesa desamortizada<br />

de «Las Gordillas».<br />

José María Quadrado fue un<br />

escritor, ensayista e historiador<br />

de renombre en el siglo XIX, y<br />

el autor del libro dedicado a Avila<br />

dentro de la obra titulada «Recuerdos<br />

y bellezas de España»,<br />

en la colección «España, sus monumentos<br />

y artes, su naturaleza<br />

e historia».<br />

Quadrado llegó por ferrocarril<br />

a la ciudad de Avila en 1865 dejando<br />

un importante testimonio<br />

del viaje en su libro, el cual sirvió<br />

de guía obligatoria para todo<br />

tipo de visitante. La belleza<br />

del paisaje serrano y también lla-


RUTA DE LOS VIAJEROS 185<br />

no que configura el curso del<br />

río Adaja es destacada por el escritor,<br />

sin embargo «la rapidez<br />

del tren por la vía ferrea asentada<br />

largos trechos junto a sus<br />

márgenes no consiente detenerse<br />

en las estaciones de Mingorría,<br />

de Velayos, de Sanchidrián<br />

o de Adanero, título de condado,<br />

para reconocer su inexplorado<br />

suelo». Sobre otro antiguo camino<br />

inclinado al nordeste de la<br />

capital, Quadrado se fija en Cardeñosa,<br />

distante dos leguas de<br />

la capital, donde tuvo lugar el<br />

prematuro fin del príncipe Alfonso.<br />

En 1872 viajó por España el<br />

periodista e historiador francés<br />

Luis Teste, quien narra el trayecto<br />

que hizo en tren desde Valladolid<br />

diciendo:<br />

«Eché mirada al camino y divisé<br />

el puerto de Avila, especie<br />

de corte en la sierra, a la cual<br />

nos acercábamos. ¡Adiós, solitarias<br />

llanuras, no os guardo rencor<br />

por amor a Nuestra Señora<br />

de Burgos! En Velayos entramos<br />

en las montañas. Pinos, toscas<br />

carrascas, garbanzos, cerdos<br />

devorando bellotas dulces,<br />

pedazos de roca amontonados<br />

en desorden por todas partes,<br />

pulidas, afiladas por la intemperie,<br />

redondas como bolas, en<br />

actitudes fantásticas, imitando a<br />

veces los dólmenes de Bretaña.<br />

De vez en cuando aparece una<br />

aldea con cabañas a ras de las<br />

rocas: jardincillos trazados en<br />

las mismas rocas, entre las cuales<br />

se han escarbado algunas<br />

pulgadas de tierra vegetal; lobos<br />

en invierno, en verano ovejas<br />

negras, éticos asnos, vacas<br />

flacas, conejos y perdices. El ferrocarril<br />

atraviesa, hacia Mingorría,<br />

grandes zanjas abiertas a<br />

golpe de dinamita, sigue por<br />

elevados y tortuosos terraplenes<br />

y por fin llegamos a Avila».<br />

El abulense de criazón Jorge<br />

Santayana, importante escritor,<br />

filósofo y pensador, recuerda<br />

con especial emoción sus viajes<br />

a la capital abulense a finales<br />

del siglo XIX, según deja escrito<br />

en su obra autobiográfica:<br />

«Cada vez que yendo de París<br />

en los años del ochenta y del<br />

noventa me advertía la aurora,<br />

después de dos noches en tren,<br />

que ya estaba llegando a mi destino,<br />

me palpitaba el corazón al<br />

buscar con la vista los nombres<br />

de las últimas estaciones, Arévalo<br />

y Mingorría; después de lo<br />

cual podía esperar ver en cualquier<br />

momento a la derecha,<br />

descendiendo suavemente hacia<br />

el lecho del invisible río, las<br />

perfectas murallas de Avila, reluciente<br />

cada bastión a los rayos<br />

horizontales del sol, y la torre<br />

de la catedral un poco por<br />

encima de la línea de los bastiones<br />

y no menos imperturbable,<br />

sólida y grave».<br />

Estación de Monsalupe.


186 RUTA DE LOS VIAJEROS<br />

Estación de Cardeñosa.<br />

Olegario González de Cardedal<br />

y José Manuel Sánchez<br />

Caro, importantes pensadores<br />

abulenses, escribieron el prólogo<br />

del libro «Avila en la literatura»,<br />

de Benito Hernández<br />

Alegre publicado en 1984, y allí<br />

decían:<br />

«Hay que amanecer en Avila,<br />

dejarse sorprender por su ciudadela<br />

de golpe apareciendo al<br />

venir desde Salamanca, pasear<br />

por el Rastro y superpuesta la<br />

aguja de la torre de Santiago ver<br />

en el fondo el castillo “Aunque<br />

os pese”, llegar en tren por Mingorría<br />

tras larga noche desde la<br />

niebla de Francia o de Inglaterra<br />

para quedar sobrecogidos por<br />

la luz posando sobre sus torres,<br />

repicando desde sus campanas,<br />

y por aquel admirador silencio<br />

que a su paz suscita en<br />

quien la mira con amor».<br />

amarillo, con dos ocupantes;<br />

y el «Neptuno», «globo libre»<br />

con los oficiales: Balbás,<br />

Franco (Ramón), Joaquín de<br />

la Llave y Emilio G. Millas.<br />

A las pocas horas de salir<br />

de Salamanca, ya en las<br />

proximidades de Mingorría,<br />

el «Neptuno» no encontró<br />

vientos favorables y cayó a<br />

tierra en la plaza sin que sus<br />

ocupantes sufrieran percance<br />

físico alguno. El suceso<br />

fue publicado a los pocos días<br />

por don Andrés Pérez de Cardenal<br />

en la «Basílica Teresiana».<br />

El espectáculo aéreo despertó<br />

gran interés entre la población<br />

de Mingorría, que se concentró<br />

en la plaza de la localidad<br />

asombrada, como recuerda<br />

Rufina Cid Ibarzábal. Igualmente,<br />

este tipo de exhibiciones era<br />

seguido a principios de siglo con<br />

interés por los madrileños en el<br />

campo de Ciudad Lineal, en la<br />

zona de Chamartín, o en el hipódromo<br />

de la Castellana. Esta<br />

misma espectación pudo apreciarse<br />

de nuevo en la atracción<br />

del globo «cautivo», celebrada<br />

coincidiendo con las fiestas patronales<br />

de 1998 en Mingorría.<br />

VIAJE EN GLOBO<br />

En el año 1915 la casualidad<br />

hizo que en el cielo de Mingorría<br />

aparecieran dos globos o<br />

aerostatos de los comienzos de<br />

la aviación militar. El 3 de julio<br />

de 1915 regresaban a la guarnición<br />

de Guadalajara los ingenieros<br />

militares que habían efectuado<br />

prácticas de vuelo en Salamanca.<br />

Los globos eran el<br />

«Alfonso XIII», un hermoso aerostato<br />

de 720 metros cúbicos<br />

de capacidad, de extraña forma<br />

ovoidal y todo él pintado de


RUTA MUSICAL<br />

■ A DESTACAR. La música<br />

popular aparece como una<br />

manifestación pública de lo<br />

que el hombre tiene de privado,<br />

de íntimo e inherente a la<br />

persona, es como una exteriorización<br />

de su espíritu, de su<br />

estado de ánimo, y en un pueblo<br />

era el canto y el baile la<br />

mejor forma de expresar sentimientos<br />

tan profundos. La<br />

música entonces de la dulzaina<br />

y el tamboril se muestra<br />

como símbolo de una cultura<br />

que expresa así su forma<br />

de ser y de vivir, y donde los<br />

instrumentistas materializan<br />

la percepción musical de las<br />

alegrías y pesares del hombre<br />

castellano, sus<br />

amores, su trabajo,<br />

su religiosidad<br />

y su ánimo festivo.<br />

De ahí las canciones<br />

y melodías de<br />

«ronda», «boda»,<br />

«siega», «baile», «romería»,<br />

etc., donde<br />

el valor creativo de<br />

los dulzaineros y<br />

tamborileros, quienes<br />

a base de intuición<br />

y sensibilidad<br />

han compuesto y<br />

recogido melodías<br />

y ritmos de bailes y<br />

danzas.<br />

■ La ruta. La música<br />

de dulzaina y<br />

tamboril continúa<br />

amenizando la multitud<br />

de actos festivos<br />

que se celebran en los<br />

pueblos de la ribera del Adaja.<br />

Entre los músicos de la<br />

zona destacan Aureliano Muñoz<br />

«Polilo» y Modesto Jiménez<br />

Arribas, autores de una<br />

grabación musical tomada del<br />

repertorio de Agapito Marazuela<br />

y asiduos protagonistas<br />

de romerías, procesiones, bailes,<br />

pasacalles y otras fiestas.<br />

En la figura de estos músicos<br />

se reconoce la contribución<br />

de los numerosos dulzaineros<br />

y tamborileros que surgieron<br />

en los pueblos como<br />

intérpretes de su folklore. Esta<br />

ruta significa entonces acercarse<br />

a las manifestaciones<br />

de música popular que se dan<br />

en la comunidad rural, donde<br />

también destaca el Certamen<br />

Anual de Dulzaina que se celebra<br />

en Cardeñosa a mediados<br />

de agosto.<br />

El folklorista Agapito Marazuela.<br />

■ Cómo llegar. El recorrido<br />

por los pueblos del Adaja, llegando<br />

desde Monsalupe, en<br />

el extremo Oeste, hasta Tolbaños<br />

en el opuesto, coincidiendo<br />

con la celebración de<br />

sus actos festivos, lleva al viajero<br />

a presenciar, con toda seguridad,<br />

una gran variedad de


188 RUTA MUSICAL<br />

manifestaciones de música popular,<br />

y en la mayoría es probable<br />

que suene la música de<br />

«Los Polilos».<br />

■ Qué ver. La música de dulzaina<br />

y tamboril todavía puede<br />

escucharse en vivo y en directo<br />

en procesiones, bailes,<br />

romerías, pasacalles, etc., lo<br />

que se produce en las celebraciones<br />

de las fiestas patronales.<br />

En el itinerario propuesto,<br />

además de ver hay que<br />

prestar oído a las bellas melodías<br />

nacidas de la música tradicional<br />

y popular. El texto de<br />

la guía que se recoge en esta<br />

ruta está dedicado a «Los Polilos»,<br />

el único grupo musical<br />

U<br />

na grabación musical que<br />

se produce al son de las<br />

notas de la dulzaina y el tamboril<br />

que se escuchan en los actos<br />

festivos de nuestros pueblos,<br />

como quien capta el sonido de<br />

los pájaros en primavera, al natural<br />

y sin arreglos, significa un<br />

mérito artístico desbordante.<br />

Pues bien, este es el caso de la<br />

grabación realizada en 1977 en<br />

la localidad de Vega de Santa<br />

María, donde se incluye una<br />

selección de diez piezas musicales<br />

de dulzaina y tambor que<br />

interpretan Aureliano Muñoz<br />

«Polilo» y Modesto Jiménez<br />

Arribas, respectivamente.<br />

La selección musical que interpretan<br />

Aureliano y Modesto<br />

son melodías y ritmos populares<br />

castellanos, los cuales fueron<br />

recopilados por el famoso<br />

músico y folklorista Agapito Marazuela<br />

e incluidos en su cancionero<br />

de 1932. No en vano Aureliano<br />

ensaya diariamente las<br />

piezas de un ejemplar de este<br />

cancionero que le regaló el propio<br />

Marazuela. Los temas grabados<br />

responden a los siguientes<br />

títulos:<br />

activo que queda en los pueblos<br />

del Adaja, el cual debe<br />

servir como testimonio de la<br />

importancia que dulzaineros y<br />

tamborileros tuvieron en la<br />

construcción de su identidad<br />

histórica y cultural.<br />

■ Aliciente. Presenciar y escuchar<br />

directamente las notas<br />

que salen de la dulzaina y el<br />

tamboril, cuyos intérpretes son<br />

de los pueblos donde nace la<br />

misma música que tocan. También<br />

llama la atención, todavía,<br />

poder comprobar la pervivencia<br />

de manifestaciones del<br />

folklore castellano, propio de<br />

las tradiciones festivas de las<br />

gentes de nuestros pueblos.<br />

Cara A: «Chatos y coplas»,<br />

«Las habas verdes», «Entradilla»,<br />

«Baile corrido de rueda» y<br />

«Jota castellana».<br />

Cara B: «La Pinariega» (baile<br />

de procesión), «Antigua danza<br />

segoviana», «Mudanzas», «Danza<br />

segoviana» y «Jota castellana».<br />

Los Polilos en Mingorría.


