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CIADONCHA<br />

¡CUÁNTOS RECUERDOS!<br />

Lucía T. Varona Ed.D.<br />

<strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong> <strong>University</strong><br />

500 El Camino Real<br />

<strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, California 95023


Participantes<br />

Agustín Arroyo López<br />

Gregorio Arroyo López<br />

Santos Arroyo Pérez<br />

Dulce Estrella Caballero López<br />

Marisa Delgado Sierra<br />

Fabricio Galiana Sierra<br />

Virgilio Galiana Sierra<br />

Purificación Galiana Arroyo<br />

Rosa Gutiérrez González<br />

María Hernando Temido<br />

Florencio Ibáñez Álvarez<br />

José Luís Julián Hernando<br />

Ángeles López Varona<br />

Genara Madrid Frías<br />

Paulina Madrid Mecerreyes<br />

Ismael Madrid Olmos<br />

Práxedes Martínez Santos<br />

Ana María Melchor Madrid<br />

Orencio Pérez Cascajar<br />

Angelines Pérez Palacios<br />

Emérito Puente García, Párroco<br />

Ángel Varona Madrid<br />

Arcadio Varona Madrid<br />

Federico Varona Madrid<br />

María Ángeles Varona Madrid<br />

Petra Varona Madrid<br />

2


CONTENIDO<br />

Introducción ………………………………………………………………. 3<br />

Capítulo 1: El pueblo y su gente ………………………………………….. 10<br />

Capítulo 2: Evolución de la población ……………………………………. 18<br />

Capítulo 3: Un poco de historia …………………………………………... 26<br />

Capítulo 4: La iglesia …………………………………………………….. 28<br />

Capítulo 5: Religiosidad ………………………………………………….. 40<br />

Capítulo 6: La comida ……………………………………………………. 69<br />

Capítulo 7: La m<strong>at</strong>anza …………………………………………………… 75<br />

Capítulo 8: Las bodegas ………………………………………………….. 81<br />

Capítulo 9: La vivienda …………………………………………………… 87<br />

Capítulo 10: La educación ………………………………………...............102<br />

Capítulo 11: El ciclo de la vida ……………………………………………115<br />

Capítulo 12: La agricultura y la ganadería ………………………………..144<br />

Glosario ……………………………………………………………………172<br />

Bibliografía ………………………………………………………………...176<br />

Versión electrónica<br />

Hollister, CA. Diciembre 2006<br />

3


INTRODUCCIÓN<br />

En el verano del año 2005 participé en un seminario que ofreció la universidad de <strong>Santa</strong><br />

<strong>Clara</strong>, donde soy c<strong>at</strong>edrática de español, en el que por dos semanas 20 personas leímos,<br />

reflexionamos y compartimos temas relacionados con la vocación. Era como poner de alguna<br />

manera toda nuestra vida sobre la mesa y encontrar qué es lo que nos ha motivado y nos motiva a<br />

trabajar cada día. Para mí está muy claro, mi vocación es compartir mi vida con la gente sencilla<br />

de la comunidad. Es con ellos con los que más disfruto y es de ellos de quienes más aprendo.<br />

En Gu<strong>at</strong>emala trabajé por muchos años para una organización no gubernamental creando,<br />

dirigiendo y coordinando programas educ<strong>at</strong>ivos para niños, jóvenes y adultos del área marginal<br />

de la ciudad capital. Esa fue mi primera universidad. Semanalmente escribía una columna en un<br />

suplemento del diario El Gráfico que se llamaba “Semilla”, donde expresaba mis reflexiones y lo<br />

mucho que aprendía de la gente con quienes y para quienes trabajaba.<br />

En los Estados Unidos me especialicé en educación multicultural y en la enseñanza del<br />

castellano como segundo idioma. Mi tesis doctoral fue inspirada en mis estudiantes l<strong>at</strong>inas, en su<br />

mayoría provenientes de áreas rurales, que tomaban mis cursos mientras yo hacía mis estudios de<br />

postgrado. Mis clases se caracterizan por el aprendizaje basado en la comunidad que no es otra<br />

cosa más que invitar a los alumnos a convivir con los hispanohablantes que usan centros de<br />

ayuda comunitaria para aprender de ellos, compartiendo el diario vivir. El objetivo principal de<br />

este tipo de aprendizaje es establecer una mayor comunicación entre la universidad y la<br />

comunidad; que la una se alimente de la otra, que mutuamente se respeten y así se promueva el<br />

desarrollo humano. Es en este campo del aprendizaje basado en la comunidad donde he<br />

realizado trabajos de investigación y es entre la gente sencilla donde encuentro realmente el<br />

deseo de vivir.<br />

No es de extrañarse entonces, que este estudio haya sido inspirado y realizado con la<br />

comunidad de Ciadoncha; pequeña población rural castellana cuyos habitantes han trabajado los<br />

campos empezando con vacas hasta llegar a la cosechadora moderna. Este pueblo no ha tenido<br />

nunca una escuela secundaria, ni una biblioteca, pero sus hombres y mujeres tienen la sabiduría<br />

del que ha entregado sus mejores años a la tierra y el corazón sencillo del que cada mañana<br />

agradece al cielo el nuevo día. Esta comunidad tan pequeña y ha inspirado artículos en El Diario<br />

de Burgos con títulos como “Ciadoncha: el pueblo más intelectual de la provincia” escrito por<br />

Roberto Estébanez, (22)<br />

Desde 1984 visito Ciadoncha por lo menos una vez al año. Me casé con un ranero, como<br />

les llaman a los n<strong>at</strong>ivos de esta villa, y desde entonces he tr<strong>at</strong>ado de dejarme hablar por sus<br />

calles, sus casas, sus campos y principalmente su gente. Algunos cuentos son testigos de mis<br />

primeras impresiones (http://itrs.scu.edu/instructors/lvarona )<br />

Desafortunadamente, es evidente que muchos pueblos pequeños, no sólo en España sino<br />

en todo el mundo, tienden a desaparecer y Ciadoncha no es la excepción. Con pena hemos visto<br />

cuánto ha ido disminuyendo la población y con ellos también se van yendo los recuerdos. Es<br />

muy poco lo que hay escrito sobre este pueblo. Las historias están sólo grabadas en la memoria<br />

de los que viven. Podemos decir que cada vez que muere un anciano de Ciadoncha, desaparece<br />

4


con él o ella, una biblioteca. Esa biblioteca que hasta hoy el pueblo no ha tenido nunca. Ante<br />

esta realidad y con la certeza de los valores tan grandes que hay en este lugar empecé el presente<br />

trabajo. Esta es una recopilación de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os de muchas personas que<br />

amablemente aceptaron mi invitación a dialogar. Solamente una de ellas pidió que su nombre no<br />

apareciera en la lista de participantes. Por otra parte, lo que yo aporto al estudio es el contexto<br />

histórico de los tiempos a los que se refieren las narraciones de los informantes y mis propias<br />

reflexiones y recuerdos.<br />

Forma de hacer las citas y referencias bibliográficas<br />

Es mi deseo que este estudio sea leído por toda la gente que quiera entrar de alguna<br />

manera en lo maravilloso que es el mundo sencillo, pero no simple, de quienes hacen posible que<br />

nos llegue a la mesa diariamente el pan. Es por eso que el lector se dará cuenta que el lenguaje<br />

usado es coloquial y directo. En el texto se menciona a los autores, y el número que se ve en<br />

paréntesis corresponde a la página de donde viene la información. También se ha tr<strong>at</strong>ado de<br />

comentar la fuente de información en forma narr<strong>at</strong>iva y al final se ha anotado como bibliografía.<br />

Muchos términos o palabras están escritos en letra itálica, lo cual quiere decir que su explicación<br />

está en el glosario que aparece al final. Esto se ha hecho para facilitar la comprensión de la<br />

lectura a las personas que son de otras partes del mundo y no están acostumbradas a dichas<br />

palabras o expresiones.<br />

Cuando me refiero a los diálogos personales, no escribo el nombre de la persona, pero sí<br />

doy el año en que se realizó la entrevista. Esto es a solicitud de los participantes, quienes sólo<br />

quieren que sus nombres aparezcan como colaboradores pero no quieren que se identifique lo<br />

que dijo cada uno.<br />

En cuanto a información encontrada en Internet, se da la dirección electrónica y una<br />

breve explicación de la misma en el texto. En la bibliografía se vuelve a poner la dirección y la<br />

fecha en que fue usada. En la versión de este <strong>libro</strong> en Internet, el lector puede ir directamente a<br />

las fuentes de información con sólo oprimir la dirección que aparece en azul.<br />

Con respecto a las fotografías usadas en este trabajo, en su mayoría fueron<br />

proporcionadas por Arcadio Varona, Federico Varona y la autora En muchos casos es imposible<br />

saber la fecha en que fueron tomadas y sólo se puede hacer referencia a la época, a la década o al<br />

año en que se supone fueron sacadas.<br />

Bases Teóricas<br />

Tres teorías han servido de base para este estudio. La teoría de la investigación<br />

particip<strong>at</strong>iva, la teoría apreci<strong>at</strong>iva y la teoría de historia oral. Estos tres grandes estilos de<br />

investigación me han inspirado y ayudado a observar, reflexionar, aprender a preguntar y<br />

organizar la información cumpliendo con el rigor académico que corresponde a un estudio de<br />

este tipo.<br />

Peter Park, un investigador norteamericano que ha hecho muchos trabajos con distintas<br />

comunidades en los Estados Unidos, explica que la Teoría de Investigación Particip<strong>at</strong>iva dice<br />

que la investigación sale de la gente de una comunidad, que es la gente quien tiene el poder de<br />

generar, profundizar y transmitir conocimiento (4) . Él dice que la investigación particip<strong>at</strong>iva<br />

5


comienza porque la gente ve un problema y tr<strong>at</strong>a de solucionarlo. El investigador con la gente<br />

de la comunidad (el énfasis lo he puesto yo) ve el problema y juntos tr<strong>at</strong>an de solucionarlo. De<br />

cierta manera eso es lo que ocurrió en nuestro caso pues “el problema” que vemos es que no hay<br />

mucho escrito sobre Ciadoncha. Vemos también que la gente mayor tiene estos recuerdos en su<br />

memoria y que se corre el riesgo de perder todo si no queda algo escrito para otras generaciones.<br />

Entonces, la idea de escribir los recuerdos no ha sido sólo mía sino realmente de mucha gente y<br />

de hecho los recuerdos los tenemos todos, no sólo una persona. Por lo tanto este estudio tenía<br />

que ser particip<strong>at</strong>ivo, lo cual quiere decir que en él ha intervenido activamente mucha gente con<br />

sus historias, con sus fotos, con sus vídeos, abriéndome su casa, dejándome tomar fotos, y<br />

compartiendo conmigo mucho de todo lo vivido en este pueblo.<br />

Pero por otra parte, no he querido enf<strong>at</strong>izar los problemas sino más bien los buenos<br />

recuerdos, las cosas positivas que se han vivido allí. Por eso la Teoría Apreci<strong>at</strong>iva me ayudó a<br />

entender cómo tenía que hacer las preguntas, cómo evitar el caer en lo neg<strong>at</strong>ivo en los diálogos.<br />

Esta teoría enfoca la investigación desde un punto de vista un poco diferente, pero<br />

complementaria, al de la teoría particip<strong>at</strong>iva. La teoría apreci<strong>at</strong>iva, nos dicen los autores Jane<br />

Magruder W<strong>at</strong>kins y Bernard J. Mhor; se basa en enf<strong>at</strong>izar el significado de la palabra apreciar<br />

que es como querer, valorar; y en la palabra investigar que quiere decir tr<strong>at</strong>ar de entender<br />

haciendo preguntas (14). De esta teoría tomé la idea de preguntar cuáles eran los mejores<br />

recuerdos que tenían de su vida en Ciadoncha. Durante esta investigación siempre hablamos de<br />

las cosas positivas. Hasta las cosas tristes las recordábamos con alegría como fue el revivir los<br />

tiempos difíciles cuando no había tantas cosas m<strong>at</strong>eriales.<br />

De la Historia Oral he tomado la idea de que la historia no la escriben sólo los grandes<br />

héroes, ni los grandes personajes. La historia también la hace la gente sencilla. Esto lo explica<br />

Paul Thompson. En su <strong>libro</strong> Voices of the Past, que en español quiere decir Voces del Pasado.<br />

Él explica que es muy importante que la gente hable de cómo vivieron diferentes<br />

acontecimientos. Thompson dice que es muy bueno escuchar a diferentes gentes, porque cada<br />

uno tiene una distinta percepción de lo vivido y sólo así se pueden realmente entender los<br />

acontecimientos pasados. Esta teoría enf<strong>at</strong>iza mucho grabar las historias narradas. En este <strong>libro</strong><br />

ponen como ejemplo varios estudios que se han hecho sobre los judíos y todo lo que pasaron<br />

durante la Segunda Guerra Mundial. Estas narraciones han servido para hacer la experiencia<br />

más personal en los museos en donde es posible escuchar las voces de las personas narrando lo<br />

que vivieron mientras se ven fotos o artefactos. Los autores enf<strong>at</strong>izan lo poderoso que es<br />

escuchar la voz de la persona después de mucho tiempo.<br />

De allí salió la idea de grabar las entrevistas y dejar una copia de ellas en el ayuntamiento<br />

por si en el futuro alguien quisiera usarlas para la divulgación de las costumbres y tradiciones de<br />

Ciadoncha. Efectivamente es muy emocionante escuchar las voces de las personas que ya no<br />

están más entre nosotros. No es lo mismo sólo leer lo que ellos decían. A nosotros nos pasó<br />

cuando buscando m<strong>at</strong>erial para este estudio nos topamos con una cinta que contenía historias,<br />

conversaciones y canciones de mucha gente del pueblo que hoy ya no está entre nosotros. Creo<br />

que esta vez pusimos más <strong>at</strong>ención a todo lo que dijeron. Talvez, por el mismo hecho de ya no<br />

estar más entre nosotros.<br />

6


Para el contexto histórico he consultado muchos sitios en Internet, revistas y <strong>libro</strong>s.<br />

Fundamentalmente uso el <strong>libro</strong> Historia de España por Julio Valdeón, Joseph Pérez y Santos<br />

Juliá. Me centro en la parte del <strong>libro</strong> desarrollada por Santos Juliá, ya que es la época que nos<br />

ocupa en este trabajo. Además he usado varios <strong>libro</strong>s que se han publicado con temas de la<br />

región.<br />

Metodología, cómo se hizo este trabajo<br />

Empecé este estudio en diciembre del año 2004 cuando invité a cinco mujeres del pueblo<br />

a que me contaran cuáles eran los mejores recuerdos que tenían de su vida en Ciadoncha. Los<br />

temas gener<strong>at</strong>ivos fueron los siguientes: religión, educación, el ciclo vital. Estos diálogos los<br />

grabé y luego los escuché con la intención de transcribirlos. Sin embargo me encontré con que la<br />

trascripción resultaba sumamente difícil y en realidad no tenía mayor importancia para el<br />

estudio, dada la repetición y falta de continuidad en la narración. Para tomar la decisión de no<br />

transcribir, me basé en lo que dice la autora Willa K. Baum en su <strong>libro</strong> Transcribing And Editing<br />

Oral History (15), (Transcribiendo y editando historia oral). Baum dice que la decisión de<br />

transcribir los diálogos, entrevistas o narraciones se toma de acuerdo al presupuesto que uno<br />

tiene para el estudio, pues la trascripción lleva muchas horas de trabajo y resulta sumamente<br />

cara. Además si se puede hacer un resumen de lo hablado y con eso todavía se cumplen los<br />

objetivos del estudio, es suficiente.<br />

En el verano de 2005, tomando en cuenta el resumen de los diálogos realizados en<br />

diciembre del año anterior, pude detectar otros temas gener<strong>at</strong>ivos tales como: los juegos de la<br />

niñez, el noviazgo, las bodas, celebraciones religiosas, la escuela, la vivienda, el trabajo en el<br />

campo, las tareas de la casa, y el centro cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Me entrevisté de nuevo con<br />

algunas de las señoras para asegurarme de algunos detalles y también para darles la oportunidad<br />

de expandir sus comentarios, ya que todas me comentaban cómo después que habíamos grabado<br />

iban recordando más cosas vividas. Sus comentarios fueron agregados al resumen hecho<br />

anteriormente. Esto me enseñó que debía crear el ambiente antes de grabar la información. Por<br />

ejemplo en reuniones previas a la grabación, hablábamos sobre los temas que les quería<br />

preguntar y dejaba pasar unos días antes de hacer el diálogo formal, así cuando llegaba el día de<br />

hacer el diálogo, los participantes ya habían tenido varios días para recordar más cosas y muchos<br />

incluso tenían fotos y objetos que ayudaban a enf<strong>at</strong>izar los recuerdos que tenían en el momento<br />

del diálogo. A otras personas les di las preguntas anticipadamente y en el diálogo grabé lo que<br />

ellos habían logrado recordar.<br />

Para diciembre de 2005 ya tenía los temas claramente definidos y se vio la necesidad de<br />

entrevistar no sólo a mujeres sino también a hombres que querían participar, a José Luís<br />

Hernando, Alcalde del pueblo; Emérito Puente, Párroco y a Arcadio Varona quien ha hecho algo<br />

de investigación sobre el origen del pueblo. Fue así como en enero de 2006 entrevisté a<br />

dieciocho personas más. Después de escuchar cuáles eran los recuerdos más gr<strong>at</strong>os que tenían,<br />

las preguntas eran bastante específicas a los temas que salían de los recuerdos. Por ejemplo a<br />

unos les pregunté sólo cosas que tenían que ver con la agricultura, a otros con el ciclo vital, al<br />

Párroco sobre cosas relacionadas con la vida religiosa y la iglesia del pueblo y al Alcalde más<br />

que todo d<strong>at</strong>os sobre el aspecto administr<strong>at</strong>ivo del lugar. A una pareja, los más jóvenes, les<br />

pregunté sobre cómo veían el futuro del pueblo y qué pensaban ellos de la vida allí. Otros<br />

compartieron conmigo sus vídeos y rodeados de toda la familia los vimos y revivimos la vida en<br />

7


las bodegas, fiestas especiales y muchos recuerdos más. El tema del centro cultural <strong>Santa</strong><br />

Bárbara y la función educ<strong>at</strong>iva y cultural que tuvo el pueblo por varios años también fue tema<br />

específico con un grupo, logrando recopilar muchos recortes de periódico, fotografías, programas<br />

etc.<br />

La comunicación electrónica con los informantes en Ciadoncha ha sido continua, a través<br />

de Internet. El intercambio de fotos, documentos, ideas, etc. se ha incrementado con el correr del<br />

tiempo. Los capítulos terminados fueron remitidos primeramente, a dos personas del lugar para<br />

que los leyeran señalaran errores, hicieran sugerencias y comentarios pertinentes, antes de<br />

escribir la siguiente versión. Esa versión del documento fue presentada a varias personas en el<br />

pueblo para que revisaran lo escrito, corrigieran errores y dieran su opinión sobre las fotografías<br />

escogidas. Al ver las primeras 150 páginas de este trabajo, muchos se animaron a compartir<br />

fotos y d<strong>at</strong>os al mismo tiempo que corregían y sugerían cambios que tomé en cuenta para la<br />

versión final.<br />

A cada uno de los participantes le fue leída la carta que ellos firmaron y que adjunto a<br />

continuación.<br />

INVESTIGACION SOBRE LA VIDA EN CIADONCHA EN EL SIGLO XX<br />

Nombre de la investigadora: Lucía T. Varona<br />

Afiliación académica: Universidad de <strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, <strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, California.<br />

Por este medio hacemos constar que nuestra participación en esta investigación es para<br />

colaborar a la divulgación de nuestras costumbres y tradiciones. Todos los d<strong>at</strong>os que hemos dado<br />

y que constan en las grabaciones son el producto de lo que recordamos haber vivido.<br />

La investigadora tiene nuestra autorización para usar esta información de la manera que<br />

ella considere necesaria para promover el conocimiento de la cultura rural española. Una copia<br />

del estudio y de la grabación de las historias quedará en los archivos del pueblo para ser usada en<br />

futuras investigaciones y/o divulgación de nuestra cultura.<br />

Nuestras firmas a la par de la forma en que queremos que nuestros nombres aparezcan en<br />

el estudio constituyen nuestra autorización para la divulgación de las mismas.<br />

Fecha: ____________________________________<br />

Nombre como quiere que aparezca<br />

en el estudio<br />

________________________________<br />

Firma del participante<br />

_____________________________<br />

Con toda esa información, durante el trimestre de invierno del año 2006 redacté el<br />

presente trabajo, el cual he dividido en los siguientes capítulos: El pueblo y su gente, un poco de<br />

historia, la iglesia, la religiosidad popular, las bodegas, la comida, la m<strong>at</strong>anza, la vivienda, la<br />

8


educación, el ciclo vital, la agricultura y la ganadería y el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Al final<br />

he puesto un glosario para ayudar a personas que no son del área de Ciadoncha a entender mejor<br />

el contenido del trabajo<br />

La presente versión del trabajo se incorpora a la página electrónica de la autora<br />

http://itrs.scu.edu/instructors/lvarona el día 6 de diciembre de 2006.<br />

9


CAPÍTULO 1<br />

EL PUEBLO Y SU GENTE<br />

Ciadoncha, pequeña población en la comarca del Arlanza a 25 Kms. de la ciudad de Burgos.<br />

Ubicación Geográfica.<br />

Según el estudio de Santiago García, Ciadoncha tiene, una extensión de 15.29 kilómetros<br />

cuadrados a una altitud media de 796 metros. Está en el suroeste de la provincia de Burgos, es<br />

colindante a los municipios de Prescencio, <strong>Santa</strong> María del Campo, Mahamud, Mazuela,<br />

Olmillos de Muñó y Palazuelos de Muñó. A sólo dos kilómetros está el río Cogollos y el Arroyo<br />

del Aguanal. A once kilómetros está la estación de ferrocarril de Villaquirán. Además Ciadoncha<br />

está bien conectada por carreteras asfaltadas con los principales puntos de interés del país.<br />

http://www.diputaciondeburgos.es/PlanoProvincia.cfmx=2&y=9<br />

10


Su gente<br />

La gente de Ciadoncha es tradicional sencilla, cariñosa y muy trabajadora. En la<br />

entrevista que le hice al Párroco del pueblo, Don Emérito Puente, le pregunté qué es lo que él ha<br />

aprendido de la gente de Ciadoncha en el tiempo que lleva <strong>at</strong>endiéndoles como sacerdote. Él me<br />

respondió que de los mayores, su resignación, la entereza con que reciben lo que la vida les da;<br />

de los jóvenes, su espíritu de lucha y deseo de cambio.<br />

Práxedes Martínez, nació en Ciadoncha en 1915 hoy es la vecina más anciana.<br />

Foto proporcionada por Práxedes Martínez<br />

La señora Práxedes Martínez, ha vivido siempre en Ciadoncha. Ella ha visto crecer y<br />

disminuir el pueblo. A sus años ella todavía disfruta limpiando su casa y no es raro encontrarla<br />

barriendo su portal. Es una mujer admirable, con la sabiduría que dan los años y con la dulzura y<br />

fortaleza que sólo los de Ciadoncha saben tener. A ella quiero darle las gracias por haberse<br />

sentado a conversar conmigo y haberme ayudado tanto con sus recuerdos.<br />

Marcos y Alfredo Arroyo los más jóvenes de Ciadoncha con su madre. 2003<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Marcos y Alfredo Arroyo son los más jóvenes del pueblo. Ellos todavía viven allí,<br />

aunque tienen que ir a la escuela de <strong>Santa</strong> María que queda a unos cu<strong>at</strong>ro kilómetros de distancia.<br />

Estos niños son la alegría de todos.<br />

11


El pueblo<br />

A Ciadoncha la <strong>at</strong>raviesa una calle principal, llamada de La Calzada. Va desde la<br />

carretera hasta las bodegas. Pero también hay un camino que todavía no está asfaltado y parece<br />

que fuera la continuación de la calle de La Calzada, que conduce a una nueva bodega que se está<br />

construyendo y al pozo del agua potable.<br />

Calle de La Calzada. 2006<br />

El Ayuntamiento está entre la Iglesia y el Bar. Lo que hoy es el Bar, fue en su tiempo la<br />

escuela de varones. Hay muchas casas que han sido restauradas, otras siguen caídas y aún hay<br />

algunas que han sido recién construidas en estos últimos años.<br />

Ayuntamiento antiguo. 1982 Ayuntamiento nuevo. 2006<br />

Iglesia y Plaza. 2005<br />

12


El pueblo tenía varios manantiales, a donde las mujeres iban a lavar la ropa. También hay<br />

unas pilas públicas a donde también fue la gente a lavar, antes de tener lavadoras automáticas en<br />

la casa.<br />

La Antanilla, uno de los manantiales en los años 70.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

La esposa de uno de los participantes comentaba que cuando ella había llegado a<br />

Ciadoncha se había sentido feliz, porque en invierno lavar en el manantial era mucho mejor que<br />

lavar en el río. El agua del río es muy fría, mientras que la del manantial se conserva templada.<br />

La mayoría de las participantes tiene recuerdos muy gr<strong>at</strong>os de la época en que se lavaba en los<br />

manantiales. Dijeron que era muy alegre cuando se reunían unas cuantas lavando, que realmente<br />

el trabajo se hacía mucho más llevadero cuando se hacía charlando y riendo.<br />

Arboleda cerca de uno de los manantiales donde se solía lavar y tender ropa. 2006<br />

Foto de Lucía Varona<br />

13


Pozo de donde sale el agua para todo el pueblo. 1977.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

En 1977 pusieron el agua potable. La vida cambió completamente para todos en<br />

Ciadoncha. Una de las cosas que más han notado los participantes es que desde que se puso el<br />

agua, la gente se ha ido retrayendo cada vez más en sus casas y dicen que ya no existe la misma<br />

camaradería de antes.<br />

Este ha sido un punto muy importante que salió durante las entrevistas y es un tema<br />

interesante a tr<strong>at</strong>ar. En general, la mayoría de la gente añora los tiempos de antes por lo mucho<br />

que tenían que estar en contacto. Los participantes dicen que desde que la vida cambió en<br />

Ciadoncha, con tantas comodidades, los vecinos se fueron volviendo más retraídos y más<br />

egoístas. Esta fue una expresión que usó un participante al explicar que la modernización, no<br />

había sido necesariamente buena.<br />

Antes tenían que ir a traer el agua a la fuente y se veían y charlaban un r<strong>at</strong>o, también<br />

cuando iban a lavar y no digamos cuando había que hacer el trabajo duro de la cosecha todos<br />

juntos en las eras. Al entrar la mecanización en la agricultura, las labores en común<br />

desaparecieron y la gente se fue volviendo más retraída. El individualismo caracteriza hoy la<br />

vida en Ciadoncha, esto es percibido como egoísmo y falta de generosidad por muchos de los<br />

habitantes.<br />

Este sentimiento no existe sólo en Ciadoncha. Haciendo la investigación para este<br />

estudio visité http://www.alcozar.net/etnografia/pueblo-vivienda.htm un lugar en Internet donde<br />

un pueblo de Soria expone cómo era la vida rural antes y ahora. Ellos dicen que la vida para el<br />

agricultor ha cambiado mucho, que las personas son menos comunic<strong>at</strong>ivas y que se podría decir<br />

que hoy la vida para ellos es muy aburrida.<br />

14


Fuente más conocida como de La Trini.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Hay varias fuentes de agua en el pueblo. De allí llevaban el agua a las casas antes de<br />

1977. Estas fuentes son bajas y el agua es cristalina y fresca. Prácticamente hay una fuente en<br />

cada barrio.<br />

Los barrios son algo interesante en el pueblo pues, sin haber ninguna separación física,<br />

las familias se iban reuniendo y creaban más afinidad entre algunos vecinos, formando así<br />

pequeños grupos de personas más allegadas con las que compartían mucho más que con otras.<br />

Tanto es así que cuando se cambiaron de casa algunos, porque construyeron una más moderna en<br />

otra parte del pueblo, no les fue fácil adaptarse al nuevo vecindario. Resulta interesante esta<br />

observación, por lo pequeño que es el pueblo. También pude observar que varias personas de la<br />

misma edad, casi no se comunicaban cuando eran niños. A las personas que nacieron en el<br />

mismo año les llaman “quintos”. Debido a la territorialidad de los barrios, hay muchos quintos<br />

que hasta ahora de mayores se han comunicado más y han llegado a conocerse mejor.<br />

La Casa Blanca vista desde lejos. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Un lugar que está muy cerca es La Casa Blanca. Esta fue una granja que se llamaba “Los<br />

Lirios”. Ha cambiado mucho de dueños, pero en una época tuvo mucha vida. Una de las<br />

participantes dice que ella recuerda muy bien cómo era esa casa. Estaba llena de vida, tenían<br />

15


muchos animales y cultivos diferentes. Los que la cuidaban eran muy buenos amigos de la gente<br />

del pueblo. La Casa Blanca se ha quedado como un lugar de nostalgia, de recuerdos a donde la<br />

gente ahora va de paseo.<br />

Carretera a Presencio en los años 70<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

A la gente de Ciadoncha le gusta andar y hay muchos lugares muy bonitos para ir de<br />

paseo. Uno de ellos es el camino a Presencio, a las Cu<strong>at</strong>ro Piedras, a las bodegas, o simplemente<br />

meterse al campo y dejar que la n<strong>at</strong>uraleza les hable.<br />

Paseando por el campo en los años 70<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

16


En diciembre da gusto ir al pinar a traer el musgo para el nacimiento y coger níscalos.<br />

Níscalos del pinar. 1984<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Las bodegas y los merenderos es otra parte de Ciadoncha que es muy bonita y donde se<br />

disfruta mucho de la compañía de amigos y familiares.<br />

Las bodegas. 1992<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

17


CAPÍTULO 2<br />

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN<br />

En 1842 aparece Ciadoncha en el diccionario de Madoz con 77 vecinos y 200 almas. En<br />

el censo de Floridablanca que se realizó en 1787, la población estaba distribuida de la manera<br />

que lo demuestra el diagrama.<br />

CIADONCHA<br />

CENSO DE FLORIDABLANCA 1787<br />

Más 50 años;<br />

38<br />

Menos 7 años;<br />

38<br />

40 a 50 años;<br />

33<br />

7 a 16 años;<br />

51<br />

25 a 40 años;<br />

55<br />

16 a 25 años;<br />

36<br />

Mas recientemente en un informe sobre pueblos de España que hizo Santiago García y<br />

que ya mencioné antes, también aparecen d<strong>at</strong>os interesantes sobre la evolución de la población<br />

en Ciadoncha.<br />

EVOLUCIÓN DE POBLACIÓN<br />

1787-2003<br />

436<br />

407<br />

319<br />

385 390<br />

412<br />

357<br />

251<br />

255<br />

200<br />

149<br />

121 116 107<br />

1787 1842 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2003<br />

Fuente: Análisis EDIDATA I+D+I.<br />

18


En el año 1900 alcanzó la población a tener 436 habitantes siendo ésta la más alta que ha<br />

tenido Ciadoncha en la historia. Una disminución notable es la de 1920, cuando llegó a 319,<br />

subiendo nuevamente en 1930 a 385 y manteniéndose entre 390 y 357 hasta 1960. En 1970<br />

vuelve a disminuir a 255 y en 1981 a 149 quedando la población entre 121 y 107 habitantes<br />

desde 1981 hasta 2003.<br />

No es fácil encontrar las causas de la fluctuación de la población en Ciadoncha desde<br />

1787 hasta 1930. Sin embargo, gracias a los recuerdos de muchos de los participantes en este<br />

estudio, sí podemos explicar las fluctuaciones desde 1930 en adelante. La fluctuación en la<br />

población anteriormente a 1930 posiblemente se debió a las tendencias generales de la población<br />

europea en esos tiempos, para lo cual sería interesante visitar la página electrónica de<br />

Artehistoria en http://www.artehistoria.com/ que es una inici<strong>at</strong>iva sin ánimo de lucro de<br />

Ediciones Domen donde se pueden explorar estos temas a nivel nacional y mundial.<br />

En resumen la fluctuación de la población se debía más que nada a la falta de<br />

conocimientos para hacerle frente a pestes y c<strong>at</strong>ástrofes n<strong>at</strong>urales. En el caso de España, se<br />

podría imaginar que los cambios en el clima podrían haber sido la causa de la fluctuación en la<br />

población, ya que siendo un país que dependía mucho de la agricultura, siempre se veía afectado<br />

por sequías y otros fenómenos n<strong>at</strong>urales. Sin embargo, la emigración que toma lugar a partir del<br />

descubrimiento de América, no llegó a afectar tanto a Castilla, como pudo haberse notado en las<br />

zonas costeras del país.<br />

Contexto histórico<br />

Debemos recordar que antes de 1900, España era una sociedad mayormente rural. Según<br />

Santos Juliá, el 77 por ciento de la población se dedicaba a la agricultura y a la pesca (446). Esto<br />

hacía que la economía fuera muy inestable pues una mala cosecha por cualquier crisis<br />

clim<strong>at</strong>ológica, traía hambruna a todo el país.<br />

Ilustración de cómo era la vida en España en el siglo XVIII<br />

Grabado de San Severino de J. E. Delmás http://www.balmaseda.net/balmanet/HIST/historia_histo.htm<br />

De 1900 a 1930, la población rural en España empezó a moverse, ya no a la costa a tomar<br />

los barcos para ir a América, como lo había hecho en el siglo anterior, sino a las áreas urbanas.<br />

Las ciudades empezaron a crecer, los trabajos en construcción florecieron y la mortalidad<br />

descendió. La población total de España pasó de 18.61 millones en 1900 a 23.67 millones en<br />

