Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ Por el contrario, un pueblo, una estirpe, una tribu, no son creados en un sentido análogo, no son producidos por la libertad humana. Ello ofrece más bien los sustratos naturales en los cuales la libertad ejecuta su obra. Un pueblo, una tribu, no pueden ser “hechos”, son silvestres. Pero el Estado, en el cual se constituye el pueblo, se da una forma consciente y voluntaria, es un producto de la libertad. En las comunidades silvestres, la comunidad como tal precede ontológicamente a los individuos – en las alianzas voluntarias, los individuos preceden a la comunidad. Esta duplicación en la construcción de la comunidad humana torna ya difícil la pregunta por el recto punto de arranque de una filosofía social. En nuestro caso particular, con ello parece especialmente agravada la interpretación de la comunidad amorosa, que hemos descrito como la forma primitiva, originaria de la socialidad humana en general. Mas, por lo pronto, se puede señalar, por una parte, que todas las comunidades silvestres fundadas en la identidad mística de la sangre, como tribu y pueblo, surgen precisamente del Eros – que son comunidades hereditarias, complejos vitales generativos. La unidad sanguínea es siempre la cadena generacional de los ancestros y descendientes. Es una pregunta ociosa la de qué hubo al comienzo, si el apareamiento o la descendencia. Descendencia la hay sólo por apareamiento – y apareados los hay sólo por descendencia. Es igual que con el famoso acertijo, qué fue primero: la gallina o el huevo. Apareamiento y descendencia están en un ciclo unitario. Eros está en relación fundacional con las formas comunitarias silvestres. Desde la unión de los amantes surge la cadena generacional de los hijos y los hijos de los hijos, del siempre renovado rejuvenecimiento y reiteración de la vida humana. Pero además es una cuestión abierta la de si el lazo amoroso de hombre y mujer presenta en general primeramente un lazo voluntario – si puede ser concebido como caso especial de socialidad libre y voluntaria, como una acción libre de dos individuos. ¿Ambos seres humanos que se unen son en sentido estricto “individuos” ¿Es el ser-hombre en el hombre y el ser-mujer en la mujer una determinación individual de humanos singulares, semejante a predicados como “grande”, “bello”, “inteligente” Cada individuo humano tiene una serie de predicados que le convienen sólo a él en esta determinación especial; no obstante, debemos formular todos los predicados en general; pero sabemos que a este humano tales predicados le convienen sólo en una constelación determinada, única. La libertad no es en cada hombre la “misma”, cada uno existe en su modo único, en su libertad propia. Pero un ser humano, en tanto es un hombre o una mujer, tiene con ello en sí un tipo universal, un ser universal. En todo caso, él puede tomar explícitamente 210
Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ posición en su libertad respecto de este momento natural del ser humano, reconocerlo, asumirlo o decidirse en su contra – ascesis y castidad. Pero el ser-hombre o ser-mujer no es nunca un rasgo característico meramente anejo, externo. La existencia [Existenz] humana es co-originariamente libertad y género sexual, mismidad y existir pánico. Y además habría que preguntarse si un lazo voluntario sería constitutivo para la comunidad erótica. Los amantes se deciden uno por otro, se adelantan deliberadamente a su pleno futuro vital y construyen en la autodeterminación y autovinculación de su libertad una forma sólida de la comunidad vital que se presenta institucionalmente como “matrimonio”. La actuación deliberada de la relación amorosa puede ser un producto de la libertad – pero nunca puede la libertad construir y provocar la relación amorosa. Libertad es autodisposición de la existencia sobre sí misma, es el supremo acto de sersí-mismo. Ser-sí-mismo es estar-junto-a-sí. Pero los amantes están arrancados más allá de sí por la violencia de Eros, que los asalta, están “fuera de sí”, están en la embriaguez de la santa locura, de la manía, están daimónicamente sustraídos para sí mismos, no pueden disponer de sí en sobrio estado de alerta. Son cautivos que adoran sus cadenas. Si la comunidad amorosa es entendida como célula y figura originaria de todas las comunidades humanas, entonces no se le puede dirigir la pregunta alternativa, si precede lo universal o lo individual, si ella se asemeja más bien a la comunidad sanguínea o a la voluntaria. Eros contiene todos los momentos contrarios en extraño entrelazamiento: él se arroba en la profundidad vital pánica y, sin embargo, se sostiene en el individuo amado; éste llega a ser el representante simbólico de todo el otro género sexual; significa el apareamiento de seres singulares que precisamente en ello abandonan de modo momentáneo su singularidad, surgiendo de su intimidad otra vez nuevos seres singulares; Eros funda la comunidad sanguínea y es a la vez la relación más intima entre individuos. Esto se muestra más claramente en la figura de la comunidad amorosa institucionalmente consolidada, en la figura de la familia humana: ella es la comunidad erótica de hombre y mujer, comunidad sanguínea entre padres e hijos y alianza voluntaria como relación duradera jurídicamente sancionada. La institucionalización de fenómenos existenciales originarios es un tema amplio y difícil de investigaciones filosófico-sociales. Por lo general no vemos ya, en absoluto, los fenómenos pre-institucionales, porque una larga historia de costumbres humanas los ha cubierto a través de acuñaciones de sentido. Pero si debe preguntarse ontológicamente, de modo recursivo, por los fenómenos fundamentales de la existencia humana, vale también retrotraerse a las configuraciones de sentido de las instituciones, pero 211