RUTA MUSICAL 189<br />

Los Polilos en Monsalupe.<br />

En definitiva, estamos ante un<br />

amplio repertorio de aquellos<br />

temas que amenizaban bailes y<br />

procesiones durante las fiestas<br />

patronales de los pueblos.<br />

Aureliano y Modesto forman<br />

pareja musical con el nombre<br />

de «Los Polilos», un apodo familiar<br />

heredado por Aureliano<br />

de generación en generación<br />

unido al oficio familiar de molinero<br />

en Pozanco y Mingorría,<br />

mientras que Modesto fue maestro<br />

de obras. Ellos llevan más<br />

de medio siglo musicando todo<br />

tipo de actuaciones festivas, lúdicas<br />

y religiosas que se celebran<br />

en los pueblos abulenses<br />

de la tierra morañega.<br />

Aureliano Muñoz heredó de<br />

su padre los oficios de molinero<br />

y dulzainero. Modesto Jiménez<br />

Arribas nació en Vega de<br />

Santa María, se quedó huérfano<br />

de padre a muy temprana edad<br />

y pronto aprendió a tocar el<br />

tamboril de su abuelo, Modesto<br />

Arribas, conocido como el<br />

tío Ronda, afamado guarnicionero<br />

y albardero.<br />

El molinero de Pozanco, Jesús<br />

Muñoz «Polilo», padre de<br />

Aureliano, aprendió la técnica<br />

de la dulzaina de Agapito Marazuela,<br />

de quien tomó también<br />

parte de su repertorio. Por su<br />

parte, Modesto Arribas, abuelo<br />

de Modesto Jiménez, fue uno<br />

de los mejores redoblantes de<br />

la época y él fue quien acompañó<br />

con su tambor al dulzainero<br />

Marazuela en el concurso musical<br />

de Valladolid en 1922, donde<br />

también estuvo presente Jesús<br />

Muñoz «Polilo».<br />

El ambiente musical que<br />

respiraron Aureliano y Modesto<br />

desde su infancia pronto despertó<br />

en ellos una gran afición<br />

por la música de dulzaina y<br />

tamboril que escuchaban frecuentemente<br />

en sus casas. En<br />

este ambiente familiar se notaba<br />

especialmente la<br />

atracción y la influencia<br />

del maestro<br />

Marazuela,<br />

con quien Jesús<br />

Muñoz y Modesto<br />

Arribas mantenían<br />

lazos de amistad<br />

y estudiaban ritmos<br />

y melodías.<br />

Agapito Marazuela<br />

nació en<br />

1891 en Valverde<br />

del Majano (Segovia),<br />

donde su padre<br />

era arriero y<br />

trajinante. Pronto sobresalió como<br />

instrumentista de guitarra<br />

y dulzaina, triunfando en las mejores<br />

salas de concierto de España<br />

y París, y destacando como<br />

intelectual, hombre de cultura,<br />

músico y artista. En 1932<br />

ganó el primer premio del Concurso<br />

Nacional de Música Folklórica<br />

con el Cancionero de<br />

Castilla la Vieja. En 1933 Agapito<br />

recorrió la provincia de Avila<br />

recopilando cantos y tonadillas<br />

de Cardeñosa y otros pueblos.<br />

Durante la República Agapito<br />

Marazuela se significó como un<br />

hombre de izquierdas y militó<br />

en el Partido Comunista. En 1937,<br />

en plena guerra civil, asumió la<br />

dirección de los grupos folkóricos<br />

españoles en la Exposición<br />

Internacional de París, por lo


190 RUTA MUSICAL<br />

que terminada la contienda fue<br />

encarcelado. Al salir de la prisión,<br />

pocos años después, en<br />

régimen abierto, Agapito se retiró<br />

al molino de Pozanco de Jesús<br />

Muñoz, por la amistad que<br />

le unía con su alumno. Ha- cía<br />

sus presentaciones periódicas<br />

en el cuartel de la Guardia Civil<br />

de Mingorría, lo que aprovechaba<br />

para visitar la casa de los<br />

chocolateros y tocar la guitarra<br />

en compañía de su amigo Antonio<br />

Marugán, que tocaba el<br />

laud. Durante estos años enseñó<br />

al joven Aureliano a leer y escribir<br />

música y a perfeccionar la<br />

técnica del instrumento. Tan<br />

buen discípulo fue, que al morir<br />

le regaló su dulzaina de maestro.<br />

En estas fechas Agapito enseñó<br />

a su joven alumno el método<br />

de «El progreso musical»,<br />

por lo que Aureliano se encuentra<br />

en el pequeño grupo de los<br />

dulzaineros que leen y escriben<br />

música. Agapito Marazuela también<br />

enseñó a leer y escribir a<br />

María, la hermana pequeña de<br />

Aureliano, a la vez que pasaba<br />

otros momentos pescando y tocando<br />

la guitarra, con la que<br />

había dado importantes conciertos<br />

por España y Europa.<br />

En estos años también empezaba<br />

a destacar el niño Modesto,<br />

por lo que Agapito bromeaba<br />

con su abuelo, el «tío<br />

Ronda», diciéndole: –«Déjeme al<br />

muchacho, que le hago un hombre».<br />

Pero el abuelo no sacó la<br />

cara, pues seguro que le quitaba<br />

el oficio, lo que no impidió<br />

que Modesto aprendiera a tocar<br />

el redoblante.<br />

Los jóvenes músicos Aureliano<br />

y Modesto pronto formaron<br />

pareja, si bien en un principio lo<br />

fue de una manera esporádica<br />

ahora lo es de una manera estable,<br />

tanto que llevan más de<br />

una veintena de años juntos.<br />

Entre los tamborileros con<br />

quien Aureliano ha formado pareja<br />

destacan: Eutiquio de Avila,<br />

Cecilio y Francisco Navas<br />

«Ojetete» de Maello. Con este<br />

último obtuvo el primer premio<br />

del Certamen Nacional de dulzaina<br />

de Palencia en las ediciones<br />

de 1965 y 1966, con cuyo<br />

motivo grabó un disco de cinco<br />

piezas titulado «Jotas castellanas».<br />

El tambor de «Ojetete» había<br />

sido antes del «tío Basiliete»,<br />

panadero de Mingorría, quien<br />

amenizaba las bodas con el<br />

«tío Colache» contratando para<br />

ellas la música y el pan.<br />

AURELIANO MUÑOZ nació<br />

en el pueblo de Velayos el 16<br />

de junio de 1929, donde vivían<br />

Aureliano Muñoz.<br />

sus abuelos. A muy temprana<br />

edad se trasladó al molino que<br />

explotaba su padre en el vecino<br />

pueblo de Pozanco. En esta<br />

parte de la ribera del Adaja,<br />

frente a la dehesa de Olalla de<br />

Zorita-Mingorría, la familia de<br />

los «Polilos» poseía los molinos<br />

«El Cubillo», «Viejo» y «Canongía».<br />

En este último molino vivió<br />

Aureliano y aquí aprendió, siendo<br />

niño, las primeras notas de


RUTA MUSICAL 191<br />

Vega de Santa María. Actuación de Los Talaos.<br />

dulzaina de su padre Jesús Muñoz,<br />

quien había tenido como<br />

maestros al «tío Monique» de<br />

Albornos y, sobre todo, a Agapito<br />

Marazuela.<br />

Aureliano Muñoz es quizás el<br />

alumno más aventajado de Marazuela,<br />

de quien empezó a recibir<br />

las primeras clases de solfeo<br />

cuando tenía trece años.<br />

Corrían entonces los primeros<br />

años de la posguerra.<br />

Ya con 15 años, Aureliano<br />

empezó a acompañar a su padre<br />

en distintas actuaciones por<br />

los pueblos, donde el baile amenizado<br />

por la música de dulzaina<br />

y tamboril era una de las<br />

principales atracciones festivas.<br />

Aureliano tocó a dos voces con<br />

su padre, pero tras la muerte de<br />

éste ya lo hizo sólo o acompañado<br />

de otros tamborileros, si<br />

bien en alguna ocasión también<br />

lo ha hecho puntualmente con<br />

otros dulzaineros como Crescencio<br />

«Siete Almuerzos».<br />

Aureliano también fue el ganador<br />

del certamen de El Espinar<br />

de 1973 y del concurso nacional<br />

de dulzaineros de Medina<br />

del Campo en 1974. El<br />

propio hijo de Aureliano, Jesús<br />

Muñoz, también acompañó con<br />

el tambor a su padre hasta que,<br />

desgraciadamente, falleció a<br />

los 26 años. El repertorio que<br />

toca Aureliano está tomado del<br />

cancionero de Marazuela, al<br />

que hay que sumar la música<br />

escrita por «Los Talaos» y las<br />

partituras de los temas recopilados<br />

por el mismo Aureliano.<br />

La dulzaina que toca habitualmente<br />

la compró en 1941 por<br />

doscientas pesetas y perteneció<br />

al «tío Fermín» de Montuenga<br />

(Segovia). Es una dulzaina<br />

de ébano y la fabricó Angel Velasco,<br />

por lo que contará unos<br />

cien años. Además, Aureliano<br />

conserva con cariño la dulzaina<br />

de Agapito Marazuela, de quien<br />

la recibió como herencia.<br />

La música de Aureliano ha<br />

sonado y suena en multitud de<br />

pueblos, principalmente de La<br />

Moraña abulense y Tierra de Pinares.<br />

En la actualidad, Aureliano<br />

continúa practicando cada día<br />

la dulzaina, y lo hace en Santo<br />

Domingo de las Posadas, pueblo<br />

al que se trasladó desde el<br />

molino de Pozanco en los años<br />

sesenta.


192 RUTA MUSICAL<br />

Grupo de Paulino en Peñalba.<br />

Teodoro y Angel en Zorita.<br />

En los pueblos de la zona<br />

también hubo otros dulzaineros<br />

y tamborileros, y así cabe<br />

citar en Las Berlanas a Eutiquio<br />

(dulzaina) y Mauricio (tambor);<br />

en Cardeñosa a los dulzaineros<br />

Bernardino Garcinuño, Eloy<br />

Blázquez, Mariano Gutiérrez,<br />

Rufino García y Asun García, a<br />

los tamborileros Francisco Velayos<br />

y Juan Blázquez y a los que<br />

tocaban el bombo, como Eusebio<br />

Sanchidrián y Severiano<br />

García; en Los Patos a Salva<br />

(tamborilero); en Pozanco a Celestino;<br />

en Vega de Santa María<br />

al dulzainero Jesús Alvarez «tío<br />

Dios»; en Mingorría a los dulzaineros<br />

«tío Milhombres» y «Colache»,<br />

el tamborilero «Basiliete»,<br />

y a «tío Cades» y Martín Alda<br />

que tocaban el bombo; en Brieva<br />

al tamborilero Luis Pardo; y<br />

en Tolbaños a Irineo. En Peñalba<br />

el grupo del dulzainero Paulino,<br />

de Navalmoral, es quien<br />

ameniza las fiestas, al igual que<br />

en Velayos lo hacen los jóvenes<br />

de Maello seguidores de Francisco<br />

Navas «Ojetete», mientras<br />

que en Zorita nunca faltan Teodoro<br />

Novoa y Angel Vallejo.<br />

Finalmente, cabe añadir que<br />

Cardeñosa celebra cada año,<br />

en el mes de agosto, una<br />

Muestra de Dulzaina y Tamboril<br />

con participación de numerosos<br />

músicos.<br />

Cardeñosa. Muestra de Dulzaina y Tamboril.


