democracia - Ediciones Universitarias
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12<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA ›transitar a la <strong>democracia</strong> Año II Febrero-marzo DE 2011<br />
Año II Número 12 Febrero - marzo de 2011<br />
2 o<br />
aniversario<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
Líder Ibero<br />
Héctor Aguilar<br />
Camín:<br />
México es un<br />
país fracturado<br />
por sus<br />
desigualdades<br />
transitar a la<br />
<strong>democracia</strong><br />
PORTE PAGADO<br />
PP15-5159<br />
(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)<br />
AUTORIZADO POR SEPOMEX<br />
Miguel Ángel<br />
Granados<br />
Chapa<br />
Carlos Lomas<br />
Carlos Lugo<br />
Galera<br />
Tomás<br />
Segovia<br />
Helena Varela<br />
José<br />
Woldenberg<br />
Inéditos<br />
de Óscar<br />
Oliva y<br />
Jorge Volpi<br />
Marco Antonio Campos<br />
El viajero ilustrado en Morelia<br />
Élmer Mendoza Literatura,<br />
violencia y narcotráfico<br />
Rogelio Naranjo y Rius<br />
¡Basta de sangre!: ¿Alguien<br />
dijo <strong>democracia</strong>
Índice<br />
Transitar a la <strong>democracia</strong><br />
3 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector<br />
4 José Woldenberg. Hacia el 2012<br />
6 Miguel Ángel Granados Chapa. Democracia y crimen organizado<br />
8 Helena Varela. ¿De qué hablamos cuando hablamos de <strong>democracia</strong><br />
14 Carlos Lugo Galera. Democracia y participación ciudadana<br />
16 Tomás Segovia. Justicia y <strong>democracia</strong><br />
20 Rogelio Naranjo y Eduardo del Río, Rius. Mirador. ¡Basta de sangre! ¿Alguien<br />
dijo <strong>democracia</strong><br />
24 Carlos Lomas. Tiempo de olvidos, tiempo de memoria<br />
18 Juan Domingo Argüelles. Líder Ibero. México es un país fracturado por sus<br />
desigualdades. Entrevista con Héctor Aguilar Camín<br />
24 18<br />
42<br />
50<br />
52<br />
Actualidad, ciencia, tecnología, cultura y<br />
entretenimiento<br />
34 Óscar Oliva. La llama inextinguible. Un poema inédito<br />
36 Jorge Volpi. Trivium/ensayo literario. Lectores camaleón<br />
y novelas espejo<br />
42 Juan Domingo Argüelles. Trivium/diálogo. Literatura,<br />
violencia y narcotráfico. Entrevista con Élmer Mendoza<br />
44 Osvelia Ramírez y Pedro Rendón López. Gente que<br />
cambia al mundo. Los alumnos de la Ibero ante las<br />
elecciones<br />
45 Agenda Ibero<br />
46 Marco Antonio Campos. El viajero ilustrado. Palomas<br />
para las plazas<br />
48 La voz del libro / el eco de la lectura. Qué leer y por qué<br />
50 Beatriz Palacios. Música para camaleones. Qué escuchar<br />
y por qué<br />
52 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué<br />
54 Abenamar Sánchez Pablo Actualidad Ibero. Campaña de<br />
Procuración de Fondos para construir la sede de Prepa Ibero<br />
56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que<br />
facilitan la vida<br />
DIRECTORIO<br />
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
CIUDAD DE MÉXICO<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />
Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />
Académico<br />
IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />
IBEROAMERICANA<br />
Consejo editorial Víctor Gavito, Miguel Ángel<br />
Granados Chapa, Alan Huber Schowiecky,<br />
Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />
María Nieves Noriega de Autrey,<br />
Gonzalo Olivares Velázquez, Eugenio Páramo<br />
Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />
Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />
José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />
Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />
Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />
Helena Varela, Gabriela Warkentin<br />
Director Carlos Deveaux Homs<br />
Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />
Asistente editorial Beatriz Palacios<br />
Administración Áurea Maristany<br />
Información Angélica Cortés, Paola García<br />
Alarcón, Francelia Vargas<br />
Redacción Osvelia ramírez, Pedro Rendón,<br />
Abenamar Sánchez<br />
revistaibero@uia.mx<br />
(55) 5950-4197<br />
Consulta la versión electrónica en:<br />
www.uia.mx/revistaibero/<br />
GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.<br />
Socios directores Elías González Rogel,<br />
Ricardo Rubio Martínez<br />
Editora Gráfica Albelia Gamboa y Vázquez<br />
Ventas Jorge Hernández Ambriz<br />
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Revista Ibero<br />
, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />
de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />
Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número<br />
de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio<br />
de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Imprenta:<br />
Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. Allende No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte<br />
pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el<br />
criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio<br />
o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año II, número 12, febrero-marzo de 2011.<br />
Fotografía de portada: Héctor Aguilar Camín. Fotografía de Rogelio Cuéllar. ISSN en trámite.
Carta del Rector<br />
Al llegar a su segundo aniversario, la Revista de la<br />
Universidad Iberoamericana se consolida como un medio<br />
plural y abierto al aporte de quienes, con el pensamiento<br />
y la acción, contribuyen a la construcción de un<br />
mejor país.<br />
Para celebrar estos dos años, hemos querido dedicar las páginas<br />
de esta entrega al tema de la <strong>democracia</strong>, esencial para entender<br />
el actual contexto.<br />
Desde el punto de vista económico y político, vivimos circunstancias<br />
muy difíciles, singularizadas por la violencia endémica<br />
que ha venido a complicarlas, al poner en entredicho la eficacia y,<br />
en muchos casos, la integridad de las instituciones democráticas.<br />
El incierto avance en el logro de una convivencia más armónica<br />
y serena, ha sembrado en la ciudadanía escepticismo y desaliento.<br />
Ante esta situación, es pertinente preguntarse si vivimos en<br />
una <strong>democracia</strong> real o si seguimos aspirando a ella y, en este caso,<br />
si estamos dando los pasos necesarios para alcanzarla. Por tanto, es<br />
necesario reflexionar acerca del tipo de <strong>democracia</strong> que es posible<br />
construir hoy en México, cuál debe ser el aporte de los partidos<br />
políticos, de las instituciones sociales, de las universidades, y,<br />
sobre todo, el de los ciudadanos, en este momento todavía de<br />
arranque o de transición a la <strong>democracia</strong>.<br />
Para la Ibero queda claro que la participación ciudadana no<br />
puede reducirse al voto, que es preciso que todos contribuyamos<br />
crítica y constructivamente para hacer de México el país que<br />
todos deseamos.<br />
Hemos pedido a un grupo de especialistas que, desde su análisis<br />
y visión del momento actual, nos ayuden a perfilar el carácter<br />
de esta contribución. A ellos, y a las decenas de colaboradores<br />
que han hecho posibles estos primeros dos años de IBERO, les<br />
damos las gracias por su responsable ejercicio ciudadano en aras<br />
de un México mejor.<br />
La verdad nos hará libres<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
Rector<br />
Ibero 3
TRANSITAR A LA DEMOCRACIA/examen<br />
Hacia<br />
el<br />
Foto: Corbis.<br />
4 IBERO
José Woldenberg<br />
Licenciado en Sociología, maestro en Estudios Latinoamericanos y doctor en Ciencias Políticas<br />
por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue consejero ciudadano y<br />
consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE). Ha sido director de la revista Nexos<br />
y colaborador en múltiples publicaciones nacionales y extranjeras. En 2004 recibió el Premio<br />
Nacional de Periodismo. Es autor de varios libros de investigación y reflexión políticas, entre<br />
ellos La construcción de la <strong>democracia</strong> (Plaza y Janés, 2003) y Después de la transición:<br />
Gobernabilidad, espacio público y derechos (Cal y Arena, 2006)<br />
Las elecciones son<br />
sólo la punta de un<br />
iceberg civilizatorio que<br />
permite la convivencia<br />
y competencia de la<br />
pluralidad política que<br />
cruza a un país.<br />
Lo primero que hay que decir es que tendremos auténticas<br />
elecciones. Partidos políticos fuertes, con arraigo y recursos,<br />
se disputarán la voluntad de los votantes. Esto que parece una<br />
obviedad no lo es, porque hasta hace muy poco tiempo, nuestros<br />
comicios eran rituales que se cumplían con puntualidad pero en<br />
los cuales los ganadores y los perdedores estaban predeterminados.<br />
Y hay que recordar que las elecciones son sólo la punta de un<br />
iceberg civilizatorio que permite la convivencia y competencia de<br />
la pluralidad política que cruza a un país. Son la expresión más<br />
decantada de los sistemas democráticos y puede afirmarse que de<br />
sus cualidades depende que un régimen de gobierno pueda o no<br />
ostentarse como tal. Sobra decir que en los regímenes autoritarios,<br />
dictatoriales o totalitarios las elecciones —si es que existen— no<br />
son competitivas, porque se supone que una sola fuerza política es<br />
la que encarna todos los valores positivos, mientras las otras no son<br />
sino la encarnación del “mal”. En nuestro caso, luego de una espiral<br />
de conflictos y reformas, fuimos capaces de construir un escenario<br />
para la confrontación pacífica e institucional de la pluralidad que se<br />
asienta en México.<br />
Se trata de elecciones federales generales, es decir, contiendas en<br />
las que no estará en juego sólo la presidencia de la República sino<br />
también la composición de las dos Cámaras del Congreso. Estas<br />
últimas han venido adquiriendo una centralidad que hace apenas<br />
quince años resultaba impensable (para muchos). Desde 1997 en la<br />
Cámara de Diputados ningún partido ha logrado alcanzar la mayoría<br />
absoluta de los escaños y desde el 2000 ninguna fuerza política en<br />
singular ha logrado esa misma mayoría en el Senado. De tal suerte<br />
que a partir de entonces los mexicanos nos hemos venido acostumbrando<br />
a que cualquier iniciativa requiera de diálogo, negociación<br />
y acuerdo si es que se desea que prospere en el circuito legislativo.<br />
2012Ibero 5
El proceso electoral puede servir para<br />
que afloren los diferentes diagnósticos y las<br />
propuestas de los partidos y candidatos<br />
o para inundar el espacio de frases huecas<br />
y recursos mercadotécnicos que sólo<br />
tienden a adelgazar el significado de<br />
las elecciones.<br />
Las elecciones federales serán concurrentes con elecciones locales<br />
en diez u once estados en los que se elegirán gobernadores (no en<br />
todos), congreso y ayuntamientos. De tal suerte que buena parte del<br />
mapa de la representación política en el país estará en juego. Sobre<br />
todo si se toma en cuenta la muy desigual inserción social de algunos<br />
de nuestros partidos. No obstante, en todos los casos, dados los<br />
cambiantes humores públicos, pueden darse sorpresas. Los tiempos<br />
de los nacidos para ganar y los condenados a perder han quedado<br />
(venturosamente) atrás.<br />
Contamos además con un sistema electoral sofisticado, cargado de<br />
candados de seguridad, pero que ofrece grados importantes de certidumbre<br />
en relación a la limpieza de la contienda. El padrón electoral,<br />
piedra fundadora de cualquier elección, es auditado de manera permanente<br />
por 333 comisiones de vigilancia en las que participan representantes<br />
de los partidos, además de que un comité técnico integrado por<br />
especialistas de diferentes disciplinas realiza un seguimiento del mismo.<br />
Aquellas jornadas en las que se especulaba que el padrón estaba plagado<br />
de “fantasmas” (personas inexistentes que abultaban el listado y que mágicamente<br />
votaban) y además “rasurado” (ciudadanos realmente existentes<br />
a los que se suprimía de manera ilegal), son parte de la historia.<br />
Las mesas directivas de casilla serán integradas por ciudadanos<br />
sorteados y capacitados que recibirán y contarán el voto de sus vecinos.<br />
Junto a ellos estarán representantes de los partidos, encargados<br />
de vigilar que la jornada transcurra de manera limpia.<br />
En la noche a través del Programa de Resultados Preliminares<br />
(PREP) cualquiera podrá observar desde su hogar, al mismo tiempo<br />
que las autoridades y los representantes de los partidos, la manera en<br />
que se van agregando los resultados electorales. Se les podrá consultar<br />
a nivel nacional, por estado, por distrito, por circunscripción, y<br />
quien quiera, incluso casilla por casilla. Los tiempos en que se abría<br />
un espacio de especulación antes de contar con cifras oficiales es un<br />
asunto del pasado.<br />
Enumerar los candados de seguridad de las elecciones mexicanas<br />
puede resultar tedioso. Pero vale la pena recordar que todos y cada<br />
uno de los eslabones del proceso (desde el registro de candidatos<br />
hasta el cómputo de los votos, pasando por el diseño y confección<br />
de las boletas, la infraestructura de las casillas o el sorteo de las letras<br />
para insacular a los funcionarios de casilla) se hacen bajo la estricta<br />
vigilancia de los representantes de todos los partidos.<br />
La preocupación fundamental es sobre la calidad de la contienda.<br />
El proceso electoral puede servir para que afloren los diferentes<br />
diagnósticos y las propuestas de los partidos y candidatos o para<br />
inundar el espacio de frases huecas y recursos mercadotécnicos que<br />
sólo tienden a adelgazar el significado de las elecciones. Si sucede<br />
lo primero, las elecciones pueden resultar pedagógicas, formativas; si<br />
pasa lo segundo, una nueva nebulosa de jingles y sonrisas, de ataques<br />
y ocurrencias se apoderará del espacio público. Lo más probable,<br />
sin embargo, es que se dé una combinación de ambas posibilidades.<br />
El papel de los medios será crucial. Si actúan de manera objetiva,<br />
profesional y equitativa, se creará un clima propicio para la<br />
convivencia y la competencia. Por el contrario, si su actuar resulta<br />
faccioso, el ambiente puede nublarse y los ánimos volverse agrios.<br />
Quienes piensan que desde ahora puede darse como ganador a<br />
un pre-candidato (creo) se equivocan. En reiteradas ocasiones hemos<br />
observado cómo las intenciones del voto cambian a lo largo<br />
de las campañas, que precisamente están diseñadas para ello. Bastaría<br />
recordar que si las elecciones del año 2000 se hubiesen celebrado en<br />
febrero, el ganador (según las encuestas) hubiera sido Francisco Labastida;<br />
y si las del 2006 hubieran sucedido en marzo, el triunfador<br />
hubiera sido Andrés Manuel López Obrador.<br />
No habrá —creo— ningún ganador absoluto ni perdedores totales,<br />
sino más bien un reequilibrio de las fuerzas. Por supuesto que<br />
la organización política que gane la presidencia se proclamará como<br />
vencedora con toda justicia, pero es muy probable (subrayo probable,<br />
porque siempre pueden darse sorpresas), que sus votos no le alcancen<br />
para ostentar mayorías absolutas en las dos Cámaras del Congreso,<br />
lo cual generará un escenario similar al que el país viene viviendo<br />
desde 1997. Es decir, una conformación del Legislativo que<br />
obliga, como ya se apuntó, al diálogo, la negociación y el acuerdo.<br />
Pero más allá de ganadores y perdedores (siempre coyunturales),<br />
lo más importante es que se siga asentando entre nosotros la convicción<br />
de que un país complejo, masivo y contradictorio como México<br />
no puede ni debe caber bajo el manto de un solo ideario, una<br />
sola sensibilidad, una sola política, una sola organización. Nuestro<br />
país es plural y ningún exorcismo logrará unificar lo que por definición<br />
es diverso. Ese reconocimiento es el que nos obliga a construir<br />
y fortalecer un escenario en el cual la pluralidad de pulsiones que<br />
viven y conviven en el país, pueda expresarse, recrearse y competir<br />
de manera civilizada y sin violencia. Esa es la promesa profunda de<br />
los sistemas democráticos.<br />
6 IBERO
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
Democracia<br />
y crimen<br />
organizado<br />
Miguel Ángel Granados Chapa<br />
Licenciado en Periodismo y Derecho por la UNAM, y doctor en<br />
Historia por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. En su<br />
larga trayectoria periodística, ha sido director del semanario Proceso<br />
y del diario La Jornada, así como director general de la revista Mira.<br />
Fue consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral. Ha recibido<br />
en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo, y en 2008<br />
el Senado de la República lo distinguió con la Medalla Belisario<br />
Domínguez, por su lucha constante en pro de la libertad de expresión<br />
y la justicia en México. Doctor Honoris Causa por la Universidad<br />
Autónoma Metropolitana y miembro de la Academia Mexicana<br />
de la Lengua. Es columnista de Proceso y del diario Reforma<br />
y conductor del programa Interés Público en Radio Universidad<br />
(UNAM). Entre otros libros ha publicado Votar, ¿para qué<br />
Manual de elecciones (1985), ¡Escuche, Carlos Salinas! (1996),<br />
Fox & Co. Biografía no autorizada (2000) y Los periodistas no<br />
deben ser socios de los políticos (El Financiero, 2010)<br />
No hay sociedad —con algunas contadas excepciones,<br />
posibles por su condición marginal en la economía<br />
globalizada—, sea democrática o esté sometida a un<br />
régimen autoritario, que no padezca la presencia del<br />
crimen organizado. Sus dimensiones pueden ser mayores o menores,<br />
su persistencia puede deberse a lenidad o incapacidad gubernamental,<br />
o a la propia complexión de la delincuencia. Pero se<br />
trata de una presencia, una condena inexorable. El crimen organizado<br />
es una realidad derivada de problemas ancestrales (la codicia<br />
como antivalor perenne) y de modalidades nuevas, asociadas a<br />
la trasnacionalización de la economía y de las relaciones sociales.<br />
8 IBERO<br />
La <strong>democracia</strong> y el crimen organizado se repelen, son realidades<br />
antagónicas. Por eso se traban en lucha permanente. Entendida<br />
como sistema de relaciones humanas y no sólo como mecanismo<br />
de integración del gobierno y la representación política, la<br />
<strong>democracia</strong> es el clima menos favorable al crimen organizado. Al<br />
contrario, las deficiencias de la <strong>democracia</strong> pueden ser caldo de<br />
cultivo de la delincuencia, la común y la que opera a través de<br />
bandas integradas como empresas. En México la desigualdad de<br />
oportunidades, cuyo contrario es uno de los componentes de la<br />
<strong>democracia</strong>, alimenta a la delincuencia organizada. Generaciones<br />
enteras carentes de trabajo bien remunerado no encuentran<br />
salidas más que la de emigrar a Estados Unidos o la de insertarse<br />
en las mafias criminales. Es notorio el abatimiento de la edad<br />
entre las víctimas y los verdugos de la guerra que libran entre sí<br />
las bandas, o la que ha lanzado el gobierno contra esas organizaciones:<br />
cada vez son más jóvenes los protagonistas de la inmensa<br />
tragedia nacional, cuyos contornos crecen en la medida en que<br />
disminuye el acceso de la juventud al empleo o al bachillerato y<br />
la educación superior.<br />
Ese déficit de la <strong>democracia</strong> se completa con el que ha hecho<br />
perder a la sociedad confianza en las costumbres institucionales.<br />
Suponemos que es fácil resolver el dilema de buscar acceso a las<br />
bandas criminales o no hacerlo. En una sociedad sólidamente<br />
democrática impera el respeto a la legalidad y a las instituciones<br />
que la proveen y la practican. En nuestro país, en cambio, ha<br />
cundido una cultura de la ilegalidad que propone formas de<br />
comportamiento ajenas al régimen jurídico pero que en apariencia<br />
no constituyen delitos.<br />
El que no transa no avanza, es decir, la condena a la mediocridad<br />
de quienes buscan atenerse a los términos de la ley en su<br />
conducta cotidiana, es una fórmula que resume este desprecio al
estado de derecho, vulnerado cotidianamente por amplias capas<br />
de la sociedad y extensas porciones del aparato gubernamental.<br />
Sin respeto a la ley y a los poderes encargados de hacerla valer no<br />
hay <strong>democracia</strong>, y por lo tanto se generan condiciones propicias<br />
a la criminalidad.<br />
Para prosperar, la delincuencia organizada requiere vulnerar<br />
las instituciones, acrecentar el desdén hacia las formas legales<br />
de vida. Citemos como ejemplo la piratería. En esa actividad<br />
ilegal se percibe con claridad esta circunstancia. Sin necesidad<br />
de desarrollar expresamente un discurso en su provecho, la fabricación<br />
y difusión de bienes que usurpan la propiedad industrial<br />
descansa en el ánimo social cada vez más extendido de que no<br />
hay intereses directamente afectados con el comercio de artículos<br />
que imitan a los que circulan en la economía formal, o que,<br />
si los hay, su dimensión es tal que es imperceptible el daño o el<br />
perjuicio que se les infiere.<br />
Los no pocos propagandistas de la piratería hacen ver que la<br />
diferencia de precio de un disco producido ilegalmente y el que<br />
corresponde a uno protegido por el régimen de propiedad industrial<br />
es tan ancho que revela un abuso ante el cual es lícito<br />
que los consumidores y usuarios se defiendan. No estarían dispuestos<br />
a escuchar, o no le concederían<br />
credibilidad, el alegato sobre la estructura<br />
de costos de lo producido conforme a la<br />
ley, que se refleja en el precio.<br />
Todas las actividades de la delincuencia<br />
internacional, como esta que proponemos<br />
a título de ejemplo, son deleznables y deben<br />
ser evitadas y combatidas. Pero hay algunas<br />
de mayor peligrosidad social, porque<br />
es más amplio el universo de los intereses lacerados y es de mayor<br />
alcance el conjunto de los valores que se perturban. Tal es el caso<br />
del comercio de drogas ilegales, la trata de personas, el contrabando<br />
de armas, el secuestro, que a menudo aparecen vinculados.<br />
La alta rentabilidad de estas formas de delincuencia les permite<br />
minar deliberadamente las instituciones democráticas, a las que<br />
logran quebrantar aunque no lleguen nunca a desmoronarse. La<br />
corrupción administrativa y judicial es un veneno que corroe a<br />
las instituciones democráticas, que las priva de su razón de ser,<br />
porque si el gobierno no está al servicio de los gobernados sino<br />
al de las bandas criminales, el pacto social en que ha de basarse<br />
la convivencia carece de sentido.<br />
La <strong>democracia</strong>, la electoral y la sustantiva, deben ser antídotos<br />
contra la delincuencia organizada, el único modo de contenerla.<br />
Democráticamente, es decir con la participación de la sociedad<br />
en consonancia con sus autoridades, deben definirse los modos<br />
de la contención al crimen organizado. Debe discutirse en la<br />
sociedad y en las instituciones legítimamente animadas por el<br />
voto popular la posición del gobierno ante el comercio de drogas<br />
prohibidas, por ejemplo. Es decir, la legalización de los estupefacientes<br />
menos dañinos que el alcohol, en las modalidades y<br />
con la velocidad que se establezca, sólo puede ser fruto de una<br />
discusión realizada tanto en el seno de las organizaciones civiles<br />
—el modo de participación cotidiana de los ciudadanos en la<br />
<strong>democracia</strong>— como en el escenario en que actúan los poderes.<br />
No es útil ni sano que, como ha ocurrido en México en el último<br />
lustro, se despliegue una estrategia militar contra el crimen<br />
organizado y no se revise esa conducta gubernamental ante la<br />
evidencia de su insuficiencia y aun su índole contraproducente.<br />
Una confesión de parte respecto de la necesidad de participación<br />
social fue la convocatoria, casi cuatro años después de iniciada<br />
la lucha en términos puramente bélicos, a agrupaciones<br />
sociales a las que, sin embargo, se las requiere para avalar, y no<br />
para discutir a fondo la ruta gubernamental.<br />
Es posible documentar las innumerables formas de debilitamiento<br />
gubernamental causado por la delincuencia organizada.<br />
Pero estamos en riesgo de peores embates contra la <strong>democracia</strong>.<br />
Uno principalísimo es la fragilidad de nuestra estructura electoral.<br />
En los años recientes, en elecciones federales y locales han<br />
aparecido ominosas señales sobre la capacidad de penetración<br />
del narcotráfico en los procesos comiciales. Es preciso cobrar<br />
conciencia de ese riesgo y que la sociedad civil organizada y las<br />
instituciones lo combatan, a fin de evitar que el peligro de tener<br />
autoridades impuestas por el crimen organizado nos alcance y<br />
conduzca al extremo de convertirnos en un narcoestado.<br />
El término <strong>democracia</strong> adquirió tantos<br />
significados que dejó de servir como<br />
un referente para comprender una<br />
realidad concreta.<br />
Cartón de Rogelio Naranjo.
