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democracia - Ediciones Universitarias

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12<br />

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA ›transitar a la <strong>democracia</strong> Año II Febrero-marzo DE 2011<br />

Año II Número 12 Febrero - marzo de 2011<br />

2 o<br />

aniversario<br />

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

Líder Ibero<br />

Héctor Aguilar<br />

Camín:<br />

México es un<br />

país fracturado<br />

por sus<br />

desigualdades<br />

transitar a la<br />

<strong>democracia</strong><br />

PORTE PAGADO<br />

PP15-5159<br />

(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)<br />

AUTORIZADO POR SEPOMEX<br />

Miguel Ángel<br />

Granados<br />

Chapa<br />

Carlos Lomas<br />

Carlos Lugo<br />

Galera<br />

Tomás<br />

Segovia<br />

Helena Varela<br />

José<br />

Woldenberg<br />

Inéditos<br />

de Óscar<br />

Oliva y<br />

Jorge Volpi<br />

Marco Antonio Campos<br />

El viajero ilustrado en Morelia<br />

Élmer Mendoza Literatura,<br />

violencia y narcotráfico<br />

Rogelio Naranjo y Rius<br />

¡Basta de sangre!: ¿Alguien<br />

dijo <strong>democracia</strong>


Índice<br />

Transitar a la <strong>democracia</strong><br />

3 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector<br />

4 José Woldenberg. Hacia el 2012<br />

6 Miguel Ángel Granados Chapa. Democracia y crimen organizado<br />

8 Helena Varela. ¿De qué hablamos cuando hablamos de <strong>democracia</strong><br />

14 Carlos Lugo Galera. Democracia y participación ciudadana<br />

16 Tomás Segovia. Justicia y <strong>democracia</strong><br />

20 Rogelio Naranjo y Eduardo del Río, Rius. Mirador. ¡Basta de sangre! ¿Alguien<br />

dijo <strong>democracia</strong><br />

24 Carlos Lomas. Tiempo de olvidos, tiempo de memoria<br />

18 Juan Domingo Argüelles. Líder Ibero. México es un país fracturado por sus<br />

desigualdades. Entrevista con Héctor Aguilar Camín<br />

24 18<br />

42<br />

50<br />

52<br />

Actualidad, ciencia, tecnología, cultura y<br />

entretenimiento<br />

34 Óscar Oliva. La llama inextinguible. Un poema inédito<br />

36 Jorge Volpi. Trivium/ensayo literario. Lectores camaleón<br />

y novelas espejo<br />

42 Juan Domingo Argüelles. Trivium/diálogo. Literatura,<br />

violencia y narcotráfico. Entrevista con Élmer Mendoza<br />

44 Osvelia Ramírez y Pedro Rendón López. Gente que<br />

cambia al mundo. Los alumnos de la Ibero ante las<br />

elecciones<br />

45 Agenda Ibero<br />

46 Marco Antonio Campos. El viajero ilustrado. Palomas<br />

para las plazas<br />

48 La voz del libro / el eco de la lectura. Qué leer y por qué<br />

50 Beatriz Palacios. Música para camaleones. Qué escuchar<br />

y por qué<br />

52 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué<br />

54 Abenamar Sánchez Pablo Actualidad Ibero. Campaña de<br />

Procuración de Fondos para construir la sede de Prepa Ibero<br />

56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que<br />

facilitan la vida<br />

DIRECTORIO<br />

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

CIUDAD DE MÉXICO<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />

Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />

Académico<br />

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />

IBEROAMERICANA<br />

Consejo editorial Víctor Gavito, Miguel Ángel<br />

Granados Chapa, Alan Huber Schowiecky,<br />

Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />

María Nieves Noriega de Autrey,<br />

Gonzalo Olivares Velázquez, Eugenio Páramo<br />

Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />

Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />

José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />

Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />

Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />

Helena Varela, Gabriela Warkentin<br />

Director Carlos Deveaux Homs<br />

Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />

Asistente editorial Beatriz Palacios<br />

Administración Áurea Maristany<br />

Información Angélica Cortés, Paola García<br />

Alarcón, Francelia Vargas<br />

Redacción Osvelia ramírez, Pedro Rendón,<br />

Abenamar Sánchez<br />

revistaibero@uia.mx<br />

(55) 5950-4197<br />

Consulta la versión electrónica en:<br />

www.uia.mx/revistaibero/<br />

GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.<br />

Socios directores Elías González Rogel,<br />

Ricardo Rubio Martínez<br />

Editora Gráfica Albelia Gamboa y Vázquez<br />

Ventas Jorge Hernández Ambriz<br />

Atención a clientes Lupita Espínola Medina<br />

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Revista Ibero<br />

, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />

de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />

Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número<br />

de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio<br />

de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Imprenta:<br />

Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. Allende No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte<br />

pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el<br />

criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio<br />

o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año II, número 12, febrero-marzo de 2011.<br />

Fotografía de portada: Héctor Aguilar Camín. Fotografía de Rogelio Cuéllar. ISSN en trámite.


Carta del Rector<br />

Al llegar a su segundo aniversario, la Revista de la<br />

Universidad Iberoamericana se consolida como un medio<br />

plural y abierto al aporte de quienes, con el pensamiento<br />

y la acción, contribuyen a la construcción de un<br />

mejor país.<br />

Para celebrar estos dos años, hemos querido dedicar las páginas<br />

de esta entrega al tema de la <strong>democracia</strong>, esencial para entender<br />

el actual contexto.<br />

Desde el punto de vista económico y político, vivimos circunstancias<br />

muy difíciles, singularizadas por la violencia endémica<br />

que ha venido a complicarlas, al poner en entredicho la eficacia y,<br />

en muchos casos, la integridad de las instituciones democráticas.<br />

El incierto avance en el logro de una convivencia más armónica<br />

y serena, ha sembrado en la ciudadanía escepticismo y desaliento.<br />

Ante esta situación, es pertinente preguntarse si vivimos en<br />

una <strong>democracia</strong> real o si seguimos aspirando a ella y, en este caso,<br />

si estamos dando los pasos necesarios para alcanzarla. Por tanto, es<br />

necesario reflexionar acerca del tipo de <strong>democracia</strong> que es posible<br />

construir hoy en México, cuál debe ser el aporte de los partidos<br />

políticos, de las instituciones sociales, de las universidades, y,<br />

sobre todo, el de los ciudadanos, en este momento todavía de<br />

arranque o de transición a la <strong>democracia</strong>.<br />

Para la Ibero queda claro que la participación ciudadana no<br />

puede reducirse al voto, que es preciso que todos contribuyamos<br />

crítica y constructivamente para hacer de México el país que<br />

todos deseamos.<br />

Hemos pedido a un grupo de especialistas que, desde su análisis<br />

y visión del momento actual, nos ayuden a perfilar el carácter<br />

de esta contribución. A ellos, y a las decenas de colaboradores<br />

que han hecho posibles estos primeros dos años de IBERO, les<br />

damos las gracias por su responsable ejercicio ciudadano en aras<br />

de un México mejor.<br />

La verdad nos hará libres<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />

Rector<br />

Ibero 3


TRANSITAR A LA DEMOCRACIA/examen<br />

Hacia<br />

el<br />

Foto: Corbis.<br />

4 IBERO


José Woldenberg<br />

Licenciado en Sociología, maestro en Estudios Latinoamericanos y doctor en Ciencias Políticas<br />

por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue consejero ciudadano y<br />

consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE). Ha sido director de la revista Nexos<br />

y colaborador en múltiples publicaciones nacionales y extranjeras. En 2004 recibió el Premio<br />

Nacional de Periodismo. Es autor de varios libros de investigación y reflexión políticas, entre<br />

ellos La construcción de la <strong>democracia</strong> (Plaza y Janés, 2003) y Después de la transición:<br />

Gobernabilidad, espacio público y derechos (Cal y Arena, 2006)<br />

Las elecciones son<br />

sólo la punta de un<br />

iceberg civilizatorio que<br />

permite la convivencia<br />

y competencia de la<br />

pluralidad política que<br />

cruza a un país.<br />

Lo primero que hay que decir es que tendremos auténticas<br />

elecciones. Partidos políticos fuertes, con arraigo y recursos,<br />

se disputarán la voluntad de los votantes. Esto que parece una<br />

obviedad no lo es, porque hasta hace muy poco tiempo, nuestros<br />

comicios eran rituales que se cumplían con puntualidad pero en<br />

los cuales los ganadores y los perdedores estaban predeterminados.<br />

Y hay que recordar que las elecciones son sólo la punta de un<br />

iceberg civilizatorio que permite la convivencia y competencia de<br />

la pluralidad política que cruza a un país. Son la expresión más<br />

decantada de los sistemas democráticos y puede afirmarse que de<br />

sus cualidades depende que un régimen de gobierno pueda o no<br />

ostentarse como tal. Sobra decir que en los regímenes autoritarios,<br />

dictatoriales o totalitarios las elecciones —si es que existen— no<br />

son competitivas, porque se supone que una sola fuerza política es<br />

la que encarna todos los valores positivos, mientras las otras no son<br />

sino la encarnación del “mal”. En nuestro caso, luego de una espiral<br />

de conflictos y reformas, fuimos capaces de construir un escenario<br />

para la confrontación pacífica e institucional de la pluralidad que se<br />

asienta en México.<br />

Se trata de elecciones federales generales, es decir, contiendas en<br />

las que no estará en juego sólo la presidencia de la República sino<br />

también la composición de las dos Cámaras del Congreso. Estas<br />

últimas han venido adquiriendo una centralidad que hace apenas<br />

quince años resultaba impensable (para muchos). Desde 1997 en la<br />

Cámara de Diputados ningún partido ha logrado alcanzar la mayoría<br />

absoluta de los escaños y desde el 2000 ninguna fuerza política en<br />

singular ha logrado esa misma mayoría en el Senado. De tal suerte<br />

que a partir de entonces los mexicanos nos hemos venido acostumbrando<br />

a que cualquier iniciativa requiera de diálogo, negociación<br />

y acuerdo si es que se desea que prospere en el circuito legislativo.<br />

2012Ibero 5


El proceso electoral puede servir para<br />

que afloren los diferentes diagnósticos y las<br />

propuestas de los partidos y candidatos<br />

o para inundar el espacio de frases huecas<br />

y recursos mercadotécnicos que sólo<br />

tienden a adelgazar el significado de<br />

las elecciones.<br />

Las elecciones federales serán concurrentes con elecciones locales<br />

en diez u once estados en los que se elegirán gobernadores (no en<br />

todos), congreso y ayuntamientos. De tal suerte que buena parte del<br />

mapa de la representación política en el país estará en juego. Sobre<br />

todo si se toma en cuenta la muy desigual inserción social de algunos<br />

de nuestros partidos. No obstante, en todos los casos, dados los<br />

cambiantes humores públicos, pueden darse sorpresas. Los tiempos<br />

de los nacidos para ganar y los condenados a perder han quedado<br />

(venturosamente) atrás.<br />

Contamos además con un sistema electoral sofisticado, cargado de<br />

candados de seguridad, pero que ofrece grados importantes de certidumbre<br />

en relación a la limpieza de la contienda. El padrón electoral,<br />

piedra fundadora de cualquier elección, es auditado de manera permanente<br />

por 333 comisiones de vigilancia en las que participan representantes<br />

de los partidos, además de que un comité técnico integrado por<br />

especialistas de diferentes disciplinas realiza un seguimiento del mismo.<br />

Aquellas jornadas en las que se especulaba que el padrón estaba plagado<br />

de “fantasmas” (personas inexistentes que abultaban el listado y que mágicamente<br />

votaban) y además “rasurado” (ciudadanos realmente existentes<br />

a los que se suprimía de manera ilegal), son parte de la historia.<br />

Las mesas directivas de casilla serán integradas por ciudadanos<br />

sorteados y capacitados que recibirán y contarán el voto de sus vecinos.<br />

Junto a ellos estarán representantes de los partidos, encargados<br />

de vigilar que la jornada transcurra de manera limpia.<br />

En la noche a través del Programa de Resultados Preliminares<br />

(PREP) cualquiera podrá observar desde su hogar, al mismo tiempo<br />

que las autoridades y los representantes de los partidos, la manera en<br />

que se van agregando los resultados electorales. Se les podrá consultar<br />

a nivel nacional, por estado, por distrito, por circunscripción, y<br />

quien quiera, incluso casilla por casilla. Los tiempos en que se abría<br />

un espacio de especulación antes de contar con cifras oficiales es un<br />

asunto del pasado.<br />

Enumerar los candados de seguridad de las elecciones mexicanas<br />

puede resultar tedioso. Pero vale la pena recordar que todos y cada<br />

uno de los eslabones del proceso (desde el registro de candidatos<br />

hasta el cómputo de los votos, pasando por el diseño y confección<br />

de las boletas, la infraestructura de las casillas o el sorteo de las letras<br />

para insacular a los funcionarios de casilla) se hacen bajo la estricta<br />

vigilancia de los representantes de todos los partidos.<br />

La preocupación fundamental es sobre la calidad de la contienda.<br />

El proceso electoral puede servir para que afloren los diferentes<br />

diagnósticos y las propuestas de los partidos y candidatos o para<br />

inundar el espacio de frases huecas y recursos mercadotécnicos que<br />

sólo tienden a adelgazar el significado de las elecciones. Si sucede<br />

lo primero, las elecciones pueden resultar pedagógicas, formativas; si<br />

pasa lo segundo, una nueva nebulosa de jingles y sonrisas, de ataques<br />

y ocurrencias se apoderará del espacio público. Lo más probable,<br />

sin embargo, es que se dé una combinación de ambas posibilidades.<br />

El papel de los medios será crucial. Si actúan de manera objetiva,<br />

profesional y equitativa, se creará un clima propicio para la<br />

convivencia y la competencia. Por el contrario, si su actuar resulta<br />

faccioso, el ambiente puede nublarse y los ánimos volverse agrios.<br />

Quienes piensan que desde ahora puede darse como ganador a<br />

un pre-candidato (creo) se equivocan. En reiteradas ocasiones hemos<br />

observado cómo las intenciones del voto cambian a lo largo<br />

de las campañas, que precisamente están diseñadas para ello. Bastaría<br />

recordar que si las elecciones del año 2000 se hubiesen celebrado en<br />

febrero, el ganador (según las encuestas) hubiera sido Francisco Labastida;<br />

y si las del 2006 hubieran sucedido en marzo, el triunfador<br />

hubiera sido Andrés Manuel López Obrador.<br />

No habrá —creo— ningún ganador absoluto ni perdedores totales,<br />

sino más bien un reequilibrio de las fuerzas. Por supuesto que<br />

la organización política que gane la presidencia se proclamará como<br />

vencedora con toda justicia, pero es muy probable (subrayo probable,<br />

porque siempre pueden darse sorpresas), que sus votos no le alcancen<br />

para ostentar mayorías absolutas en las dos Cámaras del Congreso,<br />

lo cual generará un escenario similar al que el país viene viviendo<br />

desde 1997. Es decir, una conformación del Legislativo que<br />

obliga, como ya se apuntó, al diálogo, la negociación y el acuerdo.<br />

Pero más allá de ganadores y perdedores (siempre coyunturales),<br />

lo más importante es que se siga asentando entre nosotros la convicción<br />

de que un país complejo, masivo y contradictorio como México<br />

no puede ni debe caber bajo el manto de un solo ideario, una<br />

sola sensibilidad, una sola política, una sola organización. Nuestro<br />

país es plural y ningún exorcismo logrará unificar lo que por definición<br />

es diverso. Ese reconocimiento es el que nos obliga a construir<br />

y fortalecer un escenario en el cual la pluralidad de pulsiones que<br />

viven y conviven en el país, pueda expresarse, recrearse y competir<br />

de manera civilizada y sin violencia. Esa es la promesa profunda de<br />

los sistemas democráticos.<br />

6 IBERO


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

Democracia<br />

y crimen<br />

organizado<br />

Miguel Ángel Granados Chapa<br />

Licenciado en Periodismo y Derecho por la UNAM, y doctor en<br />

Historia por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. En su<br />

larga trayectoria periodística, ha sido director del semanario Proceso<br />

y del diario La Jornada, así como director general de la revista Mira.<br />

Fue consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral. Ha recibido<br />

en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo, y en 2008<br />

el Senado de la República lo distinguió con la Medalla Belisario<br />

Domínguez, por su lucha constante en pro de la libertad de expresión<br />

y la justicia en México. Doctor Honoris Causa por la Universidad<br />

Autónoma Metropolitana y miembro de la Academia Mexicana<br />

de la Lengua. Es columnista de Proceso y del diario Reforma<br />

y conductor del programa Interés Público en Radio Universidad<br />

(UNAM). Entre otros libros ha publicado Votar, ¿para qué<br />

Manual de elecciones (1985), ¡Escuche, Carlos Salinas! (1996),<br />

Fox & Co. Biografía no autorizada (2000) y Los periodistas no<br />

deben ser socios de los políticos (El Financiero, 2010)<br />

No hay sociedad —con algunas contadas excepciones,<br />

posibles por su condición marginal en la economía<br />

globalizada—, sea democrática o esté sometida a un<br />

régimen autoritario, que no padezca la presencia del<br />

crimen organizado. Sus dimensiones pueden ser mayores o menores,<br />

su persistencia puede deberse a lenidad o incapacidad gubernamental,<br />

o a la propia complexión de la delincuencia. Pero se<br />

trata de una presencia, una condena inexorable. El crimen organizado<br />

es una realidad derivada de problemas ancestrales (la codicia<br />

como antivalor perenne) y de modalidades nuevas, asociadas a<br />

la trasnacionalización de la economía y de las relaciones sociales.<br />

8 IBERO<br />

La <strong>democracia</strong> y el crimen organizado se repelen, son realidades<br />

antagónicas. Por eso se traban en lucha permanente. Entendida<br />

como sistema de relaciones humanas y no sólo como mecanismo<br />

de integración del gobierno y la representación política, la<br />

<strong>democracia</strong> es el clima menos favorable al crimen organizado. Al<br />

contrario, las deficiencias de la <strong>democracia</strong> pueden ser caldo de<br />

cultivo de la delincuencia, la común y la que opera a través de<br />

bandas integradas como empresas. En México la desigualdad de<br />

oportunidades, cuyo contrario es uno de los componentes de la<br />

<strong>democracia</strong>, alimenta a la delincuencia organizada. Generaciones<br />

enteras carentes de trabajo bien remunerado no encuentran<br />

salidas más que la de emigrar a Estados Unidos o la de insertarse<br />

en las mafias criminales. Es notorio el abatimiento de la edad<br />

entre las víctimas y los verdugos de la guerra que libran entre sí<br />

las bandas, o la que ha lanzado el gobierno contra esas organizaciones:<br />

cada vez son más jóvenes los protagonistas de la inmensa<br />

tragedia nacional, cuyos contornos crecen en la medida en que<br />

disminuye el acceso de la juventud al empleo o al bachillerato y<br />

la educación superior.<br />

Ese déficit de la <strong>democracia</strong> se completa con el que ha hecho<br />

perder a la sociedad confianza en las costumbres institucionales.<br />

Suponemos que es fácil resolver el dilema de buscar acceso a las<br />

bandas criminales o no hacerlo. En una sociedad sólidamente<br />

democrática impera el respeto a la legalidad y a las instituciones<br />

que la proveen y la practican. En nuestro país, en cambio, ha<br />

cundido una cultura de la ilegalidad que propone formas de<br />

comportamiento ajenas al régimen jurídico pero que en apariencia<br />

no constituyen delitos.<br />

El que no transa no avanza, es decir, la condena a la mediocridad<br />

de quienes buscan atenerse a los términos de la ley en su<br />

conducta cotidiana, es una fórmula que resume este desprecio al


estado de derecho, vulnerado cotidianamente por amplias capas<br />

de la sociedad y extensas porciones del aparato gubernamental.<br />

Sin respeto a la ley y a los poderes encargados de hacerla valer no<br />

hay <strong>democracia</strong>, y por lo tanto se generan condiciones propicias<br />

a la criminalidad.<br />

Para prosperar, la delincuencia organizada requiere vulnerar<br />

las instituciones, acrecentar el desdén hacia las formas legales<br />

de vida. Citemos como ejemplo la piratería. En esa actividad<br />

ilegal se percibe con claridad esta circunstancia. Sin necesidad<br />

de desarrollar expresamente un discurso en su provecho, la fabricación<br />

y difusión de bienes que usurpan la propiedad industrial<br />

descansa en el ánimo social cada vez más extendido de que no<br />

hay intereses directamente afectados con el comercio de artículos<br />

que imitan a los que circulan en la economía formal, o que,<br />

si los hay, su dimensión es tal que es imperceptible el daño o el<br />

perjuicio que se les infiere.<br />

Los no pocos propagandistas de la piratería hacen ver que la<br />

diferencia de precio de un disco producido ilegalmente y el que<br />

corresponde a uno protegido por el régimen de propiedad industrial<br />

es tan ancho que revela un abuso ante el cual es lícito<br />

que los consumidores y usuarios se defiendan. No estarían dispuestos<br />

a escuchar, o no le concederían<br />

credibilidad, el alegato sobre la estructura<br />

de costos de lo producido conforme a la<br />

ley, que se refleja en el precio.<br />

Todas las actividades de la delincuencia<br />

internacional, como esta que proponemos<br />

a título de ejemplo, son deleznables y deben<br />

ser evitadas y combatidas. Pero hay algunas<br />

de mayor peligrosidad social, porque<br />

es más amplio el universo de los intereses lacerados y es de mayor<br />

alcance el conjunto de los valores que se perturban. Tal es el caso<br />

del comercio de drogas ilegales, la trata de personas, el contrabando<br />

de armas, el secuestro, que a menudo aparecen vinculados.<br />

La alta rentabilidad de estas formas de delincuencia les permite<br />

minar deliberadamente las instituciones democráticas, a las que<br />

logran quebrantar aunque no lleguen nunca a desmoronarse. La<br />

corrupción administrativa y judicial es un veneno que corroe a<br />

las instituciones democráticas, que las priva de su razón de ser,<br />

porque si el gobierno no está al servicio de los gobernados sino<br />

al de las bandas criminales, el pacto social en que ha de basarse<br />

la convivencia carece de sentido.<br />

La <strong>democracia</strong>, la electoral y la sustantiva, deben ser antídotos<br />

contra la delincuencia organizada, el único modo de contenerla.<br />

Democráticamente, es decir con la participación de la sociedad<br />

en consonancia con sus autoridades, deben definirse los modos<br />

de la contención al crimen organizado. Debe discutirse en la<br />

sociedad y en las instituciones legítimamente animadas por el<br />

voto popular la posición del gobierno ante el comercio de drogas<br />

prohibidas, por ejemplo. Es decir, la legalización de los estupefacientes<br />

menos dañinos que el alcohol, en las modalidades y<br />

con la velocidad que se establezca, sólo puede ser fruto de una<br />

discusión realizada tanto en el seno de las organizaciones civiles<br />

—el modo de participación cotidiana de los ciudadanos en la<br />

<strong>democracia</strong>— como en el escenario en que actúan los poderes.<br />

No es útil ni sano que, como ha ocurrido en México en el último<br />

lustro, se despliegue una estrategia militar contra el crimen<br />

organizado y no se revise esa conducta gubernamental ante la<br />

evidencia de su insuficiencia y aun su índole contraproducente.<br />

Una confesión de parte respecto de la necesidad de participación<br />

social fue la convocatoria, casi cuatro años después de iniciada<br />

la lucha en términos puramente bélicos, a agrupaciones<br />

sociales a las que, sin embargo, se las requiere para avalar, y no<br />

para discutir a fondo la ruta gubernamental.<br />

Es posible documentar las innumerables formas de debilitamiento<br />

gubernamental causado por la delincuencia organizada.<br />

Pero estamos en riesgo de peores embates contra la <strong>democracia</strong>.<br />

Uno principalísimo es la fragilidad de nuestra estructura electoral.<br />

En los años recientes, en elecciones federales y locales han<br />

aparecido ominosas señales sobre la capacidad de penetración<br />

del narcotráfico en los procesos comiciales. Es preciso cobrar<br />

conciencia de ese riesgo y que la sociedad civil organizada y las<br />

instituciones lo combatan, a fin de evitar que el peligro de tener<br />

autoridades impuestas por el crimen organizado nos alcance y<br />

conduzca al extremo de convertirnos en un narcoestado.<br />

El término <strong>democracia</strong> adquirió tantos<br />

significados que dejó de servir como<br />

un referente para comprender una<br />

realidad concreta.<br />

Cartón de Rogelio Naranjo.


