18.01.2015 Views

islandia-revolucion-bajo-el-volcan-xavier-moret.epub_

islandia-revolucion-bajo-el-volcan-xavier-moret.epub_

islandia-revolucion-bajo-el-volcan-xavier-moret.epub_

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

18/228<br />

p<strong>el</strong>igro, y no: en Islandia todo está funcionando perfectamente. En mi<br />

país se registra una erupción cada cuatro años, pero esto no significa que<br />

la actividad se paralice. En absoluto. Estamos preparados y todo continúa<br />

funcionando. Es más, en Reykiavik ni tan siquiera notamos los efectos de<br />

la erupción. Los han notado más en <strong>el</strong> continente, hacia donde <strong>el</strong> viento<br />

ha empujado <strong>el</strong> humo y las cenizas, que en la isla, donde sólo unas pocas<br />

granjas han sufrido la furia d<strong>el</strong> volcán. De hecho, la erupción ha afectado<br />

únicamente a un 1% de la superficie de Islandia».<br />

Mientras avanzaba por <strong>el</strong> largo pasillo hacia la recogida de equipajes<br />

me fijé en que ya no estaba <strong>el</strong> anuncio que había originado una polémica<br />

meses atrás. En él se preguntaba al turista recién llegado: «¿Vienes a<br />

Islandia por la naturaleza o por <strong>el</strong> tipo de cambio». Era un guiño que<br />

quería ser simpático sobre la devaluación, claro, pero a algunos islandeses<br />

les pareció una promoción de mal gusto y las autoridades optaron<br />

por retirarlo. Era evidente que con la crisis algunos islandeses se<br />

habían vu<strong>el</strong>to muy susceptibles. En los muros d<strong>el</strong> aeropuerto se repetía<br />

ahora <strong>el</strong> clásico anuncio con <strong>el</strong> maravilloso paisaje islandés y <strong>el</strong> sol de<br />

medianoche como fondo: «En verano mantenemos la luz encendida 24<br />

horas para usted». Mucho más suave, mucho menos polémico.<br />

Al otro lado de la aduana me esperaba mi amigo Einar con una sonrisa<br />

de oreja a oreja y los brazos abiertos de par en par. A primera vista no<br />

parecía que la crisis le hubiera afectado demasiado; ni a él ni a su país.<br />

Todo estaba en su sitio: los mismos acabados de diseño nórdico, los<br />

abundantes folletos de promoción, los 4x4 de apariencia poderosa y unas<br />

cuantas parejas aparentemente f<strong>el</strong>ices paseando con unos cuantos hijos<br />

rubios vestidos con colores llamativos a su alrededor. Por otra parte,<br />

lucía un sol espléndido y la b<strong>el</strong>la silueta nevada d<strong>el</strong> volcán Snaef<strong>el</strong>lness,<br />

aquél por <strong>el</strong> que Julio Verne imaginó un viaje al centro de la Tierra, se dejaba<br />

ver al otro lado de la bahía como un buen augurio para mi estancia<br />

en la isla. Todo estaba tan igual que hasta me pareció ver la sombra de un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!