Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ el objeto. Señor y esclavo no pueden ser traídos a una unión plana, con lo cual su diferencia llegara a desaparecer. Antes bien, el señor tiene que reconocerse en el esclavo y viceversa; el esclavo tiene que ser esclarecido como el ser-fuera-de-sí del señor y el señor como el esclavo que se ha liberado al puro ser-para-sí. En su reunión se tiene que conservar, en cierto sentido, su diferencia, pero siendo entendida como una identidad en la no-identidad. Esta unidad especulativa de señor y esclavo encuentra la conciencia cuando piensa en el curso que ha seguido de camino a la autoconciencia: primero el objeto o el ente fue para ella el objeto sensorial macizo, sólido, que se puede agarrar, ver u oír; él simplemente estaba ahí impenetrable en su facticidad; la conciencia tenía sólo que aceptarlo; pero el movimiento espiritual consistía, cada vez más, en atravesar la cáscara sensorial, en la que lo ente se le contraponía, y sobre todo desarrollar la espontaneidad en sí misma, transitar desde el mero intuir al hacer; el trabajo como anhelo contenido significa ya la supremacía del hacer, en todo caso, de un hacer sensorial, ante un intuir sensorial; pero todavía el objeto es lo extraño, en el cual el hacer se afana, se atrabaja. Recién cuando en la cosa misma se ha encontrado el concepto, cuando el concepto es comprendido no como mi agregado subjetivo, sino como la esencia interna de la cosa misma, la conciencia se ha convertido en pensar. El pensar no lo determina Hegel, como lo hacemos ingenuamente en la cotidianidad, en tanto un representar conceptual de cosas, que en sí mismas son objetos sensoriales; el pensar es para él la relación con lo ente objetivo que encontramos, relación que atraviesa la cáscara sensorial y captura la esencia de la cosa misma como concepto puro. “Comportarse con respecto la esencia objetiva, de tal modo que tiene la significación del ser-para-sí de la conciencia, para la cual ella es, quiere decir pensar.” O: “para el pensar no se mueve el objeto en representaciones o figuras, sino en conceptos.” 25 Si la conciencia aceptante (= el esclavo), limitada por la autosuficiencia del objeto, se ha convertido en conciencia pensante, entonces se desploma para ella la extrañeza del objeto: el concepto en la cosa y el concepto en el entendimiento pensante son “lo mismo”. El pensar así entendido trae al esclavo la libertad; él no está más encadenado a otro que es distinto de él. Este grado de libertad lo ve Hegel realizado en el estoicismo. Pero en la libertad estoica, en la cual la contraposición señor y esclavo se presenta ahora como inesencial, no se ha realizado todavía la producción de una única autoconciencia, que realmente disuelve las figuras una en otra. Esto intenta el 25 G.W.F. Hegel : Phänomenologie des Geistes (Hoffmeister), Hamburg 1952, 151. (Fenomenología del Espíritu, ed.cit. P.122) 172
Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ escepticismo – practica la libertad de pensamiento, que en la Stoa era por de pronto “postura”. Hegel no entiende bajo estoicismo y escepticismo posiciones pasadas, sino posiciones siempre posibles en el pensar filosófico. El pensar se presenta en el escepticismo como el hacer negativo que libera al hombre de toda confianza inmediata del ser respecto a las cosas – y que lo coloca en la libertad vacía. En el recorrido a través de la filosofía estoica y escéptica, la autoconciencia hace la amarga experiencia de que si bien es una, es una autoconciencia en sí desgarrada, escindida. A esto llama Hegel la “conciencia infeliz”. Aquí aprehende Hegel rasgos de la finitud de la existencia humana; dice: “la conciencia de la vida, de su existencia y hacer, es sólo el dolor de esta existencia y hacer, porque tiene en ello sólo la conciencia de su contrario como de la esencia y de la propia nihilidad.” 26 La infelicidad de la “conciencia infeliz” no es casual, es la infelicidad esencial del hombre. Es la melancolía de la existencia, la Estigia negra como la noche, en cuyas orillas no solamente habitan los poetizantes y los pensantes, sino también todos nosotros, nosotros hombres comunes. Es de una gran significación que los pensamientos especulativos de Hegel sobre dominio y esclavitud hayan profundamente reconocido y sacado a luz la conexión con el problema de la división del trabajo – pero su pensar sobre dominio y esclavitud se orienta en ello fundamentalmente de acuerdo al dominio o la esclavitud del pensar. Y es aquí el lugar donde se instala la crítica de Marx. 26 G.W.F. Hegel : Phänomenologie des Geistes (Hoffmeister), Hamburg 1952, 160. (Fenomenología del Espíritu, ed.cit. P.129) 173