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
Helena Varela<br />
Licenciada en Geografía e Historia, maestra en Ciencias Sociales y doctora en<br />
Ciencia Política, Sociología y Antropología Social. Es Directora del Departamento<br />
de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad<br />
de México. Ha realizado múltiples investigaciones en torno a los procesos<br />
de transición y consolidación democráticas, la calidad de la <strong>democracia</strong> y<br />
el funcionamiento del poder legislativo. Entre otras publicaciones, es<br />
coautora en el volumen colectivo Democracia reprobada: la elección<br />
presidencial de 2006<br />
¿De qué<br />
hablamos cuando<br />
hablamos de<br />
<strong>democracia</strong><br />
Para responder a la pregunta de si México se encamina<br />
hacia una <strong>democracia</strong> es importante tener en consideración<br />
dos cuestiones previas: por un lado, identificar<br />
la senda por la cual estamos transitando; y por el otro,<br />
conocer muy bien el destino al que nos dirigimos, esto es, qué<br />
entendemos por eso que denominamos <strong>democracia</strong>. Si bien pudiera<br />
parecer un asunto trivial, en realidad tiene repercusiones<br />
fundamentales, puesto que el camino que tengamos que tomar<br />
para alcanzar la <strong>democracia</strong> dependerá de su significado.<br />
¿De qué hablamos cuando hablamos de <strong>democracia</strong> ¿Entendemos<br />
todos lo mismo Desde mi punto de vista, no todos definimos<br />
la <strong>democracia</strong> de la misma manera; al contrario, si hay un<br />
término que ha permitido múltiples acepciones e interpretaciones,<br />
y que sirve para referirse a realidades diferentes, ese es el de<br />
<strong>democracia</strong>. El problema es que al no tener un significado único,<br />
se ha limitado nuestra capacidad de acercarnos y comprender la<br />
realidad, cuestionando la validez del concepto. 1<br />
Foto: Corbis.<br />
10 IBERO
El término <strong>democracia</strong><br />
adquirió tantos<br />
significados que dejó de<br />
servir como un referente<br />
para comprender una<br />
realidad concreta.<br />
Según Manheim y Rich, los conceptos deben tener ciertas<br />
características que permitan cumplir con esa utilidad científica:<br />
deben referirse a fenómenos que sean observables, deben ser<br />
precisos; y deben tener un alcance teórico. En el caso del término<br />
“<strong>democracia</strong>”, como concepto de ciencia política, cumple<br />
con el primer y tercer criterio, pero dista mucho de tener la<br />
segunda característica, esto es, la de ser preciso.<br />
La <strong>democracia</strong> y sus múltiples acepciones<br />
La tarea de presentar las diferentes formas de entender el concepto<br />
de <strong>democracia</strong> rebasaría con creces el espacio del que aquí<br />
se dispone. Quisiera no obstante señalar las corrientes teóricas<br />
más importantes que surgieron en torno al estudio de la <strong>democracia</strong>,<br />
porque con la identificación de las mismas, es posible<br />
comprender algunos de los problemas que hoy en día afrontamos<br />
en el desarrollo de los sistemas políticos democráticos. 2<br />
En primer lugar, los teóricos distinguen entre la <strong>democracia</strong><br />
ideal (el “deber ser”) y la <strong>democracia</strong> real (“lo que es”). En el<br />
primer caso, se entiende la <strong>democracia</strong> a partir de sus aspiraciones,<br />
del reconocimiento de las mejores formas de organización<br />
política que permitan la convivencia pacífica de una sociedad.<br />
En el segundo caso, se parte del hecho de que lo ideal es inalcanzable<br />
y que hay que centrarse en aquellas características<br />
susceptibles de ponerse en práctica. Uno de los teóricos que<br />
reconoció la distancia que puede existir entre lo deseable y lo<br />
posible, fue Dahl, quien considerando que no se debía utilizar el<br />
mismo concepto para dos fenómenos diferentes, acuñó el concepto<br />
de “poliarquía” para referirse a la aplicación práctica de la<br />
<strong>democracia</strong>. 3 Sin embargo, la mayoría de los teóricos siguieron<br />
usando el término de <strong>democracia</strong> tanto desde la filosofía política<br />
(como ideal) como desde la ciencia política (el ser).<br />
En segundo lugar, también desde la perspectiva de la ciencia<br />
política, encontramos múltiples acepciones de lo que es la <strong>democracia</strong>.<br />
De forma esquemática, podemos distinguir entre quienes<br />
entienden la <strong>democracia</strong> como un conjunto de procedimientos<br />
o reglas del juego que determinan quién llega al poder, cómo<br />
llega y cómo lo ejerce (<strong>democracia</strong> procedimental, centrada en<br />
las reglas electorales y en la protección de las garantías individuales),<br />
frente a aquellos que consideran que la <strong>democracia</strong>, más<br />
que procedimientos, es un conjunto de principios y valores que<br />
permiten el buen funcionamiento de la sociedad (<strong>democracia</strong><br />
sustantiva, basada en la igualdad y en aspectos como la participación<br />
ciudadana, la autonomía, la tolerancia, las libertades y la<br />
pluralidad). Pero incluso en cada una de estas corrientes, hay una<br />
gran variedad de definiciones, dependiendo del aspecto específico<br />
de la <strong>democracia</strong> que quiera ser destacado. De esta manera,<br />
casi cualquier régimen podía ser definido como democrático,<br />
pues todo dependía de la característica que quisiera ser resaltada.<br />
Ibero 11
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
El discurso político secuestró<br />
y hegemonizó la noción<br />
de lo que es democrático,<br />
sirviendo a los intereses de<br />
cada quien.<br />
Los adjetivos de la <strong>democracia</strong><br />
Resultó entonces que el término <strong>democracia</strong> adquirió tantos<br />
significados que dejó de servir como un referente para comprender<br />
una realidad concreta. Y entonces, tuvimos que acompañarlo<br />
de algún calificativo que le otorgara la precisión perdida,<br />
matizándolo y acotándolo. Hoy hablamos, por ejemplo, de <strong>democracia</strong><br />
ideal, real, sustantiva, valorativa, procedimental, electoral,<br />
política, social, elitista, participativa, deliberativa, delegativa,<br />
multicultural, liberal, radical, cosmopolita, creativa… La lista<br />
podría continuar; es difícil encontrar un concepto en la ciencia<br />
política que haya tenido que ser acompañado de tantos adjetivos,<br />
y que aun así siga presentando tantos problemas para identificar<br />
la realidad concreta a la que nos estamos refiriendo.<br />
La situación se agrava cuando consideramos la forma en que<br />
la clase política se apropió del término, y ha hecho uso (y abuso)<br />
del mismo, puesto que le ha permitido justificar y legitimar<br />
cualquier acción, por el simple hecho de ser “democrática”. Un<br />
término que de por sí había perdido precisión, en manos de los<br />
políticos también perdió alcance teórico, lo cual ha impactado<br />
de forma directa en los propios procesos democráticos.<br />
La <strong>democracia</strong> real: cuando los políticos se apropiaron<br />
del concepto<br />
El desarrollo de las <strong>democracia</strong>s occidentales vino acompañado<br />
de la utilización del término <strong>democracia</strong> como un arma política,<br />
mediante la cual se respaldaba cualquier medida tomada por la<br />
clase política, incluso de aquellas que tenían claros tintes autoritarios.<br />
El discurso político secuestró y hegemonizó la noción de<br />
lo que es democrático, sirviendo a los intereses de cada quien;<br />
los políticos se vanaglorian de contribuir al fortalecimiento de<br />
las instituciones democráticas, y de esta manera fundamentan sus<br />
acciones, cualquier que ésta sea. Es así como explicamos la aparente<br />
paradoja de nuestra <strong>democracia</strong>: los cambios ocurridos en<br />
12 IBERO<br />
las últimas décadas supuestamente van encaminados a instaurar<br />
una <strong>democracia</strong>, pero ésta no parece estar funcionando.<br />
Para explicar esta paradoja, nuevamente tenemos que regresar<br />
a la distinción entre <strong>democracia</strong> procedimental y <strong>democracia</strong><br />
sustantiva. Como mencioné al principio, según cuál sea nuestro<br />
destino, tendremos que tomar un camino diferente. Si domina<br />
un concepto procedimental de la <strong>democracia</strong>, ésta será exitosa<br />
en la medida en que sus instituciones funcionen y permitan<br />
tomar decisiones, sin considerar el grado en que se está promoviendo<br />
una mayor libertad o una mayor igualdad entre los<br />
integrantes de la sociedad, que es lo que importaría en el caso de<br />
dominar una visión más valorativa de la <strong>democracia</strong>.<br />
¿Cuál es el concepto de <strong>democracia</strong> que está dominando hoy<br />
en día El discurso hegemónico está centrado más que nada en<br />
los procedimientos que caracterizan a la <strong>democracia</strong> a partir de<br />
su capacidad de establecer reglas claras que permitan la toma de<br />
decisiones. Es más, esas reglas parecen estar protegiendo unos<br />
intereses específicos, que son los que tienen que ver con el<br />
desarrollo del modelo económico del libre mercado. Por este<br />
motivo, la <strong>democracia</strong> está más basada en el individuo y en el<br />
mercado que en la sociedad y el bien común, lo cual ha llevado<br />
a olvidar ciertos valores, como la igualdad o la solidaridad. En<br />
resumen, se trata de una <strong>democracia</strong> que favorece a determinados<br />
grupos de interés, más centrada en los procesos y en las instituciones,<br />
y que está impidiendo el desarrollo de aspectos tan relevantes<br />
como los derechos y las libertades, además de cuestiones como<br />
la igualdad y la solidaridad. Es posible que México se esté<br />
encaminando hacia la <strong>democracia</strong>: la clave radica en saber hacia<br />
qué tipo de <strong>democracia</strong> nos dirigimos y si es ese el destino al<br />
que queremos llegar.<br />
1 Sobre el papel de los conceptos en la ciencia política, ver Manheim, Jarol B. &<br />
Rich, Richard C. Análisis politico empírico. Madrid, Alianza Universidad, 2001. También<br />
Nohlen (“Concepto y contexto. En torno al desarrollo de la comparación en Ciencia<br />
Política”. Working Paper núm. 265, Institut de Ciènces Polítiques i Socials. Barcelona,<br />
2008) apuntó que “la realidad social no se percibe nunca de forma directa,<br />
sino siempre a través de conceptos que estructuran lo observado por diferentes<br />
observadores de manera diferente”.<br />
2 La bibliografía sobre el tema es vastísima. Una buena síntesis sobre las diferentes<br />
corrientes se puede encontrar en Berlanga Santos, José Luis, “Democracia”. En (Pre)<br />
textos para el análisis político. Disciplinas, reglas y procesos. Coordinado por Eduardo<br />
Villarreal Cantú y Víctor Hugo Martínez González. México, FLACSO, 2010.<br />
3 Dahl, Robert A., La poliarquía. Madrid, Tecnos, 1989.
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
Carlos Lugo Galera<br />
Politólogo, especialista en procesos electorales y partidos políticos.<br />
Licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma<br />
Metropolitana, maestro en Sociología por la Universidad<br />
Iberoamericana Ciudad de México, y candidato a Doctor en<br />
Comunicación y Cultura de Masas por la Universidad Complutense<br />
de Madrid. Es profesor de tiempo completo del Departamento de<br />
Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero<br />
Democracia y<br />
participación<br />
ciudadana<br />
El pasado primero de diciembre de 2010 se cumplió una década<br />
de la caída del régimen priísta y la alternancia en la presidencia<br />
de México. Para muchos analistas la transición a la<br />
<strong>democracia</strong> culminaba e iniciaba la democratización del país. Sin<br />
embargo la democratización se encuentra marcada por signos de<br />
interrogación, debido a que la alternancia en el Poder Ejecutivo no<br />
ha sido suficiente para que se cumplan los principios básicos de la<br />
<strong>democracia</strong> en nuestro país.<br />
Una mirada a la historia política de la década de los años noventa<br />
nos muestra que las reformas electorales otorgaron las libertades<br />
necesarias de participación a las organizaciones civiles y políticas,<br />
dentro de las que destacan el respeto al voto y a la voluntad de las<br />
mayorías que han sido la base de los nuevos gobiernos surgidos de<br />
los procesos electorales de la primera década del nuevo milenio.<br />
Sin embargo el proceso de democratización del país requiere del<br />
cumplimento de los principios básicos de la <strong>democracia</strong>. O’ Donell 1<br />
señala que un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />
la calidad de la <strong>democracia</strong>, misma que tiene que ver directamente<br />
con la participación ciudadana, así como con el cumplimento de los<br />
derechos políticos, económicos y sociales.<br />
Pero en México existen varias asignaturas pendientes que no logran<br />
cumplir esos principios básicos. Por un lado enfrentamos una<br />
crisis económica que ha llevado a cientos de miles de ciudadanos a<br />
niveles de pobreza inimaginables. A la par de lo anterior se muestran<br />
los límites y acotamientos de la participación ciudadana que tan<br />
sólo alcanza a suscribirse al ámbito de la participación electoral.<br />
14 IBERO<br />
Cartón de Rius.<br />
Con respecto a los asuntos políticos, la rendición de cuentas significa<br />
que los ciudadanos tienen el poder de verificar y evaluar las<br />
demandas expresadas por la sociedad civil. Esto quiere decir que los<br />
gobernantes deben cumplir con los principios básicos de dotar de<br />
información sobre sus actos políticos en la toma de las decisiones.<br />
Está muy claro que las reformas electorales otorgaron el derecho<br />
de participación, en los procesos políticos y electorales, a los partidos<br />
políticos opositores, a las asociaciones políticas, a los ciudadanos<br />
y a sus distintas organizaciones civiles y a las organizaciones no<br />
gubernamentales, pero esas mismas reformas les concedieron muy<br />
poco margen para exigir al gobierno la rendición de cuentas. Ahí se<br />
encuentra un derrotero para la ciudadanía.<br />
¿Como perciben la <strong>democracia</strong> los mexicanos 2<br />
A pesar de la crisis económica, la falta de empleo, la inseguridad<br />
y los problemas de salud de la población, para mencionar tan sólo
los que más impacto tienen, los mexicanos apoyamos a medias la<br />
<strong>democracia</strong> como sistema de gobierno. En el 2009 existía un 42%<br />
de la población que la apoyaba, y para el 2010 se incrementó en 7<br />
puntos, llegando a 49%.<br />
Otro dato revelador es la respuesta a la pregunta: “¿La <strong>democracia</strong><br />
puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno” El<br />
67% de la población encuestada está muy de acuerdo en que es<br />
el mejor sistema de gobierno. Sin embargo, México aparece en el<br />
número 16 de los 18 países encuestados, muy por debajo de países<br />
como Honduras, Nicaragua, Costa Rica, que son nuestros vecinos<br />
del sur y que aparentemente no han desarrollado un sistema democrático<br />
como el nuestro.<br />
Sobre la legitimidad del Congreso y la <strong>democracia</strong> sin<br />
partidos<br />
A la pregunta: “¿Sin Congreso Nacional no pude haber <strong>democracia</strong>”,<br />
un 52% percibe que el Congreso es importante para el funcionamiento<br />
de la <strong>democracia</strong>. Y, con respecto a los partidos políticos,<br />
un 57% percibe que sin ellos no puede haber <strong>democracia</strong>.<br />
Datos muy por debajo de lo que pudiera esperarse, debido a que<br />
ambas instituciones son partes fundamentales del proceso democrático<br />
del país.<br />
Pero el estudio de Latinobarómetro 2010, revela otro dato que es<br />
significativo sobre cómo se percibe la <strong>democracia</strong> en nuestro país.<br />
México es el país con mayor cantidad de población que le da una<br />
baja legitimidad a la <strong>democracia</strong> (31%). Y el dato es importante y<br />
revelador porque nos muestra a una ciudadanía con grados de desencanto<br />
del proceso democrático.<br />
Con respecto a la percepción del público sobre las decisiones<br />
que toma el gobierno para privilegiar a unos pocos, encontramos<br />
que un 65% de la población encuestada contestó que esto sin duda<br />
sucede. Y sobre la percepción de que algunos grupos o personas<br />
tienen tanta influencia que los intereses de la mayoría son ignorados,<br />
un 62% coincidió en señalar que estas son prácticas comunes. Por<br />
último a la pregunta: “¿Se gobierna para el bien de todo el pueblo”,<br />
tan sólo un 21% de la población respondió afirmativamente.<br />
Quizá estos datos nos pueden dar una respuesta a lo que O’ Donnell<br />
señala: “Un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />
la calidad de la <strong>democracia</strong>”. Y ahí está, quizá, uno de los puntos<br />
nodales para el avance democrático.<br />
La <strong>democracia</strong> en<br />
México dista mucho<br />
de ser una <strong>democracia</strong><br />
de calidad.<br />
Si bien el Plan de Desarrollo es un mecanismo legal y organizacional<br />
que posibilita la participación de los ciudadanos en casi todos<br />
los ámbitos, éste se ha visto con recelo por parte de la clase política,<br />
quien hace todo lo posible porque no se difunda masivamente. Además,<br />
se siguen encontrando resistencias en algunos grupos políticos<br />
que tienden a no aceptar del todo la presencia de los ciudadanos en<br />
el proceso de toma de decisiones.<br />
Sin embargo, periódicamente se producen movimientos en busca<br />
de la participación, que desbordan los canales institucionales, caracterizados<br />
generalmente por su oposición a iniciativas o políticas<br />
gubernamentales que van en detrimento de los ciudadanos.<br />
Por último, después de este apretado y sintético recorrido por<br />
el proceso democrático de México, podemos señalar que existen<br />
todavía tareas pendientes que el Estado debe solucionar y que se<br />
inscriben en los ámbitos del desarrollo social, político, cultural y<br />
económico. La gran paradoja en que nos encontramos es que, para<br />
muchos, somos un país democrático, pero con más de 50 millones<br />
de mexicanos en la pobreza.<br />
¿Cómo se encuentra la participación ciudadana<br />
La participación ciudadana es otro de los puntos fundamentales para<br />
el avance de la <strong>democracia</strong>. Si participación implica la toma de decisiones<br />
de los ciudadanos en asuntos del interés público (plebiscito,<br />
referéndum, etcétera) y prácticas sociales que responden a intereses<br />
particulares de los grupos que existen en la sociedad 3 , entonces<br />
tenemos que la <strong>democracia</strong> en México dista mucho de ser una<br />
<strong>democracia</strong> de calidad.<br />
Para incentivar la participación ciudadana, el gobierno federal ha<br />
incluido en el Plan de Desarrollo 2007-2012, como objetivo principal,<br />
el “desarrollar una cultura cívico-política que promueva la<br />
participación ciudadana en el diseño y evaluación de las políticas<br />
públicas”, y como una de sus estrategias el “promover la participación<br />
política de la mujer”.<br />
Cartón de Rius.<br />
1 O’ Donell, Guillermo. “Es una obligación y un derecho criticar nuestras <strong>democracia</strong>s”<br />
en Metapolítica, núm. 39, 2005.<br />
2 Los datos que se presentan fueron tomados del Informe Latinobarómetro 2010.<br />
http://www.latinobarometro.org/ el 5 de enero de 2011.<br />
3 Bolos, Silvia. Organizaciones sociales y gobiernos municipales: construcción de<br />
nuevas formas de participación, Universidad Iberoamericana, 2003.<br />
Ibero 15
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
Tomás Segovia<br />
Poeta, narrador, ensayista, crítico literario<br />
y traductor español. Como consecuencia de<br />
la guerra civil española, residió en París<br />
antes de llegar a México en 1940. Estudió<br />
literatura en nuestro país y fue investigador<br />
de El Colegio de México. Formó parte<br />
del consejo de redacción de las revistas<br />
Plural y Vuelta. Español-mexicano, vive<br />
alternativamente entre España y México,<br />
pues pasa largas temporadas en ambos países.<br />
En 1998, el Fondo de Cultura Económica<br />
publicó la recopilación de su obra bajo el<br />
título Poesía (1943-1997). Sus libros más<br />
recientes son Aluvial (Pre-textos, Valencia,<br />
2009), Cartas de un jubilado (México,<br />
<strong>Ediciones</strong> Sin Nombre, 2010) y Estuario<br />
(Madrid, 2010). Entre otros reconocimientos,<br />
ha recibido el Premio Xavier Villaurrutia, el<br />
Alfonso X de Traducción, el Premio Octavio<br />
Paz de Poesía y Ensayo, el Premio Juan<br />
Rulfo de Literatura Latinoamericana y<br />
del Caribe y el Premio de Poesía Federico<br />
García Lorca.Blog:<br />
http://www.tomassegovia2.blogspot.com<br />
Foto: Corbis.<br />
Justicia y<br />
16 IBERO
La <strong>democracia</strong> es sin duda<br />
alguna invención de la izquierda,<br />
hija de la Ilustración, de la<br />
Revolución Francesa y de la<br />
Independencia norteamericana.<br />
Parece claro que hay algún lazo entre la izquierda y el progreso,<br />
pero ese lazo es, por lo menos en gran parte, contingente<br />
e histórico. Porque tampoco la alianza de la justicia con el<br />
progreso es tan sustancial como parece. La clase dirigente y privilegiada<br />
tiende a desconfiar del progreso, pero no por ser progreso,<br />
sino porque es cambio y el cambio tiende a alterar las jerarquías<br />
establecidas. Pero pronto la clase dominante descubrió que no todo<br />
cambio es así y que hay progresos que afianzan las jerarquías en lugar<br />
de ponerlas en crisis. Esa es claramente la situación en nuestros<br />
días, pero en realidad la burguesía adoptó esa estrategia casi desde<br />
el principio, desde que la idea de progreso empieza a tener peso<br />
en la historia. Incluso, aunque claro que en otra forma y bajo otras<br />
categorías, desde mucho antes.<br />
La forma más descarnada de un progreso jerarquizante es el colonialismo,<br />
y el colonialismo empieza en el Renacimiento. Los conquistadores<br />
y colonos renacentistas no disponían de los conceptos<br />
que manejará después la burguesía colonialista: el white man’s burden<br />
y la labor civilizadora y modernizadora de la colonia; pero es<br />
claro que las ideas de cruzada religiosa y de paz imperial recubrían<br />
también la idea de cruzada civilizadora y de justificación del poder<br />
(y de su injusticia) por un mayor progreso.<br />
Nuestra época, en cierto modo, es un nuevo avatar de la vieja historia<br />
colonialista, que desde los tiempos de las colonias cartaginesas<br />
o griegas ha sufrido más de uno. El colonialismo económico es en<br />
algún sentido más colonial aún que el político, porque la esencia<br />
del colonialismo es evidentemente económica. No hay duda de<br />
que el neocolonialismo neoliberal (¿por qué no neoburgués) está<br />
fuertemente interesado en el progreso que le asegura su hegemonía<br />
política y económica. Pero en la “metrópolis” tampoco es verdad<br />
que haya desaparecido la lucha de clases (es probablemente eterna).<br />
Es verdad que resulta un poco ridículo hablar hoy de una clase<br />
proletaria enfrentada a una clase burguesa. Pero las clases seguirán<br />
existiendo mientras haya jerarquías y haya injusticia.<br />
¿Es concebible una jerarquía justa La respuesta a esta pregunta es<br />
una de las claves fundamentales de la diferencia entre la izquierda y<br />
la derecha. La derecha no sólo piensa que una jerarquía puede ser<br />
justa de por sí, sin constricciones exteriores, sino que la justicia es<br />
siempre jerárquica.<br />
(Apostilla: cuando digo piensa no quiero decir que lo exprese<br />
abiertamente o ni siquiera que lo piense conscientemente. Lo digo<br />
así para abreviar, pero me refiero, por supuesto, al sentido que presuponen<br />
las actitudes y acciones de los interesados.)<br />
La izquierda más rudimentaria (y por eso más radical) piensa que<br />
toda jerarquía es necesariamente injusta. Una izquierda más matizada<br />
hace distinciones, por ejemplo entre jerarquías naturales y jerarquías<br />
