Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ obras de sus manos – y pone de este modo cada vez más lo humano entre él y la naturaleza originaria. Esta relación íntegramente tensionada de autoafirmación y autoextravío determina en amplia medida la dialéctica histórica interna del trabajo humano. Y finalmente en la obra del trabajo no van meramente juntos y sin fricción la producción y el uso. Por de pronto, se puede concebir y determinar simplemente la relación de sentido aquí dominante. En las formas primitivas, el uso de una cosa constituye su utilización para la satisfacción de una necesidad. Los víveres son utilizados en la ingesta, en el consumo. Los alimentos son los resultados laborales primeros y más nobles; ante todo tenemos que vivir, mantenernos en vida, para tener otras necesidades a partir de éstas. El hombre produce alimentos, porque los necesita para la elemental conservación de sí mismo. Pero ya las gratas, superficiales Delikatessen son un producto laboral, que no siempre fluye para el productor con el fin ser consumido; él puede, por ejemplo, renunciar a ello o intercambiarlo por productos laborales de otra índole. Por mor del trabajo productor de alimentos son realizados muchos trabajos de otra índole: la producción de utensilios laborales, herramientas y otros; se llega al intercambio en muchas formas. En cuanto a los alimentos el uso tiene el carácter de consumo; en cuanto al aditamento opíparo, el carácter de “goce”. La satisfacción de necesidades de lujo es siempre “goce”. Ahora bien, el goce no tiene siempre la forma de la aniquilación del objeto de goce; hay otros tipos de uso; el vestido hecho por el tejedor es “usado” en tanto se lo porta. Pero, respecto al uso, siempre le queda como propio un rasgo fundamental de desgaste y corrupción. La hechura de un producto laboral es, por decirlo así, su “generarse”; el uso desgastador, su “corromperse”. La pregunta que se plantea: ¿depende el uso de la producción o la producción del uso Ahora bien, es en todo caso una verdad de perogrullo que cosa alguna se puede usar antes que haya sido producida. Cada uso fáctico presupone la producción fáctica. Pero, ¿por qué se produce ¿Qué rige la producción En los productos laborales más simples, en los alimentos, es pues revelador que la carencia del hambre exige la producción laboral de alimentos. Porque estamos abiertos a esta carencia, al hambre futura, que todavía no necesita arder en nuestras entrañas, trabajamos; y de modo similar se da con otras necesidades elementales. La pregunta se vuelve más difícil en relación con los productos de lujo, que no están motivados por la necesidad. ¿Se anticipa aquí el don creativo de la invención al uso ¿Abre la producción recién nuevas necesidades de lujo – o la exigencia de lujo motiva nuevos caminos 158
Eugen Fink Fenómenos fundamentales de la existencia humana /extracto/ inventivos de la producción Esta pregunta es confusa y en ningún caso se deja decidir. De seguro tenemos aquí un múltiple cambio brusco, de modo que ya la exigencia de un estándar de vida lujorioso inspira la invención técnica, ya exigencias-de-vida surgen de felices ocurrencias inventivas. Pero esta pregunta recién alcanza un filo agudo cuando se conecta con el problema de la división del trabajo. Ya en las formas tempranas de la socialidad humana encontramos una división del trabajo – y en estrecha conexión con ello una estratificación de la comunidad. Ahora bien, en todo caso, no se puede caer en el error unilateral de querer derivar todas las articulaciones de la sociedad a partir de relaciones laborales. El trabajo es indiscutiblemente un significativo fenómeno fundamental de la existencia, pero ni el único ni el fundamental. La arquitectura social es formulable desde el fenómeno del trabajo y posee también, a partir de él, dramáticos impulsos históricos. Pero actúan también otros factores sociales en la construcción de la sociedad. La asociación social temprana está caracterizada por un determinado orden de relaciones eróticas, de poder y de trabajo; en cada caso una relación determinada de los géneros entre sí determina también el orden de poder y, asimismo, el orden laboral – y esto en una trama recíproca que es inusualmente difícil de desenredar y hacerla conceptualmente transparente. También los “estamentos” de la horda inicial no son solamente agrupaciones laborales; el sacerdote (a saber, el curandero) y el guerrero no se pueden entender así a partir del trabajo dividido, como la diferencia entre pastor y labrador, entre artesano y comerciante, y otros. Un primer motivo para la división del trabajo, que es comprensible de suyo a partir del trabajo, se encuentra en el hacer del artesano. El trabajo del campesino productor de provisiones vitales, con toda la multiplicidad de distintos rendimientos laborales, ha articulado una unidad total, aunque tal vez “patriarcal”, y, de acuerdo a las regiones, distinta en su relevancia (labranza, crianza de ganado, plantación de olivos, vinicultura, y otros); hay en esta unidad total orgánica también algo así como determinadas funciones, pero no se ha llegado a una autonomía desligada de las funciones. Contrario a ello, el trabajo artesanal contiene en sí mucho más fuertemente, desde el inicio, una tendencia a la especialización. No es un buen artesano el que puede “hacer” muchas cosas, un “maestro chasquilla”, que entiende de todas las habilidades un poco, sino aquel que puede hacer una cosa, pero ésta realmente bien. En la delimitación se muestra aquí el maestro. Pero el técnico artesanal puede sólo subsistir, si una forma fluida de tránsito lleva a los productos laborales de diversa especie al trueque – si cada uno recibe por sus rendimientos 159