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

Helena Varela<br />

Licenciada en Geografía e Historia, maestra en Ciencias Sociales y doctora en<br />

Ciencia Política, Sociología y Antropología Social. Es Directora del Departamento<br />

de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad<br />

de México. Ha realizado múltiples investigaciones en torno a los procesos<br />

de transición y consolidación democráticas, la calidad de la <strong>democracia</strong> y<br />

el funcionamiento del poder legislativo. Entre otras publicaciones, es<br />

coautora en el volumen colectivo Democracia reprobada: la elección<br />

presidencial de 2006<br />

¿De qué<br />

hablamos cuando<br />

hablamos de<br />

<strong>democracia</strong><br />

Para responder a la pregunta de si México se encamina<br />

hacia una <strong>democracia</strong> es importante tener en consideración<br />

dos cuestiones previas: por un lado, identificar<br />

la senda por la cual estamos transitando; y por el otro,<br />

conocer muy bien el destino al que nos dirigimos, esto es, qué<br />

entendemos por eso que denominamos <strong>democracia</strong>. Si bien pudiera<br />

parecer un asunto trivial, en realidad tiene repercusiones<br />

fundamentales, puesto que el camino que tengamos que tomar<br />

para alcanzar la <strong>democracia</strong> dependerá de su significado.<br />

¿De qué hablamos cuando hablamos de <strong>democracia</strong> ¿Entendemos<br />

todos lo mismo Desde mi punto de vista, no todos definimos<br />

la <strong>democracia</strong> de la misma manera; al contrario, si hay un<br />

término que ha permitido múltiples acepciones e interpretaciones,<br />

y que sirve para referirse a realidades diferentes, ese es el de<br />

<strong>democracia</strong>. El problema es que al no tener un significado único,<br />

se ha limitado nuestra capacidad de acercarnos y comprender la<br />

realidad, cuestionando la validez del concepto. 1<br />

Foto: Corbis.<br />

10 IBERO


El término <strong>democracia</strong><br />

adquirió tantos<br />

significados que dejó de<br />

servir como un referente<br />

para comprender una<br />

realidad concreta.<br />

Según Manheim y Rich, los conceptos deben tener ciertas<br />

características que permitan cumplir con esa utilidad científica:<br />

deben referirse a fenómenos que sean observables, deben ser<br />

precisos; y deben tener un alcance teórico. En el caso del término<br />

“<strong>democracia</strong>”, como concepto de ciencia política, cumple<br />

con el primer y tercer criterio, pero dista mucho de tener la<br />

segunda característica, esto es, la de ser preciso.<br />

La <strong>democracia</strong> y sus múltiples acepciones<br />

La tarea de presentar las diferentes formas de entender el concepto<br />

de <strong>democracia</strong> rebasaría con creces el espacio del que aquí<br />

se dispone. Quisiera no obstante señalar las corrientes teóricas<br />

más importantes que surgieron en torno al estudio de la <strong>democracia</strong>,<br />

porque con la identificación de las mismas, es posible<br />

comprender algunos de los problemas que hoy en día afrontamos<br />

en el desarrollo de los sistemas políticos democráticos. 2<br />

En primer lugar, los teóricos distinguen entre la <strong>democracia</strong><br />

ideal (el “deber ser”) y la <strong>democracia</strong> real (“lo que es”). En el<br />

primer caso, se entiende la <strong>democracia</strong> a partir de sus aspiraciones,<br />

del reconocimiento de las mejores formas de organización<br />

política que permitan la convivencia pacífica de una sociedad.<br />

En el segundo caso, se parte del hecho de que lo ideal es inalcanzable<br />

y que hay que centrarse en aquellas características<br />

susceptibles de ponerse en práctica. Uno de los teóricos que<br />

reconoció la distancia que puede existir entre lo deseable y lo<br />

posible, fue Dahl, quien considerando que no se debía utilizar el<br />

mismo concepto para dos fenómenos diferentes, acuñó el concepto<br />

de “poliarquía” para referirse a la aplicación práctica de la<br />

<strong>democracia</strong>. 3 Sin embargo, la mayoría de los teóricos siguieron<br />

usando el término de <strong>democracia</strong> tanto desde la filosofía política<br />

(como ideal) como desde la ciencia política (el ser).<br />

En segundo lugar, también desde la perspectiva de la ciencia<br />

política, encontramos múltiples acepciones de lo que es la <strong>democracia</strong>.<br />

De forma esquemática, podemos distinguir entre quienes<br />

entienden la <strong>democracia</strong> como un conjunto de procedimientos<br />

o reglas del juego que determinan quién llega al poder, cómo<br />

llega y cómo lo ejerce (<strong>democracia</strong> procedimental, centrada en<br />

las reglas electorales y en la protección de las garantías individuales),<br />

frente a aquellos que consideran que la <strong>democracia</strong>, más<br />

que procedimientos, es un conjunto de principios y valores que<br />

permiten el buen funcionamiento de la sociedad (<strong>democracia</strong><br />

sustantiva, basada en la igualdad y en aspectos como la participación<br />

ciudadana, la autonomía, la tolerancia, las libertades y la<br />

pluralidad). Pero incluso en cada una de estas corrientes, hay una<br />

gran variedad de definiciones, dependiendo del aspecto específico<br />

de la <strong>democracia</strong> que quiera ser destacado. De esta manera,<br />

casi cualquier régimen podía ser definido como democrático,<br />

pues todo dependía de la característica que quisiera ser resaltada.<br />

Ibero 11


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

El discurso político secuestró<br />

y hegemonizó la noción<br />

de lo que es democrático,<br />

sirviendo a los intereses de<br />

cada quien.<br />

Los adjetivos de la <strong>democracia</strong><br />

Resultó entonces que el término <strong>democracia</strong> adquirió tantos<br />

significados que dejó de servir como un referente para comprender<br />

una realidad concreta. Y entonces, tuvimos que acompañarlo<br />

de algún calificativo que le otorgara la precisión perdida,<br />

matizándolo y acotándolo. Hoy hablamos, por ejemplo, de <strong>democracia</strong><br />

ideal, real, sustantiva, valorativa, procedimental, electoral,<br />

política, social, elitista, participativa, deliberativa, delegativa,<br />

multicultural, liberal, radical, cosmopolita, creativa… La lista<br />

podría continuar; es difícil encontrar un concepto en la ciencia<br />

política que haya tenido que ser acompañado de tantos adjetivos,<br />

y que aun así siga presentando tantos problemas para identificar<br />

la realidad concreta a la que nos estamos refiriendo.<br />

La situación se agrava cuando consideramos la forma en que<br />

la clase política se apropió del término, y ha hecho uso (y abuso)<br />

del mismo, puesto que le ha permitido justificar y legitimar<br />

cualquier acción, por el simple hecho de ser “democrática”. Un<br />

término que de por sí había perdido precisión, en manos de los<br />

políticos también perdió alcance teórico, lo cual ha impactado<br />

de forma directa en los propios procesos democráticos.<br />

La <strong>democracia</strong> real: cuando los políticos se apropiaron<br />

del concepto<br />

El desarrollo de las <strong>democracia</strong>s occidentales vino acompañado<br />

de la utilización del término <strong>democracia</strong> como un arma política,<br />

mediante la cual se respaldaba cualquier medida tomada por la<br />

clase política, incluso de aquellas que tenían claros tintes autoritarios.<br />

El discurso político secuestró y hegemonizó la noción de<br />

lo que es democrático, sirviendo a los intereses de cada quien;<br />

los políticos se vanaglorian de contribuir al fortalecimiento de<br />

las instituciones democráticas, y de esta manera fundamentan sus<br />

acciones, cualquier que ésta sea. Es así como explicamos la aparente<br />

paradoja de nuestra <strong>democracia</strong>: los cambios ocurridos en<br />

12 IBERO<br />

las últimas décadas supuestamente van encaminados a instaurar<br />

una <strong>democracia</strong>, pero ésta no parece estar funcionando.<br />

Para explicar esta paradoja, nuevamente tenemos que regresar<br />

a la distinción entre <strong>democracia</strong> procedimental y <strong>democracia</strong><br />

sustantiva. Como mencioné al principio, según cuál sea nuestro<br />

destino, tendremos que tomar un camino diferente. Si domina<br />

un concepto procedimental de la <strong>democracia</strong>, ésta será exitosa<br />

en la medida en que sus instituciones funcionen y permitan<br />

tomar decisiones, sin considerar el grado en que se está promoviendo<br />

una mayor libertad o una mayor igualdad entre los<br />

integrantes de la sociedad, que es lo que importaría en el caso de<br />

dominar una visión más valorativa de la <strong>democracia</strong>.<br />

¿Cuál es el concepto de <strong>democracia</strong> que está dominando hoy<br />

en día El discurso hegemónico está centrado más que nada en<br />

los procedimientos que caracterizan a la <strong>democracia</strong> a partir de<br />

su capacidad de establecer reglas claras que permitan la toma de<br />

decisiones. Es más, esas reglas parecen estar protegiendo unos<br />

intereses específicos, que son los que tienen que ver con el<br />

desarrollo del modelo económico del libre mercado. Por este<br />

motivo, la <strong>democracia</strong> está más basada en el individuo y en el<br />

mercado que en la sociedad y el bien común, lo cual ha llevado<br />

a olvidar ciertos valores, como la igualdad o la solidaridad. En<br />

resumen, se trata de una <strong>democracia</strong> que favorece a determinados<br />

grupos de interés, más centrada en los procesos y en las instituciones,<br />

y que está impidiendo el desarrollo de aspectos tan relevantes<br />

como los derechos y las libertades, además de cuestiones como<br />

la igualdad y la solidaridad. Es posible que México se esté<br />

encaminando hacia la <strong>democracia</strong>: la clave radica en saber hacia<br />

qué tipo de <strong>democracia</strong> nos dirigimos y si es ese el destino al<br />

que queremos llegar.<br />

1 Sobre el papel de los conceptos en la ciencia política, ver Manheim, Jarol B. &<br />

Rich, Richard C. Análisis politico empírico. Madrid, Alianza Universidad, 2001. También<br />

Nohlen (“Concepto y contexto. En torno al desarrollo de la comparación en Ciencia<br />

Política”. Working Paper núm. 265, Institut de Ciènces Polítiques i Socials. Barcelona,<br />

2008) apuntó que “la realidad social no se percibe nunca de forma directa,<br />

sino siempre a través de conceptos que estructuran lo observado por diferentes<br />

observadores de manera diferente”.<br />

2 La bibliografía sobre el tema es vastísima. Una buena síntesis sobre las diferentes<br />

corrientes se puede encontrar en Berlanga Santos, José Luis, “Democracia”. En (Pre)<br />

textos para el análisis político. Disciplinas, reglas y procesos. Coordinado por Eduardo<br />

Villarreal Cantú y Víctor Hugo Martínez González. México, FLACSO, 2010.<br />

3 Dahl, Robert A., La poliarquía. Madrid, Tecnos, 1989.


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

Carlos Lugo Galera<br />

Politólogo, especialista en procesos electorales y partidos políticos.<br />

Licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma<br />

Metropolitana, maestro en Sociología por la Universidad<br />

Iberoamericana Ciudad de México, y candidato a Doctor en<br />

Comunicación y Cultura de Masas por la Universidad Complutense<br />

de Madrid. Es profesor de tiempo completo del Departamento de<br />

Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero<br />

Democracia y<br />

participación<br />

ciudadana<br />

El pasado primero de diciembre de 2010 se cumplió una década<br />

de la caída del régimen priísta y la alternancia en la presidencia<br />

de México. Para muchos analistas la transición a la<br />

<strong>democracia</strong> culminaba e iniciaba la democratización del país. Sin<br />

embargo la democratización se encuentra marcada por signos de<br />

interrogación, debido a que la alternancia en el Poder Ejecutivo no<br />

ha sido suficiente para que se cumplan los principios básicos de la<br />

<strong>democracia</strong> en nuestro país.<br />

Una mirada a la historia política de la década de los años noventa<br />

nos muestra que las reformas electorales otorgaron las libertades<br />

necesarias de participación a las organizaciones civiles y políticas,<br />

dentro de las que destacan el respeto al voto y a la voluntad de las<br />

mayorías que han sido la base de los nuevos gobiernos surgidos de<br />

los procesos electorales de la primera década del nuevo milenio.<br />

Sin embargo el proceso de democratización del país requiere del<br />

cumplimento de los principios básicos de la <strong>democracia</strong>. O’ Donell 1<br />

señala que un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />

la calidad de la <strong>democracia</strong>, misma que tiene que ver directamente<br />

con la participación ciudadana, así como con el cumplimento de los<br />

derechos políticos, económicos y sociales.<br />

Pero en México existen varias asignaturas pendientes que no logran<br />

cumplir esos principios básicos. Por un lado enfrentamos una<br />

crisis económica que ha llevado a cientos de miles de ciudadanos a<br />

niveles de pobreza inimaginables. A la par de lo anterior se muestran<br />

los límites y acotamientos de la participación ciudadana que tan<br />

sólo alcanza a suscribirse al ámbito de la participación electoral.<br />

14 IBERO<br />

Cartón de Rius.<br />

Con respecto a los asuntos políticos, la rendición de cuentas significa<br />

que los ciudadanos tienen el poder de verificar y evaluar las<br />

demandas expresadas por la sociedad civil. Esto quiere decir que los<br />

gobernantes deben cumplir con los principios básicos de dotar de<br />

información sobre sus actos políticos en la toma de las decisiones.<br />

Está muy claro que las reformas electorales otorgaron el derecho<br />

de participación, en los procesos políticos y electorales, a los partidos<br />

políticos opositores, a las asociaciones políticas, a los ciudadanos<br />

y a sus distintas organizaciones civiles y a las organizaciones no<br />

gubernamentales, pero esas mismas reformas les concedieron muy<br />

poco margen para exigir al gobierno la rendición de cuentas. Ahí se<br />

encuentra un derrotero para la ciudadanía.<br />

¿Como perciben la <strong>democracia</strong> los mexicanos 2<br />

A pesar de la crisis económica, la falta de empleo, la inseguridad<br />

y los problemas de salud de la población, para mencionar tan sólo


los que más impacto tienen, los mexicanos apoyamos a medias la<br />

<strong>democracia</strong> como sistema de gobierno. En el 2009 existía un 42%<br />

de la población que la apoyaba, y para el 2010 se incrementó en 7<br />

puntos, llegando a 49%.<br />

Otro dato revelador es la respuesta a la pregunta: “¿La <strong>democracia</strong><br />

puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno” El<br />

67% de la población encuestada está muy de acuerdo en que es<br />

el mejor sistema de gobierno. Sin embargo, México aparece en el<br />

número 16 de los 18 países encuestados, muy por debajo de países<br />

como Honduras, Nicaragua, Costa Rica, que son nuestros vecinos<br />

del sur y que aparentemente no han desarrollado un sistema democrático<br />

como el nuestro.<br />

Sobre la legitimidad del Congreso y la <strong>democracia</strong> sin<br />

partidos<br />

A la pregunta: “¿Sin Congreso Nacional no pude haber <strong>democracia</strong>”,<br />

un 52% percibe que el Congreso es importante para el funcionamiento<br />

de la <strong>democracia</strong>. Y, con respecto a los partidos políticos,<br />

un 57% percibe que sin ellos no puede haber <strong>democracia</strong>.<br />

Datos muy por debajo de lo que pudiera esperarse, debido a que<br />

ambas instituciones son partes fundamentales del proceso democrático<br />

del país.<br />

Pero el estudio de Latinobarómetro 2010, revela otro dato que es<br />

significativo sobre cómo se percibe la <strong>democracia</strong> en nuestro país.<br />

México es el país con mayor cantidad de población que le da una<br />

baja legitimidad a la <strong>democracia</strong> (31%). Y el dato es importante y<br />

revelador porque nos muestra a una ciudadanía con grados de desencanto<br />

del proceso democrático.<br />

Con respecto a la percepción del público sobre las decisiones<br />

que toma el gobierno para privilegiar a unos pocos, encontramos<br />

que un 65% de la población encuestada contestó que esto sin duda<br />

sucede. Y sobre la percepción de que algunos grupos o personas<br />

tienen tanta influencia que los intereses de la mayoría son ignorados,<br />

un 62% coincidió en señalar que estas son prácticas comunes. Por<br />

último a la pregunta: “¿Se gobierna para el bien de todo el pueblo”,<br />

tan sólo un 21% de la población respondió afirmativamente.<br />

Quizá estos datos nos pueden dar una respuesta a lo que O’ Donnell<br />

señala: “Un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />

la calidad de la <strong>democracia</strong>”. Y ahí está, quizá, uno de los puntos<br />

nodales para el avance democrático.<br />

La <strong>democracia</strong> en<br />

México dista mucho<br />

de ser una <strong>democracia</strong><br />

de calidad.<br />

Si bien el Plan de Desarrollo es un mecanismo legal y organizacional<br />

que posibilita la participación de los ciudadanos en casi todos<br />

los ámbitos, éste se ha visto con recelo por parte de la clase política,<br />

quien hace todo lo posible porque no se difunda masivamente. Además,<br />

se siguen encontrando resistencias en algunos grupos políticos<br />

que tienden a no aceptar del todo la presencia de los ciudadanos en<br />

el proceso de toma de decisiones.<br />

Sin embargo, periódicamente se producen movimientos en busca<br />

de la participación, que desbordan los canales institucionales, caracterizados<br />

generalmente por su oposición a iniciativas o políticas<br />

gubernamentales que van en detrimento de los ciudadanos.<br />

Por último, después de este apretado y sintético recorrido por<br />

el proceso democrático de México, podemos señalar que existen<br />

todavía tareas pendientes que el Estado debe solucionar y que se<br />

inscriben en los ámbitos del desarrollo social, político, cultural y<br />

económico. La gran paradoja en que nos encontramos es que, para<br />

muchos, somos un país democrático, pero con más de 50 millones<br />

de mexicanos en la pobreza.<br />

¿Cómo se encuentra la participación ciudadana<br />

La participación ciudadana es otro de los puntos fundamentales para<br />

el avance de la <strong>democracia</strong>. Si participación implica la toma de decisiones<br />

de los ciudadanos en asuntos del interés público (plebiscito,<br />

referéndum, etcétera) y prácticas sociales que responden a intereses<br />

particulares de los grupos que existen en la sociedad 3 , entonces<br />

tenemos que la <strong>democracia</strong> en México dista mucho de ser una<br />

<strong>democracia</strong> de calidad.<br />

Para incentivar la participación ciudadana, el gobierno federal ha<br />

incluido en el Plan de Desarrollo 2007-2012, como objetivo principal,<br />

el “desarrollar una cultura cívico-política que promueva la<br />

participación ciudadana en el diseño y evaluación de las políticas<br />

públicas”, y como una de sus estrategias el “promover la participación<br />

política de la mujer”.<br />

Cartón de Rius.<br />

1 O’ Donell, Guillermo. “Es una obligación y un derecho criticar nuestras <strong>democracia</strong>s”<br />

en Metapolítica, núm. 39, 2005.<br />

2 Los datos que se presentan fueron tomados del Informe Latinobarómetro 2010.<br />

http://www.latinobarometro.org/ el 5 de enero de 2011.<br />

3 Bolos, Silvia. Organizaciones sociales y gobiernos municipales: construcción de<br />

nuevas formas de participación, Universidad Iberoamericana, 2003.<br />

Ibero 15


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

Tomás Segovia<br />

Poeta, narrador, ensayista, crítico literario<br />

y traductor español. Como consecuencia de<br />

la guerra civil española, residió en París<br />

antes de llegar a México en 1940. Estudió<br />

literatura en nuestro país y fue investigador<br />

de El Colegio de México. Formó parte<br />

del consejo de redacción de las revistas<br />

Plural y Vuelta. Español-mexicano, vive<br />

alternativamente entre España y México,<br />

pues pasa largas temporadas en ambos países.<br />

En 1998, el Fondo de Cultura Económica<br />

publicó la recopilación de su obra bajo el<br />

título Poesía (1943-1997). Sus libros más<br />

recientes son Aluvial (Pre-textos, Valencia,<br />

2009), Cartas de un jubilado (México,<br />

<strong>Ediciones</strong> Sin Nombre, 2010) y Estuario<br />

(Madrid, 2010). Entre otros reconocimientos,<br />

ha recibido el Premio Xavier Villaurrutia, el<br />

Alfonso X de Traducción, el Premio Octavio<br />

Paz de Poesía y Ensayo, el Premio Juan<br />

Rulfo de Literatura Latinoamericana y<br />

del Caribe y el Premio de Poesía Federico<br />

García Lorca.Blog:<br />

http://www.tomassegovia2.blogspot.com<br />

Foto: Corbis.<br />

Justicia y<br />

16 IBERO


La <strong>democracia</strong> es sin duda<br />

alguna invención de la izquierda,<br />

hija de la Ilustración, de la<br />

Revolución Francesa y de la<br />

Independencia norteamericana.<br />

Parece claro que hay algún lazo entre la izquierda y el progreso,<br />

pero ese lazo es, por lo menos en gran parte, contingente<br />

e histórico. Porque tampoco la alianza de la justicia con el<br />

progreso es tan sustancial como parece. La clase dirigente y privilegiada<br />

tiende a desconfiar del progreso, pero no por ser progreso,<br />

sino porque es cambio y el cambio tiende a alterar las jerarquías<br />

establecidas. Pero pronto la clase dominante descubrió que no todo<br />

cambio es así y que hay progresos que afianzan las jerarquías en lugar<br />

de ponerlas en crisis. Esa es claramente la situación en nuestros<br />

días, pero en realidad la burguesía adoptó esa estrategia casi desde<br />

el principio, desde que la idea de progreso empieza a tener peso<br />

en la historia. Incluso, aunque claro que en otra forma y bajo otras<br />

categorías, desde mucho antes.<br />

La forma más descarnada de un progreso jerarquizante es el colonialismo,<br />

y el colonialismo empieza en el Renacimiento. Los conquistadores<br />

y colonos renacentistas no disponían de los conceptos<br />

que manejará después la burguesía colonialista: el white man’s burden<br />

y la labor civilizadora y modernizadora de la colonia; pero es<br />

claro que las ideas de cruzada religiosa y de paz imperial recubrían<br />

también la idea de cruzada civilizadora y de justificación del poder<br />

(y de su injusticia) por un mayor progreso.<br />

Nuestra época, en cierto modo, es un nuevo avatar de la vieja historia<br />

colonialista, que desde los tiempos de las colonias cartaginesas<br />

o griegas ha sufrido más de uno. El colonialismo económico es en<br />

algún sentido más colonial aún que el político, porque la esencia<br />

del colonialismo es evidentemente económica. No hay duda de<br />

que el neocolonialismo neoliberal (¿por qué no neoburgués) está<br />

fuertemente interesado en el progreso que le asegura su hegemonía<br />

política y económica. Pero en la “metrópolis” tampoco es verdad<br />

que haya desaparecido la lucha de clases (es probablemente eterna).<br />

Es verdad que resulta un poco ridículo hablar hoy de una clase<br />

proletaria enfrentada a una clase burguesa. Pero las clases seguirán<br />

existiendo mientras haya jerarquías y haya injusticia.<br />

¿Es concebible una jerarquía justa La respuesta a esta pregunta es<br />

una de las claves fundamentales de la diferencia entre la izquierda y<br />

la derecha. La derecha no sólo piensa que una jerarquía puede ser<br />

justa de por sí, sin constricciones exteriores, sino que la justicia es<br />

siempre jerárquica.<br />

(Apostilla: cuando digo piensa no quiero decir que lo exprese<br />

abiertamente o ni siquiera que lo piense conscientemente. Lo digo<br />

así para abreviar, pero me refiero, por supuesto, al sentido que presuponen<br />

