islandia-revolucion-bajo-el-volcan-xavier-moret.epub_
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4. Una isla recién nacida<br />
Sólo he estado una vez en las islas Vestman, y fue en una excursión de<br />
unas pocas horas. Fui a primera hora de la mañana en ferry, para acompañar<br />
a un amigo, y regresé por la tarde. Fue una visita breve, pero intensa,<br />
aunque me consta que a los cuatro mil habitantes de las Vestman<br />
no les sienta nada bien que no te quedes a dormir en Heimaey, la única<br />
isla habitada de la quincena que forman <strong>el</strong> archipiélago. De todos modos<br />
tuve tiempo de comprobar que Heimaey es una isla volcánica de sólo 13,4<br />
kilómetros cuadrados que cuenta con un puerto de gran actividad pesquera,<br />
una montaña de 283 metros de altura, un campo de golf que se<br />
abre entre la lava y la colonia más grande de frailecillos, una especie de<br />
pájaros bobos en miniatura y coloreados, que pueda encontrarse en <strong>el</strong><br />
mundo.<br />
Mi amigo Kristinn R. Olafsson, corresponsal en Madrid de la Radio<br />
Nacional de Islandia y anunciante ocasional de café en la prensa de<br />
Islandia, me insiste en que tengo que ir a las Vestman cuando realmente<br />
vale la pena, es decir, <strong>el</strong> primer fin de semana de agosto. Es entonces<br />
cuando se c<strong>el</strong>ebra <strong>el</strong> Thjodhatid, o Festival Nacional, una locura que dura<br />
cuatro intensos días, con mucha música, mucha cerveza, mucha resaca y<br />
muchos jóvenes con ganas de divertirse. El festival tiene su origen en <strong>el</strong><br />
año 1874, cuando se c<strong>el</strong>ebró en Reykiavik <strong>el</strong> milenario de la llegada d<strong>el</strong><br />
primer colono a Islandia y los habitantes de las Vestman no pudieron zarpar<br />
por culpa d<strong>el</strong> mal tiempo. En vez de amilanarse, decidieron c<strong>el</strong>ebrarlo<br />
en Heimaey con lo que tenían y la armaron tan gorda que desde