Fenómenos fundamentales de la existencia ... - cristobal holzapfel
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Eugen Fink<br />
Fenómenos <strong>fundamentales</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>existencia</strong> humana /extracto/<br />
encuentra ya en el “manjar” humano, en el “licor” humano, se encuentra ya en el amor y<br />
se encuentra en el pueblo. Las necesida<strong>de</strong>s humanas <strong>fundamentales</strong> son <strong>de</strong> antemano<br />
más que <strong>la</strong>s menesterosida<strong>de</strong>s animales.<br />
El hombre está abierto a su carencia como tal. Si bien el animal <strong>de</strong> seguro<br />
también siente el hambre corrosiva y <strong>la</strong> sed ardiente y el apetito sexual, sin embargo no<br />
vive en una autorre<strong>la</strong>ción expresa y tampoco en una apertura que se diera<br />
conjuntamente con una tal autorre<strong>la</strong>ción para lo que su carencia se pueda volver. Pero el<br />
hombre entien<strong>de</strong> también lo no dado, lo pendiente, lo faltante como tal, porque no está<br />
atrapado en el momento, sino que se comporta con respecto al tiempo en cuanto tal.<br />
Porque él comprensivamente pue<strong>de</strong> transponerse a lo pasado y futuro, él es capaz <strong>de</strong><br />
apren<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> tener experiencias y <strong>de</strong> preocuparse <strong>de</strong> <strong>la</strong> previsión, pue<strong>de</strong> volverse astuto<br />
a partir <strong>de</strong> los perjuicios. El hombre ha aprendido a esquivar <strong>la</strong>s carencias que vuelven<br />
siempre una y otra vez, enfrentándo<strong>la</strong>s a través <strong>de</strong> <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nificación – en el tiempo<br />
pletórico pensar ya en el tiempo <strong>de</strong> carencia, recolectando abarrotes. Pero también los<br />
animales “recolectan” como se sabe; el hámster, <strong>la</strong> abeja. Pero este recolectar no suce<strong>de</strong><br />
en <strong>la</strong> apertura para <strong>la</strong> carencia futura, no suce<strong>de</strong> en el horizonte <strong>de</strong> una comprensión<br />
temporal, por ello no es previsión, p<strong>la</strong>nificación, ningún “trabajo” genuino. La<br />
naturaleza prevé para tales animales, les brinda un equipamiento complejo <strong>de</strong> esquemas<br />
instintivos, que funcionan “automáticamente” con los estímulos que se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nan.<br />
Los animales mismos están, por así <strong>de</strong>cir, cogidos por un tal acontecer que no viven <strong>de</strong><br />
una manera activa-comprensora. El hombre no se encuentra únicamente en carencias, él<br />
está abierto para el carácter <strong>de</strong> carencia <strong>de</strong> su <strong>existencia</strong>, está abierto para su<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y necesidad; él sabe <strong>de</strong> ello, y sabe también lo que <strong>la</strong> carencia se pue<strong>de</strong><br />
volver. Él tiene en el trabajo el instrumento mágico para sobreponerse a <strong>la</strong>s carencias y<br />
peligros. Ahora bien, sería metodológicamente un asunto cuestionable si se quisiera<br />
trazar un catálogo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s <strong>fundamentales</strong> humanas. De seguro que hay tales<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>fundamentales</strong> y carencias <strong>fundamentales</strong> – pero por <strong>de</strong> pronto no tenemos<br />
a <strong>la</strong> mano un parámetro seguro para distinguir necesida<strong>de</strong>s originarias y <strong>de</strong>rivadas. La<br />
trabazón <strong>de</strong> los fenómenos vitales es <strong>de</strong>masiado compleja como para que pudiéramos <strong>de</strong><br />
inmediato operar con un “esquema-constructivo” histórico. El hombre no está<br />
“primero” remitido a <strong>la</strong> superación <strong>de</strong> <strong>la</strong>s necesida<strong>de</strong>s vitales y luego, en segundo y<br />
tercer lugar, al aquietamiento <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s psíquicas o espirituales. Más bien se<br />
traban ya en <strong>la</strong> primitiva horda-original carencias y menesterosida<strong>de</strong>s vitales y<br />
espirituales. El mago, el curan<strong>de</strong>ro, con su arte mántico-mágico <strong>de</strong>terminan ya el<br />
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