1930.<br />

19


La movilidad a las ciudades grandes que se vio en esta época también se debió a la<br />

industrialización. Es en este tiempo que crecen Barcelona, Madrid, Bilbao, Gijón con el tráfico<br />

portuario, Valencia, Sevilla, Salamanca, Vigo, Córdoba y Zaragoza. Empresarios e industrias<br />

surgieron a raíz de la Gran Guerra. En 1930, ya solo el 29 por ciento de la población se<br />

dedicaba a industrias alimenticias (Juliá, 447-448). Atrás había quedado la angustia por el<br />

sentido de la vida de lo que tanto habían publicado los jóvenes escritores del 98.<br />

La influencia de la iglesia era muy débil y los jóvenes se dedicaban a la diversión en las<br />

ciudades más que a respetar las enseñanzas de la iglesia c<strong>at</strong>ólica que sus padres habían seguido<br />

tan de cerca. Los trabajadores se afiliaban a sindic<strong>at</strong>os y los profesionales se reunían en<br />

tertulias, redacciones o <strong>at</strong>eneos. Eran los famosos años locos (la década de 1920 a 1930) en<br />

todo el mundo. En esta época, el anticlericalismo en España dio lugar a la quema de iglesias y<br />

conventos y a rechazar todo lo relacionado con la Iglesia.<br />

En 1923 El general Primo de Rivera obtuvo el poder a través de un golpe de Estado y al<br />

principio gobernó por medio del ejército a través de un Directorio Militar.<br />

Miguel Primo de Rivera, por José Ribera<br />

Museo de Arte Moderno de Barcelona. Óleo sobre lienzo<br />

http://www.artehistoria.com/<br />

En la página electrónica de “Sí España” podemos encontrar el siguiente resumen de la<br />

vida política de esa época.<br />

La dictadura de Primo de Rivera resolvió algunos de los múltiples problemas que<br />

asolaban el país: terminó la guerra en África, desarrolló gobiernos locales y<br />

presentó un ambicioso programa de obras públicas. Sin embargo, el intento de<br />

volver a un gobierno constitucional estableciendo una Asamblea Nacional<br />

consultiva (1926) fracasó con el rechazo del borrador de la Constitución de la<br />

Monarquía Española en 1929.<br />

La década de 1930-1940 estuvo llena de inestabilidad política y social. En el otoño de<br />

1930 se integró el comité revolucionario y como bien nos dice el doctor en sociología y<br />

c<strong>at</strong>edrático del Departamento de Historia Social y del Pensamiento Político de la UNED<br />

20


(Universidad Nacional de Educación a Distancia), Santos Juliá (473-503) en el <strong>libro</strong> que escribió<br />

con Julio Valdeón y Joseph Pérez;<br />

Cuando aquellos republicanos y socialistas que se auto titulaban gobierno<br />

provisional de la República traspasaron las puertas del ministerio de la<br />

Gobernación y comprobaron sorprendidos que los guardias civiles se cuadraban<br />

en lugar de llevarlos prisioneros, no se lo podían creer. De manera que ya estaba<br />

hecho, que la República, tantas veces soñada como ideal utópico, ya había llegado<br />

(Juliá, 473).<br />

Los doce hombres que formaron el comité fueron r<strong>at</strong>ificados en julio de 1931 por las<br />

elecciones a Cortes Constituyentes que dieron un claro triunfo a la conjunción republicanosocialista.<br />

Sin embargo este comité no logró mantener su unidad ante el proyecto de reforma<br />

agraria ni que se pusieran de acuerdo sobre algunos puntos del proyecto de Constitución.<br />

Al año de haberse formado el comité revolucionario, en octubre de 1931, dimitieron<br />

Alcalá-Zamora y Miguel Maura, tras el deb<strong>at</strong>e de los artículos del proyecto constitucional<br />

rel<strong>at</strong>ivos a la Iglesia c<strong>at</strong>ólica. Manuel Azaña líder de la minoría republicana más reducida,<br />

recibió del presidente de las Cortes, Julián Besteiro, el cargo de presidir un gobierno cuya<br />

principal tarea consistía en rem<strong>at</strong>ar los trabajos constitucionales. Copio directamente del artículo<br />

de Juliá página 475.<br />

El estado español aparece integrado por municipios mancomunados en<br />

provincias y “por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía”, un<br />

nuevo concepto con el que se pretendía dar una solución original a la voluntad de<br />

las provincias limítrofes, con características históricas, culturales y económicas<br />

comunes que quisieran organizarse en región autónoma para formar un “núcleo<br />

político administr<strong>at</strong>ivo. La constitución establece la igualdad de todos los<br />

españoles ante la ley y consagra el principio de no discriminación por razón<br />

de sexo; constitucionaliza los derechos sociales y culturales, establece la<br />

gr<strong>at</strong>uidad y oblig<strong>at</strong>oriedad de la enseñanza primaria; procede a una<br />

separación total de la Iglesia y el Estado, prohibiendo además a las órdenes<br />

religiosas el ejercicio de la enseñanza, la industria y el comercio; identifica<br />

las Cortes con el Congreso de los Diputados, ante el que responden los<br />

ministros y su presidente, nombrado y separado libremente por el presidente de la<br />

República, que deberá necesariamente separarlo si las Cortes le negasen su<br />

confianza. (El énfasis con letras más oscuras es mío)<br />

Es importante observar lo que establece esta constitución que era el fruto de la mayoría<br />

republicana y socialista salida de las elecciones de junio. Como se puede imaginar, la derecha,<br />

monárquica y c<strong>at</strong>ólica no tuvo parte en la elaboración del texto y no lo votó. Las reformas<br />

radicales de los republicanos, no fueron vistas con buenos ojos por los propietarios de tierra, ni<br />

por la iglesia c<strong>at</strong>ólica dando lugar al reforzamiento de sus organizaciones y a nuevas<br />

confederaciones, siendo una de las más importantes la de la Confederación Nacional C<strong>at</strong>ólico-<br />

Agraria, compuesta por pequeños propietarios y arrend<strong>at</strong>arios de la cual surgieron muchos de los<br />

dirigentes del c<strong>at</strong>olicismo político.<br />

21


La abundancia de trabajo, sobre todo en la construcción que había habido hasta entonces,<br />

empezó a escasear, el descontento se empezó a generalizar entre la población y el aumento de las<br />

huelgas empezó a afectar ya no sólo a las regiones con l<strong>at</strong>ifundios sino a ciudades hasta entonces<br />

menos conflictivas como Madrid. Es entonces cuando Ángel Herrera lanza Acción Popular bajo<br />

el lema de religión, p<strong>at</strong>ria, familia, orden, propiedad y trabajo. El nuevo partido c<strong>at</strong>ólico creado a<br />

partir de Acción Popular <strong>at</strong>aca a los republicanos como fríos perseguidores de la Iglesia y<br />

enemigos de la P<strong>at</strong>ria y a los socialistas como enemigos de la propiedad, de los pequeños<br />

campesinos, de la familia y del orden.<br />

Los socialistas rompen la coalición con los republicanos de izquierda. Los dos grupos<br />

(socialistas y republicanos) se presentan por separado a las elecciones de 1933. Como resultado<br />

de esto la izquierda republicana quedó barrida de las nuevas Cortes y los socialistas vieron<br />

cortada por la mitad su anterior representación.<br />

En medio de todo este torbellino político, muchos se quedan sin trabajo. La derecha<br />

c<strong>at</strong>ólica se siente cada vez más fuerte y adopta comportamiento público al estilo del fascismo<br />

italiano, con grandes concentraciones paramilitares, saludos a la romana, exaltación del jefe, y no<br />

ocultan sus metas finales de alcanzar el poder para cambiar el régimen. Empieza la guerra civil<br />

en 1936.<br />

Solamente dos de los participantes en este estudio tienen algunos vagos recuerdos de la<br />

guerra civil española. Es por eso que tr<strong>at</strong>o de poner el contexto histórico de esta época basada en<br />

los d<strong>at</strong>os encontrados en <strong>libro</strong>s y en Internet.<br />

El llamado bando nacional agrupó a aquellos sectores perjudicados por las reformas<br />

republicanas: la iglesia, el ejército, los grandes propietarios y empresarios, así como las clases<br />

medias asustadas ante el avance de la revolución comunista o anarquista. Fija su capital en<br />

Burgos hasta el final de la guerra, adoptando la bandera monárquica como símbolo del nuevo<br />

Estado al frente del cual se nombra al general Francisco Franco.<br />

El ideario político de Franco recoge planteamientos de Falange Española, así como<br />

doctrinas tradicionalistas de los antiguos carlistas, estableciendo con ello un régimen dict<strong>at</strong>orial<br />

que anuló las reformas republicanas y reprimió duramente las ideas y actividades contrarias. El<br />

bando republicano, por su parte, quedó principalmente en manos de las organizaciones obreras,<br />

cuyos militantes asumieron la defensa de la República a la vez que iniciaron experiencias<br />

revolucionarias de carácter comunista o anarquista. Esta dualidad, guerra o revolución, marca la<br />

acción política y provoca enfrentamientos entre los partidarios de dar prioridad a una o a otra<br />

(Valdeón, Pérez y Juliá 2006).<br />

En ambos bandos, la violencia y la persecución del contrario fue muy dura, reflejándose<br />

en un tenso ambiente que vivía Europa antes de la II Guerra Mundial. Las dictaduras fascistas de<br />

Mussolini y Hitler apoyaron al ejército franquista, mientras que la Unión Soviética y la<br />

Internacional Comunista canalizaron el apoyo a las milicias republicanas. La ayuda de los<br />

fascismos al ejército nacional, unido a su mayor preparación y disciplina, propiciaron finalmente<br />

22


la derrota del Ejército Popular republicano en abril de 1939, dando paso a la dictadura del<br />

general Franco en todo el territorio( http://www.sispain.org/spanish/history/civil.html ).<br />

Volviendo al análisis de la evolución de la población en Ciadoncha, podemos ver que la<br />

movilidad de la que hablan los historiadores entre los años 1900 y 1930, sí afectó un poco pues<br />

la población bajó de 436 a 319. Pero entre los años 1930 y 1960, Ciadoncha parece inmune a los<br />

conflictos de la guerra civil en cuanto a la evolución de su población. Mientras que otras<br />

poblaciones especialmente en el sur de España quedan arrasadas por la guerra (<br />

http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~11700421/ ), a Ciadoncha más bien parece que<br />

llegaron nuevos vecinos a establecerse en el lugar, posiblemente como obreros, y se quedaron<br />

por algunos años más.<br />

En mis conversaciones con la gente de Ciadoncha, las únicas personas que aún recuerdan<br />

cómo fueron los años de la guerra civil dicen que entonces era cuando los de la capital venían a<br />

comprar pan a los pueblos. Es muy poco lo que recuerdan, pues ellos eran niños entonces y sus<br />

recuerdos son muy vagos. Me dijeron que ellos sólo recordaban haber escuchado algo sobre este<br />

tema a los mayores, pero que antes, los niños no conversaban con los mayores y mucho menos<br />

de temas como la guerra.<br />

Promoción de niñas entre 1936-1939 de la escuela de Ciadoncha.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

El único documento histórico que pude encontrar en Ciadoncha, de la época de la guerra<br />

civil, es una fotografía de la promoción de niñas de la escuela que podría situarse más o menos<br />

entre los años 1936-1939 que me proporcionó Arcadio Varona. Después de algún tiempo,<br />

Varona me comentó de una placa que recordaba él que había en la iglesia donde aparecían los<br />

nombres de los soldados del bando nacional del pueblo que murieron en la guerra.<br />

Una participante guarda muy claramente en su mente cómo un día (no recuerda el año)<br />

vinieron los guardias a llamar a su tío para entregarle las llaves del pueblo.<br />

23


Un día, unos niños llegaron a decirme que unos guardias buscaban a mi tío. Yo<br />

los mandé a buscarlo porque estaba trabajando en el campo. Le preparé la camisa<br />

blanca, que se puso al llegar, y se presentó ante la autoridad.<br />

-A usted le entregamos las llaves del pueblo- le dijeron.<br />

Mi tío se hizo cargo. Después llegó a ser alcalde porque la gente lo votó.<br />

(Entrevista personal 2005)<br />

Ella era una jovencita en ese entonces pero según sus propias palabras, lo recuerda “como<br />

si hubiera sido ayer”. A ella le gusta recordar el orden y el respeto que había en tiempos de<br />

Franco. También la cortesía de los caballeros para las damas. Ella recuerda cómo se levantaban<br />

los hombres en el autobús para dejarle a ella su sitio.<br />

Otros participantes recuerdan que, se decía que, en muchas partes de España se<br />

contrabandeaba el aceite, pero insisten que estas cosas sólo se las escuchaban comentar a los<br />

mayores.<br />

-Decían que tenían que esconder el aceite en pellejos para que pasara desapercibido en el<br />

tren. Después cambiaban el aceite por lo que les hiciera más falta (Entrevista 2006).<br />

Un pellejo.<br />

Foto de Federico Varona. 2.006<br />

Otras personas recuerdan el racionamiento que llegó una vez terminada la guerra. Había<br />

unas cartillas que se usaban para sacar azúcar, aceite y cosas para comer. La requisa, era lo que<br />

se podía tener. Sólo permitían tener cierta cantidad de cosas, si se tenía más, lo quitaban.<br />

(Entrevistas personales, enero 2005, 2006).<br />

Algunos recuerdan vagamente a algunas personas que no pertenecían a la misma<br />

corriente ideológica del régimen, a ellos les llamaban “los rojillos” o “los rojos”, pero no<br />

recuerdan que hubiera habido mal tr<strong>at</strong>o hacia ellos.<br />

24


Para terminar de interpretar la evolución de la población en Ciadoncha, diré que la<br />

disminución de la población a partir de los años 1960 hasta 1990 coincide con la disminución de<br />

los precios de los cereales, la mecanización de la agricultura, la formación de los Polos de<br />

Desarrollo y el famoso éxodo rural. Muchos jóvenes entre los años 1960 y 1980 salieron hacia<br />

Bilbao, Barcelona y a la ciudad de Burgos. A esto también se le llama el “éxodo rural” en la<br />

historia de España y fue muy fuerte en Andalucía. Sin embargo en Ciadoncha también se ve<br />

bastante movilidad en esa época.<br />

La educación a la que tuvo acceso la juventud de los años 80 en toda España, también les<br />

abrió las puertas a los profesionales de Ciadoncha para ejercer sus profesiones en ciudades<br />

grandes quedando en el pueblo sólo las personas mayores, quienes han sido agricultores toda su<br />

vida.<br />

Es así como empieza una nueva etapa en la vida del área rural española, en la que muchos<br />

jóvenes se van a vivir a las ciudades grandes, pero vuelven a trabajar el campo los fines de<br />

semana o cuando tienen vacaciones. Esto se puede ver todavía hoy en Ciadoncha.<br />

Según Juliá, los años 1960 y 1980, es la época en que la sociedad española en general se<br />

urbaniza definitivamente, y se asimila a cualquier otro país desarrollado. La corriente<br />

migr<strong>at</strong>oria, primero se dirige del campo a la capital de la provincia, luego a las regiones<br />

industrializadas, y por último a Europa. Según d<strong>at</strong>os estadísticos, en los años 60, la cifra oficial<br />

de emigrantes españoles al resto de Europa es de 1.100.00, pero la cifra no oficial es de<br />

2.500.000 (Calos Aguilera/Fuente: Instituto Español de Emigración)<br />

En Ciadoncha sin embargo, se ve este éxodo rural empezando en los años sesenta,<br />

extendiéndose hasta los ochenta. Los primeros en emigrar, en los años sesenta, se van a Bilbao y<br />

Barcelona, en los setenta y ochenta salen hacia Burgos y muy pocos, más tarde, salen a otros<br />

países de Europa.<br />

Comenté anteriormente que a principios del siglo XX, el 77 por ciento de la población<br />

española se dedicaba a la agricultura y a la pesca, pero para los años sesenta, más del 70 por<br />

ciento de la población era urbana habiéndose invertido totalmente el lugar donde vivía la<br />

población (Pastrana) .<br />

Aunque la diputación provincial de Burgos dice que Ciadoncha tiene una población<br />

aproximada de 141 vecinos, creo que este d<strong>at</strong>o se refiere a vecinos registrados, pero no a<br />

personas que realmente viven en el pueblo. Durante los meses de invierno el número de vecinos<br />

residiendo en Ciadoncha es sumamente bajo.<br />

25


CAPÍTULO 3<br />

UN POCO DE HISTORIA<br />

El nombre<br />

El maestro, Arcadio Varona Madrid, nacido en Ciadoncha,<br />

publicó hace algunos años una historia del pueblo en la revista<br />

“Ciadoncha, tras sus huellas” (13-16). Allí explica que el origen del<br />

nombre del pueblo es una verdadera incógnita para los<br />

investigadores pues en el Documento Fundacional de la Abadía de<br />

Covarrubias aparece como “Cibt<strong>at</strong>onia”. Más adelante, el seis de<br />

diciembre del año de 1209 aparece ya el término Ciadoncha, pero<br />

no queda claro cómo pasa de Cibt<strong>at</strong>onia a Ciadoncha.<br />

El historiador Gonzalo Martínez Díez dice.<br />

Arcadio Varona Madrid<br />

“CIADONCHA.-28-XI-988: Cibt<strong>at</strong>onia, 6.XI.1209: Ciadoncha, derivado de<br />

Cibt<strong>at</strong> Proveniente a su vez de civitas; el segundo componente no aparece nada<br />

claro, posiblemente provenga del sufijo onica o onga del mismo modo que de<br />

monte se ha formado montonica o montuenga” (300)<br />

En el pueblo se comenta que Ciadoncha viene de “Ciudad ancha”, pero no hay<br />

documentos que apoyen esta versión.<br />

Nacimiento<br />

Varona Madrid, comenta en el mismo artículo citado anteriormente, que la fecha del<br />

nacimiento de Ciadoncha puede situarse entre el 915 y 930 pues administr<strong>at</strong>ivamente, Ciadoncha<br />

aparece en el censo de 1591-1594 incluida en el Partido de Yglesias, a finales del siglo XVII<br />

como parte del partido de Can de Muño, donde aparece con la c<strong>at</strong>egoría de Villa y jurisdicción<br />

de Señorío secular. A partir de 1843, Ciadoncha entra a formar parte del partido de Lerma<br />

contando con 200 habitantes.<br />

Martínez Díez dice que Ciadoncha pertenecía al Alfoz de Muñó. Los alfoces eran los<br />

pequeños distritos en que se subdividía el condado de Castilla, la palabra es de origen árabe, de<br />

la palabra al-hauz, que significa cantón o distrito. Esto deja claro que estamos ante un vocablo<br />

importado de Al-Andalus o los mozárabes que acudieron a la repoblación de las tierras leonesas<br />

y castellanas ya desde la segunda mitad del siglo IX. (10).<br />

En el <strong>libro</strong> Villahoz de Óscar Ignacio Aparicio Ahedo, el autor encuentra un problema<br />

semejante al que nos preocupa en cuanto a la fecha del nacimiento de Ciadoncha. Él dice que no<br />

se puede decir con exactitud cuándo fueron creados los núcleos entre el Arlanza y el Duero<br />

porque las crónicas no dan estos d<strong>at</strong>os. Sin embargo tomando en cuenta los nombres usados para<br />

las poblaciones vecinas, se puede deducir que éstas aparecieron durante las diversas migraciones.<br />

Como se dijo antes, sólo el hecho de que las poblaciones alrededor tengan los nombres de<br />

Mahamud, Villahizán, Villahoz quiere decir que probablemente estos núcleos fueron creados en<br />

26


tiempos en que estas tierras fueron habitadas por los mozárabes. Hay suficientes d<strong>at</strong>os para<br />

pensar que la fecha escrita en que aparece por primera vez el nombre de estos núcleos no sea la<br />

fecha de su fundación sino que ésta pudo haber sido mucho antes de lo que aparece escrito. La<br />

razón por la cual los historiadores se <strong>at</strong>reven a decir que el nacimiento de Ciadoncha pudo haber<br />

sido entre el 915 y 930 es porque el Alfoz de Muñó es uno de los primeros alfoces testimoniados<br />

en la documentación medieval, dado que aparece en el año 922.<br />

Fechas importantes<br />

Algunas fechas importantes en la historia de este pueblo son: el 24 de noviembre de 978,<br />

cuando el Conde García Fernández, hijo de Fernán González, funda a favor de doña Urraca, su<br />

hija, la Abadía de Covarrubias, cediéndole la villa de Ciadoncha.<br />

En 1532 un tal Martín Fernández Salazar compra Ciadoncha a la Hacienda por un total de<br />

12.000 ducados y el día 6 de julio de 1681, el rey Carlos II crea el marquesado de Ciadoncha a<br />

favor de don Francisco Nicolás de Crema y de su esposa Bentura Fernández de Salazar.<br />

El 1 de noviembre de 1755 el torreón de la iglesia se vino abajo, posiblemente como<br />

consecuencia del terremoto que destruyó la ciudad de Lisboa, en Portugal (Varona Madrid<br />

1990).<br />

Finalmente el año 2003, después de muchos intentos, se logra construir una torre de<br />

piedra donde se colocan las campanas.<br />

27


CAPÍTULO 4<br />

LA IGLESIA<br />

La riqueza artística más grande de Ciadoncha es su iglesia. René Jesús Payo Hernández,<br />

c<strong>at</strong>edrático de la universidad de Burgos hizo un estudio de ella donde encontramos que ya desde<br />

el siglo X existía una iglesia que servía para s<strong>at</strong>isfacer las necesidades espirituales de los<br />

habitantes de este lugar. Parte de este estudio lo comenta el Profesor Payo Hernández en<br />

“Ciadoncha, tras sus huellas”, 1990 (34).<br />

Se desconoce cuántos edificios fueron construidos desde el siglo X al XIII, pero de lo que<br />

sí podemos estar seguros es que a comienzos del siglo XIII se inició un nuevo templo parroquial.<br />

Iglesia de Ciadoncha. 2003<br />

Foto proporcionada por D. Emérito Puente<br />

El ábside y el tramo que le sigue es uno de los vestigios mejor conservados de esa época.<br />

Al ver la similitud de este ábside con el del Monasterio de Las Huelgas en Burgos y con el de<br />

Villamayor de los Montes es fácil deducir que pertenece a los años centrales del siglo XIII.<br />

28


Entrada de la Iglesia. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Capiteles de la entrada de la iglesia. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

También de esta época son la entrada, la pila bautismal y algún canecillo. La portada<br />

tiene todas las características de las portadas cistercienses y protogóticas caracterizadas por su<br />

sencillez en las arquivoltas y por la decoración vegetal de los capiteles.<br />

29


Pila Bautismal y Cristo. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

La pila bautismal es también obra del siglo XIII aunque entroncada en la tradición<br />

románica.<br />

Bóveda de la iglesia. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

30


A mediados del siglo XVI esta iglesia sufre una importantísima transformación. En 1551,<br />

se procede a sustituir el primitivo abovedamiento del siglo XIII por uno clásico del siglo XVI<br />

caracterizado por los nervios combados y se construye la sacristía.<br />

Cristo Crucificado. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Payo Hernández nos dice que la pieza escultórica más antigua conservada es una de la<br />

primera mitad del siglo XVIII. La imagen del crucificado que mide aproximadamente un metro y<br />

medio y tiene el mismo estilo del afamado Cristo de las B<strong>at</strong>allas de la C<strong>at</strong>edral palentina (35).<br />

31


Virgen Sedente. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Otra pieza excepcional es la imagen de la Virgen sedente con el Niño. Esta escultura<br />

mide 105 cm. y su cronología se puede situar en los últimos años del siglo XV o en los primeros<br />

del siglo XVI y en el taller de Gil de Siloé (34).<br />

32


Retablo Mayor. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Del retablo mayor sabemos que antes del actual había uno del siglo XVI, pero debido a<br />

su mal estado en 1735, los visitadores del arzobispado ordenaron a la parroquia la construcción<br />

de uno nuevo. En 1736 se empezó su construcción por los hermanos Luis y Manuel Cortés del<br />

Valle, notables escultores n<strong>at</strong>urales de Herrera de Pisuerga y que en esta fecha ya estaban<br />

avecindados en la ciudad de Burgos. A pesar de muchos apuros económicos, en 1741 se logra<br />

traer a Ciadoncha el retablo. Según las cuentas de la iglesia, las dificultades económicas eran<br />

tales que recurrieron a la Cofradía del Santísimo Sacramento para ayudar a pagarlo y los propios<br />

autores perdonaron cu<strong>at</strong>rocientos reales que donaron como limosna en 1749 (Hernández, 36).<br />

33


Virgen de la Asunción. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

La imagen de la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia fue tallada por Manuel<br />

Cortés y policromada por Pedro Reoyo en 1751. En 1783 Adrián Carazo policromó el resto del<br />

retablo, la obra se terminó en 1784 por Manuel Benigno Romero quien talló las imágenes de San<br />

Cosme y San Damián, policromadas por Romualdo Pérez. Estilísticamente esta obra se halla en<br />

el tránsito al rococó, aunque la policromía global de Adrián Carazo le da un aire de<br />

neoclasicismo imitando jaspes y mármoles (Hernández Payo, 36).<br />

Reparación de la iglesia en 1966<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

34


En 1966 a inici<strong>at</strong>iva del párroco de entonces, don Antonio Cuezva, se hizo una limpieza y<br />

remodelación de todo el interior de la iglesia. Fue un acontecimiento muy importante para el<br />

pueblo. Se contó con la participación de casi todos los vecinos, los albañiles de Peral, a quienes<br />

les llaman Los Arañas y la dirección del albañil de Ciadoncha, Luís Pérez.<br />

Vidriera en el ojo de buey del coro de la iglesia. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

La vidriera que aparece en el ojo de buey del coro, es una aportación de varios<br />

vecinos canalizada por el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Esta bella obra fue realizada<br />

por los afamados vidrieristas burgaleses Hermanos Barrio. Se colocó en 1996.<br />

La iglesia sin torre. 1980<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Por muchos años la iglesia de Ciadoncha no tuvo torre. La torre original se destruyó en<br />

1755 posiblemente como consecuencia del terremoto que destruyó Lisboa. Las transformaciones<br />

35


que ha sufrido el exterior de la iglesia desde entonces han sido varias. Primero la iglesia sin torre<br />

donde destaca el ábside estilo románico tardío, inicios del gótico.<br />

Reparación del tejado de la iglesia. 1994<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

En noviembre de 1994 comenzaron las obras de la sustitución de la cubierta o tejado.<br />

Finalizaron en abril de 1995. Las reformas consistieron en renovar totalmente la estructura de<br />

madera, tablas y tejas. A la nueva estructura se añadieron placas aislantes e impermeables entre<br />

la madera y las tejas para evitar filtraciones del agua de la lluvia, en el caso de que fallaran las<br />

tejas. La vieja cubierta eliminada era la original y primitiva, en su mayoría procedente del siglo<br />

XVI, por lo cual aparecía vieja y podrida en algunas tablas y palos, no así en las vigas que a<br />

pesar de los años conservaban su reciedumbre.<br />

Esta obra estuvo a cargo de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León,<br />

gracias a las gestiones hechas por Don Emérito Puente, Párroco y José Ignacio Martínez Madrid,<br />

Alcalde. Muchos fueron los viajes que hicieron el párroco, el alcalde, los concejales y el<br />

aparejador del obispado a Valladolid para lograr esta obra. El costo total fue 17.124.898 ptas.<br />

36


Iglesia con una estructura metálica sosteniendo las campanas. 1995<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

En esta ocasión se tr<strong>at</strong>ó de conseguir los fondos para hacer una torre, pero no fue posible<br />

lograr lo que se quería, teniendo que aceptar una estructura metálica que sostenía las campanas.<br />

El reloj eléctrico y programador de los toques de las campanas, sistema que se instaló en esta<br />

ocasión, fue pagado totalmente con los fondos parroquiales.<br />

La inauguración oficial de la obra fue el día de la Santísima Trinidad en la primavera de<br />

1995 y presidida por autoridades de la Junta de Castilla y León. Además hubo una celebración<br />

religiosa oficiada por D. Santiago Martínez Acebes, Arzobispo de Burgos.<br />

En 1996 se llevó a cabo una nueva instalación eléctrica, retirándose los cables trenzados<br />

que resultaban viejos y peligrosos y también los tubos fluorescentes que proporcionaban un<br />

alumbrado insuficiente. Se pusieron nuevos puntos de iluminación, consistentes en lámparas<br />

alógenas, que proporcionan una buena calidad de alumbrado. El tendido eléctrico lo realizaron<br />

dos trabajadores del pueblo, que estaban en situación de paro laboral, y que se acogieron a un<br />

contr<strong>at</strong>o de trabajo temporal abonado por el INEM (Instituto Nacional de Empleo) y gestionado<br />

por el Ayuntamiento de Ciadoncha. El importe total de la obra fue de 178.718 pesetas.<br />

Finalmente en el otoño del año 2.002, se consiguió construir la torre tan añorada en esta<br />

villa. Así se ha sustituido el torreón que se vino abajo en 1755.<br />

37


Iglesia de Ciadoncha. 2003<br />

Foto de Federico Varona<br />

La obra fue posible gracias a la aportación económica de varias instituciones burgalesas:<br />

Arzobispado de Burgos, Junta de Castilla y León y Diputación Provincial. Igualmente aportó<br />

una notable cantidad económica el Ayuntamiento de Ciadoncha bajo la dirección de José Luís<br />

Julián Hernando y un buen número de vecinos del pueblo y de fuera, cuyos nombres cuelgan en<br />

un cuadro honorífico de la sacristía. La obra fue realizada por los Hermanos Ausín,<br />

constructores de la cercana villa de Mazuela. El importe total de la misma anduvo en torno a los<br />

ocho millones de pesetas.<br />

Autoridades del pueblo el día de la inauguración de la Torre de la Iglesia.<br />

Foto proporcionada por Fabricio Galiana.<br />

38


En el día de la Santísima Trinidad de 2,003 se realizó la inauguración de la torre.<br />

Acudieron a Ciadoncha a este evento los alcaldes de los pueblos cercanos y el Diputado de zona<br />

de la Excelentísima Diputación Provincial. El Arzobispado estuvo representado por D. Fermín<br />

González López, montador de la estructura de madera que lleva el tejado de la torre y experto<br />

diseñador de estructuras para tejados de iglesias y que pertenece a la Delegación Diocesana de<br />

Obras. El señor alcalde, Don José Luís Julián entregó a D. Fermín Gonzáles López, una placa<br />

conmemor<strong>at</strong>iva del acto y reconocedora del mérito de este cura constructor, que aportó<br />

gr<strong>at</strong>uitamente su saber y su trabajo.<br />

Como d<strong>at</strong>o interesante, en la parte exterior de la iglesia se encuentra una placa que dice:<br />

AÑO 1937<br />

CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA<br />

JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA<br />

SARGENTO EMILIANO PORRES VELASCO<br />

TOMAS ARROYO PÉREZ<br />

ANDRÉS SANZ VELASCO<br />

SERGIO SANZ VELASCO<br />

¡PRESENTES!<br />

Placa en el exterior de la iglesia.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

39


CAPÍTULO 5<br />

RELIGIOSIDAD<br />

Es interesante resaltar que en Ciadoncha, como en muchos pueblos pequeños de España,<br />

sólo se ha conocido la religión c<strong>at</strong>ólica y no es de sorprenderse que siempre que se habla de este<br />

tema se refieran únicamente a ésta. La vida de la gente de esta villa, como la de muchos<br />

españoles, ha girado en torno a los valores, costumbres, fiestas y tradiciones de la iglesia<br />

c<strong>at</strong>ólica.<br />

Fotografía antigua expuesta en el ayuntamiento de Ciadoncha. Enero, 2006<br />

En una conversación con D. Emérito Puente, párroco de Ciadoncha, le pregunté ¿Cómo<br />

se eligen a los sacerdotes que sirven el área rural Me respondió que realmente no se eligen,<br />

simplemente se le expresa al señor obispo el interés y normalmente se cumple el deseo del<br />

interesado, si existe la necesidad. Antes, cuando había más clero, también había cierta<br />

competencia por algunos lugares, pero hoy un sacerdote tiene que servir a muchos pueblos y<br />

lejos de haber competencia, hay una gran necesidad de vocaciones sacerdotales.<br />

Durante nuestra conversación me proporcionó algunos d<strong>at</strong>os interesantes relacionados<br />

con la iglesia y la vida religiosa de este lugar (Entrevista personal 2.006).<br />

Como dije anteriormente, en 1.755 se viene abajo el torreón de la iglesia. Se cree que fue<br />

a consecuencia del terremoto que destruyó Lisboa, en Portugal. Este hecho dio lugar al dicho<br />

popular: “Ciadoncha no tiene torre; ya la harán, ya la harán”. Y aunque a los n<strong>at</strong>ivos del lugar no<br />

les gustaba oírlo, la verdad es que tampoco era fácil construir un torreón nuevo.<br />

Según un pequeño informe escrito que me dejó D. Emérito con d<strong>at</strong>os importantes, en<br />

1.883 se compra la casa parroquial en 3.125 pts. En 1.889 Se inicia la primera colecta para<br />

levantar el torreón caído, pero no se logra conseguir casi nada. En 1.919 se vuelve a intentar,<br />

pero tampoco se logra mucho. En 1.956 se hace un tercer intento de hacer espadaña como la de<br />

Mazuela; Olmillos; Presencio y Revenga.<br />

40


Iglesia de Revenga. 2006<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Posteriormente se instala una torre de metal que fue destruida por un rayo. Finalmente,<br />

en el año 2.003 con contribuciones de los pobladores, del ayuntamiento y especialmente de la<br />

diócesis, se construye una torre y con eso se llega a poner fin al “ya la harán, ya la harán” pues la<br />

torre por fin está hecha.<br />

En 1.919, el marqués de Murga regala un Vía Crucis y se pone luz gr<strong>at</strong>uita en la iglesia<br />

por un transformador adosado a una pared de la misma. Este beneficio dura hasta 1.952. En<br />

1.924 se trasladó a la iglesia, como un gran acontecimiento, la campana que estaba en un corral.<br />

