Descarga - Colegio de Historia P9 - UNAM

Propuesta, discusión y contenido de las Reformas Político-Sociales
Un grupo de 6 delegados elaboró el “Proyecto de Programas de Reformas Político-
Sociales de la Revolución” 106 , presentándolo a su discusión el 18 de febrero de 1915 en
Cuernavaca. No tenía una estructura temática o doctrinaria definida 107 . Constaba de 25
artículos, cuyo contenido era: 1 y 2, reforma agraria inmediata; 3, fomento agrícola; 4,
educación técnica agrícola; 5, combate a los monopolios; 6, fomento minero; 7 al 12,
reforma política, bajo los principios de democracia parlamentaria, sufragio efectivo y
municipio independiente; el 13 y 14 reconocían a los obreros sus derechos de
sindicalización y huelga; el 15, supresión de las tiendas de raya; el 16 medidas
preventivas contra la miseria; el 17 amenazaba a los enemigos de la revolución con la
confiscación de sus bienes; el 18 una reorganización del erario; el 19 y 20 reformas
legales e institucionales del sistema judicial; el 21 la exigencia de un cobro pronto de los
salarios de los trabajadores; del 22 y 23 protección de la familia y los derechos de las
mujeres; el 24 promoción de la educación pública; y el 25 reforma y reducción del
ejército.
Las discusiones sobre el programa fueron largas y farragosas, tanto por la
dificultad intrínseca de los temas como por las maniobras e intrigas que entrampaban a
los delegados, y desde luego por las vicisitudes militares a que estaban sujetos. Según
parece, este litigio se simplificó a raíz de que Soto y Gama se separó de las sesiones para
cumplir otras funciones ordenadas por el Gral. Zapata.
El programa quedó listo el 27 de septiembre de 1915, pero sólo se conservó en un
limitado tiraje de 50 mecanuscritos. Los zapatistas que mantuvieron el membrete de la
Convención lo conservaron y lo publicaron casi siete meses más tarde, mutilando
106 El texto completo aparece como Anexo documental 3 de Luis Fernando Amaya, op. cit., p. 455-
458.
107 Lo que parece dar la razón a José C. Valadés cuando escribía:
No se hallan, a través de los debates [de la Convención], vocablos específicos capaces
de determinar las nuevas instituciones que, en medio de aquel concurso ilusivo que es
la asamblea convencionista, trazan los hombres. Y no los hay, porque así como no
habla precisamente de Socialismo, tampoco se le da nombre a la doctrina que parece
esplendor de la asamblea. Quizá la única palabra partidista que escuchan los
convencionistas es la palabra Anarquía.
José C. Valadés, op. cit., p. 402.