RUTA DE<br />

LOS COMEDIANTES<br />

Cómicos en Mingorría.<br />

■ A DESTACAR. El teatro<br />

tradicionalmente ha sido una<br />

de las manifestaciones artísticas<br />

y culturales más importantes<br />

que tenían lugar en<br />

nuestros pueblos. Las compañías<br />

de cómicos recorrían incansables<br />

estas tierras armados<br />

de aparatosos decorados<br />

escenificando entretenidas<br />

comedias. Como herencia de<br />

esta tradición cultural Mingorría<br />

celebra cada año un certamen<br />

de teatro infantil, y aún<br />

hoy todavía se mantienen actuaciones<br />

al aire libre en muchas<br />

localidades.<br />

■ La ruta. El viajero que recorre<br />

estas tierras puede descubrir<br />

los restos del antiguo<br />

teatro de «La Danza» en Vega<br />

de Santa María, una bella sala<br />

de teatro que recibió a los<br />

más famosos actores. Mingorría<br />

también cuenta con una<br />

sala en funcionamiento construida<br />

en los antiguos lavaderos.<br />

Finalmente, el teatro en<br />

vivo que todavía se sigue escenificando<br />

también es un<br />

atractivo de esta ruta.<br />

■ Cómo llegar. Para contemplar<br />

el teatro que se representa<br />

en nuestros pueblos<br />

hay que acercarse a los mismos<br />

en verano, preferentemente,<br />

sin faltar a la cita de<br />

Mingorría en mayo.<br />

■ Qué ver. El Certamen de<br />

Teatro de Mingorría ofrece diez<br />

representaciones durante la<br />

primera quincena de mayo,<br />

mientras que en la mayoría de<br />

los pueblos todavía pueden<br />

verse obras de teatro escenificadas<br />

al aire libre durante las<br />

fiestas patronales veraniegas.<br />

■ Aliciente. Aunque ya casi<br />

han desaparecido las antiguas<br />

compañías de cómicos<br />

ambulantes, todavía pueden<br />

admirarse interesantes puestas<br />

en escena como una de<br />

las escasas manifestaciones<br />

culturales del medio rural.


194 RUTA DE LOS COMEDIANTES<br />

Teatro de Vega de Santa María.<br />

Las representaciones teatrales<br />

de las antiguas compañías<br />

de cómicos que recorrían<br />

nuestros pueblos constituían<br />

una de las manifestaciones culturales<br />

más significativas que<br />

tenían lugar en el medio rural,<br />

tanto que los mayores recuerdan<br />

una larga lista de obras escenificadas<br />

entonces.<br />

Los escenarios se habilitaban<br />

en salones de los cafébar<br />

o se improvisaban en<br />

la plaza del pueblo, donde<br />

el público acudía con<br />

su silla. De aquellas singulares<br />

salas de teatro<br />

todavía quedan muestras<br />

en el escenario del<br />

salón de Pedro Vázquez<br />

en Mingorría, y en el patio<br />

de butacas del antiguo<br />

teatro «La Danza»<br />

de Vega de Santa María<br />

que ocupa un viejo edificio<br />

casi arruinado.<br />

Hasta los años cincuenta,<br />

los cómicos de<br />

las numerosas compañías<br />

que recorrían los<br />

pueblos solían alojarse<br />

en las casas de los vecinos.<br />

La visita de estas<br />

compañías se prolongaba<br />

durante varias semanas<br />

con una actuación<br />

diaria, alcanzándose por<br />

ello especiales relaciones<br />

de familiaridad<br />

de los actores<br />

con la población.<br />

Todavía se<br />

recuerdan las actuaciones<br />

de Carlos<br />

Lemos y Joaquín<br />

Dicenta (hijo).<br />

Más aún, son numerosas<br />

las anécdotas<br />

y recuerdos<br />

que permanecen<br />

de aquellas representaciones<br />

teatrales<br />

y de las que<br />

hacían los aficionados<br />

del pueblo, tanto que en<br />

la misma tienen origen alguno<br />

de los apodos con que se conocen<br />

a algunos vecinos.<br />

Entre los sucesos más peculiares<br />

que se recuerdan del<br />

paso de los comediantes por<br />

los pueblos destaca el ocurrido<br />

el 14 de junio de 1948 en<br />

Mingorría.<br />

Actuación del actor y director<br />

Luis Marcet con su esposa


RUTA DE LOS COMEDIANTES 195<br />

«Aquel día, la compañía de<br />

cómicos instalada en el pueblo<br />

representaba la obra “Juan José”,<br />

de Joaquín Dicenta, en el<br />

salón del señor Simón Vázquez.<br />

Nada más terminar la representación,<br />

la primera actriz se puso<br />

de parto en casa de la tía Hilaria<br />

y nació un niño que se llamó<br />

Luis Marcet. El bautizo se celebró<br />

días después con una gran<br />

fiesta, siendo los padrinos los<br />

dueños del salón: Pedro Vázquez<br />

y Encarna García. El recién<br />

nacido continuó la tradición<br />

familiar y actualmente es<br />

director y actor de teatro.<br />

Pasados cincuenta años, el<br />

24 de julio de 1998, el actor recién<br />

nacido de Mingorría volvió<br />

con su compañía de cómicos y<br />

dos obras en cartel, y con él vino<br />

la esencia misma del teatro.<br />

Efectivamente, Luis Marcet es<br />

hijo y nieto de actores, como lo<br />

fueron sus hermanos y sus tíos,<br />

y lo son su mujer y sus hijos, no<br />

recordando otro pasado que no<br />

pasara por un escenario, pues<br />

su bisabuelo también fue director<br />

del Teatro Real de Madrid.<br />

Incluso su propio hijo también<br />

nació cuando su esposa terminaba<br />

una representación».<br />

En este ambiente no<br />

es de extrañar que<br />

pronto surgieran grupos<br />

de aficionados integrados<br />

por jóvenes de<br />

la localidad dirigidos<br />

por algún vecino más<br />

leído. Además, los antiguos<br />

maestros de escuela<br />

realizaron una especial<br />

labor educativa a<br />

través del teatro, y de<br />

su dedicación y esfuerzo<br />

salieron entretenidas<br />

actuaciones, tarea ésta<br />

que todavía se mantiene<br />

entre las actividades<br />

escolares. Incluso algún<br />

cura «moderno» también<br />

se aventuró en los<br />

ensayos teatrales para<br />

entretenimiento y deleite de sus<br />

parroquianos.<br />

Ultimamente, son los ayuntamientos<br />

y las asociaciones culturales<br />

quienes programan esporádicamente<br />

alguna representación<br />

teatral coincidiendo<br />

con las fiestas patronales, y es<br />

que ya desaparecieron aquellas<br />

compañías que iban de pueblo<br />

en pueblo repartiendo a su manera<br />

diversión y cultura. Así, el<br />

viajero que quiera disfrutar de<br />

aquellas veladas teatrales al aire<br />

libre de antaño puede hacerlo<br />

consultando los programas<br />

de fiestas que se organizan durante<br />

el verano.<br />

Entre los grupos más asiduos<br />

y veteranos que continúan<br />

recorriendo nuestros pueblos<br />

hay que destacar a «JUFRAN»,<br />

un extraordinario relevo de las<br />

antiguas compañías cómicas.<br />

El grupo está formado por aficionados<br />

abulenses que más<br />

bien parecen auténticos profesionales,<br />

y entre sus miembros<br />

sobresalientes hay que citar a<br />

José Luis Alfayate y Fidel Sáez<br />

García, una parte de cuyas familias<br />

provienen de Mingorría.<br />

J. L. Alfayate y Fidel Sáez.


196<br />

CERTAMEN DE TEATRO<br />

INFANTIL DE MINGORRIA<br />

Quizás como herencia cultural<br />

de una singular formación<br />

teatral imantada desde antiguo,<br />

en Mingorría se celebra un extraordinario<br />

certamen de teatro<br />

infantil que nació en 1993, donde<br />

participa un grupo estable<br />

creado en el pueblo. El certamen<br />

se organiza desde entonces<br />

por el Colegio Rural Agrupado<br />

«Miguel Delibes» de Velayos,<br />

Vega de Santa María, Santo<br />

Domingo de las Posadas y<br />

Mingorría, y el Ayuntamiento de<br />

este último pueblo.<br />

Los promotores de esta singular<br />

actividad cultural de la<br />

escuela rural pretenden despertar<br />

en los alumnos cualidades<br />

artísticas y fomentar su<br />

capacidad creativa en la realización<br />

de actividades útiles a la<br />

sociedad, todo ello como contribución<br />

al desarrollo de la personalidad<br />

de los escolares.<br />

Cada convocatoria anual ha<br />

contado con una media de diez<br />

representaciones por cada certamen,<br />

las cuales se escenifican<br />

durante el mes de mayo en<br />

la sala de teatro que ocupa el<br />

edificio rehabilitado de los antiguos<br />

lavaderos, siendo la entrada<br />

libre.<br />

A lo largo de la vida del certamen<br />

han sido más de cien<br />

obras de teatro las escenificadas<br />

por casi dos mil jóvenes<br />

actores de grupos infantiles llegados<br />

desde Cádiz, Soria, León,<br />

las localidades salmantinas de<br />

Béjar y Guijuelo, Valladolid, Segovia,<br />

Fuentesáuco (Segovia),<br />

y los pueblos abulenses de Arévalo,<br />

El Barraco, Burgohondo,<br />

Muñana, Las Navas del Marqués,<br />

Navaluenga, Navalmoral<br />

de la Sierra, El Tiemblo, Vega<br />

de Santa María, Velayos y el<br />

propio Mingorría.<br />

En el mes de mayo del año<br />

2002 se celebra el décimo aniversario<br />

del certamen, con tal<br />

motivo tendrá lugar una gran<br />

exposición fotográfica de todas<br />

las representaciones habidas a<br />

lo largo de todos estos años, y<br />

además se editará un catálogo<br />

conmemorativo.<br />

Actuación infantil en Mingorría.


RUTA DE<br />

LAS DEHESAS Y CASERIOS<br />

■ A DESTACAR. Siguiendo<br />

el recorrido de los ríos Adaja y<br />

Voltoya llaman la atención los<br />

grandes espacios ocupados<br />

por los encinares, y también<br />

por pinos. En torno a ellos todavía<br />

se conserva el caserío<br />

surgido para la singular explotación<br />

agrícola y ganadera de<br />

la dehesa, nombre que<br />

reciben las fincas agrupadas<br />

en una única<br />

propiedad. La tradicionall<br />

utilidad de estos<br />

terrenos es el pasto para<br />

ganado, la resina, la<br />

madera, el carbón vegetal,<br />

la caza y el fruto<br />

de bellota, combinados<br />

con algunos cultivos<br />

agrícolas. El caserío reponde<br />

a modelos característicos<br />

de la arquitectura<br />

popular, mezclados<br />

con ejemplos<br />

palaciegos. En las dehesas<br />

vivían y trabajaban<br />

guardas, mayorales,<br />

colonos agrícolas y<br />

otros campesinos, plenamente<br />

integrados en<br />

las explotación de la<br />

finca, mientras que sus<br />

dueños y propietarios<br />

la utilizaban para recreo.<br />

■ La ruta. Las tierras<br />

adehesadas son abundantes<br />

en la zona y se<br />

aparecen como prolongación<br />

del paisaje que bordea<br />

la capital abulense hacia<br />

el norte. Siguiendo entonces<br />

el curso del río Adaja nos encontramos<br />

en su margen izquierda<br />

con las dehesas «Pedro<br />

Cojo» y «Cabreras» en Cardeñosa,<br />

«El Chorrito», «La Aldehuela»<br />

y «Olalla» en Zorita<br />

de los Molinos, y «Navares»<br />

en Peñalba. El margen derecha,<br />

pasada la presa de Las Cogotas<br />

se hallan las dehesas de<br />

«Yonte» en Avila, y «La Malita»,<br />

«El Ciego» y «La Veguilla» en<br />

Mingorría, además de una parte<br />

de «Olalla» y otra de «Navares»<br />

en Peñalba. El río Voltoya<br />

baña las dehesas de «Aldealgordo»<br />

en Tolbaños, «Tabladillo»<br />

en Ojos Albos y «Las Gordillas»<br />

en Maello, donde está<br />

un cuartel de Velayos. También<br />

hay que decir que en Monsalupe<br />

está la dehesa del «Montecillo»,<br />

en Cardeñosa la dehesa<br />

de «Ajates», en Maello,<br />

cerca del municipio de Santo<br />

Domingo de las Posadas, la<br />

dehesa de «Mingo Peláez», en<br />

San Esteban de los Patos la<br />

dehesa de «Navarrosa», y en<br />

Tolbaños «La Nava».