En este año de 1.924 se construye una pequeña espadaña para los dos esquilones, pues desde la<br />

caída del torreón hasta este año sólo se tocaba un campanillo que actualmente está en el nuevo<br />

campanario. La espadaña mencionada fue derribada para construir la torre actual. Este mismo<br />

año se construyen bancos para hombres, según consta en los <strong>libro</strong>s de la iglesia.<br />

Foto de don José de Rújula, Marqués de Ciadoncha expuesta en la sacristía de la iglesia.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

41


Como ya se mencionó antes, Ciadoncha es un marquesado y en la memoria de los<br />

residentes del pueblo siguen frescos los recuerdos de las visitas del Marqués. Aunque el título<br />

fue concedido en 1.693 y muchos han sido los Marqueses de Ciadoncha, cuando en la localidad<br />

se habla del Marqués, se refieren a don José de Rújula. Es por eso que como d<strong>at</strong>o curioso, D.<br />

Emérito nos cuenta que en agosto de 1.925 se compra un reclin<strong>at</strong>orio para el uso del Sr. Marqués<br />

de Ciadoncha en su anunciada visita a la villa.<br />

El 5 de octubre del mismo año, el Marqués solicita el ingreso en la Asociación de los<br />

Sagrados Corazones, petición concedida y también se le nombra socio distinguido y presidente<br />

honorario. Al mes siguiente dona un copón y en 1.930 asiste a la Asociación y fiesta. Ese mismo<br />

año, la marquesa dona 25 pesetas y una medalla (Entrevista Personal, 2.006)<br />

Cementerio de Ciadoncha. 1971<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

D. Emérito dice que en el pueblo había tres ermitas: San Andrés, La Magdalena y la Vera<br />

Cruz. El cementerio se hace en 1.924 en el solar de una antigua ermita, posiblemente de la Vera<br />

Cruz. Actualmente la Parroquia posee una mínima finca que se renta y por la cual cobra unos<br />

doce Euros al año.<br />

En la memoria de los participantes han quedado grabados especialmente dos párrocos, D.<br />

Isidoro y D. Antonio. De D. Isidoro dijeron que tenía muy buena amistad con don José de<br />

Rújula, Marqués de Ciadoncha, como consta en la carta enviada a don Timoteo Santos el 4 de<br />

noviembre de 1.935. En donde al final, escrito con el puño y letra del Marqués dice: “Muchos<br />

afectos a D. Isidoro”. También hay una fotografía, que hoy se exhibe en la sacristía de la iglesia,<br />

en donde encontramos una dedic<strong>at</strong>oria especial del Marqués a D. Isidoro.<br />

42


Carta de don José Rújula, Marqués de Ciadoncha. 1935<br />

Foto Lucia Varona. 2005<br />

A D. Antonio se le recuerda en Ciadoncha como la persona que estaba allí para ayudar,<br />

para corregir, para guiar. A él se recurría si había que llamar al médico y para cualquier servicio<br />

religioso. Pero entre las cosas que más escuché fue que D. Antonio tenía un olor a cura.<br />

No logré entender realmente si la santidad tiene algún olor especial, o es que por la<br />

sotana y el estilo de vida de entonces, realmente el sacerdote tenía un olor peculiar. Pero no fue<br />

con menos risas que los participantes recordaban todos los capones, forma que tenía el cura de<br />

corregir a los que no se portaban bien. Algunos comentaban que entonces sí que se respetaba al<br />

cura, que para saludarle había que arrodillarse y besarle la mano. Entonces había mucha<br />

diferencia entre el sacerdote y los fieles, al cura se le tr<strong>at</strong>aba siempre de usted y con mucho<br />

respeto.<br />

Me pareció importante explorar cuál es la función del cura en los pueblos. Al hablar de<br />

esto D. Emérito me comentó que la función es, y ha sido siempre la de acompañar. El estilo de<br />

hacerlo depende de los tiempos y las circunstancias. Los párrocos anteriores, tenían que<br />

distribuir su tiempo haciendo varias actividades en forma muy ritual y religiosa. Todos los días<br />

por la mañana tenían que celebrar la misa, rezar el rosario por la tarde, visitar a los enfermos y<br />

las escuelas. En su tiempo libre se encargaban de los <strong>libro</strong>s del despacho parroquial, labor digna<br />

de aprecio, porque realmente muchos de los <strong>libro</strong>s civiles han desaparecido. De hecho, todos los<br />

archivos de Ciadoncha se perdieron en un incendio que ocurrió en lo que hoy es el Centro<br />

Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara, lugar donde se estaban guardando mientras se construía el nuevo edificio<br />

del ayuntamiento.<br />

El sacerdote también tuvo un papel muy importante en la formación y educación de la<br />

gente, especialmente, animando a niños y jóvenes a que se formaran mejor saliendo y siguiendo<br />

43


estudios superiores de los que se ofrecían en el pueblo. Esto ha dejado una huella bastante clara<br />

porque vemos que la mayoría de profesionales nacidos en Ciadoncha, que se formaron en los<br />

años cincuentas y sesentas, salieron a estudiar a seminarios y conventos.<br />

D. Emérito comenta con cierta tristeza, que es de lamentar que no siempre el saber ha<br />

dado su fruto en el pueblo, porque muchas de las personas con educación superior se han<br />

proyectado a la educación y a la industria, pero no en el área rural, que es de donde proceden.<br />

Pocos vuelven y se proyectan al campo, donde tanta falta hace. A estos se les ve como los<br />

desertores del área rural.<br />

Habría que ver a qué se debe esto. Talvez, sería necesario establecer un puente que<br />

facilitara a las personas volver a sus pueblos y proyectarse en ellos. Quizás el reconocimiento<br />

público de los éxitos alcanzados con la gente del pueblo les hiciera sentir que pertenecen todavía<br />

al lugar. Es mi impresión que muchos profesionales, precisamente por haber salido y haberse<br />

educado, sienten que ya no encajan en el lugar que los vio nacer. Creo que un esfuerzo mutuo,<br />

tanto de los profesionales como de las personas que todavía están en el terruño, podría acercar<br />

más a todos los raneros que andan dispersos por muchos lugares y campos, ejerciendo su<br />

profesión. Quizás iniciar un grupo de raneros ausentes, sería otra forma de integrar más a la<br />

comunidad y empezar a hacer que estén donde estén, los nacidos y amigos de Ciadoncha<br />

pudieran sentir que el pueblo los une porque es lo que todos tienen en común. Talvez ahora,<br />

usando la tecnología moderna, se les podría empezar a reunir por medio de Internet.<br />

Don Emérito Puente (el único con gafas) compartiendo en El Vino Español.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Volviendo a la función del párroco hoy, D. Emérito me dijo que el sacerdote ya no tiene<br />

una presencia de continuidad, como antes. Ya no vive constantemente en un solo pueblo, sino<br />

que tiene que compartir con cu<strong>at</strong>ro o cinco. La función del cura sigue siendo de presencia, pero<br />

se ha tr<strong>at</strong>ado de sustituir la presencia permanente por una presencia de más calidad, no tan pasiva<br />

44


sino más de modo oper<strong>at</strong>ivo. Todo eso con el objetivo de fomentar la convivencia, el bienestar,<br />

las buenas relaciones entre los vecinos y los valores culturales de la gente. No solamente en<br />

funciones culturales y sociales sino también desde el mismo culto religioso.<br />

Comenté con D. Emérito que viendo algunos vídeos y fotos de eventos sociales y<br />

culturales, me pude dar cuenta realmente que su presencia es constante, pero nunca autoritaria;<br />

no roba protagonismo, demostrando una sencillez con la cual realmente se ha ganado el cariño,<br />

el respeto y la amistad de los feligreses. Es muy interesante, porque además de las cualidades<br />

mencionadas anteriormente, D. Emérito posee una voz muy bonita. Esto ayuda mucho a que las<br />

celebraciones litúrgicas sean más particip<strong>at</strong>ivas ya que la gente se siente invitada a cantar con él.<br />

Con una sonrisa en los labios siguió comentando que antes, el sacerdote formaba parte<br />

del grupo privilegiado, y muchas veces cerrado, de los funcionarios del pueblo. Es decir,<br />

maestro, médico, veterinario formaban un grupo al que se le reverenciaba y a veces hasta se le<br />

temía. Sin embargo hoy día, se insiste en que el sacerdote debe ser uno más entre la gente, sin<br />

perder su identidad y sus valores (Entrevista personal 2006 y vídeos proporcionados por Orencio<br />

Pérez Cascajar).<br />

No cabe duda que a D. Emérito o a Emérito, a secas, como le llaman muchos; se le<br />

recordará como “una gran persona”, como dicen en el pueblo, meneando la cabeza de lado a<br />

lado, cuando ya no hay palabras para definir los valores de alguien.<br />

En nuestra conversación pasamos de lleno a hablar de la religiosidad popular y yo le<br />

comentaba que, por lo que podía observar, la vida en Ciadoncha gira alrededor de la iglesia. A<br />

esto me respondió que realmente este es el caso en casi todos los pueblos, sino de España, con<br />

seguridad de Burgos. “El repique de campanas conglomera a mucha gente” me dijo sonriendo. El<br />

repique de campanas ha sido muy importante en la vida de estos pueblos. Tanto así que hoy se<br />

celebran competencias de campaneros. (Entrevista personal 2.006).<br />

Antiguamente se usaban los repiques de las campanas para anunciar tormentas,<br />

incendios, fiestas, duelo. Era un medio de comunicación social muy bueno. El señor Ángel<br />

Varona Temiño fue campanero de Ciadoncha por varios años, su hijo Arcadio también le siguió<br />

los pasos y ha competido en alguna ocasión en Tordómar. El mayor de los hijos, Federico, ha<br />

llevado esa tradición a otro continente y ahora es el campanero de la misa de las 10 de la mañana<br />

en la Misión San Juan Bautista en California, Estados Unidos. Bien dicen que lo que se hereda<br />

no se hurta y esta familia es un ejemplo de esto.<br />

Fiestas que se celebran<br />

Para muchos participantes, los mejores recuerdos que tienen del pueblo giran alrededor<br />

de las celebraciones religiosas. En Ciadoncha siempre se han celebrado las grandes fiestas de la<br />

iglesia c<strong>at</strong>ólica como son la Navidad, Semana <strong>Santa</strong>, Corpus Christi, y en fin, todas las que se<br />

han considerado como fiestas de guardar. Pero también hay otras más locales, siendo la más<br />

fuerte la de <strong>Santa</strong> Bárbara que es en diciembre, pero debido al mal tiempo que hace en ese mes,<br />

se trasladó a la fiesta de la Santísima Trinidad por mayo y junio. No obstante, la víspera de <strong>Santa</strong><br />

Bárbara, en diciembre, se celebra con una hoguera que <strong>at</strong>rae a mucha gente de pueblos vecinos,<br />

45


todavía hoy. La fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara quedó como una fiesta votiva, que quiere decir que no es<br />

solemne, sino más bien de carácter familiar, sin música litúrgica especial.<br />

Hoguera de la víspera de <strong>Santa</strong> Bárbara, el 3 de diciembre.<br />

Foto en el programa del IV Verano Cultural, agosto 1996<br />

Parece que la implantación de esta fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara en el mes de mayo o junio fue<br />

para sustituir las romerías a las ermitas que hay en otros pueblos.<br />

Yo me pregunto, si llegáramos a establecer donde estuvieron las ermitas de San Andrés y<br />

de La Magdalena, ya que sabemos que la de la Vera Cruz es hoy el cementerio, ¿sería posible<br />

entusiasmar a la gente a construir una nueva ermita, si empezamos de nuevo el dicho “Ciadoncha<br />

no tiene ermita, ya la harán, ya la harán” como pasó con la torre<br />

Ciadoncha no tiene ermita: Ya la harán, ya la harán.<br />

Se celebra también San Cosme y San Damián el 26 de septiembre. Esta fiesta, parece<br />

estar unida a otras fiestas en otros lugares que se les llamaba “de gracias”. Se hacían para<br />

celebrar y dar gracias por la cosecha.<br />

Como se dijo anteriormente, la vida en el pueblo gira alrededor del campo y de la iglesia<br />

y muchos de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os de la gente son precisamente de cómo se celebraban estas<br />

fiestas. A continuación tomaré cada una de ellas y haré una descripción tomando en cuenta la<br />

información recibida en entrevistas, vídeos, fotos y m<strong>at</strong>erial escrito.<br />

La Navidad se ha celebrado de muchas maneras. Unos años con abundancia, otros con<br />

más sencillez. Esta fiesta es una de las que más recuerda con alegría y añoranza la gente del<br />

pueblo. Hay muchas anécdotas, muchos recuerdos, muchas risas y también algunas lágrimas al<br />

recordar a los que ya no están. Pero vamos a ver qué es lo que hace que la Navidad sea Navidad<br />

en Ciadoncha.<br />

46


Nacimiento en la iglesia. 2005<br />

Foto Lucia Varona.<br />

Para empezar tengo que hablar del frío que hace en esa época. Ese frío burgalés que<br />

penetra hasta los huesos y hace que la gente quiera estar junta, cerca del calor del hogar. Pero no<br />

sólo del fuego físico sino también de ese calor que sólo se encuentra en la familia.<br />

Todos los años hacemos lo posible por estar juntos. Aunque cada vez también, vemos<br />

que son más las casas que permanecen cerradas en esta época. Para las personas mayores es muy<br />

duro tener que pasar el invierno en el pueblo. Las casas no están bien acondicionadas como para<br />

poder calentarlas de una manera eficiente y económica.<br />

Nacimiento pequeño a la entrada de la casa. 2001<br />

Foto Lucía Varona.<br />

47


Dentro de los símbolos de la Navidad están los nacimientos que se hacen a la entrada de<br />

las casas y también en la iglesia. Hay quienes lo hacen grande, otros más pequeño, pero todos<br />

son representaciones de lo que era la vida en Belén en los tiempos en que nació Jesús. Otros<br />

símbolos son el turrón duro o blando y las canastas navideñas que reciben muchos trabajadores<br />

de las empresas donde laboran. Las cartas que los niños escriben a los Reyes Magos pidiéndoles<br />

regalos y que antes siempre terminaban con la frase “o lo que sus majestades quieran”, también<br />

son un símbolo muy fuerte de esta época, así como los villancicos que se cantan en las<br />

celebraciones eucarísticas, el olor a pino en las casas y en general todos los productos que se<br />

hacen de la m<strong>at</strong>anza que se lleva a cabo en el mes de diciembre. Hay que destacar que cuando<br />

hablan de las Navidades se refieren a la época entre la Nochebuena y el día de Reyes.<br />

Nacimiento hecho por Dulce Estrella Caballero López. 2004<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Algunos nacimientos son más elaborados que otros, por ejemplo el de Dulce Estrella<br />

Caballero López incluye un tren eléctrico que va alrededor de todo el nacimiento, un nido de<br />

pájaro verdadero, sembrados con auténtica tierra, canarios que alegran el ambiente con su trino e<br />

infinidad de detalles que lo hacen muy especial. Son muchos los días que se pasa Dulce<br />

poniendo y quitando el nacimiento. La instalación eléctrica la hace su hijo Arcadio con detalles<br />

como una bombilla pequeña de luz en cada casita que hace que se ilumine. El musgo, la arena y<br />

la tierra las trae Arcadio padre del pinar y de los alrededores. Esta es toda una obra de arte<br />

familiar, que marca el principio y el final de la época navideña para esta familia.<br />

48


Nacimiento en la iglesia. 1989<br />

Foto proporcionada por Carlos Varona.<br />

Quizás el nacimiento más bonito que ha tenido Ciadoncha es uno que se hizo con casas y<br />

figuras que las mujeres del pueblo habían aprendido a hacer en un cursillo especial. Este<br />

nacimiento tenía un río con agua que corría de verdad y detalles tan maravillosos que se<br />

convirtió en la <strong>at</strong>racción turística de ese año. Muchas personas llegaban de pueblos vecinos y de<br />

fuera a verlo. Fue una s<strong>at</strong>isfacción muy grande para las mujeres del pueblo poder exhibir de esta<br />

forma su trabajo (Vídeo proporcionado por Orencio, Pérez Cascajar).<br />

Mesa preparada para las fiestas navideñas. 1999<br />

Foto Lucía Varona<br />

En estas fechas, la mesa se viste de gala y las comidas se hacen en el comedor principal.<br />

La Nochebuena es la preparación para la Navidad. De esta noche se tienen muchos recuerdos<br />

49


muy bonitos de niños que con su inocencia hacían reír a los adultos. En la Nochebuena se<br />

prepara una cena que normalmente incluye bacalao y castañas cocidas. Ya puede haber muchos<br />

otros pl<strong>at</strong>os, pero si no hay bacalao y castañas, es como si no fuera Nochebuena. Tan fuerte es<br />

este símbolo que aunque no se pueda estar en Ciadoncha esa noche, si tenemos bacalao, sentimos<br />

a la familia cerca.<br />

Puchero.<br />

www.alfareri<strong>at</strong>ito.com<br />

Las castañas son más sabrosas si se hacen como antes, en un puchero de barro y a la<br />

lumbre de la gloria. Muchos participantes decían que esta fiesta les hacía mucha ilusión,<br />

especialmente cuando no tenían tanto como ahora. Antes, decir Navidad era decir comida que<br />

no se tenía con frecuencia, hoy hay más posibilidades económicas y no sólo hay bacalao sino<br />

muchos otros mariscos, pescados, carnes, golosinas y licores. Un participante me dijo: “¡Y qué<br />

arreglamos teniendo tanta comida y tanto lujo, si a los que nos hacían la Navidad tan feliz, ya no<br />

les podemos tener entre nosotros!”<br />

El 25 se va a misa. Siempre ha sido este día cuando se lucen las mejores galas. Se tr<strong>at</strong>a<br />

de estar mejor presentado, como corresponde a la fiesta, dicen ellos y ellas.<br />

Grupo de mujeres cantando en misa. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

50


Para la gente de Ciadoncha arreglarse bien para una fiesta es “lo normal”. Cuando visité<br />

Ciadoncha por primera vez, me sorprendió muchísimo ver a la gente en la misa de Navidad.<br />

Unos días antes les había visto vestidos con la ropa de diario, los famosos buzos azules, la ropa<br />

de trabajo, las mujeres sin maquillaje y muchos hombres sin rasurarse. En esa semana me fui<br />

acostumbrando a verlos así, pero el día de Navidad, no los podía reconocer. Ellos iban<br />

rasurados, bien trajeados, impecables. Ellas guapísimas con abrigos muy elegantes zap<strong>at</strong>os altos<br />

y medias. Todas las mujeres lucían peinados muy bonitos, se notaba el esmero que habían<br />

puesto para arreglarse. La gente olía a Heno de Pravia y todos lucían pulcros. Esto para mí fue<br />

una sorpresa, pues entonces todavía no estaban todas las calles arregladas y había mucho barro.<br />

Me parecía a mí que estaba en otro lugar, rodeada de otra gente y no de la gente a la que me<br />

había acostumbrado a ver la semana recién pasada.<br />

Recogiendo níscalos en el pinar. 1984.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Esas Navidades de 1.984, fueron para mí inolvidables. Primero porque era la primera vez<br />

que yo visitaba Ciadoncha y segundo por lo mucho que aprendía cada. Entre las muchas cosas<br />

que aprendí fue que las mujeres no debían ponerse los buzos azules que usan los hombres para<br />

trabajar. Sin embargo un día que fuimos a buscar Níscalos, no pude resistir vestirme<br />

cómodamente para protegerme del frío.<br />

Me llamó mucho la <strong>at</strong>ención que para llamar a misa se tocaban las campanas tres veces.<br />

Los hombres salían de las casas hacia la iglesia la primera o segunda llamada, a la tercera salían<br />

las mujeres caminando muy rápidamente. En la iglesia, los hombres y las mujeres se sentaban<br />

separados. Esta práctica se ha superado un poco, pero todavía muchos hombres tienden a<br />

sentarse en la parte de <strong>at</strong>rás de la iglesia y las mujeres más hacia el frente.<br />

51


Número de la Lotería Nacional. 2003<br />

http://www.9timezones.com/loteria.gif<br />

Otra cosa que me llamó muchísimo la <strong>at</strong>ención fue la afición que hay de comprar lotería<br />

para estas fiestas. Primero es la Lotería Nacional que se juega en los días de la Nochebuena. El<br />

22 de diciembre por la mañana, pareciera que toda España estuviera prendida al televisor,<br />

esperando a ver que salga el gordo. Por la televisión transmiten el sorteo que se lleva a cabo en<br />

Madrid. Lo interesante para mí fue ver que unos niños cantaban los números que iban saliendo y<br />

los premios.<br />

Antes de la Navidad, se compran los números de la lotería y es costumbre comprar para<br />

toda la familia. Esto es por si cae el gordo, para que todos tengan algo. Además siempre se<br />

compra décimos de los números que venden el pueblo porque suponiendo que algún día cayera<br />

allí, sería desastroso que alguien no hubiese comprado parte del mismo y entonces no<br />

compartiría la felicidad de todos. Esta es otra de las cosas que la gente de Ciadoncha y de casi<br />

toda España ve como “normal”. Para mí era algo nuevo e interesante.<br />

Si no llega el gordo para Navidad, siempre queda la ilusión del sorteo del Niño, que es en<br />

enero, pero ya para este día parece que no es tanta la expect<strong>at</strong>iva, quizás porque el premio<br />

también es menor.<br />

Número de la Lotería Nacional del Sorteo del Niño. 1993<br />

http://www.9timezones.com/loteria.gif<br />

52


Hablando de la Navidad con los participantes, me dijeron que antes no había regalos en<br />

esta fecha. También eso a mí, como extrajera, me sorprendió mucho pues uno de los <strong>at</strong>ractivos<br />

más grandes para los niños en muchos países son los regalos que se reciben en ese día.<br />

Hoy hasta España se ha contagiado del Papá Noel o <strong>Santa</strong> Claus y ya empiezan a<br />

distribuirse regalos en Navidad, con el pretexto que así tienen más tiempo los niños de<br />

disfrutarlos antes de empezar las clases el día 7 de enero, inmedi<strong>at</strong>amente después del 6, que es<br />

el día de Reyes, cuando siempre se habían dado los regalos allí. La realidad es que, quienes han<br />

salido ganando son los niños porque reciben regalos en ambas ocasiones. Siempre los padres y<br />

la familia dan algo para Navidad y Reyes.<br />

El 28 de diciembre es el día de los Santos Inocentes. Este día no es fiesta de guardar, ni<br />

siquiera hay que ir a misa, pero en este día se hacen las bromas más ingeniosas de todo el año.<br />

Las bromas consisten en engañar a una persona y hacerla ir a algún lugar o decirle que ha<br />

ocurrido algo, el punto es que la persona se lo crea de verdad. Al notar la bromista que su<br />

víctima se ha creído el cuento, se le recuerda que es el día de los Santos Inocentes y se le dice<br />

que le han dado “la inocentada”. Ella con gracia y mucha cortesía responde: “Que con salud me<br />

la des el próximo año”.<br />

El día 31 se acostumbra decir a los niños: “En la plaza hay un hombre con más ojos que<br />

días tiene el año.” El niño se queda intrigado y dice que eso no es posible, pero al explicarle que<br />

es el último día del año, se da cuenta que es verdad porque sólo queda un día en el año. Bromas<br />

y dichos de este tipo abundaban, pero poco a poco los vamos perdiendo. Para Noche Vieja, el 31<br />

de diciembre, normalmente se reúne la familia para cenar, pero los jóvenes salen a celebrar la<br />

llegada del nuevo año con amigos en lugares públicos.<br />

El uno de enero se va a misa y se adora al niño por primera vez en la temporada, este rito<br />

dura hasta el día seis, que es cuando se terminan las Pascuas o Navidades. Esta es una práctica<br />

muy bonita que todavía se hace. Al terminar la misa se toma la est<strong>at</strong>ua del Niño Jesús y toda la<br />

gente pasa a besarla mientras se cantan villancicos apropiados.<br />

Merienda de la Noche de Reyes. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

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En la noche de reyes, se Cantan los Reyes. Esto consiste en reunirse y tener una<br />

merienda. Se comen chorizos, aceitunas, chuletas de cordero azadas, pan, vino, fruta y el roscón<br />

de reyes. Luego se sale a la calle muy cubiertos, para aguantar el frío de la noche, y se canta el<br />

canto tradicional.<br />

Los participantes en el evento se dividen en dos grupos, uno de hombres y otro de<br />

mujeres. Se pone cada grupo en esquinas opuestas, las mujeres cantan una estrofa, los hombres<br />

otra y el estribillo lo hacen juntos. Entre esquina y esquina se va bebiendo orujo para no sentir<br />

tanto el frío. Al terminar de cantar por todo el pueblo se vuelve al Bar para tomar sopas de ajo.<br />

Grupo de hombres cantando los reyes<br />

Foto Lucia Varona<br />

Grupo de mujeres cantando los reyes.<br />

Foto Lucia Varona<br />

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Grupo de mujeres comb<strong>at</strong>iendo el frío. 2006<br />

Foto Lucia Varona<br />

Columpiándose la noche de reyes. 2006-03-28<br />

Foto Lucia Varona<br />

Al pasar por las escuelas, no se puede vencer la tentación de volver a ser niña y hay que<br />

columpiarse y resbalarse como antes. La noche de Reyes se mucho.<br />

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Jóvenes de Ciadoncha y algún visitante cantando los Reyes. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

Los jóvenes también cantan los reyes con los adultos, pero les gusta quemar petardos y<br />

asustar a los mayores. Cuando está nevado, son ellos los que inician verdaderas b<strong>at</strong>allas de<br />

nieve.<br />

Después de haber cantado por todo el pueblo se vuelve al Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara<br />

y allí se toman una sopas de ajo que vienen muy bien para ya después ir a la cama y dormir unas<br />

cuantas horas y estar listo a la una y media de la tarde que es cuando se celebra la misa. Los<br />

padres que tienen hijos pequeños casi no van a esta celebración porque tienen que levantarse<br />

muy pronto para acompañar a los niños a ver qué les dejaron los Reyes.<br />

Los niños esa noche limpian un par de zap<strong>at</strong>itos y los dejan fuera de la habitación con un<br />

poco de paja y agua. La tradición dice que Los Reyes Magos vienen de oriente a dejarles regalos<br />

por la noche. En varias ciudades y algunos pueblos se hace la Cabalg<strong>at</strong>a de Reyes que es un<br />

desfile en el que hay carrozas donde vienen los tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar<br />

tirando dulces a la gente que está viéndolos pasar. Los niños después de la cabalg<strong>at</strong>a se van a la<br />

cama muy pronto, pero no antes de haber preparado los zap<strong>at</strong>itos, un poco de paja y agua para<br />

los camellos. Así los reyes les dejarán los regalos que ellos tanto han esperado tener.<br />

En esto también ha habido mucho cambio. La mayoría de los participantes señalaban el<br />

hecho de que los Reyes a ellos les dejaban una naranja o unos caramelitos. Nunca les habían<br />

dejado juguetes. Hoy los niños reciben muchísimos regalos ese día.<br />

El día seis se va a misa de nuevo y al Bar después, como todos los domingos. En el bar<br />

se toma un aperitivo, los hombres en un salón y las mujeres en otro. Aunque, los más jóvenes ya<br />

empiezan a mezclarse hombres, mujeres y niños.<br />

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José Luís Hernando, Alcalde del Pueblo (primero de la izquierda) con algunos<br />

hombres en el Bar después de misa. 2006<br />

Foto de Lucía Varona<br />

Grupo de mujeres en el bar el día de Reyes. 2.006<br />

Foto Lucia Varona<br />

A continuación aparece la letra de la canción que se usa para Cantar los Reyes.<br />

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Señoras en el Bar después de misa. 2006<br />

Foto de Lucía Varona<br />

Niños en el Bar. 2006<br />

Foto de Lucía Varona<br />

Después de estas fiestas de fin de año, como se les llama también, vienen los carnavales<br />

que se celebran el martes antes del Miércoles de Ceniza. He querido incluir aquí la descripción<br />

de la fiesta de carnaval, aunque no es parte de la religiosidad popular, porque sí está relacionada<br />

con ella por ser el principio de la cuaresma. Cuaresma es un tiempo de preparación para la<br />

Semana <strong>Santa</strong>.<br />

El día antes de entrar a la cuaresma, que es tiempo de ayuno y abstinencia, se<br />

acostumbraba celebrar los carnavales. Esto se hace disfrazándose, comiendo y bailando en una<br />

merienda por la noche que se realiza el martes, día antes del Miércoles de Ceniza. En Ciadoncha<br />

esta era una de las mejores fiestas. La cre<strong>at</strong>ividad de las personas para disfrazarse era increíble.<br />

Se hacían los disfraces de cosas caseras. Se vestían de moras, de marineros, de indios de espías.<br />

Pelucas, gafas y bigotes postizos salían a relucir esa noche y siempre había sorpresas. Nadie<br />

59


sabía cómo iría disfrazado el otro y se creaba esa anticipación que tanto gustaba para disfrutar la<br />

velada.<br />

Hace muchos años, el Miércoles de Ceniza, los niños iban desde la escuela a la<br />

ceremonia de la ceniza en la iglesia. Esta ceremonia consistía en que el sacerdote imponía en la<br />

frente una cruz hecha con cenizas al mismo tiempo que les recordaba que polvo eran y en polvo<br />

se convertirían. Hoy ya no hay niños que vayan desde la escuela; tampoco existe la escuela<br />

como tal ya, pero la ceremonia continúa igual. Todavía hoy nos recuerdan en la imposición de la<br />

ceniza que polvo somos y en polvo nos convertiremos<br />

La cuaresma es un tiempo para reflexionar y hacer sacrificio. Los viernes de cuaresma se<br />

llamaban “de vigilia” y no se comía puchero de cocido en casa, sino tortilla, huevos cocidos o<br />

pescado. Era costumbre hacer algún tipo de ayuno los viernes, de allí que cuando se cocinan<br />

lentejas o garbanzos sin carne se dice que son lentejas o garbanzos de viernes.<br />

Hace muchos años, en Ciadoncha se acostumbraba que todos los domingos de cuaresma<br />

fueran los jóvenes cantando de casa en casa una canción que dice.<br />

Hoy es el primer (segundo, tercer) domingo<br />

que el Señor llama a tu casa<br />

para pedir una limosna<br />

para la Semana <strong>Santa</strong>.<br />

La limosna que nos des dánosla con alegría,<br />

Jueves Santo la veréis,<br />

Jueves Santo al mediodía.<br />

Con lo que les daban se compraban velas para iluminar el Santísimo en el Monumento, el<br />

Jueves Santo. El Monumento es el altar que se hace para conmemorar la institución de la<br />

Eucaristía.<br />

Pero no era sólo los domingos de cuaresma que se cantaba y se pedía dinero. También los<br />

días de San José, el Domingo de Ramos y el Domingo de Lázaro (anterior al de Ramos). Cada<br />

día estaba acompañado de su canción.<br />

Los tres días más importantes de la Semana <strong>Santa</strong> son el Jueves Santo, el Viernes Santo y<br />

el domingo de Resurrección. Cada día tenía liturgia propia, la cual incluía también música<br />

especial y el sonido de m<strong>at</strong>racas durante la semana y de campanas el Domingo de Resurrección.<br />

El lunes, martes y miércoles santos se preparaba la iglesia y el monumento, se celebraban<br />

confesiones y se hacía el recorrido de las 14 estaciones del Calvario o Vía Crucis. También el<br />

Jueves Santo se acostumbraba leer por la tarde los quince salmos de la Biblia, en l<strong>at</strong>ín. Ese día<br />

se usaba “El Tenebrario” que era un candelero grande, para 15 velas. Al final de cada salmo se<br />

apagaba una vela. Al apagar la última vela se quedaba la iglesia en tinieblas y entonces se<br />

sonaban m<strong>at</strong>racas, botes, l<strong>at</strong>as y cualquier objeto que hiciera ruido. Esta oscuridad y este ruido<br />

eran para recordar el terremoto que según la tradición se produjo en el Monte Clavario cuando<br />

60


Jesús murió. También se hacía la misa solemne de la “Cena” y se velaba el Monumento. Por la<br />

noche se hacía una Hora <strong>Santa</strong>.<br />

Carracas<br />

Foto, Arcadio Varona<br />

M<strong>at</strong>raca. 2006<br />

Foto, Federico Varona<br />

El Viernes Santo se hacían los “Oficios divinos” de la muerte del Señor y una procesión<br />

llamada del Santo Entierro.<br />

El Sábado Santo se bendecía mucha agua que se repartía por las casas y se hacía el rito<br />

del Cirio Pascual. Las participantes me dijeron que ponían 14 cantitos en una jarrita donde les<br />

echaban el agua. También llevaban una vela que la prendían del cirio l y luego la guardaban para<br />

cuando hacía nublado.<br />

61


Jueves, Viernes y Sábado Santos no se tocaban las campanas para llamar a los oficios.<br />

Los niños iban por las casas tocando las carracas y el carracón.<br />

El Domingo de Resurrección se hacía la Procesión del encuentro. Toda la gente se reunía<br />

en la iglesia donde unas muchachas vestidas de luto cogían a la Virgen para llevarla en<br />

procesión, mientras el resto de las mujeres iniciaban el canto que acompañaba a la comitiva. Las<br />

dos estrofas siguientes se cantaban en el momento en que las jóvenes cogían a la Virgen.<br />

