Crisis, Juegos Olímpicos de - Atrapalo.com

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27.07.2012 Views

OTROS CONCURSANTES El año en que por fin me cuadraron las cuentas http://gerardpcortes.blogspot.com/2008/11/el-ao-en-que-por-fin-me-cuadraron-las.html Si sumas las cifras del 2008 te sale diez, y quizá por eso estaba destinado a ser el año en que me cuadraran las cuentas. Antes de ahora nunca lo habían hecho, siempre pagando intereses por deudas de afecto que, al contraerlas, parecían inversiones seguras, pero que entraban en bancarrota sin que tuviera que pasar mucho tiempo. Te debo dos besos, me debes un abrazo. ¿Quién robó a quién los mejores años de qué vida? Antes de ahora me sentaba impotente ante una calculadora que no quería darme la razón, y no me daba cuenta de que el banco estaba a punto de embargarme los labios. Pero mis cuentas comenzaron a cuadrar cuando dos y ocho sumaron diez. Cuando Vanessa llegó a mi vida sin plazos fijos, sin ningún tipo de interés. Cuando ella pasó, poco a poco, a sumar besos, restar dolores, despejar las incógnitas. Llamadme cursi, si queréis, pero así es como la calculadora empezó a darme la razón. Así es como los números rojos de la cuenta del cariño se fueron pintando en verde, dividiendo los malos recuerdos, multiplicando los buenos momentos. Sumándome una razón por la que levantarme y seguir contando. Es por eso que ya no entiendo lo que gritan, desesperados, los periódicos. Lo que cuentan de la crisis y lo mal que estamos todos, según los índices de un tal Dow Jones. Quizá es que he vivido toda mi vida en otra crisis y no veo la diferencia con la de ahora. Quizá es que el mundo tenía que irse al traste para que a mí me cuadraran las cuentas. O quizá es que esta crisis tampoco tiene tanta importancia, que al final pasará, como han pasado otras, y que en el balance final lo único que importa es el efectivo que cada uno lleva en la cartera que guarda más cerca de su corazón. Y que si once es mejor que diez, no puedo esperar a sumar dos más nueve.

OTROS CONCURSANTES Posts desde el futuro: El blog del 2008 http://diariodeunnaufragoenunapalangana.blogspot.com/2008/11/posts-desde-el-futuro-el-blog-del-2008.html Lo que son las cosas. Yo hasta pasados los treinta no tuve un blog, y el 2008 ya tuvo uno con apenas seis días de vida. Se lo trajeron los Reyes Magos. Bueno, en realidad se lo trajo Cronos, su padre, pero esto no lo supo el 2008 hasta que tuvo casi un mes de vida, cuando su hermano mayor, el año chino, decidió joderle la ilusión al pequeño 2008 y contarle lo de que los reyes son los padres. El año chino era un cerdo. Y no es una metáfora. El 2008 le había pedido a los Reyes un saco de nieve, por eso de que año de nieves año de bienes, pero con el tema del cambio climático no pudo ser. Bueno, por eso y porque Cronos, padre soltero con problemas para conciliar su vida laboral con su vida personal, apenas tuvo tiempo (en casa de herrero, cuchillo de palo) para ir de compras. El deporte también lo desechó, más que nada por no mentar la soga en casa del ahorcado. Y es que eso del tiempo muerto, tan utilizado en el mundo del deporte, nunca le gustó a su padre. Pasaban los meses y el 2008 seguía sin tener claro sobre qué escribir, aunque ya tenía un nombre para el blog: 365desengaños.com. En un principio pensó llamarlo “A por uvas”, pero luego se arrepintió. Le pareció demasiado tétrico, como si Aquiles le hubiese llamado al suyo “Con la muerte en los talones”. En principio, el 2008 pensó en dedicar su blog a contar las tortuosas relaciones de sus hermanos 1429 y 5769, musulmán y hebreo respectivamente, que siempre estaban a palos. Pero decidió que no era buena idea, no fuese a ser que le cayesen también palos a él. O piedras. O misiles tierra-aire. El mes de diciembre se lo pasó sentado frente al ordenador, ante una pantalla en blanco, vacío, bloqueado. Parecía un actor de teatro sin memoria. Finalmente, el 31 de diciembre, mientras sonaban las doce campanadas, el 2008 escribió “Feliz Año Nuevo”, y le dio a enviar justo en el momento en el que sonaba la última de las mecánicas campanadas. Hoy le han dejado su primer comentario. 41

OTROS CONCURSANTES<br />

El año en que por fin<br />

me cuadraron las cuentas<br />

http://gerardpcortes.blogspot.<strong>com</strong>/2008/11/el-ao-en-que-por-fin-me-cuadraron-las.html<br />

Si sumas las cifras <strong>de</strong>l 2008 te<br />

sale diez, y quizá por eso estaba<br />

<strong>de</strong>stinado a ser el año en que<br />

me cuadraran las cuentas. Antes<br />

<strong>de</strong> ahora nunca lo habían hecho,<br />

siempre pagando intereses por<br />

<strong>de</strong>udas <strong>de</strong> afecto que, al<br />

contraerlas, parecían inversiones<br />

seguras, pero que entraban en<br />

bancarrota sin que tuviera que<br />

pasar mucho tiempo. Te <strong>de</strong>bo<br />

dos besos, me <strong>de</strong>bes un abrazo.<br />

¿Quién robó a quién los mejores<br />

años <strong>de</strong> qué vida? Antes <strong>de</strong> ahora<br />

me sentaba impotente ante una<br />

calculadora que no quería darme<br />

la razón, y no me daba cuenta<br />

<strong>de</strong> que el banco estaba a punto<br />

<strong>de</strong> embargarme los labios.<br />

Pero mis cuentas <strong>com</strong>enzaron<br />

a cuadrar cuando dos y ocho<br />

sumaron diez. Cuando Vanessa<br />

llegó a mi vida sin plazos fijos,<br />

sin ningún tipo <strong>de</strong> interés.<br />

Cuando ella pasó, poco a poco,<br />

a sumar besos, restar dolores,<br />

<strong>de</strong>spejar las incógnitas.<br />

Llamadme cursi, si queréis, pero<br />

así es <strong>com</strong>o la calculadora<br />

empezó a darme la razón. Así<br />

es <strong>com</strong>o los números rojos <strong>de</strong><br />

la cuenta <strong>de</strong>l cariño se fueron<br />

pintando en ver<strong>de</strong>, dividiendo<br />

los malos recuerdos,<br />

multiplicando los buenos<br />

momentos. Sumándome una<br />

razón por la que levantarme y<br />

seguir contando.<br />

Es por eso que ya no entiendo<br />

lo que gritan, <strong>de</strong>sesperados,<br />

los periódicos. Lo que cuentan<br />

<strong>de</strong> la crisis y lo mal que<br />

estamos todos, según los<br />

índices <strong>de</strong> un tal Dow Jones.<br />

Quizá es que he vivido toda mi<br />

vida en otra crisis y no veo la<br />

diferencia con la <strong>de</strong> ahora.<br />

Quizá es que el mundo tenía<br />

que irse al traste para que a<br />

mí me cuadraran las cuentas.<br />

O quizá es que esta crisis<br />

tampoco tiene tanta<br />

importancia, que al final<br />

pasará, <strong>com</strong>o han pasado<br />

otras, y que en el balance final<br />

lo único que importa es el<br />

efectivo que cada uno lleva en<br />

la cartera que guarda más<br />

cerca <strong>de</strong> su corazón. Y que si<br />

once es mejor que diez, no<br />

puedo esperar a sumar dos<br />

más nueve.

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