Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
un acopio arbitrario <strong>de</strong> rasgos humanos ¿Se pue<strong>de</strong> ampliar esta lista a nuestro antojo o<br />
se trata, <strong>de</strong> hecho, <strong>de</strong> “fenómenos <strong>fundamentales</strong>” Des<strong>de</strong> antiguo se acostumbra<br />
establecer el lugar esencial <strong>de</strong>l hombre en una posición intermedia entre animal y Dios.<br />
Se dice que el hombre no sería objetivamente sólo algo intermedio entre los ámbitos<br />
mencionados; él mismo se comportaría en su ser con respecto a estos ámbitos, su<br />
agitación vital sería <strong>la</strong> lucha incesante entre lo animal y lo divino en él; lo animal, <strong>la</strong><br />
animalidad en él, tendría una impronta envilecedora, intentaría, por <strong>de</strong>cirlo así,<br />
arrastrarlo <strong>de</strong>vuelta al reino animal; pero <strong>la</strong> chispa divina en el alma humana sería <strong>la</strong><br />
fuerza tremenda que lo capacitaría para <strong>la</strong> elevación, que lo impulsaría a <strong>la</strong> otra vía, <strong>la</strong><br />
vía <strong>de</strong> su similitud con el Dios, al camino <strong>de</strong> una homoiosis theo, como lo formu<strong>la</strong><br />
P<strong>la</strong>tón.<br />
La imagen <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> metafísica europea tradicional está ampliamente<br />
<strong>de</strong>terminada por este esquema. Se nos liga misteriosamente <strong>de</strong> modo variado, aún si<br />
pensamos que estamos sustraídos <strong>de</strong> esa tradición. Pero tenemos que hacer <strong>la</strong> pregunta,<br />
si acaso el hombre está verda<strong>de</strong>ramente emparentado con el animal o si acaso es <strong>de</strong> una<br />
esencia completamente distinta. Obviamente esta pregunta no tiene como finalidad<br />
poner en duda <strong>la</strong> justificación <strong>de</strong> investigaciones biológicas, u objetar <strong>la</strong> legitimidad <strong>de</strong><br />
perspectivas científico naturales re<strong>la</strong>cionadas con el hombre. Visto <strong>de</strong> un modo<br />
científico natural es indiscutible que el hombre está emparentado <strong>de</strong> manera múltiple<br />
con el animal, en complexión y funciones vitales <strong>de</strong> órganos. También el animal tiene,<br />
al menos el “animal superior”, ciertas capacida<strong>de</strong>s intelectuales, posee percepción<br />
sensorial, memoria asociativa, una comprensión práctica limitada. Pero <strong>la</strong> visión<br />
científico natural no concibe al hombre en su modo <strong>de</strong> ser genuino, no pue<strong>de</strong> poner <strong>de</strong><br />
manifiesto <strong>de</strong> modo puro <strong>la</strong> disparidad ontológica entre animal y hombre, y por eso<br />
mostrará siempre más bien lo “simi<strong>la</strong>r” y “común” en todos los seres vivos. También el<br />
animal construye cavernas y nidales, <strong>la</strong>s abejas colectan alimento para el invierno, mas,<br />
en sentido estricto, el animal nunca “trabaja”; los animales ar<strong>de</strong>n en celo y se aparean,<br />
alimentan a sus cachorros y muestran frecuentemente un conmovedor apego – mas no<br />
son nunca “amantes”. Combaten unos con otros, cazan y se matan, mas no son nunca<br />
“luchadores” en un sentido simi<strong>la</strong>r al humano. Arman escaramuzas unos con otros, mas<br />
esto no es jamás un verda<strong>de</strong>ro “juego”. Y también los animales finalizan, sucumben –<br />
mas no son “mortales”. En tanto el hombre es trabajador, jugador, amante, luchador y<br />
mortal, no tiene parentesco con el animal. Aquellos rasgos no son nunca explicables a<br />
partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> animalidad. Si, por otra parte, concebimos al Dios <strong>de</strong> una manera no tan<br />
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