“Coged doncellas la Virgen,<br />

a donde la llevaremos,<br />

a las calles de alegría<br />

ya Jesús encontraremos<br />

Levanta el vuelo paloma<br />

De esas andas de nogal<br />

Vamos a buscar a tu hijo<br />

Alrededor del lugar.”<br />

Por otra parte los muchachos acompañaban a Jesús, uno de ellos portaba un ramo de pino<br />

decorado con rosquillas, limones y naranjas. El ramo lo traían los muchachos del pinar y lo<br />

preparaban las doncellas. Su significado es puesto en contraposición a la Cruz, que es un madero<br />

seco en el que está la muerte. El árbol o ramo florido y adornado significa la vida nueva que nos<br />

trae Cristo, El Resucitado. Las rosquillas se usaban para dar nombre a esta Pascua que, además<br />

de Florida, se la llama también Rosquillera, porque era común en la mayoría de las regiones, la<br />

confección de roscos y rosquillas de Pascua. Las naranjas y limones se colgaban del árbol porque<br />

eran las frutas más fáciles de encontrar en esa época.<br />

El sonar de las campanas marcaba el inicio de la procesión. Entonces se cantaba:<br />

“Ya tornean las campanas<br />

y sale la procesión<br />

ya sale la cruz de pl<strong>at</strong>a<br />

y en medio nuestro Señor”<br />

Las dos comitivas, las mujeres con la Virgen y los muchachos con Jesús y el ramo,<br />

<strong>at</strong>ravesaban la portada de ingreso de la iglesia y cada comitiva tomaba un camino diferente.<br />

Primero la de los hombres dirigiéndose hacia la izquierda y después la de las mujeres hacia la<br />

derecha, y cantaban.<br />

“Afuera, afuera señoras<br />

afuera de las aceras<br />

que la Sagrada María,<br />

se va a pasear por ellas.”<br />

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Las dos comitivas rodeaban la iglesia para encontrarse en una plaza, donde antiguamente<br />

era el juego de pelota. En el momento de verse ambas comitivas cantaban:<br />

“Por allí viene Jesús<br />

aquí tenemos a su Madre<br />

hagan corro caballeros<br />

que vienen a saludarse.”<br />

Se paraba la procesión y se le quitaba el luto a la Virgen, al igual que a las doncellas, que<br />

eran las jóvenes que llevaban a la Virgen. Esto se hacía quitándose la ropa negra unas a otras de<br />

modo que debajo de la ropa negra las jóvenes llevaban ropa de color, con la que se quedaban.<br />

Cuando hacían esto cantaban:<br />

“Quitad el luto a la Virgen<br />

porque el luto es muy pesado<br />

no es digno de que lo lleve,<br />

pues su hijo ha resucitado”<br />

Quitad el luto a la Virgen<br />

Y a la Sagrada María<br />

Y también a las doncellas<br />

Que van en su compañía”<br />

Ya juntos, continuaban la procesión con dirección a la Iglesia. La est<strong>at</strong>ua del niño Jesús<br />

iba adelante. Entonces cantaban:<br />

“Ya no se conocerán<br />

se han cambiado de librea<br />

lleva el vestido encarnado<br />

por la sangre de sus venas.<br />

Anden, anden las insignias<br />

Delante va el soberano<br />

En medio la Virgen Pura<br />

Y a la derecha va el ramo.<br />

Este ramo que traemos<br />

De naranjas y limones,<br />

Lo han hecho las doncellitas<br />

Hijas de los labradores.<br />

Tengan felices Pascuas,<br />

El niño tierno el primero<br />

Y también el señor cura<br />

Que da buen ejemplo al pueblo.<br />

63


Tengan felices Pascuas<br />

El señor cura el primero,<br />

El alcalde y regidores<br />

Y vecinos de este pueblo.<br />

En el momento de entrar a la Iglesia se decía:<br />

Estas puertas son de bronce<br />

Los quicios son de nogal<br />

Adentro está la paloma<br />

Que venimos a adorar.<br />

Entrad compañeras mías<br />

De rodillas por el suelo,<br />

Le pediremos perdón<br />

A la Reina de los Cielos.<br />

Tomemos agua bendita<br />

Digamos la confesión<br />

Y a la Reina de los Cielos<br />

Le pediremos perdón.<br />

El señor cura entraba en sacristía para dejar la capa y c<strong>at</strong>aban:<br />

Sal, salga el señor cura,<br />

Salga de la sacristía,<br />

A decir misa solemne<br />

Que así lo requiere el día.<br />

Ya sale el señor cura<br />

vestido de humanidad<br />

representa a Jesucristo<br />

que a decir misa va.<br />

La alusión “vestido de humanidad” hace referencia al hecho de que el sacerdote revestido<br />

representa a Jesucristo, que es Dios y hombre, o sea, tiene Divinidad y Humanidad. Con esto<br />

finalizaba la procesión y se celebraba la misa.<br />

La víspera de la fiesta de la Santísima Trinidad y la de San Cosme y San Damián se<br />

limpiaba la iglesia, se tocaban largamente las campanas y se cantaban las vísperas. El día de la<br />

fiesta había misa de Angelis en l<strong>at</strong>ín y predicador de campanillas. Antes de la misa había<br />

procesión. En la fiesta de la Santísima Trinidad se celebra el domingo anterior al Corpus. Como<br />

ya se dijo anteriormente. La fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara se trasladó a esta fecha para aprovechar el<br />

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mejor tiempo, ya que en diciembre hace mucho frío. Es por eso que en esta fecha se sacaba la<br />

imagen de <strong>Santa</strong> Bárbara y la de San Cosme y se hacía la Romería.<br />

Como Ciadoncha no tiene ermita, sacan la imagen en procesión por las calles y<br />

muchachos y muchachas van bailando frente a ella con música de gaita y tambor. Esto se hace<br />

antes de la misa. Después de misa, bailan en la plaza, frente al Bar con la música del conjunto de<br />

gaita y tambor que tocó durante la romería (Vídeo proporcionado por Orencio Pérez Cascajar).<br />

Antes también se acostumbraba tener buenos juegos de pelota en el frontón y comida familiar a<br />

base de paella y pollo de corral.<br />

Procesión en la fiesta de Corpus.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

La fiesta de Corpus también es muy solemne y se saca el Santísimo Sacramento en<br />

procesión. Se preparan altares donde posan el Santísimo Sacramento y se hace una oración. Se<br />

recorren las calles y se tiran pétalos de flores al paso del Santísimo Sacramento.<br />

Don Emérito orando en uno de los altares.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

65


Señoras ante el altar hecho por ellas. 2002<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Antiguamente el día de San Juan, los novios preparaban unos ramos que les ponían a las<br />

novias en las ventanas. También se usaba hacer chocol<strong>at</strong>e para llevar al paseo de Los Tornos por<br />

la carretera vieja a Burgos, para ver salir el sol. Después se iban a la fiesta en Vía Zopeque, pero<br />

estas costumbres se fueron perdiendo y ya en los sesentas no se practicaban más.<br />

La fiesta de San Cosme y San Damián es el 26 de septiembre y se celebra también con<br />

una misa y con una merienda. Por un tiempo el Club Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara, del que me ocuparé<br />

más adelante, servía lo que llamaban El vino español. Era una merienda con muchas tapas y<br />

vino. Se hacía en la plaza y participaba mucha gente. Esta fiesta se gozaba mucho porque hacía<br />

buen tiempo y se prestaba a tener un buen día al sol y disfrutar de los merenderos.<br />

El vino español.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

66


La última fiesta grande que se celebra en Ciadoncha es la noche antes de la fiesta de<br />

<strong>Santa</strong> Bárbara, el 3 de diciembre. Desde hace muchos años se ha hecho la hoguera. He oído<br />

comentar a una participante que nació en 1920 y dice que ella la recuerda de siempre. Que<br />

incluso, había años que hacía mucho viento y que los mayores les decían a los jóvenes que no la<br />

hicieran porque podía ser peligroso, pero nadie hacía caso.<br />

En esta fiesta lo interesante es que se aprovecha a hacer una buena limpieza en la casa y<br />

lo que ya no sirve se lleva a quemar a la hoguera. También se traían troncos y palos del campo.<br />

(Cinta proporcionada por Arcadio Varona)<br />

Prepar<strong>at</strong>ivos para la fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara. M<strong>at</strong>anza hecha con toda la comunidad.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

Aprovechando el clima frío en Ciadoncha, como en otros pueblos, se hace la m<strong>at</strong>anza del<br />

cerdo en esta época. En la fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara se comen todas esas comidas que se hacen del<br />

cerdo. El Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara, al que le he dedicado el último capítulo del <strong>libro</strong>,<br />

organizaba la m<strong>at</strong>anza para esta fiesta.<br />

Es tan famosa la fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara que vienen personas de otros pueblos a ella. La<br />

hoguera, la música, el vino, y la buena comida ayudan mucho a tener una velada inolvidable. Es<br />

en esta fiesta cuando se animan más a cantar tanto hombres como mujeres. Pero no sólo es el<br />

canto lo que aflora, también salen algunos poemas, muchos chistes, y dichos y comentarios que<br />

son de troncharse de la risa.<br />

67


Genara Madrid con La Virgen Milagrosa. 2003<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Otra tradición en el pueblo es la de pasar la imagen de la Virgen Milagrosa de casa en<br />

casa. En estas visitas se reza un rosario, se prende una veladora y se pone una limosna en la<br />

cajita donde viene la imagen. Esta es una costumbre bastante antigua que todavía hoy se hace.<br />

68


CAPÍTULO 6<br />

LA COMIDA<br />

Las Cebollitas de Ciadoncha<br />

Como hemos dicho anteriormente, Ciadoncha ha sido un pueblo pequeño, pero talento no<br />

ha faltado en muchos campos y uno de ellos es las artes culinarias. Existe un pl<strong>at</strong>o en la cocina<br />

moderna que se llama Cebollitas de Ciadoncha y se puede degustar en el restaurante, Villa de<br />

Almanzor, en la ciudad de Burgos.<br />

¿Cómo empezó esto de las Cebollitas de Ciadoncha Fue Nery Delgado, nacida en<br />

Ciadoncha, quien creó este pl<strong>at</strong>o. El pl<strong>at</strong>o surgió porque Nery es una profesional de la Alta<br />

Cocina y en 1.985 montó una sociedad y puso un Restaurante. Era necesario inventar pl<strong>at</strong>os y<br />

ella se inventó este.<br />

Nery Delgado.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

En una entrevista que le hicieron a la Chef para la revista “Ciadoncha, tras sus huellas”,<br />

Junio1.990 (22, 23) Nery dice que los recuerdos que ella tiene del pueblo son los olores y<br />

sabores de esos conejos guisados en esas cazuelas de barro de Pereduela (Zamora), tan curadas,<br />

ya que algunas pertenecieron a las abuelas e incluso bisabuelas de quienes las usan. Esos eran<br />

guisos que se hacían sentir a diez metros de donde se cocinaban por el olor a leña de sarmiento,<br />

de encina y a las especies.<br />

Nery dice que ella cree que no hay pueblo donde se cocine con tanto esmero y cariño<br />

como en Ciadoncha. Alaba mucho la fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara, porque dice que el cariño con que<br />

se prepara la comida para esa fiesta es algo único. Por eso las morcillas saben mejor. También<br />

recuerda las bodegas. ¡Cómo no las va a recordar¡ si en ellas ha pasado tan buenos r<strong>at</strong>os, no sólo<br />

degustando buena comida, pero también cantando con esa voz tan bonita que tiene (Vídeos<br />

proporcionados por Orencio Pérez Cascajar).<br />

Al preguntarle sobre el éxito del pl<strong>at</strong>o, ella dice que una vez las quitó del menú, pero que<br />

la gente las pedía con tanta insistencia que decidió no quitarlas más, y así Ciadoncha queda al<br />

alcance del paladar de cualquiera. En palabras de Nery, las Cebollitas de Ciadoncha…<br />

69


Es un pl<strong>at</strong>o moderno, de nueva cocina, pero no excesivamente refinado porque la<br />

raíz esencial del pl<strong>at</strong>o enlaza con esos sabores del pueblo que yo guardo en mi<br />

mente y, por qué no, en mi corazón. Esta idea es la que intento plasmar en toda<br />

mi cocina, intentando mantener en todos los pl<strong>at</strong>os el sabor, incluso en los más<br />

refinados. Este pl<strong>at</strong>o forma parte de lo que yo llamo un menú largo y estrecho,<br />

una serie de pl<strong>at</strong>os para iniciar una comida y que es lo que personaliza este<br />

restaurante y a mí como creadora culinaria. Por otra parte, la carta de este<br />

restaurante intenta combinar la nueva cocina con la tradicional, porque no quiero<br />

olvidar mis raíces. (En Ciadoncha, tras sus huellas. Junio 1.990, página23)<br />

Como es n<strong>at</strong>ural, incluimos en este trabajo la receta de Las Cebollitas de Ciadoncha.<br />

Este es un pl<strong>at</strong>o que ha tenido mucho éxito y que curiosamente ha puesto al pueblo en el mapa,<br />

pues muchos son los turistas que intrigados preguntan dónde está ese lugar.<br />

Receta de las Cebollitas de Ciadoncha<br />

Ingredientes para 6 personas.<br />

Cebollitas de Ciadoncha<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

8 Cebollas pequeñas 400 gramos de carne de solomillo.<br />

60 gramos de carne de cerdo 2 cebollas<br />

2 zanahorias 50 gramos de mantequilla<br />

Preparación del relleno:<br />

Se compra la mejor carne de vaca o ternera (solomillo). Se mezclan con un poquito de<br />

cerdo gordo y se pica como para albóndigas. Se pone una sartén al fuego con medio vaso de los<br />

de vino, de aceite y una nuez de mantequilla, sin que se caliente mucho. En ello freímos una<br />

cebolla pequeña picada menudita y sólo hasta que esté transparente, entonces echamos la carne,<br />

la rehogamos y se le agrega sal, pimienta molida, nuez moscada, media copita de vino oloroso o<br />

una pizca de tomillo. Se pasa a un recipiente ancho y se le incorpora un huevo entero y un<br />

chorro no muy grande de crema de leche.<br />

Lo pasamos por la miniprimer hasta hacer una pasta compacta y espesa que probamos por<br />

si le faltara sal y se rectifica al gusto.<br />

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Ya tenemos el relleno que dejamos reservado en el mismo recipiente.<br />

Salsa de crema<br />

En una sartén de tamaño grande, se pone aceite y un poco de mantequilla. Se pica una<br />

cebolla mediana, dos zanahorias muy picaditas y lo freímos bien. Aparte se hace una bechamel<br />

muy ligera que deberá estar hirviendo. Se une la bechamel y el sofrito. Se añade pimienta, nuez<br />

moscada y sal al gusto y se pasa por el chino. Esta salsa no debe quedar muy espesa.<br />

Para rellenar las cebollas<br />

Se cuecen las cebollas en abundante agua y sal unos 30 minutos. Se las deja enfriar. Una<br />

vez frías las vamos quitando por capas y se envuelven en pequeñas porciones de carne.<br />

Se las pone en la bandeja, se echa la salsa por encima, se meten al horno a gr<strong>at</strong>inar<br />

durante 20 minutos, primero a horno fuerte y luego moderado.<br />

Nery celebrando con amigos y los músicos que animaron la fiesta del 15 de agosto de 1996<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Es verdad que la gente en Ciadoncha cocina muy bien. Los conejos, el asado de cordero,<br />

las ensaladillas rusas, el flan de huevos, las tortillas y las sopas de ajo. Todo sabe muy bien.<br />

Esperemos que cada familia pueda pasar a sus hijos los secretos de la cocina “ranera”, porque<br />

sería imposible incluir aquí todas las recetas que podríamos sacar.<br />

Un participante me comentaba cómo en un tiempo en Ciadoncha se comían las sopas de<br />

ajo mañana tarde y noche. Yo le decía que me parecía eso un lujo, puesto que ahora todos los<br />

restaurantes ofrecen este pl<strong>at</strong>o como algo especial. Él sonrió y me dijo- es que antes las sopas de<br />

ajo era la comida de los pobres- Pasó luego a rel<strong>at</strong>arme cómo en esos tiempos, si alguien<br />

llamaba a la puerta y la familia estaba comiendo sopas de ajo, las escondían. Creo que lo mismo<br />

pasó con el turrón. Ésta era la comida que llevaban los pastores al campo. En un tiempo fue<br />

visto de menos por los demás, pero hoy pagamos lo que sea por un buen trozo de turrón, ya sea<br />

duro o blando.<br />

En la revista, encontramos un artículo sobre la confección del pan. En él algunas<br />

personas explican cómo cuando y dónde se hacía esta labor. Se tr<strong>at</strong>aba de amasar y amasar, por<br />

lo menos una hora. La masa, que era de harina cernida, sal, agua y levadura; tenía que quedar lo<br />

71


suficientemente dura. Luego se hacía una cruz en la masa y se tapaba con una manta, unas dos<br />

horas hasta que subiera. Después había que hornear. En ese entonces, no había hornos en todas<br />

las casa. Hoy todas las casas tienen no sólo horno eléctrico o a gas, sino también de microondas.<br />

Había algunos hornos de leña, pero como la demanda era mucha, tenían que pedir vez. A veces<br />

había que madrugar porque se horneaba dos veces, por la mañana y por la tarde.<br />

Calentaban el horno con paja o leña, echando con los puños e hincadas de rodillas.<br />

Cuando el horno se ponía blanco, se limpiaba por dentro y se metía el pan. Primero las tortas de<br />

aceite y luego las hogazas. Cocían para unos 15 días. A veces el pan se enmohecía y se lo tenían<br />

que comer, quitando lo que estaba peor. El pan lo guardaban en una habitación, en un rincón. -<br />

¡Qué bien olía cuando pasábamos!- comentan las narradoras (10) Hoy el pan llega en coche y<br />

sólo hay que salir a comprarlo.<br />

La Panadera entregando el pan en Ciadoncha. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

En Ciadoncha lo que se come es lo que se ha preparado ese día en casa. Por muchos<br />

años, los frigoríficos se mantenían vacíos. Primero porque no se tenía costumbre de guardar<br />

comida de un día para otro. Luego, porque habían vivido por tantos años sin ellos que<br />

desarrollaron otros métodos de conservación que no necesitaban de la refrigeración moderna.<br />

Ahora ya vemos que, sobre todo, el congelador se mantiene repleto de carne de la m<strong>at</strong>anza y de<br />

los productos del huerto.<br />

La vida diaria en Ciadoncha es bastante rutinaria en estos tiempos. Por las mañanas las<br />

labores de limpieza de la casa se ven interrumpidas sólo por el toque de la bocina de unos<br />

coches. No hace falta que las señoras vean hacia la calle; ellas reconocen el sonido y se les oye<br />

decir:<br />

-¡Es el de <strong>Santa</strong> Maria! ¡Es el de Mahamud!- refiriéndose al panadero.<br />

Hay que salir a recoger la barra o la torta. No hay comparación con todo el trabajo que<br />

suponía tener pan hace muchos años. Interrumpir las labores por unos minutos, es sólo un<br />

pequeño inconveniente para las mujeres de hoy. Además, hoy es muy normal ver a los hombres<br />

de la casa que salen a comprar el pan, no como antes que era labor exclusiva de las mujeres.<br />

72


Emiliano Galiana comprando el pan. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

A Ciadoncha siempre han llegado vendedores. Un participante me dice que todavía hoy<br />

puede ver en su mente al aceitunero, él era alto y serio, con esa camisa larga tan característica.<br />

También llegaban los gitanos para reparar los cacharros de cocina. Este participante También<br />

recuerda como a veces, su padre les dejaba dormir en el pajar. Esto ocurriría allá por los años<br />

cincuenta (Entrevista personal 2005).<br />

Hoy también llega el pesc<strong>at</strong>ero que a veces no sólo lleva pescado sino carne y pollo. Y<br />

unas furgonetas llenas de toda clase de mercancía, desde toallas hasta planchas, que van<br />

sirviendo a la población de todos estos pueblos pequeños de alrededor. En Ciadoncha no ha<br />

habido una tienda desde hace más de medio siglo, pero realmente no la necesitan porque están<br />

bien <strong>at</strong>endidos por todos estos vendedores ambulantes que se recorren la comarca, llenando de<br />

sonidos el ambiente tranquilo de los pequeños pueblos de Castilla.<br />

Pollos de corral.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

En Ciadoncha todavía se consume mucho de lo que se cría en casa. Todos los<br />

participantes coincidieron en que no hay comparación entre el sabor de los huevos y los pollos de<br />

corral y los de granja. Los conejos también son especialmente sabrosos.<br />

73


La verdura, ¡qué bien sabe! cuando se la va a traer al huerto. Muchos de los vecinos que<br />

viven en la ciudad de Burgos, cultivan huertos en el pueblo y se dan el gusto de comer verdura<br />

sana que han visto crecer y madurar. Como se comentó antes, también ahora ya preparan la<br />

verdura para congelarla y disfrutar de ella durante todo el año.<br />

La forma de hacer la comida, sus ingredientes y el tiempo que se dedica a ella, hace la<br />

gran diferencia en la cocina. Por ejemplo, antes no se usaba la miniprimer, como dice Nery en<br />

su receta, lo que se usaba siempre era el mortero. Yo estoy segura que la mayoría de las personas<br />

que todavía viven en Ciadoncha prefieren el mortero a la miniprimer. Allí se tritura bien el ajo,<br />

perejil y pimienta. Se prepara como una pasta y luego se echa un poco más de agua y se mezcla<br />

bien con la comida.<br />

Mortero pequeño de madera.<br />

Foto Lucía Varona<br />

La vida en el pueblo es tan distinta de la de la ciudad que allí uno se siente invitado a<br />

volver al pasado, a tomarse el tiempo para todo. En el verano cuando se puede ver algunas<br />

familias que vuelven a pasar unos días, se nota el gusto que sienten al poder dedicar toda la<br />

mañana a preparar unos buenos guisos. No es lo mismo en la ciudad, donde tienen que correr<br />

tanto para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio, etc. Lo más valioso de toda esta comida del<br />

pueblo es que es muy sana, allí todo es orgánico y no se usa ninguna clase de químicos para<br />

cultivar o criar animales.<br />

Un bonito proyecto sería escribir un <strong>libro</strong> de cocina, con las recetas de las abuelas con<br />

detalles de cómo se preparaban esos pl<strong>at</strong>os que poco a poco van quedando sólo en el recuerdo de<br />

los que tuvimos la suerte de degustar. También sería interesante escribir los secretos para cultivar<br />

las mejores verduras porque los tom<strong>at</strong>es, judías verdes y pimientos son especialmente sabrosos<br />

en este lugar.<br />

74


CAPÍTULO 7<br />

LA MATANZA<br />

La m<strong>at</strong>anza bien merece un capítulo aparte al de la comida porque en realidad es un<br />

acontecimiento que debe ser descrito independientemente.<br />

En diciembre, cuando hace frío, se hace la m<strong>at</strong>anza. Es una ocasión más para reunir a la<br />

familia. El trabajo es mucho y duro, por eso tiene que hacerse entre todos. Pero si bien se trabaja<br />

mucho, también son tres días de buena comida, porque cada día, la comida, se hace de acuerdo al<br />

trabajo que se realiza. Yo tr<strong>at</strong>aré de recordar la primera m<strong>at</strong>anza en la cual participé que fue en<br />

el año 1.984.<br />

Preparando el lugar. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

Lo primero que se hace es preparar el lugar donde se llevará a cabo toda la acción. Ese<br />

espacio debe estar limpio y ser suficientemente amplio para maniobrar. Se preparan muchos<br />

paños, recipientes y una escalera para colgar el cerdo para destazarlo. También se necesita<br />

alguna hornilla o fuego para cocer las morcillas.<br />

Llevando al cerdo al m<strong>at</strong>adero.1.984<br />

Foto Lucía Varona<br />

75


Lo primero que hay que hacer es coger al cerdo y llevarlo a la mesa donde se le va a<br />

m<strong>at</strong>ar. Tarea difícil, pues el animal como presintiendo su destino, no se deja agarrar fácilmente.<br />

Se necesita mucha fuerza para dominarlo.<br />

Primero se m<strong>at</strong>a al cerdo. Hay personas que saben hacerlo muy bien y a ellas las llaman<br />

para hacer este trabajo, aunque no sea parte de la familia. En nuestro caso era Ángel Varona<br />

Temiño, quien hacía esta tarea. A él le llamaban otras personas para ayudarles con esto. Este<br />

trabajo no es remunerado con dinero sino participando de lo que se saca del cerdo, así pueden<br />

darse chorizos y morcillas u otras cosas.<br />

Uno de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os que tenemos en la familia de las m<strong>at</strong>anzas en el pueblo,<br />

es que el padre nos contaba que cuando Petry, la hija menor era pequeña, él se la llevaba a las<br />

m<strong>at</strong>anzas y mientras él trabaja, la niña cantaba o bailaba el twist, que era el baile más popular en<br />

esa época (indudablemente, eran los famosos sesentas). O sea que Ángel, prestaba sus servicios<br />

con un bono de entretenimiento. Todavía hay gente que al recordar esto dice-Petry era muy<br />

“Saláa”-<br />

Al primer día se le llama día de limpiar.<br />

M<strong>at</strong>ando al cerdo. 1984<br />

Foto,Lucía Varona<br />

Una vez en la mesa, el encargado de m<strong>at</strong>ar el cerdo, le mete el cuchillo y normalmente el<br />

cerdo no sufre nada si se le encuentra la vena rápidamente. La persona que recibe la sangre, se<br />

hinca y reza una corta oración, luego pone el recipiente para coger la sangre que hay que b<strong>at</strong>ir<br />

constantemente para evitar que se cuaje.<br />

Quemando los pelos del cerdo. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

76


Una vez desangrado el animal, se limpia muy bien, quemando los pelos, rasurándolo y<br />

lavando la piel para que quede muy limpio.<br />

Destazando el cerdo. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

Una vez limpio el cerdo se pone en la escalera. Allí se sacan los intestinos o tripas, que<br />

se lavan muy bien porque son las que se rellenan para hacer las morcillas y los chorizos en los<br />

días siguientes.<br />

El primer día se b<strong>at</strong>e la sangre para que se quede líquida y se pone en botellas o<br />

recipientes aparte, para ser usada el día que se hacen las morcillas. Este día también se lavan las<br />

tripas, se pelan las p<strong>at</strong>as y las orejas.<br />

De comida se tiene la asadurilla del cerdo, guisada y el hígado empanizado o con cebolla.<br />

Picando tocino. 2003<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

77


A este día se le llama el día de picar, porque se pica toda la carne que es más magra para<br />

los chorizos. La que es más grasosa para sabadeñas, que son los chorizos que se usan para sopas<br />

o caldos. Se puede usar la máquina para picar especialmente si hay mucha cantidad.<br />

Este día se saca el lomo, jamones, tocino. Antiguamente el tocino se guardaba en sal<br />

para todo el año y aunque se ranciaba había que comerlo. También se prepara la carne para los<br />

chorizos con sal, pimiento dulce, pimiento picante, pimienta negra, orégano, vino blanco y<br />

pimientos colorromos rojos (pimientos que se cuecen y se les separa la piel de la pulpa y se usa<br />

sólo la pulpa o carne, como le dicen en el pueblo). Se mezcla todo con la carne del cerdo, se<br />

pone en los dornos y se va haciendo la señal de la cruz en cada uno de ellos. Esa carne se queda<br />

tapada un día.<br />

Picando cebollas. 2003<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

El segundo día también se pican las cebollas más o menos finas y se les mezcla el arroz y<br />

la sal. Esta mezcla se deja tapada toda la noche.<br />

De comida, el segundo día se tienen huesos con p<strong>at</strong><strong>at</strong>as y el lomo frito con pimientos.<br />

Cociendo las morcillas. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

El tercer día se hacen las morcillas. A las morcillas se les hecha arroz, manteca, cebolla,<br />

sal, pimienta molida, anís, orégano, canela, la sangre del cerdo, pimentón dulce y pimentón<br />

picante.<br />

78


Por la mañana se preparan las tripas que ya han sido limpiadas el primer día<br />

cuidadosamente pasando agua y limón por dentro varias veces. Después se mezclan los otros<br />

ingredientes con la cebolla y la sal, que se dejó aparte el día anterior. También se mezcla a esto<br />

la sangre que se separó el primer día y que debe estar líquida. Al mezclar se echa primero la<br />

pimienta molida, luego el anís, la canela y el orégano. Se echa suficiente pimentón de las dos<br />

clases y se mezcla todo. Se echa la sangre y al final la manteca y se revuelve todo muy bien.<br />

Se coge un poco de esa mezcla y se fríe en una sartén. Esto se hace para probar y darle el<br />

gusto que uno quiera. Una vez sazonado, se empiezan a rellenar las tripas. Para esto se amarra<br />

un lado de la tripa con un hilo especial para embutidos y se llena más o menos dos cuartas de<br />

tripa, luego se amarran por el medio y al final. Así se van preparando varias morcillas. Una vez<br />

llenas, se ponen a cocer.<br />

Ese día se toma una sopa de fideos que se hace con huesos cocidos y tocino fresco.<br />

También se come alguna morcilla recién hecha.<br />

Rellenando los chorizos. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

El cuarto día se llama el día de rellenar porque se rellenan los chorizos con la mezcla que<br />

se dejó el segundo día en los dornos. Se puede usar la máquina de picar que se usó para picar la<br />

carne, pero sin la cuchilla para rellenar los chorizos. Los chorizos se <strong>at</strong>an con hilo de tramilla y<br />

se ponen a escurrir. Se sacan a la calle a que se oreen y después se ponen en una habitación para<br />

que se terminen de curar. Si hay niebla hay que ahumarlos, hay que abrir las ventanas. El<br />

proceso de curación de los chorizos toma un mes.<br />

Ese día también se ponen a adobar las íntimas y las orillas finas de carne del tocino. El<br />

adobo se hace poniendo agua con mucha sal (tanta que tiene que flotar un huevo en ella), mucho<br />

pimentón picante y orégano. Se pone la carne en esa mezcla y a los ocho días se frota la carne<br />

con otra mezcla hecha de pimentón picante y vinagre o vino blanco. Esto se hace para que no lo<br />

piquen las moscas. Se pone a oreo en trozos no muy grandes.<br />

Toda esta narración fue posible gracias a Paulina Madrid, quien vía telefónica me recordó<br />

los detalles de la m<strong>at</strong>anza. La primera vez que participé en una de ellas, como dije<br />

anteriormente, fue en el año 1984 y me impresionó muchísimo. Recuerdo que por no tener el<br />

valor de arremangarme las mangas y poner las manos en el proceso. Yo me ofrecí como la<br />

79


fotógrafa oficial. La segunda vez, ya me sentía mucho más segura de poder colaborar y así poco<br />

a poco con el tiempo ya me pareció menos impresionante.<br />

Haciendo la mezcla para el jabón. 2003<br />

Foto Lucía Varona<br />

Pero la m<strong>at</strong>anza da para más que comida, con el cebo del cerdo se hace jabón. Para esto<br />

se pone a calentar el cebo, se le mezcla una barra de jabón y soda cáustica y se revuelve muy<br />

bien. Esa mezcla se echa en moldes y se deja enfriar.<br />

Echando el jabón en los moldes. 2003<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Como se puede ver, lo único que no se aprovecha del cerdo son los pelos. Se pueden<br />

preparar pl<strong>at</strong>os muy sabrosos y jabón muy bueno. A cualquier persona que no esté acostumbrada<br />

a participar en la m<strong>at</strong>anza le puede parecer este trabajo bastante desagradable, pero son muy<br />

pocos los que rechazan un buen chorizo, morcilla, jamón, tocino, chuleta o lomo bien preparado.<br />

80


CAPÍTULO 8<br />

LAS BODEGAS<br />

Las bodegas están como a un kilómetro del pueblo, en una pequeña montaña. Las<br />

bodegas son cuevas cavadas donde se hacía y se guardaba el vino.<br />

Entrada a una bodega. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

Por muchos años se hizo vino en Ciadoncha. Muchos son los recuerdos que hay de esos<br />

tiempos. Como por ejemplo lo bien que se pasaba cuando pisaban la uva y cómo gozaban<br />

restregándosela en la cara a alguien que estuviera distraído.<br />

Como me explicó un participante, la temper<strong>at</strong>ura que mantiene la bodega, tanto en<br />

invierno como en verano, es la ideal para conservar el vino. También hay que recordar que<br />

puede ser muy peligroso entrar a una bodega donde se está fermentando la uva. Para saber hasta<br />

donde se puede llegar en esta etapa del proceso del vino, se prende una vela y se empieza a bajar;<br />

cuando la vela se apaga, hay que volver porque quiere decir que todavía el nivel de dióxido de<br />

carbono es muy alto y podría ser f<strong>at</strong>al.<br />

Interior de una bodega. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

81


Pero las bodegas han sido mucho más que una cueva para hacer y guardar vino. Algunos<br />

dicen con cierta malicia. ¡Ay… si las bodegas hablaran..! Y es que en las bodegas se hablaba<br />

mucho y de todo. Al calor del vino salen tantas cosas que sólo podemos imaginar los secretos y<br />

las confidencias que allí se han hecho. Todas las bodegas tienen una parte donde exclusivamente<br />

se guarda el vino, y otra donde se puede merendar.<br />

En términos de hoy, diría que las Bodegas eran el lugar para quitarse el stress. Seguro<br />

que para muchos vecinos de antes, el ir a las bodegas era más efectivo que una visita al psicólogo<br />

hoy. Es que había mucha lealtad en la amistad, mucho cariño y comprensión entre amigos y<br />

podían hablar de lo que fuera. Estoy segura que estas reuniones informales, este convivir diario<br />

es lo que más echan de menos los agricultores de hoy. Antes siempre estaban juntos, compartían<br />

alegrías y tristezas. Hoy la vida se ha convertido en un ir y venir y ya no hay tiempo para nada.<br />

Vecinos disfrutando de una merienda en las bodegas.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Un participante describió las bodegas así: Las bodegas han representado hasta hace una<br />

veintena de años, aproximadamente, el referente cultural del pasado. Allí se congregaban niños,<br />

jóvenes y mayores, en cuadrilla de edades similares, en los r<strong>at</strong>os libres, sobre todo los domingos<br />

para merendar, charlar y cantar.<br />

Recordemos que Ciadoncha no ha tenido muchos lugares donde poderse distraer la gente.<br />