las actitudes y acciones de los interesados.)<br />

La izquierda más rudimentaria (y por eso más radical) piensa que<br />

toda jerarquía es necesariamente injusta. Una izquierda más matizada<br />

hace distinciones, por ejemplo entre jerarquías naturales y jerarquías<br />

sociales o artificiales. Unos seres humanos son más guapos,<br />

más inteligentes, más sanos, más fuertes o más simpáticos que otros,<br />

<strong>democracia</strong>Ibero 17


transitar a la <strong>democracia</strong>/examen<br />

lo cual es una injusticia, pero en un sentido más bien metafórico,<br />

porque en rigor sólo los actos humanos pueden ser justos o injustos.<br />

Pero la izquierda piensa siempre que incluso las jerarquías naturales<br />

deben ser vigiladas para evitar que se conviertan en injusticias, porque<br />

las jerarquías, si no son siempre injustas, son la forma en que se<br />

realiza necesariamente la injusticia.<br />

La política puede impulsar o no la justicia en la sociedad, y puede<br />

impulsar o no el orden en la sociedad, pero en su propio exterior<br />

no puede impulsar la justicia y no puede dejar de impulsar el orden.<br />

El poder no sólo se encarga del orden en la sociedad; él mismo<br />

es orden: jerarquía, autoridad. La izquierda en el poder es por eso<br />

paradójica y conflictiva. Hay una faceta del poder que puede decirse<br />

que es constitutivamente de derechas: la faceta que antepone<br />

necesariamente el orden a la justicia. El poder como poder tiende<br />

en efecto a esa postura: un poder injusto sigue siendo poder (nos<br />

consta), mientras que un poder<br />

desordenado empieza a perder<br />

poder en la medida en que su<br />

orden va sucumbiendo. La izquierda<br />

consiste esencialmente<br />

en anteponer la justicia al orden.<br />

Si está en el poder, esta tarea le<br />

resulta bien difícil.<br />

Pienso que de todas formas<br />

hay que votar por la izquierda en<br />

las elecciones, porque comparativamente<br />

los programas políticos<br />

de la izquierda serán siempre<br />

de más interés social que los de<br />

derecha. Pero el verdadero lugar<br />

de la izquierda está, más aún que en la oposición, en la acción social<br />

y cívica, que es en principio resistencia al poder, aunque sólo sea en<br />

la forma atenuada de autonomía frente al poder. El difícil desafío de<br />

la izquierda en el poder sería inhibirse ante la resistencia social, renunciar<br />

a su propio poder cuando la sociedad busca la justicia como<br />

sociedad, no como fuerza política, quizá incluso alimentar esa búsqueda<br />

sin absorberla: seguir siendo social cuando está ya encerrada<br />

en el ámbito de lo político. Ese ideal sería relativamente alcanzable<br />

si no hubiera la derecha, o más bien si la derecha no fuera lo que<br />

es. Pero dadas las condiciones reales, la derecha se apoderará de toda<br />

posición de poder que la izquierda no monopolice. ¿No es esto lo<br />

que está sucediendo día a día en la España actual<br />

Leyendo a Krauze, a Vargas Llosa, el increíble editorial de El País<br />

sobre el Che Guevara, me parece ver clara la astucia argumentativa<br />

de la derecha. Por un lado, presentan la discusión como si la alternativa<br />

fuera entre la izquierda y la <strong>democracia</strong>. En ese sentido, Krauze<br />

y Vargas Llosa son insuperables. Aunque nunca lo afirman abiertamente,<br />

hablan todo el tiempo sobre el presupuesto de que toda<br />

la izquierda es estalinista y totalitaria. Pero cuando aceptan alguna<br />

distinción entre izquierda y estalinismo, de todos modos, a renglón<br />

seguido y sin ningún rubor lógico, culpan a la izquierda en general<br />

de los crímenes de Stalin. Ellos en cambio no son cómplices de los<br />

crímenes del nazifascismo, puesto que ellos son demócratas.<br />

La torpeza argumentativa de la izquierda, que está estos tiempos<br />

18 IBERO<br />

La sociedad<br />

norteamericana, incluso<br />

cuando gobiernan los<br />

“demócratas”, no es en<br />

absoluto más democrática<br />

que la sociedad sueca de<br />

fines del siglo XX, que era<br />

fuertemente socialista e<br />

“izquierdista”.<br />

lamentablemente desorientada, se ve en esa debilidad de aceptar<br />

siempre los términos polémicos de la derecha. La izquierda debería<br />

dejar siempre bien claro que la dicotomía no es entre izquierda y<br />

<strong>democracia</strong>, sino más bien entre derecha y <strong>democracia</strong>. La <strong>democracia</strong><br />

es sin duda alguna invención de la izquierda, hija de la Ilustración,<br />

de la Revolución Francesa y de la Independencia norteamericana.<br />

Es cierto que algunos sectores de la izquierda traicionaron esa <strong>democracia</strong><br />

que habían inventado. También la traicionaron, con toda<br />

evidencia, sectores de la derecha, que además no la habían inventado.<br />

Una vez impuesta esa tonalidad en la argumentación, les es fácil<br />

echar a correr la insidia de que la izquierda es enemiga de la libertad.<br />

Si no hubiéramos perdido tan vergonzosamente como lo hemos<br />

perdido el oído histórico, nos haría saltar del asiento oír decir<br />

que la libertad es obra de la derecha.<br />

Hay que poner atención también<br />

en la sutil insidia con que<br />

usan la palabra liberal. Como es<br />

sabido, esta palabra es de origen<br />

español. Los liberales españoles<br />

no eran propiamente demócratas,<br />

eran antimonárquicos, que<br />

no es lo mismo. Lo que oponían<br />

a las limitaciones del régimen<br />

monárquico no era esencialmente<br />

ni la <strong>democracia</strong> y ni siquiera<br />

la república, era el mercantilismo.<br />

En ese sentido nuestros neo-liberales<br />

tienen perfecto derecho<br />

a llamarse liberales, aunque quizá<br />

no tan “neo”. Pero es por el mercantilismo, no por la libertad —o la<br />

<strong>democracia</strong>. En la propia Norteamérica, la diferencia original entre<br />

“republicanos” y “demócratas” es la diferencia entre más mercantilistas<br />

y menos mercantilistas. En ese contexto, los “demócratas” son<br />

la izquierda y por eso son más demócratas. Mirado en otro contexto<br />

más amplio, a mí me parece evidente, digan lo que digan los<br />

Vargas Llosa y los François Revel, que la sociedad norteamericana,<br />

incluso cuando gobiernan los “demócratas”, no es en absoluto más<br />

democrática que la sociedad sueca de fines del siglo XX, que era<br />

fuertemente socialista e “izquierdista”.<br />

Es que en esa argumentación se disimula también otra sutil falacia.<br />

Esta derecha ilustrada se jacta de moderada cuando confiesa que<br />

“la <strong>democracia</strong>” tiene sus defectos, pero es con todo, hasta ahora,<br />

la mejor organización política que ha conocido la historia. Cosa<br />

innegable, qué duda cabe, pero que no implica lo que ese argumento<br />

finge dar por implicado: por lo tanto cualquier tentativa de un<br />

cambio que no sea de detalle, lo que ellos llaman “reformismo” y<br />

que no afecta a ningún nivel estructural, es una tentativa totalitaria.<br />

De donde resulta que apoyar a la <strong>democracia</strong> es apoyar a la derecha<br />

—puesto que, una vez más, toda la izquierda y sólo la izquierda es<br />

totalitaria. La “<strong>democracia</strong>” resulta así incriticable —e imperfectible—<br />

por ser el menos malo de los sistemas. Es como si nos dijeran<br />

que el menos malo de los torturadores es incriticable porque los<br />

demás son peores.


MIRADOR/¡Basta de sangre!<br />

Alguien dijo<br />

<strong>democracia</strong><br />

Eduardo<br />

del Río,<br />

Rius, y<br />

Rogelio<br />

Naranjo<br />

Periodistas gráficos<br />

de larga trayectoria<br />

en el país.<br />

Colaboradores de<br />

los más importantes<br />

periódicos y<br />

revistas. Autores<br />

de múltiples libros<br />

de crítica política y<br />

educación ciudadana<br />

20 IBERO<br />

En la segunda semana de enero, Eduardo del Río, mejor<br />

conocido como Rius, lanzó la campaña “¡Basta de sangre!”,<br />

una “loca y romántica idea”, según dice él mismo. Esta iniciativa<br />

fue acogida por diversos medios y múltiples moneros<br />

y caricaturistas o editorialistas gráficos de todo el país,<br />

así como por diversos sectores ciudadanos. A partir de una imagen<br />

gráfica, a modo de lema y consigna se llama a la ciudadanía a demandar<br />

un alto a la violencia que padece México. En estas páginas<br />

les damos la voz y la tinta a Rius y Rogelio Naranjo.


Eduardo del Río, Rius<br />

¡Basta de sangre!<br />

La idea es motivar a que la gente no se quede cruzada de brazos<br />

y mentando madres, impotente de no poder hacer nada. Desde<br />

el 10 de enero empezó esta campaña, apoyada por Proceso, La Jornada<br />

y El Chamuco, y que tratamos de que se haga en todo el país.<br />

Sólo somos ciudadanos mexicanos encabronados por lo que está<br />

pasando, sin apoyos políticos ni empresariales, que tratamos de<br />

que la gente no se quede pasmada y sin manifestar su descontento.<br />

Tenemos que hacerle ver a los gobernantes y actores de la<br />

absurda guerrita calderoniana, que no estamos contentos con lo<br />

que está pasando. Es una forma pacífica de protestar por tanta<br />

sangre de mexicanos que también tienen familia que los pierde,<br />

aunque sean soldados o policías. México no se merece este baño<br />

de sangre”.<br />

¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA<br />

Apenas estamos en un proceso de transición que, chance y algún<br />

día, posiblemente, nos lleve a la <strong>democracia</strong>. No hay ninguna seguridad<br />

de eso... Porque no es la <strong>democracia</strong> la que va a traernos<br />

justicia, mejores condiciones de vida, buenos sistemas de salud,<br />

mejor educación, etcétera, sino que esas “ganancias” son las que<br />

nos llevan a la <strong>democracia</strong>.<br />

Ibero 21


22 IBERO<br />

Rogelio Naranjo<br />

¡Basta de sangre!<br />

Los hechos hablan por sí solos. La población, la sociedad civil en<br />

nuestro país, con todas las atrocidades que estamos viviendo, ha<br />

llegado a un consenso: México es un país muy deprimente no<br />

sólo en su realidad interna, sino en la imagen, también real, que<br />

proyecta hacia el mundo. Esto no es un asunto de percepción,<br />

como dicen las autoridades, sino de una realidad salvaje. Los<br />

mexicanos no sólo vivimos indefensos ante la inseguridad y la<br />

violencia, sino también avergonzados. “¡Basta de sangre!”, la propuesta<br />

de Rius a la que nos hemos sumado muchos, y se siguen<br />

sumando más, desea expresar esa indignación, porque esto ya no<br />

puede seguir así. Hay que hacer algo. Por lo pronto, protestar de<br />

alguna manera, correr la voz, y hacerle saber a las autoridades<br />

que, por supuesto, no estamos de acuerdo con la manera en que<br />

están procediendo. Sabemos, porque no somos ingenuos, de los<br />

oídos sordos de las autoridades, de su terquedad y de su falta de<br />

visión. Pero si nos organizamos y somos muchos los que alzamos<br />

la voz, pese a su sordera, tendrán que escuchar. Vivimos en un<br />

país donde nos está gobernando la violencia.


¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA<br />

Es obvio que no vivimos en una <strong>democracia</strong>. Hay muchas deficiencias<br />

en la práctica democrática que, automáticamente, impiden<br />

el ejercicio real de la <strong>democracia</strong>. El IFE y los partidos, entre<br />

otras instituciones, se han convertido en simples membretes que<br />

no responden a las inquietudes y derechos de la ciudadanía. Y<br />

porque no vivimos en una <strong>democracia</strong>, es necesario que la sociedad<br />

civil alce la voz y exija verdaderas instituciones y auténticas<br />

prácticas democráticas. El objetivo es, precisamente, alcanzar<br />

la <strong>democracia</strong>.<br />

Ibero 23


TRANSITAR A LA DEMOCRACIA /examen<br />

Tiempo<br />

de olvidos, tiempo<br />

de memoria<br />

La educación<br />

democrática debe<br />

contribuir a la<br />

emancipación de<br />

las personas<br />

Foto: Corbis.<br />

24 IBERO


Contra la rendición del tiempo, la<br />

restauración de los derechos de la<br />

memoria es un vehículo de liberación<br />

y una de las más notables tareas del<br />

pensamiento humano.<br />

Herbert Marcuse<br />

Carlos Lomas<br />

Carlos Lomas es doctor en Filología Hispánica y catedrático de Lengua castellana y Literatura en Gijón (España). Fue<br />

director de la revista Signos (1990-1997) y es codirector de Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura.<br />

Como formador ha intervenido en diversos congresos, cursos y jornadas en España, Portugal, Brasil, México, Venezuela,<br />

Puerto Rico, Chile y Colombia. Es autor, entre otros libros, de El espectáculo del deseo (Octaedro, 1996), Cómo<br />

enseñar a hacer cosas con las palabras (Paidós, 1999), Érase una vez la escuela: Los ecos de la escuela en las<br />

voces de la literatura (Graó, 2007) y ¿El otoño del patriarcado Luces y sombras de la igualdad entre mujeres<br />

y hombres (Península, 2008). En unos meses aparecerá en Barcelona el libro colectivo, por él coordinado, Lecciones<br />

contra el olvido: Memoria de la educación y educación de la memoria (Octaedro, 2011).<br />

Dicen que la distancia es el olvido”, reza un hermoso<br />

bolero. De igual manera oímos a menudo<br />

que “el tiempo lo borra todo”. Sin embargo, hace<br />

tiempo que sabemos que no siempre es ni debe ser<br />

así y que la lejanía en el mapa y en el calendario no<br />

conduce inevitablemente al olvido ni borra el recuerdo de lo que<br />

fuimos y ya no somos. Y aunque a veces la memoria no sea de fiar,<br />

es la memoria lo que en última instancia nos configura como seres<br />

humanos. Porque sin memoria no hay nada ni somos nadie ni es<br />

posible entender el mundo en que vivimos.<br />

Somos memoria. Lo que somos y lo que sabemos está tejido con<br />

los hilos del recuerdo y de la memoria. Somos lo que sabemos, sí,<br />

pero acaso sólo sabemos quiénes somos cuando nos acercamos al<br />

sufrimiento y a las emociones de los otros, de esos otros ausentes<br />

e invisibles, de esas mujeres y de esos hombres que a lo largo de la<br />

convulsa historia de la humanidad han sufrido las mil y una formas<br />

posibles de la injusticia, de las tiranías y de las violencias. Quizá<br />

porque la memoria no es sólo añoranza, recuerdos y emociones<br />

sino también, como escribiera Walter Benjamín (2008), un modo<br />

específico y alternativo de conocimiento elaborado a partir de la<br />

mirada de las víctimas de la sinrazón humana, de ese sueño de la<br />

razón que, en palabras de Goya, engendra monstruos. Sin memoria<br />

de la injusticia humana no hay justicia posible. Sin memoria de las<br />

víctimas el crimen sigue impune.<br />

Es obvio que el olvido constituye con frecuencia un conjuro inevitable<br />

contra lo que nos resulta incómodo y amenaza nuestro presente,<br />

una eficaz terapia contra la crueldad del pasado y un antídoto<br />

contra la cegadora luz de los recuerdos. De ahí que haya quienes argumentan<br />

a favor de las ventajas del olvido y de la amnesia colectiva<br />

a la hora de afrontar juntos el futuro. Sin embargo, otras personas<br />

vindicamos el derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia<br />

con las víctimas de la injusticia, de las violencias, de las miserias y<br />

de las diásporas sino también como una estrategia ética orientada a<br />

fomentar la emergencia de una ciudadanía crítica y democrática. La<br />

conciencia social de las sombras del ayer (y del hoy) constituye una<br />

condición indispensable para el ejercicio de la libertad en la medida<br />

en que, como señalara Soren Kierkegaard, la vida debe ser vivida<br />

hacia delante pero sólo puede entenderse hacia atrás.<br />

En nombre del futuro no cabe el olvido de un pasado y de un<br />

presente tan imperfectos (guerras, matanzas, injusticias, genocidios,<br />

dictaduras…) porque constatamos a diario la terca pervivencia de<br />

la miseria, de la opresión, de la desigualdad y de la violencia en<br />

demasiadas zonas del planeta que condena a millones de personas<br />

al hambre, al analfabetismo, a la enfermedad, a las violaciones, a las<br />

torturas y a la muerte, cuando no al exilio y a la emigración a la<br />

búsqueda desesperada de otros paisajes y de otras patrias donde la<br />

vida humana tenga aún algún valor y donde al menos sea posible<br />

ejercer el derecho a vivir en paz.<br />

Vivimos, en estos albores del siglo XXI, en un tiempo<br />

de silencios, en un tiempo en el que se fomenta,<br />

en nombre de la convivencia democrática, una<br />

amnesia colectiva que menosprecia el valor de<br />

la memoria histórica.<br />

Ibero 25


TRANSITAR A LA DEMOCRACIA /examen<br />

La educación de la memoria en las aulas<br />

debiera contribuir a convertir ese espejo<br />

opaco y hecho añicos en un espejo diáfano<br />

que evite los olvidos y las amnesias que nos<br />

impiden avanzar en la construcción de una<br />

sociedad más libre, igualitaria y democrática.<br />

Hacer visible lo invisible<br />

En España vivimos, en estos albores del siglo XXI, en un tiempo<br />

de silencios, en un tiempo en el que se fomenta, en nombre de la<br />

convivencia democrática, una amnesia colectiva que menosprecia<br />

el valor de la memoria histórica y sigue arrojando a las víctimas de<br />

la barbarie franquista, tantas décadas después, a las fosas del olvido.<br />

De esta manera los apologistas del olvido intentan algo tan obsceno<br />

como eliminar las obvias diferencias entre verdugos y víctimas<br />

y afirmar categóricamente el absurdo de vindicar, aunque sea de<br />

manera simbólica, el derecho de las víctimas de las dictaduras a la<br />

justicia y a la memoria. Por ello, y siguiendo el consejo feminista,<br />

urge hacer visible lo invisible, urge mirar el mundo con los ojos de los<br />

olvidados, de quienes nacieron para perder, y urge vindicar el derecho<br />

a la memoria como un deber de justicia con las víctimas de<br />

tantas imposturas, de tantos silencios, de tantos maltratos, de tantos<br />

exilios y de tantas diásporas, de tantas cárceles, de tantas torturas y<br />

de tantas muertes.<br />

Una ética implicada en la construcción de formas de vida y de<br />

sociedades equitativas y democráticas exige aceptar que el convulso<br />

presente en que vivimos y ese futuro al que algunos apelan para<br />

justificar el olvido de la barbarie humana están construidos sobre<br />

las víctimas, sobre los sin nombre, sobre quienes aún son invisibles.<br />

De ahí la importancia que tiene en cualquier afán emancipatorio<br />

(y la educación democrática debiera contribuir a la emancipación<br />

de las personas) imaginar al otro (y a la otra), ponerse en la piel de<br />

otros seres humanos, emocionarse e indignarse ante el desamparo y<br />

el dolor ajenos, asomarse al espanto de las injusticias humanas y a las<br />

tragedias de tantas vidas sometidas a la pobreza, al analfabetismo, a la<br />

diáspora, a la violencia y a la injusticia. Sólo así es posible el diálogo<br />

y el entendimiento entre las personas y entre las culturas porque “la<br />

memoria colectiva produce reconciliación cuando es memoria del<br />

sufrimiento del otro” (Mate, 2008: 175).<br />

Lecciones contra el olvido<br />

En nombre de la convivencia y del futuro abundan de un tiempo a esta<br />

parte las voces que se manifiestan a favor del olvido de la memoria histórica<br />

a la vez que vindican la ocultación de la barbarie humana como<br />

una forma de conjurar en nombre de un presente imperfecto y de un<br />

futuro incierto las sombras del pasado. El eco de esas voces se escucha<br />

en la actualidad en la educación porque, como señala Osten (2008), “no<br />

es ninguna casualidad que en los debates de política educativa ya no se<br />

hable de la formación en el sentido de una participación en la memoria<br />

de la humanidad y de la capacidad de juicio que de ella resulta. La<br />

26 IBERO<br />

relegación de la memoria en los planes de estudio a los ordenadores<br />

y a las bases de datos se realiza con éxito con el objetivo de desprenderse<br />

de la carga del recuerdo a cambio de una acelerada obtención<br />

de competencias de futuro”. Por el contrario, educar en la defensa<br />

del derecho a la memoria de la barbarie humana constituye un<br />

acto de justicia con las víctimas, una invitación al ejercicio moral<br />

de la razón compasiva (Mate, 2008: 25) y en consecuencia un deber<br />

ineludible y urgente de la educación (o al menos, de una educación<br />

democrática).<br />

El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince afirma que “la<br />

memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está<br />

hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre<br />

una playa de olvidos” (2006: 137). La educación de la memoria en<br />

las aulas debiera contribuir a convertir ese espejo opaco y hecho<br />

añicos en un espejo diáfano que evite los olvidos y las amnesias<br />

que nos impiden avanzar en la construcción de una sociedad más<br />

libre, igualitaria y democrática. Entre otras cosas, porque la escuela<br />

es uno de los escenarios donde se transmite la memoria colectiva y<br />

las identidades y saberes socialmente legitimados. Y en este contexto<br />

conviene subrayar que esa memoria colectiva y esas identidades<br />

y saberes socialmente legitimados por la escuela están a menudo<br />

construidos sobre los cimientos del olvido de lo que se considera<br />

irrelevante, doloroso, incómodo e inoportuno. Por ello asistimos en<br />

la actualidad a tantos debates y a tantas disputas por el control de<br />

las memorias colectivas y a tanta vindicación del olvido como una<br />

forma de imaginar tiempos mejores aunque, al hacerlo, corremos<br />

el riesgo de olvidarnos de las lecciones que se pueden aprender a<br />

través del escrutinio de lo que no nos resulta cómodo recordar. Sin<br />

embargo, como señala Noam Chomsky (2002: 28), “es la responsabilidad<br />

intelectual de los maestros intentar decir la verdad. Es un<br />

imperativo moral. […] El aprendizaje verdadero tiene que ver con<br />

descubrir la verdad por sí mismos, sin eliminar las informaciones y<br />

las ideas que pudieran resultar embarazosas para los poderosos: los<br />

que crean, diseñan e imponen la política escolar”.<br />

Referencias<br />

Abad Faciolince, Héctor (2006), El olvido que seremos, Planeta, Bogotá.<br />

Benjamín, Walter (2008), Tesis sobre la historia y otros fragmentos, Ítaca, México.<br />

Chomsky, Noam (2002), La (des)educación, edición e introducción de Donaldo<br />

Macedo, Crítica, Barcelona.<br />

Mate, Reyes (2008), La herencia del olvido, Errata Naturae, Madrid.<br />

Osten, Manfred (2008), La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de<br />

la cultura del recuerdo, Siruela, Madrid.<br />

Contacto: lomascarlos@gmail.com


LÍDER IBERO<br />

México es<br />

un país<br />

fracturado<br />

por sus<br />

desigualdades<br />

Entrevista con<br />

Héctor Aguilar Camín<br />

Juan Domingo Argüelles<br />

Director editorial de IBERO<br />

28 IBERO<br />

Héctor Aguilar Camín (Chetumal, Quintana Roo,<br />

1946) es uno de los líderes de opinión más importantes<br />

de México. Escritor, historiador, periodista y<br />

editor, estudió la carrera de Ciencias y Técnicas de la<br />

Información (hoy Comunicación) en la Ibero, y es doctor en<br />

Historia por El Colegio de México. Carlos Fuentes escribió:<br />

“Héctor Aguilar Camín es uno de los más inteligentes escritores<br />

mexicanos de la generación que sigue a la mía”.<br />

En su obra literaria destacan las novelas Morir en el golfo (1980),<br />

La guerra de Galio (1990), El error de la luna (1995), Un soplo en el<br />

río (1998), El resplandor de la madera (1999), Las mujeres de Adriano<br />

(2002), Mandatos del corazón (2003), La conspiración de la fortuna<br />

(2005) y La provincia perdida (2007). Su más reciente obra es Pasado<br />

pendiente y otras historias conversadas (Seix Barral, 2010). En su<br />

trabajo de investigación histórica y política sobresalen sus libros<br />

La frontera nómada (1977), México; la ceniza y la semilla (2000) y<br />

La tragedia de Colosio (2004).<br />

En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo y en 1998<br />

el Premio Mazatlán de Literatura. En 2009, la Universidad Veracruzana<br />

le concedió el Doctorado Honoris Causa. Ha sido<br />

director de la Editorial Cal y Arena y subdirector del diario La<br />

Jornada, y actualmente es director de la revista Nexos, de la cual<br />

es fundador. En televisión, fue conductor del programa Zona<br />

Abierta y participa en Tercer Grado, de Televisa, y en el periodismo<br />

escrito es columnista del diario Milenio. Tal es el perfil del<br />

líder Ibero que conversa para nuestros lectores.


