Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel

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23.01.2015 Views

Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ alimentos y de víveres para todos los otros ámbitos, el equipamiento de instrumentos y máquinas, la técnica en su violento poder y efectividad de transformar de modo cada vez más fuerte el paisaje vital. Sobre el dominio descansan los sistemas estatales, los estamentos y rangos sociales, las formas de opresión y revoluciones, la guerra política hacia dentro y hacia fuera y el embrollo múltiple de honores y dignidades. El amor es la presuposición inherente al ser de todos los seres humanos, la gran ilusión de todos los corazones, la pasión más fuerte y la más elevada transfiguración, la más extrema profundidad de alegría y pena al mismo tiempo. Sobre el juego descansan los múltiples fenómenos de la fiesta, el mito, el teatro, en general, ciertos rasgos del arte y la religión, también las formas de esparcimiento, la organización del tiempo libre, las grandes válvulas de escape de las sobreabundantes energías vitales, el poder mágico de la belleza, el adorno y la decoración, la conciencia del cuerpo, la gimnasia de todo tipo. Pero no es de modo tal que cada fenómeno fundamental posea una multiplicidad de fenómenos vitales fundados en él, más bien se traban y penetran recíprocamente los orígenes y las consecuencias. Así, por ejemplo, el patriarcado es un orden determinado del mundo del amor y, al mismo tiempo, una forma de dominio. La dominancia del hombre en su rol sexual se manifiesta en las instituciones políticas del derecho señorial a la propiedad, del matrimonio y potestad sobre los hijos. Todas estas relaciones cambian de raíz en un matriarcado donde se piensa y decide de otra manera sobre la tensión de género y poder. Una aclaración de todas las relaciones entre los cinco fenómenos fundamentales y los fenómenos secundarios que se fundan en ellos sería la tarea de una fenomenología de la humana existencia [Existenz] más amplia – una tarea que sigue siendo un desideratum. En contra de la concepción antropológica representada por nosotros en el curso de esta lección se podría objetar que ella proclamaría exclusivamente como fenómenos fundamentales existenciales estructuras sociales, modos de comportamiento social de los hombres, les asignaría a ellos un rasgo superior y olvidaría la individualidad del individuo. El ser-uno-con-otro, la co-existencia humana constituye la base implícita de la interpretación existencial. La objeción toca algo certero. Sólo que esto, a mi parecer, no mienta una limitación del contenido verdadero, al resultar la autocomprensión de la humanidad desde le horizonte de la intersubjetividad y de la comunidad. La existencia no es, pues, primero “solitaria” y luego, de un modo adicional, además comunitaria. La comunidad precede a la singularidad. La “soledad” tiene ya en sí el momento de la delimitación desde la comunidad. Los fenómenos fundamentales son principios 268

Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ estructurales de la comunidad, son campos vitales de la co-existencia [Existenz] en el culto de los muertos, en el cambio de las necesidades vitales, en la distribución del poder, en la reciprocidad de los géneros y en la comunidad lúdica de la colectividad lúdica. El hombre está de suyo en un espacio de relaciones interhumanas, ellas constituyen precisamente la humanidad como tal. Este punto de partida social ha sido a propósito y deliberadamente adoptado para la pregunta antropológica. Significa una abstracción inadmisible hablar “del” hombre y presuponer con ello el modelo de la existencia [Existenz] individual. “El” ser humano no es un neutro asexuado que ni nace ni ha sido procreado, ni está consagrado a la muerte, no es un sujeto sin trabajo, fuera de aquel estado político de lucha, apartado del juego, tampoco es “conciencia pura” ni en el sentido de Descartes como “res cogitans” ni como “corriente vivencial” en el sentido de Husserl y aún más problemáticos son los puntos de partida en un alma individual presupuesta, en una voluntad inteligente aislada y similares. Porque a todo ello se llega, pues, por medio de una reducción. Cada individuo está traspuesto en un mundo común en el cual no solamente se presenta junto con otros entes, con materia, plantas, animales y congéneres, [sino que] cada individuo sólo puede encontrarse a partir de un horizonte intersubjetivo precedente. La socialidad de la existencia no es una consecuencia de la existencia [Existenz] individual, ella es condición de posibilidad de que los individuos se puedan retrotraer a sí. Ella no es entonces construida ulteriormente a partir de cualesquiera relaciones que los individuos asumen entre sí, esto es, a la que llegan a través de circunstancias casuales. Muerte, trabajo, dominio, amor y juego son de hecho estructuras sociales, pero como tales [son] los fenómenos más originarios del humano ser. El problema de la intersubjetividad no puede en absoluto ser suficientemente planteado desde el ego individual. Aunque es una pregunta legítima cómo en cada caso un individuo se puede asegurar el presentarse fáctico de otros congéneres y qué procesos y modos vivenciales funcionan en ellos. El análisis del tipo de experiencia del congénere, cuando se trata, en el caso singular, del contacto fáctico de varios sujetos humanos vivos, no es la evidencia del horizonte co-existencial que ya está siempre presupuesto. La diferencia de lo numéricamente múltiple y de numéricamente uno no es, en absoluto, la diferencia entre co-existencia [Existenz]y existencia [Existenz] individual. Esto es mal entendido de muchas formas; se opina que lo numéricamente uno debería abrir el juego contra la masa, anteponer la persona a la sociedad. Pero la pregunta es si el hombre individual es conocido en tanto predeterminado por la estructura co-existencial, tal como se atestigua 269