198 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />

■ Cómo llegar. El recorrido<br />

presentado es un viaje por los<br />

términos municipales situados<br />

en la ribera del Adaja, el acceso<br />

a los mismos es la propia<br />

carretera que los comunica y<br />

vertebra, de donde salen multitud<br />

de caminos que se bifurcan<br />

con destino a las dehesas<br />

y caseríos. El punto de partida<br />

se puede fijar entonces en los<br />

núcleos de población.<br />

■ Qué ver. Llama la atención<br />

la singularidad de su ecosistema<br />

caracterizado por la presencia<br />

de pinos y encinas, e<br />

incluso diversas variedades<br />

de cultivos cerealistas y viñedos.<br />

También destacan los caseríos<br />

dispuestos para la explotación<br />

agropecuaria de la<br />

dehesa, con ejemplos de arquitectura<br />

religiosa en «La Aldehuela»<br />

y «El Chorrito», y palaciega<br />

en «Aldealgordo», «Tabladillo»<br />

y «Las Gordillas», sin<br />

olvidar buenos ejemplos de palomares,<br />

molinos y otras dependencias.<br />

■ Aliciente. Las dehesas y<br />

los caseríos agrícolas dispersos<br />

por la zona demuestran<br />

modos de vida íntimamente ligados<br />

a la tierra de un indudable<br />

interés arquitectónico,<br />

etnográfico y medioambiental.<br />

PEDRO COJO<br />

Fuera del municipio de Avila,<br />

aunque casi como continuación<br />

geográfica del mismo, pues apenas<br />

hay accidentes que pongan<br />

límites naturales a este territorio,<br />

y siguiendo el curso del Adaja,<br />

a la altura de la presa de las<br />

Cogotas, en la margen izquierda<br />

de Cardeñosa se encuentra<br />

la dehesa de Pedro Cojo, después<br />

de las dehesas de Avila<br />

que también bordean el río:<br />

«Verdeja», «Penarros» y «Pancaliente».<br />

La dehesa de «Pedro<br />

Cojo» perteneció al Cabildo Catedral,<br />

y fue desamortizada y subastada<br />

por el Estado en 1865<br />

en casi medio millón de reales.<br />

El monte se ve cruzado<br />

por la línea ferroviaria<br />

que va a Salamanca, en la<br />

ribera del río estaba el molino<br />

de «Pedro Cojo» que<br />

quedó bajo las aguas, y todavía<br />

se conservan las casas<br />

y dependencias agrícolas<br />

y ganaderas que ser- vían<br />

a su explotación, a ellas<br />

se accede desde la carretera<br />

que va desde Avila a<br />

Cardeñosa.<br />

EL CIEGO Y LA MALITA<br />

Al otro lado del río, las dehesas<br />

de la capital abulense de<br />

«Aldeaciego», «Pedrosillo» y<br />

«Yonte», pasada la Presa de Las<br />

Cogotas, dan paso por los «Callejones<br />

de Chascarra» y el molino<br />

de «Trevejo» al monte de Mingorría.<br />

Este monte comunal de<br />

trescientas hectáreas de encinar<br />

también fue desamortizado<br />

a finales del siglo XIX pasando<br />

entonces a formar las dehesas<br />

de «La Malita» y «El Ciego», las<br />

cuales mantienen todavía las<br />

viejas casas de piedra donde<br />

El Ciego.


RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 199<br />

habitaban las familias que trabajaban<br />

el monte, los encerraderos<br />

y algún palomar. Varios<br />

caminos que se dirigen a los<br />

molinos del río desde Mingorría<br />

surcan el encinar de estas dehesas.<br />

CABRERAS<br />

Volviendo a la margen izquierda<br />

del Adaja, el monte que<br />

se asoma repleto de verdor oscuro<br />

pertenece a la dehesa de<br />

«Cabreras» que fue propiedad<br />

del ayuntamiento de Cardeñosa,<br />

antes de ser desamortizado<br />

y enajenado en 1862 por algo<br />

más de medio millón de reales.<br />

El monte ocupa unas trescientas<br />

hectáreas y actualmente tiene<br />

dos caseríos denominados<br />

«Cabreras de Arriba» y «Cabreras<br />

de Abajo», desde ellos se<br />

divisa toda la sierra de Ojos Albos,<br />

pues son una hermosa atalaya<br />

separada por el río. El acceso<br />

a estas dehesas coincide<br />

con el del Castro de las Cogotas,<br />

el cual parte desde la carretera<br />

de Cardeñosa poco antes<br />

de llegar al pueblo.<br />

AJATES<br />

En la zona oeste del término<br />

de Cardeñosa se situa la dehesa<br />

de «Ajates», cuyo monte de<br />

encinas de unas ciento treinta<br />

hectáreas era propiedad del<br />

pueblo hasta que fue desamortizado<br />

en 1859. «Ajates» fue un<br />

asentamiento medieval que conserva<br />

el típico caserío agropecuario.<br />

El acceso a la dehesa<br />

se hace por la carretera de Avila-Salamanca,<br />

desde donde ya<br />

se contempla el bello encinar<br />

colindante con la dehesa de<br />

«Manzaneros».<br />

EL MONTECILLO<br />

Al norte de «Ajates» y «Manzaneros»,<br />

desviandonos por la<br />

carretera local que sale a la derecha<br />

de la carretera de Salamanca<br />

en el p. k. 13,5 se encuentra<br />

junto a la vía del<br />

ferrocarril de la dehesa del<br />

«Montecillo», ya en el término<br />

de Monsalupe. Su propiedad<br />

se hallaba muy dividida entre<br />

los vecinos, quienes obtenían<br />

del encinar todas sus utilidades.<br />

Actualmente se conserva<br />

el antiguo caserío, el cual ha<br />

sido reconstruido y ampliado<br />

para finca de recreo y cría de<br />

avestruces.<br />

LA VEGUILLA<br />

Retomando nuestra ruta por<br />

el río Adaja llegamos a Zorita<br />

de los Molinos. A partir de aquí<br />

las encinas se entremezclan<br />

con pinos resineros y el terreno<br />

agreste deja paso a tierras cultivables.<br />

En la zona se situaba<br />

el caserío de «La Veguilla», llegando<br />

esta dehesa hasta el río<br />

donde crecen frondosos pinos<br />

y se halla el molino del «Cubo».<br />

En la margen opuesta de la iz-


200 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />

Vista desde Olalla.<br />

quierda está el caserío del<br />

«Chorrito», y más adelante la<br />

dehesa de «Olalla».<br />

Las tierras de «La Veguilla»<br />

se ven atravesadas por el arroyo<br />

«Regajal» que desemboca<br />

en el Adaja, después de dejar<br />

tras de sí frondosas arboledas<br />

de chopos que crecen en galería.<br />

Por lo demás son ricas tierras<br />

de secano que ocupan más<br />

de cuatrocientas hectáreas, de<br />

las que la mitad pertenecían al<br />

Duque de Montellano y otras al<br />

Cabildo Catedral que fueon desamortizadas<br />

en 1844. En medio<br />

de la explotación se conservan<br />

las ruinas del caserío que<br />

ocupaba unos mil metros cuadrados,<br />

y se aprecian los restos<br />

de cobertizos, cuadras, pajares,<br />

cijas y dependencias donde habitaban<br />

los colonos. El acceso<br />

a «La Veguilla» se hace fácilmente<br />

desde la carretera de<br />

Mingorría a Zorita, desde donde<br />

ya se contempla.<br />

EL CHORRITO<br />

El caserío del «Chorrito», cercano<br />

a Zorita desde donde se<br />

accede, fue antes una finca<br />

de recreo construida por el General<br />

y Ministro de la Guerra<br />

Eduardo Bermúdez Reina a finales<br />

del siglo XIX, llamándose,<br />

en honor a su esposa, «Villa Julia».<br />

Actualmente, el caserío que<br />

servía de estancia y a la explotación<br />

agrícola ha crecido en<br />

número de viviendas de segunda<br />

residencia, conservándose<br />

todavía la antigua ermita que<br />

mandó hacer el general, además<br />

de útiles de labranza y un<br />

carro pintado en excelente estado.<br />

Antiguamente, un puente<br />

de madera comunicaba esta finca<br />

con las tierras del otro lado<br />

del río donde abundan los pinos<br />

resineros y se encuentran las<br />

ruinas del molino del «Cubo».<br />

OLALLA<br />

A continuación del «Chorrito»<br />

se encuentra la dehesa de «La<br />

Aldehuela» y de «Olalla» o de<br />

«Melón y Olaya». Esta tierras<br />

eran propiedad de Celedonio<br />

Sastre, quien supo hacer prosperar<br />

una rica explotación agropecuaria.<br />

Esta dehesa convina<br />

las tierras de cultivo, los viñedos,<br />

encinas y sobre todo pinos<br />

resineros. Por el noroeste linda<br />

con la carretera de Zorita-Las<br />

Berlanas desde donde se accede;<br />

atraviesa la dehesa el arroyo<br />

de «La Chavata», mientras


RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 201<br />

que limita al Este con el río Adaja<br />

que en algún tramo cruza la<br />

finca, y se extiende hasta la dehesa<br />

contigua de «Navares».<br />

Las tierras han sido divididas y<br />

actualmente tiene varios propietarios,<br />

manteniéndose la ermita<br />

y el caserío de «La Aldehuela»,<br />

el molino del Vego, en el que<br />

convivían molineros y resineros,<br />

la caseta de la era, un palomar<br />

y el antiguo caserío de «Olalla»<br />

que se sigue conservando en<br />

buen estado.<br />

NAVARES<br />

El Adaja después de bañar<br />

los campos de «Olalla» por su<br />

izquierda, y el municipio de Pozanco<br />

por la derecha, llega a<br />

las tierras de la dehesa de «Navares»,<br />

perteneciente al término<br />

de Peñalba. A esta dehesa se<br />

llega por el camino que une la<br />

carretera de Vega de Santa María-Gotarrendura<br />

con la carretera<br />

de Zorita-Las Berlanas. Aquí<br />

destaca la explotación agropecuaria<br />

que mantiene la cría de<br />

cerdos ibéricos y de ganado «limusine»<br />

puro. La dehesa es un<br />

antiguo despoblado medieval<br />

que fue propiedad del Monasterio<br />

de la Antigua de Avila, conserva<br />

una importante masa arbórea<br />

de en- cinas y pinos, habiendose<br />

reconstruido el viejo<br />

caserío con todas las comodidades<br />

que requieren actualmente<br />

los trabajadores<br />

del campo. A orillas<br />

del río permanece<br />

en ruinas el molino conocido<br />

co- mo «el del<br />

Prior», pues fue dejado<br />

en testamento al<br />

prior del monasterio.<br />

NAVARROSA<br />

Y LA NAVA<br />

Para acercarse a las<br />

dehesas y caseríos situados<br />

en la zona del río Voltoya,<br />

el viajero puede tomar la carretera<br />

que sale de Mingorría a<br />

San Esteban de los Patos. En<br />

este pueblo se encuentra la dehesa<br />

de «Navarrosa», en la cual<br />

se conserva el característico caserío<br />

de piedra formado por las<br />

dependencias propias de la explotación<br />

agropecuaria, que todavía<br />

sirven hoy para la actividad<br />

ganadera que se sigue realizando.<br />

Cerca de «Navarrosa» se encuentra<br />

la dehesa de «La Nava»,<br />

a la que se accede desde Gallegos<br />

de San Vicente, al estar<br />

situada en sus inmediaciones.<br />

El caserío de la dehesa es el<br />

típico para las faenas agrícolas<br />

y ganaderas, y su monte está<br />

poblado de encinas, el cual<br />

fue de titularidad pública<br />

hasta su desamortización<br />

en 1859.<br />

Al sur de «Navarrosa» y «La<br />

Nava», pero perteneciente al<br />

municipio abulense, se encuentran<br />

las dehesas de «Mari García»,<br />

«Testadores», «El Burguillo»,<br />

«Encinas», «Palazuelos»,<br />

«El Pinar» y «Zurra», las cuales<br />

bien merecen una ruta específica<br />

en otra ocasión.<br />

ALDEALGORDO<br />

Desde Los Patos la carretera<br />

continua su trazado hasta Tolbaños.<br />

Desde aquí sale un ca-


202 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />

mino que conduce hasta la dehesa<br />

de «Aldeagordo», la cual<br />

fue propiedad del Conde de Polentinos,<br />

después del Marqués<br />

de Torrecilla y Valdeolmos, y actualemente<br />

del conde de Villagonzalo<br />

y Marqués de Scala.<br />

Esta dehesa es de una gran belleza<br />

natural donde destacan sus<br />

encinas centenarias, está atravesada<br />

por el río Voltoya, en el<br />

caserío destaca la residencia<br />

«palaciega» de buena arquitectura<br />

donde pernoctó el rey Alfonso<br />

XIII y su esposa doña<br />

Vitoria, una antigua iglesia rodeada<br />

de bellos jardines y una<br />

fuente, un molino y los esquileos<br />

de antaño con las dependencias<br />

necesarias para tratar<br />

la lana.<br />

TABLADILLO<br />

El río Voltoya que pasa por<br />

«Aldealgordo» puede cruzarse<br />

por un vado que comunica esta<br />

dehesa con la cercana de «Tabladillo»,<br />

que antes fue un antiguo<br />

asentamiento medieval. En<br />

«Tabladillo» destaca uno de los<br />

mejores palacios rurales que<br />

pueden verse; su construcción<br />

se inició en el siglo XVI, aunque<br />

posteriormente sufrió distintas<br />

intervenciones. El palacio fue<br />

promovido por Antonio Núñez<br />

Vela, hijo de quien fue virrey del<br />

Perú, es de estilo renacentista y<br />

recuerda a las lujosas villas italianas.<br />

En su entorno se halla el<br />

caserío dedicado a la actividad<br />

agrícola y ganadera de la dehesa,<br />

la cual cuenta también con<br />

un molino en el Voltoya, cercano<br />

al molino de Tolbaños, y una<br />

gran masa arbórea.<br />

LAS GORDILLAS<br />

Retomando el curso del río<br />

Voltoya pronto llegamos al caserío<br />

de las dehesas de «Las<br />

Gordillas», situada junto a la carretera<br />

local que une los pueblos<br />

de Velayos y Maello. Esta<br />

dehesa de 1.732 hectáreas estaba<br />

dividida en tres cuarteles:<br />

«El Molino» o de Maello con los<br />

sectores del puente y el molino,<br />

«El Torreón de Armenteros» o de<br />

Saornil, y el cuartel de Velayos.<br />

En «Las Gordillas» doña María<br />

Dávila fundo en 1502 el convento<br />

de Santa María Jesús,<br />

y la dehesa fue propiedad<br />

desde entonces de las Clarisas<br />

de Avila, hasta su venta<br />

forzosa en 1842 en cuatro<br />

lotes al amparo del proceso<br />

desamortizador iniciado<br />

por Mendizabal. El complejo<br />

arquitectónico que<br />

configuran los distintos caserios<br />

repartidos por «Las<br />

Gordillas» enseguida despierta<br />

gran interés para el<br />

viajero por su entorno paisajístico<br />

y la singularidad de<br />

sus construcciones del siglo<br />

XIX. Estos caseríos han<br />

sido estudiado por José R.<br />

Nieto y M.ª Teresa Paliza en<br />

«La Arquitectura en las Dehesas<br />

de Castilla y León»,<br />

cuyo texto seguimos en esta<br />

ruta.


RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS 203<br />

CUARTEL DE MAELLO<br />

O DE LOS SECTORES «EL<br />

PUENTE» Y «EL MOLINO»<br />

Situandonos de nuevo en el<br />

río Voltoya, sobre el puente por<br />

donde cruza la carretera de Velayos-Maello,<br />

podemos admirar<br />

los vestigios del antiguo convento<br />

de las Clarisas en un torreón<br />

utilizado como palomar,<br />

construido en mampuesto combinado<br />

con sillería y ladrillo en<br />

los esquimales, que todavía conserva<br />

huecos rematados con<br />

arcos de medio punto. En este<br />

mismo lugar del cuartel de Maello,<br />

Ramón Castillo García promovió<br />

una residencia recreativa<br />

y solariega de dos plantas conocida<br />

con el nombre de «El Jardín»,<br />

donde se mezcla el mampuesto<br />

con el recercado de ladrillo<br />

visto en huecos. En las inmediaciones<br />

hay otras construcciones<br />

tales como un molino<br />

abandonado que recogía el<br />

agua del arroyo de Valdequesada,<br />

unos corrales, unas viviendas<br />

y otras dependencias. Desde<br />

aquí puede tomarse el camino<br />

que discurre paralelo al río,<br />

pasando por un antiguo tejar,<br />

hasta llegar al sector denominado<br />

«El Molino», donde se hallan<br />

los restos de un grandioso molino<br />

harinero y el típico caserío<br />

agropecuario.<br />

CUARTEL DE<br />

SAORNIL O «TORREON<br />

DE ARMENTEROS»<br />

Volviendo al caserío del<br />

Puente, desde la carretera en<br />

dirección a Velayos, a la izquierda<br />

sale el camino de «Aldealgordo»,<br />

junto a la márgen<br />

izquierda del Voltoya. Por este<br />

camino también se accede<br />

al «Torreón de Armenteros» o<br />

cuartel de Saornil, ya que se<br />

comunica con este lugar. Aquí,<br />

rodeado de grandes encinas y<br />

buenos pastos, don Francisco<br />

Castillo García construyó en<br />

1907-1908 un moderno edificio<br />

de dos plantas, cubiertas a<br />

cuatro aguas, paramentos de<br />

mampostería y ladrillo visto, jardín<br />

delantero, y corrales con dependencias<br />

subsidiarias en la<br />

parte zaguera. Las construcciones,<br />

bien ejecutadas y con<br />

igual estilo que las realizadas<br />

en el sector del puente, son las<br />

más importantes y amplias de<br />

todas las dehesas visitadas,<br />

destacando hasta las paneras,<br />

pocilgas, cuadras y pajares y<br />

un potro de herrar.<br />

Torreón de Armenteros.


204 RUTA DE LAS DEHESAS Y CASERÍOS<br />

Cuartel de Velayos. Residencia El Jardín.<br />

CUARTEL DE VELAYOS<br />

Retomando la carretera de<br />

Velayos-Maello en dirección al<br />

primer pueblo. A unos kilómetros<br />

dejamos a la derecha unas<br />

edificaciones secundarias utilizadas<br />

para el ganado, y pronto<br />

llegamos a la estación de tren<br />

de Velayos. Antes ya habremos<br />

divisado una casa señorial, que<br />

fue la residencia de recreo conocida<br />

como «El Jardín» y caserío<br />

«Torreón de Velayos». Construida<br />

por don Ramón Soriano<br />

Pelayo hacia 1880, la residencia<br />

principal es un edificio cúbico<br />

de piedra labrada con pequeños<br />

remates de ladrillo, tiene<br />

dos plantas con sótano y desván<br />

abuardillado, y dos alas de<br />

una altura ocupadas por paneras.<br />

Cerca de la casa hay un<br />

palomar, cuadras, un garaje, un<br />

invernadero, un molino de viento<br />

para dotar de agua a la casa<br />

y a un amplio jardín. Frente a la<br />

casa cruza un cordel de ganados<br />

que pasa debajo de la línea<br />

del ferrocarril por donde se llega<br />

en dirección sur a Saornil.<br />

«MINGO PELAEZ»<br />

Desde la estación de Velayos<br />

dirigiendonos a Santo Domingo<br />

de las Posadas se encuentra<br />

la urbanización de viviendas<br />

unifamiliares «Pancorbo», al sur<br />

de la cual se halla la dehesa de<br />

«Mingo Peláez». El caserío casi<br />

arruinado de esta dehesa, a la<br />

que se accede desde Santo<br />

Domingo por el camino de Escalonilla,<br />

o desde la carretera<br />

que se dirige desde este pueblo<br />

a Mingorría, destaca por un<br />

impresionante palomar cilíndrico<br />

de ladrillo visto. El edificio<br />

principal detinado a residencia<br />

de su propietario es de dos<br />

plantas realizadas en mampostería<br />

y rematada en ladrillo en el<br />

mismo estilo que «Las Gordillas».<br />

Las construcciones secundarias<br />

de inferior calidad están<br />

destinadas a viviendas del<br />

guarda y otros campesinos, a<br />

paneras, cuadras, encerraderos,<br />

pajares, etc., lo que demuestra<br />

la gran actividad agropecuaria<br />

que se desarrollaba<br />

en la dehesa.


Cardeñosa. Despoblado de Conejeras.<br />

RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />

■ A DESTACAR. Son numerosos<br />

los paisajes existentes<br />

en nuestros municipios donde<br />

se han encontrado restos de<br />

antiguos asentamientos humanos,<br />

son los despoblados.<br />

Estos lugares, actualmente<br />

deshabitados, conoci- dos<br />

también a través de distintas<br />

fuentes escritas, o testimonios<br />

toponímicos, singularizan una<br />

parte interesante de la pequeña<br />

historia de los pue- blos actuales<br />

que se remonta a la<br />

Edad Media, coincidiendo con<br />

la ocupación de los territorios<br />

reconquistados a los musulmanes.<br />

■ La ruta. El itinerario propuesto<br />

toma como referencia<br />

la obra de Gonzalo Martínez<br />

Díez (Las Comunidades de Villa<br />

y Tierra de la Extremadura<br />

Castellana), a partir del cual<br />

descubrimos los lugares donde<br />

se emplezaron los primitivos<br />

pobladores de esta tierra.<br />

En el recorrido sobre el terreno<br />

pueden verse vestigios importantes<br />

de los despoblados,<br />

muchos de ellos ocupados actualmente<br />

por caseríos o dehesas,<br />

por lo que su contemplación<br />

nos transporta a épocas<br />

pretéritas.<br />

■ Cómo llegar. Aquí seguimos<br />

la ruta que define la carretera<br />

AV-804 de Avila-Arévalo<br />

por Cardeñosa, y la carretera<br />

N-403 Avila-Arévalo por Mingorría,<br />

cuyos tramos separados<br />

por el río Adaja se ven<br />

unidos por Zorita de los Molinos<br />

y Vega de Santa María. Finalmente,<br />

tomamos la dirección<br />

este desde Mingorría hasta<br />

la zona de Tolbaños y el río<br />

Voltoya. En todos los pueblos<br />

que nos encontramos a lo largo<br />

del viaje hay despoblados<br />

que merecen conocerse, si<br />

quiera sea a título documental<br />

e informativo.<br />

■ Qué ver. Los vestigios<br />

más relevantes de los despoblados<br />

pueden admirarse<br />

en los restos de la ermita de<br />

Conejeras en Cardeñosa, el<br />

torreón de Garoza en Peñalba<br />

y el torreón de la Puebla en<br />

Velayos.<br />

■ Aliciente. Descubrir la<br />

existencia de lugares donde<br />

antiguamente habitaban nuestros<br />

antepasados siempre es<br />

sugestivo y atractivo, sobre todo<br />

cuando se pueden admirar<br />

restos que plantean inquietudes<br />

por lo desconocido.


