Descarga - Colegio de Historia P9 - UNAM

El rubro administrativo se iniciaba con el tema educativo, que evidentemente está
mucho más desarrollado que en la versión anterior. Postulaba una cooperación entre las
autoridades federales, estatales y municipales para llevar la instrucción básica a todo el
pueblo, mejorar su calidad y amplitud, y para mejorar la remuneración del profesorado.
Atisbó, al parecer, la conveniencia de la autonomía universitaria, postulando: Artículo 13.
Emancipar la Universidad Nacional. Sin embargo, reflejaba los prejuicios anti-intelectuales de
muchos delegados de la Convención, pidiendo que se diera prioridad a la instrucción
técnica o científica por sobre las “profesiones liberales”. En este mismo apartado se
colocaron los postulados de reforma del sistema judicial.
En la lucha contra los monopolios, se agregaba una prevención contra las cúpulas
financieras, acordando:
Artículo 18. Reformar la legislación sobre sociedades anónimas, para impedir los
abusos de las juntas directivas y proteger los derechos de las minorías de accionistas.
Es decir, el Programa no es anticapitalista: antes bien, daba por supuesta la
subsistencia y desarrollo de las relaciones socioeconómicas capitalistas, tratando de
darles un sentido nacionalista y justiciero.
También se agregaba un artículo, el 19, que sentaba los principios para el
desarrollo de las industrias minera y petrolera a fin de que beneficiara a la nación y los
trabajadores, aunque sin prever la eliminación del capital extranjero. Otro tanto se
establecía, en el artículo 20, para los ferrocarriles. Los artículos 21 y 22 daban autoridad
al gobierno federal para fijar limitaciones territoriales y financieras al capital extranjero en
México, pero, una vez más, no preveían su exclusión de rubros estratégicos como
transportes e industria petrolera. Los puntos 23 al 31 establecían una reforma fiscal que
contribuyera a combatir la desigualdad en el reparto de la riqueza.
En el aspecto político (artículos 32 al 38), se reiteraban los principios de
democracia parlamentaria, sufragio efectivo y municipio independiente ya enarbolados a
principios de 1915, agregando la exigencia de suprimir el Senado “institución aristocrática
y conservadora por excelencia”.
Los artículos transitorios se referían a las elecciones de gobernadores de los
estados, y estaban ya muy rebasados por la realidad militar, terreno en el que la
Convención había perdido cualquier papel que no fuese el de una resistencia focalizada.