sociales o artificiales. Unos seres humanos son más guapos,<br />
más inteligentes, más sanos, más fuertes o más simpáticos que otros,<br />
<strong>democracia</strong>Ibero 17
transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />
lo cual es una injusticia, pero en un sentido más bien metafórico,<br />
porque en rigor sólo los actos humanos pueden ser justos o injustos.<br />
Pero la izquierda piensa siempre que incluso las jerarquías naturales<br />
deben ser vigiladas para evitar que se conviertan en injusticias, porque<br />
las jerarquías, si no son siempre injustas, son la forma en que se<br />
realiza necesariamente la injusticia.<br />
La política puede impulsar o no la justicia en la sociedad, y puede<br />
impulsar o no el orden en la sociedad, pero en su propio exterior<br />
no puede impulsar la justicia y no puede dejar de impulsar el orden.<br />
El poder no sólo se encarga del orden en la sociedad; él mismo<br />
es orden: jerarquía, autoridad. La izquierda en el poder es por eso<br />
paradójica y conflictiva. Hay una faceta del poder que puede decirse<br />
que es constitutivamente de derechas: la faceta que antepone<br />
necesariamente el orden a la justicia. El poder como poder tiende<br />
en efecto a esa postura: un poder injusto sigue siendo poder (nos<br />
consta), mientras que un poder<br />
desordenado empieza a perder<br />
poder en la medida en que su<br />
orden va sucumbiendo. La izquierda<br />
consiste esencialmente<br />
en anteponer la justicia al orden.<br />
Si está en el poder, esta tarea le<br />
resulta bien difícil.<br />
Pienso que de todas formas<br />
hay que votar por la izquierda en<br />
las elecciones, porque comparativamente<br />
los programas políticos<br />
de la izquierda serán siempre<br />
de más interés social que los de<br />
derecha. Pero el verdadero lugar<br />
de la izquierda está, más aún que en la oposición, en la acción social<br />
y cívica, que es en principio resistencia al poder, aunque sólo sea en<br />
la forma atenuada de autonomía frente al poder. El difícil desafío de<br />
la izquierda en el poder sería inhibirse ante la resistencia social, renunciar<br />
a su propio poder cuando la sociedad busca la justicia como<br />
sociedad, no como fuerza política, quizá incluso alimentar esa búsqueda<br />
sin absorberla: seguir siendo social cuando está ya encerrada<br />
en el ámbito de lo político. Ese ideal sería relativamente alcanzable<br />
si no hubiera la derecha, o más bien si la derecha no fuera lo que<br />
es. Pero dadas las condiciones reales, la derecha se apoderará de toda<br />
posición de poder que la izquierda no monopolice. ¿No es esto lo<br />
que está sucediendo día a día en la España actual<br />
Leyendo a Krauze, a Vargas Llosa, el increíble editorial de El País<br />
sobre el Che Guevara, me parece ver clara la astucia argumentativa<br />
de la derecha. Por un lado, presentan la discusión como si la alternativa<br />
fuera entre la izquierda y la <strong>democracia</strong>. En ese sentido, Krauze<br />
y Vargas Llosa son insuperables. Aunque nunca lo afirman abiertamente,<br />
hablan todo el tiempo sobre el presupuesto de que toda<br />
la izquierda es estalinista y totalitaria. Pero cuando aceptan alguna<br />
distinción entre izquierda y estalinismo, de todos modos, a renglón<br />
seguido y sin ningún rubor lógico, culpan a la izquierda en general<br />
de los crímenes de Stalin. Ellos en cambio no son cómplices de los<br />
crímenes del nazifascismo, puesto que ellos son demócratas.<br />
La torpeza argumentativa de la izquierda, que está estos tiempos<br />
18 IBERO<br />
La sociedad<br />
norteamericana, incluso<br />
cuando gobiernan los<br />
“demócratas”, no es en<br />
absoluto más democrática<br />
que la sociedad sueca de<br />
fines del siglo XX, que era<br />
fuertemente socialista e<br />
“izquierdista”.<br />
lamentablemente desorientada, se ve en esa debilidad de aceptar<br />
siempre los términos polémicos de la derecha. La izquierda debería<br />
dejar siempre bien claro que la dicotomía no es entre izquierda y<br />
<strong>democracia</strong>, sino más bien entre derecha y <strong>democracia</strong>. La <strong>democracia</strong><br />
es sin duda alguna invención de la izquierda, hija de la Ilustración,<br />
de la Revolución Francesa y de la Independencia norteamericana.<br />
Es cierto que algunos sectores de la izquierda traicionaron esa <strong>democracia</strong><br />
que habían inventado. También la traicionaron, con toda<br />
evidencia, sectores de la derecha, que además no la habían inventado.<br />
Una vez impuesta esa tonalidad en la argumentación, les es fácil<br />
echar a correr la insidia de que la izquierda es enemiga de la libertad.<br />
Si no hubiéramos perdido tan vergonzosamente como lo hemos<br />
perdido el oído histórico, nos haría saltar del asiento oír decir<br />
que la libertad es obra de la derecha.<br />
Hay que poner atención también<br />
en la sutil insidia con que<br />
usan la palabra liberal. Como es<br />
sabido, esta palabra es de origen<br />
español. Los liberales españoles<br />
no eran propiamente demócratas,<br />
eran antimonárquicos, que<br />
no es lo mismo. Lo que oponían<br />
a las limitaciones del régimen<br />
monárquico no era esencialmente<br />
ni la <strong>democracia</strong> y ni siquiera<br />
la república, era el mercantilismo.<br />
En ese sentido nuestros neo-liberales<br />
tienen perfecto derecho<br />
a llamarse liberales, aunque quizá<br />
no tan “neo”. Pero es por el mercantilismo, no por la libertad —o la<br />
<strong>democracia</strong>. En la propia Norteamérica, la diferencia original entre<br />
“republicanos” y “demócratas” es la diferencia entre más mercantilistas<br />
y menos mercantilistas. En ese contexto, los “demócratas” son<br />
la izquierda y por eso son más demócratas. Mirado en otro contexto<br />
más amplio, a mí me parece evidente, digan lo que digan los<br />
Vargas Llosa y los François Revel, que la sociedad norteamericana,<br />
incluso cuando gobiernan los “demócratas”, no es en absoluto más<br />
democrática que la sociedad sueca de fines del siglo XX, que era<br />
fuertemente socialista e “izquierdista”.<br />
Es que en esa argumentación se disimula también otra sutil falacia.<br />
Esta derecha ilustrada se jacta de moderada cuando confiesa que<br />
“la <strong>democracia</strong>” tiene sus defectos, pero es con todo, hasta ahora,<br />
la mejor organización política que ha conocido la historia. Cosa<br />
innegable, qué duda cabe, pero que no implica lo que ese argumento<br />
finge dar por implicado: por lo tanto cualquier tentativa de un<br />
cambio que no sea de detalle, lo que ellos llaman “reformismo” y<br />
que no afecta a ningún nivel estructural, es una tentativa totalitaria.<br />
De donde resulta que apoyar a la <strong>democracia</strong> es apoyar a la derecha<br />
—puesto que, una vez más, toda la izquierda y sólo la izquierda es<br />
totalitaria. La “<strong>democracia</strong>” resulta así incriticable —e imperfectible—<br />
por ser el menos malo de los sistemas. Es como si nos dijeran<br />
que el menos malo de los torturadores es incriticable porque los<br />
demás son peores.
MIRADOR/¡Basta de sangre!<br />
Alguien dijo<br />
<strong>democracia</strong><br />
Eduardo<br />
del Río,<br />
Rius, y<br />
Rogelio<br />
Naranjo<br />
Periodistas gráficos<br />
de larga trayectoria<br />
en el país.<br />
Colaboradores de<br />
los más importantes<br />
periódicos y<br />
revistas. Autores<br />
de múltiples libros<br />
de crítica política y<br />
educación ciudadana<br />
20 IBERO<br />
En la segunda semana de enero, Eduardo del Río, mejor<br />
conocido como Rius, lanzó la campaña “¡Basta de sangre!”,<br />
una “loca y romántica idea”, según dice él mismo. Esta iniciativa<br />
fue acogida por diversos medios y múltiples moneros<br />
y caricaturistas o editorialistas gráficos de todo el país,<br />
así como por diversos sectores ciudadanos. A partir de una imagen<br />
gráfica, a modo de lema y consigna se llama a la ciudadanía a demandar<br />
un alto a la violencia que padece México. En estas páginas<br />
les damos la voz y la tinta a Rius y Rogelio Naranjo.
Eduardo del Río, Rius<br />
¡Basta de sangre!<br />
La idea es motivar a que la gente no se quede cruzada de brazos<br />
y mentando madres, impotente de no poder hacer nada. Desde<br />
el 10 de enero empezó esta campaña, apoyada por Proceso, La Jornada<br />
y El Chamuco, y que tratamos de que se haga en todo el país.<br />
Sólo somos ciudadanos mexicanos encabronados por lo que está<br />
pasando, sin apoyos políticos ni empresariales, que tratamos de<br />
que la gente no se quede pasmada y sin manifestar su descontento.<br />
Tenemos que hacerle ver a los gobernantes y actores de la<br />
absurda guerrita calderoniana, que no estamos contentos con lo<br />
que está pasando. Es una forma pacífica de protestar por tanta<br />
sangre de mexicanos que también tienen familia que los pierde,<br />
aunque sean soldados o policías. México no se merece este baño<br />
de sangre”.<br />
¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA<br />
Apenas estamos en un proceso de transición que, chance y algún<br />
día, posiblemente, nos lleve a la <strong>democracia</strong>. No hay ninguna seguridad<br />
de eso... Porque no es la <strong>democracia</strong> la que va a traernos<br />
justicia, mejores condiciones de vida, buenos sistemas de salud,<br />
mejor educación, etcétera, sino que esas “ganancias” son las que<br />
nos llevan a la <strong>democracia</strong>.<br />
Ibero 21
22 IBERO<br />
Rogelio Naranjo<br />
¡Basta de sangre!<br />
Los hechos hablan por sí solos. La población, la sociedad civil en<br />
nuestro país, con todas las atrocidades que estamos viviendo, ha<br />
llegado a un consenso: México es un país muy deprimente no<br />
sólo en su realidad interna, sino en la imagen, también real, que<br />
proyecta hacia el mundo. Esto no es un asunto de percepción,<br />
como dicen las autoridades, sino de una realidad salvaje. Los<br />
mexicanos no sólo vivimos indefensos ante la inseguridad y la<br />
violencia, sino también avergonzados. “¡Basta de sangre!”, la propuesta<br />
de Rius a la que nos hemos sumado muchos, y se siguen<br />
sumando más, desea expresar esa indignación, porque esto ya no<br />
puede seguir así. Hay que hacer algo. Por lo pronto, protestar de<br />
alguna manera, correr la voz, y hacerle saber a las autoridades<br />
que, por supuesto, no estamos de acuerdo con la manera en que<br />
están procediendo. Sabemos, porque no somos ingenuos, de los<br />
oídos sordos de las autoridades, de su terquedad y de su falta de<br />
visión. Pero si nos organizamos y somos muchos los que alzamos<br />
la voz, pese a su sordera, tendrán que escuchar. Vivimos en un<br />
país donde nos está gobernando la violencia.
¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA<br />
Es obvio que no vivimos en una <strong>democracia</strong>. Hay muchas deficiencias<br />
en la práctica democrática que, automáticamente, impiden<br />
el ejercicio real de la <strong>democracia</strong>. El IFE y los partidos, entre<br />
otras instituciones, se han convertido en simples membretes que<br />
no responden a las inquietudes y derechos de la ciudadanía. Y<br />
porque no vivimos en una <strong>democracia</strong>, es necesario que la sociedad<br />
civil alce la voz y exija verdaderas instituciones y auténticas<br />
prácticas democráticas. El objetivo es, precisamente, alcanzar<br />
la <strong>democracia</strong>.<br />
Ibero 23
TRANSITAR A LA DEMOCRACIA /examen<br />
Tiempo<br />
de olvidos, tiempo<br />
de memoria<br />
La educación<br />
democrática debe<br />
contribuir a la<br />
emancipación de<br />
las personas<br />
Foto: Corbis.<br />
24 IBERO
Contra la rendición del tiempo, la<br />
restauración de los derechos de la<br />
memoria es un vehículo de liberación<br />
y una de las más notables tareas del<br />
pensamiento humano.<br />
Herbert Marcuse<br />
Carlos Lomas<br />
Carlos Lomas es doctor en Filología Hispánica y catedrático de Lengua castellana y Literatura en Gijón (España). Fue<br />
director de la revista Signos (1990-1997) y es codirector de Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura.<br />
Como formador ha intervenido en diversos congresos, cursos y jornadas en España, Portugal, Brasil, México, Venezuela,<br />
Puerto Rico, Chile y Colombia. Es autor, entre otros libros, de El espectáculo del deseo (Octaedro, 1996), Cómo<br />
enseñar a hacer cosas con las palabras (Paidós, 1999), Érase una vez la escuela: Los ecos de la escuela en las<br />
voces de la literatura (Graó, 2007) y ¿El otoño del patriarcado Luces y sombras de la igualdad entre mujeres<br />
y hombres (Península, 2008). En unos meses aparecerá en Barcelona el libro colectivo, por él coordinado, Lecciones<br />
contra el olvido: Memoria de la educación y educación de la memoria (Octaedro, 2011).<br />
Dicen que la distancia es el olvido”, reza un hermoso<br />
bolero. De igual manera oímos a menudo<br />
que “el tiempo lo borra todo”. Sin embargo, hace<br />
tiempo que sabemos que no siempre es ni debe ser<br />
así y que la lejanía en el mapa y en el calendario no<br />
conduce inevitablemente al olvido ni borra el recuerdo de lo que<br />
fuimos y ya no somos. Y aunque a veces la memoria no sea de fiar,<br />
es la memoria lo que en última instancia nos configura como seres<br />
humanos. Porque sin memoria no hay nada ni somos nadie ni es<br />
posible entender el mundo en que vivimos.<br />
Somos memoria. Lo que somos y lo que sabemos está tejido con<br />
los hilos del recuerdo y de la memoria. Somos lo que sabemos, sí,<br />
pero acaso sólo sabemos quiénes somos cuando nos acercamos al<br />
sufrimiento y a las emociones de los otros, de esos otros ausentes<br />
e invisibles, de esas mujeres y de esos hombres que a lo largo de la<br />
convulsa historia de la humanidad han sufrido las mil y una formas<br />
posibles de la injusticia, de las tiranías y de las violencias. Quizá<br />
porque la memoria no es sólo añoranza, recuerdos y emociones<br />
sino también, como escribiera Walter Benjamín (2008), un modo<br />
específico y alternativo de conocimiento elaborado a partir de la<br />
mirada de las víctimas de la sinrazón humana, de ese sueño de la<br />
razón que, en palabras de Goya, engendra monstruos. Sin memoria<br />
de la injusticia humana no hay justicia posible. Sin memoria de las<br />
víctimas el crimen sigue impune.<br />
Es obvio que el olvido constituye con frecuencia un conjuro inevitable<br />
contra lo que nos resulta incómodo y amenaza nuestro presente,<br />
una eficaz terapia contra la crueldad del pasado y un antídoto<br />
contra la cegadora luz de los recuerdos. De ahí que haya quienes argumentan<br />
a favor de las ventajas del olvido y de la amnesia colectiva<br />
a la hora de afrontar juntos el futuro. Sin embargo, otras personas<br />
vindicamos el derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia<br />
con las víctimas de la injusticia, de las violencias, de las miserias y<br />
de las diásporas sino también como una estrategia ética orientada a<br />
fomentar la emergencia de una ciudadanía crítica y democrática. La<br />
conciencia social de las sombras del ayer (y del hoy) constituye una<br />
condición indispensable para el ejercicio de la libertad en la medida<br />
en que, como señalara Soren Kierkegaard, la vida debe ser vivida<br />
hacia delante pero sólo puede entenderse hacia atrás.<br />
En nombre del futuro no cabe el olvido de un pasado y de un<br />
presente tan imperfectos (guerras, matanzas, injusticias, genocidios,<br />
dictaduras…) porque constatamos a diario la terca pervivencia de<br />
la miseria, de la opresión, de la desigualdad y de la violencia en<br />
demasiadas zonas del planeta que condena a millones de personas<br />
al hambre, al analfabetismo, a la enfermedad, a las violaciones, a las<br />
torturas y a la muerte, cuando no al exilio y a la emigración a la<br />
búsqueda desesperada de otros paisajes y de otras patrias donde la<br />
vida humana tenga aún algún valor y donde al menos sea posible<br />
ejercer el derecho a vivir en paz.<br />
Vivimos, en estos albores del siglo XXI, en un tiempo<br />
de silencios, en un tiempo en el que se fomenta,<br />
en nombre de la convivencia democrática, una<br />
amnesia colectiva que menosprecia el valor de<br />
la memoria histórica.<br />
Ibero 25
TRANSITAR A LA DEMOCRACIA /examen<br />
La educación de la memoria en las aulas<br />
debiera contribuir a convertir ese espejo<br />
opaco y hecho añicos en un espejo diáfano<br />
que evite los olvidos y las amnesias que nos<br />
impiden avanzar en la construcción de una<br />
sociedad más libre, igualitaria y democrática.<br />
Hacer visible lo invisible<br />
En España vivimos, en estos albores del siglo XXI, en un tiempo<br />
de silencios, en un tiempo en el que se fomenta, en nombre de la<br />
convivencia democrática, una amnesia colectiva que menosprecia<br />
el valor de la memoria histórica y sigue arrojando a las víctimas de<br />
la barbarie franquista, tantas décadas después, a las fosas del olvido.<br />
De esta manera los apologistas del olvido intentan algo tan obsceno<br />
como eliminar las obvias diferencias entre verdugos y víctimas<br />
y afirmar categóricamente el absurdo de vindicar, aunque sea de<br />
manera simbólica, el derecho de las víctimas de las dictaduras a la<br />
justicia y a la memoria. Por ello, y siguiendo el consejo feminista,<br />
urge hacer visible lo invisible, urge mirar el mundo con los ojos de los<br />
olvidados, de quienes nacieron para perder, y urge vindicar el derecho<br />
a la memoria como un deber de justicia con las víctimas de<br />
tantas imposturas, de tantos silencios, de tantos maltratos, de tantos<br />
exilios y de tantas diásporas, de tantas cárceles, de tantas torturas y<br />
de tantas muertes.<br />
Una ética implicada en la construcción de formas de vida y de<br />
sociedades equitativas y democráticas exige aceptar que el convulso<br />
presente en que vivimos y ese futuro al que algunos apelan para<br />
justificar el olvido de la barbarie humana están construidos sobre<br />
las víctimas, sobre los sin nombre, sobre quienes aún son invisibles.<br />
De ahí la importancia que tiene en cualquier afán emancipatorio<br />
(y la educación democrática debiera contribuir a la emancipación<br />
de las personas) imaginar al otro (y a la otra), ponerse en la piel de<br />
otros seres humanos, emocionarse e indignarse ante el desamparo y<br />
el dolor ajenos, asomarse al espanto de las injusticias humanas y a las<br />
tragedias de tantas vidas sometidas a la pobreza, al analfabetismo, a la<br />
diáspora, a la violencia y a la injusticia. Sólo así es posible el diálogo<br />
y el entendimiento entre las personas y entre las culturas porque “la<br />
memoria colectiva produce reconciliación cuando es memoria del<br />
sufrimiento del otro” (Mate, 2008: 175).<br />
Lecciones contra el olvido<br />
En nombre de la convivencia y del futuro abundan de un tiempo a esta<br />
parte las voces que se manifiestan a favor del olvido de la memoria histórica<br />
a la vez que vindican la ocultación de la barbarie humana como<br />
una forma de conjurar en nombre de un presente imperfecto y de un<br />
futuro incierto las sombras del pasado. El eco de esas voces se escucha<br />
en la actualidad en la educación porque, como señala Osten (2008), “no<br />
es ninguna casualidad que en los debates de política educativa ya no se<br />
hable de la formación en el sentido de una participación en la memoria<br />
de la humanidad y de la capacidad de juicio que de ella resulta. La<br />
26 IBERO<br />
relegación de la memoria en los planes de estudio a los ordenadores<br />
y a las bases de datos se realiza con éxito con el objetivo de desprenderse<br />
de la carga del recuerdo a cambio de una acelerada obtención<br />
de competencias de futuro”. Por el contrario, educar en la defensa<br />
del derecho a la memoria de la barbarie humana constituye un<br />
acto de justicia con las víctimas, una invitación al ejercicio moral<br />
de la razón compasiva (Mate, 2008: 25) y en consecuencia un deber<br />
ineludible y urgente de la educación (o al menos, de una educación<br />
democrática).<br />
El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince afirma que “la<br />
memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está<br />
hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre<br />
una playa de olvidos” (2006: 137). La educación de la memoria en<br />
las aulas debiera contribuir a convertir ese espejo opaco y hecho<br />
añicos en un espejo diáfano que evite los olvidos y las amnesias<br />
que nos impiden avanzar en la construcción de una sociedad más<br />
libre, igualitaria y democrática. Entre otras cosas, porque la escuela<br />
es uno de los escenarios donde se transmite la memoria colectiva y<br />
las identidades y saberes socialmente legitimados. Y en este contexto<br />
conviene subrayar que esa memoria colectiva y esas identidades<br />
y saberes socialmente legitimados por la escuela están a menudo<br />
construidos sobre los cimientos del olvido de lo que se considera<br />
irrelevante, doloroso, incómodo e inoportuno. Por ello asistimos en<br />
la actualidad a tantos debates y a tantas disputas por el control de<br />
las memorias colectivas y a tanta vindicación del olvido como una<br />
forma de imaginar tiempos mejores aunque, al hacerlo, corremos<br />
el riesgo de olvidarnos de las lecciones que se pueden aprender a<br />
través del escrutinio de lo que no nos resulta cómodo recordar. Sin<br />
embargo, como señala Noam Chomsky (2002: 28), “es la responsabilidad<br />
intelectual de los maestros intentar decir la verdad. Es un<br />
imperativo moral. […] El aprendizaje verdadero tiene que ver con<br />
descubrir la verdad por sí mismos, sin eliminar las informaciones y<br />
las ideas que pudieran resultar embarazosas para los poderosos: los<br />
que crean, diseñan e imponen la política escolar”.<br />
Referencias<br />
Abad Faciolince, Héctor (2006), El olvido que seremos, Planeta, Bogotá.<br />
Benjamín, Walter (2008), Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Ítaca, México.<br />
Chomsky, Noam (2002), La (des)educación, edición e introducción de Donaldo<br />
Macedo, Crítica, Barcelona.<br />
Mate, Reyes (2008), La herencia del olvido, Errata Naturae, Madrid.<br />
Osten, Manfred (2008), La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de<br />
la cultura del recuerdo, Siruela, Madrid.<br />
Contacto: lomascarlos@gmail.com
LÍDER IBERO<br />
México es<br />
un país<br />
fracturado<br />
por sus<br />
desigualdades<br />
Entrevista con<br />
Héctor Aguilar Camín<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director editorial de IBERO<br />
28 IBERO<br />
Héctor Aguilar Camín (Chetumal, Quintana Roo,<br />
1946) es uno de los líderes de opinión más importantes<br />
de México. Escritor, historiador, periodista y<br />
editor, estudió la carrera de Ciencias y Técnicas de la<br />
Información (hoy Comunicación) en la Ibero, y es doctor en<br />
Historia por El Colegio de México. Carlos Fuentes escribió:<br />
“Héctor Aguilar Camín es uno de los más inteligentes escritores<br />
mexicanos de la generación que sigue a la mía”.<br />
En su obra literaria destacan las novelas Morir en el golfo (1980),<br />
La guerra de Galio (1990), El error de la luna (1995), Un soplo en el<br />
río (1998), El resplandor de la madera (1999), Las mujeres de Adriano<br />
(2002), Mandatos del corazón (2003), La conspiración de la fortuna<br />
(2005) y La provincia perdida (2007). Su más reciente obra es Pasado<br />
pendiente y otras historias conversadas (Seix Barral, 2010). En su<br />
trabajo de investigación histórica y política sobresalen sus libros<br />
La frontera nómada (1977), México; la ceniza y la semilla (2000) y<br />
La tragedia de Colosio (2004).<br />
En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo y en 1998<br />
el Premio Mazatlán de Literatura. En 2009, la Universidad Veracruzana<br />
le concedió el Doctorado Honoris Causa. Ha sido<br />
director de la Editorial Cal y Arena y subdirector del diario La<br />
Jornada, y actualmente es director de la revista Nexos, de la cual<br />
es fundador. En televisión, fue conductor del programa Zona<br />
Abierta y participa en Tercer Grado, de Televisa, y en el periodismo<br />
escrito es columnista del diario Milenio. Tal es el perfil del<br />
líder Ibero que conversa para nuestros lectores.
