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Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel

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Eugen Fink<br />

Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />

completamente el ser sostenedor, su propia base, sin extinguirse él mismo. El hombre<br />

tiene espíritu, pero él no es espíritu. Un ente omni-sciente no sobrepasa al hombre<br />

cuantitativamente, no en el radio <strong>de</strong> conocimiento e intuiciones, sino en el modo <strong>de</strong>l<br />

saber. Omnisciencia no es un proceso que se produce en el tiempo, el<strong>la</strong> se a<strong>de</strong><strong>la</strong>nta a<br />

cada <strong>de</strong>curso temporal, no es pensable en absoluto como un acontecer intratemporal. Y<br />

tanto menos es pensable <strong>la</strong> omnisciencia como un saber perspectivo, como saber a partir<br />

<strong>de</strong> una posición. Al contrario, el saber humano está indisolublemente atado a una<br />

posición, tiene <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> perspectiva – y precisamente, porque el hombre vive en el<br />

espacio. La <strong>existencia</strong> humana es esencialmente temporal y espacial.<br />

Esto no quiere <strong>de</strong>cir ahora que el hombre se presente como una roca, como un<br />

arbusto, y simi<strong>la</strong>res, en cualquier sitio <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza espacialmente expandida.<br />

Obviamente esto no pue<strong>de</strong> ser puesto en cuestión; el hombre es también una cosa<br />

natural y está sometido como <strong>la</strong>s otras cosas naturales a or<strong>de</strong>namientos y<br />

<strong>de</strong>terminaciones espacio-temporales, él ocupa ahí y allá una posición espacial, está<br />

localizado con su cuerpo. Pero no tenemos ahora esto a <strong>la</strong> vista. Con <strong>la</strong> esencial<br />

espacialidad y temporalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> mentamos horizontes vivenciales, un estaren<br />

comprensor en espacio y tiempo. El saber humano, no meramente el cuerpo humano,<br />

está <strong>de</strong>terminado y caracterizado en su estructura por esta estadía vivencial <strong>de</strong>l hombre<br />

en el espacio y en el tiempo. Nuestro saber necesita tiempo, tiempo para <strong>la</strong> adquisición,<br />

para el <strong>de</strong>spertar, para el conservar. Y en ello el tiempo no es un medio indiferente que<br />

sólo escin<strong>de</strong> nuestro saber, el tiempo es algo originariamente sabido en todo saber<br />

humano; es también lo abarcador para lo cognoscible – para el ente, el ente que es para<br />

el hombre. Bajo el concepto <strong>de</strong>l dios omnisciente no <strong>de</strong>bemos pensar conjuntamente un<br />

<strong>de</strong>curso temporal ni una orientación espacial, y tampoco una re<strong>la</strong>ción a un ente temporal<br />

en su temporalidad e intraespacialidad. El concepto es – en sentido estricto – un<br />

concepto límite <strong>de</strong>l cual no nos po<strong>de</strong>mos hacer una representación positiva.<br />

Y todavía otra <strong>de</strong>limitación: el animal superior, que nos es dado<br />

fenoménicamente, dispone <strong>de</strong> modo manifiesto <strong>de</strong> una capacidad representacional y <strong>de</strong><br />

una capacidad limitada <strong>de</strong> inteligencia práctica. Suponemos con razón que tiene<br />

conciencia y contenidos <strong>de</strong> conciencia: representaciones, percepciones, recuerdos,<br />

sensaciones, sentimientos <strong>de</strong> p<strong>la</strong>cer y disp<strong>la</strong>cer, impulsos instintivos, etc. Bajo el<br />

concepto vacío, formal, <strong>de</strong> <strong>la</strong> “conciencia” parece darse cierta comunidad entre hombre<br />

y animal. La diferencia parece ser gradual. Sin a<strong>de</strong>ntrarnos ahora en el gran problema<br />

ontológico <strong>de</strong> <strong>la</strong> diferencia entre hombre y animal, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir pues, que el animal no<br />

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