Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
agricultor – que representa en general un momento <strong>de</strong> todo trabajo humano; es más, <strong>de</strong><br />
modo oculto se presenta también en el trabajo artesanal. Doquiera que el trabajo es<br />
experimentado como un ir junto con <strong>la</strong> naturaleza, como un vibrar con sus fuerzas<br />
creadoras más fuertes, suprahumanas, como un ser-<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l actuar humano<br />
respecto <strong>de</strong>l favor o disfavor <strong>de</strong> potencias cósmicas, allí el hombre no afirma un<br />
limitado po<strong>de</strong>r propio contra <strong>la</strong> naturaleza – el trabajo no es primariamente enemistad<br />
con <strong>la</strong> tierra – él se convierte en el medio insigne <strong>de</strong> una armonía rítmica con el dominio<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> potencia natural. El trabajo se convierte en amistad con <strong>la</strong> naturaleza, en una<br />
paridad con su ofrecimiento donativo, se convierte en un co-trabajo con <strong>la</strong>s fuerzas<br />
fructíferas, productoras, procreadoras <strong>de</strong>l todo. El trabajo es <strong>la</strong> realización <strong>de</strong> una<br />
participación terrenal-activa <strong>de</strong>l hombre en <strong>la</strong> creación continua <strong>de</strong>l mundo.<br />
El trabajo humano indica así una notable faz doble, es ambiguo: es<br />
servidumbre y felicidad <strong>de</strong>l logro, es expresión <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r libre <strong>de</strong>l hombre enajenado<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza y es, al mismo tiempo, expresión <strong>de</strong> su profunda impotencia; es, al<br />
mismo tiempo, enemistad y amistad con <strong>la</strong> tierra, tiene a <strong>la</strong> vez una impronta<br />
<strong>de</strong>miúrgica y fitúrgica. Para <strong>la</strong> mirada obtusa, estos momentos-contrarios<br />
dialécticamente ligados se separan en oposiciones estables, acaso en <strong>la</strong> oposición <strong>de</strong>l<br />
trabajo rural y citadino, por un <strong>la</strong>do el trabajo <strong>la</strong>briego <strong>de</strong> <strong>la</strong> crianza <strong>de</strong> ganado y, por<br />
otro, el trabajo artesanal-industrial. Pero, en verdad, estos caracteres opuestos se<br />
compenetran en cada tipo <strong>de</strong> trabajo; ellos constituyen un campo <strong>de</strong> tensión <strong>de</strong><br />
intensidad vibrante: el martillo y <strong>la</strong> hoz se copertenecen.<br />
Y una contra-re<strong>la</strong>ción en <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>l trabajo humano, igualmente esencial y<br />
ambigua, es <strong>la</strong> contraposición ya aludida <strong>de</strong> producción y <strong>de</strong>sfiguración. El hombre<br />
manufacturero se convierte en origen <strong>de</strong> lo ente, <strong>de</strong> una especie completamente nueva:<br />
a partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad humana surgen cosas que no se presentan en <strong>la</strong> naturaleza; el<br />
hombre se convierte en arjé, en lugar originario, en fuente <strong>de</strong>l ser. Pero <strong>la</strong> libertad es<br />
semánticamente equivalente a <strong>la</strong> autoposición y autoafirmación humana. La mismidad<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong>, empero, quiere <strong>de</strong>cir siempre también una extrañeza frente a <strong>la</strong><br />
naturaleza: el trabajo, como un modo <strong>de</strong> <strong>la</strong> manifestación <strong>de</strong> <strong>la</strong> libertad, <strong>de</strong>scansa en el<br />
extrañamiento posibilitante <strong>de</strong>l hombre que se ha <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza cobijadora<br />
hasta tal extremo que, en su ponerse fuera <strong>de</strong>l cobijo, añora volver. El trabajo es<br />
siempre comunicación intencionada con el entorno: el hombre humaniza <strong>la</strong>s cosas – y<br />
se cosifica involuntariamente él mismo en ello. En el intento <strong>de</strong> borrar su<br />
extrañamiento, se enreda cada vez más en productos enajenados. Él se ro<strong>de</strong>a con <strong>la</strong>s<br />
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