Las desigualdades<br />
de México hacen<br />
que todo —la<br />
<strong>democracia</strong>, el<br />
civismo, la solidaridad,<br />
la educación, el<br />
conocimiento,<br />
etcétera— sea algo<br />
fracturado.<br />
¿Cómo fue tu formación en la Ibero<br />
Lo primero que viene a mi mente es una universidad mucho<br />
más pequeña y un tanto confesional. Una universidad que era<br />
una especie de club social en las afueras de la ciudad de México,<br />
porque entonces estaba ubicada en la colonia Campestre<br />
Churubusco. Conservaba, para mí, mucho del ambiente de la<br />
escuela preparatoria, porque yo era muy joven, tenía 16 años,<br />
cuando entré a la universidad, y porque en la carrera de Ciencias<br />
y Técnicas de la Información, al igual que en la prepa, llevábamos<br />
una cantidad enorme de materias. Teníamos un dicho: “Si<br />
es materia, la llevamos”.<br />
La novedad absoluta de mi formación universitaria fueron las<br />
mujeres, muy especialmente las alumnas de Filosofía y Letras:<br />
Fotografías de Rogelio Cuéllar.<br />
una colección espectacular de bellezas resplandecientes. Tenían<br />
que ser novedad, porque yo había estudiado toda la vida en colegios<br />
de varones y toda la vida también con jesuitas, salvo los<br />
primeros años que estudié con las monjas en Chetumal. A raíz<br />
del ciclón Janet, vine con mi familia a la ciudad de México, y<br />
ese mismo año, 1955, entré al Instituto Patria, que era la escuela<br />
que tenían los jesuitas en Polanco, también en las afueras de la<br />
ciudad, rodeada de milpas, donde hoy está El Palacio de Hierro,<br />
en la calle de Molière. En el Patria estuve desde el quinto año de<br />
primaria hasta el segundo de prepa, porque entonces la preparatoria<br />
era sólo de dos años, y de ahí, a partir de 1962, seguí con los<br />
jesuitas cinco años más en la Ibero. De manera que soy una fruta<br />
directa de la educación jesuita, cualquier cosa que esto signifique.<br />
¿A qué profesores y condiscípulos recuerdas<br />
especialmente<br />
Al director de la carrera, Jesús María Cortina, que era un hombre<br />
lleno de buena voluntad, de buen humor y de sentido práctico,<br />
que fue realmente quien convirtió esa carrera en un instrumento<br />
de conocimiento para el trabajo, para salir a ganarse la vida.<br />
Nosotros decíamos que había tres tipos de jesuitas, y creo que<br />
son canónicos y siguen existiendo. Uno era el sabio jesuita, que lo<br />
encarnaba Felipe Pardinas. Luego estaba el santo varón, que era<br />
un jesuita con un toque muy suave, muy espiritual, muy retirado<br />
de las cosas mundanas, envuelto en las obligaciones de la orden,<br />
hombre terso de apariencia beatífica, y el prototipo era el padre<br />
Héctor González Uribe, que fue un tiempo director de la escuela<br />
de Ciencias y Técnicas de la Información y luego rector<br />
de la Ibero. Y el tercer tipo jesuítico era el curita “boxeador”,<br />
mi favorito, porque era el cura que se acercaba realmente, como<br />
amigo, a la vida cotidiana de los alumnos. En el Patria en particular<br />
así eran realmente los curas más populares, porque con<br />
ellos se podía departir de tú a tú y porque, además, eran relativamente<br />
jóvenes. Formalmente, eran maestrillos más que curas ya<br />
recibidos y constituían la parte de la Compañía de Jesús con la<br />
que uno tenía una relación más amistosa.<br />
Cortina se aproximaba mucho a ese estilo campechano, pragmático,<br />
humorístico, del curita “boxeador”, en el buen sentido<br />
de la expresión. Por supuesto también teníamos nuestros<br />
problemas con él, como es natural que los tuviéramos con las<br />
autoridades, pero lo que él llevó a cabo —y que estuvo muy<br />
bien hecho— fue quitarle a la carrera de Comunicación la carga<br />
excesivamente filosófica e intelectual que tenía en las manos de<br />
José Sánchez Villaseñor, y volverla más técnica e instrumental,<br />
con materias como publicidad, periodismo, televisión, cine, etcétera,<br />
independientemente de conservar nuestras materias de<br />
filosofía, historia de la cultura, psicología y demás.<br />
La carrera que yo estudié, a diferencia, por ejemplo, de Administración<br />
de Empresas, que era quizá la más prestigiada entre<br />
todas las escuelas de entonces, era una miscelánea de una enorme<br />
diversidad de cosas difícilmente compatibles entre sí, pero en<br />
eso residía un poco su encanto. Íbamos a clases mañana y tarde:<br />
entrábamos a las ocho de la mañana y salíamos a las once o a<br />
las doce, y luego volvíamos a las cuatro y salíamos a las ocho o<br />
a las nueve de la noche, de acuerdo con la infinita cantidad de<br />
materias que podíamos tomar.<br />
Ibero 29
LÍDER IBERO<br />
Yo siempre he mirado el<br />
periodismo como una forma de<br />
repartir el conocimiento, de darle<br />
a la sociedad lo que necesita<br />
para entender lo que sucede.<br />
Yo pertenecí a la cuarta generación. Todavía era una generación<br />
muy pequeña, de unos cuarenta o cuarenta y cinco alumnos.<br />
La primera había sido sólo de catorce, y había arrancado en<br />
la calle de Zaragoza, en Coyoacán, con Sánchez Villaseñor. Sánchez<br />
Villaseñor tenía una idea bastante romántica aunque también<br />
muy práctica de la escuela. Quería formar un humanista, un<br />
hombre con el conocimiento profundo e intelectual de su tiempo<br />
y con los instrumentos también de su época, para difundir un<br />
buen mensaje. Pero la verdad es que a esas primeras generaciones<br />
de la carrera entramos puros despistados. Íbamos cayendo allá<br />
porque no teníamos claro qué cosa queríamos hacer. Eran tan<br />
diversas las materias, al igual que las posibilidades profesionales,<br />
que todo esto le quedaba muy bien a nuestro desconcierto.<br />
De la primera generación recuerdo ahora, y de toda la vida,<br />
a José María Pérez Gay; también a Eduardo Maldonado, un cineasta<br />
documentalista muy notable, y a Yolanda Lazo. De la segunda<br />
generación, los primeros que vienen a mi memoria son<br />
dos amigos míos de toda la vida: Luis Linares Zapata y Alberto<br />
Ulloa. De la tercera recuerdo a Paco Prieto, a Francisco Rodríguez<br />
Ezeta y a María Angélica Luna Parra. Y de mi generación<br />
a varios amigos que conservo a la fecha, como Sergio González<br />
Romero y Ernesto García Cabral, entre otros, algunos de los<br />
cuales fueron mis compañeros desde el Instituto Patria. La Ibero<br />
era, realmente, como una pequeña familia extensa.<br />
¿Siempre te sentiste a gusto con la educación jesuita<br />
En ese entonces, quizá lo que echábamos de menos en la Ibe-<br />
30 IBERO<br />
ro era un poco el tema deportivo y un<br />
poco también la mayor libertad que teníamos,<br />
desde el punto de vista personal<br />
y religioso, en el Patria. La Ibero tenía entonces<br />
un toque confesional: se rezaba el<br />
ángelus en las tardes, y los curas vigilaban<br />
con cierto celo las relaciones amorosas de<br />
los alumnos, eran un poco dirigistas con<br />
nuestra vida personal, a fin de corregir las<br />
conductas que consideraban desviantes.<br />
Además, una buena parte de ellos tenía<br />
la convicción, razonable, de que yo estaba<br />
completamente loco, que era un personaje<br />
desviante y un poco anárquico, y lo<br />
era en realidad, porque a pesar de ser un<br />
hijo de las escuelas jesuitas, nunca tuve<br />
una disciplina religiosa, una profesión de<br />
fe o ciertas conductas vinculadas a la ética<br />
del rito católico. Siempre fui bastante<br />
agnóstico y anárquico. Entonces, tuve algunos<br />
problemas con los curas, especialmente<br />
con una pequeña plaga que llegó<br />
de España: unos curas franquistas bastante<br />
conservadores y entrometidos. Pero la<br />
verdad es que yo recuerdo mi paso por la<br />
Ibero, y por la educación jesuita en general,<br />
con gran gusto, como en medio de un<br />
cierto resplandor.<br />
¿Qué opinión tienes hoy de la<br />
Ibero<br />
La Ibero en la que yo estudié estaba en<br />
una fase experimental; era una universidad que estaba empezando<br />
a ofrecer sus cursos y que tenía muy pocas carreras. Estaba<br />
en su fase de construcción. La Iberoamericana de hoy es una<br />
universidad muy consolidada, muy profesional y nada confesional.<br />
Y cuando digo profesional me refiero a que la mayor parte<br />
de las autoridades que nosotros teníamos, sino es que todas, eran<br />
sacerdotes. Los principales maestros eran sacerdotes, y aunque<br />
había externos muy importantes (por ejemplo Vicente Leñero,<br />
que fue nuestro maestro de periodismo, siendo él muy joven), la<br />
verdad es que todo tenía un toque de pedagogía sacerdotal, en<br />
un contexto jesuita absolutamente religioso.<br />
Pero ahora lo que tenemos es una universidad donde las autoridades<br />
mayores pueden ser miembros de una Compañía mucho<br />
más liberal, cercana al mundo; una universidad meritocrática,<br />
con enorme cantidad de laicos y civiles conduciéndola. Sobre<br />
todo, una universidad muy progresista; a veces incluso ingenuamente<br />
progresista, como queriendo pagar todavía alguna aduana<br />
por ser una universidad privada, a fin de no ser tachada como<br />
una universidad conservadora o burguesa. Pero tanto por la calidad<br />
de la enseñanza como por las instalaciones y la cantidad<br />
de las carreras, la Ibero es hoy una de las mejores universidades.<br />
A partir de tu formación profesional, ¿cómo entiendes el<br />
periodismo<br />
Yo siempre he mirado el periodismo como una forma de repartir<br />
el conocimiento, de darle a la sociedad lo que necesita<br />
para entender lo que sucede. No lo he visto como un negocio
o como una forma de simple entretenimiento. En este sentido,<br />
mi visión del periodismo es una visión elitista, porque no me<br />
interesa el periodismo popular, ni el periodismo de escándalo,<br />
ni el periodismo de la farándula. Me interesa el periodismo del<br />
conocimiento, que tenga una influencia sobre los cambios que la<br />
sociedad necesita; un periodismo para crear conciencia y hacer<br />
política en el sentido más amplio y generoso del término política:<br />
mejorar la cosa pública.<br />
¿Cómo ves el periodismo actual<br />
El periodismo en México vive, a la vez, un gran momento y un<br />
momento muy pobre. Es el gran momento de la pluralidad, la<br />
libertad y la riqueza (en el sentido de dinero y en el sentido de la<br />
calidad de profesionistas que lo ejercen). Pero, al mismo tiempo,<br />
es un periodismo muy poco responsable, en términos de llevarle<br />
a la gente el conocimiento que necesita para ser mejores ciudadanos<br />
y seres humanos más inteligentes. Los grandes periódicos<br />
son grandes intelectuales colectivos: máquinas de generar información<br />
para ayudar a ser más inteligentes y más eficaces a sus<br />
lectores; para enseñarles a comprender cosas que difícilmente van<br />
a comprender solos, a conocer a su sociedad, y a crear comunidad<br />
inteligente, que comprenda y esté al tanto de lo que pasa en<br />
todos los ámbitos (político, económico, social, deportivo, cultural,<br />
etcétera). Si los periódicos no son grandes intelectuales colectivos<br />
—y en este sentido soy muy sanchezvillaseñoriano—, no diría<br />
que son despreciables, pero sí que son instrumentos de segunda<br />
calidad pública: buenos negocios o buenos divertimentos, pero<br />
carentes de ese ethos que yo, quizá, aprendí en la Ibero: ser algo<br />
más que divulgadores, entretenedores, escandalizadores y masajeadores<br />
de la sociedad. Ser sus cerebros, sus intelectuales colectivos.<br />
En este sentido, ¿el periodismo debe tener una<br />
vocación educativa, formativa<br />
Sí, claro. El periodismo tiene que ser parte de la inteligencia, de<br />
la comprensión, la responsabilidad y la conducta cívica, solidaria y<br />
ética de los lectores, de los públicos. Y yo siento que nuestro periodismo<br />
renuncia demasiado fácilmente a toda noción que no sea una<br />
formulación tan limitada como la siguiente: “A mí no me importa<br />
nada más que la noticia y yo no tengo más responsabilidad que<br />
atraer a los lectores a mi medio, sin callarme nada, y si hace falta<br />
subiéndole bastantes decibeles a los gritos y los susurros de la sociedad”.<br />
Una formulación así me resulta muy pobre como periodismo.<br />
¿Así era el periodismo cuando fundaste Nexos<br />
Cuando fundamos Nexos el periodismo mexicano era un periodismo<br />
bastante provinciano, sometido, amordazado y alquilado<br />
en muchos sentidos. Había muy pocos periódicos realmente<br />
independientes y libres, aunque por ello mismo, también, una<br />
enorme oportunidad para hacer el periodismo que a mí me ha<br />
interesado siempre. Nexos se fundó en los años setenta, y comenzaba<br />
a haber en México una cierta riqueza muy visible, muy<br />
madura ya, de conocimiento académico; de gente que estudiaba<br />
con rigor la política, la economía, la dinámica social. Y lo que<br />
nosotros hicimos en Nexos fue tratar de traer ese conocimiento,<br />
que había en los claustros académicos, a un espacio público<br />
intermedio entre el artículo de periódico y el ensayo académico,<br />
añadiendo desde luego algo que ya era una riqueza muy<br />
consolidada de la vida cultural mexicana: la creación y la crítica<br />
literaria, en el ámbito de las humanidades.<br />
La titulamos Nexos, sociedad, ciencia y literatura, porque nos parecía<br />
desde entonces que había un tema tecnológico y científico<br />
que estaba también escondido y del que nadie se hacía<br />
cargo en los espacios de las audiencias periodísticas. Fue una<br />
decisión acertada que le permitió a la revista tener un perfil<br />
muy claro desde el principio. Luego lo que nosotros iniciamos<br />
se acabó volviendo una moda, de manera que ahora tenemos<br />
una enorme desventaja si persistimos en ser un espacio periodístico-académico,<br />
porque todos los periódicos están llenos de<br />
comentaristas de una gran solidez académica, que desahogan en<br />
las páginas editoriales, con mucha eficacia, lo que han aprendido<br />
en las aulas; y, paradójicamente, ahora el espacio abierto para una<br />
revista como Nexos es el increíble espacio que han dejado los<br />
periódicos mexicanos a causa de ir en pos de ese periodismo de<br />
inmediatez, de shock y escándalo. El periodismo mexicano ha<br />
renunciado al reportaje largo, complejo, bien escrito; ha renunciado<br />
a la crónica, a la entrevista de perfiles, de larga penetración,<br />
y, en general, ha renunciado a la escritura, y, especialmente, a la<br />
buena escritura. Con unas cuantas excepciones, en los periódicos,<br />
escriben mucho mejor los columnistas y los articulistas que<br />
los reporteros que reducen su ejercicio a dar síntesis noticiosas.<br />
¿Tiene esto que ver con una crisis de la lectura o con la<br />
preeminencia del periodismo como negocio<br />
Tiene que ver con una cuestión de negocio, obviamente, pero<br />
también con un contagio del periodismo televisivo y radiofónico<br />
sobre los hábitos informativos de la gente y, por tanto, sobre<br />
lo que la gente tolera leer en un periódico. Los periódicos han<br />
ido siguiendo el tema de la inmediatez y del formato corto y<br />
rápido de las noticias de televisión y de radio, y han renunciado,<br />
poco a poco, a los lectores. Los periódicos tratan a los lectores<br />
como si fueran radioescuchas: les dicen rápidamente las cosas, y<br />
no hay ninguna confianza en que un lector de periódico pueda<br />
leerse, de principio a fin, un reportaje que ocupe dos planas o<br />
plana y media de un periódico estándar. El periodismo mexicano<br />
se ha empobrecido mucho al contagiarse de la rapidez y del<br />
sentido de choque y de inmediatez de la radio y la televisión.<br />
Hasta los periódicos mejor hechos lo que le dan al público son<br />
noticias casi casi como soundbits que pueden escuchar en la radio.<br />
Y entre más escandaloso, rijoso y descontrolado el dicho de un<br />
político, más va a la primera plana. Ahora tenemos un nuevo modelo<br />
de ganarse la primera plana con la lengua, diciendo chascarrillos<br />
y gracejadas y tirando lancetas. Es, además, un periodismo<br />
amarranavajas, que ofrece a los lectores muy pocos instrumentos<br />
para entender lo que sucede y para portarse de un modo más<br />
inteligente que como se portan con sus propios medios.<br />
Lo paradójico es que tenemos, en México, un periodismo más<br />
libre y más plural que nunca, con más garra en la búsqueda de<br />
la noticia, pero a la vez un periodismo muy pobre intelectual y<br />
analíticamente hablando, e incluso muy pobre desde el punto de<br />
vista informativo, porque es un periodismo que está en la piel<br />
de los hechos y no va mucho más allá. Yo escribo una columna<br />
diaria, de lunes a viernes, en el diario Milenio, y casi todas las semanas<br />
me tengo que fugar de los temas que traen los diarios para<br />
no repetir lo que repiten todos. Trato asuntos literarios o busco<br />
temas que me saquen de la rutina machacona de ese periodismo<br />
inmediatista. Este es un asunto en el que los periodistas deberíamos<br />
reflexionar. Hay que atender menos el chascarrillo y buscar<br />
más el sentido profundo de las cosas.<br />
Ibero 31
LÍDER IBERO<br />
El periodismo tiene<br />
que ser parte de la<br />
inteligencia,<br />
de la comprensión,<br />
la responsabilidad y<br />
la conducta cívica,<br />
solidaria y ética de los<br />
lectores, de los públicos.<br />
Háblame, por favor, de tus otras dos vocaciones<br />
profesionales: la historia y la ficción, es decir la<br />
investigación histórica y tu obra narrativa.<br />
Yo llegué a la historia por una razón alimenticia. Solicité, en<br />
El Colegio de México, la beca para estudiar el doctorado en<br />
Historia, que no exigía entonces haber tenido una formación<br />
histórica previa: un experimento que diseñó José Gaos y que<br />
creo que resultó bastante bueno. Fue así como me hice historiador,<br />
pero lo que yo quería ser, en el fondo de mi corazón, desde<br />
muy joven, era escritor y, especialmente, novelista. Por ello, tanto<br />
la historia como el periodismo fueron para mí géneros afines<br />
que me permitieron ganarme la vida sin separarme mucho de<br />
la vocación literaria e incluso, diría yo, alimentando mucho esa<br />
vocación, porque de la historia y del periodismo yo obtuve un<br />
conocimiento de mi sociedad, de mi país, que ninguna otra cosa<br />
me había dado. Tanto la historia como el periodismo fueron<br />
grandes ventanas hacia la realidad y grandes desafíos para mi vocación<br />
literaria. Soy y he sido un escritor realista, pero bastante<br />
menos realista de lo que se cree. Buena parte de lo que he escrito<br />
como ficción es ficción, y no la simple transcripción de hechos<br />
o novelas en clave sobre personajes de la vida real trasladados a<br />
la literatura. La historia y el periodismo me indujeron a hacer<br />
una literatura en la que se pudiera sentir el ritmo y los conflictos<br />
de mi tiempo, de mi sociedad. Al final, han sido disciplinas muy<br />
convergentes y muy enriquecedoras en el cruce de la literatura.<br />
¿Hoy eres más escritor que periodista e historiador<br />
No sé bien a bien qué es lo que soy, y tampoco me importa. Por<br />
ejemplo, ahora estoy escribiendo un libro literario que es la evocación<br />
de la historia de mis padres. Es, obviamente, una historia<br />
de la vida real, pero llena de interpolaciones del historiador y del<br />
creador de ficciones, porque al final, entre el periodista, el historiador<br />
y el creador de ficciones éste es, de los tres, el que mejor<br />
32 IBERO<br />
escribe. Pienso que la manera más eficaz de conocer es escribir<br />
y escribir bien, escribir con fervor literario la significación y el<br />
poder de los detalles, y eso es algo que se aprende en el periodismo<br />
superficialmente, que se aprende en la historia de manera<br />
profesional, pero que sólo se aprende, creativamente, en la literatura.<br />
La literatura es el espacio donde la precisión de la realidad<br />
y la claridad de los detalles van más allá de la realidad porque la<br />
penetran y la dotan de un sentido que no tiene por sí sola.<br />
La verdad es que me siento muy cómodo entre las tres vertientes<br />
de mi escritura: periodismo, historia y ficción. Acudo<br />
mucho a la reconstrucción histórica, con las técnicas del historiador;<br />
acudo mucho también al reportaje periodístico, tratando<br />
de mantenerme en escenarios reconocibles que tengan el sabor<br />
de lo vivido para los lectores, y disfruto mucho el trabajo de<br />
la escritura de ficción y de recreación. Mi nuevo libro, Pasado<br />
pendiente, es un libro donde están, como en ninguna de mis demás<br />
obras, estas tres vocaciones juntas: la del historiador, la del<br />
periodista y la del escritor de ficciones. Es un libro en donde todo<br />
es autobiografía, todo es ficción y todas las historias son verdaderas. Si<br />
alguien quiere saber cuál es el libro donde estoy más completo<br />
o digamos en posesión de las disciplinas que he adquirido en<br />
la vida es éste: la mejor mezcla que he logrado del escritor, el<br />
historiador y el periodista.<br />
De 1980, cuando publicas Morir en el golfo, a 2010,<br />
en que aparece Pasado pendiente, han transcurrido<br />
tres décadas. ¿Cómo ha cambiado el escritor Héctor<br />
Aguilar Camín en estos últimos treinta años<br />
Tengo mucha más confianza en mis dones y soy menos atropellado<br />
en mi conducta como escritor. Paradójicamente, nunca he<br />
escrito con más dificultad que ahora y siento que apenas estoy<br />
aprendiendo a escribir. En los ochenta me sentía un escritor<br />
maduro; hoy me siento un aprendiz de escritor.
