Descarga - Colegio de Historia P9 - UNAM

Pero llegó encontrando la ciudad limpiecita, porque habían lavado las calles,
pero las calles las lavaron porque había cientos de hombres muertos; yo era
un niño y me acuerdo que una hermana de mi madre llamada Margarita,
casada con un señor llamado Juan Aveleyra llegó a mi casa, pero en mi casa
estaba a una calle del paseo Bravo y todo el contorno del paseo Bravo estaba
lleno de cadáveres y de cadáveres destrozados materialmente por que
usaban balas expansivas y entonces una bala que tocaba el cuerpo lo hacía
pedazos y mi tía Margarita murió de un derrame de bilis a consecuencia de
esa impresión, no duró mi tía Margarita arriba de diez días. Y era sana, no
estaba enferma. Murió mi tía como murieron otros, otros parientes de la
impresión horrorosa que causaba ver aquello, nunca lo habíamos
presenciado.
Yo era un niño, pues veía aquellas cosas, no les daba importancia, pues como
te dije me asustaba pero no aquilataba el valor de todo aquello.
Recuerdo también que salimos huyendo de Puebla en 1913, porque ese
Joaquín Pita, perseguía siempre a mi papá. Mi padre estuvo tres veces en
cuadro para fusilarlo, milagrosamente se salvaba por intervención de alguien
que lo conocía y que lo quería ayudar.
Cuando llegamos a Puebla a poco de llegar fue aprehendido y lo metieron a
la cárcel que se llamaba de Belén….. Ahí estuvo mi padre en esa mazmorra,
no nos dejaban verlo. Yo fui varias veces con mi madre, con mis hermanos a
tratar de verlo en la prisión esa de la cárcel de Belén; nunca lo logramos, pero