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Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
posición en su libertad respecto <strong>de</strong> este momento natural <strong>de</strong>l ser humano, reconocerlo,<br />
asumirlo o <strong>de</strong>cidirse en su contra – ascesis y castidad. Pero el ser-hombre o ser-mujer<br />
no es nunca un rasgo característico meramente anejo, externo. La <strong>existencia</strong> [Existenz]<br />
humana es co-originariamente libertad y género sexual, mismidad y existir pánico. Y<br />
a<strong>de</strong>más habría que preguntarse si un <strong>la</strong>zo voluntario sería constitutivo para <strong>la</strong><br />
comunidad erótica. Los amantes se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n uno por otro, se a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntan <strong>de</strong>liberadamente<br />
a su pleno futuro vital y construyen en <strong>la</strong> auto<strong>de</strong>terminación y autovincu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> su<br />
libertad una forma sólida <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad vital que se presenta institucionalmente como<br />
“matrimonio”. La actuación <strong>de</strong>liberada <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción amorosa pue<strong>de</strong> ser un producto <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> libertad – pero nunca pue<strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad construir y provocar <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción amorosa.<br />
Libertad es autodisposición <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> sobre sí misma, es el supremo acto <strong>de</strong> sersí-mismo.<br />
Ser-sí-mismo es estar-junto-a-sí. Pero los amantes están arrancados más allá<br />
<strong>de</strong> sí por <strong>la</strong> violencia <strong>de</strong> Eros, que los asalta, están “fuera <strong>de</strong> sí”, están en <strong>la</strong> embriaguez<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> santa locura, <strong>de</strong> <strong>la</strong> manía, están daimónicamente sustraídos para sí mismos, no<br />
pue<strong>de</strong>n disponer <strong>de</strong> sí en sobrio estado <strong>de</strong> alerta. Son cautivos que adoran sus ca<strong>de</strong>nas.<br />
Si <strong>la</strong> comunidad amorosa es entendida como célu<strong>la</strong> y figura originaria <strong>de</strong> todas<br />
<strong>la</strong>s comunida<strong>de</strong>s humanas, entonces no se le pue<strong>de</strong> dirigir <strong>la</strong> pregunta alternativa, si<br />
prece<strong>de</strong> lo universal o lo individual, si el<strong>la</strong> se asemeja más bien a <strong>la</strong> comunidad<br />
sanguínea o a <strong>la</strong> voluntaria. Eros contiene todos los momentos contrarios en extraño<br />
entre<strong>la</strong>zamiento: él se arroba en <strong>la</strong> profundidad vital pánica y, sin embargo, se sostiene<br />
en el individuo amado; éste llega a ser el representante simbólico <strong>de</strong> todo el otro género<br />
sexual; significa el apareamiento <strong>de</strong> seres singu<strong>la</strong>res que precisamente en ello<br />
abandonan <strong>de</strong> modo momentáneo su singu<strong>la</strong>ridad, surgiendo <strong>de</strong> su intimidad otra vez<br />
nuevos seres singu<strong>la</strong>res; Eros funda <strong>la</strong> comunidad sanguínea y es a <strong>la</strong> vez <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción<br />
más intima entre individuos. Esto se muestra más c<strong>la</strong>ramente en <strong>la</strong> figura <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
comunidad amorosa institucionalmente consolidada, en <strong>la</strong> figura <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia humana:<br />
el<strong>la</strong> es <strong>la</strong> comunidad erótica <strong>de</strong> hombre y mujer, comunidad sanguínea entre padres e<br />
hijos y alianza voluntaria como re<strong>la</strong>ción dura<strong>de</strong>ra jurídicamente sancionada. La<br />
institucionalización <strong>de</strong> fenómenos <strong>existencia</strong>les originarios es un tema amplio y difícil<br />
<strong>de</strong> investigaciones filosófico-sociales. Por lo general no vemos ya, en absoluto, los<br />
fenómenos pre-institucionales, porque una <strong>la</strong>rga historia <strong>de</strong> costumbres humanas los ha<br />
cubierto a través <strong>de</strong> acuñaciones <strong>de</strong> sentido. Pero si <strong>de</strong>be preguntarse ontológicamente,<br />
<strong>de</strong> modo recursivo, por los fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana, vale<br />
también retrotraerse a <strong>la</strong>s configuraciones <strong>de</strong> sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s instituciones, pero<br />
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