Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
dispersado por <strong>la</strong> violencia expansiva <strong>de</strong>l espacio. Él mismo, en su pasar, sabe <strong>de</strong>l<br />
carácter pasajero <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas finitas; en tanto transeúnte sabe <strong>de</strong> <strong>la</strong> transitoriedad. Sólo<br />
él entre los entes transitorios, tiene <strong>la</strong> “mirada malévo<strong>la</strong>”, ve en el florecer primaveral ya<br />
el yermo invernal, en <strong>la</strong> florescencia <strong>la</strong> caída, en <strong>la</strong> fuerza <strong>la</strong> <strong>de</strong>bilidad, en el auge ya <strong>la</strong><br />
caída, en <strong>la</strong> vida ya <strong>la</strong> muerte. No estamos más, como dice el poeta, “unidos” y “<strong>de</strong><br />
acuerdo” con <strong>la</strong> naturaleza, que <strong>de</strong> ordinario cobija maternalmente a sus criaturas;<br />
estamos escindidos, enajenados <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza, nuestra vida se <strong>de</strong>scompone siempre al<br />
mismo tiempo en “parte” y “contraparte”: “florecer y marchitar nos son conscientes a <strong>la</strong><br />
vez./Y en alguna parte siguen caminando aún los leones y no saben/ <strong>de</strong> ninguna<br />
<strong>de</strong>bilidad mientras se enseñorean” 12 .No sólo anticipamos nuestro fin, tenemos <strong>la</strong> triste<br />
previsión re<strong>la</strong>tiva a <strong>la</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia general, incesante e imparable. Con respecto a los<br />
otros seres vivos, nos comportamos como Casandra con <strong>la</strong> alegre muchedumbre <strong>de</strong> los<br />
troyanos, que arrastran el caballo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra a su ciudad. Estamos abiertos a <strong>la</strong> danza<br />
turbulenta <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s cosas que aparecen y que, por ello mismo, ya están <strong>de</strong>terminadas<br />
a pasar. Todo lo que surge tiene que <strong>de</strong>saparecer nuevamente. Las Horas traen y toman<br />
todo. El tiempo es traer y aniqui<strong>la</strong>r a <strong>la</strong> vez. El hombre es el ente más temporal, en tanto<br />
él no sólo, como <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más cosas finitas, anda en el tiempo, “fluye” en su flujo, sino que<br />
expresamente se comporta respecto a este fluir, que todo lo trae y todo lo quita. El<br />
hombre entien<strong>de</strong> el tiempo como tiempo, y esto quiere <strong>de</strong>cir: como el horizonte creador<br />
y anonadador <strong>de</strong>l ser.<br />
Pero ahora sería más preciso preguntar cómo el hombre entien<strong>de</strong> el finalizar <strong>de</strong><br />
todas <strong>la</strong>s cosas. ¿Lo compren<strong>de</strong> en todos los casos <strong>de</strong> un modo indiferenciado – finaliza<br />
todo <strong>de</strong>l mismo modo ¿O hay varios modos <strong>de</strong> finalizar ¿Significa, bajo ciertas<br />
circunstancias, una nive<strong>la</strong>ción inaceptable si se hab<strong>la</strong> sólo <strong>de</strong>l finalizar general <strong>de</strong> todas<br />
<strong>la</strong>s cosas, sin consi<strong>de</strong>rar los modos específicos <strong>de</strong> cada vez ir-al-fin ¿Cómo finalizan<br />
<strong>la</strong>s cosas naturales no vivas, como por ejemplo un pedazo <strong>de</strong> roca Un sorpren<strong>de</strong>nte<br />
bloque granítico que encontramos en una caminata por <strong>la</strong> Selva Negra, nos pue<strong>de</strong><br />
impresionar profundamente, con su perdurabilidad milenaria, con su durar. Estamos<br />
nosotros ante él como un insecto efímero. Pero sabemos que se <strong>de</strong>sintegra, que<br />
lentamente se <strong>de</strong>spedaza, que frío y calor, viento, sol y lluvia lo carcomen. Alguna vez<br />
quedará pulverizado. Lo no-vivo finaliza en tanto se <strong>de</strong>spedaza. Sin embrago, en ese<br />
<strong>de</strong>spedazarse, si bien <strong>de</strong>saparece una “figura” que hasta ese momento había persistido,<br />
12 R.M.Rilke: SW I, 697.<br />
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