Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
10. El problema <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte y <strong>la</strong> comprensión <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong>l mundo<br />
fenoménico: ser en tanto presencia<br />
El peso <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte en <strong>la</strong> comprensión filosófica no radica en seña<strong>la</strong>r los<br />
fenómenos múltiples <strong>de</strong>l morir como un <strong>de</strong>terminado proceso intramundano que para el<br />
moribundo es el último suceso, para los testigos sobrevivientes <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ceso es un<br />
acontecimiento entre otros muchos acontecimientos; tampoco están aquí en primera<br />
línea los aspectos biológico-médicos <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte humana. En general, todo lo que en <strong>la</strong><br />
muerte es aprehensible y explicable como un “fenómeno”, todo lo que se pue<strong>de</strong><br />
constituir en objeto <strong>de</strong> un mostrar y un seña<strong>la</strong>r inmediato, por <strong>de</strong>cirlo así, está<br />
fundamentalmente “más acá <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte”. A ello pertenece el morir <strong>de</strong>l congénere, el<br />
quedar <strong>de</strong> su cadáver, el rito <strong>de</strong>l entierro y <strong>la</strong> piedad <strong>de</strong> <strong>la</strong> memoria. Todo aquello se da<br />
como una vicisitud, en el amplio campo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas que aparecen y <strong>de</strong> los procesos que<br />
aparecen. Enten<strong>de</strong>mos tales vicisitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acuerdo al horizonte <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada<br />
comprensión <strong>de</strong>l ser. El mundo fenoménico más acá <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte está enseñoreado,<br />
dominado y sostenido por una comprensión <strong>de</strong>l ser caracterizada y articu<strong>la</strong>da, sometido<br />
a una <strong>de</strong>terminada ontología. Inmediata y regu<strong>la</strong>rmente, en todo caso, vivimos bajo el<br />
supuesto tácito <strong>de</strong> que esta comprensión <strong>de</strong>l ser sería <strong>la</strong> única posible, nos movemos en<br />
el<strong>la</strong>, sin hacer propia su “evi<strong>de</strong>ncia”, sin preguntar siquiera por el<strong>la</strong>. Enten<strong>de</strong>mos el ser<br />
como ser <strong>de</strong> lo ente, como ser <strong>de</strong> lo múltiple y <strong>de</strong> una multiplicidad variada, como ser<br />
<strong>de</strong> cosas realmente distintas y <strong>de</strong> procesos, como ser <strong>de</strong> lo individuado, <strong>de</strong> lo<br />
singu<strong>la</strong>rizado, <strong>de</strong> lo finito. Nuestra comprensión <strong>de</strong>l ser es el<strong>la</strong> misma finita, no tan sólo<br />
<strong>de</strong>bido a que estamos limitados en cuanto a <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> nuestro enten<strong>de</strong>r y no<br />
penetramos completamente en el enigma <strong>de</strong>l ser; el<strong>la</strong> es también finita porque, por <strong>de</strong><br />
pronto, presuponemos lo finito, lo limitado, lo configurado y lo distinto como “siendo”;<br />
a saber, <strong>la</strong>s cosas singu<strong>la</strong>res, que tienen su contorno fijo, su forma, son enunciables y<br />
tienen un nombre. Ciertamente sabemos que todo lo diferenciable y singu<strong>la</strong>r está en una<br />
interconexión transversal – que <strong>la</strong>s cosas están or<strong>de</strong>nadas en los gran<strong>de</strong>s sistemas<br />
entre<strong>la</strong>zados <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo, que hay estructuras transversales, así como una<br />
sustancia material, los elementos cuyos fragmentos serían <strong>la</strong>s cosas singu<strong>la</strong>res; sabemos<br />
a<strong>de</strong>más que <strong>la</strong> multiplicidad inabarcable <strong>de</strong> cosas singu<strong>la</strong>res tiene una armazón y un<br />
or<strong>de</strong>n inabarcable en <strong>la</strong> acuñación genérica. Cada cosa singu<strong>la</strong>r pertenece a un tipo<br />
general, a una especie y a un género; cada una tiene parte en una “esencia”<br />
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