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Lesiones del codo y antebrazo<br />

debido a la fusión tardía del núcleo de crecimiento. En adultos se asocia además a traumatismos<br />

directos acompañando por lo general a luxaciones. En estos casos es imprescindible<br />

explorar el nervio cubital que puede estar elongado o comprimido por alguno de los fragmentos<br />

óseos desplazados. Según sea el desplazamiento del fragmento, el tratamiento<br />

puede ser conservador o quirúrgico.<br />

• Conjuntamente con la exploración de las columnas medial y lateral del codo, la cara posterior<br />

debe ser cuidadosamente palpada con el fin de diagnosticar las dos fracturas más<br />

comunes de la articulación del codo: las fracturas supracondíleas de húmero distal y las<br />

fracturas de olécranon.<br />

• Las fracturas supracondíleas son el tipo de fractura de codo más común en niños, alcanzando<br />

el 3% de todas las fracturas en la edad pediátrica. Ocurre habitualmente en<br />

niños entre los 5 y 7 años, por lo general en el miembro no dominante y con una incidencia<br />

similar entre hombres y mujeres según un estudio reciente. El mecanismo de lesión es por<br />

lo general (98%) por una caída con la mano y el codo en extensión completa. El 2% de las<br />

fracturas supracondíleas en niños ocurren por un traumatismo directo en la cara posterior<br />

del codo provocando un desplazamiento anterior y en flexión del fragmento distal con alto<br />

riesgo de lesión vascular y/o nerviosa. Durante la exploración física es importante aclarar<br />

que el triángulo de Nelaton no se ve alterado y en fracturas desplazadas es imprescindible<br />

valorar el pulso radial debido al riesgo elevado de lesión vascular o atrapamiento de los<br />

vasos a nivel del foco de fractura constituyendo una emergencia quirúrgica. En traumatismos<br />

de alta energía, puede existir concomitantemente una fractura de radio distal ipsilateral<br />

o fractura de cúbito y radio con riesgo importante de producir un síndrome compartimental.<br />

La radiografía AP y L de codo es el estudio radiológico de primera elección permitiendo<br />

valorar el trazo de fractura, la conminución, el grado de desplazamiento, la rotación o traslación<br />

del fragmento distal o el compromiso intraarticular de la fractura. La clasificación de<br />

Gartland es la más usada para describir el tipo de fractura en extensión y se esquematiza<br />

en la Figura 124.2.<br />

Si hay sospecha de una fractura grado I en la cual no se aprecia una imagen clara de fractura<br />

en la radiografía, puede ampliarse el estudio con proyecciones oblicuas del codo afecto e<br />

imágenes comparativas del codo no traumático. Si a pesar de esto la línea de fractura no es<br />

visible y la clínica del paciente es sugestiva de una fractura supracondílea, el hallazgo en la<br />

Figura 124.2. Clasificación de Gartland para las fracturas supracondíleas de húmero distal. A. Grado I: fractura<br />

sin desplazamiento. B. Grado II: desplazamiento con cortical posterior intacta. C. Grado III: desplazamiento<br />

con afectación de ambas corticales. D. Grado III: desplazamiento importante con alto riesgo de<br />

lesión nerviosa o vascular.<br />

Capítulo 124 l 1123

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