Las personas mayores del pueblo recuerdan que antes había salones de baile y que eran muy<br />

populares, pero de esto hace muchísimos años. Luego también recuerdan, la casa del señor<br />

Arturo. Cuántas tazas de café se servían, cuánta gente llegaba a conversar y pasar el r<strong>at</strong>o. El<br />

Teleclub que era igual que el Bar, pero que se le llamaba así porque en estos lugares era donde<br />

había un televisor y la gente iba ver algunos programas, mientras charlaba, fumaba y se tomaba<br />

un vinillo. Cada época tuvo algo, pero sólo eso, un lugar de diversión y nada más. Lo que ha<br />

sido permanente son las bodegas. Esas sí que siempre han estado allí y siempre se han usado para<br />

convivir.<br />

82


Hombres lavando las cubas en las bodegas. Atrás se ven los merenderos. 2002.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Muchas señoras recuerdan que sus esposos se iban a las bodegas y no volvían hasta las<br />

tantas de la noche cantando:<br />

Venimos de las bodegas<br />

De beber vino y también<br />

Jerez.<br />

Traemos una borrachera<br />

Que no nos podemos tener<br />

De pie.<br />

Hay cubanita del alma,<br />

Tú me robas el alma.<br />

Yo no puedo vivir sin ti.<br />

Son tus ojos azules<br />

Como las nubes del mar sin sol.<br />

Y tu cuerpo se cimbrea<br />

Como la caña del pescador.<br />

Pero no sólo los hombres tienen este privilegio, también las mujeres pueden disfrutarlas,<br />

especialmente después que se hicieron los merenderos modernos.<br />

83


Señoras celebrando un cumpleaños en una bodega.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Los merenderos son como pequeños restaurantes, algunos están tan bien decorados que<br />

realmente da la impresión que se está en otro pueblo y al entrar se siente como si fuera un buen<br />

restaurante. No hay electricidad, pero eso los hace aún más románticos. Todos tienen una buena<br />

chimenea, donde asan las chuletas, mesas sillas y algún armario para guardar cosas que se<br />

necesitan para preparar las meriendas. Lo que no falta es una lámpara de gas. Con eso ya pueden<br />

quedarse hasta las tantas de la noche o de la madrugada.<br />

En las bodegas se pasa muy bien el tiempo. Cada bodega es diferente en ellas se puede<br />

ver la personalidad de los dueños. Muchos vendedores ambulantes creen que ese conjunto de<br />

edificios es otro pueblo y van hasta allí pitando ofreciendo sus productos.<br />

Anteriormente presenté un canto que entonaban los hombres, pero no sólo ellos tenían<br />

sus cantos propios de bodega. También las mujeres cantaban:<br />

Somos las de Ciadoncha,<br />

Ay ay, ay, ay.<br />

Somos las de Ciadoncha,<br />

Jolín.<br />

Las de Ciadoncha,<br />

Pío, pío, pío, pío, cos, cos, cos.<br />

Porque nos gusta el vino,<br />

Ay, ay, ay,<br />

Porque nos gusta el vino<br />

Ay, ay, ay,<br />

Y el agua ardiente,<br />

Jolín<br />

84


Y el agua ardiente,<br />

Pío, pío, pío, pío, cos, cos, cos.<br />

En las meriendas se acostumbra comer chuletas de cordero asadas, tortilla de p<strong>at</strong><strong>at</strong>as,<br />

ensalada, fruta. Pero también hay quienes preparan pescado, mariscos y se abren muchas l<strong>at</strong>as<br />

de escabeche. También allí se hacían meriendas para todo el pueblo y después de comer<br />

empezaba el baile y el canto. Hay algunos vídeos que merece la pena conservar para ver la<br />

camaradería y la felicidad con que celebraba la gente, especialmente las celebraciones<br />

organizadas por el Club Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />

Algunos elementos importantes relacionados con el vino son las botas, los porrones y las<br />

cubas. En las botas se lleva el vino al campo para que se conserve fresco y sea fácil beber y<br />

conservar. Es un rito que una vez que se aprende se practica donde sea que le toque vivir. Por<br />

ejemplo en nuestra casa en California no puede faltar la bota y el porrón y a muchas personas les<br />

llama la <strong>at</strong>ención ver la facilidad con que mi esposo bebe de estos contenedores.<br />

Merendando en un descanso durante la cosecha. Bebiendo del porrón. 1986<br />

Foto Lucía Varona<br />

Uno de los participantes me comentaba con qué gusto bebían el vino en porrón cuando se<br />

sentaba a tomar la merienda durante la cosecha.<br />

85


Paulina Madrid enseñando las cubas de vino en la Bodega de Pepe. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

En las bodegas mantienen el vino en cubas. Es en las cubas donde realmente se hace el<br />

vino, allí se pone el jugo de uva o caldo y se va transformando en vino.<br />

.<br />

Porrones para beber vino<br />

Fotos, Lucia Varona<br />

86


CAPÍTULO 9<br />

LA VIVIENDA<br />

Como en todo el mundo, una de las cosas que más ha cambiado en el siglo XX es la<br />

vivienda. En Ciadoncha, la introducción de la luz eléctrica en 1904 o 1905, y el agua en 1977<br />

han sido la mayor causa de esto.<br />

En el pueblo se pueden ver varios tipos de casas. Algunas han sido restauradas,<br />

conservando el estilo antiguo, otras son tipo chalet y otras son bastante modernas.<br />

Lamentablemente, también hay muchas que se están cayendo o que han sido derrumbadas y no<br />

se han vuelto a construir.<br />

Calle y casas antes de ser renovadas. 1979<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Fundamentalmente la casa antigua constaba del área de vivienda y las cuadras. Los<br />

animales eran muy importantes en la vida del pueblo especialmente durante las primeras décadas<br />

del siglo, antes que se mecanizara la agricultura. El ganado además de servir para el trabajo y de<br />

alimento también servía para dar calor. Por eso muchas casas antiguas tenían las habitaciones en<br />

un segundo piso y el primero, o planta baja, era donde mantenían a los animales. Según algunos<br />

participantes, hubo gente que también vivía en la misma planta con los animales hace muchos<br />

años.<br />

Calentando la gloria. 2005<br />

Foto Lucía Varona<br />

87


Con el tiempo, la mayoría de las casa en Ciadoncha llegaron a tener Gloria, que es un<br />

túnel que <strong>at</strong>raviesa una habitación de la casa y tiene una chimenea por donde sale el humo. Las<br />

glorias, según los participantes, son del tiempo de los romanos, pero no se usaron tanto en el<br />

pueblo, hasta mediados del siglo XX. La gloria se calienta quemando paja o leña. Al subir el<br />

calor, va calentando las habitaciones que están encima. Pero también le llaman Gloria a la<br />

habitación por donde pasa el túnel y que es la más caliente de todas. Antes, en el invierno, allí se<br />

hacía todo. A los niños, sobre todo, allí se les lavaba y cambiaba. Esa era la habitación que más<br />

se usaba en toda la casa.<br />

Hoy las glorias son muy bonitas y el lugar donde se calientan son motivo de decoración<br />

especial, pero antes no era más que un boquete con una tapadera de hierro. Normalmente en la<br />

habitación a la cual le llaman también gloria, hay una mesa donde se come, un sofá, varias sillas<br />

y un mueble donde está la televisión. Pero la gloria no es suficiente para calentar las habitaciones<br />

que no están sobre ella. Antes, para calentar las camas, se usaban los braseros o botellas de agua<br />

caliente y ahora los calentadores eléctricos.<br />

Calentador de cama antiguo<br />

Foto, Federico Varona<br />

Calentadores de cama moderno.<br />

cache.tias.com<br />

Muchos de los participantes dicen que los mejores recuerdos de su familia son los r<strong>at</strong>os<br />

que pasaban en la gloria. Allí fue donde muchos escucharon su primer cuento, donde se dio la<br />

mano de la hija para casarse con el prometido, donde cosía la madre la ropa de los hermanitos,<br />

donde se escuchaba la radio. Muchos también recuerdan lo limpias y ordenadas que se<br />

mantenían.<br />

Cocina antigua.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

88


Cocina moderna en una casa de Ciadoncha. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

Otra habitación importante era la cocina. Para cocinar se usaba leña, después ya se usó la<br />

estufa de butano, y ahora las hay que son eléctricas. En la cocina se tenía un lugar donde guardar<br />

los pl<strong>at</strong>os y utensilios de cocina al que llamaban basar. También había unas hornillas que se<br />

usaban para cocinar y un lugar donde fregar. Estos eran los tiempos duros en España. No fue<br />

hasta después de los setentas que las casas empezaron a cambiar en Ciadoncha, especialmente<br />

después de introducir el agua potable a las casas.<br />

Hasta 1977, que se introdujo el agua en las casas; en Ciadoncha no había baños, por lo<br />

menos como los entendemos hoy en día. Las necesidades fisiológicas se hacían en las cuadras,<br />

donde había paja. Eso se limpiaba y se usaba como abono. A partir de los ochentas todas las<br />

casas en Ciadoncha tienen salas de baño. Quizás el salto más grande dentro del estilo de vida<br />

haya sido éste. Las casas pasaron de no tener inodoros a tener baños muy elegantes con bidet,<br />

bañera, regadera, espejos etc. En un principio lo que se usaba para la higiene diaria, era el pichel<br />

y la palangana, que normalmente estaban colocados en el pasillo cerca de las habitaciones de<br />

dormir y también tenían un espejo. En algunos casos era un mueble de madera donde estaban el<br />

pichel, la palangana y el espejo, pero en otros era una mesita y el espejo en la pared.<br />

Pichel, palangana y cubo en el pasillo.<br />

centros.edu.xunta.es<br />

89


De estos utensilios rudimentarios, se saltó a las mejores marcas de baños. En la ciudad de<br />

Burgos está una fábrica de la compañía Roca, que es muy famosa en España.<br />

Baño en una casa de Ciadoncha. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

Las habitaciones para dormir, o los cuartos, tenían camas con cabecera y pies de metal.<br />

Los padres dormían en una habitación y los hijos en otras. Los armarios eran parte del conjunto<br />

de muebles de dormitorio. Los armarios empotrados ha sido algo totalmente nuevo que se ha<br />

introducido sólo en las casas más modernas.<br />

Las habitaciones normalmente se mantenían muy limpias y ordenadas. Siempre se ha<br />

tenido la costumbre de ventilar los cuartos abriendo las ventanas, todos los días por un r<strong>at</strong>o y<br />

luego se cierra y se deja en penumbra, con la puerta entreabierta. Los dormitorios en Ciadoncha<br />

se usaban únicamente para dormir. Creo que esto era debido a la falta de calefacción en el<br />

invierno y aire acondicionado en el verano. Hoy las casas están mejor preparadas tanto para el<br />

frío como para el calor y sobre todo los jóvenes parecen pasar más tiempo en su habitación. En<br />

el pueblo todavía no he visto que el uso de las habitaciones sea como en las ciudades, donde<br />

sobre todo los jóvenes tienen televisión, apar<strong>at</strong>o de sonido y computador instalados en su cuarto<br />

y esto hace que se aíslen más del resto de la familia.<br />

Una habitación en una casa moderna en Ciadoncha. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

Ahora en las casas modernas tampoco se tiene sólo la gloria para estar. Se tienen salas y<br />

salones. Por ejemplo el comedor forma parte de la sala principal y algunos tienen un saloncito<br />

donde se hacen labores o se tienen reuniones informales. La comida diaria normalmente se hace<br />

en la cocina, donde hay una mesa bien acondicionada y no en el comedor formal que se usa sólo<br />

para ciertas ocasiones.<br />

90


Desván de una casa moderna. 2006-02-10<br />

Foto, Lucía Varona<br />

Varias de las participantes mencionaron el desván como uno de los lugares que mejores<br />

recuerdos les traía de su niñez. El desván es la parte más alta de la casa, entre el techo y las<br />

habitaciones. En este lugar se guardan las cosas que no se usan mucho. Por eso es que todavía<br />

hoy el desván es un paraíso para los que quieren volver al pasado.<br />

En el desván se guarda de todo, las plantas del verano, los juguetes de los niños, los<br />

baúles de los abuelos, los diplomas de los hijos, los muebles que ya no se quieren, las almendras<br />

secas, la fruta que se cortó en el verano, en el desván se encuentra de todo.<br />

Algunas de las muchas manualidades de Puri Galiana. 2.006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

Otra característica que he encontrado en las casas de Ciadoncha es que las mujeres hacen<br />

muchas manualidades y las usan para decorar su vivienda. Tuve la oportunidad de visitar la casa<br />

de Puri Galiana y siento que debo comentar un poco lo que vi. La casa donde viven es muy<br />

moderna, decorada con un gusto exquisito y casi todo lo que han usado en la decoración lo ha<br />

hecho ella. Esta señora es un ejemplo de cómo se pueden aprovechar los cursos de manualidades<br />

que imparten en los pueblos. Desde crochet, hasta pinturas, todo tiene ese toque personal que<br />

hace de su casa un lugar único.<br />

Por muchos años en Ciadoncha se han hecho toda clase de labores. Punto de cruz,<br />

ganchillo, costura a máquina, en fin muchas manualidades. La mantelería en algunas casas es<br />

verdaderamente especial por tener ese sello tan particular de haberlo hecho la dueña de la casa.<br />

91


Práxedes con algunas de sus manualidades. 2005<br />

Foto, Lucía Varona<br />

El cultivo de plantas es también algo que gusta mucho en el pueblo. En verano es un<br />

placer caminar por las calles, porque donde quiera que se vea hay masetas llenas de geranios de<br />

colores que alegran el ambiente. En el invierno también tienen plantas verdes dentro de la casa.<br />

Paulina Madrid con sus flores. 2005<br />

Foto, Lucía Varona<br />

92


Hablando con una participante, comentábamos que en realidad es posible vivir bien<br />

donde sea. La limpieza y el orden es lo principal para que una casa, por humilde que sea, se<br />

convierta en un palacio para sus habitantes.<br />

En http://www2.sjsu.edu/faculty/fvarona/pueblo.htm Federico Varona tiene las fotos de<br />

la primera y la última casa de sus padres. Allí se puede ver no sólo el paso de los años sino<br />

cuánto se ha avanzado en la construcción y el estilo de vida en el pueblo.<br />

Casa vieja de la familia Varona Madrid<br />

Casa nueva de la familia Varona Madrid.<br />

Fotos proporcionadas por Federico Varona<br />

93


Una de las casas más modernas. 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

Casa tipo Chalet. 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

Hoy muchas casas tienen también una cochera donde guardan no sólo el automóvil de la<br />

familia, sino también los tractores que se usan en el campo. Por cierto, el primer automóvil que<br />

hubo en Ciadoncha, llegó en 1946, era del señor Arturo y se ponía en marcha con una palanca.<br />

Una cuadra bien remodelada. 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

94


Algunos han remodelado las casa viejas usando y manteniendo muchas de las paredes<br />

originales. Por ejemplo, en una casa donde antes se alimentaba al ganado y ponían las gallinas,<br />

hoy tienen un merendero con horno y estufa de leña, calefacción a gas, piso de ladrillo, luz<br />

eléctrica y una decoración que nos remonta a tiempos antiguos pero con las comodidades<br />

modernas.<br />

La radio fue por mucho tiempo la mayor <strong>at</strong>racción del pueblo. Todavía se escucha<br />

mucho el parte, que son las noticias. Hay muchos programas de charlas que entretienen a la<br />

gente de campo. La ventaja de la radio es que se puede llevar a donde quiera.<br />

Angel Varona Temiño con su pequeño radio transistor en el campo.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Y qué decir de las tareas de la casa, ¡cuánto han cambiado gracias a la tecnología!<br />

Muchos recuerdan cuánto costaba planchar con aquellas planchas de hierro. Lo pesadas<br />

que eran. Después pasaron a las de brazas, que aunque pesaban menos, también eran peligrosas<br />

por las chispas que salían a veces. De eso llegamos a la plancha moderna que automáticamente<br />

humedece la ropa al plancharla.<br />

Planchas antiguas que pertenecen a Doña Luz Porras.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

95


Plancha eléctrica<br />

El lavado de ropa. Lo difícil que era lavar en los inviernos con aquel frío y la<br />

incomodidad de tener que hacerlo de rodillas. Qué diferencia hoy que sólo se mete ropa en la<br />

lavadora y sale bien retorcida. En realidad que lo único que echan de menos algunas<br />

participantes de los viejos tiempos es la camaradería y lo bien que se pasaba el tiempo charlando<br />

mientras se lavaba.<br />

Lavando en el manantial. 1977<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Lavadora automática<br />

En las conversaciones que tuve con muchas de las mujeres de Ciadoncha, no pude notar<br />

que para ellas hubiera sido un gran problema el no tener agua en la casa antes. Por supuesto que<br />

96


todas valoran el tenerla ahora, pero tampoco hacían, del no tenerla, un gran problema. Para ellas<br />

era parte de la rutina diaria ir por el agua a la fuente. Una vez más me pude dar cuenta que las<br />

mujeres hacían de esta tarea un motivo de distracción, y les gustaba charlar y comentar con las<br />

que se encontraban en el camino. Estoy de acuerdo con D. Emérito Puente, Párroco del lugar,<br />

que la gente mayor aceptada lo que les tocaba vivir con mucha resignación y encontraban ilusión<br />

en cualquier cosa.<br />

Fuente de agua.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Agua potable en casa. 1980<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

A principios de los años 80, recuerdo que nos llegó una fotografía de la casa nueva que estaban<br />

construyendo los padres de mi esposo. Una de las fotografías era de los grifos del baño abiertos, para que<br />

pudiéramos ver el agua potable. Muchos de los niños que ni siquiera conocieron esa etapa de Ciadoncha,<br />

no podrían imaginar ahora la vida sin la comodidad de poder bañarse con agua caliente sin tener que irla a<br />

traer a ningún lado ni esperar que se caliente.<br />

97


Cocina antigua con el fuego en el piso.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona.<br />

La llegada del gas propano también cambió la forma de vida de la gente en Ciadoncha.<br />

Se pasó de cocinar con leña en el suelo a usar la estufa de gas a la que ellas llaman “cocina”. La<br />

primera gran ventaja de este cambio fue que el fuego no quedaba tan accesible a los niños<br />

pequeños y que se podía tener más limpio el espacio donde se cocinaba. Poco a poco se fueron<br />

separando los espacios en la casa llegando a tener una habitación para cocinar, otra para comer,<br />

otra para dormir, etc. El uso del horno de microondas no está tan generalizado todavía en<br />

Ciadoncha, pero hay muchas casas que lo tienen.<br />

Estufa de gas. 1980<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

98


Horno microondas. 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

El gas propano llega a Ciadoncha en un camión que lo reparte y lo va dejando a la puerta<br />

de las casas.<br />

Camión repartidor de gas propano. 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

La mayoría de los participantes recuerdan con mucha nostalgia las horas que pasaban<br />

junto a la radio escuchando las historias que transmitían o el parte. Algunos todavía recuerdan<br />

cómo les maravillaba el hecho de que pudieran oír las voces de personas que no podían ver.<br />

Luego llegó la televisión y aunque algunos se resistían a tenerla al principio, hoy todos los<br />

ancianos pasan horas frente a los apar<strong>at</strong>os para distraerse.<br />

99


Radio Antigua<br />

Televisor a colores<br />

Algunas participantes todavía recuerdan cómo les cosieron a sus hijos la ropa a mano y<br />

también cómo las niñas desde muy jóvenes aprendían a coser. Una me comentó que ella le había<br />

hecho una b<strong>at</strong>a a su madre cuando tenía once años. Todo lo había tenido que hacer a mano<br />

porque en ese entonces no había máquinas de coser. Otros participantes tienen un gr<strong>at</strong>o recuerdo<br />

de su madre cosiendo en la máquina de pedales y hoy, aunque ya no se usa tanto para coser la<br />

ropa que se lleva puesta, hay muchas señoras que tienen máquina de coser eléctrica para hacer<br />

cortinas o proyectos grandes para la casa.<br />

Aguja e hilo<br />

Máquina de coser de pedal.<br />

100


Máquina de coser eléctrica<br />

La vida en Ciadoncha ya no es tan dura. Allí han llegado todos los adelantos de los<br />

últimos tiempos. Este trabajo de investigación no podría haberse hecho sin el uso constante del<br />

ordenador, la comunicación electrónica y el teléfono residencial. Hay algunas personas que viven<br />

en Ciadoncha, pero van dos o más veces al día a Burgos en su coche particular.<br />

Ciadoncha conserva el encanto de pueblo porque allí no hay aglomeraciones de gente,<br />

anuncios de publicidad por las calles, ni un semáforo. Sí hay basureros y programa de reciclaje,<br />

una médica que llega dos veces por semana, servicio de correos y una paz que no se encuentra en<br />

las grandes ciudades.<br />

Consultorio médico. 2006<br />

Foto, Lucia Varona<br />

101


CAPÍTULO 10<br />

LA EDUCACION<br />

Los recuerdos de los participantes se remontan a los años de la guerra o un poco antes.<br />

Había dos escuelas, una de niñas y la otra de niños. La mayoría recuerda mejor los años de la<br />

posguerra, cuando España estaba tan mal económicamente que no podían ni poner la calefacción.<br />

Varios participantes coincidieron recordando cómo todos, empezando por los maestros, tenían<br />

que llevar sus l<strong>at</strong>itas con ascuas en pleno invierno.<br />

Entre los muchos recuerdos que tiene la gente de la educación en Ciadoncha, están los<br />

pizarrines. Eran unas pequeñas tablas negras, donde escribían y luego borraban para volverlas a<br />

usar.<br />

Cuando hablamos de este tema con las mujeres, ellas me dijeron que sentían que antaño, a las<br />

niñas no se les obligaba tanto como a los varones.<br />

La foto de Franco, el crucifijo y la foto de Primo de Rivera estaba en todas las escuelas durante el franquismo<br />

http://www.teacuerdas.com/images/nostalgia-escuela-<strong>libro</strong>2.jpg<br />

Contexto histórico<br />

En los primeros años de la década de los cuarenta, España <strong>at</strong>ravesó una situación dura, de<br />

pobreza y según algunos autores, hasta de hambre (Monlau, 2006). Los analistas económicos<br />

dicen que el hecho de aislarse de otros países fue lo que dio como resultado, el hambre y una<br />

educación mediocre en esos tiempos. Fue entonces que se estableció la cartilla de razonamiento<br />

la cual duró 12 años.<br />

Apareció Auxilio Social, organización fundada por Mercedes Sanz Bachiller, viuda del<br />

falangista Onésimo Redondo. Auxilio Social fue la que abasteció a la población necesitada a<br />

través de comedores públicos y puestos de reparto en las calles de las ciudades grandes.<br />

Esta era la primera fase del gobierno franquista a la que se identifica como Autarquía<br />

(Muy historia, febrero 2006). Según dijo el mismo Franco, había que enderezar la nación torcida<br />

(Juliá, 2006, 504). Por eso centralizó la educación poniéndola en manos de la Iglesia C<strong>at</strong>ólica.<br />

102


Educación Religiosa<br />

http://www.geocities.com/SoHo/Cafe/6639/religio1.html<br />

M<strong>at</strong>erial que se usaba para la enseñanza en los años cuarenta.<br />

http://www.teacuerdas.com/nostalgia-escuela-mujer.htm<br />

La Ley de Educación Primaria de 1945 decía con referencia a la educación femenina que<br />

la educación primaria femenina prepararía especialmente para la vida del hogar, artesanía e<br />

industrias domésticas.<br />

El principal recurso del maestro para enseñar y de los niños para aprender, era la<br />

enciclopedia. El señor Rafael Jiménez, tuvo la idea de poner en Internet muchas fotografías e<br />

información sobre la escuela del ayer. Es un lugar en la red que nos da una mejor idea de cómo<br />

fueron los tiempos de la posguerra y los tiempos del franquismo.<br />

http://www.geocities.com/SoHo/Cafe/6639/centro1.html También en la Internet, el Canal<br />

Nostalgia tiene cosas muy interesantes no sólo sobre la educación, pero también sobre la vida en<br />

general en España en otros tiempos.<br />

103


http://www.teacuerdas.com/images/nostalgia-escuela-<strong>libro</strong>2.jpg<br />

La escuela de Ciadoncha, como todas las escuelas en España tenía la foto de Franco, la de<br />

Primo de Rivera y un crucifijo. Los niños rezaban antes de empezar las clases. Por la mañana<br />

estudiaban m<strong>at</strong>emáticas, cálculo, lenguaje. Mientras la maestra o el maestro explicaban la<br />

lección del día, otros grupos realizaban las cuentas puestas en la pizarra, corregían los deberes,<br />

etc.<br />

Pizarrines usados en las escuelas en lugar de papel.<br />

Foto Proporcionada por Federico Varona. 2006<br />

La escuela era de una sola aula, pero como se dijo al principio de este capítulo, había dos<br />

escuelas; una de los niños y otra la de las niñas. Un participante recuerda con nostalgia su época<br />

de educación elemental. El dice que entonces sí enseñaban y eran estrictos. Más adelante agregó<br />

que ahora los maestros les tienen miedo a los alumnos.<br />

104


Niñas Promoción 1940-1946. Exposición fotográfica 1986<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Muchas de las mujeres de Ciadoncha dicen que no acudían mucho a clase pues con<br />

frecuencia, tenían que quedarse en casa cuidando a los hermanitos, cuando la madre tenía que ir<br />

al campo a ayudar. Riendo dijeron que no pasaba nada si no iban a la escuela. Ellas recuerdan<br />

que para leer se colocaban alrededor de la maestra e iban leyendo una por una.<br />

Siempre que traía el tema de la educación en las entrevistas, los participantes reían<br />

mucho recordando las pifias que hacían. Dicen que mientras unas leían, otras se ponían detrás de<br />

la maestra y hacían gestos para distraer a la lectora, la pobre chica, cara a la maestra, tenía que<br />

aguantar la risa y no siempre lo lograba. Todas las participantes recuerdan cómo las seguían los<br />

niños cuando tenían que ir a hacer de aguas. Como entonces no había baños, tenían que ir detrás<br />

de la escuela y a los niños les gustaba seguirlas para luego decirles que las habían visto, aunque<br />

no fuera verdad.<br />

Los <strong>libro</strong>s que tenían eran la enciclopedia y una cartilla. Las chicas llegaban sólo a<br />

aprender a sumar, restar multiplicar y dividir. Todavía recuerdan lo mucho que les costaba<br />

memorizar la tabla de multiplicación. Pero nadie tenía problemas con los exámenes y tampoco<br />

repetían curso. Deberes no tenían, algunas veces les mandaban a pasar a la pizarra a hacer algún<br />

problema, pero si no podían hacerlo, sólo lo borraban y no pasaba nada. A las niñas les<br />

enseñaban costura, puntilla, alfombras.<br />

105


Niños Promoción 1940-1946. Exposición fotográfica 1986<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

A los niños les enseñaban más, dicen las participantes. A ellos les exigían que<br />

aprendieran. Don Celestino era más estricto que su esposa, Doña Celsa, la maestra de las niñas.<br />

Muchos niños que destacaban en la escuela se iban al seminario para seguir estudios más<br />

avanzados y llegar a ser curas o hermanos religiosos.<br />

Lo que no faltaba era la clase de religión. En el tiempo bueno acudían todos los días a la<br />

c<strong>at</strong>equesis. El cura rifaba chupetes, o estampas, pero cuando no hacían caso también les<br />

calentaba los cachetes o les daba los famosos capones. Todos los días iban a la iglesia a visitar al<br />

Santísimo en el Sagrario y cantaban<br />

Vamos niños al sagrario<br />

Que Jesús llorando está<br />

Pero viendo a tantos niños<br />

Muy contento se pondrá.<br />

No llores Jesús, no llores<br />

Que nos vas a hacer llorar<br />

Y los niños de este pueblo<br />

Te queremos consolar.<br />

En el mes de mayo iban a traer flores al campo para llevarlas a la Virgen. Se rezaba el<br />

rosario y se decía alguna poesía a la Virgen. Era muy alegre hacer todo eso, no les importaba<br />

mojarse hasta los huesos con tal de llevar las flores más bonitas. Estas eran las cosas que ponían<br />

ilusión a la vida. Ya se sabía que cada año era igual, que cada mayo había que hacer lo mismo y<br />

se esperaba con mucha ilusión.<br />

106


No con menos ilusión recuerdan los juegos que jugaban en el recreo o después de la<br />

escuela. La escuela fue pues, una etapa agradable para casi todos. Muchos confiesan no haberse<br />

sentido motivados a estudiar. Algunos comentaban con cierta tristeza que era como si ya, de<br />

entrada, se sabía quienes eran los listos y los que no servían para eso. Estos comentarios salieron,<br />

sobre todo con la generación de los años 50.<br />

Federico Varona Madrid en Mollerusa a los 11 años con su padre Ángel Varona Temiño<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

En esta época también era común ver a sacerdotes y monjas que llegaban a reclutar niños<br />

y jóvenes para la vida religiosa. Fue por estos años que uno de los participantes en el estudio<br />

dejó el pueblo. Entusiasmado por la charla que había dado un Hermano de La Salle, sobre<br />

América, al preguntar quién quería ir a esa parte del mundo, él levantó la mano. Sin saberlo, en<br />

ese momento se estaba definiendo su porvenir. En cuestión de días se preparó su partida y así<br />

llegó uno de los días más dolorosos de su vida. El día que dejó a su familia y a su pueblo.<br />

Este participante cuenta que al llegar a la casa de formación y encontrarse con muchos<br />

otros niños como él, que llegaban de pueblos un poco más grandes, era evidente la falta de<br />

preparación que llevaba de Ciadoncha. Su tenacidad le hizo pasar del puesto número 37 de 40 al<br />

tercero, segundo y primero, entre los que se mantuvo durante todo el tiempo de sus estudios.<br />

Esta era la realidad de los años cincuenta con respecto a la educación en el pueblo. Sin embargo,<br />

otra participante, mucho más joven recuerda lo bien que estaba preparada en ortografía, gracias a<br />

la educación que había recibido también en el pueblo.<br />

Contexto histórico<br />

En 1954, el gobierno al darse cuenta que cerrar las fronteras no estaba trayendo más que<br />

pobreza, empieza la fase de apertura internacional. Al empezar la guerra fría, Franco se da<br />

cuenta que debe dejar muchas de las prácticas que había copiado del fascismo italiano, como el<br />

saludo con el brazo en alto, los himnos oblig<strong>at</strong>orios como “Cara al sol” y las concentraciones<br />

masivas, como cuando inauguró la Ciudad Universitaria en 1943. Enf<strong>at</strong>iza su vínculo con la<br />

iglesia c<strong>at</strong>ólica y su posición anticomunista. Esto trae como resultado una nueva amistad, la de<br />

107


los Estados Unidos. Gracias a esta apertura internacional, la situación económica empieza a<br />

mejorar en toda España (Monlau, 2006).<br />

Reproducción de una aula en el museo de la región.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona. 2006<br />

Muchos participantes recuerdan cuando empezaron a repartir la leche de los americanos.<br />

Este era otro motivo para que las niñas salieran de la clase y fueran a preparar la leche que<br />

llegaba en polvo, después tenían que repartirla a todos en la escuela (Entrevista personal, 2005).<br />

Después de la fase de apertura internacional que duró desde 1954 a 1960, vino la del<br />

desarrollo. Estos eran los fabulosos sesenta. Se empieza a notar en España la presencia de<br />

turistas extranjeros. La presencia, especialmente de las suecas, causó gran sensación por lo<br />

mucho que enseñaban en las playas. La llegada de la televisión cambió bastante los hábitos de la<br />

población que ya no se mantenía pegada a la radio sino que se aglomeraba alrededor de la tele en<br />

los “teleclubs”.<br />

Niños Promoción 1958-1964<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

108


En Ciadoncha sin embargo, se mantenía el rec<strong>at</strong>o. Los destapes se veían en la tele y era<br />

algo ajeno a ellos. Es interesante ver las fotos de las distintas promociones de niños de las<br />

escuelas de Ciadoncha. La situación económica por la que <strong>at</strong>raviesa el país se puede ver<br />

reflejada en los rostros y forma de vestir de los pequeños.<br />

Sección Femenina. Ciadoncha<br />

Foto proporcionada por Angelines Varona<br />

En los años 60 llegó a Ciadoncha la Sección Femenina. Este tipo de educación tenía por<br />

objeto educar a las mujeres a ser buenas amas de casa, buenas madres y las encargadas de<br />

mantener las costumbres y tradiciones en la familia.<br />

Cruz de las Misiones.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

109


Para los hombres también hubo cosas especiales en la época de Franco, como los retiros<br />

espirituales en 1964 que fomentaban la formación religiosa. Con tal motivo se construyó una<br />

cruz que estuvo por mucho tiempo por el camino (hoy carretera) a <strong>Santa</strong> María.<br />

Promoción 1964-1970<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Cuando llega la mecanización de la agricultura y el bajo precio de los cereales, muchas<br />

personas de Ciadoncha tienen que buscar trabajo en Bilbao y Barcelona. En el pueblo ya no se<br />

puede vivir si no se tiene suficiente tierra. Entonces empieza el éxodo de la juventud de<br />

Ciadoncha y las escuelas se van quedando vacías.<br />

Niñas Promoción 1965-1974<br />

Foto proporcionada por Angelines Varona<br />

110


En los setentas se da otra ola de emigración del pueblo. Los jóvenes se van mayormente a<br />

la ciudad de Burgos a trabajar en fábricas. Entonces es cuando las escuelas en Ciadoncha<br />

terminan su función y va quedando sólo el edificio que se usa como salón comunitario para que<br />

los jóvenes, que llegan los fines de semana y en vacaciones, se reúnan. Lo mismo está pasando<br />

en otros pueblos pequeños vecinos y empiezan a llevar a los pocos niños que hay en cada uno de<br />

ellos a estudiar a la escuela en <strong>Santa</strong> María del Campo. De allí en adelante es cuando se empieza<br />

a ver cómo van muriendo estos pueblos que un día estuvieron llenos de vida.<br />

