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Patricia de la Torre A.<br />
El 8 de abril de 1971 fue nombrado Comandante General del Ejército durante el quinto gobierno<br />
de José María Velasco Ibarra, quien había asumido el poder total de la República. Por esa época,<br />
Rodríguez Lara había manifestado que solo los insensatos, de mentalidad obtusa, pueden pensar en<br />
una dictadura militar. 136 Pero, poco tiempo después, ocuparía esa posición.<br />
El 16 de febrero de 1972, por medio de un golpe de Estado militar, derrocó a Velasco Ibarra y se<br />
proclamó Jefe Supremo de la República. Asumió el poder por ser el oficial más antiguo al momento<br />
de las Fuerzas Armadas del Ecuador. En una entrevista él decía: «no fue mi decisión, fue presión, fue<br />
una elección sui géneris porque siendo yo el general menos antiguo —era General de Brigada— me<br />
designaron a mí» (Explored, 1999).<br />
Su gobierno fue denominado «nacionalista y revolucionario», según Pareja Diezcanseco, se<br />
presentó al país de manera serena y firme, que daba la impresión de tener capacidad de neutralizar<br />
las inevitables presiones de los opositores. Pero poco a poco y bajo otras influencias que las del<br />
comienzo, el régimen cayó en el facilismo, sin enfrentar el fenómeno económico nacional, al confundir<br />
riqueza con abundancia en pocas manos del Estado (Pareja Diezcanseco, 1986-1990: 141).<br />
Fue dictador en la época de mayor riqueza petrolera, lo que permitió realizar una administración<br />
cómoda y sin problemas económicos. Así, el 20 de noviembre de 1973 el Ecuador fue admitido<br />
como Miembro Titular de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).<br />
Los motivos que llevaron a los militares ecuatorianos a una dictadura militar fueron la bonanza<br />
petrolera que se avecinaba y el deseo de no permitir un proceso electoral que probablemente habría<br />
dado el triunfo al controvertido y populista candidato Assad Bucaram; esta sería una de la presiones<br />
de la oligarquía guayaquileña. Los militares no querían que la riqueza petrolera fuera manejada<br />
ni por un candidato populista ni por la tradicional oligarquía nacional. Según Rodríguez Lara, el 15<br />
de febrero, el Dr. Velasco viajó sorpresivamente a Guayaquil a incendiar el ambiente político, pretendiendo<br />
hacer creer que nosotros estábamos contra el CFP (El Hoy, 14 de febrero 1999). Para el<br />
general existía peligro de enfrentamiento entre pueblo y pueblo armado.<br />
Ya en el poder, el pueblo acogió con simpatía el planteamiento de la Revolución Nacionalista<br />
y antioligárquica y adoptó la costumbre de descubrir en la maraña de la política nacional la posibilidad<br />
de lanzarse a importantes empresas y de forjar, con relación a ellas, ambiciosos proyectos. La<br />
crítica planteaba lo siguiente:<br />
Con ingresos fiscales que fueron el doble que los que tuvo Velasco Ibarra en su último período, cinco veces más que los<br />
de la Junta Militar, diez veces más que los de Ponce y veinte veces más que los de Galo Plaza, Rodríguez Lara realizó una<br />
modesta obra en las áreas de la educación, salud, vivienda, electrificación, regadío, carreteras, caminos vecinales, agricultura<br />
y ganadería. 137<br />
Cuatro años después, la crisis crónica ecuatoriana iniciaba su carrera de ascenso hacia la cima, para<br />
muchos por la inoperancia burocrática, que el mismo General Lara calificó de tortuguismo administrativo;<br />
a esto se añadió una crisis económica que imperó en el país durante el segundo semestre de<br />
1975. En la entrevista realizada por el periódico El Hoy, del 14 de febrero de 1999, decía:<br />
La situación era grave porque en materia económica se devaluó la moneda; en materia de infraestructura, se improvisaban<br />
obras; en materia política, se jugaba maquiavélicamente porque se buscaba dejar a un lado a Assad Bucaram Elmhalim,<br />
líder del CFP, que tenía la hegemonía partidaria en el país.<br />
En la noche del 31 de agosto de ese año, un grupo de oficiales del Ejército, encabezados por el Gral.<br />
Raúl González Alvear, y políticos reunidos en el Frente Cívico se sublevaron en el cuartel Epiclachima.<br />
En las primeras horas de la mañana, respaldados por un fuerte contingente militar, atacaron el Palacio<br />
de Carondelet con intenciones de destituir al mandatario. Rodríguez Lara, intuyendo el golpe de<br />
Estado, viajó a la ciudad de Riobamba para negociar con los oficiales de la división blindada Galápagos,<br />
de los cuales consiguió el respaldo. Con sus tanques y vehículos de guerra, marchó sobre la<br />
ciudad de Quito y, luego de un prolongado tiroteo que ocasionó varias muertes en ambos bandos,<br />
pudo, finalmente, recuperar el poder. Esta situación terminó de debilitar la fuerza de su régimen y, a<br />
pesar de las duras medidas adoptadas para solucionar la crisis, no tuvieron suficiente consistencia.<br />
136 «Rodríguez Lara. Gral. Guillermo». En: Enciclopedia del Ecuador, última modificación 20 de mayo del 2013. http://www.enciclopediadelecuador.com/<br />
temasOpt.phpInd=1975&Let=<br />
137 «Gral. Guillermo Rodríguez Lara». En: Enciclopedia del Ecuador, última modificación 9 de mayo del 2013. http://www.enciclopediadelecuador.com/<br />
temasOpt.phpInd=1975&Let=