206 RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />

Situándonos en el término<br />

municipal de Cardeñosa, al<br />

sur del mismo, distante unos<br />

tres kilómetros del pueblo, la<br />

derecha de la línea férrea y a<br />

cien metros del límite con La<br />

Alamedilla del Berrocal, se encontraba<br />

el despoblado de<br />

«Muñoendra» que actualmente<br />

parece corresponderse con el<br />

nombre de «Cenalmor», donde<br />

quedan restos de habitaciones<br />

del siglo XVI. Al Oeste del pueblo<br />

se halla el despoblado de<br />

«Ajates», junto al caserío de la<br />

dehesa del mismo nombre.<br />

Igualmente, los despoblados<br />

de «Pedrocojo» y «Cabreras»<br />

están en el lugar que ocupan<br />

las casas de las dehesas que<br />

bordean el río Adaja. En esta<br />

misma zona, poco antes de llegar<br />

a «Cabreras» se hallaba el<br />

despoblado de «Conejeras»,<br />

donde todavía se conservan los<br />

restos de una interesante ermita.<br />

Por el cobro de los diezmos<br />

de los despoblados de «Conejeras»<br />

y «Miguel Cobo» se originó<br />

un pleito entre las parroquias<br />

de Cardeñosa y Zorita en<br />

1740 que ganó ésta útlima. En<br />

esta misma zona, en el cruce<br />

de los caminos de «Las Apartadas»<br />

y de Zorita, se hallaba el<br />

despoblado de «Rehoyo».<br />

Adentrandonos ya en el municipio<br />

de Peñalba debemos<br />

saber que a su parroquia pertenecían<br />

las iglesias de los lugares<br />

que quedaron despoblados<br />

mediado el siglo XVII. Como<br />

testimonio de asentamientos resultan<br />

interesantes los restos<br />

del despoblado de «Garoza»,<br />

situados junto a la carretera que<br />

une Las Berlanas y Zorita, y al<br />

camino que va desde Peñalba a<br />

Navares. Las ruinas del torreón<br />

de Garoza son una buena<br />

muestra de la iglesia que se cerró<br />

al culto en 1619 ante el<br />

abandono del lugar. Las llamadas<br />

«Casas de Navares» situadas<br />

en la orilla izquierda del<br />

Peñalba. Despoblado de Garoza.<br />

Adaja ocupan un antiguo despoblado<br />

de igual nombre. Al<br />

norte de la dehesa de «Navares»<br />

y a orilla del río Adaja, frente<br />

al molino de «Los Pobos», se<br />

encuentra el despoblado de<br />

«Sansáez» (hoy término de Hernansancho).<br />

En el municipio de Las Berlanas,<br />

quedan vestigios de «Los<br />

Angeles», un depoblado situado<br />

al noreste del barrio de La<br />

Aldehuela, a un lado y a otro<br />

del camino de Gotarrendura a<br />

Peñalba. Otro despoblado del<br />

lugar es el denominado «Carrascal»,<br />

que se halla al Este de<br />

Rivilla, a la izquierda y lindando<br />

con la carretera de Las Berlanas<br />

a Zorita de los Molinos,<br />

frente a la piedra kilométrica<br />

1,00, donde antiguamente estaba<br />

la cruz de la plaza de Rivilla.<br />

Volviendo al cercano pueblo<br />

de Monsalupe, y lindando con<br />

la vía férrea, al norte del camino<br />

de Muñoyerro a Las Berlanas, se


RUTA DE LOS DESPOBLADOS 207<br />

encuentra el despoblado llamado<br />

«La Rad», del que da cuenta<br />

Madoz en su diccionario.<br />

Junto a la triple mojonera de<br />

los términos de Gotarrendura,<br />

Peñalba y Hernansancho, aunque<br />

perteneciente a este último,<br />

se halla el despoblado de «Guaraldos»,<br />

donde se han encontrado<br />

abundantes restos de edificaciones.<br />

El lugar está al lado<br />

derecho de la carretera que se<br />

dirige desde Gotarrendura a Vega<br />

de Santa María, por el camino<br />

que va al molino de «Los Pobos».<br />

Desde Gotarrendura nos<br />

adentramos en el municipio de<br />

Vega de Santa María, y aquí en<br />

la ribera derecha del Adaja se<br />

halla el despoblado de «Saornil<br />

de Adaja», junto a un arroyo del<br />

mismo nombre. Al NE, junto a la<br />

laguna de «Las Eras», todavía se<br />

recuerdan las rogativas a la iglesia<br />

de Santa María, cuyo nombre<br />

conserva el despoblado conocido<br />

como «Santa María de la<br />

Calzada», donde abundan restos<br />

de edificaciones. Al NO, en<br />

el alto de San Pedro, se recuerda<br />

la existencia de una ermita<br />

como resto del despoblado de<br />

Vega de Santa María.<br />

«Narrillos» o «San Pedro de Narros».<br />

En la misma zona, entre<br />

Saornil y Narrillos, debió hallarse<br />

el despoblado conocido en<br />

el siglo XII como «Defesa».<br />

La Puebla (Velayos).<br />

El municipio de Velayos, se<br />

encuentra al Este de La Vega,<br />

del que le separa la carretera<br />

N-403. En la parte norte del término,<br />

en lo alto del montículo<br />

llamado «El Cerro» donde se<br />

han encontrado abundantes<br />

restos se halla el despoblado<br />

de «Garcí Acenar», aunque su<br />

nombre prácticamente se ha<br />

perdido. Al SE, lindando con la<br />

vía férrea y la divisoria con Maello,<br />

se recuerda el nombre y se<br />

han hallado abundantes restos<br />

del despoblado de «Malucos».<br />

Al NE, a unos tres kilómetros, y<br />

nada más pasar la vía férrea se<br />

conserva un elevado torreón<br />

del despoblado de «La Puebla»,<br />

llamado también «La Aldihuela».<br />

Al norte de Vega de Santa<br />

María, en la ribera derecha del<br />

río Adaja y ya en Blascosancho<br />

lindando con el camino de<br />

la Virgen, se han encontrado


208 RUTA DE LOS DESPOBLADOS<br />

restos del despoblado de «Porquerizos».<br />

Desde Velayos sale la carretera<br />

local que se dirige por el<br />

Este a Maello, y a mitad de su<br />

recorrido, por donde pasa el río<br />

Voltoya, se encuentran los restos<br />

del despoblado llamado<br />

«Las Gordillas» o «Villadey de<br />

las Gordillas», que cuando era<br />

villa se componía de 20 casas y<br />

un convento de las Clarisas, las<br />

cuales se trasladaron a Avila en<br />

1520. Actualmente, el lugar está<br />

ocupado por un caserío agropecuario<br />

y una casa de recreo.<br />

Las Gordillas.<br />

En el térmio municipal de<br />

Santo Domingo de las Posadas,<br />

y en la zona que se extiende<br />

por el sur junto a la carretera<br />

de Mingorría, se encuentra el<br />

despoblado de «Los Diezgos»,<br />

cuya dehesa fue del Cabildo<br />

Catedral hasta su desamortización<br />

en 1843. Al SE, junto a la<br />

vía férrea se hallan los despoblados<br />

de Maello «Aldanueva» y<br />

«Mingo Peláez», este último conserva<br />

el caserío propio para la<br />

explotación de la dehesa.<br />

Al Oeste de Mingorría, pasado<br />

el río Adaja, en Zorita de los<br />

Molinos, la «Crónica de la Población<br />

de Avila» escrita en<br />

1256 cita el lugar de «El Castaño»<br />

como uno de los primeros<br />

asentamientos medievales, si<br />

bien no se conserva este nombre<br />

bien puede corresponderse<br />

con el paraje de «Los Caleños».<br />

Al norte de Zorita, en la márgen<br />

izquierda del río Adaja, frente a<br />

la confluencia del arroyo Regajal,<br />

donde todavía se ven restos<br />

del molino «Piar», debió estar el<br />

despoblado conocido como<br />

«Escarga María».<br />

Volviendo a Mingorría, cerca<br />

del lugar donde está la ermita<br />

de la Virgen, se situa el despoblado<br />

de «San Cristobal», conocido<br />

hoy como «Los Villares»,<br />

donde han sido halladas sepulturas<br />

y lápidas.<br />

Al NO de Mingorría, por el camino<br />

de Escalonilla, y en el término<br />

de este lugar, antes de cruzar<br />

la línea férrea, lindando con<br />

el arroyo Zarzalejo, se encuentra<br />

el despoblado de «Zarzalejo»,<br />

que fue propiedad del Cabildo<br />

Catedral hasta su desamortización<br />

en 1844, donde se<br />

conocen restos de edificaciones.<br />

Desde Mingorría una carretera<br />

local nos lleva hasta Tolbaños,<br />

después de pasar la vía férrea<br />

y San Esteba de los Patos.<br />

Llegados aquí, a la izquierda<br />

salen los caminos que conducen<br />

a los despoblados situados<br />

en las dehesas cercanas a<br />

Saornil de Voltoya llamadas<br />

con el mismo nombre «Armenteros»,<br />

y «Aldealgordo». También<br />

en Saornil, en las confluencias<br />

de los cordeles de ganado<br />

que atraviesan los montes<br />

situados al norte, se encuentra<br />

el despoblado «La Dueña», conocido<br />

también como «Los Villares».<br />

Cerca de Tolbaños, entorno<br />

al lugar de la Venta de San Vicente,<br />

el cual se levanta sobre<br />

un despoblado con el mismo<br />

nombre, se encuentran los antiguos<br />

despoblados de «Albariza»<br />

y «Alameda de las Requenas»,<br />

donde existe un caserío<br />

habitado.


Mingorría.<br />

RUTA DE<br />

LAS IGLESIAS<br />

Y ERMITAS<br />

■ A DESTACAR. El fervor<br />

religioso de las gentes de<br />

nuestros pueblos tiene su<br />

mayor exponente en sus<br />

iglesias parroquiales y en<br />

sus ermitas, como lugares<br />

de acogimiento y recogimiento<br />

de los feligreses. Al<br />

mismo tiempo son las construcciones<br />

donde se santifican<br />

las fiestas y constituyen<br />

la mejor expresión artística<br />

de cada localidad.<br />

■ La ruta. Recorrido por<br />

todas las iglesias y ermitas<br />

existentes en los pueblos de<br />

la ribera del Adaja y su entorno.<br />

Los templos suelen estar<br />

cerrados, por lo que su interior<br />

puede contemplarse cuando<br />

son abiertos para los oficios<br />

religiosos o pidiendo la llave a<br />

la persona que suele estar encargada.<br />

Los días de fiesta<br />

son los mejores días de visita.<br />

■ Cómo llegar. Se accede<br />

por la carretera AV-804 que va<br />

de Cardeñosa a Gotarrendura,<br />

y desde aquí a Vega de<br />

Santa María donde se toma la<br />

N-403 que llega a Mingorría y<br />

los pueblos de la sierra.<br />

■ Qué ver. Las iglesias y ermitas<br />

suelen ser los edificios<br />

artísticos más valiosos del medio<br />

rural, por lo que todos merecen<br />

una visita.<br />

■ Aliciente. Conocer una<br />

parte importante de la historia<br />

del medio rural a través de<br />

sus iglesias y ermitas.<br />

CARDEÑOSA<br />

Es el primer pueblo que se<br />

asoma llegando desde Avila<br />

por la carretera AV-804 en dirección<br />

Arévalo, donde nacieron<br />

Santa Paula Barbara y las<br />

venerables Isabel de Santo Domingo<br />

y María Vela. Una vez<br />

avistado el caserío desde el alto<br />

donde está «el canto de la<br />

ánimas» pronto se aparece a<br />

nuestra derecha el majestuoso<br />

calvario de cruces graníticas levantadas<br />

sobre peanas y alguna<br />

piedra de lagar. Desde aquí,<br />

al Este se divisa en la lejanía la<br />

sierra de Ojos Albos y el pueblo<br />

de Mingorría. En el lugar, frente<br />

a un antiguo ruedo taurino de<br />

paredes de piedra, se levanta la<br />

ermita medieval de Nuestra Señora<br />

del Cristo del Berrocal con<br />

su columna y sepulcros, testimonio<br />

de lo que debió ser un antiguo<br />

convento de Templarios. Al<br />

lado opuesto de la carretera se<br />

encuentra la ermita de la Madre<br />

de Dios, siendo estas dos las<br />

únicas ermitas que se cuentan,<br />

si bien en tiempos pasados<br />

también había otras dedicadas<br />

a San Miguel, San Andrés, San<br />

Lorenzo y San Sebastián.