Niños jugando en la escuela nueva en los años 70.<br />

Foto proporciona por Federico Varona<br />

Contexto histórico<br />

Según Juliá, consumada la reforma administr<strong>at</strong>iva y aprobado el plan de estabilización, la<br />

economía española parecía equipada para franquear la puerta hacia un crecimiento de ritmo<br />

intenso y sostenido. En la crisis de gobierno de 1962, la Comisaría del Plan de Desarrollo vino<br />

con un proyecto que estimulaba la inversión privada por medio de una mezcla de política<br />

indic<strong>at</strong>iva e inversiones públicas. A ese primer Plan, de 1964 siguieron dos más, hasta que en<br />

1973 la Comisaría fue transformada en un nuevo Ministerio que se extinguió con la muerte de<br />

Franco.<br />

El proceso de industrialización indujo un movimiento de población sin precedente:<br />

cientos de miles de españoles abandonaron su lugar de nacimiento y residencia y comenzaron a<br />

abarrotar los trenes que les llevaban a las grandes capitales, a las zonas industriales o a Francia,<br />

Suiza, Alemania.<br />

La emigración interior tuvo más alcance que la exterior. Sin contar a los menores de diez<br />

años, el número total de españoles que cambiaron de residencia en la década de 1960 superó los<br />

4.5 millones, de los que abandonaron la provincia donde residían. Algo más de millón y medio<br />

salieron de municipios de menos de 10.000 habitantes, que experimentaron una permanente<br />

111


sangría. Este éxodo gigantesco reforzó el peso demográfico del triángulo Madrid-Barcelona-<br />

Bilbao, el crecimiento de las zonas costeras y el despoblamiento de las mesetas centrales,<br />

mientras Extremadura, las dos Castillas y algunas provincias andaluzas sufrían notables pérdidas.<br />

En Ciadoncha se refleja lo que pasa en el resto del país porque poco a poco se va<br />

quedando sin niños, las escuelas se van quedando vacías, hasta llegar a cerrarse. Ya en los<br />

noventa, había tan pocos niños en Ciadoncha que tenían que ir a la escuela de <strong>Santa</strong> María del<br />

Campo para recibir educación.<br />

Antiguo Edificio de Escuela en los años 50<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Escuela de los años 70 y polideportivo techado de Ciadoncha 2006<br />

Foto, Lucía Varona<br />

La educación en el pueblo no se ha limitado a la escuela. También ha habido bastantes<br />

cursos para adultos impartidos por personas especializadas que han ayudado mucho en el<br />

desarrollo cultural de los habitantes.<br />

112


Ya en la sección de vivienda hice el comentario de Purina, la vecina que tiene manos<br />

maravillosas. Como ella hay varias personas más que han aprendido a hacer manualidades en<br />

este tipo de cursos para adultos. El Club Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara, también dedicó mucho tiempo<br />

a cursos y cursillos, especialmente en los veranos, cuando todavía llegaban muchos jóvenes y<br />

niños de vacaciones al pueblo.<br />

Otra forma de educación que ha existido siempre en Ciadoncha, es la predicación del<br />

sacerdote durante las misas. Estas son las únicas pláticas semanales que la gente tiene ahora.<br />

Desde hace más o menos dos años, ya no hay suficientes vecinos como para solicitar que lleven<br />

cursos de educación para adultos al pueblo.<br />

Antiguamente, los sacerdotes también enseñaban a los niños a ser monaguillos y esto<br />

implicaba la memorización de las respuestas de la misa, en l<strong>at</strong>ín primero y en castellano después.<br />

Este es otro tipo de educación que algunos del pueblo recuerdan.<br />

Algunas publicaciones que circulan todavía hoy en el pueblo son el Trigarral, El<br />

mensajero de San José y El promotor. El Trigarral es una revista muy interesante para el área<br />

rural, pues consiste de una serie de artículos, entrevistas y noticias, todo relacionado a la vida en<br />

el campo. Está bellamente ilustrada con dibujos del sacerdote Fermín Gonzáles y la redacción la<br />

tienen a su cargo los clérigos Emérito Puente, Luís Hernando, Fermín González, Fernando<br />

Susaeta, Julio Ruiz, Pedro Javier Rodríguez y José Mari Herrera. Esta publicación me ha<br />

inspirado mucho en cuanto a aprender la forma de hablar de la gente de campo y también a<br />

conocer mejor sus sueños y esperanzas.<br />

El Trigarral, revista de cultura campesina.<br />

Foto, Lucia Varona<br />

El mensajero de San José es una publicación que la introdujo en Ciadoncha hace 52 años,<br />

Doña Paz de Quevedo Iriarte, maestra en la escuela. La suscripción pasa de madres a hijas y la<br />

celadora actual es Dolores Tomé quien reparte a las suscriptoras.<br />

El promotor, es otra publicación religiosa que todavía se lee en algunos pueblos de la<br />

comarca en estos tiempos.<br />

113


Como todo pueblo, Ciadoncha ha sido siempre una universidad informal. Cualquiera que<br />

se dedique a observar, puede aprender mucho de lo que estos lugares entrañables nos ofrecen<br />

desde la n<strong>at</strong>uraleza hasta su gente.<br />

114


CAPÍTULO 11<br />

EL CICLO DE LA VIDA<br />

He querido poner en este capítulo los acontecimientos ordinarios y extraordinarios que<br />

los participantes mencionaron como parte de los gr<strong>at</strong>os recuerdos que tienen de su vida en<br />

Ciadoncha. Estos temas surgieron en las conversaciones con las primeras participantes de<br />

manera espontánea y me di cuenta que era necesario dedicarles un capítulo completo por la<br />

importancia que tiene para hacernos una idea de lo que ha sido la vida en esta población. Debido<br />

a la importancia que tiene cada etapa de la vida, decidí dividir este capítulo de la siguiente<br />

manera; empezaré con el parto y el bautizo, luego comentaré la niñez, los juegos y la Primera<br />

Comunión, después entraré a la juventud, el noviazgo y la boda, para luego finalizar presentando<br />

la vida adulta, la vejez y la muerte.<br />

El parto y el bautizo<br />

Algunas personas, sobre todo mujeres, cuando en las entrevistas personales les hacía la<br />

pregunta ¿cuál es el momento más entrañable que usted recuerda de su vida en Ciadoncha Me<br />

respondían que había sido cuando habían tenido a sus hijos. Una de ellas incluso usó la<br />

expresión: ¡Cuando tuve a mis hijos, boba! (La palabra “boba” es usada en una forma coloquial<br />

para expresar que se sobreentiende y no como despectivamente). Esto me llevó a investigar los<br />

detalles del parto.<br />

Las personas mayores me compartieron que antes, las mujeres tenían a los hijos en el<br />

pueblo. Había dos o tres mujeres que se dedicaban a ayudar a las otras, basándose sólo en su<br />

experiencia porque en realidad no tenían ningún entrenamiento profesional. Me gustó mucho<br />

escuchar decir a uno de los hombres, cuando hablamos de este tema en un grupo mixto, que<br />

seguramente algo tenían estas señoras. Talvez, “las manos más finas”. Me gustó mucho esta<br />

expresión, porque yo entiendo que lo que esto quiere decir es que quizás esas mujeres, en el<br />

momento del parto, tenían una buena disponibilidad para ayudar; que eran cariñosas y delicadas<br />

en el tr<strong>at</strong>o.<br />

Pilar Palancín, presentando a uno de sus hijos en la iglesia.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

115


Tuve oportunidad de hablar con mujeres que tuvieron a todos sus hijos en el pueblo, con<br />

otras que tuvieron a uno o dos de ellos allí y los otros en la ciudad y con una que no ha tenido<br />

ninguno en el pueblo, pero a todos en la ciudad. Esto está íntimamente relacionado con las<br />

facilidades de transportación que fueron desarrollándose.<br />

Hasta antes de los años setenta, la mayoría de mujeres tenían a sus hijos en el pueblo, de<br />

no ser que hubiese habido alguna complicación y habrían tenido que llevar a la parturienta a la<br />

ciudad como una emergencia.<br />

A partir de los años sesenta las mujeres tuvieron un médico ginecólogo que las<br />

examinaba regularmente, casi siempre en Burgos, pero si se les presentaba el parto en el pueblo,<br />

tenían que prescindir de él, ya que la distancia era mucha tomando en cuenta que no tenían<br />

vehículo apropiado para avisarle. Recordemos que el automóvil llegó a Ciadoncha en el año 46,<br />

pero no era usado con la libertad que lo usamos en los años 2.000. Para llamar al médico se<br />

usaría entonces bicicletas o el mismo tractor.<br />

En los años cuarenta y cincuenta era muy difícil encontrar quien fuera a llamar al médico<br />

al pueblo vecino. Muchas veces Don Antonio, el cura, iba a traerlo en su coche, pero algunas<br />

veces no podía llegar a tiempo a <strong>at</strong>ender a la señora.<br />

Las ancianas, me explicaron que ellas tenían que preparar todas las cosas que se iban a<br />

necesitar en el parto y tenerlas listas para cuando se les presentara. A muchas de ellas se les<br />

presentaba mientras hacían trabajo en el campo y a otras en la casa. Para las participantes que<br />

tuvieron a sus hijos en los años cuarenta y antes, prepararse significaba limpiar las tijeras y tener<br />

los lacitos o cintas para amarrar y cortar el cordón umbilical listas, preparar las mantitas y<br />

pañales de tal manera que estuvieran a la mano para calentarse si el parto se presentaba en<br />

tiempo frío..<br />

Desde que las señoras llegaban al séptimo mes de embarazo, empezaban a preparar la<br />

ropa de la cri<strong>at</strong>ura y la tenían lista para ser usada en cualquier momento. Todavía hoy, recuerdan<br />

algunas mujeres cómo calentaron la ropa de algún niño en los hornos de leña para que no<br />

estuviera tan fría al vestirlo por primera vez.<br />

La mayoría coincidió que era el primer parto el que costaba más, pero que con el segundo<br />

ya se sabía mejor qué hacer, porque se podía prever lo que sucedería, y con el tercero ya no<br />

sentían ningún temor y lo veían con toda n<strong>at</strong>uralidad. En los años cuarenta había mujeres que<br />

tenían hasta 16 hijos, de los cuales sólo vivían algunos; aún así en ese tiempo las familias eran<br />

numerosas.<br />

La presencia del esposo durante el parto también es algo que ha cambiado a través de los<br />

tiempos. Unos participantes, quienes tuvieron a sus hijos en los años cuarenta y cincuentas, me<br />

dijeron que ellos habían estado presentes en la habitación con su esposa dándole ánimo. Uno de<br />

ellos tuvo esta expresión que me hizo pensar en el profundo amor que hay entre esa pareja: -<br />

¡Cómo no iba a estar con ella! Ella seguía siendo mi mujer y tenía que acompañarla en esos<br />

momentos-.<br />

116


Algunos otros que tuvieron a sus hijos un poco más tarde comentaron que ya fuera el<br />

médico o la partera, les hacían ver que estorbaban y aunque nunca les prohibieron estar<br />

presentes, ellos entendían que debían salir para dejarlos hacer mejor su trabajo. -Preferían que los<br />

hombres esperaran fuera- comentó un participante. Las parejas más jóvenes, ya no tuvieron a sus<br />

hijos en el pueblo. En la ciudad, muy pocos esposos eligen estar presentes en el parto.<br />

Siendo el parto una cosa tan n<strong>at</strong>ural, pero a la vez impredeciblemente arriesgado, es<br />

difícil pensar cómo habrá sido dar a luz cuando no se tenían las comodidades de las que hoy<br />

disfrutamos. El frío del invierno, la falta de <strong>at</strong>ención médica inmedi<strong>at</strong>a, la falta de control<br />

durante el embarazo, todo lo hacía mucho más arriesgado, sin embargo nunca faltó una mano<br />

bondadosa que ayudara en esos momentos y así y todo, para la mayoría el tener a los hijos es uno<br />

de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os que tienen de su vida en Ciadoncha.<br />

Antes, la madre no salía de casa por cuarenta días, pero a los ocho, o cuando se celebrara<br />

la primera misa en el pueblo, se llevaba al niño a bautizar. Lo llevaba la madrina y se<br />

acostumbraba tirar confites después de la ceremonia.<br />

Cuando las señoras empezaron a ir a dar a luz a la ciudad de Burgos, se encontraron con<br />

la costumbre de que a los niños se les bautizaba inmedi<strong>at</strong>amente al nacer. Comentaba una de las<br />

participantes que ella recuerda cómo otra señora que acababa de dar a luz había servido de<br />

madrina en ese momento, pero luego al formalizar los papeles pusieron a su hermana y su<br />

cuñado como padrinos porque ellas eran las personas que ellos habían elegido como tales.<br />

Niños y mayores recogiendo caramelos en un bautizo en Ciadoncha<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Más recientemente, los bautizos son motivo de mucha celebración. Se nombra a los<br />

padrinos, quienes normalmente son familiares de los padres, se tiene la ceremonia en la iglesia<br />

en una de las misas y se tiran los caramelos cuando los asistentes van camino a casa o a las<br />

bodegas donde se sirve una comida especial.<br />

La elección del nombre de la cri<strong>at</strong>ura, también ha cambiado a través de los tiempos. Al<br />

principio el día que nacía el niño, el padre iba a la iglesia, consultaba al cura y el nombre del<br />

117


santo del día se le ponía. Prácticamente el cura le leía al padre del recién nacido, quiénes eran<br />

los santos del día y uno de esos nombres era elegido.<br />

Hubo un tiempo que también se usó poner los nombres de los abuelos. Un participante<br />

me explicó que en su época era como muy arrogante ponerle al hijo el nombre del padre o de la<br />

madre y que era mejor honrar a los abuelos eligiendo su nombre.<br />

Otra participante me contó cómo ellos buscando un nombre bonito para su hijo<br />

decidieron abrir la Biblia y de allí salió el nombre del segundo hijo. Otros han elegido los<br />

nombres de los hijos pensando en los familiares, ya sean tíos o tías de la cri<strong>at</strong>ura.<br />

Un caso interesante es el del participante que comentó cómo cuando él llegó a pedirle al<br />

sacerdote que bautizara a su hija, el cura le dijo que ese nombre le sonaba a ruso y que por lo<br />

tanto le iba a poner otro que sonara castellano antes del que ellos habían elegido. El participante<br />

me dijo que en los papeles del bautizo sale la cri<strong>at</strong>ura con esos dos nombres, pero en el registro<br />

civil aparece sólo con el nombre que él y su esposa habían querido desde el principio.<br />

La niñez, los juegos y la Primera Comunión<br />

Todas las entrevistas para este trabajo fueron momentos muy especiales para mí, pero<br />

quizás uno de los más entrañables fue cuando me senté con una de las ancianas y la escuché<br />

contarme cómo había sido su niñez. Me conmovió ver cómo en un cuerpo tan cansado esos ojos<br />

brillaban más que nunca al recordar su niñez. En su boca se dibujaba constantemente una<br />

sonrisa y empezó a recordar hasta canciones y nombres de personas de las que yo nunca antes le<br />

había oído hablar.<br />

En los recuerdos de los participantes en este estudio, nos remontamos a 1920 y 1930. En<br />

esa época la vida era muy distinta. En primer lugar no era de extrañarse que una mujer muriera<br />

al dar a luz y dejara huérfanos a unos cuantos niños. Muchos niños de esa época crecieron en<br />

casa de tíos u otros parientes. Sin embargo, al hablar de su niñez muchos recuerdan lo más<br />

bonito, lo más agradable y es como si su niñez hubiese estado llena de momentos alegres y de<br />

mucha ilusión.<br />

Una participante me contó cómo ella y sus hermanos jugaban con cosas tan sencillas<br />

como los alfileres de su madre, los cartones de las cerillas, las ramas de algunas plantas, las<br />

tabas. Todos los juguetes eran hechos por ellos mismos. Quise entender mejor cómo jugaban y<br />

le pedí me explicara algunos de estos pas<strong>at</strong>iempos.<br />

El juego de los alfileres consistía en coger tierra seca, cubrían los alfileres y tiraban un<br />

cantito o piedrita encima para descubrir los alfileres blancos de camota. Ganaba el que más<br />

alfiles descubría al tirar el canto.<br />

Las tabas son los huesos de la rodilla del cordero, se tiraban al aire y según caían se<br />

contaban como pencas, lices, cara y carnes. Cada una de estas posiciones tenía un número de<br />

puntos, ganaba el que tenía más puntos. Este juego lo practicaron muchas generaciones.<br />

118


Las tabas.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Varios participantes me comentaron el juego de los cartones. Básicamente se<br />

jugaba con cartones que se tiraban a la pared y al rebotar se tr<strong>at</strong>aba que cayeran encima de los<br />

cartones de los otros. Parece que este mismo juego lo practicaron en una generación anterior,<br />

pero con los tacones de los zap<strong>at</strong>os que encontraban los niños por los caminos. Otras<br />

generaciones anteriores también lo practicaron con cartones, de allí el nombre del juego. Es<br />

posible que usaran lo que encontraban tirado y en un tiempo se generalizó el encontrar tacones<br />

de zap<strong>at</strong>os, por lo cual el juego se hacía con éstos. Después se hizo el mismo juego con los<br />

cartones de las cerillas. Es probable que se popularizara el uso de los cartones de las cerillas<br />

cuando la gente empezó a fumar más.<br />

No logré establecer, si este mismo juego de los cartones era el que jugaron por un tiempo<br />

usando tacones o si el de los tacones era totalmente distinto. Los participantes no tenían claro<br />

esto y mientras unos decían que era el mismo juego, otros decían que no, que el juego de los<br />

tacones era totalmente distinto, pero nadie recordaba cómo lo jugaban.<br />

Otro juego que mencionaron fue la régula era un juego de saltar sobre una figura que se<br />

dibujaba en el suelo, se usaba una prenda que iba avanzando si quien saltaba no cometía error.<br />

En otros lugares le llaman infernáculo o bebeleche y con más o menos variantes se juega así: en<br />

el piso se dibuja un diagrama de rectángulos y en la parte superior un semicírculo. El número de<br />

rectángulos depende del gusto de los participantes, pueden ser pocos o muchos. Se numeran<br />

cada uno de los recuadros. Los participantes, poseen piedras o semillas que arrojan cada vez que<br />

toca jugar. El primer jugador lanza la piedra hacia el recuadro número uno. Después salta en un<br />

pie, brincando dentro de él, saca la piedra p<strong>at</strong>eándolo recogiéndolo. Luego sale de la misma<br />

forma en que entró. Lo mismo va haciendo con los siguientes recuadros, en forma progresiva<br />

hasta llegar al último. En algunos recuadros se les pone el nombre de descanso, así como el<br />

recuadro final, que es llamado meta, el cielo, o la luna, al llegar a este se debe pisar con ambos<br />

pies. En otros recuadros se les puede nombrar infierno o mundo, no se puede hablar y, algunas<br />

119


veces, deben saltarse. Ni el participante ni su piedra pueden tocar estos recuadros. Se pueden<br />

distinguir por un cuadro dividido a la mitad, y que casi siempre se localiza al centro. Al llegar<br />

ahí, se debe brincar con las piernas abiertas, colocando cada pie en los recuadros l<strong>at</strong>erales. Este<br />

era un juego que practicaban las niñas más que los varones.<br />

Otro juego que mencionaron fue, A esconder las alubias. Este era un juego que consistía<br />

en hacer saltar las alubias haciendo palanca con la mano, las alubias saltaban y tenían que entrar<br />

en un bote. Si las alubias eran pintas valían cinco puntos, si no lo eran valían uno. La persona<br />

que acumulaba más puntos ganaba.<br />

El aro también les gustaba mucho a los niños, se llevaba un aro rodando con un palo por<br />

las calles y el que aguantaba más tiempo y no se le caía era un buen experto en manipular el aro.<br />

Este juego no consistía en competir, sino simplemente en saber llevar el aro.<br />

Otro juego era al pico zurro y saina y consistía en ponerse los chicos con la cabeza entre<br />

las piernas y se iban subiendo otros sobre él hasta formar una torre. Otro juego que era muy<br />

popular entre los niños era un palo con un pincho que había que clavarlo en un barro, el que<br />

lograba clavar más pinchos ganaba.<br />

Otros juegos que también eran favoritos de niñas eran: A correr la potra que consistía en<br />

mojar un poco una cuesta y había que resbalarse por allí. Muchas participantes tienen muy<br />

gr<strong>at</strong>os recuerdos saltando a la soga, que consistía en saltar y cantar al mismo tiempo.<br />

El arroyo<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

El arroyo les trae muchos recuerdos a los chicos de los cincuentas. Allí encontraban las<br />

ranas, con las que jugaban y gallinitas de agua. Los niños gozaban mucho yendo al campo a<br />

coger moras y toda clase de frutos silvestres. En el campo también hacían pitos con ramitas de<br />

sauce; le sacaba el centro y se hacía como una flauta.<br />

120


Los tirabeques eran el arma de compañía de los niños, por si aparecía algún pájaro o lo<br />

que fuera. Hay muchos juegos más, como p<strong>at</strong>ear el bote, juegos de canicas, el trompo, etc. La<br />

mayoría de los juguetes eran confeccionados manualmente por los mismos niños o por sus<br />

padres.<br />

Un paseo en Burra, gracias al tío Martín. Niños en los años 50.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Uno de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os que tienen muchos participantes es cuando de niños iban<br />

montados en la burra a dejar la comida a los hombres que estaban trabajando en el campo. Les<br />

hacía mucha ilusión pasear montados en la burra, tanta que algunos se tomaron alguna foto<br />

donde quedó plasmada la alegría de los niños y la s<strong>at</strong>isfacción de los mayores de poder<br />

brindarles esa alegría.<br />

121


Foto tomada en el camino donde esperaban el coche de línea.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Para la mayoría de los participantes, los años de niñez fueron los más felices en<br />

Ciadoncha. Recuerdan mucho con qué ilusión esperaban el coche y cómo desde que veían<br />

reflejarse sus luces empezaban a gritar “el coche, el coche, el coche”.<br />

Otros chicos recuerdan también cómo Ciadoncha también tuvo su Cabo Cañaveral,<br />

refiriéndose al lugar de lanzamiento de cohetes al espacio. Los niños construían verdaderos<br />

cohetes con un m<strong>at</strong>erial que usaba el señor Simeón en la fragua. Ponían este explosivo en un bote<br />

y luego le prendían fuego y salía la l<strong>at</strong>a disparada por la fuerza explosiva. Para algunos estar con<br />

el señor Simeón, el herrero del pueblo viéndolo trabajar, ya era un pas<strong>at</strong>iempo enorme.<br />

Niños y jóvenes en los años 60.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

122


La niñez se pasaba muy bien en Ciadoncha. Había grupos de chicos por edades y sobre<br />

todo por el barrio donde vivían. Como mencioné anteriormente, el pueblo, pesar de ser pequeño<br />

y no tener muchos habitantes, los barrios se demarcaban muy bien y era raro que chicos de<br />

diferentes barrios jugaran juntos después de la escuela.<br />

Después del éxodo rural, Ciadoncha era como el imán que reunía a la familia. Allí era<br />

donde se juntaban los primos mientras sus padres trabajaban la tierra. Los participantes<br />

recuerdan con cierta nostalgia, cómo había tantos niños por las calles y cuánto alegraban el<br />

pueblo.<br />

Antes de la mecanización de la agricultura, los niños también ayudaban a trabajar desde<br />

muy jóvenes. Las niñas pronto empezaban con los quehaceres de la casa y cuidando a los<br />

hermanitos. Los niños también tenían que echar una mano a los mayores en el tiempo de<br />

cosecha y buscando hierbas para los animales. Así y todo, la mayoría admite que se la “pasaban<br />

bomba”.<br />

A los siete años se empezaba a ir a la escuela y a la c<strong>at</strong>equesis. Había que prepararse<br />

para la Primera Comunión. La Primera Comunión era un gran acontecimiento, se usaba el<br />

vestido blanco para las niñas y los niños iban de marineros. ¡Qué ilusión daba ese día!- Me<br />

dijeron varios.<br />

Todos recordaban con muchas risas, los capones que les daba don Antonio cuando no<br />

aprendían las preguntas del c<strong>at</strong>ecismo. -¡Cuánto hemos cambiado aún en eso!- comentaban<br />

otros, al recordar las famosas 12 horas de ayuno para poder comulgar. Muchos se desmayaban<br />

por la falta de alimento.<br />

Virgilio Galiana con el traje de su Primera Comunión.<br />

Foto proporcionada por Rosita Gutiérrez<br />

123


Fabricio Galiana Delgado el día de su Primera Comunión. 1970<br />

Foto proporcionada por Marisa Delgado.<br />

El día de la Primera Comunión era un día especial, se comía mejor y se reunía a la<br />

familia para celebrarlo.<br />

Niños con el traje de la Primera Comunión. 1992<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

En 2006, Marcos Arroyo, uno de los dos niños que aún viven en el pueblo, hizo su<br />

Primera Comunión. Lo celebraron con una misa y luego un aperitivo, servido en los soportales<br />

del ayuntamiento, para toda la gente del pueblo que les acompañó. -Esta fue una fiesta familiar,<br />

124


cercana y nostálgica a la vez- comentó un participante. Me imagino que sería muy emotivo,<br />

sobre todo para aquéllos que se dan cuenta que estos dos niños son los únicos que quedan en el<br />

pueblo y todo cuanto hagan será la última vez que esto ocurra allí por mucho tiempo. Es de<br />

admirar que Agustín y Ana, los padres de Marcos y Alfredo quieran todavía celebrar estos<br />

acontecimientos al estilo de antes y en su pueblo n<strong>at</strong>al.<br />

Mientras exista gente como ellos, los pueblos pequeños de España no morirán.<br />

Marcos Arroyo con sus abuelos Ángeles y Santos el día de su Primera Comunión. Mayo, 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Juventud, noviazgo y boda<br />

De cierta manera, el terminar la escuela elemental, a los doce o trece años marcaba la<br />

entrada a la juventud. Una participante me enf<strong>at</strong>izó que las niñas de antes eran muy inocentes,<br />

que no era hasta los 15 ó 16 que se empezaban a fijar en los chicos. Otro me dijo que a los 11<br />

años se había ido a la casa de formación y que por lo tanto había vivido muy diferentemente esos<br />

años de adolescencia, especialmente si los comparamos con los adolescentes de hoy. Por lo<br />

tanto, si la juventud la marcamos por la época en que los chicos se empiezan a fijar en las chicas<br />

y viceversa, tendremos que estar de acuerdo con que, para los niños de los años cincuenta y<br />

sesenta, la juventud llegaba más tarde.<br />

Sin embargo, al hablar con los participantes, me pude dar cuenta que lo que marcaba el<br />

final de la niñez era el dejar los juegos permanentes y empezar a tomar responsabilidades. Para<br />

muchas niñas fue tomar la responsabilidad de hacer algunas de las labores de casa, entre ellas<br />

cuidar a los hermanitos, fregar los trastos, limpiar la casa, etc. Para los chicos fue empezar a ir al<br />

campo con los mayores y participar en las tareas de cuidar a los animales.<br />

Muchas participantes recuerdan con mucho detalle, cuando tenían que ayudar a sus<br />

madres a traer agua, limpiar la casa, ver que sus hermanos no hicieran travesuras y esas cosas.<br />

Otra tarea que tenían las chicas en el verano, cuando la madre acompañaba al padre y a los<br />

hermanos al campo, era ver qué compraban para preparar la comida y tenerla lista cuando los<br />

125


mayores volvieran. Estas obligaciones parecen muy grandes para niñas de ocho y diez años,<br />

pero entonces así era como toda la familia participaba responsabilizándose unos de otros. Hoy<br />

los niños quizás extienden demasiado su niñez y nos encontramos con jóvenes adultos que sufren<br />

mucho al tener que dejar la casa de los padres para enfrentarse a la vida. Creo que nos hemos<br />

ido de un extremo al otro. Poco a poco encontraremos el punto medio en donde dejaremos a los<br />

niños ser niños y la transición a la vida adulta no sea tan dolorosa, sino más suave y n<strong>at</strong>ural. Por<br />

el momento, creo que las aves nos dan mejores lecciones enseñando a sus crías a volar.<br />

Genara y Petrito, amigas de toda la vida. Años 40.<br />

Foto proporcionada por Genara Madrid<br />

Cirila González, otra joven de Ciaducha en los años 40<br />

Foto proporcionada por Rosita Gutiérrez<br />

126


Una participante recuerda que cuando ella era muy jovencita, su madre llegaba en la<br />

madrugada a su habitación y le decía todo lo que tenía que hacer durante el día. Ella confiesa<br />

que era tanto el sueño, que poco se enteraba de lo que decía su madre y luego cuando se<br />

levantaba se preocupaba porque no recordaba nada de lo que tenía que hacer.<br />

Las chicas recuerdan cómo también a ellas les tocaba ir al campo, todas cubiertas para no<br />

quemarse. Entonces, no se llevaba el ser morenas como ahora. Se cubrían todo el cuerpo,<br />

piernas, brazos, cara, todo. Esto les ayudaba también con el calor, pues al estar tan cubiertas, el<br />

sudor creaba humedad y con un poco de brisa que llegara, ya se refrescaban.<br />

En el capítulo sobre la educación se comentó cómo la iglesia c<strong>at</strong>ólica llegó a tener el<br />

control de la educación en España, en la época de Franco. Las escuelas primarias eran donde los<br />

grupos religiosos, encontraban a los futuros sacerdotes, hermanos y monjas. Muchos<br />

participantes recuerdan todavía cómo llegaban a los pueblos a reclutar niños.<br />

Para las familias, tener un hijo cura era uno de los honores más grandes, así cuando algún<br />

niño era invitado a entrar al seminario, los padres no dudaban en dejarlo ir y hasta lo animaban.<br />

Hubo algunos jóvenes que no terminaron la formación en el seminario y se regresaron antes de<br />

llegar a hacer los votos permanentes. Otros estuvieron en la vida religiosa por muchos años. Con<br />

el tiempo la mayoría de los hombres han dejado los hábitos, quedando todavía algunas monjas<br />

sirviendo en España y en otros países.<br />

En una época también se vio que muchas chicas de pueblos pequeños, como Ciadoncha,<br />

iban como chicas de servicio a las ciudades grandes. Un participante recuerda cómo los jueves<br />

era el día que se llenaba de chicas el Espolón en Burgos. La mayoría eran chicas jóvenes que<br />

habían salido de su pueblo en busca de algo mejor. -No era raro encontrar a alguna conocida y<br />

ya te pasabas la tarde charlando y paseando con ella-comentó el participante.<br />

Otras chicas fueron a conventos, al Opus Dei a aprender a servir a los miembros<br />

prelarios, o a vivir a casas de familiares en las grandes ciudades. Los padres las dejaban ir con la<br />

ilusión que ellas aprendieran más estando fuera que quedándose en el pueblo. Sin embargo,<br />

varias volvieron a los dos o tres años a seguir su vida donde la habían empezado.<br />

Cuando hablé del tema de la juventud con los participantes, pude darme cuenta que esta<br />

etapa de la vida se ha vivido de distintas maneras según las generaciones. Los ancianos<br />

recuerdan cómo disfrutaban de los salones de baile que había en Ciadoncha. Estos salones tenían<br />

un organillo que tocaba paso dobles y toda clase de música. Allí iban los jóvenes de antaño a<br />

bailar y a conocer gente de otros pueblos. Así fue como muchos forasteros y forasteras llegaron<br />

a vivir a Ciadoncha. La falta de facilidad de transporte, hacía más difícil el traslado a la ciudad<br />

de Burgos, así es que la juventud de los años 40 se quedaba por los pueblos vecinos para<br />

divertirse.<br />

127


Juventud de los años 40 listas para el paseo.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

La siguiente generación, ya no disfrutó de los salones de baile. Ellos recuerdan los<br />

paseos a pie por el camino a Presencio o a los Tornos. Entonces iban grupos de chicas y los<br />

chicos las seguían, si algún chico tenía intenciones de hablar con alguna, se le acercaba y le daba<br />

un toquecito por la espalda mientras paseaban. Esto quería decir que le <strong>at</strong>raía y la chica dejaba al<br />

grupo de sus amigas para caminar con el chico. Un participante aún recuerda cómo él siendo<br />

chico veía a las parejas caminar. ¡Qué elegantes eran y qué correctos!-comenta el participante.<br />

Jóvenes de los años 50.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

128


La música era muy importante en la vida de los jóvenes de los años 50.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Divirtiéndose en las bodegas. Jóvenes de los años 50<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Otra generación, me dijo que ellos ya no hacían esos paseos. Esta generación me<br />

comentó que los chicos aprovechaban cualquier celebración para demostrar quien era la que más<br />

les gustaba. Para una participante fue en una de las merendillas de carnaval que se acostumbraba<br />

129


hacer en diferente casa cada año. Se preparaba una merienda especial, con tortilla, postres y<br />

alguna otra cosa para que se reunieran las chicas a merendar y así celebrar un poco carnaval.<br />

Ella recuerda cómo en una de estas merendillas, de pronto vio que entraban chicos. Ella se<br />

sorprendió, porque hasta entonces, sólo se habían reunido mujeres, pero alguien había dejado la<br />

puerta abierta y los chicos aprovecharon para entrar. Ese día fue cuando el chico, quien después<br />

sería su esposo, le dijo por primera vez que ella le gustaba. A ese primer momento le siguieron<br />

algunas cartas y salidas a bailar a Burgos en grupos grandes, hasta que llegó el día de la pedida<br />

de mano y se preparó la boda.<br />

Jóvenes de los años 60.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Jóvenes en los años 60.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

130


Jóvenes de los años 60 y 70<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Los de la siguiente década, recuerdan haber convivido mucho con los chicos en un plan<br />

más informal y cómo se las arreglaban para conseguir transporte para ir a bailar a Burgos. Unos<br />

recuerdan con mucha risa cómo llegaron a irse hasta en tractor por no perderse alguna fiesta.<br />