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
obras <strong>de</strong> sus manos – y pone <strong>de</strong> este modo cada vez más lo humano entre él y <strong>la</strong><br />
naturaleza originaria. Esta re<strong>la</strong>ción íntegramente tensionada <strong>de</strong> autoafirmación y<br />
autoextravío <strong>de</strong>termina en amplia medida <strong>la</strong> dialéctica histórica interna <strong>de</strong>l trabajo<br />
humano.<br />
Y finalmente en <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>l trabajo no van meramente juntos y sin fricción <strong>la</strong><br />
producción y el uso. Por <strong>de</strong> pronto, se pue<strong>de</strong> concebir y <strong>de</strong>terminar simplemente <strong>la</strong><br />
re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> sentido aquí dominante. En <strong>la</strong>s formas primitivas, el uso <strong>de</strong> una cosa<br />
constituye su utilización para <strong>la</strong> satisfacción <strong>de</strong> una necesidad. Los víveres son<br />
utilizados en <strong>la</strong> ingesta, en el consumo. Los alimentos son los resultados <strong>la</strong>borales<br />
primeros y más nobles; ante todo tenemos que vivir, mantenernos en vida, para tener<br />
otras necesida<strong>de</strong>s a partir <strong>de</strong> éstas. El hombre produce alimentos, porque los necesita<br />
para <strong>la</strong> elemental conservación <strong>de</strong> sí mismo. Pero ya <strong>la</strong>s gratas, superficiales<br />
Delikatessen son un producto <strong>la</strong>boral, que no siempre fluye para el productor con el fin<br />
ser consumido; él pue<strong>de</strong>, por ejemplo, renunciar a ello o intercambiarlo por productos<br />
<strong>la</strong>borales <strong>de</strong> otra índole. Por mor <strong>de</strong>l trabajo productor <strong>de</strong> alimentos son realizados<br />
muchos trabajos <strong>de</strong> otra índole: <strong>la</strong> producción <strong>de</strong> utensilios <strong>la</strong>borales, herramientas y<br />
otros; se llega al intercambio en muchas formas. En cuanto a los alimentos el uso tiene<br />
el carácter <strong>de</strong> consumo; en cuanto al aditamento opíparo, el carácter <strong>de</strong> “goce”. La<br />
satisfacción <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lujo es siempre “goce”. Ahora bien, el goce no tiene<br />
siempre <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> aniqui<strong>la</strong>ción <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> goce; hay otros tipos <strong>de</strong> uso; el vestido<br />
hecho por el tejedor es “usado” en tanto se lo porta. Pero, respecto al uso, siempre le<br />
queda como propio un rasgo fundamental <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgaste y corrupción. La hechura <strong>de</strong> un<br />
producto <strong>la</strong>boral es, por <strong>de</strong>cirlo así, su “generarse”; el uso <strong>de</strong>sgastador, su<br />
“corromperse”. La pregunta que se p<strong>la</strong>ntea: ¿<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> el uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción o <strong>la</strong><br />
producción <strong>de</strong>l uso Ahora bien, es en todo caso una verdad <strong>de</strong> perogrullo que cosa<br />
alguna se pue<strong>de</strong> usar antes que haya sido producida. Cada uso fáctico presupone <strong>la</strong><br />
producción fáctica. Pero, ¿por qué se produce ¿Qué rige <strong>la</strong> producción En los<br />
productos <strong>la</strong>borales más simples, en los alimentos, es pues reve<strong>la</strong>dor que <strong>la</strong> carencia <strong>de</strong>l<br />
hambre exige <strong>la</strong> producción <strong>la</strong>boral <strong>de</strong> alimentos. Porque estamos abiertos a esta<br />
carencia, al hambre futura, que todavía no necesita ar<strong>de</strong>r en nuestras entrañas,<br />
trabajamos; y <strong>de</strong> modo simi<strong>la</strong>r se da con otras necesida<strong>de</strong>s elementales. La pregunta se<br />
vuelve más difícil en re<strong>la</strong>ción con los productos <strong>de</strong> lujo, que no están motivados por <strong>la</strong><br />
necesidad. ¿Se anticipa aquí el don creativo <strong>de</strong> <strong>la</strong> invención al uso ¿Abre <strong>la</strong> producción<br />
recién nuevas necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lujo – o <strong>la</strong> exigencia <strong>de</strong> lujo motiva nuevos caminos<br />
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