210 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />

PEÑALBA DE AVILA<br />

Cardeñosa. Ermita del Cristo.<br />

Adentrándonos en el pueblo,<br />

por el saliente se encuentra la<br />

iglesia parroquial, situada en<br />

un amplio recinto de<br />

piedra que marca un<br />

patio delantero que<br />

debió servir de cementerio.<br />

Fue iniciada<br />

su construcción<br />

en piedra de sillería<br />

con vocación de basílica<br />

en el siglo XV,<br />

aunque finalmente<br />

se redujo esta pretensión<br />

por falta de<br />

medios en el siglo<br />

XVI, terminandose en<br />

mampostería y torrecampanario<br />

de ladrillo. Consta<br />

de tres naves y un capilla central,<br />

el artesonado es de estilo<br />

mudéjar, el coro se levanta sobre<br />

unos arcos escarzanos y<br />

cuenta con un bello órgano<br />

barroco de 1741, y el hermoso<br />

retablo es obra de Pedro de Salamanca<br />

y Blas Hernández fechado<br />

en 1535. Esta iglesia monumental<br />

fue estudiada por Gómez-Moreno<br />

en su catálogo, lo<br />

que se reseña en otra ruta de<br />

esta misma guía a la que nos<br />

remitimos.<br />

Iglesia de Peñalba.<br />

Es el pueblo siguiente que<br />

encontramos cruzando entre altos<br />

cerros. Antes de llegar puede<br />

contemplarse una bella panorámica<br />

del caserío, los campos<br />

cerealistas y los montes y<br />

pinares que acompañan al Adaja.<br />

En primer lugar se presenta<br />

la pequeña ermita situada en<br />

las eras dedicada al Cristo de<br />

Santa Teresa, donde puede admirarse<br />

la imágen única de la<br />

Santa arrodillada junto a Cristo<br />

crucificado. La iglesia parroquial<br />

del siglo XVI, dedicada a<br />

San Vicente Mártir, sobresale<br />

entre el horizonte que trazan los<br />

tejados de las casas por su torre<br />

espadaña de buena sillería<br />

de granito, y por su capilla mayor<br />

contruida en 1618 siendo<br />

cura el bachiller Toribio González,<br />

natural del lugar de Mingorría.<br />

De la parroquia de Pe- ñalba<br />

dependían también las iglesias<br />

de los despoblados<br />

de Garoza, Navares y San Sáez,<br />

de las que sólo se conservan<br />

restos en Garoza como se<br />

ve en la ruta de los despoblados.<br />

LAS BERLANAS<br />

Agrupa en su parroquia a los<br />

barrios de la Aldehuela, Rivilla y


RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 211<br />

en su capilla mayor. En el<br />

barrio de Rivilla existió otra<br />

ermita de San Juan Bautista<br />

que fue cerrada al culto a<br />

finales del siglo XVIII por el<br />

mal estado en que se encontraba.<br />

MONSALUPE<br />

Ermita de las Angustias.<br />

el Burgo, este último fue arruinado<br />

por las inundaciones de<br />

1959 por lo que se construyó<br />

un nuevo barrio entre los dos<br />

primeros. La antigua iglesia parroquial<br />

está dedicada a la Virgen<br />

de la Asunción con título<br />

de Gandulle escribió Madoz, y<br />

se encuentra en el campo junto<br />

al cementerio alejada de los caseríos.<br />

Fue construida en el siglo<br />

XVI y tiene un importante<br />

valor monumental conforme Gómez-Moreno,<br />

segun queda descrito<br />

en la ruta trazada sobre su<br />

catálogo. Destaca el artesonado<br />

morisco de madera del coro<br />

y la sacristía, una torre campanario<br />

de gran porte y una amplia<br />

sacristía de piedra de Cardeñosa.<br />

La iglesia fue cerrada<br />

al culto después de las inundaciones,<br />

trasladandose sus altares<br />

barrocos, pinturas e imágenes<br />

a la iglesia moderna que se<br />

construyó en el nuevo barrio en<br />

1964.<br />

Los barrios de Las<br />

Berlanas cuentan con<br />

bien cuidadas ermitas,<br />

y éstas son la de<br />

la Concepción en La<br />

Aldehuela, que más<br />

parece una iglesia<br />

por su gran porte, y la<br />

dedicada a Nuestra<br />

Señora de las Angustias<br />

en el Burgo, con<br />

artesonado morisco<br />

Se halla cerca de Las Berlanas,<br />

continuando por la<br />

carretera que conduce al<br />

barrio de la Aldehuela en<br />

dirección sur y aguas arriba del<br />

arroyo Berlana. Poco antes de<br />

llegar, las cruces de piedra de<br />

un antiguo víacrucis llegan hasta<br />

la ermita de Nuestra Señora<br />

del Buen Suceso situada en un<br />

altozano, junto a la cual también<br />

se halla el cementerio. La<br />

ermita está construida en mampostería<br />

con piedras irregulares<br />

sin revoco, tiene una capilla<br />

mayor bien dispuesta y, al lado<br />

opuesto, una espadaña de ladrillo<br />

donde se aloja el campanil.<br />

La entrada está remarcada<br />

con molduras que intentan reproducir<br />

una portada señorial.<br />

En mitad del pueblo se levanta<br />

la iglesia parroquial de San<br />

Pedro Apostol construida en<br />

mampostería con espadañacampanerio<br />

y portada barroca<br />

de ladrillo con hornacina y arco<br />

de sillería granítica donde hay<br />

un reloj de sol labrado. Es de<br />

una sola nave con artesonado<br />

de madera, separandose por<br />

arcos de medio punto el presbi-<br />

Iglesia de Monsalupe.


212 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />

terio y dos capillas laterales, cuyos<br />

frentes se cubren con sencillos<br />

altares.<br />

GOTARRENDURA<br />

Iglesia de Gotarrendura.<br />

Pueblo teresiano, se encuentra<br />

retomando de nuevo la carretera<br />

y pasado Las Berlanas.<br />

La iglesia parroquial de San Miguel<br />

del siglo XVII destaca por<br />

su presbiterio imponente en<br />

buena armonía con la espadaña-campanario<br />

rematados ambos<br />

en ladrillo. En su construcción<br />

se emplearon materiales<br />

de la antigua casa palacio de<br />

los padres de Santa Teresa. La<br />

entrada tiene un pórtico de columnas,<br />

los muros son de canto<br />

rodado al descubierto, antiguamente<br />

revocados de blanco, rematados<br />

con sillería en las esquinas<br />

y en la parte que soporta<br />

la espadaña. En su interior la<br />

cubierta de artesonado de madera<br />

se apoya sobre<br />

columnas y arcos semicirculares<br />

que separan<br />

las naves. Rodean la<br />

iglesia grandes espacios<br />

abiertos, y el oeste<br />

enfrentada se levanta la<br />

ermita de Nuestra Señora<br />

de las Nieves con<br />

similar traza y menor<br />

escala que la parroquia,<br />

pero igual remate en ladrillo<br />

de la espadaña que aloja<br />

el campanil.<br />

Una vez visitados los pueblos<br />

de la margen derecha del Adaja<br />

podemos cruzar el río desde<br />

Gotarrendura en dirección Vega<br />

de Santa María, o bien en dirección<br />

Zorita de los Molinos desde<br />

Las Berlanas. En esta ocasión<br />

lo haremos por el primer<br />

itinerario citado.<br />

VEGA DE SANTA MARIA<br />

Está situado después de<br />

cruzar el río y pasar la dehesa<br />

de Navares en dirección<br />

oeste-este. Al llegar al<br />

pueblo enseguida encontramos<br />

presidiendo la plaza la<br />

ermita de Nuestra Señora<br />

de la Cruces del siglo XVIII,<br />

que hace de iglesia parroquial<br />

y de juego pelota,<br />

tiene una esbelta espadaña-campanario<br />

de ladrillo<br />

rematada con bolas graníti-<br />

cas que soporta un gran<br />

nido de cigüeña.<br />

Continuando por la carretera<br />

un rosario de cruces de piedra<br />

conduce hasta la iglesia de<br />

Nuestra Señora de la Asunción<br />

que ha sido bien descrita por<br />

Gómez-Moreno. Esta iglesia empezó<br />

a construirse hacia el siglo<br />

XIII, si bien la obra actual se terminó<br />

en el siglo XVI, destaca por<br />

su ábside semicilíndrico de ladrillos<br />

tendidos y a sardinel de<br />

estilo románico-mudéjar, su to-<br />

Iglesia de La Vega.


Blascosancho.<br />

RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 213<br />

rre de igual estilo, y su portada<br />

gótica. En el interior hay bóveda<br />

de cañón en el presbiterio y<br />

arco aputado en el ábside. La<br />

iglesia está cerrada al culto,<br />

pero el 15 de agosto recobra su<br />

esplendor con motivo de la festividad<br />

de la Virgen.<br />

VELAYOS<br />

lejos. La iglesia fue construida<br />

en el siglo XVII, como atestigua<br />

la labra en una piedra de sus<br />

muros, con buena sillería en<br />

contrafuertes, cornisas, portada<br />

y esquinas, con mampostería<br />

de cantos cogidos con mortero<br />

de cal y arena. La espadaña<br />

campanario de ladrillo es impresionante,<br />

abundando en ella<br />

los nidos de cigüeña. El interior,<br />

que contó con la intervención<br />

artística de Pedro de Salamanca,<br />

es de una sola nave con<br />

una bóveda que marca el presbiterio<br />

y dos capillas laterales.<br />

El retablo principal del siglo<br />

XVIII está dedicado a San Isidro.<br />

BLASCOSANCHO<br />

Iglesia de Velayos.<br />

Se sitúa a corta distancia de<br />

Vega de Santa María. A la entrada<br />

de la carretera que conduce<br />

al pueblo se encontraba la<br />

ermita de las Angustias, frente a<br />

un calvario de cruces graníticas.<br />

Esta pequeña ermita con<br />

buena portada formando un arco<br />

de piedra es la antesala del<br />

cementerio y actualmente su<br />

traza se observa en el edificio<br />

que se conserva en perfecto<br />

estado.<br />

Desde la antigua ermita el<br />

viajero que se dirige al pueblo<br />

enseguida comprueba la grandiosidad<br />

de la iglesia dedicada<br />

a San Isidro Labrador, cuya espadaña<br />

ya se divisaba desde<br />

Se encuentra cerca de Velayos<br />

por la carretera de Valladolid.<br />

El acceso al pueblo pasa<br />

junto al cementerio donde antes<br />

estaba la ermita de San Roque.<br />

En el centro de la localidad<br />

se situa la iglesia de San Boal<br />

con amplio patio cercado con<br />

pared de piedra, junto al palacio<br />

del duque de Montellano. El<br />

edificio tiene dos pórticos, una<br />

espadaña-campanario de ladrillo,<br />

y forma de cruz latina con<br />

una única nave. En el interior<br />

llama la atención el artesonado<br />

de la cubierta y el coro con bella<br />

decoración tallada del siglo<br />

XVI. El retablo principal del siglo<br />

XVIII está presidido por el santo<br />

patrón.