Jóvenes de los años 70<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

131


Jóvenes de los años 80.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Los jóvenes de los últimos años setenta y ochenta tuvieron más libertad de salir y conocer<br />

más gente y el proceso de noviazgo cambió mucho más. Una participante me dijo que realmente<br />

ella en esos años no pensaba en casarse, que la juventud entonces, el m<strong>at</strong>rimonio lo veía como<br />

algo muy serio. Estos jóvenes estudiaron todos fuera de Ciadoncha y estuvieron expuestos a una<br />

diversidad cultural mayor. Muchos jóvenes empezaron a viajar al exterior y todo eso influyó su<br />

forma de pensar.<br />

Los jóvenes de los años noventa ya prácticamente no han vivido en Ciadoncha. Estos son<br />

los nietos de los vecinos permanentes del pueblo, pero ellos se han criado en capitales y tienen<br />

totalmente otra forma de pensar en cuanto al noviazgo y el m<strong>at</strong>rimonio. Algo que me parece<br />

interesante comentar, es que desde que puse en Internet algunos de los cuentos que he escrito<br />

sobre este pueblo, he recibido varios correos electrónicos de estás personas jóvenes que de<br />

alguna manera se identifican mucho con el pueblo y disfrutan leyendo algo que les una al pueblo<br />

de sus mayores.<br />

Antes, si una pareja quería formalizar su relación, entonces había que pedir la mano de la<br />

novia. Para esto iban, el novio y sus padres a la casa de la novia y tenían una reunión formal que<br />

consistía ya fuera en una cena o una merienda bien preparada. Los padres de los novios<br />

hablaban y decidían cuando sería el enlace m<strong>at</strong>rimonial. Era costumbre que el novio pagaba el<br />

vestido de la novia y el dormitorio iba por cuenta del padre de la novia (Entrevista personal,<br />

2006).<br />

Las bodas se hacen durante la misa. Es costumbre en Ciadoncha, como en el resto de<br />

España, elegir un padrino que es quien entrega a la novia y a una madrina, que es quien<br />

acompaña al novio en el altar. En algunas bodas, entran a la iglesia primero unos niños que<br />

llevan los anillos y después la novia con el padrino, que normalmente es el padre de la novia<br />

mientras la madre y su hijo, quien es el novio esperan en el altar.<br />

132


Después de la misa los novios, sus padrinos y algunos testigos pasan a la sacristía a<br />

firmar el acta m<strong>at</strong>rimonial. Finalizado el acto, se pasa a la comida que se lleva a cabo en un<br />

restaurante.<br />

Las bodas grandes en el pueblo fueron antes de que existiera el automóvil. Cuentan que<br />

eran fiestas de hasta tres días. Esto era porque llegaban familiares de lejos y tenían que<br />

<strong>at</strong>enderlos. Había mucha comida, música, baile y todo el pueblo parecía estar de fiesta. Se<br />

casaban en la iglesia del pueblo y hacían la fiesta en la casa. En la mayoría de las fotos de bodas<br />

antiguas, previas a 1955, las novias llevan vestido oscuro.<br />

Boda Ireneo Galiana y Elisa.<br />

Foto proporcionada por Marisa Delgado<br />

Ángel Varona y Genara Madrid en su boda. 1945<br />

Ángel y Genara celebrando sus Bodas de Oro<br />

133


Fabricio Galiana Sierra y Marisa Delgado firmando el acta m<strong>at</strong>rimonial. 1960<br />

Foto proporcionada por Marisa Delgado.<br />

Con el tiempo, las parejas quisieron casarse en la ciudad de Burgos y más o menos a<br />

partir de 1.955, las novias se empezaron a vestir de blanco. Estas parejas celebraron su boda o<br />

como dicen ellos hicieron el gasto en un restaurante de la capital de la provincia. Estas parejas<br />

se fueron de viaje de novios a algún lugar dentro del país. La mayoría de estas parejas, son hoy<br />

los abuelos de los jóvenes que de vez en cuando se ven por las calles y fiestas de Ciadoncha.<br />

Emiliano Galiana Porres y María Cruz Blanco Pérez el día de su boda.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Otra generación más joven, también se casaba en la ciudad de Burgos y celebraba en un<br />

restaurante, como los anteriores, pero éstos se iban de viaje de bodas a las islas Canarias. Los<br />

134


más jóvenes siguen haciendo lo mismo para celebrar el acontecimiento. La excepción han sido<br />

dos o tres parejas, que han decidido tener la ceremonia en la iglesia del pueblo en los últimos<br />

años. La luna de miel para estas parejas ha sido en el extranjero mayormente. Hay quienes<br />

también han decidido casarse en otras provincias y hasta en otros países.<br />

Boda de Petra Varona y Luís Cruz realizada en Santillana del Mar en 1998.<br />

Foto proporcionada por Petra Varona.<br />

Las bodas son muy elegantes. La gente acude vestida muy a la moda, con trajes muy<br />

finos. Una vez más he podido comprobar que el buen gusto en el vestir y en el arreglo personal<br />

de la gente de este pueblo se pone de manifiesto en estas grandes ocasiones.<br />

En Ciadoncha también se acostumbra que cuando se leen las amonestaciones unas<br />

semanas antes de la boda, se ofrece un aperitivo después de la misa. Ese día asisten a misa los<br />

novios y sus padres.<br />

Contexto histórico<br />

Tenemos que recordar que después de la posguerra, con la apertura internacional, vino el<br />

desarrollo a España. Las divisas enviadas por los españoles que trabajaban en el exterior y el<br />

flujo enorme de turistas, permitió el mayor crecimiento del producto económico español de toda<br />

la historia. Los españoles salieron en masa a trabajar a los países centrales europeos. La cifra<br />

oficial de emigrantes en los años 60 fue de 1.100,000 emigrantes, pero la no oficial fue de<br />

2.500.000 (Muy historia, 51). En esa misma época, el gobierno de Franco impuso una multa de<br />

40,000 pesetas en Benidorm por usar Bikini pero la policía no se daba abasto para multar a todas<br />

las turistas y optaron por dejarlas en paz.<br />

135


Jóvenes de los años 50.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Jóvenes de los años 60.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Así empezó el destape y los españoles se empezaron a quitar la montera ante la minifalda.<br />

De pronto Sara Montiel no parecía tan exagerada enseñando carnes en “El último cuplé”, el<br />

fútbol pasó a sustituir al toreo, Massiel ganó Eurovisión, los jóvenes cantaron “Porompompero”<br />

con Manolo Escobar, “Esos ojitos negros” con el Dúo Dinámico y con Karina se la pasaban<br />

“Buscando en el baúl de los recuerdos”. Familias llenaban los Se<strong>at</strong> 600 y se iban a las playas del<br />

sur. Las películas de Joselito y Marisol iban quedando como cosa de niños. Este era el principio<br />

del final de la época franquista. España había abierto las puertas al mundo y nada ni nadie iba a<br />

detener la influencia extranjera (Muy historia, 2006).<br />

A Ciadoncha llegó todo esto por la tele, por la radio, por algunas revistas y porque los<br />

jóvenes ya salían más a Burgos y otras partes; pero el proceso fue un poco más lento que en<br />

136


pueblos o ciudades con mayor población. Según se puede ver en los vídeos, en Ciadoncha no se<br />

veían tantas minifaldas en los años sesentas y muy pocas en los setentas. No fue hasta en los<br />

veranos de los ochentas que la juventud llegó a broncearse de verdad (Vídeos proporcionados<br />

por Orencio Pérez Cascajar). Ciadoncha sigue siendo un pueblo con valores tradicionales, yo<br />

diría que en Ciadoncha todavía se puede sentir la influencia de la época de Franco, el rec<strong>at</strong>o y la<br />

elegancia clásica son característicos en la gente del pueblo.<br />

En las fiestas del pueblo era donde los jóvenes cantaban y declamaban demostrando su<br />

amor pero siempre con mucho rec<strong>at</strong>o y discreción. Según lo que yo he observado, en Ciadoncha<br />

nunca he visto a ninguna pareja besarse en público y creo que tampoco he visto a nadie caminar<br />

abrazados. Las expresiones de cariño se limitan a los niños, pero no entre mayores y mucho<br />

menos en público.<br />

Vida adulta, vejez y muerte<br />

Los adultos en el pueblo son los que tienen las responsabilidades de llevar la casa y<br />

también la comunidad. Ellos son los que se encargan de las responsabilidades públicas, como<br />

ser alcalde, participar más activamente en las celebraciones religiosas, organizar las fiestas,<br />

dirigir y coordinar los trabajos del campo y criar y educar a los hijos.<br />

Hoy en Ciadoncha viven muy pocos adultos. La mayoría de los miembros de la<br />

generación, quienes hoy serían los adultos del pueblo, salieron y están viviendo en otras partes.<br />

El alcalde, José Luís Julián Hernando por ejemplo, vive y trabaja en Burgos. Cuando hablé con<br />

él me dijo que él hacía este trabajo sin recibir ningún sueldo, que la empresa donde él trabaja le<br />

permite faltar si tiene alguna reunión importante, pero que en realidad no es nada fácil hacerlo.<br />

No obstante, casi cada fin de semana están él y su familia en la bonita casa que tienen en<br />

Ciadoncha y él siempre está al tanto de lo que pasa en la comunidad.<br />

Adultos del pueblo que vienen los fines de semana y en las fiestas. 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

137


Escudo de Ciadoncha en el edificio del ayuntamiento.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Las autoridades del pueblo son: el alcalde, que es elegido cada cu<strong>at</strong>ro años y puede<br />

reelegirse sin tope de años, cu<strong>at</strong>ro concejales y un juez de paz. Realmente estos puestos los<br />

ocupan gente que tiene un gran espíritu de servicio a la comunidad, pues no representan mayor<br />

ventaja sino más bien gasto y mucho tiempo extra (Entrevista personal 2006).<br />

Fabricio Galiana Sierra con la Vara de Alcalde. 1960<br />

Foto proporcionada por Marisa Galiana<br />

138


Es difícil establecer dónde termina la vida adulta y empieza la vejez. Especialmente<br />

porque los niños de los años cincuenta se han conservado muy bien física y mentalmente y<br />

cuando pensamos que ellos son los que están entrando a la c<strong>at</strong>egoría de honor de la vejez, nos<br />

parece que no tienen las mismas características de sus antecesores.<br />

Mujeres que ganaron un campeon<strong>at</strong>o de bolos por los años 80.<br />

Foto proporcionada por Marisa Delgado<br />

Mujeres en la puerta de la iglesia un día domingo. 1995<br />

Foto Lucía Varona<br />

Lo que sí es evidente es que los años pasan y van dejando huellas. Los adultos de antes,<br />

son los viejos de ahora y los viejos de antes son los ancianos de ahora. Es difícil aceptar que<br />

aquella pareja tan guapa y llena de vida que se paseaba por las calles y caminos de Ciadoncha en<br />

los cuarenta y cincuenta, hoy sean los ancianos del pueblo y que el niño que los admiraba tanto<br />

entonces, sea hoy parte del grupo de los viejos. Pero la vida es así y allí están ellos, con toda su<br />

sabiduría, con todos sus años.<br />

139


La vejez<br />

Hablando con un participante que está en el grupo selecto de los ancianos, me dijo: -<br />

Nosotros somos la generación que más ha tenido que aguantar. Primero tuvimos que aguantar lo<br />

que nos imponían nuestros padres, después enviamos a los hijos a estudiar y ahora tenemos que<br />

aguantar lo que nos imponen ellos.- Hay mucho de verdad en estas palabras.<br />

Don Emérito también expresó muy claramente que lo que se aprende de los mayores es<br />

su resignación, la paz con que aceptan lo que la vida les da. Yo también creo que los viejos de<br />

Ciadoncha nos enseñan esos valores. La vejez les ha sorprendido cuando empezaban a disfrutar<br />

el resultado de su trabajo. Muchos de ellos no habían viajado nunca por falta de medios y ahora<br />

que los tienen, les falta la salud. Sin embargo, no están amargados. Basta caminar un poco por la<br />

calle de La Calzada y se les puede ver tomando el sol, sonriendo y charlando mientras menean el<br />

bastón o las muletas.<br />

Los ancianos de hoy fueron los jóvenes y adultos de la posguerra. Ellos vivieron mucha<br />

estrechez económica, nunca tuvieron dinero extra y aprendieron a trabajar en el campo desde<br />

muy niños. Siempre estuvieron aceptando órdenes de más arriba. Los cambios los<br />

sorprendieron desprevenidos y cuando se vinieron a dar cuenta, eran los hijos los que llevaban<br />

las riendas y ellos se fueron quedando <strong>at</strong>rás. Hoy, les asusta tanta modernidad, la mayoría no<br />

quiere ni tr<strong>at</strong>ar de comprender lo que es la cibernética. Ellos son felices viendo como sus hijos y<br />

nietos se defienden en un mundo que ellos jamás llegaron a imaginar y donde se sienten más<br />

seguros, como es de suponer es en el pueblo que los vio nacer.<br />

No son pocos los que han celebrado las bodas de oro m<strong>at</strong>rimoniales en Ciadoncha. Hay<br />

todavía muchas familias que tienen la dicha de tener tanto al padre como a la madre vivos<br />

cuando llegan a cumplir los cincuenta años de casados. La mayoría celebra este acontecimiento<br />

con los hijos y familiares más allegados. Algunas instituciones, como las cajas de ahorro,<br />

también les hacen algún reconocimiento especial.<br />

Algunas ancianas con Angelines Varona. 2006<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

140


En Ciadoncha quedan algunos ancianos y quizás lo más duro para ellos sea el frío del<br />

invierno. Por eso muchos se van con los hijos a Burgos en esa época, pero en cuanto pueden<br />

vuelven al pueblo porque allí están sus raíces, allí han dejado sus recuerdos y es allí donde más<br />

les gusta estar. Cuando están en el pueblo les vuelve la vida. Ven a sus amigos, juegan a las<br />

cartas, al dominó, salen a tomar el sol y respiran el aire fresco y puro que tanto extrañan en las<br />

grandes ciudades.<br />

Para mí los ancianos son el símbolo de Ciadoncha. Ciadoncha misma es como ellos,<br />

vieja y gastada, con algunos parches modernos que la sostienen como a los ancianos les<br />

sostienen los bastones y las muletas. Ciadoncha está siempre sonriente, acogedora, aguantando<br />

caricias y desprecios, porque Ciadoncha, como toda madre, quiere y perdona a todos los hijos<br />

por igual.<br />

También en el pueblo hay un grupo de adultos que ahora realmente lo sostiene. Si no<br />

fuera por ellos, no llegaría ninguno a vender cada semana, no tendrían el servicio médico ni el de<br />

correos. Este es el grupo que todavía va a misa los domingos del tiempo ordinario. Por ellos es<br />

que se abre el bar y gracias a ellos el pueblo no ha muerto La pregunta que ellos se hacen es:<br />

¿Por cuánto tiempo vamos a estar así<br />

El tema de la muerte es difícil para todos y el tema en sí no apareció dentro de los<br />

recuerdos gr<strong>at</strong>os de la vida en Ciadoncha. Sin embargo, muchos recordaron gr<strong>at</strong>amente a gente<br />

que ya ha muerto y comentaban cómo había sido su muerte y el funeral. Lo que los participantes<br />

más valoran de esta etapa de la vida es la solidaridad que existe en esos momentos. No importa<br />

el clima, si llueve o nieva, la iglesia siempre se llena de vecinos para un funeral.<br />

Me parece también muy importante dejar constancia de las costumbres y tradiciones que<br />

hay con relación a la muerte, ya que también esto está cambiando con la modernidad.<br />

Algunos participantes recuerdan cómo antes en el pueblo, cuando alguien estaba muy<br />

enfermo, se llamaba al cura para que le fuera a dar los Santos Óleos. Al morir se preparaba el<br />

cadáver en la casa y allí se le velaba hasta enterrarlo al día siguiente. Casi siempre era la familia<br />

la que se acercaba a la casa y el resto del pueblo asistía a la misa y al entierro.<br />

Hoy ya no se vela a los muertos en el pueblo. Ahora se acostumbra llevarlos a los<br />

tan<strong>at</strong>orios de la ciudad de Burgos. Las funerarias se encargan de preparar el cadáver, las esquelas<br />

que salen en los diarios, la misa y el entierro.<br />

En nuestra familia, para la muerte del padre de mi esposo, recuerdo que por parte de la<br />

administración del tan<strong>at</strong>orio en Burgos, dijeron que podíamos irnos a descansar, que ellos<br />

cerrarían la sala donde estaba expuesto el cuerpo y que volviésemos por la mañana para una misa<br />

que se celebraría por todos los difuntos que estaban en ese lugar, en la capilla por la mañana del<br />

día siguiente. Nunca olvidaré las palabras de una de mis cuñadas: -Cómo voy yo a dejar sólo a<br />

mi padre ahora. Si ya sólo lo voy a tener estas horas- A todos nos llenó de emoción tan profundo<br />

y leal pensamiento y le dimos toda la razón. Al padre de mi esposo lo velamos toda la noche y<br />

141


ezamos y recordamos con muchísimo dolor los mejores momentos que él nos había dado. Esa<br />

noche de velación fue como rendirle un homenaje de agradecimiento por todo lo que había hecho<br />

por cada uno. Al día siguiente le llevamos a misa y a enterrar a Ciadoncha.<br />

Como en la mayor parte del mundo occidental, el luto se manifiesta con el color negro;<br />

contrariamente al mundo oriental donde se manifiesta con el color blanco. A los entierros los<br />

familiares van vestidos de negro y también acostumbran mandar coronas o ramos de flores que<br />

son llevados por jóvenes y niños hasta el cementerio. Después del entierro sólo los familiares<br />

muy cercanos acompañan al núcleo familiar del difunto a la casa.<br />

Hasta los años 70, los lutos eran muy estrictos. Por el esposo, esposa, madre, padre o<br />

hijos se mantenía luto riguroso por dos o tres años. Éste consistía en llevar ropa negra<br />

constantemente y se evitaba salir a la calle. Esto lo compartió una participante cuando me<br />

explicó el luto que ella había llevado por la muerte de su madre en los años 40 y 50. Cuando ya<br />

podían salir, tenían que seguir usando negro, especialmente las viudas. Hoy eso ha cambiado<br />

mucho. Ya no se acostumbra llevar negro por tanto tiempo y nadie se restringe de salir a la calle.<br />

En Ciadoncha se acostumbra mucho mandar a decir misas por los difuntos. Casi siempre<br />

estas misas son en la fecha de nacimiento de la persona y en el aniversario de su muerte. Antes<br />

se hacían unas tarjetitas, que se les llamaba record<strong>at</strong>orios, que se distribuían a las personas como<br />

un recuerdo de la persona fallecida.<br />

En nuestra familia, todavía conservamos la tradición de celebrar una misa cada<br />

aniversario de la muerte del padre de mi esposo. Después de misa, vamos todos juntos al<br />

cementerio y allí rezamos y leemos el record<strong>at</strong>orio que hacemos cada año enfocando distintos<br />

aspectos de la vida de Ángel Varona Temiño, el padre. A través de estos record<strong>at</strong>orios seguimos<br />

aprendiendo cómo vivir la vida con los valores que él nos transmitió.<br />

Hay muchas cosas que los nietos echarán en falta cuando sean mayores. Muchos valores<br />

que hoy talvez chocan con la vida moderna, pero cuando ellos sean padres, quizás sentirán la<br />

necesidad de volver a sus raíces e investigar cómo fue que sus antepasados le hicieron frente a<br />

los retos que la vida misma les presentó.<br />

Cementerio de Ciadoncha en los años 70.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

142


Cementerio de Ciadoncha en 2006<br />

Foto Lucía Varona<br />

El sentido de familia es muy fuerte en este pueblo. En estos momentos, en que pareciera<br />

que el pueblo agoniza, se puede ver todavía con cierto optimismo y pensar que será precisamente<br />

ese sentido de familia lo que tarde o temprano <strong>at</strong>raerá, como un imán, a todos los que se han ido.<br />

Mientras haya siquiera uno de la familia que mantenga el cordón umbilical unido a la<br />

tierra que lo vio nacer, el pueblo no morirá. Los buenos recuerdos son muchos y siempre<br />

necesitaremos renovar fuerzas, en todos los sentidos. Volveremos como el agua de las nubes<br />

vuelve al mar.<br />

143


CAPÍTULO 12<br />

LA AGRICULTURA Y LA GANADERIA<br />

En Ciadoncha antes, la agricultura y la ganadería iban de la mano. No se podía hacer<br />

agricultura sin ganadería. Los animales eran muy importantes en la vida del pueblo. Como ya<br />

vimos en el capítulo de la vivienda, antes de construir las glorias, los animales los mantenían en<br />

la planta baja para que dieran calor a las habitaciones en el piso superior. Pero además, los<br />

animales eran los que ayudaban a la gente a trabajar la tierra, a trasladarse de un lugar a otro y<br />

también les servían de alimento.<br />

Acarreando con mulas.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Acarreando con vacas.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

144


El acarreo se hacía con mulas o con vacas, la diferencia era que el acarreo con mulas<br />

permitía al guía venir montado en los lomos de los animales, lo cual constituía un buen y<br />

merecido descanso para el agricultor. El acarreo con vacas no permitía esto.<br />

Vacas pastando. Años 70<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Un participante me dijo: -Sin animales, no se podía hacer agricultura. Sin animales no se<br />

podía hacer nada de nada. No se podía dar ni un paso sin los animales, ni un paso. Aquí se aró<br />

con vacas, mulas y bueyes hasta que llegaron los tractores en el año 1956.- El primer tractor fue<br />

un Lanz 38 caballos y arranque de petróleo de los hermanos Primivito y Santos Arroyo. Luego<br />

llegó la trilladora que fue la de Josemari Quevedo, después hubo una <strong>at</strong>adora y una cegadora<strong>at</strong>adora<br />

que no dio resultado en esta zona. La primera cosechadora en Ciadoncha fue la de Nice<br />

Madrigal.<br />

Foto Expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />

Cada familia tenía animales con los que trabajaba, pero además había dos manadas de<br />

vacas, chotos, yeguas, mulas, caballos o potras que las cuidaba un pastor. Estos eran animales de<br />

145


mucha gente que los tenían por si había que echar mano de ellos en caso de que a los que se<br />

usaban para trabajar les pasara algo. Además había por lo menos diez o doce rebaños de ovejas<br />

cada uno con su pastor y corral donde ponerlas. En esos tiempos había mucho movimiento en el<br />

pueblo.<br />

Un participante que ha sido agricultor toda su vida y hoy da sus tierras para que se las<br />

trabajen me dijo: -Entonces trabajabas en el campo el 95 por ciento del año. Había trabajo todos<br />

los días, porque si no estabas trabajando las tierras, estabas cuidando los viñedos. Antes había<br />

mucho viñedo en Ciadoncha, se podría decir que el diez por ciento de la tierra eran viñedos, el<br />

resto se sembraba de cereales como trigo, avena y cebada.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />

También me dijeron que hubo gente en ciadoncha que cegó a hoz. Uno de los<br />

participantes cuando dijeron esto, se vio las manos y me dijo: –Aquí tienes la señal- una cic<strong>at</strong>riz<br />

en el dedo anular de la mano izquierda-Estaba cegando cuando me distraje y ¡Zas!<br />

Instintivamente apreté lo que se había levantado y ya se quedó así. Íbamos todos al campo a<br />

ayudar, había trabajo para todos. –Ya lo creo- añadió otra participante, hombres, mujeres y niños<br />

ayudaban, cada quien con lo que podía.<br />

Los participantes me explicaron como los meses más tranquilos eran cuando nevaba o<br />

estaba muy mojado el campo. Entonces no se podía hacer nada en las tierras porque se hundían<br />

las p<strong>at</strong>as de los animales y no había nada que hacer. En esos días se aprovechaba para podar y<br />

limpiar los viñedos. Se ponían unas tablas sobre el barro y así iban limpiando y podando a mano.<br />

Cogían la tabla y la pasaban a otro lado conforme iban avanzando<br />

146


Listos para segar. Años 60<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Ya en febrero se empezaba a arar para luego sembrar la cebada. Se sembraba también<br />

trigo, avena, alholvas, hieros. Los hieros eran unas leguminosas excelentes para los animales.<br />

Los años malos había que pelarlos y para eso había obreros que hacían el trabajo por las<br />

mañanas, porque no podía hacerse cuando calentaba el sol, pues había que aprovechar el rocío de<br />

la mañana para que no se quebrase la paja y se desgranara.<br />

Luís Pérez sembrando al estilo antiguo. Años 70<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Para sembrar, hace mucho tiempo, se ponía la mies en un saco <strong>at</strong>ado por sus dos puntas<br />

de una de sus diagonales y se colgaba al hombro; la mies se recogía con el puño bien lleno y<br />

luego se esparcía haciendo una semicircunferencia con el radio de la longitud del brazo del<br />

147


sembrador. De esta manera quedaba muy bien esparcida. Todo esto se iba haciendo a la vez que<br />

se iba caminando paso a paso.<br />

Un participante me dijo que en el verano, para la cosecha, tenían que salir a la una de la<br />

madrugada al campo a recolectar las nías. Se cogían las mulas, los carros, se enganchaban y<br />

¡afuera! Si había luna, se podía ver, pero si no la había, era más oscuro que la boca de un lobo y<br />

como había tierras pequeñas que quedaban en medio de las tierras de otros; muchas veces se<br />

equivocaban y resultaba que cargaban felices el carro y en cuanto amanecía, se daban cuenta que<br />

le habían hecho la tierra a otro. No había más que ir a descargar a la era del vecino y al día<br />

siguiente a hacer la de ellos. Todas estas anécdotas me las contaban con mucho humor. Reían<br />

mucho al recordar las peripecias de esos tiempos.<br />

Otro participante recordaba noches como esa, pero cuando él era aún un niño de menos<br />

de ocho años. El recuerda que de niño, cuando lo levantaban de la cama y lo metían al carro,<br />

todo estaba bien hasta que oía: ¡Sooo! ¡Sooo! Todo el gusto se acababa porque él sabía que los<br />

animales se pararían y había que empezar a trabajar.<br />

Trillando en las eras.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />

Otras participantes recuerdan con mucha nostalgia cuando se juntaban todos en las eras a<br />

trillar. – ¡Eso era hermoso!-dice una participante. –No me digas, todos allí juntitos, riendo y<br />

comentando mientras la burra, dale que dale.-<br />

Todos recuerdan los calores que pasaban durante la cosecha. Al medio día buscaban la<br />

sombra del carro para tomarse la merienda. -¡Esas cebollas y ese vino sabían mejor que hoy los<br />

chorizos!- comentan algunos.<br />

148


Trillando con tractor.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />

La llegada del tractor, marcó el principio de la mecanización de la agricultura. Podría<br />

decirse que en cuanto a esta etapa de la vida en Ciadoncha, encontré dos grupos de personas con<br />

diferentes sentimientos y recuerdos. Uno recordaba con mucha nostalgia los tiempos antes del<br />

tractor y otro en el que los participantes estaban definitivamente felices con todo lo que trajo<br />

consigo la mecanización de la agricultura.<br />

El grupo que añora los tiempos pasados, son los que valoran mucho la convivencia que<br />

existía en ese tiempo entre los vecinos. Ellos dicen que al necesitarse unos a otros les hacía ser<br />

más amables, menos preocupados del qué dirán, de cómo vestían y de las apariencias. Una<br />

participante me puso este ejemplo. -Antes íbamos a misa los domingos y no nos fijábamos qué<br />

vestido, qué pendientes, ni qué zap<strong>at</strong>os la fulanita o la zutanita llevaba. -Hoy si no vas bien<br />

arreglada te sientes mal-. Está claro que no es el trabajo duro lo que añoran, sino la convivencia.<br />

Por otra parte, el grupo que dice que están mejor ahora, son los que recuerdan con cierta<br />

amargura el duro trabajo. Ellos dicen que trabajar de la forma en que trabajaba era inhumano,<br />

que no saben cómo pudieron aguantar tanto. Una participante de este grupo cuando le pregunté<br />

qué recordaba ella del trabajo del campo me contestó. –No quisiera ni recordarme de eso, no<br />

compares la forma en que vivimos ahora con esos años-, su esposo la secundó diciendo que de<br />

ninguna manera le gustaría volver a esos tiempos.<br />

El campo se sigue trabajando en Ciadoncha. Por un tiempo había más familias haciendo<br />

sus propias tierras, pero con el tiempo y al heredar los hijos, las tierras han vuelto a ser pequeñas<br />

y tienen que darlas para que otro las trabaje. Ahora hay dos o tres personas que se dedican a<br />

trabajar sus tierras y las de otros. De ellos sólo uno vive en el pueblo y por lo que hablé con él y<br />

su esposa, me temo que no será por mucho tiempo. Están pensando seriamente trasladarse a<br />

Burgos por la educación de sus hijos. Con pena, dicen que no ven mucho futuro para ellos en el<br />

pueblo. -La agricultura con el tiempo- va a quedar sólo para los que tienen mucha tierra, los<br />

pequeños productores tendremos que ver qué hacemos por otra parte- terminaron diciendo.<br />

149


Pero hubo un tiempo en que se disfrutó la mecanización y la convivencia que brindaba el<br />

trabajo del campo. Estos eran los tiempos en que todavía había tierras grandes, que no se habían<br />

dividido.<br />

Cosechando en Ciadoncha. 1991<br />

Foto Lucía Varona<br />

Los padres disfrutaban viendo a los hijos trabajar con las máquinas. Esos eran los<br />

tiempos en que todavía Ciadoncha tenía mucha vida los veranos. La familia se juntaba, los niños<br />

jugaban mientras sus padres trabajaban y las mujeres se encargaban de tener la comida lista<br />

cuando volvieran del campo. Más de una vez nosotros planificamos el viaje de verano a<br />

Ciadoncha de acuerdo a la fecha en que se pensaba cosechar para no perdernos el<br />

acontecimiento.<br />

Ángel Varona en las eras. 1992<br />

Foto Lucía Varona<br />

Yo no viví los tiempos antes de la mecanización, pero sí participé en esos años<br />

intermedios, antes de que la familia de mi esposo dejara de trabajar la tierra. Me impresionaba<br />

mucho ver a la gente mayor, cómo barrían la era, tr<strong>at</strong>aban de recoger todos los granos que<br />

150


podían. Cuando les veía hacer eso me preguntaba, qué estaría pasando por su mente en esos<br />

momentos. Yo recuerdo que muchos mayores se quedaban muchos r<strong>at</strong>os sentados allí,<br />

esperando que llegara el tractor a descargar. No decían nada, se quedaban viendo el grano, el<br />

cielo y el campo. Nunca quise interrumpirlos y ahora me arrepiento, porque me habría gustado<br />

poder escribir aquí algo de lo que estaban pensando.<br />

Muchos de los recuerdos más gr<strong>at</strong>os de algunos participantes tienen que ver con la<br />

ganadería y la época en que había mucha vida en Ciadoncha. Uno recuerda cómo su padre tenía<br />

toda clase de animales. Tenían, vacas, bueyes, cabras, corderos, gallinas, cerdos, palomas, todo.<br />

Riendo cuenta cómo la única vez que se escapó de la escuela una mañana, fue precisamente el<br />

día que iba a parir la burra se fue de la escuela y nadie lo pudo detener. Cuando su padre<br />

preguntó al maestro qué había pasado, éste le dijo que había salido corriendo diciendo que tenía<br />

que irse porque iba a parir la burra.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Las burra es uno de los animales que recuerdan los participantes con más cariño. He<br />

notado que este animal trae mucha ternura a la memoria de varias personas. En un tiempo la<br />

burra era el medio de transporte normal, se usaba para ir al molino, a la bodega, a llevar la<br />

comida al campo, para ir a las ferias. En verano cuando iban a segar las mieses se montaban en<br />

ella y llevaban los aperos más censillos, como el rastro, el dalle, la garia.<br />

En un tiempo hubo muchas ovejas en Ciadoncha. A primeros de junio se esquilaban para<br />

que las ovejas estuvieran más ligeras de abrigo para el verano, a la vez que se aprovechaba la<br />

lana para su venta, que entonces estaba bastante cotizada y suponía un ingreso importante. A<br />

continuación del esquileo se hacía el melado, que consistía en marcar a las ovejas, con pez<br />

fundida, con las iniciales del propietario del rebaño.<br />

151


Ovejas pastando. 1984<br />

Foto Lucía Varona<br />

El señor Bisera, como le digo yo, tuvo la amabilidad de invitarme a su casa para<br />

conversar. Su nombre en realidad es Florencio Ibáñez, pero en el pueblo todos le decimos<br />

Bisera. El era uno de los pastores del pueblo, el único que aún vive allí. Ya mencioné antes,<br />

cómo en los mejores tiempos de este lugar hubo hasta diez o doce rebaños de ovejas, cada rebaño<br />

con su pastor y el corral para guardarlas, además de la manada de ganado compuesto por chotos,<br />

vacas, yeguas, mulas, etc. que servían para remplazar a los animales de labranza.<br />

Bisera, ha vivido en Ciadoncha desde 1952. Empezó como pastor, trabajó muchos años<br />

cuidando ovejas de otros, pero poco a poco fue comprando para él y al final se quedó cuidando<br />

sólo las suyas y viviendo en la casa que compró hace muchos años en el pueblo.<br />

Queriendo saber cómo él ha logrado sobrevivir tantos años en el pueblo y sabiendo que la<br />

agricultura y la ganadería han sufrido tantos cambios, le pedí que me contara cómo fue su vida<br />

de pastor.<br />

Bisera y su cuñado Norberto Tejero Palacín esquilando.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />

152


Me dijo que sus padres también habían sido pastores, así es que para él era n<strong>at</strong>ural seguir<br />

sus pasos y dedicarse a este oficio. Primero vivieron en <strong>Santa</strong> María a donde fue a la escuela<br />

cuando tenía 8 años, pero luego estalló la guerra y la familia se trasladó a Zael, de Zael a<br />

