Educación sería aquella rama <strong>de</strong> las ciencias educativas que tiene por objeto el estudio <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong> la educación como instrumento <strong>de</strong> transmisión cultural, en todas sus manifestaciones; mientras que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orientación genética, la Antropología Pedagógica sería aquella rama <strong>de</strong> las ciencias educativas que tiene por objeto el estudio <strong>de</strong>l educando en su proceso <strong>de</strong> antropogénesis. 2. En el segundo caso, si optamos por la hipótesis integradora, el problema se reduce a elegir una <strong>de</strong> las dos orientaciones como núcleo central y a insertar la otra en la primera. ¿Cuál elegimos Si nos atenemos a la <strong>de</strong>nominación oficial <strong>de</strong> la materia (que es “Antropología <strong>de</strong> la Educación”), lo más sensato parece ser optar por la orientación genética, poniendo al educando como referente central y primario, y pudiendo así hablar propiamente <strong>de</strong> Antropología, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> estudio <strong>de</strong>l ser humano (el educando). Y la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la Antropología <strong>de</strong> la Educación en esta opción integradora sería la siguiente: “Aquella rama <strong>de</strong> las ciencias educativas que tiene por objeto el estudio <strong>de</strong>l educando en su proceso <strong>de</strong> antropogénesis, bajo la influencia <strong>de</strong> factores internos, estimulados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior a través <strong>de</strong> la educación”. (Una observación: hemos llamado a una Antropología <strong>de</strong> la Educación y a la otra Antropología Pedagógica; sencillamente, porque así a<strong>de</strong>cuamos mejor los términos a cada una <strong>de</strong> las dos orientaciones. Pero lo <strong>de</strong>cisivo no es el nombre, sino lo que <strong>de</strong>signa ese nombre. De hecho, nosotros respetamos la <strong>de</strong>nominación oficial, que es “Antropología <strong>de</strong> la Educación”, y, sin embargo, en nuestro intento <strong>de</strong> integración, tenemos como núcleo central la orientación genética (a la que hemos llamado precisamente Antropología Pedagógica). Pero lo importante, insisto, en lo que nos hemos <strong>de</strong> fijar, no es en el nombre, sino en lo que ese nombre <strong>de</strong>signa. Y aunque el Ministerio optó en 1992 por el nombre <strong>de</strong> Antropología <strong>de</strong> la Educación (en lugar <strong>de</strong> Antropología Pedagógica), eso no significa sin embargo que se i<strong>de</strong>ntifique con la orientación sociocultural, sino que, si nos fijamos en las tres indicaciones temáticas que da para su elaboración, parece inclinarse más bien por una solución intermedia o integradora <strong>de</strong> las dos.) Llegamos así a una estructuración <strong>de</strong> la asignatura, tal como la hemos propuesto al comienzo, en el programa, atendiendo a tres cosas: 1. En primer lugar, a la integración <strong>de</strong> las dos orientaciones. 2. En segundo, a las indicaciones oficiales (que se referían a la cuestión epistemológica, a los supuestos últimos <strong>de</strong> la educación y a los supuestos antropológicos <strong>de</strong> la cultura). 3. Y tercero, atendiendo igualmente al proceso lógico que proponíamos al comienzo para el estudio <strong>de</strong> la antropogénesis o <strong>de</strong>sarrollo evolutivo <strong>de</strong>l educando. Y con esto ponemos punto final al primer capítulo, que respon<strong>de</strong> al primer bloque temático propuesto por el Ministerio. Antropología <strong>de</strong> la Educación. Capítulos 1 y 2. Página 16
Antropología <strong>de</strong> la Educación. Capítulos 1 y 2. Página 17