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Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
el objeto. Señor y esc<strong>la</strong>vo no pue<strong>de</strong>n ser traídos a una unión p<strong>la</strong>na, con lo cual su<br />
diferencia llegara a <strong>de</strong>saparecer. Antes bien, el señor tiene que reconocerse en el<br />
esc<strong>la</strong>vo y viceversa; el esc<strong>la</strong>vo tiene que ser esc<strong>la</strong>recido como el ser-fuera-<strong>de</strong>-sí <strong>de</strong>l<br />
señor y el señor como el esc<strong>la</strong>vo que se ha liberado al puro ser-para-sí. En su reunión se<br />
tiene que conservar, en cierto sentido, su diferencia, pero siendo entendida como una<br />
i<strong>de</strong>ntidad en <strong>la</strong> no-i<strong>de</strong>ntidad. Esta unidad especu<strong>la</strong>tiva <strong>de</strong> señor y esc<strong>la</strong>vo encuentra <strong>la</strong><br />
conciencia cuando piensa en el curso que ha seguido <strong>de</strong> camino a <strong>la</strong> autoconciencia:<br />
primero el objeto o el ente fue para el<strong>la</strong> el objeto sensorial macizo, sólido, que se pue<strong>de</strong><br />
agarrar, ver u oír; él simplemente estaba ahí impenetrable en su facticidad; <strong>la</strong> conciencia<br />
tenía sólo que aceptarlo; pero el movimiento espiritual consistía, cada vez más, en<br />
atravesar <strong>la</strong> cáscara sensorial, en <strong>la</strong> que lo ente se le contraponía, y sobre todo<br />
<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r <strong>la</strong> espontaneidad en sí misma, transitar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mero intuir al hacer; el<br />
trabajo como anhelo contenido significa ya <strong>la</strong> supremacía <strong>de</strong>l hacer, en todo caso, <strong>de</strong> un<br />
hacer sensorial, ante un intuir sensorial; pero todavía el objeto es lo extraño, en el cual<br />
el hacer se afana, se atrabaja. Recién cuando en <strong>la</strong> cosa misma se ha encontrado el<br />
concepto, cuando el concepto es comprendido no como mi agregado subjetivo, sino<br />
como <strong>la</strong> esencia interna <strong>de</strong> <strong>la</strong> cosa misma, <strong>la</strong> conciencia se ha convertido en pensar. El<br />
pensar no lo <strong>de</strong>termina Hegel, como lo hacemos ingenuamente en <strong>la</strong> cotidianidad, en<br />
tanto un representar conceptual <strong>de</strong> cosas, que en sí mismas son objetos sensoriales; el<br />
pensar es para él <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con lo ente objetivo que encontramos, re<strong>la</strong>ción que<br />
atraviesa <strong>la</strong> cáscara sensorial y captura <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> cosa misma como concepto<br />
puro. “Comportarse con respecto <strong>la</strong> esencia objetiva, <strong>de</strong> tal modo que tiene <strong>la</strong><br />
significación <strong>de</strong>l ser-para-sí <strong>de</strong> <strong>la</strong> conciencia, para <strong>la</strong> cual el<strong>la</strong> es, quiere <strong>de</strong>cir pensar.”<br />
O: “para el pensar no se mueve el objeto en representaciones o figuras, sino en<br />
conceptos.” 25 Si <strong>la</strong> conciencia aceptante (= el esc<strong>la</strong>vo), limitada por <strong>la</strong> autosuficiencia<br />
<strong>de</strong>l objeto, se ha convertido en conciencia pensante, entonces se <strong>de</strong>sploma para el<strong>la</strong> <strong>la</strong><br />
extrañeza <strong>de</strong>l objeto: el concepto en <strong>la</strong> cosa y el concepto en el entendimiento pensante<br />
son “lo mismo”. El pensar así entendido trae al esc<strong>la</strong>vo <strong>la</strong> libertad; él no está más<br />
enca<strong>de</strong>nado a otro que es distinto <strong>de</strong> él. Este grado <strong>de</strong> libertad lo ve Hegel realizado en<br />
el estoicismo. Pero en <strong>la</strong> libertad estoica, en <strong>la</strong> cual <strong>la</strong> contraposición señor y esc<strong>la</strong>vo se<br />
presenta ahora como inesencial, no se ha realizado todavía <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> una única<br />
autoconciencia, que realmente disuelve <strong>la</strong>s figuras una en otra. Esto intenta el<br />
25 G.W.F. Hegel : Phänomenologie <strong>de</strong>s Geistes (Hoffmeister), Hamburg 1952, 151. (Fenomenología <strong>de</strong>l<br />
Espíritu, ed.cit. P.122)<br />
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