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Patricia de la Torre A.<br />
evidencia tanto en los discursos oficiales como en su presencia permanente en medios de comunicación,<br />
especialmente a través de los enlaces ciudadanos, conocidos como las cadenas sabatinas.<br />
La situación presente de inseguridad e injusticia es la que más fácilmente se identifica en el discurso,<br />
debido a que el contexto en que triunfó el Movimiento Alianza País fue uno de profundo descontento<br />
y malestar con la clase política y el sistema de partidos. Complementario a esto, la histórica<br />
fragmentación social y desigualdad económica en la sociedad ecuatoriana se reconoce en<br />
frases como:<br />
Un puñado de ciudadanos que decidimos liberarnos de los grupos que han mantenido secuestrada a la Patria y así emprender<br />
la lucha por una Revolución Ciudadana, consistente en el cambio radical, profundo y rápido del sistema político, económico<br />
y social vigente; sistema perverso que ha destruido nuestra democracia, nuestra economía y nuestra sociedad […]<br />
Nuestras clases dirigentes han fracasado, queremos una democracia donde se oiga nuestra voz, donde nuestros representantes<br />
entiendan que son nuestros mandatarios, y que los ciudadanos somos sus mandantes (Correa, 2007: 2-4).<br />
En esta situación, la construcción de un enemigo va asociada a la identificación de uno o varios culpables<br />
de la inequidad y la consiguiente lucha por acabar con ella y sus causantes, es decir, la lucha<br />
contra las fuerzas del mal. Este es el motivo que explicaría por qué el país aún no ha desaparecido<br />
y, al mismo tiempo, cómo se integra al discurso la intervención de los héroes míticos, los padres de<br />
la patria y del elemento sagrado que legitima al héroe en tanto tiene el apoyo de fuerzas más allá del<br />
mundo terrenal:<br />
Felizmente, como decía el General Eloy Alfaro, la hora más obscura es la más próxima a la aurora,<br />
y el nefasto ciclo neoliberal ha sido definitivamente superado por los pueblos de nuestra América.<br />
Por esos años, un 10 de Agosto de 1809, la llama se enciende en Quito, conocida desde entonces como Luz de América.<br />
Esa generación insumisa fue exterminada por los colonialistas, pero sería un hombre, único y genial, quien habría<br />
de emprender, desde Caracas, la heroica lucha de la independencia americana, acompañado de Manuela Sáenz, que<br />
tejió su bandera revolucionaria con retazos de amor, de talento y de decisión sublime. Había un solo camino y Bolívar<br />
lo comprendió al condicionar nuestro destino común a la creación de Una Nación de Repúblicas hermanas…<br />
…Ahora, a los cien años de última Presidencia de Alfaro, nuevamente ese despertar es incontenible y contagioso […] Queridos<br />
ecuatorianos y ecuatorianas: Llegó la hora. No hay que tener miedo. Aquel que caminó sobre la mar y calmó tempestades,<br />
también nos ayudará a superar estos difíciles pero esperanzadores momentos. No nos olvidemos que el Reino de<br />
Dios debe ser construido aquí, en la tierra. Pidan por mí para que el Señor me dé un corazón grande para amar pero también<br />
fuerte para luchar (Correa, 2007: 13-33).<br />
Podemos reconocer dos de las características del mito del Reino Feliz: la lucha contra el enemigo o el<br />
mal, encarnados en el neoliberalismo, los partidos políticos y los banqueros; así como la intervención<br />
de lo divino o la unión de lo natural y lo sobrenatural, tanto en el sentido religioso como en el mítico. La<br />
relación temporal que establece de 100 años entre revoluciones, es altamente significativa en el discurso<br />
pues señala, en un sentido trágico y fatal, que el momento presente es el del verdadero héroe,<br />
del último libertador o de la lucha final. La exaltación de la coincidencia, relaciona y vincula, además,<br />
dos de los mitos políticos fundacionales con la figura presente del Presidente Correa.<br />
Está implícita también la dimensión universal del cambio, a lo largo de los discursos oficiales<br />
y especialmente en sedes internacionales. Es recurrente la afirmación de que el Ecuador lidera una<br />
revolución que puede ser extendida a nivel mundial.<br />
La estructura que estamos promoviendo para América Latina puede perfectamente, replicarse en otras regiones del mundo,<br />
desde otras condiciones y prioridades. Sin embargo, en el ámbito global debemos promover la creación de una coordinación<br />
de dimensión planetaria basada en un consejo monetario, constituido con criterios claros de representación y rendición<br />
de cuentas. (Correa, 2009: 15-16).<br />
En su discurso, Correa presenta un ejemplo de cómo la lucha llevará al Reino Feliz, incluyendo conceptos<br />
que reflejan los valores democráticos de hoy en día:<br />
Somos capaces de soñar en grande, de alcanzar esos sueños y de realizarlos; se ha instaurado en el Ecuador el poder ciudadano<br />
para transformar las estructuras políticas y económicas caducas, ineficientes, que se han basado en la corrupción,<br />
en el predominio de las cosas por sobre los seres humanos, en el reinado del egoísmo y de la usura. Ahora, caminamos<br />
seguros hacia el mañana, con la conciencia limpia, madurando cada sueño, cuidando cada compromiso como si fuera<br />
un brote, abriendo caminos de dignidad, poniendo infinito amor, todo el corazón, los mejores propósitos, lo mejor de cada<br />
uno de nosotros; porque este proyecto de vida es un tejido de paz, es un canto plural… Nuestro esfuerzo de Patria para<br />
este nuevo tiempo, es alcanzar la segunda y definitiva independencia […] Es necesario que entendamos que la victoria<br />
popular no ha sido más que el primer paso de un proceso revolucionario, cuyo objetivo es la construcción de una sociedad