Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
mismo tiempo expresión <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz social y <strong>la</strong> guerra social, <strong>de</strong> <strong>la</strong> asistencia interhumana<br />
y <strong>de</strong> usufructo parasitario. Los rasgos negativos en <strong>la</strong> imagen <strong>de</strong>l trabajo humano son<br />
tan esenciales como los positivos; se co-pertenecen. La mirada a su tensión dialéctica<br />
no necesita conducir, en todo caso, a nuestro “reconocimiento” <strong>de</strong> lo hostil; <strong>la</strong> toma <strong>de</strong><br />
posición moral respecto a ello queda abierta. Pero aquí se trata <strong>de</strong> una consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong><br />
los fenómenos <strong>fundamentales</strong> humanos “más allá <strong>de</strong>l bien y <strong>de</strong>l mal”. El compenetrarse<br />
recíproco <strong>de</strong> trabajo y dominio <strong>de</strong>termina en buena medida <strong>la</strong> comunidad humana en<br />
general; <strong>la</strong> humana sociedad es (si no exclusivamente) comunidad productiva y<br />
estructura <strong>de</strong> dominio.<br />
De un modo principal, grandioso, esto se ha constituido <strong>de</strong>tal<strong>la</strong>damente en tema<br />
– en Hegel y en Marx. Ciertamente, estos no son los únicos pensadores sociales que<br />
estaban abiertos a este problema – pero con ellos este pensamiento ha experimentado un<br />
tratamiento que precisamente no ha sobrepasado lo ambiguo-dialéctico <strong>de</strong> estos<br />
fenómenos. Si bien Marx, <strong>de</strong> un modo explícito, toma posición “contra” Hegel en <strong>la</strong><br />
formu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> este problema, permanece sin embargo referido a él. Intenta invertir<br />
nuevamente el “trastocamiento” <strong>de</strong> Hegel que puso todo <strong>de</strong> cabeza, a saber, en el<br />
concepto, queriendo retornar a una contemp<strong>la</strong>ción natural; pero lo “natural” no es para<br />
él <strong>la</strong> naturaleza en un sentido libre <strong>de</strong> lo humano, sino que es el hombre activo<br />
productor. La óptica <strong>de</strong> Marx es una pragmática <strong>de</strong>liberadamente buscada, que proviene<br />
<strong>de</strong> un <strong>de</strong>smante<strong>la</strong>miento <strong>de</strong> <strong>la</strong> metafísica i<strong>de</strong>alista. En Hegel encontramos un modo <strong>de</strong><br />
pensar especu<strong>la</strong>tivo. Hegel y Marx, por una parte, se comportan como dos extremos;<br />
por otra, persiste en ellos, a través <strong>de</strong> su diferencia, una coinci<strong>de</strong>ncia significativa <strong>de</strong> sus<br />
pensamientos <strong>fundamentales</strong> sobre <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong>l trabajo. Es pues notable que Hegel<br />
<strong>de</strong>sarrolle sus pensamientos especu<strong>la</strong>tivos más profundos sobre el “trabajo” en un<br />
contexto en el que no se tematiza como fenómeno fundamental antropológico; él lo<br />
trata, en tanto hace uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> metáfora que proviene <strong>de</strong>l mundo <strong>la</strong>boral y reflexiona<br />
también sobre los elementos <strong>de</strong> sus símiles. El gran contexto es <strong>la</strong> historia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
“autoconciencia”.<br />
El movimiento <strong>de</strong>l espíritu, que Hegel <strong>de</strong>spliega <strong>de</strong> modo pensante en su<br />
<strong>de</strong>curso en <strong>la</strong> obra “Fenomenología <strong>de</strong>l espíritu”, es un retorno: el espíritu sumergido<br />
en lo ente objetivo, enajenado <strong>de</strong> sí mismo, intenta volver a producir su autoconciencia;<br />
tiene que retraerse <strong>de</strong> <strong>la</strong> exteriorización; esto no pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un modo tal que<br />
permanezca en su ya conocida yoidad, sino únicamente <strong>de</strong> un modo tal que se<br />
reconozca en <strong>la</strong>s cosas, que precisamente se recuer<strong>de</strong> a sí mismo en tanto está<br />
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