RUTA DE LAS IGLESIAS<br />

SANTO DOMINGO DE LAS<br />

POSADAS<br />

El siguiente pueblo de esta<br />

ruta, se situa retomando la carretera<br />

desde Blacosancho en<br />

dirección Avila y dejando de lado<br />

a Vega de Santa María y a<br />

Velayos. El único edificio religioso<br />

que se conserva es la<br />

iglesia parroquial dedicada a<br />

San Martín Obispo. En el edificio<br />

destaca el presbiterio de ladrillo<br />

y paños lisos de mortero,<br />

y la espadaña para dos campanas<br />

rematada en ladrillo sobre<br />

muro de mampostería que está<br />

situada al lado opuesto. Un porche<br />

sutentado en dos columnas<br />

de piedra identifica la entrada a<br />

la iglesia por una portada formada<br />

por un arco de ladrillo sobre<br />

pilares de piedra. El interior<br />

es una nave separada del presbiterio<br />

por un arco de piedra, al<br />

igual que ocurre en los muros<br />

laterales donde también hay<br />

trazados dos arcos. Tiene un<br />

artesonado de madera y un retablo<br />

mayor que preside el pequeño<br />

y acogedor templo.<br />

POZANCO<br />

Se sitúa al Oeste de Santo<br />

Domingo de las Posadas<br />

con el que se comunica mediante<br />

una carretera que allí<br />

termina. Aquí se contaba<br />

una ermita dedicada a la<br />

Santa Vera Cruz y una iglesia<br />

parroquial de san Juan<br />

Bautista. El edificio muestra<br />

diferenciadamente las distintas<br />

intervenciones habidas desde<br />

el siglo XVI, donde se combinan<br />

muros de sillería con otros<br />

de mampostería y ladrillo, destacando<br />

huecos y ventanas con<br />

arcos graníticos de medio punto<br />

y del semigótico. En el interior<br />

de la iglesia llaman la atención<br />

los numerosos retablos y<br />

la arquería y columnas de piedra<br />

que separa tres naves y la<br />

capilla mayor, aquí el artesonado<br />

es de madera. La monumentalidad<br />

de la iglesia hizo<br />

que Gómez-Moreno la incluyera<br />

en su catálogo.<br />

ZORITA DE LOS MOLINOS<br />

Se ve separado de Pozanco<br />

por el Adaja, por lo que puede<br />

seguirse su curso aguas arriba<br />

por el camino que sigue paralelo<br />

al río, o bien regresar por<br />

Santo Domingo de las Posadas<br />

en dirección a Mingorría, a cuya<br />

entrada sale el desvío hacia<br />

Zorita y Las Berlanas. El primer<br />

edificio que sorprende al viajero<br />

es la iglesia parroquial de<br />

San Miguel construida entre los<br />

siglos XVI y XVII.<br />

Es un edificio de<br />

mampostería, sillería<br />

en las esquinas,<br />

y una espadaña-campanario<br />

de ladrillo, destacando<br />

el ábside<br />

semicircular. Al sur<br />

hay un pórtico sobre<br />

dos columnas<br />

y al norte está adosado<br />

el cementerio.<br />

El interior tiene


RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS 215<br />

Iglesia de Zorita.<br />

dos naves separados con arcos<br />

y columnas de piedra, con<br />

retablos barrocos sin dorar, detrás<br />

de la capilla mayor hay una<br />

pintura mural del gótico tardío<br />

que representa a San Miguel<br />

Arcángel.<br />

Tres son las ermitas que se<br />

cuentan en Zorita. Una, la ermita<br />

de Vera Cruz o el Cristo de la<br />

Agonía, situada a las afueras<br />

junto al camino de Peñalba y la<br />

carretera de Las Berlanas, que<br />

es de reducidísima superficie.<br />

Otra puede contemplarse en el<br />

caserio del Chorrito donde el<br />

General Bermudez Reina mandó<br />

construir a Antonio Prieto en<br />

1892 una capilla-panteón para<br />

la finca que denominó «Villa Julia».<br />

Esta está edificada en ladrillo<br />

sobre zócalo de piedra con<br />

un extraordinario gusto que parece<br />

deberse al arquitecto Repullés.<br />

La última ermita se halla<br />

en la dehesa de la Aldehuela,<br />

junto al camino de Navares que<br />

sale de la carretera de Las Berlanas<br />

a unos kilómetros de Zorita.<br />

Esta ermita fue mandada<br />

construir en 1930 por Celedonio<br />

Sastre en honor de San Antonio<br />

Abad, San José y Santa<br />

Susana, realizada en ladrillo tiene<br />

una fachada almenada tipo<br />

fortaleza y ábside semicircular.<br />

cruzar de nuevo el río Adaja. La<br />

iglesia parroquial de San Pedro<br />

que preside la plaza fue construida<br />

a finales del siglo XVI sobre<br />

los restos de una iglesia primitiva.<br />

La construcción es de<br />

planta sencilla con tres naves<br />

separadas por tres grandes arcos<br />

de medio punto peraltados<br />

que descansan sobre esbeltas<br />

columnas de granito. Rebasada<br />

la nave central se halla el presbiterio<br />

con hermosa cúpula y<br />

techumbre interior de artesonado.<br />

El conjunto arquitectónico<br />

destaca por el empleo exclusivo<br />

de la piedra de mampostería<br />

en muros y de sillería en las esquinas,<br />

las cornisas, los contra-<br />

MINGORRIA<br />

Es el pueblo al que regresamos<br />

desde Zorita después de<br />

Iglesia de Mingorría.


216 RUTA DE LAS IGLESIAS Y ERMITAS<br />

fuertes y la torre-campanario<br />

que destaca por su armonía. El<br />

amplio patio situado al norte fue<br />

antiguo cementerio, y en él se<br />

ha encontrado una estela funeraria<br />

del siglo XIII. En el interior<br />

hay importantes retablos, pinturas<br />

y esculturas de los siglos<br />

XVII y XVIII, y órgano de tubos<br />

barroco situado en la tribuna.<br />

Mingorría tenía tres ermitas,<br />

de las que se conservan dos y<br />

una sóla abierta al culto. La ermita<br />

de San Sebastián, hoy desaparecida<br />

después de haberse<br />

reconvertido en palomar, se<br />

encontraba a la entrada del<br />

pueblo junto a la zona de «La<br />

Reguera». En los berrocales<br />

graníticos situados en la margen<br />

derecha de la carretera N-<br />

403 se halla la ermita del Cristo,<br />

de la que sólo se conservan los<br />

muros que cierran la planta rectangular<br />

del antiguo edificio. Al<br />

lado opuesto, en un cerro que<br />

se divisa al Oeste se levanta la<br />

ermita de la Virgen del Rosario,<br />

patrona de la localidad, junto al<br />

antiguo cementerio, lugar donde<br />

también se puede contemplar<br />

un prehistórico verraco de<br />

piedra.<br />

SAN ESTEBAN DE<br />

LOS PATOS<br />

Se sitúa al Este de Mingorría<br />

y se llega tomando la carretera<br />

que parte en dirección a la estación<br />

del ferrocarril. La perspectiva<br />

exterior desde el presbiterio<br />

ofrece una imagen grandiosa<br />

de la iglesia parroquial<br />

dedicada a Santo Tomás Apostol.<br />

Es un edificio de piedra de<br />

mampostería con sillares en las<br />

esquinas, mientras que la espadaña,<br />

las ventanas, las cornisas<br />

y el arco de la portada de entrada<br />

son de ladrillo. En su interior<br />

hay bellos retablos barrocos y<br />

artesonado de madera, conservandose<br />

la misma pila bautismal<br />

donde fue bautizado en<br />

1891 el beato padre Juan María<br />

de la Cruz.<br />

ESCALONILLA<br />

San Esteban de los Patos.<br />

Es un lugar de pocas viviendas<br />

que se dan a una calle principal.<br />

Se accede desde la carretera<br />

que va desde Los Patos<br />

a Tolbaños, y tiene una ermita<br />

que también es iglesia construida<br />

en tiempos modernos a mediados<br />

del siglo XX en honor de<br />

la Virgen de Lourdes, pues antes<br />

el lugar dependía de la iglesia<br />

de la Venta. El edificio es de<br />

buena piedra extraida de las<br />

canteras cercanas, con labra en<br />

cornisas, jambas, dinteles y espadañas.


217<br />

Es la cabecera de los pequeños<br />

pueblos de la zona, y se situa<br />

volviendo desde Escalonilla<br />

y retomando la dirección Este.<br />

Este pueblo tampoco te- nía<br />

iglesia, pues dependía de la<br />

Venta, hasta que en 1966 fue<br />

construida una nueva en honor<br />

de San José. Es un edificio de<br />

buena mampostería de piedra<br />

de las canteras cercanas, sin<br />

excesivas pretensiones monumentales<br />

y motivo suficiente de<br />

orgullo para los vecinos.<br />

En la dehesa de Aldealgordo<br />

se levanta una pequeña iglesia<br />

originaria del siglo XV. El<br />

edificio actual fue completamente<br />

reformado en el siglo XIX,<br />

conservando elementos escultóricos<br />

de seguidores de Berruguete.<br />

Cuenta con una capilla<br />

mayor con retablo y una pintura<br />

de la Virgen de Sonsoles.<br />

SAORNIL DE VOLTOYA<br />

La iglesia parroquial, dedicada<br />

a la Visitación de Nuestra<br />

Señora, está construida en uno<br />

de los cerros que rodean el pequeño<br />

caserío de la aldea. La<br />

sencillez del templo, con su<br />

gran torre-espadaña de ladrillo<br />

enseguida sobresale a la vista<br />

del viajero.<br />

TOLBAÑOS<br />

Iglesia de Tolbaños.<br />

LA VENTA DE SAN VICENTE<br />

Tiene una iglesia que es cabecera<br />

de todos los pueblos y<br />

caseríos de la zona, que también<br />

forman un único ayuntamiento<br />

donde se agrupan con<br />

Tolbaños los «barrios» de Escalonilla,<br />

Saornil, La Venta, La Alameda,<br />

Cortos y Gallegos. Por<br />

tal motivo la iglesia dedicada a<br />

San Vicente Mártir llama la atención<br />

por su grandiosidad cuando<br />

avistamos su espadañacampanario<br />

de piedra en medio<br />

del campo junto a un caserío<br />

arruinado. A la iglesia se accede<br />

por un amplio patio delantero<br />

colindante con el antiguo cementerio,<br />

y un porche de columnas<br />

que protege la entrada.<br />

En el interior hay bellos retablos<br />

barrocos, la cubierta artesonada<br />

se apoya en columnas de<br />

piedra, y la espaciosa capilla<br />

mayor queda separada por un<br />

arco de medio punto.


218<br />

BIBLIOGRAFIA<br />

La bibliografía que se reseña a continuación solamente se refiere a aquellos<br />

autores y publicaciones que ciertamente han sido citados o aportan información<br />

que ha servido de documentación para esta Guía. También podríamos referenciar<br />

otros muchos libros consultados, que bien pueden servir para ampliar datos y<br />

conocimientos sobre los temas tratados, pero ello excede, sin duda, del carácter<br />

divulgativo y limitado de esta obra.<br />

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Concluida esta obra, debemos expresar un especial agradecimiento a<br />

Teófilo Domínguez Sanchidrián «Lolo» (Mingorría, 1917-Avila, 1995), por su especial<br />

colaboración con la revista «Piedra Caballera».


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