Volviendo a tu vocación histórica y a tu ejercicio<br />
de analista político, ¿dirías que México es un país<br />
democrático<br />
México es un país democrático, sin duda, pero no es un país<br />
cívico, no es un país donde la <strong>democracia</strong> sea la expresión cívica<br />
última de un modo solidario de ser y de vivir. Las desigualdades<br />
de México hacen que todo —la <strong>democracia</strong>, el civismo, la<br />
solidaridad, la educación, el conocimiento, etcétera— sea algo<br />
fracturado. México es un país fracturado por sus desigualdades.<br />
No vivimos en una comunidad pareja, en donde las personas se<br />
miren a la cara como iguales. Es un país que está asentado mucho<br />
en el privilegio y en la desigualdad, y en la discriminación,<br />
suave, hipocritona como es la discriminación mexicana, pero<br />
una discriminación muy real y muy profunda, y eso hace que la<br />
<strong>democracia</strong> sea también una <strong>democracia</strong> incompleta, íntima e<br />
interpersonalmente incompleta. Los mexicanos no somos iguales,<br />
ni psicológica ni socialmente. Pienso en los contrastes entre<br />
los dos México en donde yo he vivido y estudiado: el México<br />
del norte, el de nuestros criollos norteños, francos y abiertos,<br />
y el México tuyo y mío, nuestro México indígena, el México<br />
de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas. Un ranchero<br />
pobre sinaloense tiene una actitud psicológica de igualdad con<br />
quien se le pare enfrente; una actitud que no tiene un indígena<br />
aculturado de Chiapas. No depende sólo ni fundamentalmente<br />
de dinero ni de educación ni de, digamos, la condición social.<br />
Hay algo que falta profundamente en la <strong>democracia</strong> mexicana<br />
que es la igualdad psicológica, ese sentir que pertenecemos a una<br />
comunidad de reglas comunes en la que todos somos iguales aunque<br />
seamos distintos, y esto tiene mucho que ver con el hecho de<br />
que las condiciones de la vida democrática, empezando por la<br />
igualdad ante la ley, están también fracturadas. Es evidente que<br />
aunque en la ley y en el discurso dominante de la polis mexicana<br />
todos somos iguales, algunos, como decía Owen, son muchísimos<br />
más iguales que otros. Esto es un asunto de largo plazo,<br />
porque es, sobre todo, un asunto de civilización en el que las<br />
oportunidades económicas, la prosperidad y la educación vayan<br />
creando poco a poco una segunda naturaleza para que realmente<br />
todos seamos iguales en el ámbito psicológico, en el ámbito íntimo,<br />
aunque seamos muy distintos en nuestros logros, en nuestras<br />
riquezas y en nuestra posición social. Éste es uno de los grandes<br />
pendientes en nuestra incompleta vida democrática.<br />
¿Cómo juzgas hoy al poder mexicano ¿Ha sido<br />
rebasado por los graves problemas que enfrenta el país<br />
Lo veo muy fracturado también, entre los distintos órdenes de<br />
gobierno. La fractura es vertical porque hay una descoordinación<br />
gravísima del gobierno federal con los gobiernos estatales y<br />
municipales, y es también horizontal entre los distintos poderes<br />
del país. La división de poderes en el ámbito federal tiende a ser<br />
más que fuente de equilibrios, origen de parálisis. Los poderes<br />
Legislativo, Ejecutivo y Judicial más que equilibrarse se contrarrestan.<br />
Y hacia abajo, del poder federal hacia los poderes locales,<br />
hay también una falta de acuerdos de reglas operativas, de disposiciones<br />
y disponibilidades políticas para la corresponsabilidad.<br />
Esto es realmente muy preocupante, porque hemos pasado de<br />
un sistema político piramidado a uno suelto y disgregado. En el<br />
tema de la inseguridad, lo que se observa es la increíble falta de<br />
coordinación de las acciones federales con las acciones estatales<br />
y municipales. Raya en el absurdo el comportamiento de los<br />
poderes locales frente al hampa y el narcotráfico, por la ausencia<br />
de acciones de los gobernantes locales en sus propias ciudades, a<br />
cuenta de que estas grandes espirales del crimen son atribuibles<br />
al narcotráfico y, dado que éste es un asunto del fuero federal,<br />
ellos no tienen nada qué hacer en esa materia: todo es responsabilidad<br />
entonces del gobierno federal, lo cual es una manera<br />
inaceptable de zafarse frente a lo que les pasa a los ciudadanos de<br />
carne y hueso. No hay ciudadanos federales, hay ciudadanos de<br />
cada ciudad, de cada municipio, de cada estado. Esto ha conducido<br />
primero a la infiltración y a la captura de las policías y los<br />
poderes locales por los narcotraficantes y por los miembros del<br />
crimen organizado. En este tema, el camino de Calderón no se<br />
ve con ninguna claridad hacia adelante. Frente a la violencia, que<br />
parece no tener fin en algunas ciudades y en algunas regiones, lo<br />
que vemos, literalmente, es a la autoridad local hacerse a un lado<br />
como si no fuese su problema, y al gobierno federal no tener los<br />
tentáculos suficientemente finos para arreglar ese problema de<br />
violencia local, sino quizá al contrario: tiene unos instrumentos<br />
tan burdos que probablemente en lugar de hacer la cirugía, rompe<br />
equilibrios, y genera una violencia mucho mayor de la que<br />
hubiera esperado en un diagnóstico inicial.<br />
El poder mexicano es como nunca un poder múltiple y compartido,<br />
en su responsabilidad, y como nunca, al menos que yo<br />
recuerde en mi generación, es también un poder fragmentado y<br />
fracturado en su capacidad de cogobernar y corresponsabilizarse<br />
de las cosas. Éste es el problema central de México desde el punto<br />
de vista político, aunque seguimos con los viejos reflejos de<br />
decir que el que no sirve es el presidente. Tenemos presidentes<br />
equilibrados hasta la parálisis por los otros poderes, y rechazados<br />
como socios por los poderes locales. Es obvio que tienen<br />
que ser malos presidentes; no hay manera que resulten buenos<br />
o con grandes logros. La opinión pública sigue esperando de<br />
los gobiernos federales cosas que éstos ya no pueden dar, cosas<br />
que sólo van a poder dar los gobiernos locales que, como ya<br />
vimos, van muy atrás en su trabajo de comprometerse con la<br />
seguridad en este caso, pero también con la vida democrática,<br />
con la seguridad social, con el crecimiento económico, etcétera.<br />
Los gobiernos locales son eslabones muy débiles de nuestra vida<br />
institucional, y el gobierno federal que era, digamos, el animal<br />
fuerte, está muy disminuido por los otros miembros de la manada.<br />
Entonces, tenemos un problema de gobierno no débil sino<br />
debilitado, y no plural sino fragmentado.<br />
En este escenario, ¿qué podemos esperar de las<br />
elecciones en 2012<br />
Quién sabe. Parece muy fácil el camino del PRI, salvo que las<br />
cosas en la vida no pueden ser tan fáciles. Parece muy enredado<br />
el espectro de la izquierda, salvo que la izquierda todavía debe<br />
definir un candidato. Y los posibles candidatos del PAN parecen<br />
muy desdibujados. Pero, quizá, lo peor de todo es que a la política<br />
le pasa lo que a los periódicos. Ha perdido inteligencia en<br />
materia de proponer a los ciudadanos lo que quiere hacer, en<br />
materia de programas. Los ciudadanos no saben qué país está<br />
en las cabezas de cada uno de estos señores que nos quieren<br />
gobernar. Es una política como la prensa: muy inmediatista, cortoplacista,<br />
de pocas ambiciones estratégicas, una política del día<br />
con día y de la elección por la elección, sin proyectos, sin linajes<br />
claros de los partidos o de las fuerzas que compiten, sin diferencias<br />
distinguibles de lo que quieren para el país.<br />
Ibero 33
la llama inextinguible<br />
La<br />
limpidez<br />
poética<br />
Óscar<br />
de<br />
Octavio Paz escribió: “La poesía de Óscar Oliva (Tuxtla<br />
Gutiérrez, Chiapas, 1938) me recuerda la de Éluard, no<br />
por el erotismo sino por la limpidez: edificios verbales<br />
hechos de aire”.<br />
Hace nueve lustros, al destacar la obra del entonces joven poeta<br />
(Óscar Oliva tenía 30 años), Paz se refirió a la inventiva y la experimentación<br />
de una poesía que incorporaba a la lírica mexicana ciertos<br />
elementos que le estaban faltando: la rabia, la fuerza, la osadía.<br />
Apenas el año pasado se cumplió el medio siglo de la aparición de<br />
la primera colección poética de este autor: La voz desbocada (1960),<br />
incluida en el volumen colectivo La espiga amotinada. A lo largo de<br />
estos cincuenta años, Oliva ha seguido construyendo una obra que<br />
ha reunido en el volumen Trabajo ilegal, título simbólico y emblemático<br />
de lo que ha sido y es su poesía: el trabajo al margen.<br />
En 1971, su libro Estado de sitio obtuvo el Premio Nacional de<br />
Poesía Aguascalientes, y en 1990 le fue conferido el Premio Chiapas<br />
de Arte y Literatura, máximo reconocimiento que entrega su estado<br />
natal a los escritores y artistas chiapanecos más destacados.<br />
Es autor también de Lienzos transparentes (2003), libro sobre el<br />
cual afirmó: “Aquí hay un testimonio dicho desde las entrañas, es<br />
un libro que nace del deseo no de escribir poemas, sino de uno que<br />
dé cuenta de la memoria de este tiempo”.<br />
Al referirse a su vocación ha dicho: “Estoy en el sitio que he<br />
escogido para entablar mi personal diálogo con la existencia; para<br />
continuar el relato donde algo se gesta y se destruye; para concluir<br />
con el asunto de estar vivo”. Para Oliva, “la poesía es una forma de<br />
resistencia para preguntar qué mundo está por nacer”.<br />
Cuando ha rebasado ya los 70 años, de los que ha dedicado más<br />
de medio siglo a la poesía, Óscar Oliva publicará en los próximos<br />
meses, bajo el sello de Editorial Aldus, un nuevo libro, Estratos, del<br />
que forma parte este poema, hasta hoy inédito, que entregamos a los<br />
lectores de IBERO.<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
34 IBERO
Oliva<br />
Un poema inédito<br />
¿Qué apagas y enciendes en las<br />
paredes, entre techos y pisos, por<br />
patios y corredores sin conexión<br />
Miras a través de la ventana,<br />
levemente inclinado sobre tu mesa<br />
de trabajo; sostienes en una mano<br />
un lápiz. Tu mirada se detiene en un<br />
árbol de muchas cabezas, exacto a las<br />
muchas cabezas florales del brócoli.<br />
En los mapas extendidos sobre<br />
una manta, señalas ríos que se<br />
entrecruzan y fracturan desde<br />
adentro, bosques que se mueven,<br />
países que ya no existen, barcos<br />
pesqueros encallados en páramos de<br />
arena, como si hubieran caído del<br />
cielo. Tu rostro está resplandeciente<br />
por una luz que no sabes por<br />
qué está ahí, cuando todo ha sido<br />
extinguido.<br />
Es el momento en que te veo,<br />
cuando haces la lectura en voz<br />
alta del documento inconcluso,<br />
que deseas abandonar, para<br />
redireccionarlo. Hago lo mismo. Es<br />
el momento en que me ves, con<br />
papeles extendidos sobre la mesa,<br />
intentando el juego del montaje<br />
final. Voy a otra ventana. Nos damos<br />
cuenta que no existe el equilibrio<br />
en nuestros escritos porque nuestras<br />
historias no se encuentran.<br />
No sabemos cuándo hemos<br />
cometido un error y cuándo hemos<br />
dado pie para comenzar otro.<br />
Conducimos por distintas autopistas,<br />
por solitarios caminos de extravío,<br />
que estaban ocultos a nuestra visión<br />
de paralaje, un cambio inútil en<br />
nuestra actitud de observadores.<br />
Procesamos y generamos paisajes<br />
desde un mismo modelo, un mismo<br />
acto, una misma búsqueda, un<br />
cuadro de Vermeer, el encogido mar<br />
de Aral, el carro que conduces a<br />
gran velocidad, que conduzco a gran<br />
velocidad; no vamos a saber cuándo<br />
dar vuelta en U, cuándo meter el<br />
freno a fondo, dejar de escribir, leer,<br />
dejar de llegar.<br />
No hay un lápiz que rompa una hoja<br />
de papel desde abajo, y nos distraiga<br />
totalmente. Tal como lo hacen<br />
los camellos cerca de los barcos<br />
inclinados.<br />
Ibero 35
TRIVIUM/ensayo literario<br />
Jorge Volpi<br />
Narrador, ensayista e investigador. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. Sus novelas han tenido un gran<br />
impacto en el ámbito hispánico y se han traducido al inglés, francés, alemán y griego; entre ellas, En busca de Klingsor (1999),<br />
El fin de la locura (2003), No será la tierra (2006), El jardín devastado (2008) y Oscuro bosque oscuro (2009). Entre<br />
sus libros ensayísticos destacan La imaginación y el poder (1998), Mentiras contagiosas (2008) y El insomnio de Bolívar<br />
(2009). Entre otros reconocimientos ha recibido el Premio Biblioteca Breve Seix Barral, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio<br />
Debate Casamérica y el Premio José Donoso. Ha sido director del Instituto de México en París y, actualmente, es director general del<br />
Canal 22 de televisión<br />
Lectores camaleón y<br />
novelas espejo<br />
Las miradas animales escudriñan el laboratorio en busca de<br />
sus cuidadores, sin hallarlos. Las miserables criaturas no<br />
pueden saber que, como todos los días a la una y media de<br />
la tarde, investigadores y asistentes se congregan en una pequeña<br />
trattoria a pocos pasos de distancia y, frente a un generoso platón<br />
de tortellini, discuten sobre las habilidades cognitivas de los<br />
primates —y sobre la última derrota del Parma FC. Entretanto,<br />
los macacos permanecen en sus jaulas con los cráneos abiertos y<br />
los cerebros enchufados a una telaraña de circuitos que permite<br />
analizar qué neuronas se activan cuando ellos miran un objeto,<br />
juegan, comen, retozan o pelean entre sí.<br />
Fotos: Corbis<br />
36 IBERO
Uno de los científicos se adelanta a sus compañeros y, todavía<br />
con medio helado de pistache en la mano, se introduce en el laboratorio<br />
de forma intempestiva. Los instrumentos enloquecen:<br />
en cuanto los monos observan al humano zamparse su cornetto,<br />
sus cerebros no sólo se lanzan en una actividad neuronal desenfrenada<br />
en sus áreas de percepción, sino también, para sorpresa<br />
de propios y extraños, en el área F-5, una zona motora del cerebro.<br />
¿Por qué diablos se encienden neuronas motoras del macaco<br />
ante el goloso movimiento del científico<br />
Giacomo Rizzolatti y su equipo se encontraban frente a un<br />
fenómeno inédito en los estudios sobre el cerebro.<br />
Como demostraron en una larga serie<br />
de experimentos posteriores, al parecer los seres<br />
humanos —y otros animales— contamos<br />
con un tipo especial de neuronas motoras que<br />
se activan cuando vemos a alguien comer un<br />
helado o, usando un ejemplo paradigmático,<br />
cuando vemos que alguien patea una pelota.<br />
Y no sólo eso: también saltan enloquecidas<br />
cuando imaginamos que alguien patea una pelota,<br />
escuchamos que alguien patea una pelota e incluso cuando<br />
pronunciamos la mera palabra “patear”.<br />
Imposible adivinarlo: la evolución nos entregó una herramienta<br />
que nos lleva a reconocer los actos ajenos como si fueran<br />
propios. Te veo caminar e, inevitablemente, en mi cerebro, yo<br />
camino. De igual modo, si te imagino caminando, si alguien me<br />
cuenta que te ha visto caminar o —algo esencial para este libro—<br />
si leo un libro donde se dice que tú caminas, en mi mente<br />
yo también me lanzo en un delicioso paseo. No había mejor<br />
nombre para estas neuronas, claro, que neuronas espejo.<br />
Escritores y filósofos habían prefigurado su existencia: sólo<br />
podemos comprender a los demás, afirmaba por ejemplo el filósofo<br />
Alvin Goldman, cuando simulamos interiormente el estado<br />
emocional en el que se hallan. Si en verdad me importa saber<br />
cómo te sientes —enamorada, triste, rozagante, melancólica—,<br />
estoy obligado a padecer lo mismo, aunque sea de forma vicaria<br />
y pasajera, en mi fuero interno. De otro modo: de manera involuntaria,<br />
todo el tiempo nos ponemos en el lugar de los otros.<br />
¿Para qué Como ya podríamos sospecharlo, en primera instancia<br />
para prever el futuro: saber si me vas a servir agua en esa copa<br />
o si planeas estrellarla en mi cabeza determinará cómo yo deba<br />
reaccionar, agradeciéndotela con efusión o esquivando el golpe.<br />
La imitación, mecanismo esencial para nuestra supervivencia,<br />
se halla en la base de ese extraño comportamiento, tantas veces<br />
vilipendiado o menospreciado, que conocemos como empatía.<br />
Me meto en tu pellejo para averiguar si eres amigo o enemigo, si<br />
me tenderás la mano o me clavarás un cuchillo por la espalda y, al<br />
hacerlo, al mismo tiempo te conozco mejor —y de paso me conozco<br />
mejor a mí mismo. El inmenso poder de la ficción deriva<br />
de la actividad misma de las neuronas espejo —y de ellas se desprende<br />
una idea todavía más amplia y generosa, la humanidad.<br />
Desde que nacemos estamos programados para reconocer e<br />
imitar a los otros: el bebé sonríe apenas distingue la borrosa cara<br />
de su madre aun si su mueca carece aún de contenido —imposible<br />
deducir, por ahora, si en efecto está feliz. Para bien o para<br />
mal, a partir de ese momento no dejamos de imitar el comportamiento<br />
de los otros: sus posturas, sus guiños, sus sonidos y, por<br />
supuesto, sus ideas —sus memes.<br />
Poco a poco, conforme aprendemos a ser humanos, nuestras<br />
Abro una novela, distingo las huellas<br />
que el autor ha dejado, las completo<br />
con los patrones que extraigo de mi<br />
memoria y descubro, de pronto, a un<br />
personaje —a alguien como yo.<br />
intenciones quedan codificadas en nuestros registros corporales,<br />
en nuestros gestos, ademanes y guiños. Contradiciendo el título<br />
de este libro, en realidad no somos capaces de leer la mente de<br />
los demás —aunque nos pese, las neuronas no son libros que se<br />
dejen ojear al desgaire. Lo único que podemos aspirar a leer es la<br />
apariencia externa de los otros —tus ojos llorosos o tu sonrisa<br />
abierta, tus brazos extendidos o tu dedo cordial amenazante, tu<br />
parpadeo seductor o tu bostezo— y deducir, a partir de ellos, el<br />
ánimo que los inspira.<br />
Reconozcámoslo: nos fascina parecernos a los demás —de allí<br />
el espíritu de grupo, pero también el nacionalismo, el racismo<br />
y la xenofobia, ideas siempre odiosas— para así podernos sentir<br />
identificados, seguros, en casa. Observa, por ejemplo, a esa pareja<br />
que juega con sus hijos: sus miembros apenas se parecen, pero<br />
guardan cierto “aire de familia”: un porte, algunos tics y algunos<br />
gestos que los vuelven reconocibles. Un gracioso experimento<br />
demostró, por otra parte, que los chicos que mejor habían congeniado<br />
con sus parejas durante la primera cita eran aquellos que<br />
sincronizaron sus movimientos y ademanes con mayor precisión.<br />
En Oscuro bosque oscuro relaté un caso más siniestro: los miembros<br />
del batallón 102 de la policía de reserva de Hamburgo perdieron<br />
la oportunidad de no convertirse en criminales por su<br />
incapacidad de dar dos pasos al frente y desprenderse, así, del<br />
resto del batallón. De haberlo hecho, hubieran sido excusados<br />
de asesinar a miles de judíos, sin consecuencia alguna para ellos.<br />
¿La razón Pocos temores más acendrados que el miedo a la<br />
vergüenza pública, al ridículo.<br />
Admiramos tanto a los héroes y execramos tanto a los criminales<br />
porque en realidad se requiere un enorme esfuerzo para<br />
Ibero 37
distinguirse de la multitud. Una especie de inercia imitativa guía<br />
buena parte de nuestras conductas: como el Zelig de Woody<br />
Allen, nuestro animal totémico es el camaleón. Parecemos condenados<br />
a la uniformidad, a repetir los mismos aspavientos de<br />
la masa, sus mismos prejuicios, sus mismos pudores, sus mismas<br />
manías. No se trata tanto de que las multitudes no piensen, sino<br />
de que el contagio de una actitud, en especial si es violenta o<br />
entusiasta, se vuelve atractiva de inmediato y empieza a correr<br />
como la pólvora.<br />
Los brazos en alto remedan una tabla gimnástica, los gritos<br />
se suman en un coro enardecido, los rostros iracundos, febriles<br />
o extáticos se repiten por doquier y, sin apenas darnos cuenta,<br />
nos descubrimos vitoreando a un goleador —o linchando a un<br />
pobre diablo.<br />
Las neuronas espejo han alcanzado la perfección de una maquinaria<br />
de relojería. Algunas, llamadas “estrictamente congruentes”,<br />
se activan con solo observar un movimiento, mientras<br />
otras, llamadas “lógicamente congruentes”, lo hacen incluso<br />
antes de que éste se produzca —por ejemplo, cuando distingues<br />
sobre la mesa ese plato de lasaña que no tardarás en comerte. Y<br />
no olvidemos a las “neuronas canónicas”, que parecen codificar<br />
los objetos en abstracto, silla, mesa, pelota, ventana, sin tomar<br />
en cuenta sus propiedades subjetivas —los qualia que tanto han<br />
incomodado a los filósofos desde la Antigüedad.<br />
La extrema sutileza del mecanismo, que a veces se produce a<br />
escala unicelular, permite aventurar que las células espejo tal vez<br />
sean las precursoras del lenguaje. Desde muy pequeños somos<br />
capaces de imitar los movimientos de los labios y la boca, incluso<br />
los más suaves y refinados —por eso los niños aprenden de inmediato<br />
la fonética de su lengua materna. Observen, si no, cualquier<br />
conversación: buena parte del sentido reposa en las muecas y<br />
modales, más que en las palabras, como sabe cualquiera que haya<br />
intentado ligar en una discoteca con la música a todo volumen.<br />
Por fortuna, las neuronas espejo no sólo nos llevan a imitar las<br />
conductas de los demás, por más abnegadas o infame que éstas<br />
sean, sino a entenderlas. Antes se creía que intentábamos comprender<br />
a los otros por analogía, comparándonos racionalmente<br />
con ellos; ahora sabemos que el proceso es más expedito e involuntario.<br />
Cuando te miro llorar, en mi cerebro tú lloras y yo lloro<br />
al mismo tiempo: las dos personas gramaticales se confunden.<br />
En las neuronas espejo, el yo y el otro se traslapan, se trenzan,<br />
se enmarañan, por un instante dejamos de estar aislados en el<br />
recóndito interior de nuestros cráneos y creamos un vínculo<br />
virtual con los demás. Seré más drástico: de hecho, el yo sólo se<br />
modela a partir del contacto con los otros. Como demuestran las<br />
historias de niños ferales, como el infeliz Kaspar Hauser, un niño<br />
que crece en aislamiento es apenas humano. Por eso la soledad<br />
extrema conduce con frecuencia a la desesperación o a la locura.<br />
La magia singular de las neuronas espejo radica, sin embargo,<br />
en su capacidad para activarse sin depender de un acontecimiento<br />
real —pensar en alguien equivale a observarlo. En otras<br />
38 IBERO<br />
palabras: para ponerme en tu sitio, para ser tú por un instante, lo<br />
único que tengo que hacer es imaginarte. Al hacerlo, te copio, te<br />
arremedo, y mi cerebro intenta adentrarse así, de pronto, en tu<br />
impenetrable magma interior.<br />
El mundo mental, pues, me condiciona: aunque suene a manual<br />
de autoayuda, debo cuidar con quién me identifico. Otro<br />
experimento: a un grupo de adolescentes se le pide hablar durante<br />
una hora de los hooligans que la semana pasada sabotearon<br />
un partido de futbol; a un segundo grupo, imaginar el trabajo<br />
realizado por los físicos nucleares del cern; y, al último, como<br />
control, charlar con desenfado sobre cualquier tema. A continuación,<br />
todos los jóvenes son sometidos a un examen de matemáticas.<br />
En efecto, quienes pensaron en los físicos obtienen, por<br />
mucho, las mejores notas; en segundo lugar quienes no conversaron<br />
de nada en particular; y, en un lejano último puesto, los<br />
que se sumergieron en el tenebroso universo de los vándalos.<br />
¿Pensar en profesores me hace más inteligente que pensar en<br />
gamberros ¿La imaginación altera de forma tan drástica nuestras<br />
aptitudes Por chabacano que suene, parece que así es. Pasar<br />
todas las tardes leyendo a Corín Tellado tiende a convertirme en<br />
una romántica insufrible, mientras que sumergirme a diario en<br />
Cioran acentúa mi pesimismo —no lo olvidemos, Alonso Quijano<br />
es un personaje realista. Pero tampoco simplifiquemos en<br />
exceso: si las neuronas espejo me inducen a copiar los modelos<br />
que comparecen frente a mí, la razón, el pudor o el miedo le<br />
imponen toda suerte de límites a mi vena camaleónica.<br />
Aunque me horrorice decirlo, “pensar positivamente” ayuda,<br />
en efecto, a ser positivo. Y maldecir y echar pestes por cualquier<br />
cosa, a todas horas, a ser infeliz. La práctica mental es casi tan<br />
buena como la física: imaginarse resolviendo un problema de<br />
cálculo o saltando con pértiga en verdad ayuda a resolverlo o<br />
a romper un récord olímpico. Nada hay en ello de misterioso<br />
o esotérico: no se trata de lo que crédulos y charlatanes denominan<br />
el “poder de la mente”, sino del auténtico poder de la<br />
mente, es decir, de cómo el cerebro nos predispone a la hora de<br />
confrontar al mundo.<br />
Nos topamos, aquí, frente a un ineludible dilema ético. Ahora<br />
sabemos que las imágenes públicas, reales o ficticias, influyen<br />
directamente en los comportamientos sociales, como no se han<br />
cansado de señalar los apocalípticos. La reiteración de la violencia<br />
sí provoca conductas violentas; la repetición incesante del<br />
machismo, el racismo o la homofobia sí genera actitudes machistas,<br />
racistas u homófobas. ¿Deberíamos regular entonces la<br />
producción y difusión de estas ideas en los medios de comunicación<br />
¿Tendría que haber algún tipo de censura —o autocensura—<br />
entre periodistas, directores de cine o incluso novelistas La<br />
cuestión no es fácil de dirimir. Aunque en principio uno siempre<br />
busca colocarse del lado de la libertad de expresión, sería<br />
irresponsable no evaluar las consecuencias que podría desatar la<br />
expansión de ciertas ideas —la imaginación se puede convertir<br />
en un peligro.
