Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
cómo habría que pensar el presente en el cual, vivenciando, encontramos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro a<br />
<strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana. Lo que así parece “divagación metódica”, es en verdad una<br />
mirada a una estructura fundamental <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> [Existenz] humana: el<strong>la</strong> es, en<br />
tanto se comporta comprensivamente con respecto a sí misma. Su “ser” es en su<br />
fundamento distinto <strong>de</strong>l ser <strong>de</strong> todo otro ente <strong>de</strong>bido a que existe siempre en<br />
autointerpretaciones. La <strong>existencia</strong> humana vive <strong>de</strong> tal modo que se “interpreta”. La<br />
interpretación está siempre en sí misma necesariamente re<strong>la</strong>cionada con el carácter <strong>de</strong> lo<br />
enigmático, <strong>la</strong>beríntico; <strong>la</strong> interpretación es manifiestamente necesaria allí don<strong>de</strong> no hay<br />
una transparencia completa, una c<strong>la</strong>ridad plena, un esc<strong>la</strong>recimiento <strong>de</strong>finitivo. Por<br />
ejemplo, se intenta una interpretación como <strong>de</strong>sciframiento y exégesis <strong>de</strong> monumentos<br />
escritos, <strong>de</strong> culturas sumergidas, en los textos <strong>de</strong> otras épocas, en <strong>la</strong>s oscuras pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong><br />
sabiduría <strong>de</strong> sibi<strong>la</strong>s y profetas, en <strong>la</strong> lengua <strong>de</strong> los posesos, <strong>de</strong> los poetas, <strong>de</strong> los artistas<br />
en general. El compren<strong>de</strong>r penetra el espacio <strong>de</strong> una oscuridad, trae “luz al asunto”,<br />
pero con ello no tacha <strong>de</strong>l todo lo enigmático, no lo disuelve en l<strong>la</strong>na y tril<strong>la</strong>da<br />
comprensibilidad. Más bien, el compren<strong>de</strong>r que domina aquí es un saber acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
insolubilidad última <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> interpretación; él mismo conserva sus posibilida<strong>de</strong>s<br />
genuinas cuanto más abiertamente se confiesa su limitación fundamental. Mas, por otra<br />
parte, una tal confesión no es una línea <strong>de</strong> <strong>de</strong>marcación trazada limpiamente entre lo<br />
cognoscible y lo incognocible. No tenemos un trato originario con el secreto ahí cuando<br />
preten<strong>de</strong>mos po<strong>de</strong>r establecer y <strong>de</strong>limitar su contorno frente a <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> lo<br />
<strong>de</strong>scubierto y <strong>de</strong>ve<strong>la</strong>do, po<strong>de</strong>r abarcar a priori, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cualquier ata<strong>la</strong>ya “crítica”, <strong>la</strong><br />
amplitud <strong>de</strong> <strong>la</strong> facultad humana <strong>de</strong> conocimiento. Entonces, por <strong>de</strong>cirlo así, separamos<br />
con un montaje pensante artificial y soberbio, lo que se compenetra en <strong>la</strong> realidad vital<br />
<strong>de</strong>l saber y el conocer, lo que está irremediablemente enmarañado y <strong>de</strong>sperdiciado. El<br />
secreto configura el espacio <strong>de</strong>l compren<strong>de</strong>r, no su límite <strong>de</strong> más allá. El compren<strong>de</strong>r<br />
humano se sostiene en el misterio sin po<strong>de</strong>r agotarlo. Y así como <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> es<br />
familiar a sí misma y está abierta para sí misma, así también se oculta a sí misma<br />
enigmática, inhospita<strong>la</strong>ria y abisalmente. Debemos “interpretar” siempre <strong>de</strong> nuevo <strong>la</strong><br />
escritura originaria <strong>de</strong> <strong>la</strong>s condiciones <strong>existencia</strong>les humanas. El oráculo délfico<br />
“conócete a ti mismo” no es el mandato al hombre <strong>de</strong> intentar y llevar a cabo un<br />
conocimiento completo, que se agote objetivamente, <strong>de</strong>l hombre como un vestigio<br />
natural, no es una tarea que <strong>de</strong>biera o pudiera en absoluto realizarse en el curso <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
historia, ni siquiera fatigosamente, paso a paso; el oráculo apunta a otra dimensión que<br />
aquel<strong>la</strong> don<strong>de</strong> el saber objetivo <strong>de</strong> estados <strong>de</strong> cosas está en lo suyo. El oráculo es ante<br />
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