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Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel

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Eugen Fink<br />

Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />

en examen <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte en <strong>la</strong> filosofía. Filosofar es el morir respecto <strong>de</strong>l mundo<br />

sensible, el aflojar el cuerpo-ca<strong>de</strong>na, <strong>la</strong> <strong>de</strong>sensibilización llevada al extremo. Y, por otra<br />

parte, <strong>de</strong> modo distinto hab<strong>la</strong> el pensar antiguo <strong>de</strong> una batal<strong>la</strong> titánica sobre el ser, <strong>de</strong><br />

una gigantomachia peri ousias. Y también <strong>la</strong> representación <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong>l concepto,<br />

<strong>de</strong>l juego <strong>de</strong> los pensamientos, se presenta siempre <strong>de</strong> nuevo próxima. El pensar <strong>de</strong>l ser,<br />

en tanto y en cuanto es humano, <strong>de</strong>semboca como por sí mismo en el ámbito <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> los cinco fenómenos <strong>fundamentales</strong>. El pensar no se contenta con un entendimiento<br />

consigo mismo que exclusivamente es extraído <strong>de</strong>l comportamiento intelectual, se<br />

mueve en el horizonte <strong>de</strong> una verdad antropológica que sobrepasa el concepto formal <strong>de</strong><br />

razón y <strong>de</strong> lenguaje.<br />

Ahora bien, sería una explicación <strong>de</strong>masiado banal, si aquí sólo quisiera hab<strong>la</strong>rse<br />

<strong>de</strong> metáforas lingüísticas – <strong>de</strong> “símiles”, que bien podrían ser reemp<strong>la</strong>zados por otros.<br />

El compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l ser está en el hombre co<strong>de</strong>terminado por el ser <strong>de</strong>l que compren<strong>de</strong>.<br />

Pero el estado <strong>de</strong> cosas no es tal que aprehendamos primero nuestro propio ser y luego,<br />

según sus parámetros, el ser <strong>de</strong> <strong>la</strong>s otras cosas. Aquí persisten <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones recíprocas<br />

difícilmente elucidables <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cuales hab<strong>la</strong>mos al comienzo. El “antropomorfismo” no<br />

es, pues, una estructura fácilmente perceptible. Es concebido <strong>de</strong> modo <strong>de</strong>masiado<br />

anodino cuando se lo ve como una “humanización” ingenua <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas circundantes.<br />

No nos conocemos primeramente a nosotros mismos, estando luego ante un ente<br />

extraño y completamente incomprensible, haciéndolo comprensible en tanto lo<br />

<strong>de</strong>terminamos en analogía con nuestro propio ser. No nos tenemos a nosotros antes que<br />

a <strong>la</strong>s cosas circundantes, no nos conocemos mejor que a el<strong>la</strong>s. De muchas maneras, esto<br />

es más bien a <strong>la</strong> inversa. El mayor peligro consiste en un extrañamiento <strong>de</strong> nuestro<br />

propio ser en tanto y hasta tanto lo interpretamos <strong>de</strong> acuerdo al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> cosas<br />

naturales materiales disponibles o <strong>de</strong> acuerdo al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>l ser vegetal y animal.<br />

Incluso es, pues, cuestionable si el hombre posee una estructura <strong>de</strong> <strong>la</strong> substancialidad,<br />

si es una cosa intramundana comparable con otras cosas <strong>de</strong>l mundo.<br />

La comprensión <strong>de</strong>l ser, en <strong>la</strong> cual nos movemos y que aconceptualmente<br />

antece<strong>de</strong> a toda fijación y e<strong>la</strong>boración conceptual, se mantiene inquieta por dos<br />

principios opuestos, que se han formu<strong>la</strong>do ya en <strong>la</strong> antigüedad en <strong>la</strong>s tesis: “lo<br />

semejante es conocido por los semejante” y “lo semejante es conocido por lo<br />

<strong>de</strong>semejante”. Ambos principios no se presentan quietamente uno al <strong>la</strong>do <strong>de</strong>l otro,<br />

combaten entre sí y hacen patente <strong>la</strong> inquietud dialéctica <strong>de</strong> <strong>la</strong> comprensión <strong>de</strong>l ser<br />

humano. El hombre – o mejor, <strong>la</strong> realidad co-<strong>existencia</strong>l <strong>de</strong>l hombre: el género humano<br />

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