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democracia - Ediciones Universitarias

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LÍDER IBERO<br />

Yo siempre he mirado el<br />

periodismo como una forma de<br />

repartir el conocimiento, de darle<br />

a la sociedad lo que necesita<br />

para entender lo que sucede.<br />

Yo pertenecí a la cuarta generación. Todavía era una generación<br />

muy pequeña, de unos cuarenta o cuarenta y cinco alumnos.<br />

La primera había sido sólo de catorce, y había arrancado en<br />

la calle de Zaragoza, en Coyoacán, con Sánchez Villaseñor. Sánchez<br />

Villaseñor tenía una idea bastante romántica aunque también<br />

muy práctica de la escuela. Quería formar un humanista, un<br />

hombre con el conocimiento profundo e intelectual de su tiempo<br />

y con los instrumentos también de su época, para difundir un<br />

buen mensaje. Pero la verdad es que a esas primeras generaciones<br />

de la carrera entramos puros despistados. Íbamos cayendo allá<br />

porque no teníamos claro qué cosa queríamos hacer. Eran tan<br />

diversas las materias, al igual que las posibilidades profesionales,<br />

que todo esto le quedaba muy bien a nuestro desconcierto.<br />

De la primera generación recuerdo ahora, y de toda la vida,<br />

a José María Pérez Gay; también a Eduardo Maldonado, un cineasta<br />

documentalista muy notable, y a Yolanda Lazo. De la segunda<br />

generación, los primeros que vienen a mi memoria son<br />

dos amigos míos de toda la vida: Luis Linares Zapata y Alberto<br />

Ulloa. De la tercera recuerdo a Paco Prieto, a Francisco Rodríguez<br />

Ezeta y a María Angélica Luna Parra. Y de mi generación<br />

a varios amigos que conservo a la fecha, como Sergio González<br />

Romero y Ernesto García Cabral, entre otros, algunos de los<br />

cuales fueron mis compañeros desde el Instituto Patria. La Ibero<br />

era, realmente, como una pequeña familia extensa.<br />

¿Siempre te sentiste a gusto con la educación jesuita<br />

En ese entonces, quizá lo que echábamos de menos en la Ibe-<br />

30 IBERO<br />

ro era un poco el tema deportivo y un<br />

poco también la mayor libertad que teníamos,<br />

desde el punto de vista personal<br />

y religioso, en el Patria. La Ibero tenía entonces<br />

un toque confesional: se rezaba el<br />

ángelus en las tardes, y los curas vigilaban<br />

con cierto celo las relaciones amorosas de<br />

los alumnos, eran un poco dirigistas con<br />

nuestra vida personal, a fin de corregir las<br />

conductas que consideraban desviantes.<br />

Además, una buena parte de ellos tenía<br />

la convicción, razonable, de que yo estaba<br />

completamente loco, que era un personaje<br />

desviante y un poco anárquico, y lo<br />

era en realidad, porque a pesar de ser un<br />

hijo de las escuelas jesuitas, nunca tuve<br />

una disciplina religiosa, una profesión de<br />

fe o ciertas conductas vinculadas a la ética<br />

del rito católico. Siempre fui bastante<br />

agnóstico y anárquico. Entonces, tuve algunos<br />

problemas con los curas, especialmente<br />

con una pequeña plaga que llegó<br />

de España: unos curas franquistas bastante<br />

conservadores y entrometidos. Pero la<br />

verdad es que yo recuerdo mi paso por la<br />

Ibero, y por la educación jesuita en general,<br />

con gran gusto, como en medio de un<br />

cierto resplandor.<br />

¿Qué opinión tienes hoy de la<br />

Ibero<br />

La Ibero en la que yo estudié estaba en<br />

una fase experimental; era una universidad que estaba empezando<br />

a ofrecer sus cursos y que tenía muy pocas carreras. Estaba<br />

en su fase de construcción. La Iberoamericana de hoy es una<br />

universidad muy consolidada, muy profesional y nada confesional.<br />

Y cuando digo profesional me refiero a que la mayor parte<br />

de las autoridades que nosotros teníamos, sino es que todas, eran<br />

sacerdotes. Los principales maestros eran sacerdotes, y aunque<br />

había externos muy importantes (por ejemplo Vicente Leñero,<br />

que fue nuestro maestro de periodismo, siendo él muy joven), la<br />

verdad es que todo tenía un toque de pedagogía sacerdotal, en<br />

un contexto jesuita absolutamente religioso.<br />

Pero ahora lo que tenemos es una universidad donde las autoridades<br />

mayores pueden ser miembros de una Compañía mucho<br />

más liberal, cercana al mundo; una universidad meritocrática,<br />

con enorme cantidad de laicos y civiles conduciéndola. Sobre<br />

todo, una universidad muy progresista; a veces incluso ingenuamente<br />

progresista, como queriendo pagar todavía alguna aduana<br />

por ser una universidad privada, a fin de no ser tachada como<br />

una universidad conservadora o burguesa. Pero tanto por la calidad<br />

de la enseñanza como por las instalaciones y la cantidad<br />

de las carreras, la Ibero es hoy una de las mejores universidades.<br />

A partir de tu formación profesional, ¿cómo entiendes el<br />

periodismo<br />

Yo siempre he mirado el periodismo como una forma de repartir<br />

el conocimiento, de darle a la sociedad lo que necesita<br />

para entender lo que sucede. No lo he visto como un negocio

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