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prolongación de la edad de jubilación uno de los motivos de
mayor oposición popular.
La Ley Orgánica 5/2010 ha introducido en el Código Penal,
entre otros cambios, la actual redacción del artículo 173 cuyo
apartado 1 párrafo primero dice: “El que infligiera a otra
persona un trato degradante, menoscabando gravemente su
integridad moral, será castigado con la pena de prisión de seis
meses a dos años” precisando en su segundo párrafo que
“Con la misma pena serán castigados los que, en el ámbito de
cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su
relación de superioridad, realicen contra otro de forma
reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a
constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la
víctima”. En espera de la conveniente concreción doctrinal y
jurisprudencial, podemos concluir que con ello se persigue el
castigo de situaciones producidas en el ámbito laboral cuando
alguien se prevalece de su relación de superioridad y de
forma reiterada provoque actos humillantes u hostiles que no
llegan a constituir trato degradante. La pena es la de prisión
de seis meses a tres años o multa de 12 a 24 meses. Hasta
ahora, la penalidad en el ámbito laboral estaba concretada
sólo en el acoso sexual. La literalidad de la nueva redacción
del artículo 173 parece perseguir sólo al denominado acoso
vertical descendente con lo que obviaría el horizontal (entre
iguales) y el vertical ascendente (contra un superior).
El acoso laboral, al que tal vez más propiamente podríamos
llamar hostigamiento o acoso moral en el lugar del trabajo, es
más conocido por el término inglés mobbing que viene a
significar acosar o asediar (y en su acepción originaria implica
que alguien lo es por parte de un grupo). Podemos definir
este fenómeno como la actividad, de uno o varios
hostigadores, llevada a cabo en el entorno laboral, a través de
la cual se pretende generar un alto grado de malestar y/o
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