Eugen Fink<br />

Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />

estructurales <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad, son campos vitales <strong>de</strong> <strong>la</strong> co-<strong>existencia</strong> [Existenz] en el<br />

culto <strong>de</strong> los muertos, en el cambio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s vitales, en <strong>la</strong> distribución <strong>de</strong>l<br />

po<strong>de</strong>r, en <strong>la</strong> reciprocidad <strong>de</strong> los géneros y en <strong>la</strong> comunidad lúdica <strong>de</strong> <strong>la</strong> colectividad<br />

lúdica. El hombre está <strong>de</strong> suyo en un espacio <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones interhumanas, el<strong>la</strong>s<br />

constituyen precisamente <strong>la</strong> humanidad como tal. Este punto <strong>de</strong> partida social ha sido a<br />

propósito y <strong>de</strong>liberadamente adoptado para <strong>la</strong> pregunta antropológica. Significa una<br />

abstracción inadmisible hab<strong>la</strong>r “<strong>de</strong>l” hombre y presuponer con ello el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

<strong>existencia</strong> [Existenz] individual. “El” ser humano no es un neutro asexuado que ni nace<br />

ni ha sido procreado, ni está consagrado a <strong>la</strong> muerte, no es un sujeto sin trabajo, fuera <strong>de</strong><br />

aquel estado político <strong>de</strong> lucha, apartado <strong>de</strong>l juego, tampoco es “conciencia pura” ni en el<br />

sentido <strong>de</strong> Descartes como “res cogitans” ni como “corriente vivencial” en el sentido <strong>de</strong><br />

Husserl y aún más problemáticos son los puntos <strong>de</strong> partida en un alma individual<br />

presupuesta, en una voluntad inteligente ais<strong>la</strong>da y simi<strong>la</strong>res. Porque a todo ello se llega,<br />

pues, por medio <strong>de</strong> una reducción. Cada individuo está traspuesto en un mundo común<br />

en el cual no so<strong>la</strong>mente se presenta junto con otros entes, con materia, p<strong>la</strong>ntas, animales<br />

y congéneres, [sino que] cada individuo sólo pue<strong>de</strong> encontrarse a partir <strong>de</strong> un horizonte<br />

intersubjetivo prece<strong>de</strong>nte.<br />

La socialidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> no es una consecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> [Existenz]<br />

individual, el<strong>la</strong> es condición <strong>de</strong> posibilidad <strong>de</strong> que los individuos se puedan retrotraer a<br />

sí. El<strong>la</strong> no es entonces construida ulteriormente a partir <strong>de</strong> cualesquiera re<strong>la</strong>ciones que<br />

los individuos asumen entre sí, esto es, a <strong>la</strong> que llegan a través <strong>de</strong> circunstancias<br />

casuales. Muerte, trabajo, dominio, amor y juego son <strong>de</strong> hecho estructuras sociales, pero<br />

como tales [son] los fenómenos más originarios <strong>de</strong>l humano ser. El problema <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

intersubjetividad no pue<strong>de</strong> en absoluto ser suficientemente p<strong>la</strong>nteado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ego<br />

individual. Aunque es una pregunta legítima cómo en cada caso un individuo se pue<strong>de</strong><br />

asegurar el presentarse fáctico <strong>de</strong> otros congéneres y qué procesos y modos vivenciales<br />

funcionan en ellos. El análisis <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> experiencia <strong>de</strong>l congénere, cuando se trata, en<br />

el caso singu<strong>la</strong>r, <strong>de</strong>l contacto fáctico <strong>de</strong> varios sujetos humanos vivos, no es <strong>la</strong> evi<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l horizonte co-<strong>existencia</strong>l que ya está siempre presupuesto. La diferencia <strong>de</strong> lo<br />

numéricamente múltiple y <strong>de</strong> numéricamente uno no es, en absoluto, <strong>la</strong> diferencia entre<br />

co-<strong>existencia</strong> [Existenz]y <strong>existencia</strong> [Existenz] individual. Esto es mal entendido <strong>de</strong><br />

muchas formas; se opina que lo numéricamente uno <strong>de</strong>bería abrir el juego contra <strong>la</strong><br />

masa, anteponer <strong>la</strong> persona a <strong>la</strong> sociedad. Pero <strong>la</strong> pregunta es si el hombre individual es<br />

conocido en tanto pre<strong>de</strong>terminado por <strong>la</strong> estructura co-<strong>existencia</strong>l, tal como se atestigua<br />

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