Las desigualdades<br />

de México hacen<br />

que todo —la<br />

<strong>democracia</strong>, el<br />

civismo, la solidaridad,<br />

la educación, el<br />

conocimiento,<br />

etcétera— sea algo<br />

fracturado.<br />

¿Cómo fue tu formación en la Ibero<br />

Lo primero que viene a mi mente es una universidad mucho<br />

más pequeña y un tanto confesional. Una universidad que era<br />

una especie de club social en las afueras de la ciudad de México,<br />

porque entonces estaba ubicada en la colonia Campestre<br />

Churubusco. Conservaba, para mí, mucho del ambiente de la<br />

escuela preparatoria, porque yo era muy joven, tenía 16 años,<br />

cuando entré a la universidad, y porque en la carrera de Ciencias<br />

y Técnicas de la Información, al igual que en la prepa, llevábamos<br />

una cantidad enorme de materias. Teníamos un dicho: “Si<br />

es materia, la llevamos”.<br />

La novedad absoluta de mi formación universitaria fueron las<br />

mujeres, muy especialmente las alumnas de Filosofía y Letras:<br />

Fotografías de Rogelio Cuéllar.<br />

una colección espectacular de bellezas resplandecientes. Tenían<br />

que ser novedad, porque yo había estudiado toda la vida en colegios<br />

de varones y toda la vida también con jesuitas, salvo los<br />

primeros años que estudié con las monjas en Chetumal. A raíz<br />

del ciclón Janet, vine con mi familia a la ciudad de México, y<br />

ese mismo año, 1955, entré al Instituto Patria, que era la escuela<br />

que tenían los jesuitas en Polanco, también en las afueras de la<br />

ciudad, rodeada de milpas, donde hoy está El Palacio de Hierro,<br />

en la calle de Molière. En el Patria estuve desde el quinto año de<br />

primaria hasta el segundo de prepa, porque entonces la preparatoria<br />

era sólo de dos años, y de ahí, a partir de 1962, seguí con los<br />

jesuitas cinco años más en la Ibero. De manera que soy una fruta<br />

directa de la educación jesuita, cualquier cosa que esto signifique.<br />

¿A qué profesores y condiscípulos recuerdas<br />

especialmente<br />

Al director de la carrera, Jesús María Cortina, que era un hombre<br />

lleno de buena voluntad, de buen humor y de sentido práctico,<br />

que fue realmente quien convirtió esa carrera en un instrumento<br />

de conocimiento para el trabajo, para salir a ganarse la vida.<br />

Nosotros decíamos que había tres tipos de jesuitas, y creo que<br />

son canónicos y siguen existiendo. Uno era el sabio jesuita, que lo<br />

encarnaba Felipe Pardinas. Luego estaba el santo varón, que era<br />

un jesuita con un toque muy suave, muy espiritual, muy retirado<br />

de las cosas mundanas, envuelto en las obligaciones de la orden,<br />

hombre terso de apariencia beatífica, y el prototipo era el padre<br />

Héctor González Uribe, que fue un tiempo director de la escuela<br />

de Ciencias y Técnicas de la Información y luego rector<br />

de la Ibero. Y el tercer tipo jesuítico era el curita “boxeador”,<br />

mi favorito, porque era el cura que se acercaba realmente, como<br />

amigo, a la vida cotidiana de los alumnos. En el Patria en particular<br />

así eran realmente los curas más populares, porque con<br />

ellos se podía departir de tú a tú y porque, además, eran relativamente<br />

jóvenes. Formalmente, eran maestrillos más que curas ya<br />

recibidos y constituían la parte de la Compañía de Jesús con la<br />

que uno tenía una relación más amistosa.<br />

Cortina se aproximaba mucho a ese estilo campechano, pragmático,<br />

humorístico, del curita “boxeador”, en el buen sentido<br />

de la expresión. Por supuesto también teníamos nuestros<br />

problemas con él, como es natural que los tuviéramos con las<br />

autoridades, pero lo que él llevó a cabo —y que estuvo muy<br />

bien hecho— fue quitarle a la carrera de Comunicación la carga<br />

excesivamente filosófica e intelectual que tenía en las manos de<br />

José Sánchez Villaseñor, y volverla más técnica e instrumental,<br />

con materias como publicidad, periodismo, televisión, cine, etcétera,<br />

independientemente de conservar nuestras materias de<br />

filosofía, historia de la cultura, psicología y demás.<br />

La carrera que yo estudié, a diferencia, por ejemplo, de Administración<br />

de Empresas, que era quizá la más prestigiada entre<br />

todas las escuelas de entonces, era una miscelánea de una enorme<br />

diversidad de cosas difícilmente compatibles entre sí, pero en<br />

eso residía un poco su encanto. Íbamos a clases mañana y tarde:<br />

entrábamos a las ocho de la mañana y salíamos a las once o a<br />

las doce, y luego volvíamos a las cuatro y salíamos a las ocho o<br />

a las nueve de la noche, de acuerdo con la infinita cantidad de<br />

materias que podíamos tomar.<br />

Ibero 29


LÍDER IBERO<br />

Yo siempre he mirado el<br />

periodismo como una forma de<br />

repartir el conocimiento, de darle<br />

a la sociedad lo que necesita<br />

para entender lo que sucede.<br />

Yo pertenecí a la cuarta generación. Todavía era una generación<br />

muy pequeña, de unos cuarenta o cuarenta y cinco alumnos.<br />

La primera había sido sólo de catorce, y había arrancado en<br />

la calle de Zaragoza, en Coyoacán, con Sánchez Villaseñor. Sánchez<br />

Villaseñor tenía una idea bastante romántica aunque también<br />

muy práctica de la escuela. Quería formar un humanista, un<br />

hombre con el conocimiento profundo e intelectual de su tiempo<br />

y con los instrumentos también de su época, para difundir un<br />

buen mensaje. Pero la verdad es que a esas primeras generaciones<br />

de la carrera entramos puros despistados. Íbamos cayendo allá<br />

porque no teníamos claro qué cosa queríamos hacer. Eran tan<br />

diversas las materias, al igual que las posibilidades profesionales,<br />

que todo esto le quedaba muy bien a nuestro desconcierto.<br />

De la primera generación recuerdo ahora, y de toda la vida,<br />

a José María Pérez Gay; también a Eduardo Maldonado, un cineasta<br />

documentalista muy notable, y a Yolanda Lazo. De la segunda<br />

generación, los primeros que vienen a mi memoria son<br />

dos amigos míos de toda la vida: Luis Linares Zapata y Alberto<br />

Ulloa. De la tercera recuerdo a Paco Prieto, a Francisco Rodríguez<br />

Ezeta y a María Angélica Luna Parra. Y de mi generación<br />

a varios amigos que conservo a la fecha, como Sergio González<br />

Romero y Ernesto García Cabral, entre otros, algunos de los<br />

cuales fueron mis compañeros desde el Instituto Patria. La Ibero<br />

era, realmente, como una pequeña familia extensa.<br />

¿Siempre te sentiste a gusto con la educación jesuita<br />

En ese entonces, quizá lo que echábamos de menos en la Ibe-<br />

30 IBERO<br />

ro era un poco el tema deportivo y un<br />

poco también la mayor libertad que teníamos,<br />

desde el punto de vista personal<br />

y religioso, en el Patria. La Ibero tenía entonces<br />

un toque confesional: se rezaba el<br />

ángelus en las tardes, y los curas vigilaban<br />

con cierto celo las relaciones amorosas de<br />

los alumnos, eran un poco dirigistas con<br />

nuestra vida personal, a fin de corregir las<br />

conductas que consideraban desviantes.<br />

Además, una buena parte de ellos tenía<br />

la convicción, razonable, de que yo estaba<br />

completamente loco, que era un personaje<br />

desviante y un poco anárquico, y lo<br />

era en realidad, porque a pesar de ser un<br />

hijo de las escuelas jesuitas, nunca tuve<br />

una disciplina religiosa, una profesión de<br />

fe o ciertas conductas vinculadas a la ética<br />

del rito católico. Siempre fui bastante<br />

agnóstico y anárquico. Entonces, tuve algunos<br />

problemas con los curas, especialmente<br />

con una pequeña plaga que llegó<br />

de España: unos curas franquistas bastante<br />

conservadores y entrometidos. Pero la<br />

verdad es que yo recuerdo mi paso por la<br />

Ibero, y por la educación jesuita en general,<br />

con gran gusto, como en medio de un<br />

cierto resplandor.<br />

¿Qué opinión tienes hoy de la<br />

Ibero<br />

La Ibero en la que yo estudié estaba en<br />

una fase experimental; era una universidad que estaba empezando<br />

a ofrecer sus cursos y que tenía muy pocas carreras. Estaba<br />

en su fase de construcción. La Iberoamericana de hoy es una<br />

universidad muy consolidada, muy profesional y nada confesional.<br />

Y cuando digo profesional me refiero a que la mayor parte<br />

de las autoridades que nosotros teníamos, sino es que todas, eran<br />

sacerdotes. Los principales maestros eran sacerdotes, y aunque<br />

había externos muy importantes (por ejemplo Vicente Leñero,<br />

que fue nuestro maestro de periodismo, siendo él muy joven), la<br />

verdad es que todo tenía un toque de pedagogía sacerdotal, en<br />

un contexto jesuita absolutamente religioso.<br />

Pero ahora lo que tenemos es una universidad donde las autoridades<br />

mayores pueden ser miembros de una Compañía mucho<br />

más liberal, cercana al mundo; una universidad meritocrática,<br />

con enorme cantidad de laicos y civiles conduciéndola. Sobre<br />

todo, una universidad muy progresista; a veces incluso ingenuamente<br />

progresista, como queriendo pagar todavía alguna aduana<br />

por ser una universidad privada, a fin de no ser tachada como<br />

una universidad conservadora o burguesa. Pero tanto por la calidad<br />

de la enseñanza como por las instalaciones y la cantidad<br />

de las carreras, la Ibero es hoy una de las mejores universidades.<br />

A partir de tu formación profesional, ¿cómo entiendes el<br />

periodismo<br />

Yo siempre he mirado el periodismo como una forma de repartir<br />

el conocimiento, de darle a la sociedad lo que necesita<br />

para entender lo que sucede. No lo he visto como un negocio


o como una forma de simple entretenimiento. En este sentido,<br />

mi visión del periodismo es una visión elitista, porque no me<br />

interesa el periodismo popular, ni el periodismo de escándalo,<br />

ni el periodismo de la farándula. Me interesa el periodismo del<br />

conocimiento, que tenga una influencia sobre los cambios que la<br />

sociedad necesita; un periodismo para crear conciencia y hacer<br />

política en el sentido más amplio y generoso del término política:<br />

mejorar la cosa pública.<br />

¿Cómo ves el periodismo actual<br />

El periodismo en México vive, a la vez, un gran momento y un<br />

momento muy pobre. Es el gran momento de la pluralidad, la<br />

libertad y la riqueza (en el sentido de dinero y en el sentido de la<br />

calidad de profesionistas que lo ejercen). Pero, al mismo tiempo,<br />

es un periodismo muy poco responsable, en términos de llevarle<br />

a la gente el conocimiento que necesita para ser mejores ciudadanos<br />

y seres humanos más inteligentes. Los grandes periódicos<br />

son grandes intelectuales colectivos: máquinas de generar información<br />

para ayudar a ser más inteligentes y más eficaces a sus<br />

lectores; para enseñarles a comprender cosas que difícilmente van<br />

a comprender solos, a conocer a su sociedad, y a crear comunidad<br />

inteligente, que comprenda y esté al tanto de lo que pasa en<br />

todos los ámbitos (político, económico, social, deportivo, cultural,<br />

etcétera). Si los periódicos no son grandes intelectuales colectivos<br />

—y en este sentido soy muy sanchezvillaseñoriano—, no diría<br />

que son despreciables, pero sí que son instrumentos de segunda<br />

calidad pública: buenos negocios o buenos divertimentos, pero<br />

carentes de ese ethos que yo, quizá, aprendí en la Ibero: ser algo<br />

más que divulgadores, entretenedores, escandalizadores y masajeadores<br />

de la sociedad. Ser sus cerebros, sus intelectuales colectivos.<br />

En este sentido, ¿el periodismo debe tener una<br />

vocación educativa, formativa<br />

Sí, claro. El periodismo tiene que ser parte de la inteligencia, de<br />

la comprensión, la responsabilidad y la conducta cívica, solidaria y<br />

ética de los lectores, de los públicos. Y yo siento que nuestro periodismo<br />

renuncia demasiado fácilmente a toda noción que no sea una<br />

formulación tan limitada como la siguiente: “A mí no me importa<br />

nada más que la noticia y yo no tengo más responsabilidad que<br />

atraer a los lectores a mi medio, sin callarme nada, y si hace falta<br />

subiéndole bastantes decibeles a los gritos y los susurros de la sociedad”.<br />

Una formulación así me resulta muy pobre como periodismo.<br />

¿Así era el periodismo cuando fundaste Nexos<br />

Cuando fundamos Nexos el periodismo mexicano era un periodismo<br />

bastante provinciano, sometido, amordazado y alquilado<br />

en muchos sentidos. Había muy pocos periódicos realmente<br />

independientes y libres, aunque por ello mismo, también, una<br />

enorme oportunidad para hacer el periodismo que a mí me ha<br />

interesado siempre. Nexos se fundó en los años setenta, y comenzaba<br />

a haber en México una cierta riqueza muy visible, muy<br />

madura ya, de conocimiento académico; de gente que estudiaba<br />

con rigor la política, la economía, la dinámica social. Y lo que<br />

nosotros hicimos en Nexos fue tratar de traer ese conocimiento,<br />

que había en los claustros académicos, a un espacio público<br />

intermedio entre el artículo de periódico y el ensayo académico,<br />

añadiendo desde luego algo que ya era una riqueza muy<br />

consolidada de la vida cultural mexicana: la creación y la crítica<br />

literaria, en el ámbito de las humanidades.<br />

La titulamos Nexos, sociedad, ciencia y literatura, porque nos parecía<br />

desde entonces que había un tema tecnológico y científico<br />

que estaba también escondido y del que nadie se hacía<br />

cargo en los espacios de las audiencias periodísticas. Fue una<br />

decisión acertada que le permitió a la revista tener un perfil<br />

muy claro desde el principio. Luego lo que nosotros iniciamos<br />

se acabó volviendo una moda, de manera que ahora tenemos<br />

una enorme desventaja si persistimos en ser un espacio periodístico-académico,<br />

porque todos los periódicos están llenos de<br />

comentaristas de una gran solidez académica, que desahogan en<br />

las páginas editoriales, con mucha eficacia, lo que han aprendido<br />

en las aulas; y, paradójicamente, ahora el espacio abierto para una<br />

revista como Nexos es el increíble espacio que han dejado los<br />

periódicos mexicanos a causa de ir en pos de ese periodismo de<br />

inmediatez, de shock y escándalo. El periodismo mexicano ha<br />

renunciado al reportaje largo, complejo, bien escrito; ha renunciado<br />

a la crónica, a la entrevista de perfiles, de larga penetración,<br />

y, en general, ha renunciado a la escritura, y, especialmente, a la<br />

buena escritura. Con unas cuantas excepciones, en los periódicos,<br />

escriben mucho mejor los columnistas y los articulistas que<br />

los reporteros que reducen su ejercicio a dar síntesis noticiosas.<br />

¿Tiene esto que ver con una crisis de la lectura o con la<br />

preeminencia del periodismo como negocio<br />

Tiene que ver con una cuestión de negocio, obviamente, pero<br />

también con un contagio del periodismo televisivo y radiofónico<br />

sobre los hábitos informativos de la gente y, por tanto, sobre<br />

lo que la gente tolera leer en un periódico. Los periódicos han<br />

ido siguiendo el tema de la inmediatez y del formato corto y<br />

rápido de las noticias de televisión y de radio, y han renunciado,<br />

poco a poco, a los lectores. Los periódicos tratan a los lectores<br />

como si fueran radioescuchas: les dicen rápidamente las cosas, y<br />

no hay ninguna confianza en que un lector de periódico pueda<br />

leerse, de principio a fin, un reportaje que ocupe dos planas o<br />

plana y media de un periódico estándar. El periodismo mexicano<br />

se ha empobrecido mucho al contagiarse de la rapidez y del<br />

sentido de choque y de inmediatez de la radio y la televisión.<br />

Hasta los periódicos mejor hechos lo que le dan al público son<br />

noticias casi casi como soundbits que pueden escuchar en la radio.<br />

Y entre más escandaloso, rijoso y descontrolado el dicho de un<br />

político, más va a la primera plana. Ahora tenemos un nuevo modelo<br />

de ganarse la primera plana con la lengua, diciendo chascarrillos<br />

y gracejadas y tirando lancetas. Es, además, un periodismo<br />

amarranavajas, que ofrece a los lectores muy pocos instrumentos<br />

para entender lo que sucede y para portarse de un modo más<br />

inteligente que como se portan con sus propios medios.<br />

Lo paradójico es que tenemos, en México, un periodismo más<br />

libre y más plural que nunca, con más garra en la búsqueda de<br />

la noticia, pero a la vez un periodismo muy pobre intelectual y<br />

analíticamente hablando, e incluso muy pobre desde el punto de<br />

vista informativo, porque es un periodismo que está en la piel<br />

de los hechos y no va mucho más allá. Yo escribo una columna<br />

diaria, de lunes a viernes, en el diario Milenio, y casi todas las semanas<br />

me tengo que fugar de los temas que traen los diarios para<br />

no repetir lo que repiten todos. Trato asuntos literarios o busco<br />

temas que me saquen de la rutina machacona de ese periodismo<br />

inmediatista. Este es un asunto en el que los periodistas deberíamos<br />

reflexionar. Hay que atender menos el chascarrillo y buscar<br />

más el sentido profundo de las cosas.<br />

Ibero 31


LÍDER IBERO<br />

El periodismo tiene<br />

que ser parte de la<br />

inteligencia,<br />

de la comprensión,<br />

la responsabilidad y<br />

la conducta cívica,<br />

solidaria y ética de los<br />

lectores, de los públicos.<br />

Háblame, por favor, de tus otras dos vocaciones<br />

profesionales: la historia y la ficción, es decir la<br />

investigación histórica y tu obra narrativa.<br />

Yo llegué a la historia por una razón alimenticia. Solicité, en<br />

El Colegio de México, la beca para estudiar el doctorado en<br />

Historia, que no exigía entonces haber tenido una formación<br />

histórica previa: un experimento que diseñó José Gaos y que<br />

creo que resultó bastante bueno. Fue así como me hice historiador,<br />

pero lo que yo quería ser, en el fondo de mi corazón, desde<br />

muy joven, era escritor y, especialmente, novelista. Por ello, tanto<br />

la historia como el periodismo fueron para mí géneros afines<br />

que me permitieron ganarme la vida sin separarme mucho de<br />

la vocación literaria e incluso, diría yo, alimentando mucho esa<br />

vocación, porque de la historia y del periodismo yo obtuve un<br />

conocimiento de mi sociedad, de mi país, que ninguna otra cosa<br />

me había dado. Tanto la historia como el periodismo fueron<br />

grandes ventanas hacia la realidad y grandes desafíos para mi vocación<br />

literaria. Soy y he sido un escritor realista, pero bastante<br />

menos realista de lo que se cree. Buena parte de lo que he escrito<br />

como ficción es ficción, y no la simple transcripción de hechos<br />

o novelas en clave sobre personajes de la vida real trasladados a<br />

la literatura. La historia y el periodismo me indujeron a hacer<br />

una literatura en la que se pudiera sentir el ritmo y los conflictos<br />

de mi tiempo, de mi sociedad. Al final, han sido disciplinas muy<br />

convergentes y muy enriquecedoras en el cruce de la literatura.<br />

¿Hoy eres más escritor que periodista e historiador<br />

No sé bien a bien qué es lo que soy, y tampoco me importa. Por<br />

ejemplo, ahora estoy escribiendo un libro literario que es la evocación<br />

de la historia de mis padres. Es, obviamente, una historia<br />

de la vida real, pero llena de interpolaciones del historiador y del<br />

creador de ficciones, porque al final, entre el periodista, el historiador<br />

y el creador de ficciones éste es, de los tres, el que mejor<br />

32 IBERO<br />

escribe. Pienso que la manera más eficaz de conocer es escribir<br />

y escribir bien, escribir con fervor literario la significación y el<br />

poder de los detalles, y eso es algo que se aprende en el periodismo<br />

superficialmente, que se aprende en la historia de manera<br />

profesional, pero que sólo se aprende, creativamente, en la literatura.<br />

La literatura es el espacio donde la precisión de la realidad<br />

y la claridad de los detalles van más allá de la realidad porque la<br />

penetran y la dotan de un sentido que no tiene por sí sola.<br />

La verdad es que me siento muy cómodo entre las tres vertientes<br />

de mi escritura: periodismo, historia y ficción. Acudo<br />

mucho a la reconstrucción histórica, con las técnicas del historiador;<br />

acudo mucho también al reportaje periodístico, tratando<br />

de mantenerme en escenarios reconocibles que tengan el sabor<br />

de lo vivido para los lectores, y disfruto mucho el trabajo de<br />

la escritura de ficción y de recreación. Mi nuevo libro, Pasado<br />

pendiente, es un libro donde están, como en ninguna de mis demás<br />

obras, estas tres vocaciones juntas: la del historiador, la del<br />

periodista y la del escritor de ficciones. Es un libro en donde todo<br />

es autobiografía, todo es ficción y todas las historias son verdaderas. Si<br />

alguien quiere saber cuál es el libro donde estoy más completo<br />

o digamos en posesión de las disciplinas que he adquirido en<br />

la vida es éste: la mejor mezcla que he logrado del escritor, el<br />

historiador y el periodista.<br />

De 1980, cuando publicas Morir en el golfo, a 2010,<br />

en que aparece Pasado pendiente, han transcurrido<br />

tres décadas. ¿Cómo ha cambiado el escritor Héctor<br />

Aguilar Camín en estos últimos treinta años<br />

Tengo mucha más confianza en mis dones y soy menos atropellado<br />

en mi conducta como escritor. Paradójicamente, nunca he<br />

escrito con más dificultad que ahora y siento que apenas estoy<br />

aprendiendo a escribir. En los ochenta me sentía un escritor<br />

maduro; hoy me siento un aprendiz de escritor.


