Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
extraviado en lo ente objetivo. Hegel opera con un doble concepto <strong>de</strong> autoconciencia.<br />
Una vez lo entien<strong>de</strong> tan sólo como el “formal saberse”, precisamente lo que<br />
habitualmente se quiere <strong>de</strong>cir con “autoconciencia” – el autoconocimiento interno <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
vida yoica que se vivencia a sí misma. Este “saber-se” <strong>de</strong>l yo es siempre <strong>de</strong> modo<br />
adjunto un saber <strong>de</strong> objetos. El concepto especu<strong>la</strong>tivo <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconciencia surge recién<br />
cuando el yo se reconoce en el objeto – o formu<strong>la</strong>do <strong>de</strong> otra manera, cuando pue<strong>de</strong><br />
borrar al objeto como una extrañeza que le está enfrente y recuperarse a sí mismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
lo extraño aniqui<strong>la</strong>do. La producción <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconciencia genuina es entonces<br />
necesariamente una negación <strong>de</strong> <strong>la</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l objeto extraño. Sólo pue<strong>de</strong><br />
acaecer como disputa. Hegel expone <strong>la</strong> disputa dialéctica entre el yo-conciencia y <strong>la</strong><br />
conciencia <strong>de</strong>l objeto como si fuera una disputa entre dos personas que preten<strong>de</strong>n<br />
afirmarse una contra otra; hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> una disputa <strong>de</strong> dos figuras, dos modos <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
conciencia; para una, el objeto es nada, está ya en sí misma – para <strong>la</strong> otra, el objeto es<br />
aquello más allá <strong>de</strong>l cual no se llega, quedando al mismo tiempo aferrada él y<br />
esforzándose en borrarlo. “La re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> ambas autoconciencias está entonces así<br />
<strong>de</strong>terminada, en que se pruebe a sí misma y entre sí, por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida y<br />
<strong>la</strong> muerte” 23 . Des<strong>de</strong> esta lucha se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n el<strong>la</strong>s en una disimilitud; una es <strong>la</strong><br />
autoconciencia in<strong>de</strong>pendiente, que es sólo para sí – <strong>la</strong> otra es <strong>la</strong> no in<strong>de</strong>pendiente, a <strong>la</strong><br />
cual lo verda<strong>de</strong>ro le es todavía externo, estando enca<strong>de</strong>nada al objeto.<br />
A una <strong>la</strong> l<strong>la</strong>ma Hegel el amo, a <strong>la</strong> otra el esc<strong>la</strong>vo. Para el amo el ser objetivo es<br />
sólo lo negativo, en lo que él ha hecho <strong>la</strong> experiencia dialéctica; pero, para el esc<strong>la</strong>vo, el<br />
mundo objetivo tiene todavía significación real, todavía está sumergido en él. Hegel<br />
comienza pues con <strong>la</strong> interpretación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dinámicas re<strong>la</strong>ciones contrarias <strong>de</strong> dominio y<br />
esc<strong>la</strong>vitud; esta re<strong>la</strong>ción no está “<strong>de</strong>tenida”, no es fija, se trastoca en sí misma.<br />
Hab<strong>la</strong>ndo metafóricamente: el amo es el po<strong>de</strong>r in<strong>de</strong>pendiente, que se afirma en <strong>la</strong><br />
negación <strong>de</strong> todo lo otro; en el negar alcanza su más puro ser-para-sí; pero en su negar<br />
no <strong>de</strong>saparece lo negado: ello está todavía ahí como algo constante para el esc<strong>la</strong>vo. El<br />
esc<strong>la</strong>vo es esc<strong>la</strong>vo <strong>de</strong>l amo. Su hacer es mediatamente el hacer <strong>de</strong>l amo, <strong>la</strong> libertad, en<br />
<strong>la</strong> cual el amo se encuentra, está posibilitada por el esc<strong>la</strong>vo. A través <strong>de</strong>l esc<strong>la</strong>vo el amo<br />
se re<strong>la</strong>ciona con aquello que propiamente ha negado. Hegel simboliza esto a través <strong>de</strong>l<br />
goce. Goce es aniqui<strong>la</strong>ción, eliminación <strong>de</strong> lo ente extraño. Esto es algo fácil para el<br />
amo porque es el esc<strong>la</strong>vo quien le ofrece los frutos <strong>de</strong> su trabajo para el goce. Porque <strong>la</strong><br />
23 G.W.F. Hegel: Fenomenología <strong>de</strong>l Espíritu (Hoffmeister), Hamburgo 1952, 144.<br />
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