El personaje 5 Entrevista 6 y 7 Secuestro 8 - La Opinión

elDomingo 2
el rock de la cárcel
DOMINGO, 28 DE ENERO DE 2007
La orquesta Gran Paradela, durante una actuación en A Coruña. / VÍCTOR ECHAVE
Están “en la sombra” como se dice vulgarmente entre rejas, se levantan a las siete de la
mañana y cenan a las ocho. Su vida en la cárcel de Teixeiro es monótona, pero la orquesta
Gran Paradela, formada por varios reclusos dentro de la cárcel, les ha devuelto la ilusión
Rock desde la prisión
coruñesa de Teixeiro
“He visto a mucha
gente llorando
mientras tocábamos y
para mí la mejor paga
es esa: conseguir
emocionar, llegar a
las fibras sensibles”
Texto: Salvador Rodríguez
Se levantan a las siete de
la mañana, comen a las
doce y media y cenan a
las ocho: de ahí para
cama. No es el horario
normal de un músico, y sin
embargo ellos lo son. Forman
parte de Gran Paradela, un elenco
peculiar en en el panorama
artístico gallego y no ya sólo
porque en su alineación titular
distingamos a personas procedentes
de seis países, dos continentes
y una isla, sino porque
está constituida exclusivamente
por reclusos del centro penitenciario
de Teixeiro. Quisieron los
hados que su destino se encontrase
en este cruce de caminos
situado en pleno interior de la
provincia coruñesa, un lugar en
el que el verano dura apenas un
mes y, en invierno, el frío es de
los que rascan el alma: por eso,
lo de pasar una temporada “a la
sombra” no es ninguna metáfora
cuando hablamos del clima
característico del territorio de
Teixeiro y sus alrededores.
Debió ser la vida acelerada que
exige el rock and roll la que acabó
por conducir a Benito Redondo
hasta aquí. El que fuera batería
de Heredeiros da Crus, natural de
A Pobra do Caramiñal, es uno de
los miembros fundadores de Gran
Paradela, y el único de sus componentes
con experiencia de músico
profesional fuera de la cárcel. Porque
esta historia, sí, tiene sus principios,
y no son por cierto tan lejanos:
“Aquí ya había un taller, una
especie de escuela de música pero,
lo que es con el grupo, empezamos
hace poco más de un año, y
éramos solamente cinco los que
nos reuníamos más que nada para
pasar el rato”, explica otro de los
pioneros, el monfortino José Luis
Rodríguez, quien añade: “De
aquella nosotros lo hacíamos más
que nada para divertirnos, porque
ni se nos pasaba por la cabeza que
algún día pudiésemos actuar fuera
ni mucho menos que llegaríamos a
firmar contratos para conciertos”.
“Ahora ya casi somos famosos
—comenta José Luis— porque,
¡hasta hemos estado en televisión,
(risas)!”. Aquel núcleo en formato
de quinteto comenzó a tomarse las
cosas “en serio” cuando el colombiano
Alex Micolta decidió “poner
orden el asunto”. Micolta está a
punto de cumplir condena (no pregunten
por qué, aquí la respuesta
suele ser “tráfico de drogas” o
“eso no importa ahora”) y, por lo
tanto, de salir de la cárcel, pero los
números mandan y, con él, Gran
Paradela puede presumir de que
cuenta con un repertorio estable de
treinta canciones, entre ellas grandes
éxitos como Camisa negra,
Qué será u Hotel California, y
hasta unas cuantas de propia autoría,
la suya, con títulos tan temáticamente
significativos como
Dame una oportunidad, Vive la
vida y Jungla de cemento, que se
mueven estilísticamente entre el
rock y el pop, según nos apunta su
compositor y letrista.
Paradójicamente, Alex Micolta
nunca se dedicó a la música “en
plan profesional” hasta llegar a
Teixeiro, y sin embargo la música
siempre ha formado parte de su
vida: “Desde muy jovencito que
toco la guitarra y la percusión
—cuenta— pero para mí la música
siempre había sido un hobby,
no una manera de ganarme la vida.
A partir de ahora espero que esto
cambie y cuando salga de aquí
intentaré que me den la oportunidad
en algún grupo u orquesta presentándome
a los castings. Aunque
no me dé para vivir del todo,
al menos me podría ganar un dinero
complementario a cualquier
otra profesión”.
Gran Paradela debutó en la
Televisión de Galicia en las pasadas
navidades con una emocionante
(y emocionada) intervención en
el programa Luar, pero desde hace
unos meses ya venía siendo habitual
que su nombre figurase en el
programa de festejos de varias
localidades coruñesas.
–Oiga, y cada vez que actúan
fuera de la cárcel ¿qué sensación
perciben por parte del público
Supongo que les verán con cierta
curiosidad ¿no
–¿Curiosidad Bueno, yo creo
que más que curiosidad lo que hay
es morbo. La gente viene a vernos
porque saben de dónde venimos, y
/ pasa a la página 3