Volviendo a tu vocación histórica y a tu ejercicio<br />

de analista político, ¿dirías que México es un país<br />

democrático<br />

México es un país democrático, sin duda, pero no es un país<br />

cívico, no es un país donde la <strong>democracia</strong> sea la expresión cívica<br />

última de un modo solidario de ser y de vivir. Las desigualdades<br />

de México hacen que todo —la <strong>democracia</strong>, el civismo, la<br />

solidaridad, la educación, el conocimiento, etcétera— sea algo<br />

fracturado. México es un país fracturado por sus desigualdades.<br />

No vivimos en una comunidad pareja, en donde las personas se<br />

miren a la cara como iguales. Es un país que está asentado mucho<br />

en el privilegio y en la desigualdad, y en la discriminación,<br />

suave, hipocritona como es la discriminación mexicana, pero<br />

una discriminación muy real y muy profunda, y eso hace que la<br />

<strong>democracia</strong> sea también una <strong>democracia</strong> incompleta, íntima e<br />

interpersonalmente incompleta. Los mexicanos no somos iguales,<br />

ni psicológica ni socialmente. Pienso en los contrastes entre<br />

los dos México en donde yo he vivido y estudiado: el México<br />

del norte, el de nuestros criollos norteños, francos y abiertos,<br />

y el México tuyo y mío, nuestro México indígena, el México<br />

de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas. Un ranchero<br />

pobre sinaloense tiene una actitud psicológica de igualdad con<br />

quien se le pare enfrente; una actitud que no tiene un indígena<br />

aculturado de Chiapas. No depende sólo ni fundamentalmente<br />

de dinero ni de educación ni de, digamos, la condición social.<br />

Hay algo que falta profundamente en la <strong>democracia</strong> mexicana<br />

que es la igualdad psicológica, ese sentir que pertenecemos a una<br />

comunidad de reglas comunes en la que todos somos iguales aunque<br />

seamos distintos, y esto tiene mucho que ver con el hecho de<br />

que las condiciones de la vida democrática, empezando por la<br />

igualdad ante la ley, están también fracturadas. Es evidente que<br />

aunque en la ley y en el discurso dominante de la polis mexicana<br />

todos somos iguales, algunos, como decía Owen, son muchísimos<br />

más iguales que otros. Esto es un asunto de largo plazo,<br />

porque es, sobre todo, un asunto de civilización en el que las<br />

oportunidades económicas, la prosperidad y la educación vayan<br />

creando poco a poco una segunda naturaleza para que realmente<br />

todos seamos iguales en el ámbito psicológico, en el ámbito íntimo,<br />

aunque seamos muy distintos en nuestros logros, en nuestras<br />

riquezas y en nuestra posición social. Éste es uno de los grandes<br />

pendientes en nuestra incompleta vida democrática.<br />

¿Cómo juzgas hoy al poder mexicano ¿Ha sido<br />

rebasado por los graves problemas que enfrenta el país<br />

Lo veo muy fracturado también, entre los distintos órdenes de<br />

gobierno. La fractura es vertical porque hay una descoordinación<br />

gravísima del gobierno federal con los gobiernos estatales y<br />

municipales, y es también horizontal entre los distintos poderes<br />

del país. La división de poderes en el ámbito federal tiende a ser<br />

más que fuente de equilibrios, origen de parálisis. Los poderes<br />

Legislativo, Ejecutivo y Judicial más que equilibrarse se contrarrestan.<br />

Y hacia abajo, del poder federal hacia los poderes locales,<br />

hay también una falta de acuerdos de reglas operativas, de disposiciones<br />

y disponibilidades políticas para la corresponsabilidad.<br />

Esto es realmente muy preocupante, porque hemos pasado de<br />

un sistema político piramidado a uno suelto y disgregado. En el<br />

tema de la inseguridad, lo que se observa es la increíble falta de<br />

coordinación de las acciones federales con las acciones estatales<br />

y municipales. Raya en el absurdo el comportamiento de los<br />

poderes locales frente al hampa y el narcotráfico, por la ausencia<br />

de acciones de los gobernantes locales en sus propias ciudades, a<br />

cuenta de que estas grandes espirales del crimen son atribuibles<br />

al narcotráfico y, dado que éste es un asunto del fuero federal,<br />

ellos no tienen nada qué hacer en esa materia: todo es responsabilidad<br />

entonces del gobierno federal, lo cual es una manera<br />

inaceptable de zafarse frente a lo que les pasa a los ciudadanos de<br />

carne y hueso. No hay ciudadanos federales, hay ciudadanos de<br />

cada ciudad, de cada municipio, de cada estado. Esto ha conducido<br />

primero a la infiltración y a la captura de las policías y los<br />

poderes locales por los narcotraficantes y por los miembros del<br />

crimen organizado. En este tema, el camino de Calderón no se<br />

ve con ninguna claridad hacia adelante. Frente a la violencia, que<br />

parece no tener fin en algunas ciudades y en algunas regiones, lo<br />

que vemos, literalmente, es a la autoridad local hacerse a un lado<br />

como si no fuese su problema, y al gobierno federal no tener los<br />

tentáculos suficientemente finos para arreglar ese problema de<br />

violencia local, sino quizá al contrario: tiene unos instrumentos<br />

tan burdos que probablemente en lugar de hacer la cirugía, rompe<br />

equilibrios, y genera una violencia mucho mayor de la que<br />

hubiera esperado en un diagnóstico inicial.<br />

El poder mexicano es como nunca un poder múltiple y compartido,<br />

en su responsabilidad, y como nunca, al menos que yo<br />

recuerde en mi generación, es también un poder fragmentado y<br />

fracturado en su capacidad de cogobernar y corresponsabilizarse<br />

de las cosas. Éste es el problema central de México desde el punto<br />

de vista político, aunque seguimos con los viejos reflejos de<br />

decir que el que no sirve es el presidente. Tenemos presidentes<br />

equilibrados hasta la parálisis por los otros poderes, y rechazados<br />

como socios por los poderes locales. Es obvio que tienen<br />

que ser malos presidentes; no hay manera que resulten buenos<br />

o con grandes logros. La opinión pública sigue esperando de<br />

los gobiernos federales cosas que éstos ya no pueden dar, cosas<br />

que sólo van a poder dar los gobiernos locales que, como ya<br />

vimos, van muy atrás en su trabajo de comprometerse con la<br />

seguridad en este caso, pero también con la vida democrática,<br />

con la seguridad social, con el crecimiento económico, etcétera.<br />

Los gobiernos locales son eslabones muy débiles de nuestra vida<br />

institucional, y el gobierno federal que era, digamos, el animal<br />

fuerte, está muy disminuido por los otros miembros de la manada.<br />

Entonces, tenemos un problema de gobierno no débil sino<br />

debilitado, y no plural sino fragmentado.<br />

En este escenario, ¿qué podemos esperar de las<br />

elecciones en 2012<br />

Quién sabe. Parece muy fácil el camino del PRI, salvo que las<br />

cosas en la vida no pueden ser tan fáciles. Parece muy enredado<br />

el espectro de la izquierda, salvo que la izquierda todavía debe<br />

definir un candidato. Y los posibles candidatos del PAN parecen<br />

muy desdibujados. Pero, quizá, lo peor de todo es que a la política<br />

le pasa lo que a los periódicos. Ha perdido inteligencia en<br />

materia de proponer a los ciudadanos lo que quiere hacer, en<br />

materia de programas. Los ciudadanos no saben qué país está<br />

en las cabezas de cada uno de estos señores que nos quieren<br />

gobernar. Es una política como la prensa: muy inmediatista, cortoplacista,<br />

de pocas ambiciones estratégicas, una política del día<br />

con día y de la elección por la elección, sin proyectos, sin linajes<br />

claros de los partidos o de las fuerzas que compiten, sin diferencias<br />

distinguibles de lo que quieren para el país.<br />

Ibero 33


la llama inextinguible<br />

La<br />

limpidez<br />

poética<br />

Óscar<br />

de<br />

Octavio Paz escribió: “La poesía de Óscar Oliva (Tuxtla<br />

Gutiérrez, Chiapas, 1938) me recuerda la de Éluard, no<br />

por el erotismo sino por la limpidez: edificios verbales<br />

hechos de aire”.<br />

Hace nueve lustros, al destacar la obra del entonces joven poeta<br />

(Óscar Oliva tenía 30 años), Paz se refirió a la inventiva y la experimentación<br />

de una poesía que incorporaba a la lírica mexicana ciertos<br />

elementos que le estaban faltando: la rabia, la fuerza, la osadía.<br />

Apenas el año pasado se cumplió el medio siglo de la aparición de<br />

la primera colección poética de este autor: La voz desbocada (1960),<br />

incluida en el volumen colectivo La espiga amotinada. A lo largo de<br />

estos cincuenta años, Oliva ha seguido construyendo una obra que<br />

ha reunido en el volumen Trabajo ilegal, título simbólico y emblemático<br />

de lo que ha sido y es su poesía: el trabajo al margen.<br />

En 1971, su libro Estado de sitio obtuvo el Premio Nacional de<br />

Poesía Aguascalientes, y en 1990 le fue conferido el Premio Chiapas<br />

de Arte y Literatura, máximo reconocimiento que entrega su estado<br />

natal a los escritores y artistas chiapanecos más destacados.<br />

Es autor también de Lienzos transparentes (2003), libro sobre el<br />

cual afirmó: “Aquí hay un testimonio dicho desde las entrañas, es<br />

un libro que nace del deseo no de escribir poemas, sino de uno que<br />

dé cuenta de la memoria de este tiempo”.<br />

Al referirse a su vocación ha dicho: “Estoy en el sitio que he<br />

escogido para entablar mi personal diálogo con la existencia; para<br />

continuar el relato donde algo se gesta y se destruye; para concluir<br />

con el asunto de estar vivo”. Para Oliva, “la poesía es una forma de<br />

resistencia para preguntar qué mundo está por nacer”.<br />

Cuando ha rebasado ya los 70 años, de los que ha dedicado más<br />

de medio siglo a la poesía, Óscar Oliva publicará en los próximos<br />

meses, bajo el sello de Editorial Aldus, un nuevo libro, Estratos, del<br />

que forma parte este poema, hasta hoy inédito, que entregamos a los<br />

lectores de IBERO.<br />

Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />

34 IBERO


Oliva<br />

Un poema inédito<br />

¿Qué apagas y enciendes en las<br />

paredes, entre techos y pisos, por<br />

patios y corredores sin conexión<br />

Miras a través de la ventana,<br />

levemente inclinado sobre tu mesa<br />

de trabajo; sostienes en una mano<br />

un lápiz. Tu mirada se detiene en un<br />

árbol de muchas cabezas, exacto a las<br />

muchas cabezas florales del brócoli.<br />

En los mapas extendidos sobre<br />

una manta, señalas ríos que se<br />

entrecruzan y fracturan desde<br />

adentro, bosques que se mueven,<br />

países que ya no existen, barcos<br />

pesqueros encallados en páramos de<br />

arena, como si hubieran caído del<br />

cielo. Tu rostro está resplandeciente<br />

por una luz que no sabes por<br />

qué está ahí, cuando todo ha sido<br />

extinguido.<br />

Es el momento en que te veo,<br />

cuando haces la lectura en voz<br />

alta del documento inconcluso,<br />

que deseas abandonar, para<br />

redireccionarlo. Hago lo mismo. Es<br />

el momento en que me ves, con<br />

papeles extendidos sobre la mesa,<br />

intentando el juego del montaje<br />

final. Voy a otra ventana. Nos damos<br />

cuenta que no existe el equilibrio<br />

en nuestros escritos porque nuestras<br />

historias no se encuentran.<br />

No sabemos cuándo hemos<br />

cometido un error y cuándo hemos<br />

dado pie para comenzar otro.<br />

Conducimos por distintas autopistas,<br />

por solitarios caminos de extravío,<br />

que estaban ocultos a nuestra visión<br />

de paralaje, un cambio inútil en<br />

nuestra actitud de observadores.<br />

Procesamos y generamos paisajes<br />

desde un mismo modelo, un mismo<br />

acto, una misma búsqueda, un<br />

cuadro de Vermeer, el encogido mar<br />

de Aral, el carro que conduces a<br />

gran velocidad, que conduzco a gran<br />

velocidad; no vamos a saber cuándo<br />

dar vuelta en U, cuándo meter el<br />

freno a fondo, dejar de escribir, leer,<br />

dejar de llegar.<br />

No hay un lápiz que rompa una hoja<br />

de papel desde abajo, y nos distraiga<br />

totalmente. Tal como lo hacen<br />

los camellos cerca de los barcos<br />

inclinados.<br />

Ibero 35


TRIVIUM/ensayo literario<br />

Jorge Volpi<br />

Narrador, ensayista e investigador. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. Sus novelas han tenido un gran<br />

impacto en el ámbito hispánico y se han traducido al inglés, francés, alemán y griego; entre ellas, En busca de Klingsor (1999),<br />

El fin de la locura (2003), No será la tierra (2006), El jardín devastado (2008) y Oscuro bosque oscuro (2009). Entre<br />

sus libros ensayísticos destacan La imaginación y el poder (1998), Mentiras contagiosas (2008) y El insomnio de Bolívar<br />

(2009). Entre otros reconocimientos ha recibido el Premio Biblioteca Breve Seix Barral, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio<br />

Debate Casamérica y el Premio José Donoso. Ha sido director del Instituto de México en París y, actualmente, es director general del<br />

