Descarga - Colegio de Historia P9 - UNAM

círculo de alianzas familiares o no llegara de España con algunos contactos entre
aquéllas. 15
Eran varios los medios de que se había valido esta élite para amasar las
fortunas que daban sustento a su poder y prestigio. El principal de ellos residía en
la acumulación y el control de la circulación de la plata, producto éste el más
preciado en las exportaciones de Nueva España. Los almaceneros en general no se
inmiscuían directamente en la extracción y el procesamiento del metal precioso,
pero sí financiaban frecuentemente las operaciones de los mineros enviándoles
herramientas, utensilios y otros elementos materiales necesarios para su labor. A
cambio de este crédito en especie (o habilitamiento), los mercaderes adquirían la
plata en exclusiva y condiciones ventajosas. Además, concentraban en sus “bancos
de plata” el depósito de cargamentos del metal que esperaban su acuñación en la
casa de moneda de la Ciudad de México —única que existió en toda la Nueva
España durante la mayor parte de la época colonial—. Naturalmente, los
comerciantes cobraban, en plata, una comisión por este depósito. 16
Así pues, los
almaceneros atesoraban gran parte de la plata que podía circular en el reino y eran
quienes podían emprender otros tratos mercantiles en gran escala.
Tal era el caso del control del comercio exterior, que se practicaba por el
sistema monopólico de flotas. Con arreglo a éste, el tráfico transatlántico de
mercancías del imperio español se hacía cada tres o cuatro años por grupos
compactos de navíos (las flotas) que sólo podía zarpare de y volver a Cádiz y que
(para el caso de la Nueva España) sólo podían cargar o descargar en Veracruz y
Acapulco. De Veracruz las mercancías se llevaban a Jalapa donde se ponían a la
15 David Brading, op. cit., p. 41-42, 147, 154-159.
16 Pedro Pérez Herrero, El consulado de comerciantes de la Ciudad de México y las reformas
borbónicas, t. II, p. 208 y ss.