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que se desarrollen, sin hacer distinciones entre la empresa
pública y la privada, y para ello sanciona los comportamientos
cometidos "en el ámbito de cualquier relación laboral o
funcionarial", todo ello en una sola jurisdicción, la penal,
evitando el anterior peregrinaje de jurisdicciones y las dudas
cuando se sufría en el seno de una administración pública de
si se debía reclamar por la vía contencioso-administrativa o
por la laboral, lo cual era contrario al bien jurídico protegido,
que hemos expuesto más arriba. Como dice el preámbulo de
la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, "quedarían
incorporadas en el tipo penal todas aquellas conductas
de acoso producidas tanto en el ámbito de las relaciones
jurídico-privadas como en el de las relaciones jurídicopúblicas"
lo que pretende evitar ataques al principio de
igualdad en dicha protección (art. 14 C.E.) y al exigir que se
trate de cualquier relación laboral o funcionarial, excluye otras
situaciones o conductas de acoso o persecución no laborales,
como puede ser en la enseñanza para con los alumnos, o en
cualquier organización, deportiva, benéfica o de ocio en el que
no hay relación laboral de ningún tipo entre el sujeto activo y
el sujeto pasivo de esa conducta de presión, lo que parece
adecuado, si lo que se quiere es proteger un ámbito, el
laboral, en el cual la persona ha de estar por necesidad, y en
el que no puede huir de la fuente de esa agresión al serle
necesaria para su sustento, a diferencia de esas otras
organizaciones, en las cuales la pertenencia y permanencia
depende en exclusiva de la voluntariedad, teniendo en cuenta
que aún imperan en nuestro derecho penal los principios de
Intervención Mínima y Ultima Ratio (aunque dada la vis
expansiva del Derecho Penal desde hace una década, a veces
lo dudemos).
La previsión "en el ámbito de cualquier relación laboral" es
amplio y abarca cualquier prestación de trabajo. Como ponen
de manifiesto Abascal Junquera, A. y Acón Ortego, I. en su
magnífico trabajo monográfico sobre la reforma del art. 173
C.P. (Ed. Sepin. Sept. 2010), podría incluir, incluso, el
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