Canal 22 de televisión<br />

Lectores camaleón y<br />

novelas espejo<br />

Las miradas animales escudriñan el laboratorio en busca de<br />

sus cuidadores, sin hallarlos. Las miserables criaturas no<br />

pueden saber que, como todos los días a la una y media de<br />

la tarde, investigadores y asistentes se congregan en una pequeña<br />

trattoria a pocos pasos de distancia y, frente a un generoso platón<br />

de tortellini, discuten sobre las habilidades cognitivas de los<br />

primates —y sobre la última derrota del Parma FC. Entretanto,<br />

los macacos permanecen en sus jaulas con los cráneos abiertos y<br />

los cerebros enchufados a una telaraña de circuitos que permite<br />

analizar qué neuronas se activan cuando ellos miran un objeto,<br />

juegan, comen, retozan o pelean entre sí.<br />

Fotos: Corbis<br />

36 IBERO


Uno de los científicos se adelanta a sus compañeros y, todavía<br />

con medio helado de pistache en la mano, se introduce en el laboratorio<br />

de forma intempestiva. Los instrumentos enloquecen:<br />

en cuanto los monos observan al humano zamparse su cornetto,<br />

sus cerebros no sólo se lanzan en una actividad neuronal desenfrenada<br />

en sus áreas de percepción, sino también, para sorpresa<br />

de propios y extraños, en el área F-5, una zona motora del cerebro.<br />

¿Por qué diablos se encienden neuronas motoras del macaco<br />

ante el goloso movimiento del científico<br />

Giacomo Rizzolatti y su equipo se encontraban frente a un<br />

fenómeno inédito en los estudios sobre el cerebro.<br />

Como demostraron en una larga serie<br />

de experimentos posteriores, al parecer los seres<br />

humanos —y otros animales— contamos<br />

con un tipo especial de neuronas motoras que<br />

se activan cuando vemos a alguien comer un<br />

helado o, usando un ejemplo paradigmático,<br />

cuando vemos que alguien patea una pelota.<br />

Y no sólo eso: también saltan enloquecidas<br />

cuando imaginamos que alguien patea una pelota,<br />

escuchamos que alguien patea una pelota e incluso cuando<br />

pronunciamos la mera palabra “patear”.<br />

Imposible adivinarlo: la evolución nos entregó una herramienta<br />

que nos lleva a reconocer los actos ajenos como si fueran<br />

propios. Te veo caminar e, inevitablemente, en mi cerebro, yo<br />

camino. De igual modo, si te imagino caminando, si alguien me<br />

cuenta que te ha visto caminar o —algo esencial para este libro—<br />

si leo un libro donde se dice que tú caminas, en mi mente<br />

yo también me lanzo en un delicioso paseo. No había mejor<br />

nombre para estas neuronas, claro, que neuronas espejo.<br />

Escritores y filósofos habían prefigurado su existencia: sólo<br />

podemos comprender a los demás, afirmaba por ejemplo el filósofo<br />

Alvin Goldman, cuando simulamos interiormente el estado<br />

emocional en el que se hallan. Si en verdad me importa saber<br />

cómo te sientes —enamorada, triste, rozagante, melancólica—,<br />

estoy obligado a padecer lo mismo, aunque sea de forma vicaria<br />

y pasajera, en mi fuero interno. De otro modo: de manera involuntaria,<br />

todo el tiempo nos ponemos en el lugar de los otros.<br />

¿Para qué Como ya podríamos sospecharlo, en primera instancia<br />

para prever el futuro: saber si me vas a servir agua en esa copa<br />

o si planeas estrellarla en mi cabeza determinará cómo yo deba<br />

reaccionar, agradeciéndotela con efusión o esquivando el golpe.<br />

La imitación, mecanismo esencial para nuestra supervivencia,<br />

se halla en la base de ese extraño comportamiento, tantas veces<br />

vilipendiado o menospreciado, que conocemos como empatía.<br />

Me meto en tu pellejo para averiguar si eres amigo o enemigo, si<br />

me tenderás la mano o me clavarás un cuchillo por la espalda y, al<br />

hacerlo, al mismo tiempo te conozco mejor —y de paso me conozco<br />

mejor a mí mismo. El inmenso poder de la ficción deriva<br />

de la actividad misma de las neuronas espejo —y de ellas se desprende<br />

una idea todavía más amplia y generosa, la humanidad.<br />

Desde que nacemos estamos programados para reconocer e<br />

imitar a los otros: el bebé sonríe apenas distingue la borrosa cara<br />

de su madre aun si su mueca carece aún de contenido —imposible<br />

deducir, por ahora, si en efecto está feliz. Para bien o para<br />

mal, a partir de ese momento no dejamos de imitar el comportamiento<br />

de los otros: sus posturas, sus guiños, sus sonidos y, por<br />

supuesto, sus ideas —sus memes.<br />

Poco a poco, conforme aprendemos a ser humanos, nuestras<br />

Abro una novela, distingo las huellas<br />

que el autor ha dejado, las completo<br />

con los patrones que extraigo de mi<br />

memoria y descubro, de pronto, a un<br />

personaje —a alguien como yo.<br />

intenciones quedan codificadas en nuestros registros corporales,<br />

en nuestros gestos, ademanes y guiños. Contradiciendo el título<br />

de este libro, en realidad no somos capaces de leer la mente de<br />

los demás —aunque nos pese, las neuronas no son libros que se<br />

dejen ojear al desgaire. Lo único que podemos aspirar a leer es la<br />

apariencia externa de los otros —tus ojos llorosos o tu sonrisa<br />

abierta, tus brazos extendidos o tu dedo cordial amenazante, tu<br />

parpadeo seductor o tu bostezo— y deducir, a partir de ellos, el<br />

ánimo que los inspira.<br />

Reconozcámoslo: nos fascina parecernos a los demás —de allí<br />

el espíritu de grupo, pero también el nacionalismo, el racismo<br />

y la xenofobia, ideas siempre odiosas— para así podernos sentir<br />

identificados, seguros, en casa. Observa, por ejemplo, a esa pareja<br />

que juega con sus hijos: sus miembros apenas se parecen, pero<br />

guardan cierto “aire de familia”: un porte, algunos tics y algunos<br />

gestos que los vuelven reconocibles. Un gracioso experimento<br />

demostró, por otra parte, que los chicos que mejor habían congeniado<br />

con sus parejas durante la primera cita eran aquellos que<br />

sincronizaron sus movimientos y ademanes con mayor precisión.<br />

En Oscuro bosque oscuro relaté un caso más siniestro: los miembros<br />

del batallón 102 de la policía de reserva de Hamburgo perdieron<br />

la oportunidad de no convertirse en criminales por su<br />

incapacidad de dar dos pasos al frente y desprenderse, así, del<br />

resto del batallón. De haberlo hecho, hubieran sido excusados<br />

de asesinar a miles de judíos, sin consecuencia alguna para ellos.<br />

¿La razón Pocos temores más acendrados que el miedo a la<br />

vergüenza pública, al ridículo.<br />

Admiramos tanto a los héroes y execramos tanto a los criminales<br />

porque en realidad se requiere un enorme esfuerzo para<br />

Ibero 37


distinguirse de la multitud. Una especie de inercia imitativa guía<br />

buena parte de nuestras conductas: como el Zelig de Woody<br />

Allen, nuestro animal totémico es el camaleón. Parecemos condenados<br />

a la uniformidad, a repetir los mismos aspavientos de<br />

la masa, sus mismos prejuicios, sus mismos pudores, sus mismas<br />

manías. No se trata tanto de que las multitudes no piensen, sino<br />

de que el contagio de una actitud, en especial si es violenta o<br />

entusiasta, se vuelve atractiva de inmediato y empieza a correr<br />

como la pólvora.<br />

Los brazos en alto remedan una tabla gimnástica, los gritos<br />

se suman en un coro enardecido, los rostros iracundos, febriles<br />

o extáticos se repiten por doquier y, sin apenas darnos cuenta,<br />

nos descubrimos vitoreando a un goleador —o linchando a un<br />

pobre diablo.<br />

Las neuronas espejo han alcanzado la perfección de una maquinaria<br />

de relojería. Algunas, llamadas “estrictamente congruentes”,<br />

se activan con solo observar un movimiento, mientras<br />

otras, llamadas “lógicamente congruentes”, lo hacen incluso<br />

antes de que éste se produzca —por ejemplo, cuando distingues<br />

sobre la mesa ese plato de lasaña que no tardarás en comerte. Y<br />

no olvidemos a las “neuronas canónicas”, que parecen codificar<br />

los objetos en abstracto, silla, mesa, pelota, ventana, sin tomar<br />

en cuenta sus propiedades subjetivas —los qualia que tanto han<br />

incomodado a los filósofos desde la Antigüedad.<br />

La extrema sutileza del mecanismo, que a veces se produce a<br />

escala unicelular, permite aventurar que las células espejo tal vez<br />

sean las precursoras del lenguaje. Desde muy pequeños somos<br />

capaces de imitar los movimientos de los labios y la boca, incluso<br />

los más suaves y refinados —por eso los niños aprenden de inmediato<br />

la fonética de su lengua materna. Observen, si no, cualquier<br />

conversación: buena parte del sentido reposa en las muecas y<br />

modales, más que en las palabras, como sabe cualquiera que haya<br />

intentado ligar en una discoteca con la música a todo volumen.<br />

Por fortuna, las neuronas espejo no sólo nos llevan a imitar las<br />

conductas de los demás, por más abnegadas o infame que éstas<br />

sean, sino a entenderlas. Antes se creía que intentábamos comprender<br />

a los otros por analogía, comparándonos racionalmente<br />

con ellos; ahora sabemos que el proceso es más expedito e involuntario.<br />

Cuando te miro llorar, en mi cerebro tú lloras y yo lloro<br />

al mismo tiempo: las dos personas gramaticales se confunden.<br />

En las neuronas espejo, el yo y el otro se traslapan, se trenzan,<br />

se enmarañan, por un instante dejamos de estar aislados en el<br />

recóndito interior de nuestros cráneos y creamos un vínculo<br />

virtual con los demás. Seré más drástico: de hecho, el yo sólo se<br />

modela a partir del contacto con los otros. Como demuestran las<br />

historias de niños ferales, como el infeliz Kaspar Hauser, un niño<br />

que crece en aislamiento es apenas humano. Por eso la soledad<br />

extrema conduce con frecuencia a la desesperación o a la locura.<br />

La magia singular de las neuronas espejo radica, sin embargo,<br />

en su capacidad para activarse sin depender de un acontecimiento<br />

real —pensar en alguien equivale a observarlo. En otras<br />

38 IBERO<br />

palabras: para ponerme en tu sitio, para ser tú por un instante, lo<br />

único que tengo que hacer es imaginarte. Al hacerlo, te copio, te<br />

arremedo, y mi cerebro intenta adentrarse así, de pronto, en tu<br />

impenetrable magma interior.<br />

El mundo mental, pues, me condiciona: aunque suene a manual<br />

de autoayuda, debo cuidar con quién me identifico. Otro<br />

experimento: a un grupo de adolescentes se le pide hablar durante<br />

una hora de los hooligans que la semana pasada sabotearon<br />

un partido de futbol; a un segundo grupo, imaginar el trabajo<br />

realizado por los físicos nucleares del cern; y, al último, como<br />

control, charlar con desenfado sobre cualquier tema. A continuación,<br />

todos los jóvenes son sometidos a un examen de matemáticas.<br />

En efecto, quienes pensaron en los físicos obtienen, por<br />

mucho, las mejores notas; en segundo lugar quienes no conversaron<br />

de nada en particular; y, en un lejano último puesto, los<br />

que se sumergieron en el tenebroso universo de los vándalos.<br />

¿Pensar en profesores me hace más inteligente que pensar en<br />

gamberros ¿La imaginación altera de forma tan drástica nuestras<br />

aptitudes Por chabacano que suene, parece que así es. Pasar<br />

todas las tardes leyendo a Corín Tellado tiende a convertirme en<br />

una romántica insufrible, mientras que sumergirme a diario en<br />

Cioran acentúa mi pesimismo —no lo olvidemos, Alonso Quijano<br />

es un personaje realista. Pero tampoco simplifiquemos en<br />

exceso: si las neuronas espejo me inducen a copiar los modelos<br />

que comparecen frente a mí, la razón, el pudor o el miedo le<br />

imponen toda suerte de límites a mi vena camaleónica.<br />

Aunque me horrorice decirlo, “pensar positivamente” ayuda,<br />

en efecto, a ser positivo. Y maldecir y echar pestes por cualquier<br />

cosa, a todas horas, a ser infeliz. La práctica mental es casi tan<br />

buena como la física: imaginarse resolviendo un problema de<br />

cálculo o saltando con pértiga en verdad ayuda a resolverlo o<br />

a romper un récord olímpico. Nada hay en ello de misterioso<br />

o esotérico: no se trata de lo que crédulos y charlatanes denominan<br />

el “poder de la mente”, sino del auténtico poder de la<br />

mente, es decir, de cómo el cerebro nos predispone a la hora de<br />

confrontar al mundo.<br />

Nos topamos, aquí, frente a un ineludible dilema ético. Ahora<br />

sabemos que las imágenes públicas, reales o ficticias, influyen<br />

directamente en los comportamientos sociales, como no se han<br />

cansado de señalar los apocalípticos. La reiteración de la violencia<br />

sí provoca conductas violentas; la repetición incesante del<br />

machismo, el racismo o la homofobia sí genera actitudes machistas,<br />

racistas u homófobas. ¿Deberíamos regular entonces la<br />

producción y difusión de estas ideas en los medios de comunicación<br />

¿Tendría que haber algún tipo de censura —o autocensura—<br />

entre periodistas, directores de cine o incluso novelistas La<br />

cuestión no es fácil de dirimir. Aunque en principio uno siempre<br />

busca colocarse del lado de la libertad de expresión, sería<br />

irresponsable no evaluar las consecuencias que podría desatar la<br />

expansión de ciertas ideas —la imaginación se puede convertir<br />

en un peligro.


El contagio de una actitud, en<br />

especial si es violenta o entusiasta,<br />

se vuelve atractiva de inmediato y<br />

empieza a correr como la pólvora.<br />

Gracias al descubrimiento de las neuronas espejo, se ha corroborado<br />

una intuición ancestral: leer una novela es como habitar<br />

el mundo. Cuando me introduzco con Guerra y paz en la Rusia<br />

de Alejandro I o con En busca del tiempo perdido en la Francia<br />

de principios del siglo xx, mi cerebro se comporta igual que<br />

cuando recorro las calles de mi barrio o paseo por el Zócalo de<br />

la ciudad de México. En cierto nivel, el cerebro sabe distinguir<br />

la realidad de la ficción; pero, mientras me mantengo allí, en la<br />

Rusia de Tolstói o el París de Proust —mientras leo—, mis neuronas<br />

espejo se activan con la misma intensidad que frente a un<br />

escenario auténtico —las novelas también son videojuegos.<br />

Y no sólo eso: si digo que los personajes de un libro me habitan,<br />

o que yo vivo en ellos, no se trata de una simple baladronada<br />

metafórica. A causa de las neuronas espejo, yo en verdad<br />

soy Hamlet, Gargantúa, Tristam Shandy, Julien Sorel, Joseph K.,<br />

Lulú o Aura: hago lo que ellos hacen, vivo sus aventuras, gozo<br />

o padezco, dudo, traiciono o me convierto, de un momento a<br />

otro, en una anciana. Y, a la inversa, ellos se vuelven una parte<br />

sustancial de mí. Cada vez que pienso en ellos, resucitan —y, me<br />

trastocan. Mientras no me olvide de ellos, permanecen en mi<br />

mente como polizones: viajan a mis expensas y, en más de una<br />

ocasión, reaparecen para determinar mis respuestas a un determinado<br />

comportamiento social.<br />

En un artículo famoso, “¿Cómo ser un murciélago”, el filósofo<br />

Thomas Nagel se empañaba en cuestionar los alcances de<br />

la empatía, negando que fuese posible ponerse en el lugar de<br />

un murciélago. En realidad, las neuronas espejo nos permiten<br />

colocarnos prácticamente en cualquier sitio: en un tenebroso<br />

mamífero alado, en un alienígena anoréxico, en un zombi, en<br />

una planta, incluso en un cadáver —aunque al hacerlo los torne<br />

un poco humanos, un poco como yo.<br />

El crítico James Woods recuerda que, en Elizabeth Costello, el<br />

gran J. M. Coetzee hace decir a su personaje que la posibilidad<br />

de imaginar la vida interior de un murciélago define a un buen<br />

novelista. Por supuesto, otra cosa es empecinarse en romper la<br />

identificación irracional que nos liga a un personaje por una<br />

razón ética o estética —como Brecht, quien obligaba al espectador<br />

a distanciarse de sus actores para que pudiesen juzgar a<br />

Madre Coraje privados de sentimentalismo.<br />

Si bien las neuronas espejo nos impulsan a identificarnos con<br />

el primero que pasa —de las cenicientas de las telenovelas a<br />

los estereotipos de Dan Brown o Danielle Steel—, sólo aquellas<br />

figuras que despliegan una amplia gama de posibilidades, que<br />

nos lanzan a debatirnos con nuestros temores y deseos, que nos<br />

cuestionan y arrebatan, merecerían ser imitadas —o leídas. Mi<br />

convicción es la siguiente: la gran literatura construye personajes<br />

que escapan de los modelos previsibles, de los clichés y los<br />

lugares comunes no sólo con el afán de sorprendernos o anonadarnos,<br />

sino de sacudirnos y de hacernos comprender la infinita<br />

complejidad de lo humano.<br />

Reencarnar en la chica que se casa con el príncipe o en el<br />

detective que resuelve sus casos siempre de la misma forma, nos<br />

metamorfosea en criaturas tópicas, desprovistas de emoción. Representar<br />

mentalmente a Jean Valjean, a Adrian Leverkühn o a<br />

Mersault, en cambio, quizás nos transforme por un momento<br />

en seres atormentados y sombríos, pero también nos permite<br />

Ibero 39


observar con atención nuestros anhelos, frustraciones o desvaríos<br />

y entrever, acaso, quiénes somos en realidad. Según Kundera,<br />

los personajes de ficción son egos experimentales. ¿Qué sentido<br />

tendría, entonces, repetir una y otra vez la misma prueba, cuyos<br />

resultados conocemos de antemano, en vez de aventurarnos hacia<br />

lo desconocido Las grandes novelas no nos reconfortan: nos<br />

desafían. No nos alegran la tarde: cambian, literalmente, nuestras<br />

vidas.<br />

Eliminemos, eso sí, las buenas intenciones: leer no nos convierte<br />

por fuerza mejores personas —a lo mucho nos torna un<br />

poco menos obtusos. Quien frecuenta el arte de la ficción tiene<br />

un acceso privilegiado a las variedades de la naturaleza humana<br />

al que sólo podría aspirar alguien con una enfebrecida vida social:<br />

en unas cuantas páginas conocemos a decenas de personas<br />

—y nos introducimos en ellas. Una buena novela es, en realidad,<br />

un tratado sobre el yo.<br />

Además de sumergirnos en las mentes de los demás, la ficción<br />

literaria nos permite experimentar sus emociones. De hecho,<br />

numerosos críticos consideran que la función central del arte<br />

consiste, más que hacernos pensar, en hacernos sentir. ¿Cuántas<br />

personas no van al cine o leen una novela para desfogarse, para<br />

desternillarse a carcajadas o llorar a lágrima suelta sin ser juzgadas<br />

por ello No es fácil mostrar, así como así, tus emociones:<br />

la ficción, en cambio, te concede el permiso provisional de exhibirlas<br />

en público con la aparente tranquilidad de que no son<br />

emociones reales —aunque lo sean.<br />

Antes de continuar, vale la pena distinguir de una vez las emociones<br />

de los sentimientos. Según el neurocientífico de origen<br />

portugués António Damásio, las emociones son conjuntos complejos<br />

de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón<br />

distintivo, mientras que los sentimientos son percepciones<br />

sobre estados del cuerpo. En otras palabras: una emoción describe<br />

un estado mental, mientras que un sentimiento es, antes que<br />

nada, una percepción física. Según Damásio, esto explica que las<br />

emociones precedan a los sentimientos. Tratemos de ver cómo<br />

funcionan. Comencemos, pues, con las emociones.<br />

Cuando el cerebro detecta un “estímulo emocionalmente<br />

competente” (eec), una presencia real o imaginada, o una idea<br />

suficientemente poderosa —la repentina muerte de tu madre,<br />

por ejemplo—, libera un serie de neurotransmisores que alteran<br />

drásticamente tu estado mental. No me detendré aquí a cantar<br />

las virtudes y pecados de la serotonina, la dopamina, la noradrenalina<br />

y demás –inas. En nuestros términos, prefiero abordar el<br />

fenómeno desde otra perspectiva: aunque todos los seres vivos<br />

buscan la homeostasis, los seres humanos perseguimos, además,<br />

ese estado interior al que llamamos un tanto equívocamente<br />

bienestar. Una sensación de equilibrio interior que en primera<br />

instancia depende de la correlación de neurotransmisores en el<br />

cerebro pero que, en última instancia, se articula a partir de la<br />

regulación de nuestras emociones.<br />

La evolución nos ha programado para experimentar placer y<br />

dolor —los estados físicos que denominamos placer y dolor— a<br />

40 IBERO<br />

fin de hacernos capaces de responder a experiencias potencialmente<br />

benéficas o dañinas. El placer sexual me conduce a buscar<br />

una (o varias) parejas con las cuales replicar mis genes y el dolor<br />

de muelas a buscar a un dentista antes de que la infección se expanda<br />

por toda mi mandíbula, por poner dos ejemplos sencillos.<br />

A partir de esta polaridad básica se desarrollan todas las demás<br />

emociones, aquellas que llamamos primarias (ira, miedo, tristeza,<br />

alegría) y secundarias (amor, sorpresa, vergüenza, asco).<br />

Todas ellas nos alertan sobre cómo reaccionar frente a determinados<br />

eec conforme a patrones codificados previamente en la<br />

memoria. Si una situación me provoca miedo, es porque en el<br />

pasado atestigüé una amenaza —y entonces huyo. Si otra situación<br />

desata mi embarazo, se debe a que ya antes padecí la crueldad<br />

de la burla ajena —y entonces me resguardo. La alegría nos<br />

vuelve expansivos, abiertos, y propicia la reproducción; el miedo<br />

nos repliega y nos protege; la ira nos lleva a defendernos de las<br />

agresiones; y la tristeza nos ralentiza y nos invita al recogimiento<br />

y a la reflexión. (Precisemos que las “emociones sociales”, como<br />

la vergüenza o el asco, varían de una cultura a otra.)<br />

Los sentimientos, por su parte, no son cadenas de ideas, sino<br />

sensaciones. No me pienso feliz, me siento feliz: reconozco en mi<br />

cuerpo ciertas disposiciones o estados que identifico con la felicidad<br />

—los músculos relajados, el pulso constante, esa mueca en<br />

mi rostro que llamo sonrisa. Si, por el contrario, me pesa la espalda,<br />

he perdido el apetito, me cuesta levantar los brazos y no tolero<br />

que nadie me visite, lo más probable es que esté triste o melancólico.<br />

Los sentimientos son indicadores: mapas del interior del<br />

cuerpo que nuestro cerebro asocia con ciertas emociones.<br />

No sin razón, los antiguos creían que los humanos estábamos<br />

dominados por nuestras pasiones y que la tarea de la civilización<br />

consistía en domarlas como si fuesen bestias salvajes. Las emociones<br />

han sido vistas, desde entonces, como fuerzas imbatibles,<br />

capaces de lanzarnos a los peores excesos. Esta percepción no es<br />

del todo exagerada: en efecto, las emociones no derivan de un<br />

impulso racional, sino de la predisposición del cerebro a reaccionar<br />

de forma expedita ante las amenazas externas.<br />

Si me detuviera a analizar concienzudamente qué hacer frente<br />

al energúmeno que se abalanza contra mí enfebrecido, probablemente<br />

ya me habría matado a palos. Para evitar esta dilación fatal,<br />

mi cerebro se despreocupa de la razón y de inmediato asocia a<br />

ese eec una conducta predeterminada —correr a toda velocidad—<br />

sin detenerse a evaluar cada uno de los riesgos. El miedo<br />

es un seguro de vida. Las neuronas espejo vuelven a ocupar, en<br />

este ejemplo, un papel central. Ellas detectan esas marcas exteriores,<br />

esas huellas o atisbos que me permiten adivinar qué<br />

sucede en la mente del agresor —qué emociones lo animan o<br />

atormentan— y reaccionar frente a él de la forma más rápida.<br />

Siempre que me confronto con otro ser humano ocurre lo<br />

mismo. Primero, distingo ciertos ademanes, ciertas muecas, ciertas<br />

posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactamente<br />

esos mismos ademanes, muecas y posturas en mi interior, como<br />

si me pertenecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que te pasa: estás


agobiada o meditabunda o<br />

irascible. Y, al tú estarlo, lo<br />

estoy yo también. A continuación,<br />

según el caso,<br />

buscaré consolarte, te dejaré<br />

en paz o huiré de ti.<br />

Puedo equivocarme, por<br />

supuesto —las neuronas<br />

espejo no son infalibles—, y creer que estás enojada cuando<br />

estás triste o triste cuando sólo sientes vergüenza. Leer a los<br />

otros, es decir, leer sus cuerpos para tratar de leer sus mentes, es una<br />

actividad que se aprende y refina con el tiempo tras observar<br />

a cientos o miles de personas o, minuciosamente, a una —a ti.<br />

Cuando nos hallamos frente a una ficción, cuando la leemos, la<br />

miramos o la escuchamos, ocurre un fenómeno análogo —para<br />

el cerebro, lo sabemos, las imágenes mentales son siempre equivalentes.<br />

Abro una novela, distingo las huellas que el autor ha dejado,<br />

las completo con los patrones que extraigo de mi memoria<br />

y descubro, de pronto, a un personaje —a alguien como yo.<br />

Después, lo mismo: observo ciertos ademanes, ciertas muecas,<br />

ciertas posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactamente<br />

esos mismos ademanes, muecas y posturas en mi mente<br />

como si me pertenecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que le<br />

pasa —el personaje está agobiado o meditabundo o irascible.<br />

Y, al estarlo, lo estoy yo también. A continuación, según el caso,<br />

tendré el impulso de consolarlo, de dejarlo en paz o de huir de<br />

él —aun si, en este caso, no pueda hacer nada de eso y deba<br />

conformarme con proseguir el camino trazado por el escritor.<br />

Puedo equivocarme, por supuesto —las neuronas espejo no son<br />

infalibles—, y creer que el personaje está enojado cuando estás<br />

triste o triste cuando sólo siente vergüenza. Leer una novela, es<br />

decir, convertir ciertos signos en un personaje, y el personaje<br />

en una persona, es una actividad que se aprende y refina con el<br />

tiempo tras leer cientos o miles de novelas o, enloquecidamente,<br />

una misma —ésta.<br />

Entre muchas otras cosas —guardianes de la memoria, transmisores<br />

de ideas y patrones, breviarios del futuro—, la ficción<br />

también funciona como una máquina de emociones. Adentrarse<br />

en una película, una teleserie, una radionovela, una pieza de teatro<br />

o un relato es como subirse en una montaña rusa emocional:<br />

saltamos de un personaje a otro y, a veces en contra de nuestra<br />

voluntad, sufrimos, amamos, gozamos, nos enaltecemos, nos<br />

paralizamos o nos derrumbamos con cada uno de ellos —hay<br />

temperamentos que no toleran este frenesí.<br />

La ficción nos inocula, de pronto, el síndrome de personalidad<br />

múltiple: me estremezco, casi simultáneamente, como<br />

aquel, como aquel y como aquel,<br />

uno tras otro, sin parar. No<br />

sólo soy Emma Bovary,<br />

si-no que me aburro, me<br />

frustro, me desconcierto<br />

y me abandono como<br />

Aunque me horrorice decirlo,<br />

“pensar positivamente”<br />

ayuda, en efecto, a ser<br />

positivo. Y maldecir y echar<br />

pestes por cualquier cosa, a<br />

todas horas, a ser infeliz.<br />

Emma Bovary. Y, apenas<br />

unos segundos —unas páginas—<br />

más tarde, sufro,<br />

desconfío y me enfurezco<br />

con Charles, su marido.<br />

Madame Bovary c’est moi,<br />

sin duda, pero Pierre Bovary<br />

c’est moi aussi.<br />

Una novela es un campo de pruebas emocional: si Platón ordenó<br />

expulsar a los poetas de su República, era para evitarles a<br />

los ciudadanos este torbellino interior que terminaría por distraerlos<br />

de sus ordenadas labores cotidianas. Platón no entendía<br />

—o, perversamente, lo entendía muy bien— que las emociones<br />

provocadas por la ficción (o la poesía) nos enseñan a ser auténticamente<br />

humanos. Los regímenes totalitarios empeñados en<br />

sancionar y regular la ficción, como la Unión Soviética o la<br />

China de Mao, estaban empecinadas en convertir a sus súbditos<br />

en criaturas fáciles de modelar, manejables, previsibles, a través<br />

de novelas, cuentos y poemas que exaltasen sólo aquellas emociones<br />

adecuadas para sus fines —en primer sitio, ese elenco de<br />

emociones primarias, tan fáciles de instrumentalizar, como el<br />

patriotismo, el miedo al otro o la fidelidad.<br />

En sentido contrario, ahora podemos comprender por qué<br />

los artistas han defendido con tanto énfasis la autonomía de la<br />

ficción. Si tantos de ellos han estado dispuestos a arriesgar sus<br />

vidas por una novela o un relato (o un poema), es porque en<br />

las novelas y en los relatos (y en los poemas) se cifra una de la<br />

mayores conquistas de nuestra especie: la posibilidad de experimentar<br />

en carne propia, sin ningún límite, todas las variedades<br />

de la experiencia humana. La libertad de la ficción es siempre la<br />

medida de nuestra libertad individual.<br />

Ibero 41


TRIVIUM/diálogo<br />

Literatura, violencia y<br />

narcotráfico<br />

Entrevista con<br />

Élmer Mendoza<br />

Juan Domingo Argüelles<br />

Director editorial de IBERO<br />

Élmer Mendoza nació en Culiacán, Sinaloa, en 1949, ciudad<br />

donde reside y donde es catedrático en la Universidad<br />

Autónoma de Sinaloa. Como novelista se dio a conocer<br />

con el libro Un asesino solitario (Tusquets, 1999), al cual siguieron<br />

El amante de Janis Joplin (2001, Premio Nacional de Literatura<br />

José Fuentes Mares), Efecto tequila (2004, finalista del Premio<br />

Dashiell Hammett), Cóbraselo caro (2006), Balas de plata (2007,<br />

Premio Tusquets de Novela) y La prueba del ácido (2010).<br />

A decir de Federico Campbell, Élmer Mendoza es “el primer<br />

narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico<br />

en nuestro país”. Su obra ha sido traducida a diversos<br />

idiomas (entre ellos, el francés, el alemán, el italiano, el portugués<br />

y el ruso) y está considerado como uno de los escritores más<br />

destacados de los últimos años en el panorama de la novela de<br />

habla hispana.<br />

El novelista español Arturo Pérez-Reverte lo llama su maestro<br />

y su amigo, y asegura que La Reina del Sur “nació de las cantinas,<br />

del narcocorrido y de sus novelas”.<br />

Conversamos con él acerca de la realidad y la ficción, de la<br />

<strong>democracia</strong>, el narcotráfico y el futuro de la literatura mexicana<br />