Mahamud, allí vivieron 15 años y de allí vino a Ciadoncha. Bisera ha recorrido muchos campos<br />

con las ovejas.<br />

Con ese modo tan campechán que tiene de hablar me dijo que siempre había tenido<br />

perros que le ayudaban, dice que él los entrenaba para que ellos fueran por una orilla y él por la<br />

otra y así estaba siempre pendiente del rebaño. Nunca le gustó llevar radio porque dice que no<br />

podía distraerse, tenía que estar siempre pendiente de las ovejas para que comieran lo que debían<br />

y no se metieran a comer lo que no debían.<br />

Bisera se casó en Ciadoncha un 6 de junio. Recuerda que ese día hubo toros en el pueblo.<br />

De ese m<strong>at</strong>rimonio le queda una hija que vive en Tordómar y un hijo que vive en Burgos.<br />

Enviudó y tr<strong>at</strong>ó de empezar una vida m<strong>at</strong>rimonial de nuevo, pero no dio resultado. Ahora vive<br />

solo en Ciadoncha y los hijos están pendientes de él.<br />

Los hijos de Bisera jugando con las ovejas.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Me contó cómo, gracias a que a él siempre le ha gustado la cacería pudo ahorrar del<br />

salario que recibían antes cuando era pastor. –La vida ha sido dura para mí- me dijo y<br />

poniéndose serio prosiguió diciendo que por la mañana, en el verano salía muy temprano con las<br />

ovejas y volvía al medio día a comer, luego volvía al campo. Por las noches muchas veces tenía<br />

que estar pendiente de alguna oveja que paría, si lo llamaban para que ayudara con una vaca o lo<br />

que fuera. De las fiestas en el pueblo dice que participaba poco porque normalmente tenía que<br />

trabajar. -El trabajo del pastor es muy duro-me dijo. Muchas veces volvía calado hasta los<br />

huesos porque el paraguas y la capa no le podían resguardar de algunos nublados. En septiembre<br />

dice que ya no volvía a casa a comer sino que se quedaba en el campo. A un momento dado las<br />

ovejas se echaban y él también podía descansar un poco. En invierno, no salía, tenía que<br />

cuidarlas en el corral.<br />

153


Yo le pregunté qué llevaba al campo para comer. Se echó una carcajada y me dijo:-<br />

Cualquier cosa, tortilla, pescado, chorizo, cebollas, lo que fuera. ¡Y qué bien sabía!<br />

Florencio Ibáñez (Bisera) con sus ovejas.<br />

Foto proporcionada por Florencio Ibáñez.<br />

Pero Bisera no sólo ha sido pastor, también me contó cómo aprendió a poner inyecciones.<br />

Una vez, tenía al hijo enfermo y tuvieron que ponerle varias inyecciones. Un día la persona que<br />

lo inyectaba, no pudo llegar. Ese día se decidió y dijo que él le iba a poner la inyección al hijo y<br />

así empezó a hacer este oficio también. Me dice muy orgulloso como él le ha puesto inyecciones<br />

a mucha gente del pueblo y nunca se le ha infectado ninguna.<br />

Yo le recordé que a mí me había impresionado ver que también él hacía de sepulturero.<br />

Se echó a reír y luego me contó que también ese oficio lo había empezado a hacer porque no<br />

había quien lo hiciera. Ahora él es quien guarda las llaves del cementerio y por muchos años se<br />

encargó de cavar las tumbas y ayudar en los entierros. También su hija Pili lo ha hecho alguna<br />

vez, porque yo recuerdo haberla visto en un entierro haciéndose cargo ella sola de dirigir el<br />

descenso del <strong>at</strong>aúd y luego coger la pala y terminar y cubrir la tumba. Actualmente, la mayoría<br />

de familias tienen los sepulcros hechos de concreto y ya no hay que cavar para enterrar a los<br />

muertos.<br />

Bisera es un hombre muy servicial. Estando yo haciéndole esta entrevista, tuvimos que<br />

interrumpir porque alguien llegó a la puerta a pedirle que al día siguiente la llevara a Burgos<br />

cuando él fuera en su coche. Inmedi<strong>at</strong>amente él le respondió que con mucho gusto y ya<br />

quedaron en la hora de salida. Este incidente dio paso a que le preguntara yo qué pensaba de la<br />

vida en Ciadoncha en estos tiempos.<br />

-Nos hemos vuelto muy egoístas-me dijo. Me explicó cómo antes, cuando la gente no<br />

tenía dinero, todos colaboraban. Todos se ayudaban en cualquier trabajo, ya fuera en las eras, en<br />

el campo, con los animales, con un enfermo, llevando cosas de otros a Burgos, como fuera. Él<br />

dice que el dinero ha arruinado la convivencia que se tenía antes. -Antes-me dijo, -hacíamos<br />

154


muchos favores y éramos agradecidos. Ahora, no los hacemos y cuando nos los hacen tampoco<br />

somos agradecidos-.<br />

Bisera me contó cómo el pueblo ha tenido sus altas y bajas. Cuando mecanizaron la<br />

agricultura, los obreros y pastores se tuvieron que ir a buscar trabajo a otras partes. Él también se<br />

tuvo que ir a Burgos a trabajar en la construcción, pero volvió porque le gusta el pueblo. Tuvo<br />

300 ovejas que eran de él; al final ya se jubiló y ahora vive tranquilo y bien en su casa de toda la<br />

vida. Le gusta viajar, ha ido a varias partes y dice que disfruta mucho conociendo otros sitios y<br />

personas. Los nietos y los hijos vienen a verle y como él dice, no vive mal. Ha conocido a<br />

mucha gente con quienes comparte en sus viajes a los centros turísticos de la costa sur y dice<br />

disfrutar mucho de todo lo que se ha ganado con el sudor de su frente.<br />

En la memoria de mucha gente de Ciadoncha quedará para siempre grabada la imagen de<br />

Bisera con sus ovejas pastando por los campos de Castilla y el salero que él tiene al hablar.<br />

Maquinaria antigua<br />

A mediados de los años setenta se podía ver maquinaria antigua abandonada por el<br />

pueblo. La novedad en los años 80 era la maquinaria que hacía mucho más suave el trabajo en el<br />

campo. Ya no era sólo el tractor, sino maquinaria como la cosechadora, con todas las<br />

comodidades de aire acondicionado en la cabina y capacidad para hacer el trabajo de varios días<br />

en pocas horas.<br />

Tractor arando los campos en los años setenta.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

155


El rodillo se usaba para suavizar la tierra, abandonado en los años 80.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

La grada para remover la tierra. 1981<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

La sembradora se adhería al tractor. 1981<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

156


En el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara se realizó una exposición de fotografías antiguas.<br />

En ellas podemos también ver varias herramientas usadas antiguamente y gente usándolas.<br />

Usando el carro en los años 50 para una labor menor.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Carro abandonado en los años 70<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

El carro tirado por mulas o vacas, fue por mucho tiempo el medio de transporte de la<br />

gente de campo. El carro era el apero de labranza más importante y de mayor coste antes de los<br />

años sesenta. El carro con la yunta de vacas o la pareja de mulas eran los elementos<br />

fundamentales para llevar a cabo todas las labores del campo. Muchos de los participantes<br />

todavía recuerdan cuando en las madrugadas del mes de agosto tenían que ir a cargar. Otro<br />

participante también recuerda con nostalgia cómo algunas veces se quedaban durmiendo en una<br />

morena con la madre esperando que volviera su padre para descargar.<br />

157


La segadora sustituyó al dalle, se usaba para los cereales y era tirado por vacas o mulas.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

Trillo. Se usaba para triturar la mies y hacer que el grano se soltara de las espigas.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento.<br />

Canizar es recoger el grano, fruto del trabajo del día en la parva.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento.<br />

159


Beldando en las eras.<br />

Foto expuesta en el Ayuntamiento<br />

La beldadora servía para separar el grano de la paja después de trillar. Funcionaba con un motor.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona.<br />

Un palomar en los años setenta.<br />

Foto proporcionada por Federico Varona<br />

160


¡Cuántos gr<strong>at</strong>os recuerdos de cuando se trabajaba tan duro en el campo! Un participando<br />

comentó la alegría que les producía canizar, pues eso se hacía al final del día de trabajo. Canizar<br />

es recoger y poner el grano que se limpió ese día en la parva. ¡Con qué ilusión veían crecer la<br />

parva cada día!<br />

Otro lugar que trae muy gr<strong>at</strong>os recuerdos a la gente de Ciadoncha son los palomares. A<br />

uno de los participantes que ahora piensa restaurar el viejo palomar de la familia dijo que le<br />

hacía mucha ilusión volver a usar ese lugar como se había usado antes. Él ya no vive en<br />

Ciadoncha, pero tiene un huerto que cuida con toda ilusión. Piensa renovar el palomar y<br />

acondicionar el resto del viejo edificio para tener un lugar donde disfrutar con su familia de la<br />

paz del pueblo y alimentarse espiritualmente de los gr<strong>at</strong>os recuerdos que le trae.<br />

En una exposición que hizo el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara en los años noventa se<br />

valoró el trabajo en el campo exhibiendo bastantes aperos de labranza antiguos que fueron<br />

devueltos a sus dueños al terminar la exposición. Hoy sólo nos quedan algunas fotos que nos<br />

ayudan a rememorar momentos felices de otros tiempos cuando el trabajo era muy duro, pero la<br />

convivencia era más profunda. Al Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara le hemos dedicado el siguiente<br />

capítulo.<br />

161


CAPÍTULO 13<br />

EL CENTRO CULTURAL SANTA BÁRBARA<br />

Para muchas personas, incluyéndome a mí, algunos de los mejores recuerdos que<br />

tenemos de Ciadoncha son de las actividades organizadas por el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />

Interior de la sede del Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />

Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />

Este centro fue fundado en 1983 por un grupo de adultos de entonces queriendo<br />

responder a la necesidad de crear un centro que ofreciera actividades educ<strong>at</strong>ivas, culturales y<br />

recre<strong>at</strong>ivas para todo el pueblo y especialmente para jóvenes y niños, de los que se juntaba buen<br />

número durante el verano y feriados en el pueblo. Su promotor y primer presidente fue Enrique<br />

Prieto Gento. Después de él siguieron: José Prieto Pérez, Arcadio Varona Madrid, José Ignacio<br />

Martínez Madrid, Juan José Baruque Esteban, María del Carmen Iglesias del Valle, Dulce<br />

Estrella Caballero López, Francisco Javier Prieto Pérez, Buenaventura Prieto Pérez, Delfina<br />

Madrigal Galiana, María Paz Quevedo Tomé, Laurentino Díez Olmos, quien termina en el año<br />

2.006.<br />

Los socios fundadores fueron veinticu<strong>at</strong>ro y con el tiempo el número fue creciendo hasta<br />

llegar a más de 166, cubriendo a más de 500 personas. Las cuotas eran de 3.000 pesetas para los<br />

casados y 2.400 para los solteros y viudas, ambas anuales. Para hacer diversas actividades, el<br />

Centro contó con la colaboración de organismos y entidades de carácter público y privado, a<br />

quienes acudieron con un programa de actividades, tan bien desarrollado que no fue difícil<br />

convencerlos que brindaran su apoyo económico.<br />

Los recuerdos más gr<strong>at</strong>os que tienen los participantes son sobre todo actividades donde se<br />

reunía todo el pueblo, donde el trabajo se hacía en conjunto y donde se respiraba verdadera<br />

comunidad. En mi caso, recuerdo con gran alegría la ocasión en que me invitaron a dar una<br />

charla sobre La Educación Multicultural. Sentí un gran orgullo de ver ese salón lleno de gente<br />

deseosa de enterarse de cosas nuevas. No podré olvidar la participación activa de algunos<br />

jóvenes que con sus preguntas y entusiasmo le dieron verdadera relevancia al tema que<br />

162


estábamos tr<strong>at</strong>ando. A partir de esa charla, me sentí totalmente integrada al pueblo y pude<br />

percibir que los vecinos de Ciadoncha ya no me veían como una extranjera.<br />

Fog<strong>at</strong>a e imagen de <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />

Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />

Para otros, los recuerdos giran alrededor de actividades como las semanas culturales, los<br />

cursos de manualidades, el mercado medieval, el te<strong>at</strong>ro, las comidas en las bodegas, el vino<br />

español y tantas otras fiestas.<br />

Primer Mercado Medieval<br />

Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />

Ciadoncha llegó a ocupar un lugar especial en El Diario de Burgos de 1991 a 1995,<br />

cuando le dedicó varios artículos todos valorando el movimiento cultural que se estaba llevando<br />

a cabo en diferentes épocas del año. Cuando vemos <strong>at</strong>rás y analizamos todo lo que logró hacer el<br />

Centro Cultural en el tiempo de su apogeo, es increíble que en un pueblo tan pequeño se hubiera<br />

generado tanta cultura. Lo que es más, el Centro Cultural con su entusiasmo y acertada<br />

estr<strong>at</strong>egia de publicidad, reconoció e hizo que mucha más gente reconociera la cultura del área<br />

rural.<br />

163


Se inició un verdadero deseo de investigación para conocer el origen y la historia del<br />

pueblo y todos esos adultos jóvenes que trabajaban para darles lo mejor a sus hijos y a todo el<br />

pueblo, parecían no cansarse nunca. Esta era la época en que todavía llegaban muchos adultos a<br />

Ciadoncha a trabajar la tierra y los niños disfrutaban en el pueblo.<br />

Curso de manualidades.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Ni el incendio de la sede, en el cual se perdieron los archivos del Ayuntamiento, les<br />

desanimó. Todo lo contrario, el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara contribuyó con 2 millones de<br />

pesetas de sus fondos para reconstruirla. Este dinero salió de 1.700.000 pesetas de la Póliza de<br />

Seguro que tenían contr<strong>at</strong>ada, más 300.000 pesetas de los fondos propios. Además de esta<br />

cantidad, gracias a la intervención y gestiones del Centro Cultural con la gobernadora civil, quien<br />

estaba bastante sensibilizada por la labor cultural que el Centro estaba desarrollando, aportó un<br />

millón de pesetas para iniciar las obras primeras de reconstrucción. El resto corrió a cargo del<br />

Ayuntamiento.<br />

Programa de Actividades del IV Verano Cultural. Agosto, 1996<br />

164


Hasta los programas eran cuidadosamente diseñados de acuerdo a los temas que<br />

se tr<strong>at</strong>arían. En estas semanas culturales participaron prestigiosas personalidades en diferentes<br />

campos como Fray Valentín de la Cruz, José María Codón, Gonzalo Martínez Díez, Angel Casas<br />

Alonso, Emelina Martín Abosta, José María Alonso del Val, José Pérez Solana, Román Pedrosa<br />

Alonso, Ubaldo Herrero Alonso, Mercedes Ausín Villanueva, José m Manuel Suárez Guijarro,<br />

Jesús Pérez Bustillo, Esther Díaz García, Isidoro Martín, Martín, Femín González, Raúl Berzosa<br />

Martínez, Felipe Fuente Macho, Angel Guerra, Argimiro Peña, y otros.<br />

Curso de manualidades.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Ya decía el Diario de Burgos: Ciadoncha: el pueblo más intelectual de la provincia (19 de<br />

agosto 1995). En este artículo, Roberto Estébanez alaba la forma de promover la Cultura con<br />

mayúscula y no sólo el folklore. Tiene elogios para el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara y para la<br />

Asociación Juvenil “Los Raneros”.<br />

¡Qué orgullosos tenían que estar todos los vecinos! Cuando en un diario tan respetable<br />

como éste les dedicaran no uno sino muchos artículos felicitándoles por el nivel cultural que<br />

tenían. Los jóvenes adultos de esa época realmente demostraron que sí se pueden hacer cosas<br />

grandes y bien hechas si se quiere. Como me dijo uno de los ex-presidentes del Centro. Mi idea<br />

era quitar la tradición que toda fiesta tiene que tener sólo las tres M (Misa, Música y Merienda)<br />

él quería que a eso se le agregara Cultura y su sueño se hizo realidad por algún tiempo. Algunos<br />

vídeos particulares y otros profesionales, además de reportajes de la prensa escrita y la televisión<br />

local dan fe del empeño que se ponía en planificar y realizar estas actividades. No dudo que este<br />

m<strong>at</strong>erial quede como constancia de la dedicación y el deseo de compartir los conocimientos de<br />

mucha gente que gustosamente participó en la realización de los eventos.<br />

Muchas familias siempre guardarán con orgullo las labores que realizaron en estos<br />

cursos. Otros recordarán con mucha nostalgia su participación artística en las diversas<br />

presentaciones que se hicieron en la iglesia. Muchos serán los niños que reirán al ver a sus<br />

padres o abuelos actuando de doctores, de flores o representando algún papel de la época<br />

medieval (vídeos proporcionados por Orencio Pérez Cascajar).<br />

165


Cuadro hecho por Purina Galiana.<br />

Foto Lucía Varona<br />

Algunos de los cursos que más huellas dejaron en los hogares del pueblo, fueron los<br />

cursos de manualidades y pintura. A todos nos quedan preciados recuerdos de lo que las madres,<br />

hermanas y cada una hicieron para embellecer las casas. Con cuánta nostalgia vemos ahora las<br />

cosas que aprendieron a hacer las mujeres en diversos cursos, no sólo los organizados por el<br />

Centro Cultural sino en todos los cursos que se han impartido en el pueblo.<br />

Viaje cultural III Verano Cultural 1995. Exclusas del Canal de Castilla en Frómista, Palencia<br />

Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />

Las actividades del Centro Cultural incluían de todo, pues también tuvieron varias<br />

excursiones a través de las cuales los vecinos conocían la geografía española, sus gentes, su<br />

historia, su cultura, su paisaje y su gastronomía. Cuántos recuerdos quedan de estas visitas,<br />

sobre todo las que significaron para muchos la primera vez que veían el mar, los Picos de<br />

Europa, etc. Así fue, como muchos ancianos de hoy empezaron a viajar y a encontrarle el gusto<br />

a salir del pueblo y conocer su propia p<strong>at</strong>ria.<br />

166


La primera Exposición etnológica en Ciadoncha fue visitada no sólo por la gente del<br />

pueblo, sino por gente de los pueblos alrededor; incluso fue motivo de actividad extra curricular<br />

para los alumnos del Centro Comarcal de <strong>Santa</strong> María del Campo, quienes llegaron en autobús<br />

un día lectivo para su estudio. Esta exposición se hizo gracias a los esfuerzos de varias personas,<br />

entre ellas Ismael Madrid Olmos, quien era secretario en esa época. El fue el promotor principal<br />

y organizador de la exposición. También la colaboración decidida de José Carlos Madrid<br />

Hernando, vocal en esa época fue fundamental ya que él fue, quien en todo momento estuvo a<br />

cargo de la exposición llevando un registro minucioso tanto de sus elementos como de las<br />

personas que la visitaron. Esta actividad se realizó siendo presidente Arcadio Varona Madrid.<br />

Primera exposición etnológica. 1991<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Primera exposición etnológica. 1991<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

En esta exposición se podía ver el farol que se ponía en los carros para poder ver por la<br />

noche, los collares con esquilas que se ponían a las mulas cuando se engalanaban, el rastro, que<br />

167


servía para arrastrar, el bieldo para separar el grano de la paja y la bielda para echar la paja al<br />

carro y para meterla en el pajar.<br />

El farol del que un participante tiene gr<strong>at</strong>os recuerdos de cuando era niño y acompañaba a<br />

su padre de la casa al corral para ver cómo estaban los animales. Lo que más le maravillaba era<br />

ver que a pesar de estar fuera, la vela no se apagara. Esto se debía n<strong>at</strong>uralmente, a que iba<br />

cerrada por cristales pero tenía una salida superior para los humos.<br />

En esta muestra también podía verse el ubio o yugo, en Ciadoncha se utilizaba más la<br />

palabra “ubio” para unir las vacas; también había ubio de mulas. Los visitantes a la exposición<br />

también podían ver los bozales que se les ponía a los animales para que no comiesen; el dalle o<br />

guadaña que servía para segar las mieses, sobre todo las legumbres, pues para segar los cereales<br />

se utilizaba la bielda.<br />

Otro aparejo que podían ver era la hoz que servía para cortar el trigo y la zoqueta que se<br />

ponía en la mano para no cortarse al coger la mies para cortarla; el relámpago o rayo que servía<br />

para mover la basura apelmazada de las ovejas y poderla cargar en el carro. Este trabajo se hacía<br />

a finales de septiembre o primeros de octubre. Con esta herramienta también se descargaba la<br />

basura del carro en las tierras en pequeños montoncillos que se llamaban “carguillas”. La<br />

limpieza de los corrales, era una actividad bastante laboriosa e interesante, pues coincidía con el<br />

inicio del otoño y el ir y venir a las tierras aquellas tardes, generalmente soleadas, era bastante<br />

gr<strong>at</strong>ificante.<br />

Primera exposición etnológica. 1991<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Las azadas y el pico servían para mover la tierra. También, en la exposición, podía verse<br />

una sierra que pertenece a una guadaña mecánica, que fue una de las primeras máquinas que<br />

sustituyó al dalle.<br />

168


Las alforjas se ponían en el lomo de la burra, generalmente para llevar la comida, el agua<br />

y el vino para las largas y duras jornadas de trabajo. También había alforjas bonitas y de buena<br />

calidad que se utilizaban para ir a las ferias. El cencerro, que se ponía a las vacas o yeguas<br />

generalmente, para saber donde se encontraban en todo momento. Había también cencerros más<br />

pequeños para las ovejas que se llamaban esquilas.<br />

En la exposición también podía verse mantas típicas de entonces de lana pura, horcas de<br />

dos ganchos y horquillos de cu<strong>at</strong>ro ganchos para mover las mieses cuando se trillaban para<br />

facilitar su trituración. Una collera que se ponía en el cuello de las mulas y sobre ellas se<br />

enganchaba el ubio. Para las vacas el ubio iba directamente enganchado en los cuernos.<br />

Esta era la lección que podían recibir los visitantes a la exposición. Como se puede ver,<br />

el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara con estas actividades no sólo valoraba la cultura agrícola sino<br />

también educaba al visitante. ¡Ojala se pudiera hacer un museo permanente con instrumentos de<br />

labranza como estos y más!<br />

Muchas participantes todavía recuerdan con mucha alegría las horas que pasaron<br />

haciendo gimnasia. Para las mayores, esto era algo totalmente nuevo. De jóvenes nunca<br />

necesitaron esta clase por todo el trabajo que hacían en el campo. Para ellas esto de hacer<br />

gimnasia, era cosa de las mujeres de capital. Sin embargo, cuando la agricultura se mecanizó, la<br />

vida sedentaria también les afectó a los habitantes del área rural y hubo que empezar a imitar a<br />

las señoras urbanas.<br />

Clase de Gimnasia.<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Cuando empezamos a recordar las cosas que se habían hecho a través del Centro Cultural<br />

<strong>Santa</strong> Bárbara, a la persona que más recordaban por sus genialidades era a Eleuterio Madrid<br />

Olmos, “Elu” como se le llamaba con cariño. Todos recuerdan sus ingeniosos disfraces de<br />

Carnaval, el famoso Circo en el que presentaba actos especiales con animales que eran<br />

169


entrenados por él. Elu era el director del circo y sus ayudantes los mismos niños del pueblo que<br />

con perros, g<strong>at</strong>os, ranas, pollos cabras y demás animales, montaban un show digno de verse,<br />

disfrutarse y recordar como una de las grandes cosas que se han hecho en Ciadoncha. Pero no<br />

era sólo eso lo que hacía Elu, también organizó por su cuenta “Exposiciones de huesos”, una<br />

especie de Atapuerca con los huesos de animales que encontraba en el campo. Todo lleno de<br />

jocosidad para el deleite del pueblo. Hoy se recuerda a Elu con mucha alegría, nostalgia y<br />

admiración.<br />

Elu y su circo. 1991<br />

Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />

Las semanas culturales fueron verdaderos encuentros académicos, como los cursos de<br />

verano de cualquier universidad. Hacían todo lo posible por traer a las personas más cualificadas<br />

para impartir las charlas y la mayoría de las personas del pueblo asistía con gusto. Hasta la<br />

televisión local, canal 54 de Burgos filmó algunas de estas presentaciones.<br />

Pero como todo en Ciadoncha, también el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara ha venido a<br />

menos. Se siguen celebrando las fiestas y se tr<strong>at</strong>a de reunir a la gente en las meriendas y fiestas<br />

especiales, pero ya son muy pocos los que acuden; en comparación a otros años. Quizás se<br />

necesita un nuevo impulso, una nueva forma de <strong>at</strong>raer al ranero ausente y hacerle sentir que su<br />

pueblo le espera con los brazos abiertos.<br />

170


Semana Cultural. 1994.<br />

Foto por Foto “Fede”. Burgos<br />

Ciadoncha se está quedando sola porque sus hijos están dispersos por el mundo. La<br />

anciana villa agoniza, pero todavía habemos muchos que nos resistimos a aceptar su muerte,<br />

porque sólo muere lo que se olvida y olvidar Ciadoncha es como negarse a sí mismo.<br />

HOMENAJE A NUESTROS MAYORES<br />

Estoy pensando en ti<br />

Y aún me queda nostalgia…<br />

Aquello que fue instrumento,<br />

Amasa tiempo y sudor<br />

Y familia y esperanza.<br />

Estoy pensando en ti<br />

Y aún me queda nostalgia…<br />

Caminos habrá rodados<br />

Lejanas mañanas,<br />

Juegos, coplas y añoranza.<br />

Estoy pensando en ti<br />

Y aún me queda nostalgia…<br />

I. Madrid<br />

171


GLOSARIO<br />

Abadía Monasterio o iglesia que gobierna el Abad que es el superior de un monasterio, en<br />

algunas partes también se le dice Abad al cura.<br />

Ábside Parte del templo, abovedada y circular, situada en la parte posterior donde estaban antes<br />

el altar y el presbiterio<br />

Alfoz. Concepto jurídico. División administr<strong>at</strong>iva que encontramos or primera vez en los<br />

diplomas del siglo X, y que se muestra ya en perfecto desarrollo en la documentación del<br />

siglo XI.<br />

Alholva. Planta leguminosa de hojas vellosas y con semillas amarillentas de olor desagradable,<br />

llamadas del mismo nombre.<br />

Anticlericalismo En contra de la influencia de la iglesia en la vida política.<br />

Asolar Destruir, arrasar, saquear.<br />

Área marginal. Barrios olvidados por el gobierno y la sociedad donde se acumula la pobreza,<br />

con todas sus consecuencias de abandono, enfermedad, miseria, etc.<br />

Arquivoltas Molduras que decoran el paramento exterior de un arco.<br />

Ateneos Nombre de algunas corporaciones científicas o literarias y del lugar donde se reunían.<br />

Bechamel. Salsa de cocina, hecha con leche y harina.<br />

Cabo Cañaveral. Lugar en el estado de La Florida en Estados Unidos desde donde se lanzan los<br />

cohetes al espacio.<br />

Cacharros. Trastos o trastes de cocina. También se usa para referirse a muchas cosas que no<br />

tienen mucho valor.<br />

Calado hasta los huesos. Que tiene la ropa que lleva muy mojada.<br />

Campechán. Sencillo, sin afecciones, n<strong>at</strong>ural.<br />

Canecillo Cabeza de una viga que sobresaliendo por la parte exterior del muro sostiene la<br />

cornisa.<br />

Capiteles Coronamiento de la columna.<br />

Capones. Un golpe dado con los nudillos de los dedos en la parte posterior de la cabeza.<br />

Cuadrilla. Grupo<br />

172


Chicas de servicio. Muchachas que sirven en las casas por un sueldo.<br />

Chotos. Cría de la vaca mientras mama.<br />

Cisterciense de la orden religiosa de la regla de San benito, fundada en el siglo XI por San<br />

Roberto y llevado a gran esplendor por San Bernardo. Viene del nombre de una aldea de<br />

Francia.<br />

Conde En la Edad Media, comandante militar de un territorio. Dign<strong>at</strong>ario de la nobleza, entre el<br />

marqués y el vizconde.<br />

Confederación Nacional C<strong>at</strong>ólico-Agraria (CNCA) es la organización que canalizó mayormente<br />

el descontento p<strong>at</strong>ronal, creada por el periodista c<strong>at</strong>ólico Angel Herrera y su Asociación<br />

C<strong>at</strong>ólica Nacional de Propagandistas (ACNP) durante el segundo decenio del pasado<br />

siglo XX. La CNCA surgió como un intento de evitar que las izquierdas pudieran hacer<br />

pie en las zonas rurales. Su mayor y único éxito tuvo lugar entre los pequeños<br />

propietarios de Castilla-León, gracias a la concesión de créditos rel<strong>at</strong>ivamente accesibles<br />

y la organización de cooper<strong>at</strong>ivas, a las cuales se les facilitaron almacenes y maquinaria.<br />

Cortes Constituyentes son aquellas Cortes que tienen poder y mand<strong>at</strong>o para dictar o reformar la<br />

Constitución.<br />

Cortes Generales son las representantes del pueblo español y se componen de dos Cámaras: el<br />

Senado y el Congreso de los Diputados.<br />

Doña Distintivo de las mujeres de calidad en España, antepuesto al nombre de pila.<br />

Dornos. Recipientes de madera.<br />

Espadaña Campanario formado por un muro, generalmente prolongación de la fachada del<br />

edificio, con uno o más huecos en que van colocadas las campanas.<br />

Esquilones Campanas pequeñas.<br />

Falange Española Partido de carácter fascista (Partido vigente en Italia de 1922 a 1945, basado<br />

en la dictadura de un partido único, la exaltación nacionalista y el corpor<strong>at</strong>ivismo) creado<br />

en 1933 por José A. Primo de Rivera.<br />

El gordo. El premio mayor de la lotería.<br />

Entornar. Cuando los carros, jalados por bestias, se caían de lado.<br />

Garia. De gario, utensilio de labranza.<br />

Gran Guerra La Primera Guerra Mundial<br />

173


Guerra fría. Se conoce así a la lucha de Estados Unidos contra Rusia. En general se refiere a la<br />

lucha ideológica entre el capitalismo y el comunismo.<br />

Hablar con alguien. En el contexto de la juventud quiere decir estar interesado en una chica para<br />

llegar a ser su novio. “María y Pedro se hablan,” correspondería a decir ahora. María y<br />

Pedro son novios.<br />

Hacer de aguas. Orinar.<br />

Hacer el gasto. Pagar por la celebración de un acontecimiento, normalmente de boda. La<br />

celebración consiste en dar comida, música y baile.<br />

Marqués Antiguamente, señor de una tierra situada en las fronteras del reino. Hoy es<br />

simplemente un título nobiliario situado entre los de conde y duque.<br />

Marquesado Título de dignidad de marqués y territorio al que corresponde dicha dignidad.<br />

Más oscuro que la boca de un lobo. Metáfora par explicar que era muy oscuro.<br />

Mejor presentado. Estar mejor arreglado, con mejor ropa, limpios y bien peinados.<br />

Mieses. Plantas de cereales ya maduras.<br />

Miniprimer. Apar<strong>at</strong>o que sirve para deshacer y licuar alimentos, formando un puré o una pasta,<br />

dependiendo de la cantidad de líquido que se use.<br />

Mozárabe. Cristiano de España sometido a la dominación árabe.<br />

Nacionalistas Llamados también derechistas. Doctrina que sostiene las aspiraciones<br />

exclusivamente nacionales. En la guerra civil actuaban bajo el lema de religión, p<strong>at</strong>ria,<br />

familia, orden, propiedad y trabajo<br />

Nías. En Burgos y Palencia se significa manojo de mies cortada y tendida en el suelo.<br />

Nublados. Tormentas de lluvia.<br />

Nuez de mantequilla. Medida. Es un poco de mantequilla, lo que se forma de pasar un cuchillo<br />

por encima y raspar un poco.<br />

Pasarla bomba. Disfrutar mucho.<br />

Pedir vez. Pedir turno.<br />

Pedir la mano. Ceremonia de compromiso m<strong>at</strong>rimonial que consiste en que el novio y sus padres<br />

llegan a pedir a los padres de la novia que les permitan casarse.<br />

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Pellejos de cerdo. Con la piel del cerdo se hacen recipientes para guardar líquidos.<br />

Pesc<strong>at</strong>ero. Vendedor ambulante de pescado.<br />

Pifias. Travesuras<br />

Polos de Desarrollo Áreas geográficas elegidas para el asentamiento planificado de industrias<br />

con el fin de revitalizar su economía o suavizar las diferencias de desarrollo entre las<br />

diversas regiones.<br />

Protogótica Que pertenece al estilo gótico principal o primero. Tipo de arquitectura que se<br />

caracteriza por dos arcos cruzados en ángulo.<br />

Redacciones Lugar donde se reunían a escribir.<br />

Romería. Viaje hecho por devoción.<br />

Ranera, Ranero, sobrenombre que se tiene para la gente de Ciadoncha. Se usa también como<br />

adjetivo cuando se refiere a algo de ese lugar.<br />

Republicanos En España los republicanos son los políticos con ideas izquierdistas, el poder del<br />

pueblo y el pueblo en el poder. Viene de la definición de República República (del l<strong>at</strong>ín<br />

res publica, «la cosa pública, lo público»<br />

Requisa. Cosas que podían tener en la posguerra en España. La requisa consistía en comida<br />

racionada y algunos vales, para cambiarlos por telas para elaborar lo más imprescindible<br />

de ropa.<br />

Salaá. Graciosa<br />

Socialistas seguidores del socialismo que es la denominación de diversas doctrinas económicas,<br />

sociales y políticas que propugnan una distribución más justa de la riqueza y condenan la<br />

propiedad privada de los medios de producción y de cambio. También se refiere a ellos<br />

como izquierdistas.<br />

Teleclubs. Lugares tipo cafeterías o bares, donde se reunía la gente para ver televisión.<br />

Tertulia Reunión de personas que se juntan para distraerse y conversar.<br />

Troncharse de risa. Reír mucho<br />

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