Excerpta N° 7 - Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de Chile
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como <strong>de</strong> su padre, era noble no sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista social, sino también<br />
académico y científico. Tuvo Le Paige dos abuelos rectores <strong>de</strong> universida<strong>de</strong>s y<br />
especialistas, el uno en matemáticas y astronomía y el otro en geología. En este<br />
ambiente familiar y científico muy selecto, Gustavo Le Paige escogió entrar a la or<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> los jesuitas, mostrando su profunda vocación católica, pero también manifestando<br />
su interés, cada vez más creciente, con el transcurrir <strong>de</strong> los años con el mundo nativo.<br />
En la misión <strong>de</strong> Vivango, en el Congo <strong>de</strong> Bélgica (1928-1931 y luego 1936-1952) se<br />
relacionó con las comunida<strong>de</strong>s nativas y sus complejos culturales, tan diferentes a la<br />
occi<strong>de</strong>ntal europea. Recuerdo que hacia comienzos <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1960, en San Pedro<br />
<strong>de</strong> Atacama, en su muy mo<strong>de</strong>sta oficina <strong>de</strong> párroco y arqueólogo me contó algo <strong>de</strong> su<br />
experiencia en el Congo Belga, en la misión <strong>de</strong> Yasa. A<strong>de</strong>más sus cuadros pintados por<br />
él <strong>de</strong> diferentes escenas <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los nativos <strong>de</strong>l Congo Belga, en don<strong>de</strong><br />
predominaban los niños, servían <strong>de</strong> escenario a sus recuerdos, a veces dolorosos, <strong>de</strong><br />
su experiencia como misionero. Hacia 1952 el padre Gustavo Le Paige fue alejado <strong>de</strong> la<br />
misión, en don<strong>de</strong> era el Superior; se le criticó su manera <strong>de</strong> cristianizar a los nativos, <strong>de</strong><br />
enseñar respetando profundamente las costumbres <strong>de</strong> aquéllos.<br />
Así llegó a <strong>Chile</strong>, en don<strong>de</strong> conocía al padre Alberto Hurtado, pero con tan mala suerte<br />
que el mismo año <strong>de</strong> su arribo a nuestro país falleció el padre Hurtado, fundador <strong>de</strong>l<br />
Hogar <strong>de</strong> Cristo. La or<strong>de</strong>n lo envió al norte, al mineral <strong>de</strong> Chuquicamata. No pudo<br />
congeniar con el espíritu impersonal, industrial <strong>de</strong> la Empresa Minera. Miró hacia la<br />
región <strong>de</strong>l salar <strong>de</strong> Atacama y logró su traslado al pueblo <strong>de</strong> San Pedro <strong>de</strong> Atacama, en<br />
1954. Rápidamente se encariñó con la región, con la gente (los atacameños) y comenzó<br />
también a estudiar la historia <strong>de</strong> la región. Convocó a su alre<strong>de</strong>dor a muchos niños,<br />
quienes lo ayudaron a <strong>de</strong>scubrir yacimientos arqueológicos. Cada vez que viajaba a<br />
San Pedro <strong>de</strong> Atacama, por una o dos semanas, fui testigo <strong>de</strong> las visitas que le hacían<br />
diferentes lugareños trayéndole "puntas <strong>de</strong> flechas", restos <strong>de</strong> alfarería, o sólo<br />
información <strong>de</strong> alguna tumba antigua localizada. Gustavo Le Paige partía<br />
inmediatamente a verificar, tomaba notas, dibujaba y, si era posible a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />
recolectar los materiales superficiales, excavaba. Muchas veces tuve la oportunidad <strong>de</strong><br />
acompañarlo. Así año tras año recopiló tal cantidad <strong>de</strong> restos arqueológicos, <strong>de</strong><br />
diferentes períodos culturales, que fue necesario ampliarle su museo y luego<br />
construirle uno nuevo. Él, acompañado <strong>de</strong> sus ayudantes <strong>de</strong> la región (Manuel Aban<br />
López, Héctor Luis Ramírez y Juan Saba Cruz, entre otros), diseñó y levantó el edificio<br />
<strong>de</strong>l Museo que se inauguró en enero <strong>de</strong> 1963 ante la presencia <strong>de</strong> dos ministros <strong>de</strong>l<br />
gobierno <strong>de</strong> Alessandri (Sres. Pinto Lagarrigue y Philippi) y <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />
arqueólogos que lo acompañábamos.<br />
Gustavo Le Peige fue un inteligente relacionador público; convenció a diferentes<br />
gobiernos (<strong>de</strong> Alessandri, Frei, Allen<strong>de</strong> y <strong>de</strong> Pinochet) que lo ayudaran en su trabajo<br />
científico, museológico y también en sus obras sociales a beneficio <strong>de</strong> su región<br />
atacameña.Muchas obras públicas se <strong>de</strong>bieron a su empuje y entusiasmo (el Estadio, la<br />
Hostería, los canales <strong>de</strong> regadío, el Hospital, etc.).