y del país.<br />

¿Cómo influye la realidad en tu literatura<br />

Trabajo una realidad estruendosa que ahora tiene a buena parte<br />

de los mexicanos atrapados emocionalmente; entonces siempre<br />

está allí. Sin embargo, creo que el acto de escribir nace de sí<br />

mismo, de sus iguales. Se hace ficción y se parte de la ficción, y<br />

un escritor no se forma sintiendo la realidad sino sintiendo la<br />

ficción. Un autor que no haya leído siempre escribirá diferente<br />

a los que se han formado en la lectura. Además es un aspecto<br />

que define la vocación. Claro, la realidad proporciona lenguaje y<br />

ayuda a crear escenarios.<br />

¿Cómo puede influir la literatura para modificar la<br />

realidad<br />

Leer es culturizarse. Quien además lee literatura, tiene la oportunidad<br />

de conocerse y ubicarse en el mundo para triunfar. Si<br />

ese triunfo consiste de modificar la realidad, será inevitable que<br />

sus ideas y acciones estén adicionadas por los libros leídos.<br />

¿Tiene México una narco<strong>democracia</strong><br />

No. Somos un país en transición donde la <strong>democracia</strong> cuesta<br />

demasiado por la desconfianza, pero no creo que entremos en<br />

esa clasificación y tampoco nos parecemos a Colombia.<br />

42 IBERO


Trabajo una realidad<br />

estruendosa que ahora tiene a<br />

buena parte de los mexicanos<br />

atrapados emocionalmente.<br />

¿Eliges tus temas para tus<br />

novelas o los temas te eligen<br />

a ti<br />

He tenido ambas experiencias. Un<br />

asesino solitario y Cóbraselo caro, me<br />

eligieron. En las demás pude elegir.<br />

¿Existe realmente una corriente literaria sobre el<br />

narcotráfico en México<br />

Sí. Ahora somos tantos como los surrealistas; hemos provocado la<br />

atención de académicos de universidades, sobre todo norteamericanas;<br />

hay también australianas, argentinas, mexicanas, españolas,<br />

alemanas, etcétera. Los críticos son los que han definido la<br />

vertiente literaria y aclarado sus características. He podido hablar<br />

del asunto en bastantes espacios, incluso en la Ibero, y para mí<br />

otro aspecto importante son los libros de no-ficción sobre el<br />

tema: también hay suficientes.<br />

Desde el norte del país, ¿cómo se ve la realidad<br />

mexicana<br />

Escabrosa. Sabemos en qué país vivimos. Ahora nos afecta un<br />

país en el que no vivimos que, sin embargo, es importante para<br />

nuestra economía. Las leyes antiemigrantes han traído personas<br />

de regreso antes de tiempo y la violencia ha paralizado el turis-<br />

mo. Pero el norte colinda con la nada. Nuestros mayores tuvieron<br />

que crear todo. Vencieron al desierto. Entonces sabemos el valor<br />

del optimismo y el valor que tiene el agua que sale de las piedras.<br />

¿Cuál es el futuro de nuestra literatura<br />

Estamos en transición. Lo digital afectará la percepción pero saldremos<br />

bien. Es un arte y el arte es como Dios: Nunca muere.<br />

Pronto la Ilíada cumplirá tres mil años de haber sido compuesta<br />

por Homero y sigue tan campante. Y Horacio. He estado hace<br />

unos días en una cena con políticos donde hablamos unos quince<br />

minutos de Horacio; recordamos la Carta a los Pisones. Sé de<br />

primera mano que en Europa vuelve el interés por la literatura<br />

latinoamericana y ahora mismo están leyendo a mexicanos.<br />

Nuestra literatura debe estar en todas partes.<br />

¿Qué futuro le ves al país<br />

Todo futuro está condicionado. Si nuestros líderes políticos, empresariales,<br />

académicos, intelectuales, trabajan en las carencias<br />

más graves de nuestro país: en educación, empleo, recuperación<br />

de la credibilidad en materia de aplicación de las leyes, nos esperan<br />

buenos días. Los novelistas, poetas, músicos, artistas plásticos,<br />

cineastas, etcétera, nos encargaremos de contar al mundo de qué<br />

estamos orgullosos los mexicanos. El futuro tenemos que crearlo<br />

con optimismo; quizá con optimismo enfermizo.<br />

Ibero 43


GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />

Los alumnos de la Ibero<br />

ante las elecciones<br />

Los comicios de<br />

2011 y las perspectivas<br />

para 2012<br />

Osvelia Ramírez y<br />

Pedro Rendón López<br />

Redactores de IBERO<br />

El 1º de julio de 2012, México elegirá nuevo Presidente de<br />

la República, al tiempo que en esa misma jornada electoral<br />

se votará también por diputados y senadores, por más de<br />

quinientos presidentes municipales y por seis gobernadores.<br />

Pero antes de estos sufragios, en 2011, el calendario<br />

electoral marca elecciones locales en Baja California Sur<br />

(6 de febrero), Hidalgo, Coahuila, Estado de México y<br />

Nayarit (31 de julio) y Michoacán (13 de noviembre). Las<br />

elecciones en algunos de estos estados, y especialmente<br />

en el de México, son consideradas de gran importancia<br />

por los politólogos, ya que lo que ocurra en ellas será de<br />

algún modo revelador de lo que podría ocurrir en las<br />

elecciones federales de 2012. En este escenario, algunos de<br />

los alumnos de la Ibero, siempre atentos a su realidad social<br />

y política, opinan sobre estos procesos que son sin duda<br />

decisivos para la vida democrática del país.<br />

Jorge Salgado Sepúlveda<br />

La elección presidencial se define<br />

por sus características propias<br />

El Estado de México ha sido señalado<br />

como el que da la pauta para la elección<br />

presidencial, pero en los dos o tres casos<br />

anteriores no ha sido así; es más bien una<br />

perspectiva mediática. La elección presidencial<br />

se define por sus características<br />

propias al igual que en la entidad mexiquense.<br />

Espero que los próximos comicios<br />

estén marcados por una competencia<br />

democrática y con buenas propuestas por<br />

parte de los candidatos; asimismo, es deseable<br />

que los militantes de cada partido<br />

hagan su trabajo de acuerdo a sus plataformas<br />

políticas para evitar lo ocurrido<br />

en 2006.<br />

Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales<br />

y Políticas, 2º semestre.<br />

Adán García<br />

Elecciones que pueden modificar el<br />

panorama político del país<br />

Las próximas elecciones a la gubernatura<br />

del Estado de México podrían modificar<br />

el panorama político del país. El<br />

PRI y el PRD medirán fuerzas. Considero<br />

que la elección que haga Enrique<br />

Peña Nieto para designar el candidato a<br />

la gubernatura de su estado influirá en<br />

el PRI a nivel nacional para nombrarlo<br />

a él candidato a la presidencia. En el<br />

caso del PRD, una fuerte batalla en<br />

contra del PRI podría hacer<br />

que sus distintas fracciones<br />

lleguen a un acuerdo y<br />

alcancen un pacto que<br />

les beneficie.<br />

Estudiante de la Maestría<br />

en Sociología, 2º<br />

semestre.<br />

Cyntia Jiménez<br />

Jiménez<br />

Los políticos deberían<br />

hablar antes que nada de<br />

educación<br />

En las elecciones de 2011 creo que sería<br />

una buena estrategia de los políticos hablar<br />

antes que nada de educación, pues<br />

ésta es la base para que se pueda tener<br />

un mayor crecimiento económico y, a<br />

la vez, social y político. Por otra parte, la<br />

Cyntia<br />

Jiménez<br />

Jiménez<br />

lucha contra el narcotráfico influirá sin<br />

duda porque es un tema de vital importancia:<br />

es necesario acabar con el narcotráfico,<br />

pero frenar también la tremenda<br />

violencia que hay en el país. Pienso que<br />

lo que ocurra en el Estado de México<br />

dará la pauta de lo que sucederá en<br />

las elecciones federales de 2012,<br />

no sólo porque en esta entidad<br />

se concentra una parte<br />

muy importante de la<br />

población nacional, sino<br />

también porque la presencia<br />

del PRI, con la<br />

figura del gobernador<br />

Enrique Peña Nieto, se<br />

fortalecerá a nivel nacional<br />

si el triunfador mexiquense<br />

es priísta.<br />

Estudiante de la Licenciatura en<br />

Administración de la Hospitalidad, 6° semestre.<br />

Kenia Lizbeth Nava Aguilar<br />

La violencia es uno de los<br />

problemas más complicados de<br />

México<br />

Es importante y necesario votar, pero<br />

44 IBERO


Agenda IBERO<br />

Algunas actividades destacadas<br />

de la Universidad Iberoamericana<br />

Ciudad de México<br />

Febrero-marzo de 2011<br />

Kenia Lizbeth<br />

Nava Aguilar<br />

Conferencias del Centro Astronómico Clavius<br />

El inicio del universo y “El Gran Diseño”, de Stephen Hawking.<br />

»Imparte: Dr. Salvador Carrillo Moreno.<br />

»2 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />

también tener mejores opciones para elegir, a fin de que no nos<br />

pongan a cualquiera a gobernarnos. Otra cosa importante es eliminar<br />

la violencia, que es uno de los problemas más complicados<br />

que vive México. Más allá de que se hagan o no las alianzas en<br />

las elecciones de 2011, como veo actualmente las cosas, creo que<br />

Peña Nieto, por su popularidad, ganará las elecciones en 2012.<br />

Estudiante de la Licenciatura en Comunicación, 2° semestre.<br />

Luis Gabriel<br />

El resultado de las elecciones de 2011 puede influir en el<br />

de 2012<br />

El resultado de las elecciones de 2011 puede influir en las elecciones<br />

del 2012. Creo que el PAN ha perdido terreno y el PRI<br />

ha ganado fuerza. Si el PRI triunfa en estas elecciones locales,<br />

se fortalecerá aún más y ello será decisivo en la votación presidencial<br />

de 2012.<br />

Estudiante de la Licenciatura en Diseño Interactivo, tercer semestre.<br />

M1, La Nebulosa del Cangrejo.<br />

Imparte: M. en C. Lorena Arias Montaño.<br />

»16 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />

Cosmología e inflación.<br />

»Imparte: Dra. Gabriella Piccinelli Bocci.<br />

»23 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Fernando Bustos, Edificio S, piso 2.<br />

Festival Kinoki<br />

Festival Internacional de Cine Universitario, organizado por<br />

estudiantes de la Universidad Iberoamericana Ciudad de<br />

México, en su séptima edición.<br />

»21 al 25 de febrero.<br />

»Organiza el Departamento de Comunicación.<br />

Voleibol de playa tercera etapa del Circuito Playero “Master”<br />

El equipo de voleibol de playa de la Ibero compite en este circuito.<br />

»25 al 27 de febrero.<br />

»Acapulco-Ixtapa.<br />

»Organiza la Oficina de Deportes y Promoción de la Salud.<br />

Exposición de Emiliano Gironella<br />

Parra<br />

Muestra de pintura y grabado.<br />

»1 de febrero al 3 de marzo.<br />

»Espacio Cultural, Edificio S, sótano.<br />

»Organiza la Coordinación de<br />

Difusión Cultural.<br />

Bernardo Vargas<br />

Bernardo Vargas<br />

Serán elecciones muy competidas<br />

Estas elecciones locales tendrán un impacto en las elecciones federales<br />

de 2012. A mi modo de ver, serán elecciones muy competidas,<br />

pues en algunos estados la diferencia será mínima entre<br />

un candidato y otro, según como podemos anticiparlo de acuerdo<br />

con las encuestas. Lo que ocurra en ellas, marcará el rumbo<br />

de las elecciones presidenciales.<br />

Estudiante de la Licenciatura en Finanzas, 8º semestre.<br />

Exposición Comer y ser<br />

Muestra acerca de las raíces gastronómicas de México.<br />

»Febrero-marzo.<br />

»Galería Andrea Pozzo, S. J., Edificio T, planta baja.<br />

»Organiza la Coordinación de Difusión Cultural.<br />

La Ibero lamenta profundamente la muerte del padre<br />

Samuel Ruiz García, Obispo Emérito de San Cristóbal de las<br />

Casas, Chiapas, defensor de los pobres y de los indígenas<br />

y hombre comprometido con las causas justas; Doctor<br />

Honoris Causa por la Universidad Iberoamericana. Le<br />

sobrevive su labor ejemplar.<br />

Ibero 45


el viajero ilustrado<br />

Palomas para las<br />

A Jorge Bustamante y Neftalí Coria<br />

Marco Antonio Campos<br />

Poeta, narrador e investigador. Ha sido profesor de literatura en<br />

la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y, por su obra<br />

literaria, ha recibido múltiples reconocimientos en México y el<br />

extranjero, entre ellos los Premios Xavier Villaurrutia y Ramón<br />

López Velarde, en México, y el Antonio Machado, en España.<br />

Dos de sus libros más recientes son Viernes en Jerusalén (Visor,<br />

Madrid, 2005), V Premio Casa de América de Poesía Americana<br />

y Dime dónde, en qué país (Visor, Madrid, 2010), XXXI<br />

Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla<br />

46 IBERO<br />

Palomas en diagonal van y regresan del limonero al naranjo<br />

para que hojas y frutos fuljan bajo la luz del sol ante la<br />

severa capilla con paredes desbastadas del Señor de la Columna.<br />

No hay cuadrángulo de plaza más mínimo, más inseparable<br />

en lo íntimo en Morelia, y aun podrías llevarlo bajo el brazo<br />

o colgártelo del cuello para venderlo como artesanía centenaria<br />

en la Plaza de San Francisco. El mundo a esta hora parece reducirse<br />

al color de un limonero o de un naranjo, a una capilla para<br />

solitario y a borrascas de palomas grises que vuelan de un árbol<br />

a otro, de una casa a otra, de una casa a un árbol.<br />

Me encamino por calle Madero. Construida a pie firme, tengo<br />

la fe y la impresión de que Morelia resistirá intacta las discontinuas<br />

catástrofes hasta el final que será el principio del amanecer<br />

de la flor en la búsqueda del alma de la mariposa donde la joven<br />

aparece con ligero atavío de color de llama viva. La avalancha<br />

de personas que se despeña por la acera desde el lado poniente<br />

parece un argayo de piedras que me precipitará calle abajo.<br />

Llego a los Portales. Me siento en una mesa. Mientras observo<br />

a la vez los laureles de la India y el techo del kiosco de Plaza<br />

de Armas, mientras el gris enlosado se cubre de palomas grises,<br />

me pregunto en serio, pero de veras en serio, si los poetas son<br />

aquellos que purifican la palabra de la tribu y desembrollan el<br />

galimatías del político, los números del dueño del dinero y la<br />

nota engañosa del periodista que escupe en el libro de ética.


He caminado de<br />

Morelia sus plazas y no<br />

hay calle del centro<br />

que no guarde la<br />

sombra de los cuerpos<br />

que tuvo mi cuerpo.<br />

plazas<br />

Frente a los Portales pasa con estrépito un vehículo desvencijado,<br />

y el chofer, que aúlla por el megáfono, anuncia espectáculos<br />

no vistos, igual que en mi niñez, en un vehículo trastabillante,<br />

a través de las calles desmedradas de San Pedro de los Pinos, se<br />

anunciaba a los niños la promoción excepcional de tres películas<br />

de la matinée del domingo libre.<br />

He caminado de Morelia sus plazas y no hay calle del centro<br />

que no guarde la sombra de los cuerpos que tuvo mi cuerpo. En<br />

la década de los setenta era una ciudad idílica, y diría aun, casi<br />

recoleta, y yo caminaba instintivo con la mano en vez de brújula.<br />

Si me paraba en el centro del centro y miraba, ya al sur o ya al<br />

norte, veía hundirse las líneas del sol en lo arbolado de las montañas,<br />

las cuales hoy, talados los árboles y cubiertas de casas, no<br />

recordarán lo que fueron. Pero cuánto ha pasado en mí, cuántas<br />

cosas han pasado desde entonces. Cuánto sufrimiento me cavó<br />

el alma como un pozo oscuro, cuánta angustia como pájaro guillado<br />

picoteó en mi corazón hasta dejarlo como dedal. Cuántas<br />

veces vi en la mala luz de los inviernos de Praga, de Viena o<br />

Budapest mi cara de solitario a doce grados bajo cero. Cuánta<br />

soledad, como terrón con sed, se vive y se padece por unas horas<br />

de felicidad que brillan igual que el agua con la luz del sol en la<br />

fuente de Las Tarascas. Nadie sabrá de la Vía si no sufrió antes en<br />

la vía la ausencia de fe, de esperanza y caridad para ganar la gloria<br />

artística en la que creí estúpidamente.<br />

No sé por qué, pero ¿quién podría decir qué secreto existe<br />

para que las mujeres duelan o entristezcan en equis y ye sitio a<br />

equis y ye hora, para que después, en otro sitio y a otra hora, te<br />

duela otra y otra A cierta hora, de tal minuto en determinada<br />

calle una mujer figura su figura en el corazón como los juegos<br />

de luz que se ven ahora en la portada de cantera rosa de la catedral<br />

y en la altura de los campanarios. ¿Quién no quisiera que<br />

cada palabra de amor resonara en el corazón de una mujer en<br />

el momento que te desangra Una mujer u otra se roban definitivamente<br />

lo que escribes en el fuego horizontal a la hora de<br />

la jardinera.<br />

Llegan uno a uno los amigos. Llegan José, Jesús, Gaspar, Neftalí<br />

y Jorge. Llegan trayendo la amistad como agua clara y parecen<br />

resumirse en un instante las conversaciones de varias décadas<br />

cuando la poesía y el ángel no conocían el reloj victimario en<br />

manos de la víctima. Y sin que ellos se den cuenta me guardo la<br />

mañana del 17 de febrero en el bolsillo y el año 2006 lo pongo<br />

bajo el brazo, y cerca de la puerta de catedral vislumbro a Jesucristo<br />

azul, y escucho, escucho de nuevo y otra vez y de nuevo<br />

el tañido múltiple de las campanas que resuenan con fuerza tan<br />

armónica, que no puedo pensar en qué sitio de qué ciudad dejé<br />

a la mujer en quien pensaba.<br />

Ibero 47


LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />

Qué leer<br />

y por qué<br />

Esta sección de IBERO acude<br />

a los lectores expertos, a los<br />

apasionados en la lectura, y son<br />

ellos los que recomiendan los<br />

siguientes libros que podrían<br />

entregar a otros lectores<br />

experiencias imborrables y<br />

transformadoras.<br />

Eduardo Lizalde recomienda Dime dónde,<br />

en qué país, de Marco Antonio Campos,<br />

XXXI Premio Internacional de Poesía Ciudad<br />

de Melilla [Visor Libros, Colección Visor<br />

de Poesía, Madrid, 2010]<br />

Agrega Marco Antonio Campos a su ya<br />

extensa, personalísima y sorprendente obra<br />

de poeta, de crítico, de traductor, de cronista,<br />

de historiador y estudioso de la literatura<br />

mexicana y de otras, este libro<br />

ejemplar que él titula Dime dónde, en qué<br />

país (una línea que toma de Villon) y que<br />

ha compuesto, como dice, con poemas<br />

en prosa y una fábula. El libro es bello y<br />

complejo, en su aparente sencillez, pero<br />

intrincado, contexto de referencias, alusiones<br />

literarias, históricas y artísticas y es,<br />

en efecto, tanto verdadera poesía, como<br />

la que ha logrado consumar en su lírica<br />

de autor, pero es al mismo tiempo una<br />

colección deslumbradora de visiones, de<br />

crónicas de viaje por el mundo entero,<br />

de paisajes urbanos, amores consumados<br />

y no, mares, ríos, montañas, galerías pictóricas,<br />

encuentros con autores legendarios<br />

o nacidos ayer, barrios paupérrimos,<br />

aventuras en tren y, al mismo tiempo,<br />

48 IBERO<br />

profundas y conmovedoras incursiones<br />

en la propia biografía, en el alma y en la<br />

memoria familiar. De algún modo, este<br />

conjunto de Marco Antonio, me hace<br />

pensar en el libro admirable y perfecto de<br />

otro ilustre visionario, viajero, cronista y<br />

autobiógrafo imponente: el grande y prolijo<br />

catalán Josep Pla, autor de los diarios<br />

voluntariamente imperfectos e invaluables<br />

de su Cuadernos gris, que no ha sido<br />

posible terminar de imprimir. Un indispensable,<br />

querido y cada vez mejor leído<br />

para suyo es Marco Antonio, al que no<br />

alcanzan estas pocas líneas para celebrarlo<br />

como se merece por su nueva —breve—<br />

obra maestra.<br />

EDUARDO LIZALDE. Poeta, narrador, traductor,<br />

ensayista, bibliómano y melómano. Su libro<br />

más reciente es Almanaque de cuentos y ficciones<br />

(<strong>Ediciones</strong> Era, México, 2010).<br />

Víctor Manuel Mendiola recomienda<br />

Las alas de la palabra, de Marco Antonio Montes<br />

de Oca [Fondo de Cultura Económica,<br />

México, 2010]<br />

Las alas de la palabra es, hasta ahora, el último<br />

libro de Marco Antonio Montes de<br />

Oca. Entre este volumen y los anteriores<br />

¿hay una diferencia significativa En este<br />

texto ¿el poeta utiliza un estilo diferente<br />

La forma que hay aquí ¿es distinta a la de<br />

los poemas anteriores Estas composiciones<br />

¿nos muestran otro Marco Antonio<br />

Montes de Oca Definitivamente no. La<br />

poesía que el lector encontrará en este<br />

nuevo libro tiene las mismas cualidades<br />

que todos los anteriores: una acción verbal<br />

sorpresiva, pujante y arrebatada y, al<br />

mismo tiempo, subidas y bajadas, traspiés<br />

que no impiden una pirueta, manotazos<br />

de sol aquí y paletadas de contento allá.<br />

Todo exactamente igual como cuando<br />

escribió Ruina de la infame Babilonia o<br />

como cuando publicó, ya convertido en<br />

un poeta admirado, Las fuentes legendarias.<br />

Quizá vale la pena decir que los cambios<br />

de forma en Montes de Oca sólo son una<br />

apariencia, no una modificación sustancial.<br />

Sus poemas en verso, en prosa, enormes<br />

o pequeños, sus poemas concretos,<br />

sus minipoemas y a veces su casi haikus<br />

están poseídos por la misma energía y la<br />

misma manera de proceder: la incesante<br />

creación de mundos inesperados y per-


cepciones agudas, siempre en disposición de una<br />

suma y, todavía mejor, de una serie imparable.<br />

Montes de Oca no necesita más.<br />

VÍCTOR MANUEL MENDIOLA. Poeta, narrador, traductor,<br />

ensayista, editor y crítico literario. En 2010 obtuvo el<br />

Premio Internacional de Literatura Letras del Bicentenario<br />

en la categoría de Novela. Uno de sus libros más<br />

recientes es En carmen y oración libre (Verdehalago, México,<br />

2006).<br />

Malena Mijares recomienda Mujer de cierta edad, con<br />

abanico, de Angélica de Icaza [Samsara Editorial, México,<br />

2010]<br />

En cada uno de los relatos de este libro se nota<br />

un trabajo artesanal de precisión casi milimétrica<br />

en la pureza de su estilo y en la intensidad de los<br />

sentimientos que condensa. Es realmente hermoso<br />

cómo se vuelven universales la mirada, la voz y las<br />

reflexiones de Blues, cómo están trazadas en un<br />

mero esbozo su fuerza y su liviandad. Es admirable<br />

la forma en que entrevera esos bocetos —que son<br />

como pinceladas sueltas— para pintar un cuadro<br />

completo y construir un personaje. Tanto en la<br />

primera parte como en “Mujer de cierta edad, con<br />

abanico” hay una visión femenina perfectamente<br />

compartible, que interpela de un modo mágico a<br />

las mujeres de nuestra edad pero también, estoy<br />

segura, a cualquier lector sensible.<br />

MALENA MIJARES. Maestra, ensayista, editora y periodista.<br />

Directora de la revista Este País.<br />

Daniel Goldin recomienda El arte de la lectura en tiempos<br />

de crisis, de Michèle Petit [Océano Travesía, Madrid,<br />

2009]<br />

Este libro está tejido con multitud de voces que dan<br />

cuenta de experiencias en las que se ha manifestado<br />

el poder de la palabra escrita para reconstruir la<br />

vida de personas en desgracia. Esas voces han sido<br />

engarzadas por un pensamiento, al mismo tiempo<br />

discreto y brillante, que se propuso —lo podemos<br />

sentir en su ritmo pausado— apartarse de cualquier<br />

generalización. Un pensamiento que no se<br />

nutrió de experiencias ajenas para afirmar lo previamente<br />

conocido, sino que surgió del encuentro<br />

con el otro, y que lo celebra. Buena parte de esas<br />

experiencias provienen de Iberoamérica: Michèle<br />

Petit tuvo conocimiento de ellas en numerosos<br />

viajes e intercambios epistolares que siguieron a la<br />

difusión en lengua española de su obra. Por esto la<br />

publicación de este libro en español es un retorno<br />

y a la vez una muestra más de la importancia del<br />

desvío, del viaje de uno al otro, para redescubrir la<br />

propia imagen y revitalizar su vida psíquica.<br />

Daniel Goldin. Escritor y editor. Su más reciente libro<br />

es Al otro lado de la página: Imágenes de la lectura en México<br />

(Santillana, México, 2008).<br />

The International English Language Testing<br />

System is a trusted indicator of English skills.<br />

Disponible en la IBERO<br />

Presentamos:<br />

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MÚsica para camaleones<br />

