MONSTRUOS EN EL CLOSET, OGROS BAJO LA CAMA - Gustavo Ott
MONSTRUOS EN EL CLOSET, OGROS BAJO LA CAMA - Gustavo Ott
MONSTRUOS EN EL CLOSET, OGROS BAJO LA CAMA - Gustavo Ott
- No tags were found...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
“Monstruos en el closet….” ©<strong>Gustavo</strong> <strong>Ott</strong>, www.gustavoott.com.ar -7-<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
¿Guerra ¿con quién<br />
¡Yo qué sé!<br />
¿Cómo ves la situación allá arriba<br />
Esto es una hoguera. La gente que está en los otros pisos se han ido hasta<br />
el techo.<br />
¿Y quién coño les dijo que se fueran para allá<br />
No lo sé, pero a la azotea van. Quizás puedan ser rescatados por<br />
helicóptero.<br />
Hay que bajarlos, hay que bajarlos. No hay helicóptero que pueda<br />
rescatarlos dentro de esta humareda.<br />
¿Y la gente de la otra torre<br />
Que se queden allí…Que vuelvan a trabajar…A ellos no les pasa<br />
nada…No hay razón para salir de ahí.<br />
(MÚSICA. IMAG<strong>EN</strong> DE <strong>LA</strong> TORRE NORTE <strong>EN</strong> L<strong>LA</strong>MAS.<br />
NORTE Y SUR VU<strong>EL</strong>V<strong>EN</strong> A SU SITIO SOBRE <strong>LA</strong>S SIL<strong>LA</strong>S)<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
SUR:<br />
NORTE:<br />
Aún con mi herida en el pecho, me mantuve firme. Es que ellos me<br />
daban el valor, me transferían su fuerza. Así me quedé parada,<br />
resistiendo el dolor en el pecho ya no por mí, que igual, una no vale<br />
nada, sino por los que estaban en los pisos más altos y creyeron que ese<br />
martes era el día de los milagros. Porque les oía cómo se repetían que no<br />
podían morir así, ni a esa hora ni en ese lugar; que no podían dejar sus<br />
planes hasta ese momento; que no era esa la manera de despedirse de los<br />
que les esperaban en casa; que de esta saldrían con bien.<br />
Pero yo te sentía temblar<br />
Quemada por dentro<br />
Destrozada en tus vísceras.<br />
Y aún resistía. Es que eran veinte o treinta las vidas que por minuto se<br />
salvaban mientras yo me aguantaba, como si a mí esas cosas no me<br />
derrumban, estas embestidas no me deshacen, este delirio no me<br />
desvanece.