Descarga - Colegio de Historia P9 - UNAM

Torrijos en Alicante, la de Polo en Madrid (1818) y la de Bisbal en el Palmar (1819)
y finalmente, el pronunciamiento de Rafael Riego en 1820 mediante el cual
Fernando se vio obligado a claudicar ante los liberales jurando la Constitución de
1812.
Ante la oposición de los grupos conservadores se restituyó nuevamente el
absolutismo en 1823 y el rey decretó nulas todas las disposiciones desde marzo
de 1820 hasta octubre de 1823. Entre 1823 hasta su muerte, en 1833, Fernando
se dedicó a luchar abiertamente contra los grupos liberales no sólo de España
sino de otras naciones Europeas.
Por lo que respecta a América todo parece indicar que menospreció los
movimientos libertarios ya que:
“prefería pensar que la emancipación estaba dominada y los focos
rebeldes eran exiguos y dispersos. Convencido de que la insurrección
se había producido como una reacción al régimen de la Junta y que la
lucha se extinguiría por sí sola una vez restaurado el absolutismo, el
24 de mayo de 1814 dirigió un mensaje a los súbditos americanos por
el que les informaba de su reinstauración al trono y los invitaba a
someterse: en ningún momento les ofreció la menor reforma ni tan solo
insinuó algún propósito de estudiar su situación política y social.” 6
Sólo se limitó a enviar una expedición de 10,000 hombres a cargo del
general Morillo a Sudamérica y otro ejército de menor importancia a México a las
órdenes de Liñán. La posición española fue un asunto que se quiso confiar al
intervencionismo de Francia, Rusia e Inglaterra, sin embargo ante la poca ayuda
recibida por estas naciones el rey dejó el conflicto a la suerte de las armas sin
6 María del Pilar Queralt. La vida y la época de Fernando VII. Barcelona, Editorial Planeta, 1999. p.
106.