El contagio de una actitud, en<br />
especial si es violenta o entusiasta,<br />
se vuelve atractiva de inmediato y<br />
empieza a correr como la pólvora.<br />
Gracias al descubrimiento de las neuronas espejo, se ha corroborado<br />
una intuición ancestral: leer una novela es como habitar<br />
el mundo. Cuando me introduzco con Guerra y paz en la Rusia<br />
de Alejandro I o con En busca del tiempo perdido en la Francia<br />
de principios del siglo xx, mi cerebro se comporta igual que<br />
cuando recorro las calles de mi barrio o paseo por el Zócalo de<br />
la ciudad de México. En cierto nivel, el cerebro sabe distinguir<br />
la realidad de la ficción; pero, mientras me mantengo allí, en la<br />
Rusia de Tolstói o el París de Proust —mientras leo—, mis neuronas<br />
espejo se activan con la misma intensidad que frente a un<br />
escenario auténtico —las novelas también son videojuegos.<br />
Y no sólo eso: si digo que los personajes de un libro me habitan,<br />
o que yo vivo en ellos, no se trata de una simple baladronada<br />
metafórica. A causa de las neuronas espejo, yo en verdad<br />
soy Hamlet, Gargantúa, Tristam Shandy, Julien Sorel, Joseph K.,<br />
Lulú o Aura: hago lo que ellos hacen, vivo sus aventuras, gozo<br />
o padezco, dudo, traiciono o me convierto, de un momento a<br />
otro, en una anciana. Y, a la inversa, ellos se vuelven una parte<br />
sustancial de mí. Cada vez que pienso en ellos, resucitan —y, me<br />
trastocan. Mientras no me olvide de ellos, permanecen en mi<br />
mente como polizones: viajan a mis expensas y, en más de una<br />
ocasión, reaparecen para determinar mis respuestas a un determinado<br />
comportamiento social.<br />
En un artículo famoso, “¿Cómo ser un murciélago”, el filósofo<br />
Thomas Nagel se empañaba en cuestionar los alcances de<br />
la empatía, negando que fuese posible ponerse en el lugar de<br />
un murciélago. En realidad, las neuronas espejo nos permiten<br />
colocarnos prácticamente en cualquier sitio: en un tenebroso<br />
mamífero alado, en un alienígena anoréxico, en un zombi, en<br />
una planta, incluso en un cadáver —aunque al hacerlo los torne<br />
un poco humanos, un poco como yo.<br />
El crítico James Woods recuerda que, en Elizabeth Costello, el<br />
gran J. M. Coetzee hace decir a su personaje que la posibilidad<br />
de imaginar la vida interior de un murciélago define a un buen<br />
novelista. Por supuesto, otra cosa es empecinarse en romper la<br />
identificación irracional que nos liga a un personaje por una<br />
razón ética o estética —como Brecht, quien obligaba al espectador<br />
a distanciarse de sus actores para que pudiesen juzgar a<br />
Madre Coraje privados de sentimentalismo.<br />
Si bien las neuronas espejo nos impulsan a identificarnos con<br />
el primero que pasa —de las cenicientas de las telenovelas a<br />
los estereotipos de Dan Brown o Danielle Steel—, sólo aquellas<br />
figuras que despliegan una amplia gama de posibilidades, que<br />
nos lanzan a debatirnos con nuestros temores y deseos, que nos<br />
cuestionan y arrebatan, merecerían ser imitadas —o leídas. Mi<br />
convicción es la siguiente: la gran literatura construye personajes<br />
que escapan de los modelos previsibles, de los clichés y los<br />
lugares comunes no sólo con el afán de sorprendernos o anonadarnos,<br />
sino de sacudirnos y de hacernos comprender la infinita<br />
complejidad de lo humano.<br />
Reencarnar en la chica que se casa con el príncipe o en el<br />
detective que resuelve sus casos siempre de la misma forma, nos<br />
metamorfosea en criaturas tópicas, desprovistas de emoción. Representar<br />
mentalmente a Jean Valjean, a Adrian Leverkühn o a<br />
Mersault, en cambio, quizás nos transforme por un momento<br />
en seres atormentados y sombríos, pero también nos permite<br />
Ibero 39
observar con atención nuestros anhelos, frustraciones o desvaríos<br />
y entrever, acaso, quiénes somos en realidad. Según Kundera,<br />
los personajes de ficción son egos experimentales. ¿Qué sentido<br />
tendría, entonces, repetir una y otra vez la misma prueba, cuyos<br />
resultados conocemos de antemano, en vez de aventurarnos hacia<br />
lo desconocido Las grandes novelas no nos reconfortan: nos<br />
desafían. No nos alegran la tarde: cambian, literalmente, nuestras<br />
vidas.<br />
Eliminemos, eso sí, las buenas intenciones: leer no nos convierte<br />
por fuerza mejores personas —a lo mucho nos torna un<br />
poco menos obtusos. Quien frecuenta el arte de la ficción tiene<br />
un acceso privilegiado a las variedades de la naturaleza humana<br />
al que sólo podría aspirar alguien con una enfebrecida vida social:<br />
en unas cuantas páginas conocemos a decenas de personas<br />
—y nos introducimos en ellas. Una buena novela es, en realidad,<br />
un tratado sobre el yo.<br />
Además de sumergirnos en las mentes de los demás, la ficción<br />
literaria nos permite experimentar sus emociones. De hecho,<br />
numerosos críticos consideran que la función central del arte<br />
consiste, más que hacernos pensar, en hacernos sentir. ¿Cuántas<br />
personas no van al cine o leen una novela para desfogarse, para<br />
desternillarse a carcajadas o llorar a lágrima suelta sin ser juzgadas<br />
por ello No es fácil mostrar, así como así, tus emociones:<br />
la ficción, en cambio, te concede el permiso provisional de exhibirlas<br />
en público con la aparente tranquilidad de que no son<br />
emociones reales —aunque lo sean.<br />
Antes de continuar, vale la pena distinguir de una vez las emociones<br />
de los sentimientos. Según el neurocientífico de origen<br />
portugués António Damásio, las emociones son conjuntos complejos<br />
de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón<br />
distintivo, mientras que los sentimientos son percepciones<br />
sobre estados del cuerpo. En otras palabras: una emoción describe<br />
un estado mental, mientras que un sentimiento es, antes que<br />
nada, una percepción física. Según Damásio, esto explica que las<br />
emociones precedan a los sentimientos. Tratemos de ver cómo<br />
funcionan. Comencemos, pues, con las emociones.<br />
Cuando el cerebro detecta un “estímulo emocionalmente<br />
competente” (eec), una presencia real o imaginada, o una idea<br />
suficientemente poderosa —la repentina muerte de tu madre,<br />
por ejemplo—, libera un serie de neurotransmisores que alteran<br />
drásticamente tu estado mental. No me detendré aquí a cantar<br />
las virtudes y pecados de la serotonina, la dopamina, la noradrenalina<br />
y demás –inas. En nuestros términos, prefiero abordar el<br />
fenómeno desde otra perspectiva: aunque todos los seres vivos<br />
buscan la homeostasis, los seres humanos perseguimos, además,<br />
ese estado interior al que llamamos un tanto equívocamente<br />
bienestar. Una sensación de equilibrio interior que en primera<br />
instancia depende de la correlación de neurotransmisores en el<br />
cerebro pero que, en última instancia, se articula a partir de la<br />
regulación de nuestras emociones.<br />
La evolución nos ha programado para experimentar placer y<br />
dolor —los estados físicos que denominamos placer y dolor— a<br />
40 IBERO<br />
fin de hacernos capaces de responder a experiencias potencialmente<br />
benéficas o dañinas. El placer sexual me conduce a buscar<br />
una (o varias) parejas con las cuales replicar mis genes y el dolor<br />
de muelas a buscar a un dentista antes de que la infección se expanda<br />
por toda mi mandíbula, por poner dos ejemplos sencillos.<br />
A partir de esta polaridad básica se desarrollan todas las demás<br />
emociones, aquellas que llamamos primarias (ira, miedo, tristeza,<br />
alegría) y secundarias (amor, sorpresa, vergüenza, asco).<br />
Todas ellas nos alertan sobre cómo reaccionar frente a determinados<br />
eec conforme a patrones codificados previamente en la<br />
memoria. Si una situación me provoca miedo, es porque en el<br />
pasado atestigüé una amenaza —y entonces huyo. Si otra situación<br />
desata mi embarazo, se debe a que ya antes padecí la crueldad<br />
de la burla ajena —y entonces me resguardo. La alegría nos<br />
vuelve expansivos, abiertos, y propicia la reproducción; el miedo<br />
nos repliega y nos protege; la ira nos lleva a defendernos de las<br />
agresiones; y la tristeza nos ralentiza y nos invita al recogimiento<br />
y a la reflexión. (Precisemos que las “emociones sociales”, como<br />
la vergüenza o el asco, varían de una cultura a otra.)<br />
Los sentimientos, por su parte, no son cadenas de ideas, sino<br />
sensaciones. No me pienso feliz, me siento feliz: reconozco en mi<br />
cuerpo ciertas disposiciones o estados que identifico con la felicidad<br />
—los músculos relajados, el pulso constante, esa mueca en<br />
mi rostro que llamo sonrisa. Si, por el contrario, me pesa la espalda,<br />
he perdido el apetito, me cuesta levantar los brazos y no tolero<br />
que nadie me visite, lo más probable es que esté triste o melancólico.<br />
Los sentimientos son indicadores: mapas del interior del<br />
cuerpo que nuestro cerebro asocia con ciertas emociones.<br />
No sin razón, los antiguos creían que los humanos estábamos<br />
dominados por nuestras pasiones y que la tarea de la civilización<br />
consistía en domarlas como si fuesen bestias salvajes. Las emociones<br />
han sido vistas, desde entonces, como fuerzas imbatibles,<br />
capaces de lanzarnos a los peores excesos. Esta percepción no es<br />
del todo exagerada: en efecto, las emociones no derivan de un<br />
impulso racional, sino de la predisposición del cerebro a reaccionar<br />
de forma expedita ante las amenazas externas.<br />
Si me detuviera a analizar concienzudamente qué hacer frente<br />
al energúmeno que se abalanza contra mí enfebrecido, probablemente<br />
ya me habría matado a palos. Para evitar esta dilación fatal,<br />
mi cerebro se despreocupa de la razón y de inmediato asocia a<br />
ese eec una conducta predeterminada —correr a toda velocidad—<br />
sin detenerse a evaluar cada uno de los riesgos. El miedo<br />
es un seguro de vida. Las neuronas espejo vuelven a ocupar, en<br />
este ejemplo, un papel central. Ellas detectan esas marcas exteriores,<br />
esas huellas o atisbos que me permiten adivinar qué<br />
sucede en la mente del agresor —qué emociones lo animan o<br />
atormentan— y reaccionar frente a él de la forma más rápida.<br />
Siempre que me confronto con otro ser humano ocurre lo<br />
mismo. Primero, distingo ciertos ademanes, ciertas muecas, ciertas<br />
posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactamente<br />
esos mismos ademanes, muecas y posturas en mi interior, como<br />
si me pertenecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que te pasa: estás
agobiada o meditabunda o<br />
irascible. Y, al tú estarlo, lo<br />
estoy yo también. A continuación,<br />
según el caso,<br />
buscaré consolarte, te dejaré<br />
en paz o huiré de ti.<br />
Puedo equivocarme, por<br />
supuesto —las neuronas<br />
espejo no son infalibles—, y creer que estás enojada cuando<br />
estás triste o triste cuando sólo sientes vergüenza. Leer a los<br />
otros, es decir, leer sus cuerpos para tratar de leer sus mentes, es una<br />
actividad que se aprende y refina con el tiempo tras observar<br />
a cientos o miles de personas o, minuciosamente, a una —a ti.<br />
Cuando nos hallamos frente a una ficción, cuando la leemos, la<br />
miramos o la escuchamos, ocurre un fenómeno análogo —para<br />
el cerebro, lo sabemos, las imágenes mentales son siempre equivalentes.<br />
Abro una novela, distingo las huellas que el autor ha dejado,<br />
las completo con los patrones que extraigo de mi memoria<br />
y descubro, de pronto, a un personaje —a alguien como yo.<br />
Después, lo mismo: observo ciertos ademanes, ciertas muecas,<br />
ciertas posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactamente<br />
esos mismos ademanes, muecas y posturas en mi mente<br />
como si me pertenecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que le<br />
pasa —el personaje está agobiado o meditabundo o irascible.<br />
Y, al estarlo, lo estoy yo también. A continuación, según el caso,<br />
tendré el impulso de consolarlo, de dejarlo en paz o de huir de<br />
él —aun si, en este caso, no pueda hacer nada de eso y deba<br />
conformarme con proseguir el camino trazado por el escritor.<br />
Puedo equivocarme, por supuesto —las neuronas espejo no son<br />
infalibles—, y creer que el personaje está enojado cuando estás<br />
triste o triste cuando sólo siente vergüenza. Leer una novela, es<br />
decir, convertir ciertos signos en un personaje, y el personaje<br />
en una persona, es una actividad que se aprende y refina con el<br />
tiempo tras leer cientos o miles de novelas o, enloquecidamente,<br />
una misma —ésta.<br />
Entre muchas otras cosas —guardianes de la memoria, transmisores<br />
de ideas y patrones, breviarios del futuro—, la ficción<br />
también funciona como una máquina de emociones. Adentrarse<br />
en una película, una teleserie, una radionovela, una pieza de teatro<br />
o un relato es como subirse en una montaña rusa emocional:<br />
saltamos de un personaje a otro y, a veces en contra de nuestra<br />
voluntad, sufrimos, amamos, gozamos, nos enaltecemos, nos<br />
paralizamos o nos derrumbamos con cada uno de ellos —hay<br />
temperamentos que no toleran este frenesí.<br />
La ficción nos inocula, de pronto, el síndrome de personalidad<br />
múltiple: me estremezco, casi simultáneamente, como<br />
aquel, como aquel y como aquel,<br />
uno tras otro, sin parar. No<br />
sólo soy Emma Bovary,<br />
si-no que me aburro, me<br />
frustro, me desconcierto<br />
y me abandono como<br />
Aunque me horrorice decirlo,<br />
“pensar positivamente”<br />
ayuda, en efecto, a ser<br />
positivo. Y maldecir y echar<br />
pestes por cualquier cosa, a<br />
todas horas, a ser infeliz.<br />
Emma Bovary. Y, apenas<br />
unos segundos —unas páginas—<br />
más tarde, sufro,<br />
desconfío y me enfurezco<br />
con Charles, su marido.<br />
Madame Bovary c’est moi,<br />
sin duda, pero Pierre Bovary<br />
c’est moi aussi.<br />
Una novela es un campo de pruebas emocional: si Platón ordenó<br />
expulsar a los poetas de su República, era para evitarles a<br />
los ciudadanos este torbellino interior que terminaría por distraerlos<br />
de sus ordenadas labores cotidianas. Platón no entendía<br />
—o, perversamente, lo entendía muy bien— que las emociones<br />
provocadas por la ficción (o la poesía) nos enseñan a ser auténticamente<br />
humanos. Los regímenes totalitarios empeñados en<br />
sancionar y regular la ficción, como la Unión Soviética o la<br />
China de Mao, estaban empecinadas en convertir a sus súbditos<br />
en criaturas fáciles de modelar, manejables, previsibles, a través<br />
de novelas, cuentos y poemas que exaltasen sólo aquellas emociones<br />
adecuadas para sus fines —en primer sitio, ese elenco de<br />
emociones primarias, tan fáciles de instrumentalizar, como el<br />
patriotismo, el miedo al otro o la fidelidad.<br />
En sentido contrario, ahora podemos comprender por qué<br />
los artistas han defendido con tanto énfasis la autonomía de la<br />
ficción. Si tantos de ellos han estado dispuestos a arriesgar sus<br />
vidas por una novela o un relato (o un poema), es porque en<br />
las novelas y en los relatos (y en los poemas) se cifra una de la<br />
mayores conquistas de nuestra especie: la posibilidad de experimentar<br />
en carne propia, sin ningún límite, todas las variedades<br />
de la experiencia humana. La libertad de la ficción es siempre la<br />
medida de nuestra libertad individual.<br />
Ibero 41
TRIVIUM/diálogo<br />
Literatura, violencia y<br />
narcotráfico<br />
Entrevista con<br />
Élmer Mendoza<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director editorial de IBERO<br />
Élmer Mendoza nació en Culiacán, Sinaloa, en 1949, ciudad<br />
donde reside y donde es catedrático en la Universidad<br />
Autónoma de Sinaloa. Como novelista se dio a conocer<br />
con el libro Un asesino solitario (Tusquets, 1999), al cual siguieron<br />
El amante de Janis Joplin (2001, Premio Nacional de Literatura<br />
José Fuentes Mares), Efecto tequila (2004, finalista del Premio<br />
Dashiell Hammett), Cóbraselo caro (2006), Balas de plata (2007,<br />
Premio Tusquets de Novela) y La prueba del ácido (2010).<br />
A decir de Federico Campbell, Élmer Mendoza es “el primer<br />
narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico<br />
en nuestro país”. Su obra ha sido traducida a diversos<br />
idiomas (entre ellos, el francés, el alemán, el italiano, el portugués<br />
y el ruso) y está considerado como uno de los escritores más<br />
destacados de los últimos años en el panorama de la novela de<br />
habla hispana.<br />
El novelista español Arturo Pérez-Reverte lo llama su maestro<br />
y su amigo, y asegura que La Reina del Sur “nació de las cantinas,<br />
del narcocorrido y de sus novelas”.<br />
Conversamos con él acerca de la realidad y la ficción, de la<br />
<strong>democracia</strong>, el narcotráfico y el futuro de la literatura mexicana<br />
y del país.<br />
¿Cómo influye la realidad en tu literatura<br />
Trabajo una realidad estruendosa que ahora tiene a buena parte<br />
de los mexicanos atrapados emocionalmente; entonces siempre<br />
está allí. Sin embargo, creo que el acto de escribir nace de sí<br />
mismo, de sus iguales. Se hace ficción y se parte de la ficción, y<br />
un escritor no se forma sintiendo la realidad sino sintiendo la<br />
ficción. Un autor que no haya leído siempre escribirá diferente<br />
a los que se han formado en la lectura. Además es un aspecto<br />
que define la vocación. Claro, la realidad proporciona lenguaje y<br />
ayuda a crear escenarios.<br />
¿Cómo puede influir la literatura para modificar la<br />
realidad<br />
Leer es culturizarse. Quien además lee literatura, tiene la oportunidad<br />
de conocerse y ubicarse en el mundo para triunfar. Si<br />
ese triunfo consiste de modificar la realidad, será inevitable que<br />
sus ideas y acciones estén adicionadas por los libros leídos.<br />
¿Tiene México una narco<strong>democracia</strong><br />
No. Somos un país en transición donde la <strong>democracia</strong> cuesta<br />
demasiado por la desconfianza, pero no creo que entremos en<br />
esa clasificación y tampoco nos parecemos a Colombia.<br />
42 IBERO
Trabajo una realidad<br />
estruendosa que ahora tiene a<br />
buena parte de los mexicanos<br />
atrapados emocionalmente.<br />
¿Eliges tus temas para tus<br />
novelas o los temas te eligen<br />
a ti<br />
He tenido ambas experiencias. Un<br />
asesino solitario y Cóbraselo caro, me<br />
eligieron. En las demás pude elegir.<br />
¿Existe realmente una corriente literaria sobre el<br />
narcotráfico en México<br />
Sí. Ahora somos tantos como los surrealistas; hemos provocado la<br />
atención de académicos de universidades, sobre todo norteamericanas;<br />
hay también australianas, argentinas, mexicanas, españolas,<br />
alemanas, etcétera. Los críticos son los que han definido la<br />
vertiente literaria y aclarado sus características. He podido hablar<br />
del asunto en bastantes espacios, incluso en la Ibero, y para mí<br />
otro aspecto importante son los libros de no-ficción sobre el<br />
tema: también hay suficientes.<br />
Desde el norte del país, ¿cómo se ve la realidad<br />
mexicana<br />
Escabrosa. Sabemos en qué país vivimos. Ahora nos afecta un<br />
país en el que no vivimos que, sin embargo, es importante para<br />
nuestra economía. Las leyes antiemigrantes han traído personas<br />
de regreso antes de tiempo y la violencia ha paralizado el turis-<br />
mo. Pero el norte colinda con la nada. Nuestros mayores tuvieron<br />
que crear todo. Vencieron al desierto. Entonces sabemos el valor<br />
del optimismo y el valor que tiene el agua que sale de las piedras.<br />
¿Cuál es el futuro de nuestra literatura<br />
Estamos en transición. Lo digital afectará la percepción pero saldremos<br />
bien. Es un arte y el arte es como Dios: Nunca muere.<br />
Pronto la Ilíada cumplirá tres mil años de haber sido compuesta<br />
por Homero y sigue tan campante. Y Horacio. He estado hace<br />
unos días en una cena con políticos donde hablamos unos quince<br />
minutos de Horacio; recordamos la Carta a los Pisones. Sé de<br />
primera mano que en Europa vuelve el interés por la literatura<br />
latinoamericana y ahora mismo están leyendo a mexicanos.<br />
