23.01.2015 Views

democracia - Ediciones Universitarias

democracia - Ediciones Universitarias

democracia - Ediciones Universitarias

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El proceso electoral puede servir para<br />

que afloren los diferentes diagnósticos y las<br />

propuestas de los partidos y candidatos<br />

o para inundar el espacio de frases huecas<br />

y recursos mercadotécnicos que sólo<br />

tienden a adelgazar el significado de<br />

las elecciones.<br />

Las elecciones federales serán concurrentes con elecciones locales<br />

en diez u once estados en los que se elegirán gobernadores (no en<br />

todos), congreso y ayuntamientos. De tal suerte que buena parte del<br />

mapa de la representación política en el país estará en juego. Sobre<br />

todo si se toma en cuenta la muy desigual inserción social de algunos<br />

de nuestros partidos. No obstante, en todos los casos, dados los<br />

cambiantes humores públicos, pueden darse sorpresas. Los tiempos<br />

de los nacidos para ganar y los condenados a perder han quedado<br />

(venturosamente) atrás.<br />

Contamos además con un sistema electoral sofisticado, cargado de<br />

candados de seguridad, pero que ofrece grados importantes de certidumbre<br />

en relación a la limpieza de la contienda. El padrón electoral,<br />

piedra fundadora de cualquier elección, es auditado de manera permanente<br />

por 333 comisiones de vigilancia en las que participan representantes<br />

de los partidos, además de que un comité técnico integrado por<br />

especialistas de diferentes disciplinas realiza un seguimiento del mismo.<br />

Aquellas jornadas en las que se especulaba que el padrón estaba plagado<br />

de “fantasmas” (personas inexistentes que abultaban el listado y que mágicamente<br />

votaban) y además “rasurado” (ciudadanos realmente existentes<br />

a los que se suprimía de manera ilegal), son parte de la historia.<br />

Las mesas directivas de casilla serán integradas por ciudadanos<br />

sorteados y capacitados que recibirán y contarán el voto de sus vecinos.<br />

Junto a ellos estarán representantes de los partidos, encargados<br />

de vigilar que la jornada transcurra de manera limpia.<br />

En la noche a través del Programa de Resultados Preliminares<br />

(PREP) cualquiera podrá observar desde su hogar, al mismo tiempo<br />

que las autoridades y los representantes de los partidos, la manera en<br />

que se van agregando los resultados electorales. Se les podrá consultar<br />

a nivel nacional, por estado, por distrito, por circunscripción, y<br />

quien quiera, incluso casilla por casilla. Los tiempos en que se abría<br />

un espacio de especulación antes de contar con cifras oficiales es un<br />

asunto del pasado.<br />

Enumerar los candados de seguridad de las elecciones mexicanas<br />

puede resultar tedioso. Pero vale la pena recordar que todos y cada<br />

uno de los eslabones del proceso (desde el registro de candidatos<br />

hasta el cómputo de los votos, pasando por el diseño y confección<br />

de las boletas, la infraestructura de las casillas o el sorteo de las letras<br />

para insacular a los funcionarios de casilla) se hacen bajo la estricta<br />

vigilancia de los representantes de todos los partidos.<br />

La preocupación fundamental es sobre la calidad de la contienda.<br />

El proceso electoral puede servir para que afloren los diferentes<br />

diagnósticos y las propuestas de los partidos y candidatos o para<br />

inundar el espacio de frases huecas y recursos mercadotécnicos que<br />

sólo tienden a adelgazar el significado de las elecciones. Si sucede<br />

lo primero, las elecciones pueden resultar pedagógicas, formativas; si<br />

pasa lo segundo, una nueva nebulosa de jingles y sonrisas, de ataques<br />

y ocurrencias se apoderará del espacio público. Lo más probable,<br />

sin embargo, es que se dé una combinación de ambas posibilidades.<br />

El papel de los medios será crucial. Si actúan de manera objetiva,<br />

profesional y equitativa, se creará un clima propicio para la<br />

convivencia y la competencia. Por el contrario, si su actuar resulta<br />

faccioso, el ambiente puede nublarse y los ánimos volverse agrios.<br />

Quienes piensan que desde ahora puede darse como ganador a<br />

un pre-candidato (creo) se equivocan. En reiteradas ocasiones hemos<br />

observado cómo las intenciones del voto cambian a lo largo<br />

de las campañas, que precisamente están diseñadas para ello. Bastaría<br />

recordar que si las elecciones del año 2000 se hubiesen celebrado en<br />

febrero, el ganador (según las encuestas) hubiera sido Francisco Labastida;<br />

y si las del 2006 hubieran sucedido en marzo, el triunfador<br />

hubiera sido Andrés Manuel López Obrador.<br />

No habrá —creo— ningún ganador absoluto ni perdedores totales,<br />

sino más bien un reequilibrio de las fuerzas. Por supuesto que<br />

la organización política que gane la presidencia se proclamará como<br />

vencedora con toda justicia, pero es muy probable (subrayo probable,<br />

porque siempre pueden darse sorpresas), que sus votos no le alcancen<br />

para ostentar mayorías absolutas en las dos Cámaras del Congreso,<br />

lo cual generará un escenario similar al que el país viene viviendo<br />

desde 1997. Es decir, una conformación del Legislativo que<br />

obliga, como ya se apuntó, al diálogo, la negociación y el acuerdo.<br />

Pero más allá de ganadores y perdedores (siempre coyunturales),<br />

lo más importante es que se siga asentando entre nosotros la convicción<br />

de que un país complejo, masivo y contradictorio como México<br />

no puede ni debe caber bajo el manto de un solo ideario, una<br />

sola sensibilidad, una sola política, una sola organización. Nuestro<br />

país es plural y ningún exorcismo logrará unificar lo que por definición<br />

es diverso. Ese reconocimiento es el que nos obliga a construir<br />

y fortalecer un escenario en el cual la pluralidad de pulsiones que<br />

viven y conviven en el país, pueda expresarse, recrearse y competir<br />

de manera civilizada y sin violencia. Esa es la promesa profunda de<br />

los sistemas democráticos.<br />

6 IBERO

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!