Fuerzas profundas e identidad. Reflexiones en torno a su impacto ...
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Nuestro equipo de investigación posee una larga experi<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el estudio y<br />
seguimi<strong>en</strong>to de la política exterior arg<strong>en</strong>tina, tanto <strong>en</strong> <strong>su</strong>s dim<strong>en</strong>siones bilaterales y<br />
multilaterales, como <strong>en</strong> el conocimi<strong>en</strong>to de la acción externa de otros estados <strong>en</strong> <strong>su</strong><br />
carácter de contraparte bilateral. Durante el año 2002 y <strong>en</strong> el marco de la crisis por la<br />
cual atravesaba la República Arg<strong>en</strong>tina, caracterizada <strong>en</strong>tre otras cuestiones por cierta<br />
parálisis de <strong>su</strong> política exterior que de hecho llevaba más de un año, vimos limitada<br />
nuestra tarea de seguimi<strong>en</strong>to debido a la escasez de hechos relevantes a nivel de las<br />
relaciones externas y a los condicionami<strong>en</strong>tos que la crisis doméstica g<strong>en</strong>eraba sobre la<br />
ag<strong>en</strong>da externa de nuestro país.<br />
Desde la perspectiva teórica tradicional de las relaciones internacionales, las<br />
capacidades materiales de nuestro país estaban <strong>en</strong> un estado muy crítico como para<br />
p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> ellas como un instrum<strong>en</strong>to que nos permitiera salir del pantano y modificar<br />
nuestra cada vez más deteriorada y desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te posición <strong>en</strong> la estructura internacional 1 .<br />
Sin embargo, la situación era aún más compleja cuando tomábamos conci<strong>en</strong>cia de la<br />
aus<strong>en</strong>cia de certezas para salir de la crisis, los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes para acordar normas<br />
comunes y las consecu<strong>en</strong>cias de la anomia.<br />
Así fue que nos preguntamos sobre cuáles podrían ser las razones que<br />
optimizaran o limitaran la capacidad de un Estado para hacer de <strong>su</strong> política exterior un<br />
instrum<strong>en</strong>to útil <strong>en</strong> la tarea de dar respuestas a crisis típicas de la era de la globalización.<br />
En este marco decidimos incorporar un nuevo proyecto a nuestro programa de<br />
investigación que int<strong>en</strong>ta id<strong>en</strong>tificar fuerzas <strong>profundas</strong> y cuestiones id<strong>en</strong>titarias que<br />
influy<strong>en</strong> sobre la política exterior de los estados favoreci<strong>en</strong>do –o no– <strong>su</strong> capacidad de<br />
respuesta para g<strong>en</strong>erar cambios positivos, que apunt<strong>en</strong> a la inclusión de los intereses del<br />
conjunto de la población y facilit<strong>en</strong> la búsqueda de respuestas a <strong>su</strong>s necesidades. A esto<br />
se le <strong>su</strong>mó un objetivo metodológico de ord<strong>en</strong> comparativo.<br />
En este contexto y prima facie <strong>su</strong>ponemos que más allá de las difer<strong>en</strong>tes<br />
capacidades de respuesta a las crisis por parte de cada Estado propias de la dicotomía<br />
c<strong>en</strong>tro-periferia o desarrollo-<strong>su</strong>bdesarrollo –visión ligada a las capacidades materiales–<br />
la historia de las relaciones internacionales parecería demostrar que aquellos países con<br />
determinadas fuerzas <strong>profundas</strong> que actuaron como elem<strong>en</strong>tos estructurales de la<br />
política exterior y contribuyeron a la construcción de la <strong>id<strong>en</strong>tidad</strong> nacional sin limitar el<br />
dinamismo de este concepto, han logrado mejores re<strong>su</strong>ltados que aquellos que carec<strong>en</strong><br />
de una <strong>id<strong>en</strong>tidad</strong> o que la han fundado sobre alguna fuerza profunda errónea como<br />
podría ser la raza, los nacionalismos exacerbados, <strong>en</strong>tre otros. En forma consecu<strong>en</strong>te<br />
con este <strong>su</strong>puesto queda claro que las ideas –acertadas o desacertadas– conjugadas con<br />
características materiales como tamaño del territorio, población, riquezas naturales,<br />
<strong>en</strong>tre otros, re<strong>su</strong>ltan factores fundam<strong>en</strong>tales para la compr<strong>en</strong>sión de la política<br />
internacional y de los derroteros seguidos por las políticas exteriores adoptadas por los<br />
difer<strong>en</strong>tes Estados. 2<br />
1 Cuando hacemos refer<strong>en</strong>cia a la perspectiva tradicional de las relaciones internacionales incluimos al realismo y al<br />
liberalismo <strong>en</strong> algunos casos, pero <strong>en</strong> este tema <strong>en</strong> particular aludimos al neorrealismo estructural planteado <strong>en</strong> los<br />
términos de K<strong>en</strong>neth Waltz, qui<strong>en</strong> define a la estructura internacional como la distribución de capacidades materiales.<br />
2 En tanto partimos del <strong>su</strong>puesto que la política exterior se deriva de una combinación de fuerzas materiales e<br />
intereses y una combinación de ideas y valores, no nos proponemos indagar sobre la cuestión de si las ideas importan<br />
más que los intereses, sino sobre la forma <strong>en</strong> que las ideas están pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las políticas exteriores de los países<br />
seleccionados <strong>en</strong> este proyecto (Keohane, 2002). En los casos seleccionados las ideas –expresadas <strong>en</strong> algunos casos