Nuestra literatura debe estar en todas partes.<br />
¿Qué futuro le ves al país<br />
Todo futuro está condicionado. Si nuestros líderes políticos, empresariales,<br />
académicos, intelectuales, trabajan en las carencias<br />
más graves de nuestro país: en educación, empleo, recuperación<br />
de la credibilidad en materia de aplicación de las leyes, nos esperan<br />
buenos días. Los novelistas, poetas, músicos, artistas plásticos,<br />
cineastas, etcétera, nos encargaremos de contar al mundo de qué<br />
estamos orgullosos los mexicanos. El futuro tenemos que crearlo<br />
con optimismo; quizá con optimismo enfermizo.<br />
Ibero 43
GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />
Los alumnos de la Ibero<br />
ante las elecciones<br />
Los comicios de<br />
2011 y las perspectivas<br />
para 2012<br />
Osvelia Ramírez y<br />
Pedro Rendón López<br />
Redactores de IBERO<br />
El 1º de julio de 2012, México elegirá nuevo Presidente de<br />
la República, al tiempo que en esa misma jornada electoral<br />
se votará también por diputados y senadores, por más de<br />
quinientos presidentes municipales y por seis gobernadores.<br />
Pero antes de estos sufragios, en 2011, el calendario<br />
electoral marca elecciones locales en Baja California Sur<br />
(6 de febrero), Hidalgo, Coahuila, Estado de México y<br />
Nayarit (31 de julio) y Michoacán (13 de noviembre). Las<br />
elecciones en algunos de estos estados, y especialmente<br />
en el de México, son consideradas de gran importancia<br />
por los politólogos, ya que lo que ocurra en ellas será de<br />
algún modo revelador de lo que podría ocurrir en las<br />
elecciones federales de 2012. En este escenario, algunos de<br />
los alumnos de la Ibero, siempre atentos a su realidad social<br />
y política, opinan sobre estos procesos que son sin duda<br />
decisivos para la vida democrática del país.<br />
Jorge Salgado Sepúlveda<br />
La elección presidencial se define<br />
por sus características propias<br />
El Estado de México ha sido señalado<br />
como el que da la pauta para la elección<br />
presidencial, pero en los dos o tres casos<br />
anteriores no ha sido así; es más bien una<br />
perspectiva mediática. La elección presidencial<br />
se define por sus características<br />
propias al igual que en la entidad mexiquense.<br />
Espero que los próximos comicios<br />
estén marcados por una competencia<br />
democrática y con buenas propuestas por<br />
parte de los candidatos; asimismo, es deseable<br />
que los militantes de cada partido<br />
hagan su trabajo de acuerdo a sus plataformas<br />
políticas para evitar lo ocurrido<br />
en 2006.<br />
Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales<br />
y Políticas, 2º semestre.<br />
Adán García<br />
Elecciones que pueden modificar el<br />
panorama político del país<br />
Las próximas elecciones a la gubernatura<br />
del Estado de México podrían modificar<br />
el panorama político del país. El<br />
PRI y el PRD medirán fuerzas. Considero<br />
que la elección que haga Enrique<br />
Peña Nieto para designar el candidato a<br />
la gubernatura de su estado influirá en<br />
el PRI a nivel nacional para nombrarlo<br />
a él candidato a la presidencia. En el<br />
caso del PRD, una fuerte batalla en<br />
contra del PRI podría hacer<br />
que sus distintas fracciones<br />
lleguen a un acuerdo y<br />
alcancen un pacto que<br />
les beneficie.<br />
Estudiante de la Maestría<br />
en Sociología, 2º<br />
semestre.<br />
Cyntia Jiménez<br />
Jiménez<br />
Los políticos deberían<br />
hablar antes que nada de<br />
educación<br />
En las elecciones de 2011 creo que sería<br />
una buena estrategia de los políticos hablar<br />
antes que nada de educación, pues<br />
ésta es la base para que se pueda tener<br />
un mayor crecimiento económico y, a<br />
la vez, social y político. Por otra parte, la<br />
Cyntia<br />
Jiménez<br />
Jiménez<br />
lucha contra el narcotráfico influirá sin<br />
duda porque es un tema de vital importancia:<br />
es necesario acabar con el narcotráfico,<br />
pero frenar también la tremenda<br />
violencia que hay en el país. Pienso que<br />
lo que ocurra en el Estado de México<br />
dará la pauta de lo que sucederá en<br />
las elecciones federales de 2012,<br />
no sólo porque en esta entidad<br />
se concentra una parte<br />
muy importante de la<br />
población nacional, sino<br />
también porque la presencia<br />
del PRI, con la<br />
figura del gobernador<br />
Enrique Peña Nieto, se<br />
fortalecerá a nivel nacional<br />
si el triunfador mexiquense<br />
es priísta.<br />
Estudiante de la Licenciatura en<br />
Administración de la Hospitalidad, 6° semestre.<br />
Kenia Lizbeth Nava Aguilar<br />
La violencia es uno de los<br />
problemas más complicados de<br />
México<br />
Es importante y necesario votar, pero<br />
44 IBERO
Agenda IBERO<br />
Algunas actividades destacadas<br />
de la Universidad Iberoamericana<br />
Ciudad de México<br />
Febrero-marzo de 2011<br />
Kenia Lizbeth<br />
Nava Aguilar<br />
Conferencias del Centro Astronómico Clavius<br />
El inicio del universo y “El Gran Diseño”, de Stephen Hawking.<br />
»Imparte: Dr. Salvador Carrillo Moreno.<br />
»2 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />
también tener mejores opciones para elegir, a fin de que no nos<br />
pongan a cualquiera a gobernarnos. Otra cosa importante es eliminar<br />
la violencia, que es uno de los problemas más complicados<br />
que vive México. Más allá de que se hagan o no las alianzas en<br />
las elecciones de 2011, como veo actualmente las cosas, creo que<br />
Peña Nieto, por su popularidad, ganará las elecciones en 2012.<br />
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación, 2° semestre.<br />
Luis Gabriel<br />
El resultado de las elecciones de 2011 puede influir en el<br />
de 2012<br />
El resultado de las elecciones de 2011 puede influir en las elecciones<br />
del 2012. Creo que el PAN ha perdido terreno y el PRI<br />
ha ganado fuerza. Si el PRI triunfa en estas elecciones locales,<br />
se fortalecerá aún más y ello será decisivo en la votación presidencial<br />
de 2012.<br />
Estudiante de la Licenciatura en Diseño Interactivo, tercer semestre.<br />
M1, La Nebulosa del Cangrejo.<br />
Imparte: M. en C. Lorena Arias Montaño.<br />
»16 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />
Cosmología e inflación.<br />
»Imparte: Dra. Gabriella Piccinelli Bocci.<br />
»23 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Fernando Bustos, Edificio S, piso 2.<br />
Festival Kinoki<br />
Festival Internacional de Cine Universitario, organizado por<br />
estudiantes de la Universidad Iberoamericana Ciudad de<br />
México, en su séptima edición.<br />
»21 al 25 de febrero.<br />
»Organiza el Departamento de Comunicación.<br />
Voleibol de playa tercera etapa del Circuito Playero “Master”<br />
El equipo de voleibol de playa de la Ibero compite en este circuito.<br />
»25 al 27 de febrero.<br />
»Acapulco-Ixtapa.<br />
»Organiza la Oficina de Deportes y Promoción de la Salud.<br />
Exposición de Emiliano Gironella<br />
Parra<br />
Muestra de pintura y grabado.<br />
»1 de febrero al 3 de marzo.<br />
»Espacio Cultural, Edificio S, sótano.<br />
»Organiza la Coordinación de<br />
Difusión Cultural.<br />
Bernardo Vargas<br />
Bernardo Vargas<br />
Serán elecciones muy competidas<br />
Estas elecciones locales tendrán un impacto en las elecciones federales<br />
de 2012. A mi modo de ver, serán elecciones muy competidas,<br />
pues en algunos estados la diferencia será mínima entre<br />
un candidato y otro, según como podemos anticiparlo de acuerdo<br />
con las encuestas. Lo que ocurra en ellas, marcará el rumbo<br />
de las elecciones presidenciales.<br />
Estudiante de la Licenciatura en Finanzas, 8º semestre.<br />
Exposición Comer y ser<br />
Muestra acerca de las raíces gastronómicas de México.<br />
»Febrero-marzo.<br />
»Galería Andrea Pozzo, S. J., Edificio T, planta baja.<br />
»Organiza la Coordinación de Difusión Cultural.<br />
La Ibero lamenta profundamente la muerte del padre<br />
Samuel Ruiz García, Obispo Emérito de San Cristóbal de las<br />
Casas, Chiapas, defensor de los pobres y de los indígenas<br />
y hombre comprometido con las causas justas; Doctor<br />
Honoris Causa por la Universidad Iberoamericana. Le<br />
sobrevive su labor ejemplar.<br />
Ibero 45
el viajero ilustrado<br />
Palomas para las<br />
A Jorge Bustamante y Neftalí Coria<br />
Marco Antonio Campos<br />
Poeta, narrador e investigador. Ha sido profesor de literatura en<br />
la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y, por su obra<br />
literaria, ha recibido múltiples reconocimientos en México y el<br />
extranjero, entre ellos los Premios Xavier Villaurrutia y Ramón<br />
López Velarde, en México, y el Antonio Machado, en España.<br />
Dos de sus libros más recientes son Viernes en Jerusalén (Visor,<br />
Madrid, 2005), V Premio Casa de América de Poesía Americana<br />
y Dime dónde, en qué país (Visor, Madrid, 2010), XXXI<br />
Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla<br />
46 IBERO<br />
Palomas en diagonal van y regresan del limonero al naranjo<br />
para que hojas y frutos fuljan bajo la luz del sol ante la<br />
severa capilla con paredes desbastadas del Señor de la Columna.<br />
No hay cuadrángulo de plaza más mínimo, más inseparable<br />
en lo íntimo en Morelia, y aun podrías llevarlo bajo el brazo<br />
o colgártelo del cuello para venderlo como artesanía centenaria<br />
en la Plaza de San Francisco. El mundo a esta hora parece reducirse<br />
al color de un limonero o de un naranjo, a una capilla para<br />
solitario y a borrascas de palomas grises que vuelan de un árbol<br />
a otro, de una casa a otra, de una casa a un árbol.<br />
Me encamino por calle Madero. Construida a pie firme, tengo<br />
la fe y la impresión de que Morelia resistirá intacta las discontinuas<br />
catástrofes hasta el final que será el principio del amanecer<br />
de la flor en la búsqueda del alma de la mariposa donde la joven<br />
aparece con ligero atavío de color de llama viva. La avalancha<br />
de personas que se despeña por la acera desde el lado poniente<br />
parece un argayo de piedras que me precipitará calle abajo.<br />
Llego a los Portales. Me siento en una mesa. Mientras observo<br />
a la vez los laureles de la India y el techo del kiosco de Plaza<br />
de Armas, mientras el gris enlosado se cubre de palomas grises,<br />
me pregunto en serio, pero de veras en serio, si los poetas son<br />
aquellos que purifican la palabra de la tribu y desembrollan el<br />
galimatías del político, los números del dueño del dinero y la<br />
nota engañosa del periodista que escupe en el libro de ética.
He caminado de<br />
Morelia sus plazas y no<br />
hay calle del centro<br />
que no guarde la<br />
sombra de los cuerpos<br />
que tuvo mi cuerpo.<br />
plazas<br />
Frente a los Portales pasa con estrépito un vehículo desvencijado,<br />
y el chofer, que aúlla por el megáfono, anuncia espectáculos<br />
no vistos, igual que en mi niñez, en un vehículo trastabillante,<br />
a través de las calles desmedradas de San Pedro de los Pinos, se<br />
anunciaba a los niños la promoción excepcional de tres películas<br />
de la matinée del domingo libre.<br />
He caminado de Morelia sus plazas y no hay calle del centro<br />
que no guarde la sombra de los cuerpos que tuvo mi cuerpo. En<br />
la década de los setenta era una ciudad idílica, y diría aun, casi<br />
recoleta, y yo caminaba instintivo con la mano en vez de brújula.<br />
Si me paraba en el centro del centro y miraba, ya al sur o ya al<br />
norte, veía hundirse las líneas del sol en lo arbolado de las montañas,<br />
las cuales hoy, talados los árboles y cubiertas de casas, no<br />
recordarán lo que fueron. Pero cuánto ha pasado en mí, cuántas<br />
cosas han pasado desde entonces. Cuánto sufrimiento me cavó<br />
el alma como un pozo oscuro, cuánta angustia como pájaro guillado<br />
picoteó en mi corazón hasta dejarlo como dedal. Cuántas<br />
veces vi en la mala luz de los inviernos de Praga, de Viena o<br />
Budapest mi cara de solitario a doce grados bajo cero. Cuánta<br />
soledad, como terrón con sed, se vive y se padece por unas horas<br />
de felicidad que brillan igual que el agua con la luz del sol en la<br />
fuente de Las Tarascas. Nadie sabrá de la Vía si no sufrió antes en<br />
la vía la ausencia de fe, de esperanza y caridad para ganar la gloria<br />
artística en la que creí estúpidamente.<br />
No sé por qué, pero ¿quién podría decir qué secreto existe<br />
para que las mujeres duelan o entristezcan en equis y ye sitio a<br />
equis y ye hora, para que después, en otro sitio y a otra hora, te<br />
duela otra y otra A cierta hora, de tal minuto en determinada<br />
calle una mujer figura su figura en el corazón como los juegos<br />
de luz que se ven ahora en la portada de cantera rosa de la catedral<br />
y en la altura de los campanarios. ¿Quién no quisiera que<br />
cada palabra de amor resonara en el corazón de una mujer en<br />
el momento que te desangra Una mujer u otra se roban definitivamente<br />
lo que escribes en el fuego horizontal a la hora de<br />
la jardinera.<br />
Llegan uno a uno los amigos. Llegan José, Jesús, Gaspar, Neftalí<br />
y Jorge. Llegan trayendo la amistad como agua clara y parecen<br />
resumirse en un instante las conversaciones de varias décadas<br />
cuando la poesía y el ángel no conocían el reloj victimario en<br />
manos de la víctima. Y sin que ellos se den cuenta me guardo la<br />
mañana del 17 de febrero en el bolsillo y el año 2006 lo pongo<br />
bajo el brazo, y cerca de la puerta de catedral vislumbro a Jesucristo<br />
azul, y escucho, escucho de nuevo y otra vez y de nuevo<br />
el tañido múltiple de las campanas que resuenan con fuerza tan<br />
armónica, que no puedo pensar en qué sitio de qué ciudad dejé<br />
a la mujer en quien pensaba.<br />
Ibero 47
LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />
Qué leer<br />
y por qué<br />
Esta sección de IBERO acude<br />
a los lectores expertos, a los<br />
apasionados en la lectura, y son<br />
ellos los que recomiendan los<br />
siguientes libros que podrían<br />
entregar a otros lectores<br />
experiencias imborrables y<br />
transformadoras.<br />
Eduardo Lizalde recomienda Dime dónde,<br />
en qué país, de Marco Antonio Campos,<br />
XXXI Premio Internacional de Poesía Ciudad<br />
de Melilla [Visor Libros, Colección Visor<br />
de Poesía, Madrid, 2010]<br />
Agrega Marco Antonio Campos a su ya<br />
extensa, personalísima y sorprendente obra<br />
de poeta, de crítico, de traductor, de cronista,<br />
de historiador y estudioso de la literatura<br />
mexicana y de otras, este libro<br />
ejemplar que él titula Dime dónde, en qué<br />
país (una línea que toma de Villon) y que<br />
ha compuesto, como dice, con poemas<br />
en prosa y una fábula. El libro es bello y<br />
complejo, en su aparente sencillez, pero<br />
intrincado, contexto de referencias, alusiones<br />
literarias, históricas y artísticas y es,<br />
en efecto, tanto verdadera poesía, como<br />
la que ha logrado consumar en su lírica<br />
de autor, pero es al mismo tiempo una<br />
colección deslumbradora de visiones, de<br />
crónicas de viaje por el mundo entero,<br />
de paisajes urbanos, amores consumados<br />
y no, mares, ríos, montañas, galerías pictóricas,<br />
encuentros con autores legendarios<br />
o nacidos ayer, barrios paupérrimos,<br />
aventuras en tren y, al mismo tiempo,<br />
48 IBERO<br />
profundas y conmovedoras incursiones<br />
en la propia biografía, en el alma y en la<br />
memoria familiar. De algún modo, este<br />
conjunto de Marco Antonio, me hace<br />
pensar en el libro admirable y perfecto de<br />
otro ilustre visionario, viajero, cronista y<br />
autobiógrafo imponente: el grande y prolijo<br />
catalán Josep Pla, autor de los diarios<br />
voluntariamente imperfectos e invaluables<br />
de su Cuadernos gris, que no ha sido<br />
posible terminar de imprimir. Un indispensable,<br />
querido y cada vez mejor leído<br />
para suyo es Marco Antonio, al que no<br />
alcanzan estas pocas líneas para celebrarlo<br />
como se merece por su nueva —breve—<br />
obra maestra.<br />
EDUARDO LIZALDE. Poeta, narrador, traductor,<br />
ensayista, bibliómano y melómano. Su libro<br />
más reciente es Almanaque de cuentos y ficciones<br />
(<strong>Ediciones</strong> Era, México, 2010).<br />
Víctor Manuel Mendiola recomienda<br />
Las alas de la palabra, de Marco Antonio Montes<br />
de Oca [Fondo de Cultura Económica,<br />
México, 2010]<br />
Las alas de la palabra es, hasta ahora, el último<br />
libro de Marco Antonio Montes de<br />
Oca. Entre este volumen y los anteriores<br />
¿hay una diferencia significativa En este<br />
texto ¿el poeta utiliza un estilo diferente<br />
La forma que hay aquí ¿es distinta a la de<br />
los poemas anteriores Estas composiciones<br />
¿nos muestran otro Marco Antonio<br />
Montes de Oca Definitivamente no. La<br />
poesía que el lector encontrará en este<br />
nuevo libro tiene las mismas cualidades<br />
que todos los anteriores: una acción verbal<br />
sorpresiva, pujante y arrebatada y, al<br />
mismo tiempo, subidas y bajadas, traspiés<br />
que no impiden una pirueta, manotazos<br />
de sol aquí y paletadas de contento allá.<br />
Todo exactamente igual como cuando<br />
escribió Ruina de la infame Babilonia o<br />
como cuando publicó, ya convertido en<br />
un poeta admirado, Las fuentes legendarias.<br />
Quizá vale la pena decir que los cambios<br />
de forma en Montes de Oca sólo son una<br />
apariencia, no una modificación sustancial.<br />
Sus poemas en verso, en prosa, enormes<br />
o pequeños, sus poemas concretos,<br />
sus minipoemas y a veces su casi haikus<br />
están poseídos por la misma energía y la<br />
misma manera de proceder: la incesante<br />
creación de mundos inesperados y per-
cepciones agudas, siempre en disposición de una<br />
suma y, todavía mejor, de una serie imparable.<br />
Montes de Oca no necesita más.<br />
VÍCTOR MANUEL MENDIOLA. Poeta, narrador, traductor,<br />
ensayista, editor y crítico literario. En 2010 obtuvo el<br />
Premio Internacional de Literatura Letras del Bicentenario<br />
en la categoría de Novela. Uno de sus libros más<br />
recientes es En carmen y oración libre (Verdehalago, México,<br />
2006).<br />
Malena Mijares recomienda Mujer de cierta edad, con<br />
abanico, de Angélica de Icaza [Samsara Editorial, México,<br />
2010]<br />
En cada uno de los relatos de este libro se nota<br />
un trabajo artesanal de precisión casi milimétrica<br />
en la pureza de su estilo y en la intensidad de los<br />
sentimientos que condensa. Es realmente hermoso<br />
cómo se vuelven universales la mirada, la voz y las<br />
reflexiones de Blues, cómo están trazadas en un<br />
mero esbozo su fuerza y su liviandad. Es admirable<br />
la forma en que entrevera esos bocetos —que son<br />
como pinceladas sueltas— para pintar un cuadro<br />
completo y construir un personaje. Tanto en la<br />
primera parte como en “Mujer de cierta edad, con<br />
abanico” hay una visión femenina perfectamente<br />
compartible, que interpela de un modo mágico a<br />
las mujeres de nuestra edad pero también, estoy<br />
segura, a cualquier lector sensible.<br />
MALENA MIJARES. Maestra, ensayista, editora y periodista.<br />
Directora de la revista Este País.<br />
Daniel Goldin recomienda El arte de la lectura en tiempos<br />
de crisis, de Michèle Petit [Océano Travesía, Madrid,<br />
2009]<br />
Este libro está tejido con multitud de voces que dan<br />
cuenta de experiencias en las que se ha manifestado<br />
el poder de la palabra escrita para reconstruir la<br />
vida de personas en desgracia. Esas voces han sido<br />
engarzadas por un pensamiento, al mismo tiempo<br />
discreto y brillante, que se propuso —lo podemos<br />
sentir en su ritmo pausado— apartarse de cualquier<br />
generalización. Un pensamiento que no se<br />
nutrió de experiencias ajenas para afirmar lo previamente<br />
conocido, sino que surgió del encuentro<br />
con el otro, y que lo celebra. Buena parte de esas<br />
experiencias provienen de Iberoamérica: Michèle<br />
Petit tuvo conocimiento de ellas en numerosos<br />
viajes e intercambios epistolares que siguieron a la<br />
difusión en lengua española de su obra. Por esto la<br />
publicación de este libro en español es un retorno<br />
y a la vez una muestra más de la importancia del<br />
