Numero 52 - Federación de Golf de la Comunidad Valenciana

Por: Luis V. Espí Guerola. - Dr. en Ciencias de la Actividad Física y el Deport
Son innumerables los movimientos deportivos cuya evolución
y perfeccionamiento se ven comprometidos por un defecto
en la postura inicial que adopta el deportista. Si aún en
aquellos en los que el cuerpo se traslada por acción alternante
y repetida de sus piernas dicha postura puede ser condicionante
de cara al rendimiento del deportista, en los deportes, como es el
caso del golf, donde el buen rendimiento del movimiento va a
depender de alineaciones, ángulos, amplitudes, aplicación de
potencia y coordinación de segmentos, la buena postura se torna
crítica.
De la postura ya hablé en un artículo anterior, aunque si bien
orientada al golf, lo hacia desde una óptica más general que en
esta ocasión. Hoy me propongo ser más conciso y daros a conocer,
en este artículo al que seguirán otros, defectos posturales propios
del “stance” de golf y tratar de explicaros como estos van a afectar,
directamente o indirectamente, al desarrollo del swing y, por ende
a la eficacia y consistencia del resultado que este debiera producir.
Dos de los defectos de postura más comunes entre los
jugadores de golf devienen de un mal posicionamiento de la espalda.
La espalda tiene una serie de curvaturas funcionales (una lordosis
lumbar, una cifosis dorsal y una lordosis cervical). Estas curvaturas
debieran ser respetadas cuando nos colocamos ante la bola. El
problema viene cuando dichas curvas presentan una alteración,
digamos, en la vida normal del jugador.
Como ya he dicho públicamente en más de una ocasión, la
preparación física es un excelente aliado para mejorar el rendimiento
de nuestro juego y, además, y desde mi punto de vista más
importante, si gracias a la motivación que nos produce jugar al
golf, y de la comprensión y aceptación de ese papel de mejora
para la mejora de nuestro juego, hacemos que esa preparación
física pase a formar parte de nuestras vidas, será en nuestra salud
general donde verdaderamente experimentemos un gran avance,
lo que sea dicho de paso no esta nada mal.
Esos defectos posturales que provienen de la espalda, y que
podríamos denominar como “de base” son la postura en “C”, y la
postura en “S”, (agrupación nº 3). Antes de comenzar a explicarlas
diré que ha habido grandes jugadores profesionales, con ambos
tipos de defectos posturales, que han rendido a un nivel muy alto,
lo cual quiere decir que no son defectos limitantes, aunque si
condicionantes. Quizás en el caso de estos jugadores no ha
repercutido en su nivel de juego, o sí, quien sabe, pero muchos
de ellos lo que si que han experimentado son graves episodios de
dolor de espalda que les han impedido rendir sin que esta fuese
su voluntad.
La postura en “C” funcional, es decir, la que el jugador
experimenta habitualmente, se identifica exteriormente por un
redondeo excesivo de la parte superior de la espalda y los hombros
caídos hacia delante. Estas posiciones son debidas a que los
músculos pectorales, los trapecios superiores y el elevador de la
escápula, entre otros músculos, están contraídos y, la musculatura
de la parte media de la espalda y cuello, trapecios inferiores y
flexores profundos del cuello, inhibidos. Estas características
responden al nombre técnico establecido por V. Janda de “Síndrome
Cruzado Superior” y se instauran en personas que permanecen
sentadas mucho tiempo delante de una mesa de despacho, de un
ordenador, o realizando tareas manuales de forma continuada,
entre otras causas. La consecuencia más directa sobre el swing
de golf es que esta postura es un factor limitante importante en la
habilidad que el jugador tenga para rotar en el back swing.
La postura en “S” funcional, se caracteriza por un arqueo
excesivo de la zona lumbar y esta causada también por estancias
prologadas en posición sentado, lo que provoca que los flexores
de la cadera se acorten. Ello hará que, una vez de pie, y dadas
sus inserciones anatómicas en la cadera y las vértebras lumbares,
estos músculos “tiren” de dichas vértebras y hueso de la cadera
hacia delante, provocando una cadera volcada hacia delante y el
aumento de curvatura lumbar que dan origen al problema postural.
Como nuestro cerebro es consciente de ese acortamiento, actúa
de forma reactiva “desconectando” los músculos abdominales y
los glúteos. Como ya hemos visto en otros artículos, esta situación
nos lleva a que la estabilidad de la cadera pierda funcionalidad y
que la espalda pierda a los dos protectores fundamentales que
tiene para preservarla de lesiones. Las consecuencias son, por un
lado pérdidas de ángulos y faltas técnicas en el swing y por otro,
un aumento en la probabilidad de sufrir lesiones de espalda que
cursen con dolor.
Lo que el jugador de golf debe saber es que, tanto la postura
en “C” como la postura en “S”, son extremos de un mismo problema,
un desequilibrio y/o una falta de condición física en los músculos
de la espalda que van a tener como consecuencias un aumento
innecesario, tanto en el riesgo de lesión en su espalda, como en
la aparición y consolidación de fallos técnicos en el swing de golf.
Ángulo reverso de columna (caída de la verticalidad de la
columna hacia el objetivo en el back swing), sway (movimiento
lateral de la pelvis en el backswing), slide (movimiento excesivo
compensatorio de la pelvis en dirección al objetivo en la bajada),
perdida de ángulos, extensión anticipada… entre otros fallos
técnicos, son debidos a estas defectuosas posturas de la columna.
Los ejercicios que os muestro en este artículo os ayudarán a
ir solucionando paulatinamente estos defectos posturales, lo que
irá dejando expedito el camino para que con la dirección adecuada
y el entrenamiento la técnica de vuestro swing mejore y con ella
vuestro rendimiento en el campo.
Os recomiendo que repaséis la revista nº 41 de Junio de 2006
donde aparece la explicación de algunos ejercicios posturales
básicos.
26