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Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel

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Eugen Fink<br />

Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />

humano una resistencia, que no pue<strong>de</strong> ser nunca totalmente superada. El trabajo <strong>de</strong>l<br />

hombre siempre se agota en <strong>la</strong> tierra inagotable; permanece siempre como mera transformación,<br />

nunca pue<strong>de</strong> crear a partir <strong>de</strong> <strong>la</strong> nada. En el trabajo hay un momento<br />

negativo, negador. Él niega lo dado inmediatamente, el objeto natural intacto, no lo<br />

asume como es, le impone una forma, le imprime una figura externa; pero <strong>la</strong> negación<br />

siempre es precisamente sólo parcial; el trabajo no trae consigo una total negación <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

materia natural; él <strong>la</strong> niega sólo hasta el punto <strong>de</strong> tener en el<strong>la</strong> un sustrato positivo para<br />

su negación; él está al mismo tiempo tan referido a el<strong>la</strong>, que persigue anu<strong>la</strong>r<strong>la</strong>. La cosa<br />

natural – o más ampliamente: <strong>la</strong> tierra como lo salvaje – es vivenciada como resistencia<br />

opuesta, casi enemiga. El trabajo adquiere así el carácter <strong>de</strong> una hostilidad <strong>de</strong>l hombre<br />

con <strong>la</strong> tierra. Cada cosa artificial que el hombre hace es un testimonio orgulloso <strong>de</strong> su<br />

triunfo; él ha traído algo a <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> que <strong>la</strong> naturaleza no pudo traer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sí. Él, en<br />

cierto modo, <strong>la</strong> ha bur<strong>la</strong>do. En el orgullo <strong>de</strong> su libertad olvida que él mismo, junto con<br />

su libertad, quizás es sólo un ro<strong>de</strong>o <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza. En todo caso, también en sus más<br />

orgullosos triunfos no pue<strong>de</strong> el hombre nunca absolutamente vencer sobre <strong>la</strong> naturaleza:<br />

queda remitido a su resistencia y tan sólo en esta esfera re<strong>la</strong>cional tiene sus creadoras<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cambio y metamorfosis. Esto vale para cada tipo <strong>de</strong> trabajo humano.<br />

Porque el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> hostilidad, <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia y <strong>de</strong> <strong>la</strong> resistencia sorpren<strong>de</strong>n<br />

especialmente en el trabajo <strong>de</strong>l artesano, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>miurgos, lo l<strong>la</strong>mamos <strong>la</strong> impronta<br />

<strong>de</strong>miúrgica <strong>de</strong>l trabajo humano. El <strong>de</strong>miurgo se encuentra remitido a una materia<br />

natural que <strong>de</strong>forma violentamente, esto es, a una figura preproyectada que yace en su<br />

espíritu, no como ten<strong>de</strong>ncia en <strong>la</strong> cosa natural misma. La ma<strong>de</strong>ra carece <strong>de</strong>l impulso a<br />

convertirse en una mesa; el hierro no está en pos <strong>de</strong> convertirse en un hacha, un<br />

martillo, un arado; el animal no quiere en su carne convertirse en alimento humano, en<br />

su piel, cuero, zapatos, etc. La finalidad humana llega a ser impresa contra <strong>la</strong> finalidad<br />

natural <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas. El trabajo se realiza en una contratensión hostil contra el impulso<br />

inmanente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas naturales.<br />

Manifiestamente es <strong>de</strong> otro modo el asunto cuando el hombre – como por<br />

ejemplo en el <strong>la</strong>brantío – no se dirige tanto contra <strong>la</strong> naturaleza, sino más bien según<br />

el<strong>la</strong>, cuando intenta ir con <strong>la</strong>s fuerzas naturales y con <strong>la</strong>s ten<strong>de</strong>ncias naturales.<br />

Ciertamente, <strong>la</strong> pra<strong>de</strong>ra y el campo <strong>de</strong> <strong>la</strong>branza no son algo dado naturalmente; ya es lo<br />

salvaje explotado, es campo roturado; y también <strong>la</strong> crianza <strong>de</strong> ganado significa un<br />

trastorno <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza salvaje, una doma, una domesticación, una crianza p<strong>la</strong>nificada<br />

<strong>de</strong> animales. Pero el trabajo <strong>de</strong>l agricultor está inmerso en <strong>la</strong>s ten<strong>de</strong>ncias naturales, no<br />

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