desvío, del viaje de uno al otro, para redescubrir la<br />
propia imagen y revitalizar su vida psíquica.<br />
Daniel Goldin. Escritor y editor. Su más reciente libro<br />
es Al otro lado de la página: Imágenes de la lectura en México<br />
(Santillana, México, 2008).<br />
The International English Language Testing<br />
System is a trusted indicator of English skills.<br />
Disponible en la IBERO<br />
Presentamos:<br />
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MÚsica para camaleones<br />
Qué<br />
escuchar<br />
y por qué<br />
Beatriz Palacios<br />
Asistente editorial de Ibero<br />
Música para camaleones está dedicada a<br />
la recomendación de obras musicales,<br />
para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />
investigadores, expertos, editores, musicólogos<br />
y denodados amantes de la música. En<br />
esta ocasión agradecemos a Edmée Pardo,<br />
Francisco Quintanar y Natalia Traven el<br />
que con tanta gentileza y generosidad hayan<br />
accedido a compartir con los lectores de<br />
IBERO su experiencia y su pasión.<br />
Edmée Pardo recomienda:<br />
Hero, de Tan Dun [2004]<br />
y Strike, de The Baseballs<br />
[2009]<br />
El disco que recomiendo es el<br />
sound track de la película Héroes, del<br />
compositor y director Tan Dun, con la Orquesta<br />
Filarmónica de China. Recuerdo que<br />
la primera vez que escuché este disco fue en<br />
la radio, y el impacto que me provocó fue<br />
tan fuerte que tuve que tomarme un tiempo<br />
para asimilar los sonidos. Quedé atrapada<br />
por esa música que me transmitió sensaciones<br />
que no sabía siquiera que vivían dentro<br />
de mí, las cuales de pronto estaban entrando<br />
por mi piel. Enseguida quise comprar el disco;<br />
quería el objeto donde ese sonido vive.<br />
50 IBERO<br />
Me emociona el violín, la melancolía, lo épico,<br />
y la pieza “Gone with leaves” me parece<br />
grandiosa y conmovedora en lo más íntimo.<br />
Del disco Strike de The Baseballs, me gusta el<br />
ritmo, la voz de los cantantes, lo alegre de sus<br />
melodías, y las letras me parecen amistosas y<br />
solidarias. En este álbum el grupo alemán interpreta<br />
doce versiones de grandes éxitos pero<br />
adaptados a diferentes ritmos, como el swing,<br />
el rockabilly o el pop vocal. Esa combinación<br />
es lo que me agrada y una canción con la me<br />
divierto mucho es “Umbrella”, de Rihanna.<br />
Edmée Pardo. Escritora, promotora de la lectura, editora y periodista cultural. Es autora de 15 libros de<br />
cuento y novela, con los que ha obtenido varios reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos<br />
el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 2009. Algunas de sus obras son El primo Javier, Las plegarias<br />
de mi boca, La voz azul, Enfermedad se escribe con C y Morir de amor, que en 2006 encabezó la lista de los libros<br />
más vendidos en Estados Unidos en el mes de junio según America Reads Spanish, y el cuarto en ventas en<br />
México de acuerdo a librerías Gandhi
Francisco Quintanar<br />
recomienda: La musique<br />
au temps des castrats, varios<br />
autores [2003] y Qawwal<br />
and party: Shahen-Shah, de<br />
Nusrat Fateh Ali Khan [1993]<br />
En La musique au temps des castrats, se reúnen<br />
una serie de obras de los siglos XVII y XVIII<br />
creadas por grandes compositores para ser<br />
especialmente interpretadas por castratis, cantantes<br />
que de niños fueron sometidos a una<br />
mutilación genital para que conservaran su<br />
voz infantil y aguda. En la época barroca dominaron<br />
este tipo de piezas, y en este disco<br />
se incluyen algunas de esas obras de autores<br />
como Antonio Vivaldi, Gregorio Allegri,<br />
Charpentier y Riccardo Broschi, con la interpretación,<br />
entre otros, de la soprano Ewa<br />
Malas-Godlewska y el contratenor Dominique<br />
Visse, además de una grabación de 1902<br />
de Alejandro Moreschi, un auténtico castrati,<br />
la cual se realizó en la Capilla Sixtina. Recomiendo<br />
también el disco del cantante paquistaní<br />
Nusrat Fateh Ali Khan, que destaca por su<br />
extraordinaria voz y por sus interpretaciones<br />
del qawwali, que son cantos devocionales sufíes<br />
del sur de Asia, los cuales desde hace más<br />
de 600 años se han heredado de generación<br />
en generación. Con un estilo vocal procedente<br />
de una tradición de origen persa conocida<br />
como khyal, este cantante cautiva con<br />
la interpretación de las canciones qawwali<br />
que integran este álbum. Estos dos volúmenes<br />
demuestran el valor de la interpretación<br />
y las cualidades vocales como una forma de<br />
aproximación espiritual.<br />
Francisco Quintanar. Artista plástico y grabador. Su obra ha sido exhibida en importantes espacios culturales<br />
de México y una veintena de países de Europa y Asia, además de formar parte de colecciones públicas<br />
como las del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, el Panstwowe Muzeum Na Madjanku en Polonia<br />
y el Centro de Gravura Contemporânea de Portugal. Entre otros reconocimientos, ha obtenido el Grand<br />
Prize Award de la 4th. Bharat Bhavan International Biennial of Print, de la India, y el Premio de Adquisición<br />
en el VI Concurso Interpretación Moderna del Quijote.<br />
Natalia Traven recomienda:<br />
Buddha Lounge 3: sessions<br />
in ethnic rhythms &<br />
intercontinental jazz, varios<br />
autores [2004] y Ne me quitte<br />
pas, de Jacques Brel [2004]<br />
Buddha Lounge 3 es un álbum del sello Sequoia<br />
Records que en tres discos incluye fundamentalmente<br />
música instrumental, jazz y ritmos<br />
étnicos de diversos autores, entre ellos los hermanos<br />
David y Steve Gordon. Es una interesante<br />
recopilación multicultural, con ritmos<br />
de diversas partes del mundo, que genera un<br />
ambiente relajante y al mismo tiempo alegre<br />
y cálido. Es uno de esos discos que realmente<br />
invitan a sumergirse en la atmósfera y en<br />
los sonidos de los distintos países en los cuales<br />
se inspira cada una de las canciones. También<br />
es muy recomendable escuchar la música de<br />
Jacques Brel, cantante y compositor belga que<br />
radicó en París, y es conocido por ser autor<br />
de temas como “Amsterdam”, “La valse de<br />
mille temps”, y especialmente por “Ne me<br />
quitte pas”, que dio título a una de sus últimas<br />
producciones discográficas. Esta canción fue<br />
interpretada por grandes cantantes contemporáneos<br />
de Brel (1929-1978), como la conmovedora<br />
versión de Edith Piaf, además de que<br />
existen otros tantos intérpretes de este tema,<br />
entre ellos Ute Lemper, Patricia Kaas, Barbra<br />
Streisand y hasta Sting, sin embargo, haciéndole<br />
justicia a Brel, su versión es sin duda la más<br />
profunda y romántica.<br />
Natalia Traven. Actriz, productora, directora escénica<br />
y maestra de teatro. Ha actuado en más de<br />
una decena de películas, entre ellas Kada Kien su<br />
Karma, en México, y en Estados Unidos Tras el corazón<br />
de la novia, de Kris Isacsson, Crimen sin perdón<br />
(Trade), de Marco Kreuzpaintner y Daño colateral,<br />
protagonizada por Arnold Schwarzenegger. En teatro<br />
ha desarrollado una amplia carrera como actriz,<br />
participando en múltiples puestas en escena, siendo<br />
las más recientes Una relación pornográfica y Tal vez<br />
en París, actualmente en cartelera.<br />
IBERO 51
ITINERARIO DEL OCIO<br />
adónde<br />
ir y<br />
por qué<br />
ÓPERA<br />
La flauta mágica para niños<br />
La última ópera escrita por Mozart, La flauta mágica, la cual fue estrenada en Viena<br />
en 1791, es ahora representada, en su versión infantil, por los extraordinarios cantantes<br />
Irasema Terrazas, Charles Oppenheim y Sandra Maliká, además de contar<br />
con la actuación especial de Cecilia Toussaint. Bajo la dirección artística de Sylvia<br />
Rittner, la dirección de escena a cargo de Miguel Hernández-Bautista y la conducción<br />
musical de Carlos Alberto Vázquez, en esta divertida puesta en escena intervienen<br />
también títeres corpóreos y caricaturas, que cuentan la historia, llena de peligros y aventuras, de<br />
un príncipe que va al rescate de una princesa que se encuentra prisionera.<br />
Lunario del Auditorio Nacional, 6 y 20 de marzo<br />
MÚSICA<br />
The Ten Tenors: El poder de 10<br />
La agrupación australiana The Ten Tenors, que<br />
ha roto récords de ventas a nivel mundial, llega<br />
a México por vez primera para presentar<br />
su última producción discográfica titulada El<br />
poder de 10. El concepto musical de este conjunto<br />
ofrece una mezcla única de arias clásicas,<br />
combinadas con sonidos de rock, sin dejar de<br />
lado las melodías románticas. Ejemplo de ello<br />
son las versiones de Ac/Dc y Queen fusionadas<br />
con piezas clásicas como Carmina Burana<br />
o el Concierto de Aranjuez. Surgido en 1990,<br />
The Ten Tenors obtuvo un disco de platino<br />
con su primera producción discográfica, y en<br />
2006 con su álbum Here’s to the heroes, rompió<br />
todos los récords de las listas de Billboard, convirtiendo<br />
a esta agrupación en un verdadero<br />
fenómeno musical.<br />
Auditorio Nacional, 21 de febrero<br />
Trupeteando con los clásicos<br />
En este espectáculo la Compañía La Trouppe,<br />
que recientemente celebró sus 30 años<br />
de existencia, reúne piezas de Rossini, Verdi,<br />
Khachaturian y otros grandes maestros de la<br />
música, las cuales son interpretadas de una<br />
forma divertida, llena de color y ritmo,<br />
sin alterar la esencia de su obra.<br />
Dirigido por Mauro Mendoza,<br />
Sylvia Guevara y Carmen<br />
Luna, la intención de este memorable<br />
“concherto” es acercar<br />
a los niños a la música<br />
clásica, traspasando el filtro<br />
de la solemnidad y ejercitar<br />
la fantasía y la imaginación<br />
52 IBERO<br />
para descubrir de la mano de los sinfónicos<br />
Lady Lucas, Trupo y Toño Canica, que los clásicos<br />
no son serios y aburridos.<br />
Teatro Banamex Santa Fe, hasta el 27 de<br />
febrero<br />
TEATRO<br />
Neurastenia<br />
Esta comedia de Ximena Escalante, narra las<br />
peripecias de una compañía de teatro que<br />
está tratando de montar una obra sobre la<br />
Independencia, concretamente sobre Leona<br />
Vicario, mujer adinerada que dejó su fortuna<br />
y posición social a favor de la causa de los<br />
más pobres, y que dentro de la historia patria<br />
ha sido un personaje poco estudiado. Bajo la<br />
dirección de Carlos Corona, y las<br />
actuaciones de Karina Gidi, Carlos<br />
Aragón, Carmen Ramos, Raúl Villegas<br />
y Bernardo Velazco, la puesta<br />
en escena revela una abrumadora similitud<br />
entre la sociedad actual y la<br />
de 1810, desde la vida cotidiana hasta<br />
las diferencias sociales, el abuso y<br />
el descontento, como una suerte de<br />
espejo histórico que elije el humor<br />
para desenmascarar la hipocresía.<br />
Teatro Helénico, hasta el 28 de marzo<br />
ARTES VISUALES<br />
José Clemente Orozco: Pintura y<br />
verdad<br />
Esta exposición exhibe por primera vez más<br />
de 20 dibujos inéditos que realizó José Clemente<br />
Orozco como estudios previos al mural<br />
La gran legislación revolucionaria mexicana,<br />
así como bocetos de los reconocidos murales<br />
Paraninfo y La trinchera, además<br />
de obras realizadas entre 1919 y<br />
1949, que provienen de colecciones<br />
públicas y privadas como<br />
el Museo de Arte Moderno de<br />
Nueva York. Las salas están divididas<br />
bajo un criterio temáticohistórico<br />
y en ellas el espectador<br />
podrá adentrase de forma integral<br />
a todas las facetas artísticas de Orozco, algunas<br />
de ellas poco conocidas, como sus trabajos de<br />
caricatura política, pintura en caballete,<br />
dibujo, grabado, acuarela y retratos<br />
de personajes de su tiempo como el<br />
poeta José Juan Tablada.<br />
Antiguo Colegio de San Idelfonso,<br />
hasta el 27 de febrero<br />
Águila Real, símbolo vivo de<br />
México<br />
Con el propósito de crear conciencia<br />
sobre la preservación del águila real,<br />
especie en peligro de extinción que forma<br />
parte de la identidad de los mexicanos, esta<br />
exposición está conformada por 96 piezas arqueológicas<br />
e históricas, como metales, piedras,<br />
cerámica, fotografías y videos interactivos, que<br />
muestran las raíces históricas de la apreciación<br />
del águila real, así como la evolución de la<br />
iconografía de este símbolo nacional a partir<br />
del encuentro de las dos culturas y durante el<br />
México independiente. En la exhibición destacan<br />
una pieza única de la época prehispánica<br />
que es similar a la del Caballero Águila que<br />
se encuentra en el Templo Mayor, así como<br />
un escudo de origen franciscano, elaborado<br />
en los primeros años de contacto con los españoles,<br />
en el que el arte prehispánico se sintetiza<br />
con el colonial, y muestra a una águila<br />
postrada sobre el mundo cristiano.<br />
Museo Nacional de Historia del Castillo de<br />
Chapultepec, hasta el 30 de abril
ACTUALIDAD IBERO<br />
›<br />
Campaña de Procuración de Fondos<br />
para construir la sede de Prepa Ibero<br />
Abenamar Sánchez Pablo<br />
Redactor de IBERO<br />
Para lograr la construcción de las instalaciones de la Prepa<br />
Ibero en un ambiente de equilibrio ecológico y de convivencia<br />
con la naturaleza, se dio inicio a la Campaña de<br />
Procuración de Fondos, bajo el lema “Todos somos uno”, con una<br />
reunión en la que participaron el Rector de la Ibero, doctor José<br />
Morales Orozco, S. J.; el presidente de FICSAC, Patronato Económico<br />
y de Desarrollo de la UIA, Fernando Chico Pardo; la directora<br />
de FICSAC, Marcela Arregui, y el consejero de este mismo patronato,<br />
Gustavo Lara; así como la directora de la Prepa Ibero, Raquel<br />
Druker, y varios exalumnos de la Ibero y del Instituto Patria.<br />
La nueva infraestructura será erigida sobre un área de 200 mil<br />
metros cuadrados en la zona de La Marquesa, en el Estado de México,<br />
a 20 kilómetros de la Ibero Ciudad de México y a la misma<br />
distancia de Toluca. Dará cabida a 900 alumnos, y las dos etapas<br />
iniciales estarán concluidas en el primer semestre de 2011. Se prevé<br />
que la construcción quede lista en un plazo no mayor a dos años.<br />
Contará con amplias aulas y salones de proyectos versátiles, auditorio<br />
para 2 mil 254 personas, talleres con tecnología de última generación,<br />
biblioteca especializada, atención psicopedagógica, servicios<br />
médicos, infraestructura deportiva y oratorio.<br />
En tanto, la Prepa Ibero continuará operando en las instalaciones<br />
de la UIA, en Santa Fe, donde empezó a mediados de 2010 con 144<br />
estudiantes.<br />
El doctor José Morales Orozco explicó que la Prepa Ibero es<br />
una institución confiada a la Compañía de Jesús, y explicó que se<br />
decidió su apertura al considerar que la educación del nivel medio<br />
superior representa una etapa en la cual se pueden trabajar más los<br />
valores en los jóvenes, para formarlos integralmente, y porque se<br />
observa que a veces llegan con deficiencias a las universidades.<br />
El Rector de la Ibero dijo que el proyecto urbanístico se vinculará<br />
con el entorno inmediato, porque al estar dentro de una zona<br />
otomí, se buscará apoyar a la comunidad y colaborar en la promoción<br />
de la cultura y las lenguas indígenas.<br />
Reiteró que la Prepa Ibero no sólo busca que los alumnos lleguen<br />
mejor preparados a la universidad sino que también su modelo<br />
beneficie al país en el nivel medio superior, pues cuenta con<br />
un modelo educativo replicable que puede ser utilizado en otros<br />
proyectos académicos que también estén preocupados por una formación<br />
integral del ser humano que incluya, además de la eficiencia<br />
profesional, un sentido ético y un compromiso social.<br />
Por su parte, Fernando Chico Parco afirmó que tener la oportunidad<br />
de construir la Prepa Ibero es un privilegio para aquellos que<br />
se han formado mediante la educación jesuita y quienes saben que<br />
la calidad educativa es muy importante para el país.<br />
Añadió que por el humanismo y la espiritualidad que caracteriza<br />
a las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús, la Prepa<br />
Ibero será también semillero de buenos alumnos, como lo ha sido<br />
y lo sigue siendo la Universidad Iberoamericana de cuyas aulas han<br />
egresado unos 50 mil profesionistas que mantienen su vínculo con<br />
la Ibero y entre quienes se buscará la captación de recursos que se<br />
propone esta campaña.<br />
Bajo el lema “Todos<br />
somos uno” captará<br />
recursos, con la<br />
participación de ex<br />
alumnos de la Ibero y<br />
del Instituto Patria.<br />
Marcela Arregui y Gustavo Lara, que encabezan el Comité de<br />
Campaña, explicaron que no sólo se involucra a los ex alumnos de<br />
la Ibero sino también a los del Instituto Patria, y enfatizaron que, de<br />
los recursos que se obtengan, no se destinará ni un solo peso a gastos<br />
de operación, sino que serán destinados, íntegramente, a la construcción<br />
y equipamiento de las nuevas instalaciones.<br />
El arquitecto Francisco Serrano, quien concibió y lidera el proyecto<br />
arquitectónico, presentó pormenores de la construcción que<br />
se ciñe a un uso racional del lugar: el desplante es mínimo y se están<br />
usando los desniveles naturales del terreno.<br />
La maestra Raquel Druker explicó que la Prepa Ibero tiene un<br />
modelo educativo orientado principalmente a dos materias que se<br />
dan alternadamente: formación integral humanista y formación y<br />
acción social. En la primera los alumnos hacen reflexión y en la<br />
segunda pasan a la acción: se trata de cambiar el entorno.<br />
La invitación que se lanzó es a contribuir todos, como uno solo,<br />
con el espíritu humanista y generoso característico de la formación<br />
jesuita.<br />
54 IBERO
innovación tecnológica<br />
Dispositivos e<br />
instrumentos<br />
que facilitan<br />
la vida<br />
Televisión inteligente<br />
Samsung dio a conocer su nueva serie D8000 de televisores en 3D, que<br />
se destaca además de su rediseño, por la incorporación del sistema<br />
Smart TV (TV inteligente) que se refiere a la integración de Internet con<br />
la televisión, incorporando un navegador completo, con búsquedas<br />
multimedia y un sistema de recomendación de contenidos que invita<br />
a explorar la Web. Asimismo, este aparato se acompaña del control<br />
remoto Touch Control con pantalla de 3 pulgadas y tecnología Micro<br />
Dimming Plus, que permite un control más preciso de la luz.<br />
Videocámara de<br />
alta definición<br />
ultracompacta<br />
La videocámara PlayFull desarrollada<br />
por Kodak, con tan sólo 4.1 x 9.9<br />
x 1.8 centímetros y 95 gramos de<br />
peso, cuenta con una pantalla de<br />
1.5 pulgadas y es capaz de grabar<br />
en alta definición y captar imágenes<br />
de hasta 5 megapixeles. La memoria<br />
interna de 128 MB puede ampliarse<br />
mediante tarjetas SD e incluye<br />
conexiones con salida AV, USB<br />
retráctil y MicroHDMI.<br />
56 IBERO<br />
Escáner personal<br />
El escáner personal Doxie cuenta con un software<br />
que permite digitalizar documentos con<br />
una resolución de hasta 600 DPI y con su botón<br />
multipropósito, que integra diversos servicios de<br />
Internet, es posible enviar las páginas escaneadas<br />
directamente a sitios como Picassa, Picknic, Lightroom,<br />
iPhoto, Google Docs, Scrib o Evernote, o<br />
compartirlas vía correo electrónico, chat o Twitter<br />
por medio del Cloud Doxie PDF. Además, realiza<br />
automáticamente el contraste, ajuste de rotación,<br />
recorte y limpieza de la imagen. Se conecta a través<br />
de USB, que también sirve para cargarlo, y por<br />
sus dimensiones es muy fácil de transportar junto<br />
con la computadora portátil.<br />
Cepillo dental que no requiere pasta<br />
La empresa japonesa Shiken creó el cepillo de dientes iónico<br />
Soladey-J3X que funciona con energía solar y no necesita pasta,<br />
ya que desde el panel ubicado en su base transmite electrones<br />
sobre una barra de titanio hacia la parte superior del cepillo,<br />
que reaccionan con el ácido en la boca, creando así un efecto<br />
químico que descompone la placa y mata las bacterias de los<br />
dientes.