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Drenaje de abscesos<br />

– Drenaje: se utiliza para impedir el cierre precoz de la incisión cutánea. En abscesos pequeños<br />

puede utilizarse una pequeña gasa empapada con antiséptico. Cuando el absceso<br />

es mayor o sospechamos que la cavidad no se ha drenado correctamente, colocaremos<br />

un drenaje tipo Penrose ® .<br />

Debemos tener en cuenta que nunca hay que llenar toda la cavidad con el material que<br />

utilicemos como drenaje, ya que podrá actuar como tapón y conseguir un efecto contrario<br />

al que se pretende.<br />

• Curas tras la evacuación del absceso: se recomiendan las curas diarias con lavado de la<br />

herida y cambio del drenaje. Debemos conseguir que se produzca una cicatrización desde<br />

dentro hacia fuera, evitando la nueva formación de colecciones purulentas.<br />

En general no está recomendado el tratamiento antibiótico suplementario, excepto en los<br />

casos que se especificaron al inicio del capítulo. Si está indicado el uso de analgésicos habituales,<br />

para paliar el dolor, que puede llegar a ser muy intenso.<br />

SITUACIONES ESPECIALES<br />

Sinus pilonidal<br />

Se trata de una infección crónica, localizada en la mayor parte de los casos en la región sacrocoxigea,<br />

que a veces se complica dando lugar a un absceso en la zona.<br />

El paciente acude a urgencias por dolor en región interglútea y a la exploración presenta una<br />

zona tumefacta, enrojecida, con aumento de temperatura, dolorosa a la palpación y fluctuante.<br />

El tratamiento del proceso agudo es el drenaje en el Servicio de Urgencias. Posteriormente el<br />

paciente debe ser derivado a Consultas Externas de Cirugía General, para llevar a cabo el tratamiento<br />

definitivo que consistirá en la extirpación quirúrgica.<br />

Abscesos en glúteo<br />

En la mayor parte de los casos se producen como consecuencia de la administración de inyecciones<br />

intramusculares. Debido a la gran cantidad de tejido que existe en la zona, pueden<br />

tener un tamaño muy grande, por lo que deben realizarse técnicas de imagen como ecografía<br />

para valorar la extensión de la lesión. En caso de afectar una gran cantidad de tejido, el drenaje<br />

debe ser quirúrgico.<br />

Abscesos anorrectales<br />

El síntoma principal es el dolor anal, que puede acompañarse de manifestaciones sistémicas<br />

como fiebre. En la exploración física, al realizar tacto rectal, notamos una zona de induración,<br />

dolorosa, en la parte alta de la pelvis. Existe la posibilidad de que se produzca drenaje de material<br />

purulento a la presión táctil. El origen de este tipo de abscesos está en las glándulas<br />

anales esfinterianas, que podrían provocar la formación de un pequeño absceso al obstruirse<br />

la glándula. Una de las complicaciones más frecuentes de este tipo de abscesos es la formación<br />

de fístulas anales, que pueden desarrollarse hasta en el 50% de los de los casos. Dependiendo<br />

del espacio anorrectal que se vea afectado, podemos clasificarlos del siguiente modo:<br />

• Perianales (60%). Se caracterizan por tumefacción roja y dolorosa próxima al ano, con fluctuación<br />

o pus. Piel circundante no dolorosa. El tacto rectal puede ser ± doloroso.<br />

• Isquiorrectales (25%). Tumoración de coloración más parduzca y difusa que no fluctúa<br />

hasta fases más avanzadas. En canal anal hay una induración dolorosa similar. Puede ser<br />

bilateral y su diagnóstico se puede realizar en la exploración quirúrgica.<br />

Capítulo 145 l 1235

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