Qué<br />

escuchar<br />

y por qué<br />

Beatriz Palacios<br />

Asistente editorial de Ibero<br />

Música para camaleones está dedicada a<br />

la recomendación de obras musicales,<br />

para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />

investigadores, expertos, editores, musicólogos<br />

y denodados amantes de la música. En<br />

esta ocasión agradecemos a Edmée Pardo,<br />

Francisco Quintanar y Natalia Traven el<br />

que con tanta gentileza y generosidad hayan<br />

accedido a compartir con los lectores de<br />

IBERO su experiencia y su pasión.<br />

Edmée Pardo recomienda:<br />

Hero, de Tan Dun [2004]<br />

y Strike, de The Baseballs<br />

[2009]<br />

El disco que recomiendo es el<br />

sound track de la película Héroes, del<br />

compositor y director Tan Dun, con la Orquesta<br />

Filarmónica de China. Recuerdo que<br />

la primera vez que escuché este disco fue en<br />

la radio, y el impacto que me provocó fue<br />

tan fuerte que tuve que tomarme un tiempo<br />

para asimilar los sonidos. Quedé atrapada<br />

por esa música que me transmitió sensaciones<br />

que no sabía siquiera que vivían dentro<br />

de mí, las cuales de pronto estaban entrando<br />

por mi piel. Enseguida quise comprar el disco;<br />

quería el objeto donde ese sonido vive.<br />

50 IBERO<br />

Me emociona el violín, la melancolía, lo épico,<br />

y la pieza “Gone with leaves” me parece<br />

grandiosa y conmovedora en lo más íntimo.<br />

Del disco Strike de The Baseballs, me gusta el<br />

ritmo, la voz de los cantantes, lo alegre de sus<br />

melodías, y las letras me parecen amistosas y<br />

solidarias. En este álbum el grupo alemán interpreta<br />

doce versiones de grandes éxitos pero<br />

adaptados a diferentes ritmos, como el swing,<br />

el rockabilly o el pop vocal. Esa combinación<br />

es lo que me agrada y una canción con la me<br />

divierto mucho es “Umbrella”, de Rihanna.<br />

Edmée Pardo. Escritora, promotora de la lectura, editora y periodista cultural. Es autora de 15 libros de<br />

cuento y novela, con los que ha obtenido varios reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos<br />

el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 2009. Algunas de sus obras son El primo Javier, Las plegarias<br />

de mi boca, La voz azul, Enfermedad se escribe con C y Morir de amor, que en 2006 encabezó la lista de los libros<br />

más vendidos en Estados Unidos en el mes de junio según America Reads Spanish, y el cuarto en ventas en<br />

México de acuerdo a librerías Gandhi


Francisco Quintanar<br />

recomienda: La musique<br />

au temps des castrats, varios<br />

autores [2003] y Qawwal<br />

and party: Shahen-Shah, de<br />

Nusrat Fateh Ali Khan [1993]<br />

En La musique au temps des castrats, se reúnen<br />

una serie de obras de los siglos XVII y XVIII<br />

creadas por grandes compositores para ser<br />

especialmente interpretadas por castratis, cantantes<br />

que de niños fueron sometidos a una<br />

mutilación genital para que conservaran su<br />

voz infantil y aguda. En la época barroca dominaron<br />

este tipo de piezas, y en este disco<br />

se incluyen algunas de esas obras de autores<br />

como Antonio Vivaldi, Gregorio Allegri,<br />

Charpentier y Riccardo Broschi, con la interpretación,<br />

entre otros, de la soprano Ewa<br />

Malas-Godlewska y el contratenor Dominique<br />

Visse, además de una grabación de 1902<br />

de Alejandro Moreschi, un auténtico castrati,<br />

la cual se realizó en la Capilla Sixtina. Recomiendo<br />

también el disco del cantante paquistaní<br />

Nusrat Fateh Ali Khan, que destaca por su<br />

extraordinaria voz y por sus interpretaciones<br />

del qawwali, que son cantos devocionales sufíes<br />

del sur de Asia, los cuales desde hace más<br />

de 600 años se han heredado de generación<br />

en generación. Con un estilo vocal procedente<br />

de una tradición de origen persa conocida<br />

como khyal, este cantante cautiva con<br />

la interpretación de las canciones qawwali<br />

que integran este álbum. Estos dos volúmenes<br />

demuestran el valor de la interpretación<br />

y las cualidades vocales como una forma de<br />

aproximación espiritual.<br />

Francisco Quintanar. Artista plástico y grabador. Su obra ha sido exhibida en importantes espacios culturales<br />

de México y una veintena de países de Europa y Asia, además de formar parte de colecciones públicas<br />

como las del Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, el Panstwowe Muzeum Na Madjanku en Polonia<br />

y el Centro de Gravura Contemporânea de Portugal. Entre otros reconocimientos, ha obtenido el Grand<br />

Prize Award de la 4th. Bharat Bhavan International Biennial of Print, de la India, y el Premio de Adquisición<br />

en el VI Concurso Interpretación Moderna del Quijote.<br />

Natalia Traven recomienda:<br />

Buddha Lounge 3: sessions<br />

in ethnic rhythms &<br />

intercontinental jazz, varios<br />

autores [2004] y Ne me quitte<br />

pas, de Jacques Brel [2004]<br />

Buddha Lounge 3 es un álbum del sello Sequoia<br />

Records que en tres discos incluye fundamentalmente<br />

música instrumental, jazz y ritmos<br />

étnicos de diversos autores, entre ellos los hermanos<br />

David y Steve Gordon. Es una interesante<br />

recopilación multicultural, con ritmos<br />

de diversas partes del mundo, que genera un<br />

ambiente relajante y al mismo tiempo alegre<br />

y cálido. Es uno de esos discos que realmente<br />

invitan a sumergirse en la atmósfera y en<br />

los sonidos de los distintos países en los cuales<br />

se inspira cada una de las canciones. También<br />

es muy recomendable escuchar la música de<br />

Jacques Brel, cantante y compositor belga que<br />

radicó en París, y es conocido por ser autor<br />

de temas como “Amsterdam”, “La valse de<br />

mille temps”, y especialmente por “Ne me<br />

quitte pas”, que dio título a una de sus últimas<br />

producciones discográficas. Esta canción fue<br />

interpretada por grandes cantantes contemporáneos<br />

de Brel (1929-1978), como la conmovedora<br />

versión de Edith Piaf, además de que<br />

existen otros tantos intérpretes de este tema,<br />

entre ellos Ute Lemper, Patricia Kaas, Barbra<br />

Streisand y hasta Sting, sin embargo, haciéndole<br />

justicia a Brel, su versión es sin duda la más<br />

profunda y romántica.<br />

Natalia Traven. Actriz, productora, directora escénica<br />

y maestra de teatro. Ha actuado en más de<br />

una decena de películas, entre ellas Kada Kien su<br />

Karma, en México, y en Estados Unidos Tras el corazón<br />

de la novia, de Kris Isacsson, Crimen sin perdón<br />

(Trade), de Marco Kreuzpaintner y Daño colateral,<br />

protagonizada por Arnold Schwarzenegger. En teatro<br />

ha desarrollado una amplia carrera como actriz,<br />

participando en múltiples puestas en escena, siendo<br />

las más recientes Una relación pornográfica y Tal vez<br />

en París, actualmente en cartelera.<br />

IBERO 51


ITINERARIO DEL OCIO<br />

adónde<br />

ir y<br />

por qué<br />

ÓPERA<br />

La flauta mágica para niños<br />

La última ópera escrita por Mozart, La flauta mágica, la cual fue estrenada en Viena<br />

en 1791, es ahora representada, en su versión infantil, por los extraordinarios cantantes<br />

Irasema Terrazas, Charles Oppenheim y Sandra Maliká, además de contar<br />

con la actuación especial de Cecilia Toussaint. Bajo la dirección artística de Sylvia<br />

Rittner, la dirección de escena a cargo de Miguel Hernández-Bautista y la conducción<br />

musical de Carlos Alberto Vázquez, en esta divertida puesta en escena intervienen<br />

también títeres corpóreos y caricaturas, que cuentan la historia, llena de peligros y aventuras, de<br />

un príncipe que va al rescate de una princesa que se encuentra prisionera.<br />

Lunario del Auditorio Nacional, 6 y 20 de marzo<br />

MÚSICA<br />

The Ten Tenors: El poder de 10<br />

La agrupación australiana The Ten Tenors, que<br />

ha roto récords de ventas a nivel mundial, llega<br />

a México por vez primera para presentar<br />

su última producción discográfica titulada El<br />

poder de 10. El concepto musical de este conjunto<br />

ofrece una mezcla única de arias clásicas,<br />

combinadas con sonidos de rock, sin dejar de<br />

lado las melodías románticas. Ejemplo de ello<br />

son las versiones de Ac/Dc y Queen fusionadas<br />

con piezas clásicas como Carmina Burana<br />

o el Concierto de Aranjuez. Surgido en 1990,<br />

The Ten Tenors obtuvo un disco de platino<br />

con su primera producción discográfica, y en<br />

2006 con su álbum Here’s to the heroes, rompió<br />

todos los récords de las listas de Billboard, convirtiendo<br />

a esta agrupación en un verdadero<br />

fenómeno musical.<br />

Auditorio Nacional, 21 de febrero<br />

Trupeteando con los clásicos<br />

En este espectáculo la Compañía La Trouppe,<br />

que recientemente celebró sus 30 años<br />

de existencia, reúne piezas de Rossini, Verdi,<br />

Khachaturian y otros grandes maestros de la<br />

música, las cuales son interpretadas de una<br />

forma divertida, llena de color y ritmo,<br />

sin alterar la esencia de su obra.<br />

Dirigido por Mauro Mendoza,<br />

Sylvia Guevara y Carmen<br />

Luna, la intención de este memorable<br />

“concherto” es acercar<br />

a los niños a la música<br />

clásica, traspasando el filtro<br />

de la solemnidad y ejercitar<br />

la fantasía y la imaginación<br />

52 IBERO<br />

para descubrir de la mano de los sinfónicos<br />

Lady Lucas, Trupo y Toño Canica, que los clásicos<br />

no son serios y aburridos.<br />

Teatro Banamex Santa Fe, hasta el 27 de<br />

febrero<br />

TEATRO<br />

Neurastenia<br />

Esta comedia de Ximena Escalante, narra las<br />

peripecias de una compañía de teatro que<br />

está tratando de montar una obra sobre la<br />

Independencia, concretamente sobre Leona<br />

Vicario, mujer adinerada que dejó su fortuna<br />

y posición social a favor de la causa de los<br />

más pobres, y que dentro de la historia patria<br />

ha sido un personaje poco estudiado. Bajo la<br />

dirección de Carlos Corona, y las<br />

actuaciones de Karina Gidi, Carlos<br />

Aragón, Carmen Ramos, Raúl Villegas<br />

y Bernardo Velazco, la puesta<br />

en escena revela una abrumadora similitud<br />

entre la sociedad actual y la<br />

de 1810, desde la vida cotidiana hasta<br />

las diferencias sociales, el abuso y<br />

el descontento, como una suerte de<br />

espejo histórico que elije el humor<br />

para desenmascarar la hipocresía.<br />

Teatro Helénico, hasta el 28 de marzo<br />

ARTES VISUALES<br />

José Clemente Orozco: Pintura y<br />

verdad<br />

Esta exposición exhibe por primera vez más<br />

de 20 dibujos inéditos que realizó José Clemente<br />

Orozco como estudios previos al mural<br />

La gran legislación revolucionaria mexicana,<br />

así como bocetos de los reconocidos murales<br />

Paraninfo y La trinchera, además<br />

de obras realizadas entre 1919 y<br />

1949, que provienen de colecciones<br />

públicas y privadas como<br />

el Museo de Arte Moderno de<br />

Nueva York. Las salas están divididas<br />

bajo un criterio temáticohistórico<br />

y en ellas el espectador<br />

podrá adentrase de forma integral<br />

a todas las facetas artísticas de Orozco, algunas<br />

de ellas poco conocidas, como sus trabajos de<br />

caricatura política, pintura en caballete,<br />

dibujo, grabado, acuarela y retratos<br />

de personajes de su tiempo como el<br />

poeta José Juan Tablada.<br />

Antiguo Colegio de San Idelfonso,<br />

hasta el 27 de febrero<br />

Águila Real, símbolo vivo de<br />

México<br />

Con el propósito de crear conciencia<br />

sobre la preservación del águila real,<br />

especie en peligro de extinción que forma<br />

parte de la identidad de los mexicanos, esta<br />

exposición está conformada por 96 piezas arqueológicas<br />

e históricas, como metales, piedras,<br />

cerámica, fotografías y videos interactivos, que<br />

muestran las raíces históricas de la apreciación<br />

del águila real, así como la evolución de la<br />

iconografía de este símbolo nacional a partir<br />

del encuentro de las dos culturas y durante el<br />

México independiente. En la exhibición destacan<br />

una pieza única de la época prehispánica<br />

que es similar a la del Caballero Águila que<br />

se encuentra en el Templo Mayor, así como<br />

un escudo de origen franciscano, elaborado<br />

en los primeros años de contacto con los españoles,<br />

en el que el arte prehispánico se sintetiza<br />

con el colonial, y muestra a una águila<br />

postrada sobre el mundo cristiano.<br />

Museo Nacional de Historia del Castillo de<br />

Chapultepec, hasta el 30 de abril


ACTUALIDAD IBERO<br />

›<br />

Campaña de Procuración de Fondos<br />

para construir la sede de Prepa Ibero<br />

Abenamar Sánchez Pablo<br />

Redactor de IBERO<br />

Para lograr la construcción de las instalaciones de la Prepa<br />

Ibero en un ambiente de equilibrio ecológico y de convivencia<br />

con la naturaleza, se dio inicio a la Campaña de<br />

Procuración de Fondos, bajo el lema “Todos somos uno”, con una<br />

reunión en la que participaron el Rector de la Ibero, doctor José<br />

Morales Orozco, S. J.; el presidente de FICSAC, Patronato Económico<br />

y de Desarrollo de la UIA, Fernando Chico Pardo; la directora<br />

de FICSAC, Marcela Arregui, y el consejero de este mismo patronato,<br />

Gustavo Lara; así como la directora de la Prepa Ibero, Raquel<br />

Druker, y varios exalumnos de la Ibero y del Instituto Patria.<br />

La nueva infraestructura será erigida sobre un área de 200 mil<br />

metros cuadrados en la zona de La Marquesa, en el Estado de México,<br />

a 20 kilómetros de la Ibero Ciudad de México y a la misma<br />

distancia de Toluca. Dará cabida a 900 alumnos, y las dos etapas<br />

iniciales estarán concluidas en el primer semestre de 2011. Se prevé<br />

que la construcción quede lista en un plazo no mayor a dos años.<br />

Contará con amplias aulas y salones de proyectos versátiles, auditorio<br />

para 2 mil 254 personas, talleres con tecnología de última generación,<br />

biblioteca especializada, atención psicopedagógica, servicios<br />

médicos, infraestructura deportiva y oratorio.<br />

En tanto, la Prepa Ibero continuará operando en las instalaciones<br />

de la UIA, en Santa Fe, donde empezó a mediados de 2010 con 144<br />

estudiantes.<br />

El doctor José Morales Orozco explicó que la Prepa Ibero es<br />

una institución confiada a la Compañía de Jesús, y explicó que se<br />

decidió su apertura al considerar que la educación del nivel medio<br />

superior representa una etapa en la cual se pueden trabajar más los<br />

valores en los jóvenes, para formarlos integralmente, y porque se<br />

observa que a veces llegan con deficiencias a las universidades.<br />

El Rector de la Ibero dijo que el proyecto urbanístico se vinculará<br />

con el entorno inmediato, porque al estar dentro de una zona<br />

otomí, se buscará apoyar a la comunidad y colaborar en la promoción<br />

de la cultura y las lenguas indígenas.<br />

Reiteró que la Prepa Ibero no sólo busca que los alumnos lleguen<br />

mejor preparados a la universidad sino que también su modelo<br />

beneficie al país en el nivel medio superior, pues cuenta con<br />

un modelo educativo replicable que puede ser utilizado en otros<br />

proyectos académicos que también estén preocupados por una formación<br />

integral del ser humano que incluya, además de la eficiencia<br />

profesional, un sentido ético y un compromiso social.<br />

Por su parte, Fernando Chico Parco afirmó que tener la oportunidad<br />

de construir la Prepa Ibero es un privilegio para aquellos que<br />

se han formado mediante la educación jesuita y quienes saben que<br />

la calidad educativa es muy importante para el país.<br />

Añadió que por el humanismo y la espiritualidad que caracteriza<br />

a las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús, la Prepa<br />

Ibero será también semillero de buenos alumnos, como lo ha sido<br />

y lo sigue siendo la Universidad Iberoamericana de cuyas aulas han<br />

egresado unos 50 mil profesionistas que mantienen su vínculo con<br />

la Ibero y entre quienes se buscará la captación de recursos que se<br />

propone esta campaña.<br />

Bajo el lema “Todos<br />

somos uno” captará<br />

recursos, con la<br />

participación de ex<br />

alumnos de la Ibero y<br />

del Instituto Patria.<br />

Marcela Arregui y Gustavo Lara, que encabezan el Comité de<br />

Campaña, explicaron que no sólo se involucra a los ex alumnos de<br />

la Ibero sino también a los del Instituto Patria, y enfatizaron que, de<br />

los recursos que se obtengan, no se destinará ni un solo peso a gastos<br />

de operación, sino que serán destinados, íntegramente, a la construcción<br />

y equipamiento de las nuevas instalaciones.<br />

El arquitecto Francisco Serrano, quien concibió y lidera el proyecto<br />

arquitectónico, presentó pormenores de la construcción que<br />

se ciñe a un uso racional del lugar: el desplante es mínimo y se están<br />

usando los desniveles naturales del terreno.<br />

La maestra Raquel Druker explicó que la Prepa Ibero tiene un<br />

modelo educativo orientado principalmente a dos materias que se<br />

dan alternadamente: formación integral humanista y formación y<br />

acción social. En la primera los alumnos hacen reflexión y en la<br />

segunda pasan a la acción: se trata de cambiar el entorno.<br />

La invitación que se lanzó es a contribuir todos, como uno solo,<br />

con el espíritu humanista y generoso característico de la formación<br />

jesuita.<br />

54 IBERO


innovación tecnológica<br />

Dispositivos e<br />

instrumentos<br />

que facilitan<br />

la vida<br />

Televisión inteligente<br />

Samsung dio a conocer su nueva serie D8000 de televisores en 3D, que<br />

se destaca además de su rediseño, por la incorporación del sistema<br />

Smart TV (TV inteligente) que se refiere a la integración de Internet con<br />

la televisión, incorporando un navegador completo, con búsquedas<br />

multimedia y un sistema de recomendación de contenidos que invita<br />

a explorar la Web. Asimismo, este aparato se acompaña del control<br />

remoto Touch Control con pantalla de 3 pulgadas y tecnología Micro<br />

Dimming Plus, que permite un control más preciso de la luz.<br />

Videocámara de<br />

alta definición<br />

ultracompacta<br />

La videocámara PlayFull desarrollada<br />

por Kodak, con tan sólo 4.1 x 9.9<br />

x 1.8 centímetros y 95 gramos de<br />

peso, cuenta con una pantalla de<br />

1.5 pulgadas y es capaz de grabar<br />

en alta definición y captar imágenes<br />

de hasta 5 megapixeles. La memoria<br />

interna de 128 MB puede ampliarse<br />

mediante tarjetas SD e incluye<br />

conexiones con salida AV, USB<br />

retráctil y MicroHDMI.<br />

56 IBERO<br />

Escáner personal<br />

El escáner personal Doxie cuenta con un software<br />

que permite digitalizar documentos con<br />

una resolución de hasta 600 DPI y con su botón<br />

multipropósito, que integra diversos servicios de<br />

Internet, es posible enviar las páginas escaneadas<br />

directamente a sitios como Picassa, Picknic, Lightroom,<br />

iPhoto, Google Docs, Scrib o Evernote, o<br />

compartirlas vía correo electrónico, chat o Twitter<br />

por medio del Cloud Doxie PDF. Además, realiza<br />

automáticamente el contraste, ajuste de rotación,<br />

recorte y limpieza de la imagen. Se conecta a través<br />

de USB, que también sirve para cargarlo, y por<br />

sus dimensiones es muy fácil de transportar junto<br />

con la computadora portátil.<br />

Cepillo dental que no requiere pasta<br />

La empresa japonesa Shiken creó el cepillo de dientes iónico<br />

Soladey-J3X que funciona con energía solar y no necesita pasta,<br />

ya que desde el panel ubicado en su base transmite electrones<br />

sobre una barra de titanio hacia la parte superior del cepillo,<br />

que reaccionan con el ácido en la boca, creando así un efecto<br />

químico que descompone la placa y mata las bacterias de los<br />

dientes.

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