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Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel

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Eugen Fink<br />

Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />

una apariencia; en tanto el pensar está inmerso en lo sensible, no ha salido todavía <strong>de</strong> él,<br />

se mal entien<strong>de</strong> a sí mismo, es para sí mismo extraño, se tiene por una capacidad<br />

distinta <strong>de</strong>l pensar, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l recibir perceptivo. Finalmente, para Hegel todo<br />

dominio y esc<strong>la</strong>vitud <strong>de</strong>l pensar se fundamenta en <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí, a saber, en <strong>la</strong><br />

autoextrañeza <strong>de</strong>l pensar.<br />

Pero ahí surge un notable problema paradójico. Dominio <strong>de</strong>l pensar quiere <strong>de</strong>cir<br />

entonces <strong>la</strong> razón que ha llegado a una autoconciencia genuina, razón que tiene <strong>la</strong><br />

conciencia, como lo expresa Hegel, “<strong>de</strong> ser toda <strong>la</strong> realidad” 27 ; para esta conciencia ya<br />

no hay nada extraño. Pero cuando el pensar ha contemp<strong>la</strong>do así todos los objetos antes<br />

extraños y se ha reencontrado a sí mismo y reconciliado en ello – ¿No ha hecho<br />

abstracción por ello también <strong>de</strong> lo dominable ¿No ha <strong>de</strong>struido y aniqui<strong>la</strong>do en <strong>la</strong><br />

efectuación <strong>de</strong> <strong>la</strong> instauración <strong>de</strong> <strong>la</strong> soberanía precisamente <strong>la</strong>s condiciones externas <strong>de</strong><br />

un ejercicio <strong>de</strong> soberanía ¿Hay pues todavía una resistencia para el dominar, en <strong>la</strong> cual<br />

prueba y mi<strong>de</strong> su fuerza ¿No pertenece a <strong>la</strong> esencia principal <strong>de</strong>l dominio <strong>la</strong> diferencia<br />

real <strong>de</strong> lo dominante y lo dominado, por lo tanto, <strong>la</strong> insuperable dualidad y disputa Y si<br />

ya no hay nada extraño externo sobre lo que se pueda ejercer dominio, entonces tiene<br />

que haber algo extraño interno, con lo que el autodominio <strong>de</strong>be ser posible. El mo<strong>de</strong>lo<br />

<strong>de</strong>l autodominio no es <strong>la</strong> auto<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> <strong>la</strong> razón con respecto a acciones<br />

racionales, sino el logro <strong>de</strong> un ser racional, mas afectado <strong>de</strong> sensibilidad, a través <strong>de</strong><br />

motivaciones racionales en contraposición a motivaciones instintivas. Pero si lo así<br />

l<strong>la</strong>mado sensible pier<strong>de</strong> su autosuficiencia y se convierte en una figura alienada <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

razón misma sólo aparentemente externa y todavía no comprendida, entonces ya no<br />

queda un substrato para el dominio. En sentido estricto, él sólo pue<strong>de</strong> ser ejercido en el<br />

camino <strong>de</strong> su erección (precisamente en <strong>la</strong> lucha <strong>de</strong>l concepto contra lo sensible); pero<br />

si se ha erigido, esto es, se ha captado especu<strong>la</strong>tivamente <strong>la</strong> mismidad <strong>de</strong> concepto y<br />

sensibilidad, se ha arrojado <strong>la</strong> apariencia <strong>de</strong> extrañeza – y entonces él no pue<strong>de</strong> ser más<br />

ejercido. Hegel se sustrae a esta consecuencia fatal en tanto engarza el análisis <strong>de</strong><br />

dominio y esc<strong>la</strong>vitud a <strong>la</strong> oposición <strong>de</strong> ambas figuras <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconciencia, vale <strong>de</strong>cir,<br />

se <strong>de</strong>tiene en una “estación” en el camino hacia sí mismo <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia <strong>de</strong>l espíritu. Y<br />

por ello para Hegel también se entre<strong>la</strong>za el problema <strong>de</strong>l dominio con el problema <strong>de</strong>l<br />

trabajo. Un pensar que ha llegado a una autoconciencia completa, absoluta, a <strong>la</strong> cual ya<br />

nada extraño se le opone en absoluto, no pue<strong>de</strong> ni “trabajar” ni “dominar”. Don<strong>de</strong> todo<br />

27 G.W.F. Hegel: Phänomenologie <strong>de</strong>s Geistes (Hoffmeister), Hamburg 1952, 171.<br />

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