Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
sus productos <strong>la</strong>borales, “ahorra” y llega así a <strong>la</strong> riqueza, o bien otro a través <strong>de</strong><br />
afortunadas herencias también lo hace. Cuando el rico no se disipa en el goce <strong>de</strong> su<br />
riqueza y no se retira <strong>de</strong>l trabajo, pero llega eso sí a <strong>de</strong>sligarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> actividad<br />
“corporal”, pasando al trabajo directriz “mandante”, “p<strong>la</strong>nificador”, organiza el trabajo<br />
como una estructura <strong>de</strong> dominio; encuentra a aquellos que, por el sa<strong>la</strong>rio re<strong>la</strong>tivo a sus<br />
ejecuciones <strong>la</strong>borales corporales, llevan a cabo sus indicaciones, que le prestan su<br />
fuerza, que se convierten en instrumentos, en herramientas <strong>de</strong> su voluntad <strong>la</strong>boral<br />
directriz. Cuando acontece voluntariamente una tal subordinación, por <strong>de</strong>cirlo así,<br />
significa así una re<strong>la</strong>ción contractual entre dos individuos libres, apenas pue<strong>de</strong> objetarse<br />
algo en contra. Se pue<strong>de</strong> quizás rec<strong>la</strong>mar contra <strong>la</strong> injusticia <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza, que dota a<br />
unos <strong>de</strong> mayor inteligencia que a otros, pero sin alterar nada. Los seres humanos no<br />
tienen todos <strong>la</strong> misma chance en <strong>la</strong> <strong>existencia</strong>. Hay que arreglárse<strong>la</strong>s con <strong>la</strong> injusticia <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> naturaleza. Pero no con <strong>la</strong> injusticia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sociales generadas por los<br />
hombres, no con <strong>la</strong> injusticia <strong>de</strong> <strong>la</strong>s instituciones, aunque, gracias a su dignidad, tienen<br />
un carácter casi sagrado. Si, a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura institucional <strong>de</strong> una agrupación<br />
social, acaso a través <strong>de</strong>l aseguramiento jurídico <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r económico acumu<strong>la</strong>do en<br />
pocas manos, a los trabajadores no les queda otra elección que ven<strong>de</strong>rse ellos mismos,<br />
ofreciendo su “fuerza <strong>de</strong> trabajo como mercancía”, sin tener <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> lograr para<br />
sí el necesario sustento vital con su trabajo libre y autónomo, entonces está dada una tal<br />
<strong>de</strong>gradación objetiva <strong>de</strong>l hombre libre a través <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ciones sociales objetivamente<br />
existentes, que se genera un estado revolucionario. El hombre se ha convertido en un<br />
esc<strong>la</strong>vo, aunque posea todavía el “<strong>de</strong>recho a voto <strong>de</strong>mocrático”. Esto no está dicho con<br />
una indignación moral entre líneas. La esc<strong>la</strong>vitud es el nivel más bajo en <strong>la</strong> gradiente <strong>de</strong>l<br />
po<strong>de</strong>r. Sería tal vez pensable una humanidad que a partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> “voluntad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r”<br />
quisiera, a sabiendas, afirmar una tal “injusticia” – y que también le concediera al<br />
enemigo <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> levantarse contra eso, rebe<strong>la</strong>rse contra eso. Los romanos no<br />
con<strong>de</strong>naron moralmente el levantamiento <strong>de</strong> Espartaco, lo sofocaron con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
armas. La división <strong>de</strong>l trabajo, que no es tan sólo una división en diferentes funciones<br />
<strong>la</strong>borales, sino que <strong>de</strong>sgarra el sentido unitario <strong>de</strong>l trabajo, <strong>de</strong> tal modo que a unos sólo<br />
le queda el esfuerzo, a otros sólo el goce, significa pues <strong>la</strong> alienación más dura y más<br />
extrema que en absoluto es posible en el campo <strong>de</strong> este fenómeno fundamental humano.<br />
El trabajo se disgrega en dos extremos; <strong>la</strong> producción pier<strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con el producto;<br />
<strong>la</strong> unidad creadora, que hasta ahora comprendía y englobaba <strong>la</strong> humanización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
cosas y <strong>la</strong> cosificación <strong>de</strong>l hombre, se quiebra. El hombre se <strong>de</strong>scompone al mismo<br />
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